Foros de discusión de Catholic.net

34. El matrimonio a la luz del Sermón de la Montaña
Discurso de la montaña y precisamente al enunciado «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón» (Mt 5, 8). Jesús apela aquí al «corazón».

(6-VIII-80/10-VIII-80)

1. Prosiguiendo nuestro ciclo, volvemos hoy al discurso de la montaña y precisamente al enunciado "Todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón" (Mt 5, 8). Jesús apela aquí al "corazón".

En su coloquio con los fariseos, Jesús, haciendo referencia al "principio" (cf. los análisis precedentes), pronunció las siguientes palabras referentes al libelo de repudio: "Por la dureza de vuestro corazón, Os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no fue así" (Mt 19, 8). Esta frase encierra indudablemente una acusación. "La dureza de corazón" (1) indica lo que según el ethos del pueblo del Antiguo Testamento, había fundado la situación contraria al originario designio de Dios-Yahvé según el Génesis 2, 24. Y es ahí donde hay que buscar la clave para interpretar toda la legislación de Israel en el ámbito del matrimonio y, con un sentido más amplio en el conjunto de las relaciones entre hombre y mujer.

Hablando de la "dureza de corazón", Cristo acusa, por decirlo así, a todo el "sujeto interior", que es responsable de la deformación de la ley. En el discurso de la montaña (Mt 5, 27-28) hace también una alusión al "corazón", pero las palabras pronunciadas ahí no parecen una acusación solamente.

2. Debemos reflexionar una vez más sobre ellas, insertándolas lo más posible en su dimensión "histórica". El análisis hecho hasta ahora, tendente a enfocar al "hombre de la concupiscencia" en su momento genético casi en el punto inicial de su historia entrelazada con la teología, constituye una amplia introducción, sobre todo antropológica, al trabajo que todavía hay que emprender.

La sucesiva etapa de nuestro análisis deberá ser de carácter ético. El discurso de la montaña, y en especial ese pasaje que hemos elegido como centro de nuestros análisis, forma parte de la proclamación del nuevo ethos: el ethos del Evangelio. En las enseñanzas de Cristo, esta profundamente unido con la conciencia del "principio"; por tanto, con el misterio de la creación en su originaria sencillez y riqueza. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está enderezado de modo realista al "hombre histórico", transformado en hombre de la concupiscencia. La triple concupiscencia, en efecto, es herencia de toda la humanidad y el "corazón" humano realmente participa en ella. Cristo, que sabe "lo que hay en todo hombre" (Jn 2, 25) (2), no puede hablar de otro modo, sino con semejante conocimiento de causa.

Desde ese punto de vista, en las palabras de Mt 5, 27-28, no prevalece la acusación, sino el juicio: un juicio realista sobre el corazón humano, un juicio que de una parte tiene un fundamento antropológico y, de otra, un carácter directamente ético. Para el ethos del Evangelio es un juicio constitutivo.

3. En el discurso de la montaña, Cristo se dirige directamente al hombre que pertenece a una sociedad bien definida. También él Maestro pertenece a esa sociedad, a ese pueblo. Por tanto, hay que buscar en las palabras de Cristo una referencia a los hechos, a las situaciones, a las instituciones con que someter tales referencias a un análisis por lo menos sumario, a fin de que surja más claramente el significado ético de las palabras de Mateo 5, 27-28. Sin embargo, con esas palabras, Cristo se dirige también, de modo indirecto pero real, a todo hombre "histórico" (entendiendo este adjetivo sobre todo en función teológica).

Y este hombre es precisamente el "hombre de la concupiscencia", cuyo misterio y cuyo corazón es conocido por Cristo ("pues El conocía lo que en el hombre había": Jn 2, 25). Las palabras del discurso de la montaña nos permiten establecer un contacto con la experiencia interior de este hombre, casi en toda latitud y longitud geográfica, en las diversas épocas, en los diversos condicionamientos sociales y culturales. El hombre de nuestro tiempo se siente llamado por su nombre en este enunciado de Cristo, no menos que el hombre de "entonces", al que el Maestro directamente se dirigía.

