Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

En este curso, haremos un recorrido turístico-religioso por los Santos Lugares, conoceremos y comprenderemos cómo conviven las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa: Cristianismo Judaísmo e Islam, sus costumbres y tradiciones, visitaremos los lugares de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.

Conjuntamente al curso de turismo religioso, que se enviará cada semana por correo y se desarrollará en el foro como hacemos habitualmente, cada domingo nos uniremos a la plataforma de http://www.evangelizaciondigital.org/encuentros-on-line/tierra-santa/ Evangelización Online para peregrinar por los lugares que vayamos visitando y conocer la Tierra Santa, de primera mano, con guías conocedores de los lugares santos, y además con materiales de estudio y de formación.

Fecha de inicio
2 de septiembre de 2013

Fecha final:
22 diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor ayga127 » Dom Sep 22, 2013 6:15 pm

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La Iglesia recuerda el día del nacimiento de la Virgen María cada 8 de setiembre. El Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.

La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor.

Tomado de Aciprensa
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor ayga127 » Dom Sep 22, 2013 6:20 pm

EL NACIMIENTO DE MARÍA


Imagen

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Descripción del cuadro
Rusia, segunda mitad del siglo XVIII
34,8 x 31 cms.
Colección privada Brenske, Hannover

Si el nacimiento de la Madre de Dios no se evoca en el Nuevo Testamento se halla en cambio en varios relatos apócrifos, como el pseudo-evangelio de Mateo y en el protoevangelio de Santiago, así como el que ya se llama evangelio de María. Según éste, Ana no podía concebir y sólo lo logró cuando Dios vino en su ayuda.Ana está sentada a la izquierda de su lecho de parturienta. Es sabido que en aquella época el parto se practicaba estando la madre sentada.

A la derecha de Ana, dos sirvientas se acercan llevando los cálices, probablemente como regalo. El padre, Joaquín, había ayunado durante cuarenta días en el desierto, cuando un ángel le anunció el nacimiento de su hija. Aquí le vemos en la derecha de la imagen, llegando a su hogar y elevando las manos en señal de gratitud; en efecto, los padres habían esperado muchos años la bendición de un hijo. Abajo, a la derecha, la preparación de los baños como suele verse habitualmente en las representaciones de los partos.

Mientras la comadrona sostiene al niño sobre su regazo, y se asegura con la mano derecha que el agua del baño no está demasiado caliente, una sirvienta de rodillas continúa vaciando su cántara en la palangana.La parte central superior presenta a la Trinidad del Nuevo Testamento con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo sobre un conjunto de nubes.

Los bastidores arquitecturales al fondo del icono están decorados de manera especialmente rica. Los santos dibujados en los bordes de los iconos son a menudo los santos patronos de los miembros de la familia, cuyos nombres fueron comunicados a los monjes encargados de la creación de la imagen. Como se acostumbra en las iglesias eslavas, el tema de este icono está descrito en el margen superior.

Tomado de aciprensa
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom Sep 22, 2013 8:43 pm

El Dulce Nombre de María

..........Imagen..........

Según costumbre de los judíos, ocho días después del nacimiento de la Virgen, sus padres le impusieron el nombre de Myriam, en español María. La liturgia, que ha fijado algunos días después de Navidad la fiesta del santo nombre de Jesús, ha querido instituir también la fiesta del santo nombre de María poco después de su Natividad. Celebrada primero en España, esta fiesta fue extendida a toda la Iglesia por el S. S. Inocencio XI, en 1683, para agradecer a María la victoria que acababa de ganar Juan Sobieski, rey de Polonia, contra los turcos, que asediaban a Viena y amenazaban a Occidente.

El nombre hebreo de María, en latín Domina, significa Señora o Soberana; y eso es ella en realidad por la autoridad misma de su Hijo, soberano Señor de todo el universo. Gocémonos en llamar a María Nuestra Señora, como llamamos a Jesús Nuestro Señor; pronunciar su nombre es afirmar su poder, implorar su ayuda y ponernos bajo su maternal y santa protección.

