La fe de Jonás
El llamado y la desobedienciaEn el siglo VIII a.C. hubo en Israel un profeta llamado Jonás, que hablaba de Israel en el nombre de Dios.
Dios llamó a Jonás y lo envió a predicar a Nínive.
Jonás era israelita, miembro del pueblo elegido por Dios, poseedor de la Verdad y conocedor del verdadero Dios.
Los ninivitas eran paganos y enemigos de los israelitas.
¡Jonás no estuvo de acuerdo con Dios! ¿Por qué habría de ir a profetizar a los paganos? No se atrevió a negarse al llamado de Dios, pero decidió alejarse del ÉL embarcándose en Jope con rumbo a Tarsis, lo más lejos posible de Dios y de Nínive.
Jonás desobedeció a Dios, como el niño que se revela contra su padre. Dios se comportó con él con paciencia y en lugar de castigarlo, lo fue educando y conduciendo casi de la mano hacia el cumplimiento de su misión.
La pedagogía de DiosYa en la barca, el profeta rebelde busco un lugar en el fondo de la nave y tranquilamente, se durmió. Se sentía en paz, no pensaba en la desobediencia y ya estaba muy lejos de su Dios y nada temía de ÉL.
Dios se hizo presente en la tormenta, el trueno, el viento, y en las olas que amenazaban hundir la barca, mientras Jonás dormía. Los marineros le pidieron que orara a su Dios.
Jonás comprendió que Dios lo había alcanzado en su huida y le pidió a los marineros que lo arrojaran al mar y que la tempestad se calmaría, porque Dios solamente estaba enojado con él. Convencidos lo arrojaron al agua y en ese momento la tempestad ceso y los marineros se salvaron.
Dios salva a JonásDios dispuso que un gran pez, se tragara a Jonás y este estuvo vivo en su vientre tres días y tres noches. Este pasaje es citado por Cristo y usado como signo de su propia resurrección después de haber pasado tres días en el son de la tierra. Mt 12.40
Jonás fue un hombre de fe; desobediente con Dios y vencido amorosamente por ÉL. Reconoció su culpa, agradeciendo don Dios, alabándolo con un salmo que reconocía el amor y la misericordia de Dios.
El segundo llamadoDios ordeno al pez que vomitara a Jonás en tierra firme.
Por segunda vez, Dios llamo a Jonás y lo envió a profetizar y el obedeció. No amaba a los ninivitas y esperaba que no le hicieran caso para que Dios los castigara.
Jonás empezó a predicar que si no se convertían, serian destruidos en 40 días. Sorprendido vio que los ninivitas se convertían, creyeron, alejándose del mal y haciendo penitencia. El rey se convirtió y ordeno que hasta los niños ayudaran y manifestaran su dolor por haber ofendido a Dios. Jesús habla de este pasaje. Mt 12,41
Dios no castigo, Jonás se enojo y le reclamo a Dios diciéndole que el ya sabía que era misericordioso.
El amor de DiosEnojado Jonás salió de la ciudad de Nínive y se sentó en el campo a esperar que Dios los castigara. Dios hizo crecer una enredadera que le cobijo del sol y Jonás se sintió feliz. Al día siguiente dios mando a un gusano que se comió la enredadera y Jonás sitió el sol y se enojo.
Dios le hizo ver que si el se entristecía por una enredadera que no plato, ni cuido, cuanto más se entristecería Dios por la destrucción de Nínive, poblada por hombres y animales. Los ninivitas también son hijos de Dios.
Esta hermosa historia nos habla del deseo divino de que todos los hombres se salven, aunque no lo conozcan y sean malos.
Ojala que cuando Dios nos llama respondamos en el primer llamado.
Fuente: Desde la Fe