56. La pureza y la vida según el Espíritu

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano, también conocida como Teología del Cuerpo.

En esta segunda parte se toca el adulterio, la concupiscencia, la donación mutua del hombre y a mujer en el matrimonio, la dignidad del cuerpo y del sexo, lo «ético» y lo «erótico» en el amor humano y el respeto al cuerpo.

Fechas:
Este curso consta 40 sesiones que se impartirán todos los martes y sábados a partir del 27 de agosto de 2013 , la última será el 3 enero de 2014

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Moderadores Animadores

56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor pilar calva » Mar Oct 22, 2013 10:22 pm

(11-II-81/15-II-81)

1. En los capítulos inmediatamente precedentes hemos analizado dos pasajes tomados de la primera Carta a los Tesalonicenses (4, 3-5) y de la primera Carta a los Corintios (12, 18-25), con el fin de mostrar lo que parece ser esencial en la doctrina de San Pablo sobre la pureza, entendida en sentido moral, o sea, como virtud. Si en el texto citado de la primera Carta a los Tesalonicenses se puede comprobar que la pureza consiste en la templanza, sin embargo, en este texto, igual que en la primera Carta a los Corintios, se pone también de relieve la nota del “respeto”. Mediante este respeto debido al cuerpo humano (y añadimos que, según la primera Carta a los Corintios, el respeto es considerado precisamente en relación con su componente de pudor), la pureza, como virtud cristiana, en las Cartas paulinas se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne. La abstención “de la impureza”, que implica el mantenimiento del cuerpo “en santidad y respeto”, permite deducir que, según la doctrina del Apóstol, la pureza es una <i> “capacidad” centrada en la dignidad del cuerpo</i>, esto es, en la <i> dignidad de la persona</i> en relación con el propio cuerpo, con la feminidad y masculinidad que se manifiesta en este cuerpo. La pureza, entendida como “capacidad” es precisamente expresión y fruto de la vida “según el Espíritu” en el significado pleno de la expresión, es decir, como capacidad nueva del ser humano, en el que da fruto el don del Espíritu Santo. Estas dos dimensiones de la pureza -la dimensión moral, o sea, <i> la virtud</i>, y la dimensión carismática, o sea, <i> el don</i> del Espíritu Santo están presentes y estrechamente ligadas en el mensaje de Pablo. Esto lo pone especialmente de relieve el Apóstol en la primera Carta a los Corintios, en la que llama al cuerpo “templo” (por lo tanto: morada y santuario) <i> del Espíritu Santo</i>.

2. “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, y habéis recibido de Dios, y que, por tanto, no <i>Os</i> pertenecéis?”, pregunta Pablo a los Corintios (1 <i>Cor</i> 6, 19), después de haberles instruido antes con mucha severidad acerca de las exigencias morales de la pureza. “Huid la fornicación. Cualquier pecado que cometa un hombre, fuera de su cuerpo queda; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo” (<i>ib</i> ., 6, 18). La nota peculiar del pecado al que el Apóstol estigmatiza aquí está en el hecho de que este <i> pecado</i>, al contrario de todos los demás, es “contra el cuerpo” (mientras que los otros pecados quedan “fuera del cuerpo”). Así, pues, en la terminología paulina encontramos la motivación para las expresiones “los pecados del cuerpo” o los “pecados carnales”. Pecados que están en contraposición precisamente con esa virtud, gracias a la cual el hombre mantiene “el propio cuerpo en santidad y respeto” (cf. 1 <i>Tes</i> 5).

3. Estos pecados llevan consigo la “profanación” del cuerpo: privan al cuerpo de la mujer o del hombre del respeto que se les debe a causa de la dignidad de la persona. Sin embargo, el Apóstol va más allá: según él, el pecado contra el cuerpo es también <i> “profanación del templo”</i>. Sobre la dignidad del cuerpo humano, a los ojos de Pablo, no sólo decide el espíritu humano, gracias al cual el hombre es constituido como sujeto personal, sino más aún la realidad sobrenatural que es la morada y la presencia continua del Espíritu Santo en el hombre -en su alma y en su cuerpo- como fruto de la redención realizada por Cristo. De donde se sigue que el “cuerpo” del hombre ya no es solamente “propio”. Y no sólo por ser cuerpo de la persona merece ese respeto, cuya manifestación en la conducta recíproca de los hombres, varones y mujeres, constituye la virtud de la pureza. Cuando el Apóstol escribe: “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que esta en vosotros y habéis recibido de Dios” (1 <i>Cor</i> 6, 19), quiere indicar todavía <i> otra fuente de la dignidad del cuerpo</i>, precisamente el Espíritu Santo, que es también fuente del <i> deber moral</i> que se deriva de esta dignidad.

