45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano, también conocida como Teología del Cuerpo.

En esta segunda parte se toca el adulterio, la concupiscencia, la donación mutua del hombre y a mujer en el matrimonio, la dignidad del cuerpo y del sexo, lo «ético» y lo «erótico» en el amor humano y el respeto al cuerpo.

Fechas:
Este curso consta 40 sesiones que se impartirán todos los martes y sábados a partir del 27 de agosto de 2013 , la última será el 3 enero de 2014

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Moderadores Animadores

Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Vie Nov 22, 2013 6:04 pm

Las palabras de Cristo en el sermón de la montaña en el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador. Mientras para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen valor no apreciado del cuerpo y el sexo, el ethos en la redención del cuerpo. En las palabras analizadas del sermón de la montaña Mt 5, 27-28, el corazón humano es acusado de concupiscencia y mediante las mismas palabras está llamado a descubrir el sentido pleno de lo que en el acto de concupiscencia constituye para él un valor no bastante apreciado. La llamada a dominar la concupiscencia de la carne brota precisamente de la afirmación de la dignidad personal del cuerpo y del sexo, y sirve únicamente a esta dignidad.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor garu » Vie Nov 22, 2013 7:33 pm

Para el maniqueísmo la sexualidad constituye un anti-valor. El cuerpo humano, masculino y femenino, es la fuente del mal y sólo es tolerable su unión dentro de los límites de la necesidad de la procreación. Conforme al ethos cristiano, el hombre es capaz de transformar su actitud, siendo capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo como comunión de las personas, constituyéndose a diferencia del maniqueísmo, en un “ valor no bastante apreciado”. Una sociedad basada en la teoría maniqueista, estaría formada por una población producto de una necesidad de perpetuarse, mas no como consecuencia de una comunión de personas, según el designio del Creador.
Las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña y que hacen referencia al pecado del corazón, son efectivamente una acusación a ese corazón que disminuye intencionalmente la dignidad de la mujer, en este caso, pero a la vez es una apelación a descubrir esa dignidad y afirmarla de nuevo.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor b. gabriel reyes reyes » Vie Nov 22, 2013 10:06 pm

[b]Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno.[/b]

[i]Según el pensamiento maniqueísta, el deseo “para desear” nace del cuerpo, principio ontológico del mal; dado que el cuerpo es un anti-valor, la sexualidad también lo es; consecuentemente, ésta debe aniquilarse en la persona humana y sólo debe ejercerse como medio para la procreación. La mujer es despojada de su dignidad de persona y tomada sólo como objeto para la procreación.
Para el Ethos cristiano la sexualidad, como el cuerpo, es “un valor no bastante apreciado”. La persona humana, tanto el hombre como la mujer, mediante una transformación de su conciencia y de sus actitudes, poniendo su sexualidad al servicio de la “comunión de las personas”, manifiesta y realiza el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador[/i]


[b]¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?[/b]

[i]Quiere decir que, aunque las palabras de Cristo, en el Sermón de la Montaña, no contienen una “condena” contra el cuerpo; si se percibe en ellas una cierta "acusación" al corazón humano, es más bien una apelación: Acusación del mal moral y llamada a vencer este mal; acusación al hombre de la concupiscencia y apelación a convertir el cuerpo en la manifestación del espíritu, en signo sacramental; convocatoria a recuperar el significado esponsalicio del cuerpo, a manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador. [/i]
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor patricio » Dom Nov 24, 2013 10:05 pm

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno.
Una actitud maniquea nos lleva a un "aniquilamiento", si no real, al menos intencional del cuerpo, a una negación del valor del sexo humano, de la masculinidad y feminidad de la persona humana, o por lo menos sólo a la "tolerancia" en los límites de la "necesidad" delimitada por la necesidad misma de la procreación.
En cambio, basándose en las palabras de Cristo en el sermón de la montaña, el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, tanto del hombre como de la mujer, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la comunión de las personas", "que es el sustrato más profundo de la ética y de la cultura humana.
Mientras para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen, por decirlo así, un "anti-valor", en cambio, para el cristianismo son siempre un "valor no bastante apreciado".


¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?
El Papa habla de esta diferencia entre la "acusación" y la "apelación" en palabras de Cristo. Dado que la acusación dirigida al mal de la concupiscencia es, al mismo tiempo, una apelación a vencerlo, consiguientemente esta victoria debe unirse a un esfuerzo para descubrir el valor auténtico del objeto, para que en el hombre, en su conciencia y en su voluntad, no arraige el "anti-valor" maniqueo. Si en las palabras analizadas del sermón de la montaña, el corazón humano es "acusado" de concupiscencia (o si es puesto en guardia contra esa concupiscencia), a la vez, mediante las mismas palabras está llamado a descubrir el sentido pleno de lo que en el acto de concupiscencia constituye para él un "valor no bastante apreciado".
El "adulterio cometido en el corazón", se puede y se debe entender como empobrecimiento de un valor auténtico, como privación intencional de esa dignidad, a la que en la persona en cuestión responde el valor integral de su feminidad. Las palabras de Mateo 5, 27-28 contiene una llamada a descubrir este valor y esta dignidad, y a afirmarlos de nuevo.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor RoxanaGomez25 » Mar Nov 26, 2013 12:43 pm

La diferencia entre la comprensión maniquea es que el sexo parece malo, no tiene un valor en la dignidad del hombre, no consideran al ser humano espíritu y cuerpo, en cambio en el ethos cristiano, está al servicio del amor, el cuerpo tiene sentido esponsalicio, se vive la sexualidad en la feminidad y masculinidad, en un don, en un dominio interior, con libertad del espíritu.
El Papa quiere decir de la acusación que en el sermón aparece una acusación al hombre de la concupiscencia pero es al mismo tiempo una apelación al corazón a vencer el mal de esta concupiscencia a no arraigar un antivalor, que priva al hombre de su dignidad, ya que el cristiano tiene como característica el transformar su conciencia y tener actitudes de vencer antivalores y obtener los valores cristianos.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor Dolovalencia » Jue Nov 28, 2013 3:09 pm

Ethos cristiano esta compenetrado con la redención del cuerpo donde señala el estado pecaminoso del hombre donde este ha perdido el sentido límpido del significado esponsalicio del cuerpo. Aquí deben ser liberados los elementos maniqueos en el pensamiento y en la actitud.
Una actitud maniquea llevaría al cuerpo a un aniquilamiento sino real sí intencional; a una negación del valor del cuerpo humano. Basado en las palabras de Cristo el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana tanto del hombre como de la mujer. Las palabras de Cristo contienen una cierta acusación al corazón humano y mucho más una apelación donde nos invita a vencer este mal. La acusación dirigida al mal de la concupiscencia es al mismo tiempo una apelación a vencerlo. El adulterio cometido con el corazón se debe entender como desvalorización de un valor auténtico.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor Carlos64 » Sab Nov 30, 2013 9:07 pm

Pregunta: "Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano… saca las consecuencias de cada uno."

Desde la perspectiva maniquea, la sexualidad y todo lo que le atañe (el cuerpo, la diferenciación entre el varón y la mujer, al acto carnal en sí, la atracción entre ambos, la masculinidad y la feminidad como arquetipos de humanidad, la convivencia conyugal) es pecaminoso, perverso de forma intrínseca, opuesto al espíritu y, por ende, debe ser condenado. A lo sumo, tolerado como un mal necesario en vista de la necesidad de que el ser humano se reproduzca. Desde un maniqueísmo extremo, toda manifestación sexuada de la humanidad debería evitarse y la única opción vital para alcanzar un estado de santidad sería la abstención absoluta; pero no una abstención positiva, como don al servicio de Dios y de la humanidad (como es el caso de los sacerdotes y religiosos de la Iglesia), sino una abstención basada negativamente en un repudio acérrimo de la sexualidad.

Esta comprensión maniquea de la sexualidad humana es extraña y contraria al Ethos de Cristo. De las palabras pronunciadas por el Señor durante el Sermón del Monte, lo que se desprende en última instancia es que el cuerpo y el sexo no han de ser condenados sino rescatados, liberados, devueltos a su dignidad esencial, dignidad que se desprende del sentido original que les dio Dios antes de la caída de la humanidad en el pecado. Se trata, para Cristo, de que el cuerpo sea redimido (liberado) de la concupiscencia que le domina y limita, y pueda así recuperar su significado esponsalicio, de manera que el cuerpo se constituya en manifestación del espíritu a través del don de sí que fundamenta la comunión a la que están llamados el varón y la mujer. Y así, colocar de nuevo a la masculinidad y a la feminidad como arquetipos de humanidad según el designio divino, expresos en la historicidad concreta de cada quien y de sus opciones éticas.

