53. La pureza de corazón evangélica

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano, también conocida como Teología del Cuerpo.

En esta segunda parte se toca el adulterio, la concupiscencia, la donación mutua del hombre y a mujer en el matrimonio, la dignidad del cuerpo y del sexo, lo «ético» y lo «erótico» en el amor humano y el respeto al cuerpo.

Fechas:
Este curso consta 40 sesiones que se impartirán todos los martes y sábados a partir del 27 de agosto de 2013 , la última será el 3 enero de 2014

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Moderadores Animadores

53. La pureza de corazón evangélica

Notapor pilar calva » Mar Oct 22, 2013 10:18 pm

(14-I-81/18-I-81)

1. San Pablo escribe en la Carta a los Gálatas: “Vosotros, hermanos habéis sido llamados a la libertad; pero cuidado con tomar la libertad por pretexto para servir a la carne, antes servíos unos a otros por la caridad. Porque toda la ley se resume en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (<i>Gál</i> 5, 13-14). La semana pasada nos hemos detenido ya a reflexionar sobre estas palabras; sin embargo, nos volvemos a ocupar de ellas hoy, en relación al tema principal de nuestras reflexiones.

Aunque el pasaje citado se refiera ante todo al tema de la justificación sin embargo, el Apóstol tiende aquí explícitamente a hacer comprender la dimensión ética de la contraposición “cuerpo-espíritu” esto es, entre la vida según la carne y la vida según el Espíritu. Más aún, precisamente aquí toca el punto esencial, descubriendo casi las mismas raíces antropológicas del <i>ethos</i> evangélico. Efectivamente si “toda la ley” (ley moral del Antiguo Testamento) “halla su plenitud” <i> en el mandamiento de la caridad</i>, la dimensión del nuevo <i>ethos</i> evangélico no es más que una <i> llamada</i> dirigida a la libertad humana, una llamada a su realización plena y, en cierto sentido, a la mas plena “utilización” de la potencialidad del espíritu humano.

2. Podría parecer que Pablo contraponga solamente la libertad a la ley y la ley a la libertad. Sin embargo, un análisis profundo del texto demuestra que San Pablo, en la Carta a los Gálatas, subraya ante todo la subordinación ética de la libertad a ese elemento en el que se cumple toda la ley, o sea, al amor, que es el contenido del mandamiento más grande del Evangelio. “Cristo nos ha liberado para que seamos libres”, precisamente en el sentido en que El nos ha manifestado la subordinación ética (y teológica) de la libertad a la caridad y que <i> ha unido la libertad con el mandamiento del amor</i>. Entender así la vocación a la libertad (”Vosotros... hermanos, habéis sido llamados a la libertad”, <i>Gál</i> 5, 13), significa configurar el <i>ethos</i> , en el que se realiza la vida “según el Espíritu”. Efectivamente, hay también el peligro de entender la libertad de modo erróneo, y Pablo lo señala con claridad, al escribir en el mismo contexto: “Pero cuidado con tomar la libertad por pretexto para servir a la carne, antes servíos unos a otros por la caridad” (<i>ib</i> .)