Festividad, 12 de septiembre

Fuente: Ora et labora, Santisima Virgen María
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor sorines » Lun Sep 23, 2013 11:24 am

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DULCE MADRE,
NO TE ALEJES.
TU VISTA DE MÍ NO APARTES;
VEN CONMIGO A TODAS PARTES,
Y SOLO NUNCA ME DEJES.
YA QUE TÚ ME QUIERES TANTO,
COMO VERDADERA MADRE,
HAZ QUE ME BENDIGA EL PADRE,
CON EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO.
AMÉN.
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor tralalá » Lun Sep 23, 2013 12:30 pm

Cada día suelo dirigirle, más de una vez, la siguiente jaculatoria:
"Santa María, Madre de DIOS, en este día ruega por nos".
Este día es el que estoy viviendo, sea o no alguna de sus fiestas.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
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Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Sep 23, 2013 1:08 pm

El nacimiento de la Santísima Virgen María

La Iglesia celebra el nacimiento de la Santísima Virgen María. Aunque no se conozca la verdadera fecha de tan gran acontecimiento, no podía dejar de “celebrar con júbilo el nacimiento de la santísima virgen María, de la cual nació Cristo, nuestro Dios y Salvador".

Hija de los santos Joaquín y Ana, la Virgen Maria fue elegida no como simple instrumento para dar cuerpo humano a su Hijo, sino elegida para ser la Madre de su Hijo. Para ello era necesario que Dios la hubiera mirado con amor antes que a cualquier otra criatura. No en vano Santa Isabel, llena del Espíritu Santo, la proclama: "Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” Lc 1 42
.........................Imagen

El nacimiento de la Virgen María tuvo privilegios únicos. Ella vino al mundo sin pecado original. María, la elegida para ser Madre de Dios, era pura, santa, con todas las gracias más preciosas. Tenía la gracia santificante, desde su concepción.

Por eso la Iglesia, sabiendo que María ocupa un lugar único en la obra de nuestra salvación, no deja de exhortar a los cristianos y a honrarla como es debido.

El Papa San Sergio, pontífice del año 687 al 701 d. C. estableció que se celebrara la Natividad de Maria.

En este día, el 8 de septiembre, el cristiano celebra el “cumpleaños” de la Madre celestial, uniéndose a todos los que, como él, tienen en común la misma Madre.

Fuente: Biblia de Jerusalén. Hoy celebramos la memoria de…
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Sep 23, 2013 6:25 pm

La Santísima Virgen María en las Sagradas Escrituras

Anuncio del nacimiento de Jesús.-Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” Y el ángel se fue de su presencia.

María visita a Elisabet.- En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet. Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Entonces María dijo: “Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen. Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre” Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa. Lucas 1:26-56

Que mejor hablar de La Santísima Virgen Maria, que iniciando con el Evangelio de San Lucas.

En la Santa Biblia, es nombrada la Virgen Maria en varias ocasiones, pero solo cuatro veces, Ella habla.

1.- La Anunciación de Jesús
“En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret…” Lc 1:26-38
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2.- María visita a su prima Santa Isabel “En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá: entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre…” Lc 1: 39-56
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3.- Cuando encuentra al Niño Jesús en el Templo.- Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Lc 1: 39-40

El niño Jesús en el templo.-Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su Madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su Madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Más ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su Madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Lc 2:41-52
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4.-En las bodas de Cana. Como Jesús era conocido en Galilea, lo convidaron a unas bodas en Cana de Galilea, allí se volvieron a encontrarse María y Jesús que ya tenía varias semanas de haber dejado el poblado de Nazaret. Fue grande la alegría del encuentro, sobre todo para María que no sabía si permanecer en Nazaret, o seguir discretamente a su hijo por los caminos de Israel.

…María, por su parte, sin entender totalmente la respuesta de su Hijo, pero con verdadera entereza, va con los novios y les dice: “Hagan lo que él les diga”. Bendita palabra de María. No volverá a pronunciar palabra en todo el Evangelio, pero con eso nos bastará para saber lo que María desea, y lo que María puede hacer. Es la palabra para todos los que quieren la paz, el amor, el consuelo, y es la manera definitiva de entrar a formar parte del Reino de Dios: Hacer la voluntad de Cristo el Hijo de Dios.
Jn 2:1-13

Imagen Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Lc 2:19

Fuente: Biblia de Jerusalén. Curso de Mariología. Google
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor marthademorones » Lun Sep 23, 2013 7:42 pm

Me imagino a la Virgen María corriendo tras Jesús en aquellos paisajes tan bellos de Jerusalén, sin embargo es muy triste que no nos platique la infancia y vida de la Virgen, aunque sabemos que la Biblia se dedica a escribir sobre Jesús me gustaría conocer más de ella.

Dios nos dejó a una madre buena, generosa y cariñosa la cuál intercede por nosotros para que podamos alcanzar las gracias de Nuestro Señor.
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Sep 23, 2013 8:15 pm

marthademorones escribió:Me imagino a la Virgen María corriendo tras Jesús en aquellos paisajes tan bellos de Jerusalén, sin embargo es muy triste que no nos platique la infancia y vida de la Virgen, aunque sabemos que la Biblia se dedica a escribir sobre Jesús me gustaría conocer más de ella.