4. En esto reside la universalidad del Evangelio, que no es en absoluto una generalización. Quizá precisamente en ese enunciado de Cristo que estamos ahora analizando, eso se manifiesta con particular claridad. En virtud de ese enunciado, el hombre de todo tiempo y de todo lugar se siente llamado en su modo justo, concreto, irrepetible: porque precisamente Cristo apela al "corazón" humano, que no puede ser sometido a generalización alguna. Con la categoría del "corazón", cada uno es individualizado singularmente más aún que por el nombre; es alcanzado en lo que lo determina de modo único e irrepetible; es definido en su humanidad "desde el interior".

5. La imagen del hombre de la concupiscencia afecta ante todo a su interior (3). La historia del "corazón" humano después del pecado original, esta escrita bajo la presión de la triple concupiscencia, con la que se enlaza también la más profunda imagen del ethos en sus diversos documentos históricos. Sin embargo, ese interior es también la fuerza que decide sobre el comportamiento humano "exterior" y también sobre la forma de múltiples estructuras e instituciones a nivel de vida social. Si de estas estructuras e instituciones deducimos los contenidos del ethos, en sus diversas formulaciones históricas, siempre encontramos ese aspecto íntimo propio de la imagen interior del hombre.

Esta es, en efecto, la componente más esencial. Las palabras de Cristo en el discurso de la montaña, y especialmente las de Mateo 5, 27-28, lo indican de modo inequívoco. Ningún estudio sobre el ethos humano puede dejar de lado esto con indiferencia.

Por tanto, en nuestras sucesivas reflexiones trataremos de someter a un análisis mas detallado ese enunciado de Cristo que dice: "Habéis oído que fue dicho: no adulterarás. Pero yo Os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón" (o también: "Ya la ha hecho adúltera en su corazón").

Para comprender mejor este texto analizaremos primero cada una de sus partes, a fin de obtener después una visión global más profunda. Tomaremos en consideración no solamente los destinatarios de entonces que escucharon con sus propios oídos el discurso de la montaña, sino también, en cuanto sea posible, a los contemporáneos, a los hombres de nuestro tiempo.

(1) El término griego sklerokardia ha sido forjado por los Setenta para expresar lo que en hebreo significaba: "incircuncisión de corazón" (cf. como ej. Dt 10, 16; Jer 4, 4; Sir 3, 26 s.) y que, en la traducción literal del Nuevo Testamento, aparece una sola vez (Act 7, 51).

La "incircuncisión" significaba el "paganismo", la "impureza", la "distancia de la Alianza con Dios"; la "incircuncisión de corazón" expresaba la indómita obstinación en oponerse a Dios. Lo confirma la frase del diácono Esteban: "Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros" (Act 7, 51).

Por tanto hay que entender la "dureza de corazón" en este contexto filológico.
(2) Cf. Ap 2, 23; "...el que escudriña las entrañas y los corazones..."; Act 1, 24: "Tu. Señor, que conoces los corazones de todos..." (kardiognostes).
(3) "Porque del corazón provienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias. Esto es lo que contamina al hombre..." (Mt 15, 19-20).

Pregunta:
¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
(Leer con atención las notas para profundizar en los significados y la comprensión de este misterio)

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

El discurso de la montaña forma parte de la proclamación del nuevo ethos: el ethos del Evangelio. En las enseñanzas de Cristo, esta profundamente unido con la conciencia del "principio"; por tanto, con el misterio de la creación en su originaria sencillez y riqueza. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está enderezado de modo realista al "hombre histórico", transformado en hombre de la concupiscencia. La triple concupiscencia, en efecto, es herencia de toda la humanidad y el "corazón" humano realmente participa en ella. Cristo, que sabe "lo que hay en todo hombre" (Jn 2, 25), no puede hablar de otro modo, sino con semejante conocimiento de causa.