3. En otras palabras: Pablo nos pone en guardia contra la posibilidad de hacer mal uso de la libertad, un uso que contraste con la liberación del espíritu humano realizada por Cristo y que contradiga a esa libertad con la que “Cristo nos ha liberado”. En efecto, Cristo ha realizado y manifestado la libertad que encuentra la plenitud en la caridad, la libertad, gracias a la cual, estamos “los unos al servicio de los otros”; en otras palabras: la <i> libertad que se convierte en fuente de “obras” nuevas y de “vida” según el Espíritu</i>. La antítesis y, de algún modo, la negación de este uso de la libertad tiene lugar cuando se convierte para el hombre en “un pretexto para vivir según la carne”. La libertad viene a ser entonces una fuente de “obras” y de “vida” según la carne. Deja de ser la libertad auténtica, para la cual “Cristo nos ha liberado”, y se convierte en “un pretexto para vivir según la carne”, fuente (o bien instrumento) de un “yugo” específico por parte de la soberbia de la vida, de la concupiscencia de los ojos y de la concupiscencia de la carne. Quien de este modo <i> vive “según la carne”</i>, esto es, se sujeta -aunque de modo no del todo consciente, más sin embargo, efectivo- a la triple concupiscencia, y en particular a la concupiscencia de la carne, deja de ser capaz de esa libertad para la que “Cristo nos ha liberado”; deja también de ser idóneo para el verdadero don de si, que es fruto y expresión de esta libertad. Además, deja de ser capaz de ese don que está orgánicamente ligado con el significado esponsalicio del cuerpo humano, del que hemos tratado en los precedentes análisis del libro del Génesis (cf. <i>Gén</i> 2, 23-25).

4. De este modo, la doctrina paulina acerca de la pureza, doctrina en la que encontramos el eco fiel y auténtico del sermón de la montaña, nos permite ver la “pureza de corazón” evangélica y cristiana en una perspectiva más amplia, y sobre todo nos permite unirla con la caridad en la que toda “la ley encuentra su plenitud”. Pablo, de modo análogo a Cristo, conoce un doble significado de la “pureza” (y de la “impureza”): un sentido genérico y otro específico. En el primer caso, es “puro” todo lo que es moralmente bueno; en cambio, es “impuro” lo que es moralmente malo. Lo afirman con claridad las palabras de Cristo según Mateo 15, 18-20, citadas anteriormente. En los enunciados de Pablo acerca de las “obras de la carne”, que contrapone al “fruto del Espíritu”, encontramos la base para un modo análogo de entender este problema. Entre las “obras de la carne”, Pablo coloca <i> lo que es moralmente malo</i>, mientras que <i> todo bien mora</i> l está unido con la vida “según el Espíritu”. Así, una de las manifestaciones de la vida “según el Espíritu” es el comportamiento conforme a esa virtud, a la que Pablo, en la Carta a los Gálatas, parece definir más bien indirectamente, pero de la que habla de modo directo <i> en la primera Carta a los Tesalonicenses</i>.

5. En los pasajes de la Carta a los Gálatas, que ya hemos sometido anteriormente a análisis detallado, el Apóstol enumera en el primer lugar, entre las “obras de la carne”: “fornicación, impureza, libertinaje”; sin embargo, a continuación, cuando contrapone a estas obras el “fruto del Espíritu”, no habla directamente de la “pureza”, sino que <i> solamente nombra el “dominio de sí”, la enkráteia</i>. Este “dominio” se puede reconocer como virtud que se refiere a la continencia en el ámbito de todos los deseos de los sentidos, sobre todo en la esfera sexual; por lo tanto, está en contraposición con la “fornicación, con la impureza, con el libertinaje”, y también con la “embriaguez”, con las “orgías”. Se podría admitir, pues, que el paulino “dominio de sí” contiene lo que se expresa con el término “continencia” o “templanza”, que corresponde al término latino temperantia. En este caso, nos hallamos frente al conocido sistema de las virtudes, que la teología posterior, especialmente la escolástica, tomará prestado, en cierto sentido, de la ética de Aristóteles. Sin embargo, Pablo ciertamente no se sirve, en su texto, de este sistema. Dado que por “pureza” se debe entender el justo modo de tratar la esfera sexual, según el estado personal (y no necesariamente una abstención absoluta de la vida sexual), entonces indudablemente esta “pureza” está comprendida en el concepto paulino de “dominio” o <i> enkráteia</i>. Por esto, <i> en</i> el ámbito del texto paulino encontramos sólo una mención genérica e indirecta de la pureza, en tanto en cuanto el autor contrapone a estas “obras de la carne” como “fornicación, impureza, libertinaje”, el “fruto del Espíritu”, es decir, obras nuevas, en las que se manifiesta “la vida según el Espíritu”. Se puede deducir que una de estas obras nuevas es precisamente la “pureza”: es decir, la que se contrapone a la “impureza” y también a la “fornicación” y al “libertinaje”.