Dios nos dejó a una madre buena, generosa y cariñosa la cuál intercede por nosotros para que podamos alcanzar las gracias de Nuestro Señor.


Buenas noches

Un libro hermoso que me permito recomendarte, es: El silencio de María, del Padre Igancio Larrañaga.

Ojala que lo puedas bajar de iternet, o adquirirlo, vale la pena.

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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Sep 24, 2013 9:41 am

hini escribió:¿Qué hacía Jesús durante su vida oculta en Galilea? Ser un niño normal!

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Hini, buenos dias:

Que hermosura de imágen, Solamente al verla dice mucho de ELLA y del Niño Jesús

Gracias por compartirla
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor tralalá » Mar Sep 24, 2013 9:51 am

Y quien dice María
también dice José
que obedeció en silencio
y en silencio se fue.
http://www.youtube.com/watch?v=4R60PGkBIQg
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor sorines » Mar Sep 24, 2013 10:10 am

Mapa de Palestina en el Nuevo Testamento

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MISTERIOS GOZOSOS

1)Nuestra Señora de la Anunciación, en Nazaret

Vida diaria en Nazaret

Nazaret es el nombre de un lugar del mundo, único en la Historia: el lugar donde Dios se encarnó en el seno de una Virgen. La Virgen María vivió allí la vida cotidiana de todas las madres. Su vida era humilde y entregada a Dios en sus actividades de cada día: las ocupaciones del hogar y del huerto, la ayuda a José en su trabajo, la educación de Jesús, la oración en familia y en la sinagoga, la vida social y la de la comunidad. Como todas las madres del mundo…

Como todas las madres, sí, pero teniendo por hijo al que sería el Salvador del mundo. Así es como se vive en Nazaret, donde María y José rodearon con sus cuidados al Verbo de Dios hecho hombre, durante los treinta primeros años de su vida terrestre (periodo conocido como su "vida oculta"), toda una espiritualidad de la vida familiar: la espiritualidad de este lugar, la de una vida sencilla y ejemplar para nuestras familias humanas.
Numerosos vestigios arqueológicos de la época de Cristo, descubiertos en Galilea y en el resto de Palestina, han ayudado mucho a representarse concretamente la vida de la Sagrada Familia. De la misma manera varios historiadores de la época de Cristo hacen referencia a la existencia de « Jesús de Nazaret » en Palestina durante el reinado de Tiberio, emperador romano de la época de la Pasión, y dan testimonio de la realidad histórica del Evangelio.
Descubramos a continuación la vida cotidiana de María de Nazaret, los vestigios concretos de su historia y su espiritualidad.

Tomado de: http://www.mariedenazareth.com/2.0.html?L=3

“En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Entrando, a ella le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría que podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin. Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por eso el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios “. (Lc. 1,26-35).

2)Jesús, no nacido, comienza la obra de salvación:

La tradición cristiana

La visita de la Virgen María a Sta. Isabel aparece indicada por primera vez en siglo XIV en un lugar diferente del nacimiento de San Juan Bautista.-“La casa de Zacarías se encuentra en las montañas de Judea. En aquel lugar hay dos iglesias y entre las mismas hay una fuente de abundantes aguas.
En el lugar de la primera iglesia se dice que Isabel fue saludada por la Virgen María. Se dice que también allí fue escondido San Juan Bautista durante la persecución de los Inocentes. En el lugar de la segunda iglesia nación San Juan Bautista” (Fr. Giovanni Fedanzola da Perugia, 1330).

Además del episodio del nacimiento se recuerda también en la misma iglesia el lugar donde fue escondido san Juan Bautista, noticia tomada del evangelio apócrifo de Santiago (s. II) y recordado por el peregrino ruso Daniel a principios del siglo XII: -“Pasado un vallecito lleno de árboles, se encuentra la montaña hacia la que corrió Isabel para esconder a su hijo y exclamó: Recibe, o montaña a la madre y al hijo; y la montaña se abrió y les ofreció refugio. Los soldados de Herodes la seguían pero, llegados a este punto, no encontraron a nadie y se volvieron confusos. Se puede ver todavía hoy el sitio donde esto ocurrió señalado en la roca. Más arriba se encuentra otra pequeña iglesia, debajo de la cual hay una gruta y, a la entrada de esta misma, está adosada otra pequeña iglesia. En esta gruta hay una fuente que sació la sed de Isabel y Zacarías durante el tiempo en que vivieron en la montaña, donde permanecieron servidos por un ángel hasta la muerte de Herodes”. Reliquias de la “tierra de la gruta de Isabel y Zacarías” se conservaban ya en Roma en el siglo VII en el tesoro de Letrán y en otros lugares. Una piedra conservada en la cripta recuerda hoy dicha tradición.