4. La realidad de la redención, que es también “redención del cuerpo”, constituye esta fuente. Para Pablo, este misterio de la fe es una realidad viva, orientada directamente hacia cada uno de los hombres. Por medio de la redención, cada uno de los hombres ha recibido de Dios, nuevamente, su propio ser y su propio cuerpo. Cristo ha impreso en el cuerpo humano -en el cuerpo de cada hombre y de cada mujer- una nueva dignidad, dado que en El mismo el cuerpo humano ha sido admitido, juntamente con el alma, a la unión con la Persona del Hijo-Verbo. Con esta nueva dignidad, mediante la “redención del cuerpo”, nace a la vez también una nueva obligación de la que Pablo escribe de modo conciso, pero mucho más impresionante: “Habéis sido comprados a precio” (<i>ib</i> ., 6, 2). Efectivamente, <i> el fruto de la redención es el Espíritu Santo</i>, que habita en el hombre y en su cuerpo como en un templo. En este don, que santifica a cada uno de los hombres, el cristiano recibe nuevamente su propio ser como don de Dios. Y este nuevo doble don obliga. El Apóstol hace referencia a esta dimensión de obligación cuando escribe a los creyentes, que son conscientes del don, para convencerles de que no se debe cometer la “impureza”, no se debe “pecar contra el propio cuerpo” (<i>ib</i> ., 6, 18). Escribe: “El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo” (<i>ib</i> ., 6, 13). Es difícil expresar de manera más concreta lo que comporta para cada uno de los creyentes el misterio de la Encarnación. El hecho de que el cuerpo humano venga a ser en Jesucristo cuerpo de Dios-Hombre logra, por este motivo, en cada uno de los hombres, una nueva elevación sobrenatural, que cada cristiano debe tener en cuenta en su comportamiento respecto al “propio” cuerpo y, evidentemente respecto al cuerpo del otro: el hombre hacia la mujer y en la mujer hacia el hombre. <i> La redención del cuerpo</i> comporta la institución en Cristo y por Cristo de una nueva <i> medida de la santidad del cuerpo</i>. A esta santidad precisamente se refiere Pablo en la primera carta de los Tesalonicenses (4, 3-5), cuando habla de “mantener el propio cuerpo en santidad y respeto”.

5. En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, en cambio, Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras incluso drásticas la “impureza”, esto es, el pecado contra la santidad del cuerpo, el pecado de la “impureza”: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡No lo quiera Dios! ¿No sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella? Porque serán dos, dice, en una carne. Pero el que se allega al Señor se hace un espíritu con El” (1 <i>Cor</i> 6 15-17). Si la pureza, según la enseñanza paulina, es un aspecto de la “vida según el Espíritu”, esto quiere decir que en ella fructifica <i> el misterio de la redención del cuerpo</i> como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido ya a cada uno de los hombres. Este misterio <i> fructifica también en la pureza entendida como un empeño particular fundado sobre la ética</i>. El hecho de que hayamos “sido comprados a precio” (1 <i>Cor</i> 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de “mantener el propio cuerpo en santidad y respeto”. La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la “impureza”, más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
Lo que resulta de las palabras de la primera Carta a los Corintios (6, 15-17) acerca de la enseñanza de Pablo sobre la virtud de la pureza como realización de la vida “según el Espíritu”, es de una profundidad particular y tiene la fuerza del realismo sobrenatural de la fe. Es necesario que volvamos a reflexionar sobre este tema más de una vez.

Preguntas:
El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera? ¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta? ¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor CasJor » Lun Dic 16, 2013 10:25 am

La pureza y la vida según el Espíritu
El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera? ¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta? ¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comparados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.

El Apóstol presenta a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, y esto le ofrece la oportunidad de hacer el siguiente razonamiento acerca del cuerpo humano:

«...Dios ha dispuesto los diversos miembros, colocando cada uno en el cuerpo como ha querido.... Aún más, las partes del cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias, y a las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto; cubrimos con más cuidado las que son menos presentables, mientras que otras, más nobles, no lo necesitan. Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último, para que no se dividiera el cuerpo; todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras.» (1 Cor 12, 18. 22-25).