6. Pero ya en la primera Carta a los Tesalonicenses, Pablo escribe sobre este tema de modo explícito e inequívoco. Allí leemos “La voluntad de Dios es vuestra santificación; que <i>Os</i> abstengáis de la fornicación; que cada uno sepa mantener el propio cuerpo (1) en santidad y honor, no como objeto de pasión libidinosa, como los gentiles, que no conocen a Dios (1 <i>Tes</i> 4, 3-5). Y luego: “Que no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad. Por tanto, quien estos preceptos desprecia, no desprecia al hombre, sino a Dios, que <i>Os</i> dio su Espíritu Santo” (1 <i>Tes</i> 4, 7-8). Aunque también en este texto nos dé que hacer el significado genérico de la “pureza” identificada en este caso con la “santificación” (en cuanto que se nombra a la “impureza” como antítesis de la “santificación”), sin embargo, todo el contexto indica claramente <i> de qué “pureza” o de qué “impureza” se trata, esto es, en qué consiste</i> lo que Pablo llama aquí “impureza”, y de <i> que modo la “pureza” contribuye a la “santificación</i> “ del hombre.

Y, por esto, en las reflexiones sucesivas, convendrá volver de nuevo sobre el texto de la primera Carta a los Tesalonicenses, que acabamos de citar.
(1) Sin entrar en las discusiones detalladas de los exegetas, sin embargo, es necesario señalar que la expresión griega <i> tò heatoû skeûos</i> puede referirse también a la mujer (cf. 1 <i>Pe</i> 3, 7).


Pregunta:
¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? ¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor lindoro50 » Sab Dic 07, 2013 3:27 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
Pablo, otorga un doble significado a la pureza: genérica y específicamente. En el primer caso, es puro todo lo que es moralmente bueno; e impuro lo que es moralmente malo. Por lo que hace al ámbito específico, los comentarios de Pablo se refieren a las obras de la carne, que contraponen al fruto del Espíritu. Entre las obras de la carne, Pablo coloca lo que es moralmente malo, mientras que todo bien moral está unido con la vida según el Espíritu. En otras palabras, mantener el propio cuerpo en santidad y respeto. Estos comentarios caracterizan más de cerca ese respeto, sobre todo, en el ámbito de las relaciones y comportamientos humanos en lo que se refiere al cuerpo; lo cual es importante tanto respecto al propio cuerpo, como evidentemente también en las relaciones recíprocas entre hombre y mujer.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor CasJor » Dom Dic 08, 2013 3:46 pm

La pureza de corazón evangélica
¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? ¿Cómo entiende la pureza san Pablo?

En el Antiguo Testamento el ethos evangélico, alcanza su plenitud en la caridad, más según la dimensión del nuevo ethos evangélico, ésta es una llamada a la libertad humana. El llamado de Pablo se centra en el evangelio: Cristo nos ha liberado para que seamos libres uniendo la libertad junto al mandamiento del amor.

El cristiano alcanza su plenitud mediante la caridad, libertad gracias a la cual estamos los unos al servicio de los otros, libertad que se convierte en fuente de obras nuevas y de plenitud de vida según el Espíritu.

Pablo al igual que Cristo ve una dualidad en el significado de la pureza; un sentido genérico y otro específico. En el primero es puro todo lo que es moralmente bueno; mientras es impuro todo aquello que es moralmente malo.

Para Pablo la pureza está asociada al dominio de sí, que es una virtud que está en contraposición con aquellos deseos y manifestaciones sensuales (entre ellos los de índole sexual).