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio". Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

(Leer con atención las notas para profundizar en los significados y la comprensión de este misterio)
El discurso de la montaña y precisamente al enunciado "Todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón" (Mt 5, 8). Jesús apela aquí al "corazón".

En el discurso de la montaña, Cristo se dirige directamente al hombre que pertenece a una sociedad bien definida. También él Maestro pertenece a esa sociedad, a ese pueblo. Por tanto, hay que buscar en las palabras de Cristo una referencia a los hechos, a las situaciones, a las instituciones con que someter tales referencias a un análisis por lo menos sumario, a fin de que surja más claramente el significado ético de las palabras de Mateo 5, 27-28. Sin embargo, con esas palabras, Cristo se dirige también, de modo indirecto pero real, a todo hombre "histórico" (entendiendo este adjetivo sobre todo en función teológica).

La imagen del hombre de la concupiscencia afecta ante todo a su interior (3). La historia del "corazón" humano después del pecado original, esta escrita bajo la presión de la triple concupiscencia, con la que se enlaza también la más profunda imagen del ethos en sus diversos documentos históricos. Sin embargo, ese interior es también la fuerza que decide sobre el comportamiento humano "exterior" y también sobre la forma de múltiples estructuras e instituciones a nivel de vida social. Si de estas estructuras e instituciones deducimos los contenidos del ethos, en sus diversas formulaciones históricas, siempre encontramos ese aspecto íntimo propio de la imagen interior del hombre.

COMENTARIO: El discurso de la montaña forma parte de la proclamación del ethos del Evangelio. En las enseñanzas de Cristo, esta profundamente unido con la conciencia del "principio"; por lo tanto con el misterio de la creación en su originaria sencillez y riqueza. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está de modo realista transformado al hombre de la triple concupiscencia, porque es herencia de toda la humanidad y el "corazón" humano realmente participa en ella. Cristo, que sabe lo que hay en todo hombre (Jn 2, 25) no puede hablar de otro modo, sino con conocimiento de causa.

Un abrazo y hasta pronto.-

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio"?.

El discurso de la montaña, que contiene la proclamación del nuevo ethos: el ethos del Evangelio, considerado como el rasgo y modo de comportamiento que conforma el carácter del individuo, está profundamente unido con la conciencia del principio, en virtud de la originaria sencillez y riqueza que prevaleció durante la creación. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama, está enfocado directamente al hombre histórico, transformado en hombre de concupiscencia. Por lo tanto, en las palabras de Mt 5, 27-28, no prevalece una acusación, sino un juicio: un juicio realista sobre el corazón humano, un juicio que por un lado tiene un fundamento antropológico y, por otro, un carácter directamente ético. Para el ethos del Evangelio es un juicio constitutivo.

Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer.
(El hombre interior y su relación con el exterior).

Cristo, sabe lo que hay en todo hombre, no puede hablar de otro modo, sino con conocimiento de causa, porque tiene la autoridad para hacerlo. En eso reside la universalidad del Evangelio, que no es en absoluto una generalización. El hombre de todo tiempo y de todo lugar se siente llamado de un modo particular, concreto, irrepetible: porque precisamente Cristo apela al corazón humano en forma personal, de forma que no puede ser sometido a generalización alguna. Debemos entender ‘corazón’ como una especie de conciencia moral que nos dirige a actuar exteriormente, en forma singular e independiente, desde el interior.

El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

Es el ‘ethos’ del hombre posterior al pecado original, o sea, el "hombre de la concupiscencia", es decir, después de la ruptura de la comunión del hombre con Dios.

Virginia castro #34

Respuesta:

La moral viva es siempre ethos de la praxis humana.
Todos nuestros sentimientos de conciencia, conocimiento todo lo que viene de nuestro Corazon.