Si nos dejáramos guiar por una concepción maniquea en torno a nuestros cuerpos y nuestra sexualidad, la vida sería, a mi juicio, terriblemente deprimente. Una vida lastrada por una culpa irresoluble, en vista de que en nosotros al anti-ideal de una realidad antropológica asexuada es imposible como realidad cotidiana, toda vez que hemos sido constituidos por Dios como seres sexuados y no podemos traicionar dicha verdad ontológica en aras de imperativos maniqueos que la única opción que nos brindarían sería la culpabilización sistemática de lo que somos. Una vida además despojada del amor en sus manifestaciones más fundamentales, dada la conexión orgánica innegable entre la vivencia del amor conyugal y la mayoría, si no todas, las demás formas de manifestación del amor en el ámbito de la familia y de la comunidad --de hecho, se considera que el amor conyugal es la base de la familia y ésta, a su vez, es base de la sociedad--. Una vida, en definitiva, opuesta al designio auténtico de Dios en nombre de un puritanismo exacerbado, enfermo en su concepción más básica, dado que como tal vehicularía una ética, mejor decir una pseudo-ética, antagónica a la comunión, al don de sí, a la entrega mutua cuya expresión en el amor conyugal adquiere una dimensión sacramental, dada por la gracia misma de Dios.

El Ethos de Cristo nos abre una perspectiva infinitamente distinta. Llamados al amor desde nuestra corporeidad y nuestra espiritualidad a la vez, hemos de valorar nuestro cuerpo y nuestra sexualidad como dones excelentes de Dios que nos permiten vivir el don de sí de forma concreta en nuestra historicidad y, con ello, corresponder al designio original de nuestro Creador, que nos llamó a ser una sola carne a través de la unión sacramental entre el varón y la mujer. Así, se desprende que hemos de aprender a valorar nuestra realidad sexuada según la ética del Evangelio, para la cual la condición primordial es la pureza del corazón. Hemos de aprender a ejercer autodominio sobre nuestro cuerpo desde nuestra más íntima y profundad interioridad, en la que habita la imagen y semejanza de Dios, no con el fin de negar nuestra sexualidad sino con el fin de vivirla como medio de comunión, como expresión de nuestro espíritu, como don de amor, renunciando para ello a la concupiscencia y a sus distorsiones, siempre amenazantes, del verdadero significado del cuerpo y del sexo. Cristo nos llama encarecidamente a recuperar en nosotros el sentido de una sexualidad que no se sirve a sí misma sino que sirve a la comunión, que es pura en sus intenciones porque obedece a un corazón puro, que parte también de un reconocimiento total de la dignidad de la pareja, de la mujer en mi caso, de mi mujer, como subjetividad íntegra, querida por Dios, cuyo cuerpo no es un objeto sino un sujeto, parte esencial de ella misma, expresión de su espíritu que es feminidad singular, amada ante Dios y por Dios.

Pregunta: "¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?"

Según la reflexión del Beato Juan Pablo II en torno a las palabras de Cristo en el Sermón del Monte, se da una acusación dirigida al hombre concupiscente (hombre de la concupiscencia) que constituye el resultado del pecado que habita el corazón humano y que desde su propia dinámica, ajena y contraria al designio divino en nosotros, limita y distorsiona el sentido real de lo que somos, incluyendo nuestra realidad corporal sexuada. Esto implica que la acusación de Cristo no es una condena al cuerpo ni al sexo, sino a la concupiscencia que limita (mediante la reducción intencional) su sentido. Ahora bien, y esto es crucial para entender el Ethos del Evangelio, la acusación de Cristo a la concupiscencia que nos habita no se detiene en sí misma si no que eclosiona en una apelación: el Señor Jesús señala al mal que habita en el corazón del hombre (lo acusa) para de forma inmediata y consecuente llamarnos a superar ese mal. Señala al mal que habita en el corazón humano con el fin de pedirle a este mismo corazón que lo venza, esto es, que se separe de este mal y vuelva a ser lo que era en un principio. La acusación de Cristo sobre el mal del hombre lleva consigo la apelación al hombre para que, desde su más profundo interior, renuncie a ese mal.