Ser sobrios y moderados en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones es algo necesario en el uso de las cosas buenas de la vida y una forma de avanzar hacia la plenitud humana, según la vida en Espíritu.

La enkráteia es un dominio sobre uno mismo y sobre las cosas, un autocontrol pleno de firmeza. Se traduce por lo general como templanza, entendida como moderación en los placeres y dominio de las pasiones. Hace referencia, en este sentido, al recto estado de la mente, corazón y vida ante aquellos objetos en el mundo que naturalmente llaman la atención de nuestros deseos, y es una invitación a tener moderación y control de los pensamientos, de los afectos y del comportamiento en las cosas temporales, aun cuando éstas no sean malas en sí mismas. La enkráteia es un camino positivo de dominio sobre uno mismo y sobre lo que el mundo nos ofrece. Brota de una valoración recta que desde la fe la persona tiene de sí y de todo lo creado. A partir de un conocimiento adecuado de la realidad y de uno mismo, pleno de una visión sobrenatural, el ser humano es capaz de valorar adecuadamente los bienes del mundo y el uso que de ellos puede hacer en su camino hacia la plenitud.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Maria 2 » Lun Dic 09, 2013 5:09 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? ¿Cómo entiende la pureza san Pablo?

El culmen del ethos evangélico es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, porque el cristiano alcanza su plenitud mediante la caridad, libertad gracias a la cual estamos los unos al servicio de los otros convirtiéndose en fuente de obras nuevas y de plenitud de vida según el Espíritu.

Para Pablo la pureza tiene un doble significado: genérica en el que es puro todo lo que es moralmente bueno; e impuro lo que es moralmente malo. Pablo se refiere a las obras de la carne, que se contraponen al fruto del Espíritu. En pocas palabras, mantener el propio cuerpo en santidad y evidentemente también el cuerpo en las relaciones recíprocas entre hombre y mujer.
Ser sobrios y moderados en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones es algo necesario en el uso cotidiano de las cosas buenas de la vida y una forma de avanzar hacia la plenitud humana de la santidad, según la vida en Espíritu.

Un abrazo y hasta pronto.-
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor virginia castro » Mié Dic 11, 2013 11:18 am

VIRGINIA CASTRO #53

LO MAS GRANDE DEL ETHOS EVANGELICO ES: AMARSE COMO UN SER HUMANO CREADO POR DIOS Y AMAR AL PROJIMO.

LA PUREZA DEL CORAZON ES EL DOMINIO DE SI MISMOS QUE NOS HACE EVITAR TODO EN CUANTO A LA CARNE, QUE SE ANTEPONE AL ESPIRITU.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Jeanette Palacios » Jue Dic 12, 2013 4:13 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?
La dimencion del nuevo ethos evangelico no es mas que una llamada dirigida a la libertad humana a su realizacion plena y a su utilizacion a la potencialidad del espiritu humano. Cristo nos ha liberado para que seamos libres y habla de esa libertad a la caridad que el ha unido con el mandamiento del amor. Esto significa configurar el Ethos en el que se realiza la vida segun el Espiritu, o sea libertad que se convierte en fuente de obras nuevas y de vida segun el Espiritu.

¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
Segun San Pablo la pureza es el dominio de si mismo a los actos impuros. El fruto del Espiritu son obras nuevas que es la pureza en la que se manifiesta la vida segun el Espiritu y esto es lo que hace la Santificacion del hombre.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor mariaines » Vie Dic 13, 2013 11:59 am

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? ¿Cómo entiende la pureza san Pablo?