El ethos del hombre historico es mas fuerte porque pensaba y tenia una moral fuerte desde el Corazon, para actuar y por eso los ejemplos de Mateo son Fuertes pues la moral de esos anos era determinante, se pensaba desde el fondo del Corazon.

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio".
En su coloquio con los fariseos, Jesús, haciendo referencia al "principio", pronunció las siguientes palabras referentes al libelo de repudio: "Por la dureza de vuestro corazón, os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no fue así" (Mt 19, 8). Esta frase encierra indudablemente una acusación. "La dureza de corazón" indica lo que según el ethos del pueblo del Antiguo Testamento, había fundado la situación contraria al originario designio de Dios-Yahvé según el Génesis 2, 24.
El discurso de la montaña, y en especial ese pasaje que hemos elegido como centro de nuestros análisis, forma parte de la proclamación del nuevo ethos: el ethos del Evangelio. En las enseñanzas de Cristo, esta profundamente unido con la conciencia del "principio"; por tanto, con el misterio de la creación en su originaria sencillez y riqueza. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está enderezado de modo realista al "hombre histórico", transformado en hombre de la concupiscencia.

Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior)?.

Hablando de la "dureza de corazón", Cristo acusa, por decirlo así, a todo el "sujeto interior", que es responsable de la deformación de la ley. Y este hombre es precisamente el "hombre de la concupiscencia", cuyo misterio y cuyo corazón es conocido por Cristo ("pues El conocía lo que en el hombre había": Jn 2, 25). La imagen del hombre de la concupiscencia afecta ante todo a su interior. La historia del "corazón" humano después del pecado original, esta escrita bajo la presión de la triple concupiscencia, con la que se enlaza también la más profunda imagen del ethos en sus diversos documentos históricos. Sin embargo, ese interior es también la fuerza que decide sobre el comportamiento humano "exterior" y también sobre la forma de múltiples estructuras e instituciones a nivel de vida social.

El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
Cristo proclama en el discurso de la montaña, de modo realista a este "hombre histórico"; la triple concupiscencia, en efecto, es herencia de toda la humanidad y el "corazón" humano realmente participa en ella. Las palabras del discurso nos permiten establecer un contacto con la experiencia interior de este hombre, casi en toda latitud y longitud geográfica, en las diversas épocas, en los diversos condicionamientos sociales y culturales. El hombre de nuestro tiempo se siente llamado por su nombre en este enunciado de Cristo, no menos que el hombre de "entonces", al que el Maestro directamente se dirigía.

En las enseñanzas de Cristo, está profundamente unido con la conciencia del "principio"; con el misterio de la creación. Y el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, es al hombre histórico, transformado en hombre de la concupiscencia. En su dimensión histórica, hablando de la dureza de corazón, Cristo acusa, a todo el sujeto interior, que es responsable de la deformación de la ley. Al hombre de la concupiscencia, cuyo misterio y cuyo corazón es conocido por Cristo.

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

El Ethos relacionado con el Principio está en el sentido de que el hombre en el nuevo testamento es un hombre de comportamiento de concupiscencia es decir con un apetito desordenado de placeres, hay muchas tentaciones y eso no es agradable a Dios.

La apelación que Cristo hace al corazón del hombre es porque El conoce lo que hay en nuestro interior.

El Ethos del hombre histórico es consecuencia del pecado original, luego de la ruptura con Dios, el hombre cambia su comportamiento su forma de vida, prevalecen los encantos terrenales.

Pregunta.-¿En qué sentido está el "éthos" del evangelio relacionado con el"principio"
R= Cristo une el modo de ser del ser humano con la conciencia del "principio" o sea la conducta del ser humano con su originaria sencillez e inocencia, antes del pecado.
Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón humano y por que la puede hacer.
R= Cristo se refiere al corazón de cualquier ser humano después del pecado que quedo contaminado con la concupiscencia,y lo puede hacer ya que el conoce el interior de todos los seres humanos, y porque el corazón humano no puede ser sometido a generalización alguna
Pregunta.- El "ethos" del hombre histórico ¿cómo es?
R= La historia del"corazón" humano después del pecado original, esta escrita por el influjo de la triple concupiscencia, y todas las estructuras e instituciones humanas reflejan la imagen "interior" del ser humano y su comportamiento" exterior" y su modo de ser .