Aplicando este Ethos a la relación entre el varón y la mujer, se apela a que el varón descubra el valor auténtico del objeto de su mirada (deseo), siendo que esta mirada, concupiscente, ha significado una desvalorización. El hombre es llamado a descubrir el auténtico valor y la dignidad de la mujer, superando así la dinámica de la reducción intencional que subyace a la cosificación del otro. Sólo a través de este descubrimiento puede superarse la confrontación (posesión, dominio, utilitarismo) que impide la comunión verdadera entre el varón y la mujer.
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Dios te salve, María, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor Mary Jo » Mar Dic 03, 2013 10:05 pm

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno.
El maniqueísmo:
• Niega el valor del sexo humano, de la masculinidad y feminidad de la persona humana.
• “Tolera” la procreación, pero sólo en ciertos límites de “necesidad”.
• Para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen, por decirlo así, un "anti-valor".
• Como consecuencia esto trae el “aniquilamiento” del cuerpo, a no darle el valor que corresponde o querido por el Creador.
El ethos cristiano:
• Realza el valor del cuerpo y del sexo que son puestos al servicio de la “comunión de las personas”, fundamento de una sociedad.
• El cuerpo y la sexualidad constituyen un "valor no bastante apreciado" debido a que en muchas ocasiones, se denigra el cuerpo y el sexo, en vez de tenerlo como un valor de la persona.
• El cuerpo, en su masculinidad y feminidad, está llamado "desde el principio" a convertirse en la manifestación del espíritu.
• Se convierte también en esa manifestación mediante la unión conyugal del hombre y de la mujer, cuando se unen de manera que forman "una sola carne".
• Cristo defiende los derechos inolvidables de esta unidad, mediante la cual el cuerpo, en su masculinidad y feminidad, asume el valor de signo, signo en algún sentido, sacramental (cf. Mt 19, 5-6).
• Como consecuencia se defiende la dignidad de la persona tanto en su cuerpo y espíritu, la sexualidad que es parte de su naturaleza y por lo tanto al matrimonio y familia.

¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?
Cristo en el Sermón de la Montaña precisa una acusación dirigida al mal de concupiscencia y al mismo tiempo una apelación o examen crítico al “corazón” para vencerlo.
Si en las palabras analizadas del sermón de la montaña (Mt 5, 27-28) el corazón humano es "acusado" de concupiscencia (o si es puesto en guardia contra esa concupiscencia), a la vez, mediante las mismas palabras está llamado a descubrir el sentido pleno de lo que en el acto de concupiscencia constituye para él un "valor no bastante apreciado".
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor Alejandra S » Mié Dic 18, 2013 5:02 pm

Los maniqueos toman al sexo como algo malo pero los cristianos sabemos que los hombres hemos sido creados sexuados y que eso es bueno.
Las consecuencias: en la vida diaria los maniqueos desprecian al sexo, les parece algo asqueroso, lo denigran. Separan cuerpo “malo” y alma buena. Es una condena al cuerpo.
Pero para los cristianos, cuerpo y alma constituyen un todo, somos cuerpos sexuados y eso es algo maravilloso que Dios nos regaló y por eso tiene una dignidad altisima que debe expresarse en la vida. El cuerpo es manifestación del espíritu y el sexo sirve a la comunión del hombre y la mujer.
Las palabras de Cristo son una llamada a vencer al mal en el corazón, la concupiscencia, pero no son para condenar al cuerpo y su sexualidad.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor mari_pily » Dom Dic 29, 2013 6:39 pm

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno,
La mentalidad maniquea condena la sexualidad, la ven como actos malos, niegan el valor del sexo humano y no lo consideran como una necesidad para la procreación, según ellos, el cuerpo y la sexualidad constituyen un anti-valor.
Sus consecuencias:
-Caer en aniquilamientos y condenas.
-No hay libertad para darle el valor adecuado al sexo.
-Se pierde la dignidad del hombre y la mujer.
En cambio para el cristianismo el cuerpo y la sexualidad son siempre de mucho valor no bastante apreciado pero se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes humanas capaces de poder manifestar y realizar ese valor corpóreo- sexual, designado por el Creador, para el servicio de la comunión de las personas.
Sus consecuencias:
Mas que consecuencias estamos llamados a descubrir el valor , la dignidad y a afirmarlos, también nos llama a dominar la concupiscencia de la carne para darle un significado esencial a la teología del cuerpo, contenida en la enseñanza de Cristo.
¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y como una acusación?
Como una acusación nos dice que esta dirijida al mal de la concupiscencia, al adulterio cometido en el corazón y se puede y debe entenderse como desvalorización y falta de dignidad, por lo mismo como apelación nos invita a vencerlo, uniendo un esfuerzo para descubrir el valor auténtico del objeto, y el hombre en su conciencia y voluntad no arraigue el anti-valor maniqueo.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor katrinaruiz » Mié Ene 22, 2014 11:21 pm