El culmen del ethos evangelico es el llamado a vivir la libertad, a vivir segun el Espiritu
Pureza está comprendida en el concepto paulino de "dominio" o enkráteia. Por esto, en el ámbito del texto paulino encontramos sólo una mención genérica e indirecta de la pureza, en tanto en cuanto el autor contrapone a estas "obras de la carne" como "fornicación, impureza, libertinaje", el "fruto del Espíritu", es decir, obras nuevas, en las que se manifiesta "la vida según el Espíritu". Se puede deducir que una de estas obras nuevas es precisamente la "pureza": es decir, la que se contrapone a la "impureza" y también a la "fornicación" y al "libertinaje".
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor NELSON » Sab Dic 14, 2013 3:04 pm

Pregunta:
¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?
"Toda la ley" (ley moral del Antiguo Testamento) "halla su plenitud" en el mandamiento de la caridad, la dimensión del nuevo ethos evangélico no es más que una llamada dirigida a la libertad humana, una llamada a su realización plena y, en cierto sentido, a la más plena "utilización" de la potencialidad del espíritu humano.
¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
San Pablo, en la Carta a los Gálatas, subraya ante todo la subordinación ética de la libertad a ese elemento en el que se cumple toda la ley, o sea, al amor, que es el contenido del mandamiento más grande del Evangelio. "Cristo nos ha liberado para que seamos libres", precisamente en el sentido en que Él nos ha manifestado la subordinación ética (y teológica) de la libertad a la caridad y que ha unido la libertad con el mandamiento del amor.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor jcuengar » Sab Dic 14, 2013 3:20 pm

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Este mandato es también un explicación de la naturaleza original del hombre creado a imagen y semejanza de Dios.
Amar es un decisión libre de querer el bien del otro. Por eso Cristo nos pide incluso amar a nuestros enemigos, porque es posible si la voluntad libre del hombre elige el bien del otro.
Como a ti mismo supone un conocimiento, aceptación y estima de su mismo como una expresión de aceptación del don de Dios sobre sí. Esta aceptación implica el entendimiento de nuestra naturaleza divina que es igual a la voluntad de Dios.
En este sentido Pablo expresa genéricamente la necesidad de entender que el corazón humano debe tender al ámbito de Dios. Este ámbito puro es propicio para el Ser Humano, productivo, generoso, inteligente, solidario, capaz de dar vida y crecerla capaz de generar belleza y cultivarla, capaz de donarse a sí mismo hasta dar la vida por el otro a quien reconoce igual dignidad y naturaleza divina.
Las acciones contrarias al espíritu producto del pecado y empujadas por la concupiscencia, son aquellas que hacen a uno menospreciar al otro y verlo como objeto que equívocamente cree que dará satisfacción a su insuficiencia pues también se menosprecia a sí mismo. Lo malo procede de la conciencia de estas acciones y la decisión libre (libertina) de actuar en contra del espíritu.
La carne es usada como sinónimo de hombre empecatado. Diferente de la voluntad de Dios.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor garu » Dom Dic 15, 2013 7:55 pm

El culmen del ethos evangélico es una llamada dirigida a la libertad humana, a su realización plena, a la búsqueda permanente del bien y a no ser esclavos del pecado. Para san Pablo, la pureza es una manifestación de esa libertad y que entiende como todo aquello que es moralmente bueno en contraposición a lo que es moralmente malo. Nos introduce en la búsqueda del dominio de si mismo, la templanza, como arma en esa búsqueda del bien.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Silviamaria » Lun Dic 16, 2013 1:30 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

¿Cómo entiende la pureza San Pablo?
Se entiende de dos maneras por un lado está la forma genérica que se entiende como puro lo bueno y como impuro lo malo, es decir que principalmente se respete al cuerpo humano y las relaciones de pareja entre hombre y mujer. Por otro lado específicamente en lo referente al dominio de nosotros mismos, así en nuestros pensamientos, acciones y sentimientos deben primar el amor a Dios antes que el amor a la carne a lo terrenal.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Rutilo De Los Santos » Lun Dic 16, 2013 2:47 pm