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

R=El ethos del pueblo ,se refiere al uso y costumbres de un pueblo y que van trasformando la Ley del hombre según las circunstancias y necesidades. El ethos del evangelio se relaciona con el “Principio” en la medida que es el uso y las costumbres que Dios pensó originalmente para que conviviera la humanidad, teniendo como referencia , guía y sometimiento la ley de Dios.
Con este conocimiento y con la autoridad que le da ser EL CRISTO,y conocer la voluntad del Padre y conocer a fondo nuestras circunstancias históricas ,es que Jesús apela a reencontrar nuestro ser interior, relacionarnos con nuestro corazón para encontrar el verdadero sentido de nuestra vida y nuestras relaciones…La humanidad, ha transformado la Ley de Dios según el exterior, ha acomodado el corazón y la ley al exterior en lugar de someter el exterior a Dios.

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio"?.
El discurso de la montaña, forma parte de la proclamación del nuevo ethos: el ethos del Evangelio. En las enseñanzas de Cristo, está profundamente unido con la conciencia del "principio"; por tanto, con el misterio de la creación en su originaria sencillez y riqueza. Y, al mismo tiempo, el ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está enderezado de modo realista al "hombre histórico", transformado en hombre de la concupiscencia.
Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior).
Desde ese punto de vista, en las palabras de Mt 5, 27-28, no prevalece la acusación, sino el juicio: un juicio realista sobre el corazón humano, un juicio que de una parte tiene un fundamento antropológico y, de otra, un carácter directamente ético. Para el ethos del Evangelio es un juicio constitutivo.

El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
El ethos, que Cristo proclama en el discurso de la montaña, está enderezado de modo realista al "hombre histórico", transformado en hombre de la concupiscencia. La triple concupiscencia, en efecto, es herencia de toda la humanidad y el "corazón" humano realmente participa en ella. Cristo, que sabe "lo que hay en todo hombre" (Jn 2, 25) (2), no puede hablar de otro modo, sino con semejante conocimiento de causa.

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
El ethos del evangelio está relacionado con el principio ya que en ambos períodos de la historia humana reina la amistad del hombre con Dios y el hombre puede vivir su corporeidad sexuada felizmente.
Cristo apela al corazón del hombre, a su intimidad, donde encuentra el eco del paraíso y puede pensar en su creación, y se encuentra con la libertad y la elección del bien. Los rasgos y modos de comportamiento “del principio” son traídos a la luz por Jesucristo quien hace nuevas todas las cosas. Esta apelación al corazón la puede hacer Jesucristo porque es Dios, y Él sabe lo que pasó en el principio (habla con conocimiento de causa). Cristo dice: acuérdate del paraíso y de lo felíz que eras, puedes volver a eso. El sujeto interior es el responsable, por su dureza, de la deformación exterior del amor corporal sexuado. Mira tu corazón, reflexiona, ablanda tu corazón con la ayuda de la gracia, yo te daré un corazón nuevo de carne en lugar de ese corazón de piedra.
El ethos del hombre histórico es el del hombre herido por la concupiscencia. Cristo habla al hombre con sus rasgos y comportamientos en un momento de la historia, pero “las palabras del discurso de la montaña nos permiten establecer un contacto con la experiencia interior de este hombre, casi en toda latitud y longitud geográfica, en las diversas épocas, en los diversos condicionamientos sociales y culturales. El hombre de nuestro tiempo se siente llamado por su nombre en este enunciado de Cristo, no menos que el hombre de "entonces", al que el Maestro directamente se dirigía”.