Desde la iglesia de S. Juan a la de la Visitación, nos encontramos con un manantial llamado "Fuente de la Virgen" por los peregrinos del siglo XIV. Según la tradición, aquí, María encontró a su prima Isabel y aquí entonó el himno de alabanza (Magnificat) de reconocimiento a Dios.

Tomado de: http://es.custodia.org/default.asp?id=1915

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: -¡Bendita entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. María dijo:

"Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre".
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa
.(Lucas 1,39-56)

3)EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS

La tradición cristiana
Después de los Evangelios, el testimonio más antiguo del lugar del nacimiento de Jesús (hacia la mitad del s. II) es del filósofo y mártir Justino, oriundo de Flavio Neapolis, hoy en día Nablus, en Palestina: “En el momento del nacimiento del Niño en Belén, como no tenía a dónde ir en aquel pueblo, José se paró en una gruta cercana y mientras estaban allí, María dio a luz a Cristo y lo puso en un pesebre, donde los Magos que venían de Arabia lo encontraron”. En particular la mención de la gruta como habitación de fortuna, va reconocida como un eco de la viva tradición local, atestada también en el antiquísimo apócrifo, llamado Protoevangelio de Santiago (s. II), repetida por Orígenes (s. III) y a la base de una historia sucesiva del santuario de Belén. Esta misma Gruta fue circundada de las magníficas construcciones del emperador Constantino y su madre Elena no mucho después del 325 d. C., como nos narra el histórico Eusebio de Cesarea, contemporáneo de los hechos. En el 386, San Jerónimo se estableció en las cercanías de la Basílica con la noble matrona romana Paula y otros seguidores, viviendo vida monástica, dedicándose al estudio de la Biblia y produciendo su célebre versión latina (Vulgata), que llega a ser después oficial en la Iglesia de occidente.

La Gruta de la Natividad es según la tradición el lugar donde Cristo nació de la Virgen María. Sobre la Gruta se edificó una basílica a cinco naves a la cual se entra a través de un humilde ingreso. Entorno a la Gruta de la Natividad hay otras grutas ligadas al recuerdo de San Jerónimo. Junto a la Basílica surge la Iglesia de Santa Catalina a la cual se accede por un pequeño claustro.

Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace. Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado. Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.(Lucas 2,1-19)

4)La Presentación de Jesús en el Templo

Santa María y san José habrían peregrinado a Jerusalén en su niñez, y por tanto ya conocerían el Templo cuando, cumplidos los días de su purificación, fueron con Jesús para presentarlo al Señor (Lc. 2, 22). Eran necesarias varias horas para cubrir a pie o a lomos de cabalgadura los diez kilómetros que separan Belén de la Ciudad Santa. Quizá tendrían impaciencia por cumplir una prescripción de la que pocos sospechaban su verdadero alcance: «la Presentación de Jesús en el Templo lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 529). Con el fin de recordar la liberación de Egipto, la Ley de Moisés ordenaba la consagración a Dios del primer hijo varón (Cfr. Ex 13, 1-2 y 11-16); sus padres debían rescatarlo mediante una ofrenda, que consistía en una cantidad de plata equivalente al jornal de veinte días. La Ley también determinaba la purificación legal de las madres después de haber dado a luz (Cfr. Lv. 12, 2-8); María Inmaculada, siempre virgen, quiso someterse con naturalidad a este precepto, aunque de hecho no estaba obligada.

La ruta hasta Jerusalén sigue en ligero descenso la ondulación de las colinas. Cuando ya estaban cerca, desde algún recodo verían perfilado el monte del Templo en el horizonte. Herodes había hecho duplicar la superficie de la explanada construyendo enormes muros de contención –algunos de cuatro metros y medio de espesor– y rellenando las laderas con tierra o con una estructura de arcos subterráneos. Formó así una plataforma cuadrangular cuyos lados medían 485 metros en el oeste, 314 en el norte, 469 en el este y 280 en el sur. En el centro, rodeado a su vez de otro recinto, se levantaba el Templo propiamente dicho: era un bloque imponente, recubierto de piedra blanca y planchas de oro, con una altura de 50 metros.