Pregunta.- ¿Cuál es el culmen del ethos evangélico ?
R= La plenitud del estilo de vida evangélico es una llamada a la libertad humana,ya que Cristo nos ha liberado para que seamos libres,es una llamada a su realización plena, y en cierto sentido a la más plena utilización de la potencialidad del espíritu humano,pero sin hacer mal uso de esta libertad o sea el libertinaje.Cristo nos ha manifestado la subordinación ética y teológica de la libertad a la caridad y que ha unido la libertad con el mandamiento del amor,es decir vivir según el espíritu y no según la carne.Un pretexto que niega esta verdadera libertad es cuando el ser humano vive según los deseos de la carne,por ejemplo en el matrimonio los cónyuges se deben amar como Cristo ama a su iglesia,deben donarse el uno al otro,que es fruto y expresión de esta libertad(amaras a tu prójimo como a ti mismo). En el libro de Tobías 8,6-7.- Tu creaste a Adán, tu creaste a Eva, su mujer,para que fuera su compañera y su ayuda,y de ambos nació toda la raza humana,Tu dijiste: no es bueno que el hombre esté sólo, hagamosle una compañera semejante a el .Ahora no he buscado el placer al casarme con ella, lo hago con un corazón sincero.Ten piedad de ella y de mi y llevanos juntos hasta la vejez.
Cristo dijo en El Sermón de la Montaña " bienaventurados los limpios de corazón por que ellos verán a Dios"
San Pablo en 1a Tes 4,3-6. La voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehuyan la fornicación. Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto y no se deje llevar por pura pasión, como hace la gente que no conoce a Dios.
Pregunta._¿Cómo entiende San Pablo la " pureza" ?
R= Para San Pablo " la pureza de corazón" se refiere al autocontrol y autodominio de sí mismo,que cada uno sepa mantener el propio cuerpo en santidad y honor,no como objeto de pasión lasciva,ya que Dios nos dio El Espíritu Santo, o sea que según San Pablo " la pureza" nos lleva a la santificación.
Rutilo De Los Santos
 
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor RoxanaGomez25 » Mar Dic 17, 2013 11:07 am

El culmen del ethos evangélico es que toda la ley del Antiguo Testamento encuentra su plenitud en el mandamiento de la caridad, la dimensión del nuevo ethos es una llamada dirigida a la libertad humana, a su realización plena y la más plena utilización de la potencialidad del espíritu humano. La subordinación de la libertad al amor. Cristo nos ha liberado para ser libres de servir a la caridad, libertad que se convierte en obras nuevas de vida según el Espíritu.
Pureza de corazón la describe San Pablo como santificación del hombre, según el Espíritu de Dios y la vida, no soli dominio de si.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor maguie » Mar Dic 17, 2013 4:04 pm

El culmen del Ethos evangélico es que el hombre que ha sido liberado por Cristo, utilice esa libertad que le ha sido dada para elegir el bien; es decir que use bien esa libertad para ser capaz del verdadero don de sí que es fruto y expresión de esa libertad, no solo en el ámbito sexual sino en toda su vida.
San Pablo entiende la pureza como el dominio de sí mismo y la manifestación de la vida según el Espíritu como consecuencia, es decir las obras del hombre que manifiestan su vida conforme al Espíritu y en contraposición con las obras 'según la carne'.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor patricio » Mié Dic 18, 2013 12:11 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?

La dimensión del “nuevo ethos evangélico” no es más que una llamada dirigida a la libertad humana, una llamada a su realización plena y, en cierto sentido, a la más plena “utilización” de la potencialidad del espíritu humano.
San Pablo, en la Carta a los Gálatas, subraya ante todo la subordinación ética de la libertad a ese elemento en el que se cumple toda la ley, o sea, al amor, que es el contenido del mandamiento más grande del Evangelio. “Cristo nos ha liberado para que seamos libres”, precisamente en el sentido en que El nos ha manifestado la subordinación ética (y teológica) de la libertad a la caridad y que ha unido la libertad con el mandamiento del amor. Entender así la vocación a la libertad, significa configurar el ethos, en el que se realiza la vida “según el Espíritu”.
Cristo ha realizado y manifestado la libertad que encuentra la plenitud en la caridad, la libertad, gracias a la cual, estamos “los unos al servicio de los otros” y que con en otras palabras se dice que la libertad se convierte en fuente de “obras” nuevas y de “vida” según el Espíritu.