La diferencia entre la compresión maniquea de la sexualidad y el ethos cristiano, radica en que en el maniqueo considera que la unión de los cuerpos es incorrecta e impura y el ethos cristiano nos recuerda que el cuerpo tiene un carácter esponsalicio, la unión de los cuerpos no es mala mas bien es una comunión de amor que da lugar a nuevas vidas. La visión maniquea tiene como consecuencia una desvirtualización de la unión de dos seres. En cambio el ethos cristiano tiene como consecuencia la entrega autentica de los seres, sin reservas, y esa comunión teniendo como centro a Dios.
El Papa quiere decir que es una apelación porque es un llamado para que el hombre pueda corregir la y es una acusación hacia la impureza de corazón irrespetando la dignidad del cuerpo y sexo. Es importante atender a la apelación para vivir plenamente según la voluntad de Dios y la unión de los cuerpos sea en verdad un donar.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor BlancaElena » Vie Ene 24, 2014 8:19 pm

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano… saca las consecuencias de cada uno.

La comprensión maniquea radica en considerar el mal como elemento constitutivo del cuerpo y la sexualidad, establece en el pensamiento y actitud del hombre una tolerancia que se reduce por necesidad a la procreación, deja al hombre poseído por la concupiscencia de la carne que atrapa al espíritu en una lucha del bien y del mal.

- Es el empobrecimiento del valor de la sexualidad, lo presenta como antivalor
- No es coherente con las palabras pronunciadas por JESUS en el Evangelio en el Sermón de la Montaña
- Reduce el estado esponsalicio a la concupiscencia del cuerpo y la procreación
- Crea confusión en el significado ontológico del cuerpo.

El Ethos cristiano muestra la dignidad de la persona en su feminidad y masculinidad, el significado ético del cuerpo para su redención. El estado esponsalicio del cuerpo no se puede confundir con el continuo estado pecaminoso del hombre. Es el cambio de conciencia y actitud humana como al "principio" como DIOS quiere.

- Establece la dignidad de la persona humana
- El espíritu se manifiesta en la feminidad y masculinidad en comunión "una sola carne" por amor.
- Muestra el valor no suficientemente apreciado de la sexualidad humana.
- Fortalece el estado esponsalicio como al "principio"
- Llama al corazón a un examen autocritico


¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?

Es una ACUSACION al mal de la concupiscencia y una APELACION a vencerlo. Es el esfuerzo para que el hombre en su conciencia y voluntad no arraigue ideas maniqueas totalmente humanas inclinadas a ver el mal presente siempre en la sexualidad.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor mamafeliz » Mar Ene 28, 2014 11:43 am

En la mentalidad maniquea son el cuerpo y la sexualidad un antivalor y son condenados.
En el sermón de la montana no hay condena ni acusación contra el cuerpo, si acaso solo condena del corazón humano. Se le somete a juicio. El cuerpo en su masculinidad y feminidad, está llamado "desde el principio" a convertirse en la manifestación del espíritu. Y también cuando hombre y mujer ser convierten en "una sola carne". El cuerpo asume el valor de signo sacramental. Esto no tiene nada en común con la doctrina maniquea y esta compenetrado con la redención del cuerpo. La persona humana es capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo según el designio originario del Creador puestos al servicio de la comunión de las personas. Cristo nos pide separarnos del mal acto pero en ningun momento transferir lo malo del acto a su objeto.
La diferencia entre acusación y apelación es que se acusa al mal de la concupiscencia y al mismo tiempo se apela para vencerlo.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor matrapaga » Mar Feb 25, 2014 3:00 pm

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano… saca las consecuencias de cada uno.
La comprensión maniquea de la sexualidad arruina, no realmente, pero sí intencionalmente, al cuerpo, es decir, niega el valor del sexo humano, y consecuentemente la masculinidad y feminidad de la persona, tolerándolo solamente en los límites de la necesidad misma de la procreación. Quitándole la dignidad intrínseca de la persona.
El Ethos cristiano "acusa" el hecho, la intención con la cual se mira a la mujer sin quitarle su valor y dignidad a la persona. Por lo tanto no acusa a la persona en si, sino sus actitudes.
¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?
El Papa precisa la diferencia entre la "acusacion" y la "apelacion" La acusacion va dirigida al mal de la concupiscencia y la apelacion a vencerla. Es decir, uniendo el esfuerzo para descubir el valor autentico del objeto como persona, para que en el hombre, en su conciencia y en su voluntad no arraige el "anti-valor" maniqueo. El ser humano tiene su dignidad de ser creado por Dios para un fin bueno.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor Dairo Camacho » Jue Feb 27, 2014 10:16 am

Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno.