EL ethos del Evangelio se relaciona con el hombre del ‘principio’: Cristo hace una alusión directa, ‘no era así en el principio’, ‘por tanto Os digo’, vuelve a poner las cosas en su sitio, tal como Dios las había pensado en la Creación. Al aclarar que se había permitido repudiar a la mujer y explicar claramente que el hombre está hecho para unirse a su mujer y hacer los dos ‘una sola carne’ y no separarse, Cristo indica el modo en el que deben ser las cosas, según las planeó Dios desde el principio.
Cristo apela al corazón del hombre porque conoce al hombre por dentro, no solo la naturaleza humana, sino a cada persona individualmente, por lo cual puede hablar con toda autoridad, sabiendo lo que hay en cada uno; en esta apelación Jesús hace referencia exacta a la intención del corazón, a lo que busca en realidad la persona con sus acciones, que aunque pueden parecer buenas vistas de fuera, Él que conoce el interior y sabe exactamente por qué están siendo hechas así lo que dice es ‘EL tener mal intención en el corazón hace que la persona pueda estar ya en pecado, aunque de hecho nunca haga nada’. Esto nos lleva a darnos cuenta de que es muy importante siempre estar atentos a la intención del corazón, que puede hacer que una acción ‘buena’, ya no lo sea más, aunque sea la misma.
El ethos del hombre histórico es la descripción de una persona que está sometida a las tendencias de la concupiscencia, pero también puede decidir hacer el bien puesto que está dotado de libertad.

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio". Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
El "ethos" del evangelio esta relacionado con el "Principio" ´porque considera la relación hombre-mujer que se da desde el principio de los tiempos. Esa concupiscencia que puede darse desde el interior del alma. Por eso dice que se comete adulterio aún con el pensamiento.

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”. Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
(Leer con atención las notas para profundizar en los significados y la comprensión de este misterio)
R: El ethos del evangelio está relacionado con el “Principio”, porque es una nueva visión que nos da el Maestro, es la Buena Noticia. Ésta Buena Noticia no quebranta la Ley, no rompe con los originarios designios de Dios. El ethos del Antiguo Testamento, se adaptó al “corazón duro” de esa generación, por lo tanto nada tenia que ver con el “Principio”. Jesús, en el Sermón de la Montaña, hace un llamado a un cambio de vida, precisamente relacionado con el “Principio”.
Por lo anteriormente dicho podemos darnos cuenta porque Jesús apela, recurre al corazón del hombre, pues conoce perfectamente su subjetividad, su interior, tanto del hombre de entonces (con el cual convivió físicamente), como del actual. ¡Es Grande la vigencia del Evangelio! Porque Dios hecho Hombre, sabe perfectamente como es nuestro interior, por lo tanto apela al corazón individual de cada uno de nosotros, porque su sentir será la expresión de nuestro actuar. Y aquí se responde la pregunta ¿cómo es el ethos del hombre histórico? El ethos del hombre histórico está marcado por la triple concupiscencia" y por eso lo que dice Jesús, citado por Mateo: “Habéis oído que fue dicho: no adulterarás. Pero yo Os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón" (o también: "Ya la ha hecho adúltera en su corazón") muy claramente se observa, que más que acusación es un juicioantropológico y ético, que conserva su validez para todas las generaciones de todos lostiempos y puntos geográficos.

¿En qué sentido está el "ethos" del evangelio relacionado con el "Principio". Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior). El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
El "ethos" del evangelio (estilo y credibilidad del mismo) está relacionado con "el principio" pues Jesús hace referencia a la forma como Dios creó al hombre y ´como lo hizo a su imagen y semejanza y con la capacidad de amar y darse a los demás, sin embargo Cristo cono ce a todo el hombre ytodos los hombres por lo tanto sabe que la concupiscencia lo limita y ahora con el "ethos" del evangelio, hace ver que esta limitación del corazon del hombre no debe ser asi y que tienen que regrsar a lo que Dios quizó originariamente para el hombre.
Cristo hace apelación al corazón del hombre porque del corazón del hombre salen tanto las buenas como las malas intenciones y cono ce como es la reacción del hombre en general y Cristo hace esta apelación y la puede hacer porque nos conoce y es Dios. Apela a que con la libertad que Dios nos ha dado optemos por la donación de si a la otra persona y se rechace la concupiscencia.