¿Cómo entiende la pureza san Pablo?

En la doctrina paulina acerca de la pureza, encontramos el eco fiel y auténtico del sermón de la montaña, que nos permite ver la “pureza de corazón” evangélica y cristiana en una perspectiva más amplia, y sobre todo, nos permite unirla con la caridad en la que toda “la ley encuentra su plenitud”. Pablo, de modo análogo a Cristo, conoce un doble significado de la “pureza”: un sentido genérico y otro específico. En el primer caso, es “puro” todo lo que es moralmente bueno; en cambio, es “impuro” lo que es moralmente malo. Lo afirman con claridad las palabras de Cristo según Mateo 15, 18-20. En los enunciados de Pablo acerca de las “obras de la carne”, que contrapone al “fruto del Espíritu”, encontramos la base para un modo análogo de entender este problema. Entre las “obras de la carne”, Pablo coloca lo que es moralmente malo, mientras que todo bien mora en lo está unido con la vida “según el Espíritu.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Mary Jo » Vie Dic 27, 2013 12:44 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico?
El culmen es la caridad, el amor. En el mandamiento que Jesús nos enseñó “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El amor es el contenido del mandamiento más grande del Evangelio

¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
Pablo, de modo análogo a Cristo, conoce un doble significado de la "pureza" (y de la "impureza"): un sentido genérico y otro específico.
Dice que es "puro" todo lo que es moralmente bueno; en cambio, es "impuro" lo que es moralmente malo. Coloca entre las "obras de la carne" lo que es moralmente malo, mientras que todo bien moral está unido con la vida "según el Espíritu". ¿A qué le llama “obras de la carne”? En primer lugar a la "fornicación, impureza, libertinaje", que están relacionados en la esfera sexual.
En la Carta a los Gálatas, Pablo no habla directamente de la "pureza", sino que solamente nombra el "dominio de sí", la enkráteia. Este "dominio" se puede reconocer como virtud que se refiere a la continencia en el ámbito de todos los deseos de los sentidos, sobre todo en la esfera sexual. Desde este texto paulino, se puede entender que "dominio de sí" contiene lo que se expresa con el término "continencia" o "templanza".
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor Dolovalencia » Jue Ene 02, 2014 6:41 pm

San Pablo escribe la carta a los Galatas (Gal. 5;13-14)
El Apóstol aquí hace comprender la ética de "cuerpo-espíritu".
Las raíces del Ethos evangélico y su dimensión no es más que una llamada a la libertad humana, a su realización plena y a la mas plena utilización de la potencialidad del espíritu humano. "Cristo nos a liberado para que seamos libres" y ha unido la libertad con el mandamiento del amor. Pablo nos alerta de la posibilidad de hacer mal uso a la libertad. La libertad se convierte en fuente de obras nuevas y de vida según el Espíritu. La negación de la libertad deja de ser auténtica cuando se convierte para el hombre en un pretexto para vivir la vida según la carne. Quien de este modo vive "según la carne" aunque de modo no del todo consiente más si efectivo -a la triple concupiscencia- deja de ser capaz la libertad para la que Cristo nos ha liberado deja también de ser idóneo para el verdadero don de sí y deja de ser capaz de ese don ligado con el significado esponsalicio del cuerpo humano.
Pablo conoce un doble significado de la pureza y la impureza, un sentido genérico y otro específico.
En el genérico es puro todo lo que moralmente es bueno y impuro todo lo que moralmente es malo.
"El fruto del Espíritu" el dominio de sí (la Enkateria) este dominio se refiere a la continencia en el ámbito de todos los sentidos. "Dominio de sí"=="continencia" o "templanza".
(1 tes4;3-5). (1 tes4;7-8)
Pablo llama aquí la pureza que contribuye a la santificación del hombre.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Jue Ene 02, 2014 9:52 pm