La «descripción» paulina del cuerpo humano corresponde a la realidad que lo constituye: se trata, pues, de una descripción «realista». En el realismo de esta descripción se entreteje, al mismo tiempo, un sutil hilo de valuación que le confiere un valor profundamente evangélico, cristiano.

ES posible «describir» el cuerpo humano, expresar su verdad con la objetividad propia de las ciencias naturales; pero dicha descripción -con toda su precisión- no puede ser adecuada (esto es, conmensurable con su objeto), dado que no se trata sólo del cuerpo (entendido como organismo, en el sentido «somático)» sino del hombre que se expresa a sí mismo por medio de ese cuerpo, y en este sentido «es», diría, ese cuerpo.

Así pues, ese hilo de valoración, teniendo en cuenta que se trata del hombre como persona, es indispensable al describir el cuerpo humano. Además, queda dicho cuán justa es esta valoración. Esta es una de las tareas y de los temas perennes de toda la cultura: de la literatura, escultura, pintura e incluso de la danza, de las obras teatrales y finalmente de la cultura de la vida cotidiana, privada o social. Tema que merecía la pena de ser tratado separadamente.

La descripción paulina de la primera Carta a los Corintios 12, 18-25 no tiene ciertamente un significado «científico»: no presenta un estudio biológico sobre el organismo humano, o bien, sobre la «somática» humana: desde este punto de vista es una simple descripción «pre-científica» por lo demás concisa, hecha apenas con unas pocas frases. Tiene todas las características del realismo común y es, sin duda, suficientemente «realista».

Sin embargo, lo que determina su carácter específico, lo que de modo particular Justifica su presencia en la Sagrada Escritura, es precisamente esa valoración entretejida en la descripción y expresada en su misma trama «narrativo-realista». Se puede decir con certeza que esta descripción no sería posible sin toda la verdad de la creación y también sin toda la verdad de la «redención del cuerpo», que Pablo profesa y proclama.

En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras drásticas la "impureza", el pecado contra la santidad del cuerpo: "¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡No lo quiera Dios! ¿No sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella? Porque serán dos, dice, en una carne. Pero el que se allega al Señor se hace un espíritu con El" (1Cor 6, 15-17). Si la pureza según San Pablo, es un aspecto de la "vida según el Espíritu", esto quiere decir que en ella fructifica el misterio de la redención del cuerpo como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido a cada uno de los hombres. Este misterio fructifica también en la pureza, entendida como un empeño particular fundado sobre la ética. El hecho de que hayamos "sido comprados a precio" (1Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de "mantener el propio cuerpo en santidad y respeto". La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la "impureza", más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor lindoro50 » Lun Dic 16, 2013 2:17 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera?

Si, el respeto debido al cuerpo humano, el pudor y la pureza, como virtud cristiana, en las Cartas paulinas se manifiestan como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne.

¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?

Ninguno. Mediante la redención, Cristo ha impreso en el cuerpo humano una nueva dignidad, dado que en Él mismo el cuerpo humano ha sido admitido, juntamente con el alma, a la unión con la Persona del Hijo-Verbo. El fruto de la redención es el Espíritu Santo, que habita en el hombre y en su cuerpo como en un templo. El hecho de que el cuerpo humano venga a ser en Jesucristo cuerpo de Dios-Hombre logra, por este motivo, en cada uno de los hombres, una nueva elevación sobrenatural, que cada cristiano debe tener en cuenta en su comportamiento respecto al “propio” cuerpo y, evidentemente respecto al cuerpo del otro: el hombre hacia la mujer y en la mujer hacia el hombre.

¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.

El hecho de que hayamos ‘sido comprados a precio’ (1 Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de “mantener el propio cuerpo en santidad y respeto”. La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la impureza, más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor virginia castro » Lun Dic 16, 2013 3:18 pm

Virginia castro. #56

1 respuesta: Claro que si y Pablo nos lo vuelve a recorder que el Corazon es traicioner y a veces nos puede alejar de Dios.