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”.

El ethos del evangelio hace referencia al hombre original o como era desde el principio. El ethos del evangelio hace referencia al hombre de la concupiscencia. Cuando Cristo dice, en el principio no era así, se refiere a la escénica original del ethos, y que con la llegada del hijo del hombre se puede trabajar por buscar la originalidad del ethos, por medio de la gracia.

Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior).

Cristo conoce lo que hay en el corazón de todo hombre (Jn 2, 25). Cristo hace referencia a la dureza del corazón del hombre de la concupiscencia aquel que dejó la sencillez y la pureza de la comunión de personas en su alianza con Dios por aquello que el mundo le ofrece. Hace la apelación al hombre que se deja regir por lo mundano en lugar de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Del corazón sale todo, es por eso que Cristo habla del adulterio del corazón porque del interior proviene el modo en que el hombre se relaciona con el exterior.

El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?

Es el ethos del hombre de la concupiscencia.

¿En qué sentido está el “ethos” del evangelio relacionado con el “Principio”.
El ethos del evangelio se refiere al hombre de la concupiscencia y al relacionarlo al principio se habla de este hombre antes de perder la gracia de Dios, antes de ser dominado por el pecado y por la triple concupiscencia.
Jesús hace referencia al antes y al después, en tanto que con su presencia y sus enseñanzas puede alcanzarse ese estado original de gracia y dignidad con que fué revestido el hombre, en el principio de los tiempos.

Explica con tus palabras la apelación que Cristo hace al corazón del hombre y por qué la puede hacer. (El hombre interior y su relación con el exterior).
Cristo apela al corazón humano en tanto que conoce el hombre interior de cada uno. Sabe que del corazón sale todo lo bueno y todo lo malo que puede inspirarnos y caracterizarnos. Al relacionarnos con nuestros semejantes, damos evidencia de este corazón; Jesús sabe que de nuestro corazón se inspiran los mejores o los peores sentimientos, mismos que se reflejan en nuestros actos.
Jesús conoce las intenciones de cada corazón y espera que éstas sean de acuerdo al amor de Dios, que se derrama en cada uno para llevarlo a nuestros semejantes.

El Ethos del hombre histórico ¿cómo es?
Es el Ethos del hombre de todas las épocas, de todas las circunstancias, de todos los ambientes; según su corazón, el hombre a través del tiempo ha vivido su relación con sus semejantes. Cuando aparece la concupiscencia, el hombre es guiado muchas veces por la carne, olvidándose de la gracia y del amor de Dios que viven en su corazón y quieren manifestarse de manera plena en todos los actos de su vida.

El ethos o conjunto de características que definen a una persona o pueblo, sufrió un cambio. El ethos del hombre original no es el mismo del hombre histórico, de allí que Jesús refiere a los fariseos cuando le preguntan sobre el libelo de divorcio que “al principio” (antes del pecado) no era así y que Moisés lo había permitido por la dureza de corazón (después del pecado), entendiéndose esa dureza de corazón como un cerramiento a la presencia y actuación de la gracia. Jesús habla en el sermón de la montaña al hombre histórico y, por extensión, al hombre actual, porque Él nos conoce, sabe perfectamente de lo que es capaz nuestro corazón, conoce el ethos del hombre histórico pero no como una generalidad, sino como algo ligado a cada una de las personas, único e irrepetible y que marcará la respuesta del corazón de cada individuo

el ethos unido al principio nos lleva a la concepción de la donación de Dios a la vida y que el hombre creado a imagen y semejanza de Dios debe es lanzado en donación a la vida.