San Pablo en la carta a los Gálatas, manifiesta que la dimensión del nuevo ethos evangélico, no es más que una llamada dirigida a la libertad humana, libertad en realización plena y en la más plena utilización de la potencialidad del espíritu humano.Subraya la subordinación ética de la libertad en elemento en que se cumple toda la ley que es el "amor", mandamiento más grande del Evangelio. “Cristo nos ha liberado para que seamos libres”, en el sentido en que Él nos ha manifestado la subordinación ética y teológica de la libertad a la caridad y unida la libertad con el mandamiento del amor. La libertad, significa configurar el ethos, en el que se realiza la vida según el Espíritu. Cristo realizado y manifestado en la libertad que encuentra en la plenitud, en la caridad. La libertad como fuente de obras nuevas y de vida según el Espíritu. Y en la doctrina paulina la pureza, como eco fiel al Sermón de la Montaña, pureza de corazón evangélica en unión con la caridad como la ley en plenitud. Para el apóstol es puro todo lo que es moralmente bueno y es impuro lo que es moralmente malo.En las obras de la carne, Pablo coloca lo que es moralmente malo, mientras que todo bien mora en lo está unido con la vida según el Espíritu.
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor yaluz » Vie Ene 03, 2014 10:29 pm

¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? ¿Cómo entiende la pureza san Pablo?
R: El culmen del ethos evangélico es precisamente el Amor al prójimo y Jesús nos lo indica en el Sermón de la Montaña. El amor nos hará libres para actuar según el Espiritu. La buena noticia es precisamente ésta: servir con Amor, porque la caridad,por ejemplo, sin amor, deja de ser una obra del Espiritu. La libertad está en seleccionar las obras con las cuales nos vamos a manifestar.
Ahora bien, San Pablo cuando habla de pureza se refiere a las obras frutos del espíritu y entiendo que son aquellas que provienen del corazón, además las relaciona con la templanza o sea el control del cuerpo, el dominio de si mismo Dice Juan Pablo II que“pureza” se debe entender el justo modo de tratar la esfera sexual, según el estado personal (y no necesariamente una abstención absoluta de la vida sexual), entonces indudablemente esta “pureza” está comprendida en el concepto paulino"Lo nuevo y grande de Jesús, es el AMOR que proviene sin duda de la pureza del corazón y esto es seguido por el Apóstol San Pablo, quien hace énfasis en saber hacer uso de la libertad que nos dio Jesús para poder dar frutos del Espiritu”
Disculpen que estoy muy atrasada en responder mis lecciones por problemas pero pronto me pondré al día. Gracias
Zulay R. de Álvarez (yaluz)
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Re: 53. La pureza de corazón evangélica

Notapor b. gabriel reyes reyes » Sab Ene 04, 2014 9:16 pm

[b]¿Cuál es el culmen del ethos evangélico? [/b]
E[i]l culmen del ethos evangélico es la libertad subordinada a la caridad; la libertad que convoca a la más plena “utilización” de la potencialidad del espíritu humano, a realizar la vida “según el Espíritu”.[/i]

[b]¿Cómo entiende la pureza san Pablo?[/b]
[i]Pablo entiende la "pureza" con un doble significado: un sentido genérico y otro específico.
En el primer caso, es "puro" todo lo que es moralmente bueno; pureza es la santidad.
En el segundo caso, pureza es el justo modo de tratar la esfera sexual según el estado personal, soltero o casado; pureza es el dominio de sí (enkráteia), la continencia en el ámbito sexual. Pureza, en un sentido específico, es lo que se opone a la fornicación y al libertinaje.[/i]
b. gabriel reyes reyes
 
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