2 respuesta: todo esta muy claro

3 respuesta: El Cristiano en cuerpo y alma es miembro de Cristo, ya que fue incorporado a cristo por medio del Bautismo y esta destinado a permanecer estrechamente unido a El, a vivir su misma vida, a ser un solo espiritu con El. Ha sido en definitive, miembro de su Cuerpo. El que peca contra la castidad, profana su cuerpo, Templo del Espiritu Santo y fuimos redimidos del pecado por medio de la Crucificcion de Cristo.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor virginia castro » Lun Dic 16, 2013 3:18 pm

Virginia castro. #56

1 respuesta: Claro que si y Pablo nos lo vuelve a recorder que el Corazon es traicioner y a veces nos puede alejar de Dios.

2 respuesta: todo esta muy claro

3 respuesta: El Cristiano en cuerpo y alma es miembro de Cristo, ya que fue incorporado a cristo por medio del Bautismo y esta destinado a permanecer estrechamente unido a El, a vivir su misma vida, a ser un solo espiritu con El. Ha sido en definitive, miembro de su Cuerpo. El que peca contra la castidad, profana su cuerpo, Templo del Espiritu Santo y fuimos redimidos del pecado por medio de la Crucificcion de Cristo.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor NELSON » Mar Dic 17, 2013 8:58 am

Preguntas:
El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior... ¿Has comprendido todo de esta manera?
El número 1 de éste capítulo, siendo un resumen de todo lo anterior, se ha entendido completamente de la manera que lo expresa el Apóstol Pablo. Si en el texto citado de la primera Carta a los Tesalonicenses se puede comprobar que la pureza consiste en la templanza, sin embargo, en este texto, igual que en la primera Carta a los Corintios, se pone también de relieve la nota del "respeto". Mediante este respeto debido al cuerpo humano (y añadimos que, según la primera Carta a los Corintios, el respeto es considerado precisamente en relación con su componente de pudor), la pureza, como virtud cristiana, en las Cartas paulinas se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne.
¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
No existe ningún problema con la visión integral que presenta, es supremamente claro en la exposición, no solo en la Carta a los Tesalonicenses y en la Carta a los Corintios, con el contenido que describe el Apóstol Pablo.
¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo?
Sobre la dignidad del cuerpo humano, a los ojos de Pablo, no sólo decide el espíritu humano, gracias al cual el hombre es constituido como sujeto personal, sino más aún la realidad sobrenatural que es la morada y la presencia continua del Espíritu Santo en el hombre -en su alma y en su cuerpo- como fruto de la redención realizada por Cristo. De donde se sigue que el "cuerpo" del hombre ya no es solamente "propio". Y no sólo por ser cuerpo de la persona merece ese respeto, cuya manifestación en la conducta recíproca de los hombres, varones y mujeres, constituye la virtud de la pureza. Cuando el Apóstol escribe: "Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios" (1 Cor 6, 19), quiere indicar todavía otra fuente de la dignidad del cuerpo, precisamente el Espíritu Santo, que es también fuente del deber moral que se deriva de esta dignidad.
Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, en cambio, Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras incluso drásticas la "impureza", esto es, el pecado contra la santidad del cuerpo, el pecado de la "impureza": "¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡No lo quiera Dios! ¿No sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella? Porque serán dos, dice, en una carne. Pero el que se allega al Señor se hace un espíritu con El" (1 Cor 6 15-17).
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Jeanette Palacios » Mar Dic 17, 2013 8:26 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera?
La Doctrina de San Pablo sobre la Pureza es entendida en sentido moral como una Virtud y consiste en la templanza. Se pone el respeto debido al cuerpo humano y es considerado con el pudor.
La pureza como virtud cristiana se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazon humano es fruto de la concuspiscencia de la carne, capacidad centrada en la dignidad del cuerpo.
He comprendido que los pecados carnales me alejan de la gracia y la virtud de la pureza que probiene del Espiritu Santo y que si estoy en pecado profano el templo del Espiritu Santo, esta realidad sobrenatural que es la morada y la presencia continua del Espiritu Santo en el cuerpo humano.

¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
No tengo problemas con la vision de Pablo: San Pablo es claro al decir que debemos mantenernos en Santidad, para que el Espiritu santo este siempre con nosotros y que la realidad de la redencion es tambien redencion del cuerpo y que es una fe bien orientada hacia cada uno de los hombres.

¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo?
San Pablo añade que no se debe cometer impureza, que no se debe pecar: Hemos sido comprados a precio de la sangre y cuerpo de Cristo y el nos vino a redimir y el fruto de esa redencion es el Espiritu Santo que habita en mi cuerpo.
El cuerpo no es para la fornicacion si no para el Señor y el señor para el cuerpo.

Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, en cambio, Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras incluso drásticas la "impureza", esto es, el pecado contra la santidad del cuerpo, el pecado de la "impureza": "¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡No lo quiera Dios! ¿No sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella? Porque serán dos, dice, en una carne. Pero el que se allega al Señor se hace un espíritu con El" (1 Cor 6 15-17). Si la pureza, según la enseñanza paulina, es un aspecto de la "vida según el Espíritu", esto quiere decir que en ella fructifica el misterio de la redención del cuerpo como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido ya a cada uno de los hombres. Este misterio fructifica también en la pureza entendida como un empeño particular fundado sobre la ética. El hecho de que hayamos "sido comprados a precio" (1 Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de "mantener el propio cuerpo en santidad y respeto". La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la "impureza", más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor mariaines » Mié Dic 18, 2013 7:39 am

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior... ¿Has comprendido todo de esta manera? ¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta? ¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, en cambio, Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras incluso drásticas la "impureza", esto es, el pecado contra la santidad del cuerpo, el pecado de la "impureza": "¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡No lo quiera Dios! ¿No sabéis que quien se allega a una meretriz se hace un cuerpo con ella? Porque serán dos, dice, en una carne. Pero el que se allega al Señor se hace un espíritu con El" (1 Cor 6 15-17). Si la pureza, según la enseñanza paulina, es un aspecto de la "vida según el Espíritu", esto quiere decir que en ella fructifica el misterio de la redención del cuerpo como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido ya a cada uno de los hombres. Este misterio fructifica también en la pureza entendida como un empeño particular fundado sobre la ética. El hecho de que hayamos "sido comprados a precio" (1 Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de "mantener el propio cuerpo en santidad y respeto". La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la "impureza", más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
Lo que resulta de las palabras de la primera Carta a los Corintios (6, 15-17) acerca de la enseñanza de Pablo sobre la virtud de la pureza como realización de la vida "según el Espíritu", es de una profundidad particular y tiene la fuerza del realismo sobrenatural de la fe. Es necesario que volvamos a reflexionar sobre este tema más de una vez.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Silviamaria » Jue Dic 19, 2013 4:17 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera? ¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta? ¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6-

Si he comprendido que muchas veces nos alejamos de Dios porque preferimos las cosas terrenales. El enfoque está muy claro solo requiere de mucha concentración para no desviarnos del tema, debemos estar comprometidos y asumir el compromiso del respeto mutuo entre hombres y mujeres. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios por lo tanto nuestro cuerpo que también tiene su parte espiritual es un templo que debemos cuidar porque algún día volveremos al Padre y daremos cuenta de nuestro comportamiento, respeto y pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Maria 2 » Jue Dic 19, 2013 5:42 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior... ¿Has comprendido todo de esta manera? ¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta? ¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.

Este capitulo es un resumen de lo anterior y he comprendido que el respeto debido al cuerpo humano como virtud cristiana, en las Cartas Paulinas se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne y que nos aleja de Dios.

No tengo ningún problema con la visión integral que presenta porque mediante la redención, Cristo imprime en el cuerpo humano una nueva dignidad, dado que en Él mismo el cuerpo humano ha sido admitido con la Persona del Hijo-Verbo. El fruto de la redención es el Espíritu Santo, que habita en el hombre y en su cuerpo como en un templo y por este hecho cada uno de los hombres debe tener en cuenta su comportamiento respecto al propio cuerpo y evidentemente respecto al cuerpo del otro: la mujer hacia el hombre y el hombre hacia la mujer.

El hecho de que hayamos sido comprados con el precio de la Sangre de Cristo (1 Cor 6, 20), o sea de la redención de Cristo, hace que haya un compromiso muy fuerte y especial, teniendo el deber de mantener el propio cuerpo en santidad y respeto, esta conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana para mantener la pureza.

Un abrazo y hasta pronto.-
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor maguie » Dom Dic 22, 2013 2:13 pm

El resumen es muy bueno y estoy de acuerdo con todo lo que plantea, lo comprendo perfectamente. La dificultad es ponerlo siempre en práctica y ahí está la lucha personal de cada día.