La comprensión maniquea de la sexualidad en gran medida niega el valor del sexo humano reduciéndolo simplemente a un acto carnal necesario para la procreación, despojándolo de esta manera de su dignidad como medio de comunión entre las personas al tiempo que puede llegar a negar el valor que poseen la masculinidad y la feminidad.
Por su parte el Ethos Cristiano acusa la concupiscencia de quien mira a una mujer deseándola, y dejando ver con esto que se reduce a esa persona a un simple objeto que se aparta de su dignidad y valor como persona y como ser humano. Sin embargo esta acusación no va dirigida a la persona directamente sino a la intención o a sus actitudes que lo conducen a ello.

¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?

Que Cristo en su sermón más que acusar o juzgar a la concupiscencia en sí misma, lo que busca es abolirla o vencerla mediante una apelación que va dirigida a un esfuerzo por parte del hombre quien debe descubrir la dimensionalidad de la persona humana y no verla como un simple objeto.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor marthika7 » Jue May 08, 2014 2:44 pm

Pregunta:
Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano... saca las consecuencias de cada uno.
La comprensión maniquea de la sexualidad rechaza el cuerpo humano, mientras que en el Ethos cristiano, el cuerpo, en su masculinidad y feminidad, está llamado “desde el principio” a convertirse en la manifestación del espíritu. Este significado ético nada tiene en común con la condena maniquea, y, en cambio, está profundamente compenetrado con el misterio de la "redención del cuerpo" (Rm 8, 23). Para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen, por decirlo así, un “anti-valor”, mientras que, para el cristianismo son siempre un “valor no bastante apreciado”.
La actitud maniquea llevaría a un “aniquilamiento”, si no real, al menos intencional del cuerpo, a una negación del valor del sexo humano, de la masculinidad y feminidad de la persona humana, o por lo menos sólo a la “tolerancia” en los límites de la “necesidad” delimitada por la necesidad misma de la procreación.
El ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, que le hace, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la comunión de las personas, sustrato más profundo de la ética y de la cultura humana.

¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?
Es una acusación sobre todo al hombre de la concupiscencia, pero más que todo es una apelación. Con las palabras del Sermón de la Montaña, no se acusa al corazón humano, sino que se le somete a un juicio, o mejor, se le llama a un examen crítico, más aún, autocrítico: ceda o no a la concupiscencia de la carne. El juicio encerrado en el, acerca del “deseo”, este visto como acto de concupiscencia de la carne, contiene en sí no la negación, sino más bien la afirmación del cuerpo, como elemento que juntamente con el espíritu determina la subjetividad ontológica del hombre y participa en su dignidad de persona.
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Re: 45. Dignidad del cuerpo y del sexo según el Evangelio

Notapor claudia corchado » Vie May 09, 2014 5:42 pm

Pregunta:
Explica la diferencia entre la comprensión maniquea de la sexualidad y el Ethos cristiano… saca las consecuencias de cada uno.
Una actitud maniquea llevaría a un “aniquilamiento” del cuerpo, a una negación del valor del sexo humano, de la masculinidad y feminidad de la persona humana, o por lo menos sólo a la “tolerancia” por la necesidad misma de la procreación. En cambio, basándose en las palabras de Cristo en el sermón de la montaña, el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana tanto del hombre como de la mujer, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la comunión de las personas. Mientras para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen un “anti-valor”, en cambio, para el cristianismo son siempre un “valor no bastante apreciado”. Cristo en Mateo 5, 27-28 exige separarse del mal de la “concupiscencia” (o de la mirada de deseo desordenado), pero su enunciado no deja suponer en modo alguno que sea un mal el objeto de ese deseo, esto es, la mujer a la que se “mira para desearla”. La llamada a dominar la concupiscencia de la carne brota precisamente de la afirmación de la dignidad personal del cuerpo y del sexo, y sirve únicamente a esta dignidad.

¿Qué quiere decir el Papa cuando habla de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña como una apelación y una acusación?
La acusación dirigida al mal de la concupiscencia es, al mismo tiempo, una apelación a vencerlo, consiguientemente esta victoria debe unirse a un esfuerzo para descubrir el valor auténtico del objeto, para que en el hombre, en su conciencia y en su voluntad, no arraige el “anti-valor” maniqueo.

Saludos a todos.
claudia corchado
 
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