El que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo añade una dignidad extra a la que ya tenía la naturaleza humana por haber sido hechos a semejanza de Dios, por haber sido hechos hijos de Dios, por el hecho de compartir cuerpo humano con Cristo, que es verdadero Dios y verdadero hombre,
El hecho de ser comprados a precio de la sangre de Cristo hace que el Espíritu Santo habite en nuestro cuerpo como consecuencia de la Redención así que es un compromiso añadido a respetar y santificar nuestro cuerpo y a respetar el cuerpo de los demás.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor patricio » Dom Dic 22, 2013 6:47 pm

Preguntas:
El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera?

Si claro, es un resumen en donde se muestra lo que parece ser esencial en la doctrina de San Pablo sobre la pureza, entendida en sentido moral, o sea, como virtud. Se puede comprobar que la pureza consiste en la templanza, sin embargo se pone también de relieve la nota del “respeto”. Mediante este respeto debido al cuerpo humano, la pureza, como virtud cristiana, en las Cartas paulinas se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne. La abstención “de la impureza”, que implica el mantenimiento del cuerpo “en santidad y respeto”, permite deducir que, según la doctrina del Apóstol, la pureza es una “capacidad” centrada en la dignidad del cuerpo, esto es, en la dignidad de la persona en relación con el propio cuerpo, con la feminidad y masculinidad que se manifiesta en este cuerpo. La pureza, entendida como “capacidad” es precisamente expresión y fruto de la vida “según el Espíritu” en el significado pleno de la expresión, es decir, como capacidad nueva del ser humano, en el que da fruto el don del Espíritu Santo.

¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?

No, porque es una visión transparente. La dignidad del cuerpo humano, a los ojos de Pablo, no sólo decide el espíritu humano, gracias al cual el hombre es constituido como sujeto personal, sino más aún la realidad sobrenatural que es la morada y la presencia continua del Espíritu Santo en el hombre en su alma y en su cuerpo como fruto de la redención realizada por Cristo. De donde se sigue que el “cuerpo” del hombre ya no es solamente “propio”. Y no sólo por ser cuerpo de la persona merece ese respeto, cuya manifestación en la conducta recíproca de los hombres, varones y mujeres, constituye la virtud de la pureza. “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que esta en vosotros y habéis recibido de Dios”, quiere indicar todavía otra fuente de la dignidad del cuerpo, precisamente el Espíritu Santo, que es también fuente del deber moral que se deriva de esta dignidad.

¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.

La pureza, según la enseñanza paulina, es un aspecto de la “vida según el Espíritu”, esto quiere decir que en ella fructifica el misterio de la redención del cuerpo como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido ya a cada uno de los hombres. Este misterio fructifica también en la pureza entendida como un empeño particular fundado sobre la ética. El hecho de que hayamos “sido comprados ¡y a que precio!” (1 Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de “mantener el propio cuerpo en santidad y respeto”. La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la “impureza”, más aún, actúa a fin de hacer conseguir una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Rutilo De Los Santos » Lun Dic 23, 2013 1:36 pm

Pregunta.- El número 1 de este capitulo es un resumen de lo anterior ¿Has comprendido todo de esta manera?
R= Para comprender esto hay que leer y entender al apóstol San Pablo 1a Tes 3-5
3- La voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehuyan la fornicación
Aquí fornicación significa la relación sexual entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio
4- Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto
Aquí quiere decir que al tener relaciones sexuales conyugales deben hacerlo con la dignidad de Hijos de Dios y su unión en una sola carne debe ser comunión de cuerpo y alma donandose uno al otro como personas que viven según el Espíritu y no según la " carne"
5- y no se dejen llevar por pura pasión como hace la gente que no conoce a Dios
Aquí se entiende que los cónyuges se deben mirar uno al otro con "pureza de corazón" y no con mala intención
Y en la carta a los Corintios capitulo 12,18-25 compara al cuerpo humano con El Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia Católica
18- Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en el cuerpo como ha querido
19- Si todos fueran el mismo miembro ¿Dónde estaría el cuerpo?
20- Pero hay muchos miembros,y un solo cuerpo
21- El ojo no puede decir a la mano:no te necesito.Ni tampoco la cabeza decir a los pies: no los necesito
22- Aún más, las partes del cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias
23 Y a las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto; cubrimos con más cuidado las que son menos presentables
24- Mientras que otras,más nobles,no lo necesitan.
Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último
25 Para que no se dividiera el cuerpo; todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras
Aquí San Pablo ve la pureza del cuerpo,para las buenas intenciones del corazón
Pregunta¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
R=En la doctrina del Apóstol se ven dos dimensiones de la pureza:
La dimensión moral o sea " la virtud" y la dimensión carismática o sea el don del " Espíritu Santo"
Pregunta ¿Que añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la sangre de Cristo?
R= El hecho de que hayamos " sido comprados a precio" esto es, al precio de la redención de Cristo,hace surgir precisamente un compromiso especial,o sea el deber de " mantener el propio cuerpo en santidad y respeto". La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la " impureza", más aún, actúa a fin de conseguir una apropiada habilidad o capacidad,llamada virtud de la " pureza"
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Rutilo De Los Santos » Lun Dic 23, 2013 1:36 pm

Pregunta.- El número 1 de este capitulo es un resumen de lo anterior ¿Has comprendido todo de esta manera?
R= Para comprender esto hay que leer y entender al apóstol San Pablo 1a Tes 3-5
3- La voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehuyan la fornicación
Aquí fornicación significa la relación sexual entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio
4- Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto
Aquí quiere decir que al tener relaciones sexuales conyugales deben hacerlo con la dignidad de Hijos de Dios y su unión en una sola carne debe ser comunión de cuerpo y alma donandose uno al otro como personas que viven según el Espíritu y no según la " carne"
5- y no se dejen llevar por pura pasión como hace la gente que no conoce a Dios
Aquí se entiende que los cónyuges se deben mirar uno al otro con "pureza de corazón" y no con mala intención
Y en la carta a los Corintios capitulo 12,18-25 compara al cuerpo humano con El Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia Católica
18- Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en el cuerpo como ha querido
19- Si todos fueran el mismo miembro ¿Dónde estaría el cuerpo?
20- Pero hay muchos miembros,y un solo cuerpo
21- El ojo no puede decir a la mano:no te necesito.Ni tampoco la cabeza decir a los pies: no los necesito
22- Aún más, las partes del cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias
23 Y a las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto; cubrimos con más cuidado las que son menos presentables
24- Mientras que otras,más nobles,no lo necesitan.
Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último
25 Para que no se dividiera el cuerpo; todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras
Aquí San Pablo ve la pureza del cuerpo,para las buenas intenciones del corazón
Pregunta¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
R=En la doctrina del Apóstol se ven dos dimensiones de la pureza:
La dimensión moral o sea " la virtud" y la dimensión carismática o sea el don del " Espíritu Santo"
Pregunta ¿Que añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la sangre de Cristo?
R= El hecho de que hayamos " sido comprados a precio" esto es, al precio de la redención de Cristo,hace surgir precisamente un compromiso especial,o sea el deber de " mantener el propio cuerpo en santidad y respeto". La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la " impureza", más aún, actúa a fin de conseguir una apropiada habilidad o capacidad,llamada virtud de la " pureza"
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor m 2 a r 1 » Jue Dic 26, 2013 11:41 am

Todos los esposos debemos llevar una vida en el Espíritu, sentir alegría por el otro, respetándonos, cargar en nuestro cuerpo el amor de Dios que es templo del Espíritu Santo, tener transparencia de corazón, dando testimonio con nuestras obras.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor Mary Jo » Sab Dic 28, 2013 2:55 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior... ¿Has comprendido todo de esta manera?
Si lo he comprendido pues habla de lo que dice San Pablo a la 1ª Carta a los Tesalonicenses (la pureza consiste en la templanza) y la Carta a los Corintios (sobre el respeto). El significado de la pureza y por qué llama al cuerpo "templo" (morada y santuario) del Espíritu Santo.

¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
No, considero que San Pablo analiza y transmite bien lo que Jesús quiso darnos a entender en su mensaje en el Sermón de la Montaña, a través del análisis de la “pureza del corazón”.

¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
El hecho de que hayamos "sido comprados a precio" (1 Cor 6, 20), esto es, al precio de la redención de Cristo, hace surgir precisamente un compromiso especial, o sea, el deber de "mantener el propio cuerpo en santidad y respeto", es decir, con un corazón puro.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor garu » Sab Dic 28, 2013 9:09 pm

La pureza, tal como la presenta San Pablo, se puede comprender con la visión integral que él nos explica, muy especialmente en la Carta a los Tesalonicenses, cuando habla del respeto al cuerpo y en la Carta a los Corintios, cuando habla de que hemos sido comprados a precio, y nada mas que al mayor precio jamás pensado, el de Cristo, que dio su vida para la Redención del hombre, lo cual añade un compromiso o deber especial de mantener el cuerpo en santidad y respeto y San Pablo es muy claro al afirmarlo cuando nos dice:…” ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?...¿O no sabéis que vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios, y que ya no os pertenecéis a vosotros mismos? Habéis sido comprados a gran precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Vie Ene 03, 2014 8:56 pm

En el capítulo 1, lo esencial en la doctrina de San Pablo es la pureza, entendida en sentido moral, como virtud de la templanza. El respeto al cuerpo humano como templo, morada y santuario, la pureza, como virtud cristiana, en las Cartas paulinas se manifiesta como un camino eficaz para apartarse de lo que en el corazón humano es fruto de la concupiscencia de la carne. El mantenimiento del cuerpo en santidad y respeto, pureza centrada en la dignidad del cuerpo, en la dignidad de la persona, en relación con el propio cuerpo, con la feminidad y masculinidad que se manifiesta en este cuerpo. La pureza, como capacidad nueva del ser humano, en el que da fruto el don del Espíritu Santo.
En el capítulo 6 de la primera Carta a los Corintios, San Pablo precisa la verdad sobre la santidad del cuerpo, estigmatizando con palabras drásticas la impureza, el pecado contra la santidad del cuerpo. Si la pureza según San Pablo, es un aspecto de la vida según el Espíritu, fructifica el misterio de la redención del cuerpo como parte del misterio de Cristo, comenzado en la Encarnación y, a través de ella, dirigido a cada uno de los hombres y entendida como un empeño particular fundado sobre la ética. La conciencia de la redención del cuerpo actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la impureza y en una apropiada habilidad o capacidad, llamada virtud de la pureza.
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor yaluz » Sab Ene 11, 2014 7:44 pm

El número 1 de este capítulo es un resumen de lo anterior… ¿Has comprendido todo de esta manera?
R:
Si, ¡esta muy claro! El cuerpo es el templo del Espiritu Santo, por lo tanto, es parte de nuestra fe, mantenerlo puro, es decir alejado de las impurezas que provienen de la concupiscencia de la carne, dice San Pablo, mantenerlo “en santidad y respeto”.
¿Tienes algún problema con la visión integral que presenta?
R:
Para nada! Nuestro cuerpo es morada del Espiritu Santo como fruto de la redención realizada por Cristo. El Apóstol invita a no profanar esta morada. Es grandioso saber que Dios se hizo Hombre, en cuerpo y alma para nuestra salvación. Dios Padre, Dios Hijo, deja su Espiritu en cada uno de nosotros. Somos su morada, por lo que el actuar con su propio cuerpo y con el de los demás, (del hombre hacia la mujer y el de la mujer hacia el hombre) deben manifestar esa presencia continua del Espiritu Santo, es la Buena Nueva, fruto de la redención.
¿Qué añade a la necesidad de la pureza el que hayamos sido comprados con la Sangre de Cristo? Como dice San Pablo en la Carta a los Corintios cap. 6.
R:
Se le añade la fe, y al tener fe, adquirimos ese compromiso especial, pues tener conciencia de la redención del cuerpo permite alejarse de las impurezas, se allega al Señor y mantiene el respeto y la santidad del cuerpo
Zulay R. de Álvarez (yaluz)
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Re: 56. La pureza y la vida según el Espíritu

Notapor RoxanaGomez25 » Mar Ene 14, 2014 3:26 pm

En este tema comprendo mejor la visión integral que presenta. Añade que ya nosotros y nuestros cuerpos ya no son de nosotros, son templos vivos morada del Espíritu Santo, son miembros de Cristo, cristo nos compró a precio por la redención con su Sangre y por amor, tenemos el compromiso, obligación de mantener nuestros cuerpos en respeto y santidad, nuestro cuerpo no es para la fornicación que es pecado contra el cuerpo, tenemos que tener conciencia de la redención del cuerpo, que actúa en la voluntad humana en favor de la abstención de la impureza, tener la capacidad de vivir la pureza que esta centrada en nuestra dignidad.
RoxanaGomez25
 
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