El camino desde Belén iba a parar a la puerta de Jaffa, situada en el lado oeste de la muralla de la ciudad. Desde ahí, varias callejuelas llevaban casi en línea recta hasta el Templo. Los peregrinos solían entrar por el flanco sur. A los pies de los muros había numerosos negocios donde san José y la Virgen podían comprar la ofrenda por la purificación prescrita a los pobres: un par de tórtolas o dos pichones. Subiendo por una de las amplias escalinatas y cruzando la llamada Doble Puerta, se accedía a la explanada a través de unos monumentales pasillos subterráneos.

El pasadizo desembocaba en el atrio de los gentiles, la parte más espaciosa de aquella superficie gigantesca. Estaba dividido en dos zonas: la que ocupaba la ampliación ordenada por Herodes, cuyo perímetro exterior contaba con unos magníficos pórticos; y la que correspondía a la extensión de la explanada precedente, cuyos muros se habían respetado. Atronado siempre por rumores de multitudes, el atrio acogía indistintamente a cuantos querían congregarse en el lugar, extranjeros e israelitas, peregrinos y habitantes de Jerusalén. Este bullicio se mezclaría además con el ruido de los obreros, que seguían trabajando en muchas zonas aún sin terminar.

San José y la Virgen no se detuvieron allí. Atravesando por las puertas de Hulda el muro que dividía el atrio, y dejando atrás el soreg –la balaustrada que delimitaba la parte prohibida a los gentiles bajo pena de muerte–, finalmente llegaron al recinto del templo, al que se entraba por el lado oriental. Probablemente fue entonces, en el atrio de las mujeres, cuando el anciano Simeón se les aproximó. Había ido allí movido por el Espíritu (Lc. 2, 27), seguro de que aquel día vería al Salvador, y lo buscaba entre la multitud. Vultum tuum, Domine, requiram! , repetía San Josemaría al final de su vida para expresar su afán de contemplación.

"Mentiría si negase que me mueve tanto el afán de contemplar la faz de Jesucristo. Vultum tuum, Domine, requiram. Buscaré, Señor, tu rostro. Me ilusiona cerrar los ojos, y pensar que llegará el momento, cuando Dios quiera, en que podré verle, no "como en un espejo y bajo imágenes oscuras… sino cara a cara"(1 Cor. 13-12) (San Josemaría, Apuntes tomados en una reunión familiar, 10-IV-1974).

Por fin, Simeón reconoció al Mesías en el Niño, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: –Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, según tu palabra: porque mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos (Lc. 2, 28-31).

Tomado de: http://unsacerdoteentierrasanta.blogspo ... emplo.html

Cuando se cumplieron los días de la purificación de María, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.
(Lc. 2, 22-35)

5)El Niño Jesús, perdido y hallado en el Templo.

La vida en familia de Jesús, José y María, en cuanto a lo exterior, no se diferencia mucho de cualquier otra familia pobre. José en su carpintería y María en sus quehaceres domésticos. Vida sencilla, con sus alegrías y sus penas.

José y María vivieron dedicados siempre a la educación de su Hijo. Le enseñaron a rezar y a conocer la Santa Biblia. Ellos, respetando el modo de ser y la misión que tenía que cumplir su Hijo, supieron educarle para que en todo fuera servidor de Dios y del prójimo.

Era la familia de un carpintero-albañil del interior del país. Saben del sufrimiento de los que salen en busca de trabajo. Supieron lo que es el hambre, la sed, el cansancio; la vida insegura, falta de trabajo y sin techo. Sufrieron en carne propia lo que es el desprecio.

Jesús, ya jovencito ayudaría en la carpintería, y más tarde, cuando murió José, tuvo que trabajar para alimentar a su mamá.

No pensemos que la Sagrada Familia era una familia sin problemas. Ellos, como nosotros, tuvieron toda clase de problemas. Pero supieron resolver sus problemas a base de diálogo, con mucho respeto y amor mutuo.

En aquella familia estuvo presente lo mejor que puede haber en una casa: el favor de Dios, su gracia y su palabra. El centro de aquella familia fue JESUS. Esto quiere decir que la presencia de Jesús no excluye los problemas. La familia ideal no es la familia donde no hay problemas, sino la que, teniendo a Dios como centro, está unida por un auténtico amor. Pues donde hay amor, allí está Dios.

Todo esto se simboliza en el extraño episodio del Niño cuando se quedó en el templo sin decir nada a sus padres. El Evangelio señala expresamente que ni María ni José comprendieron lo que el joven Jesús hizo y dijo en aquella ocasión, pero supieron respetarlo. Jesús puso la voluntad del Padre Dios por encima de las costumbres y la autoridad familiar de este mundo. Dios es el centro y la norma suprema de todo.

Pero Jesús volvió con ellos a su casa y siguió viviendo bajo la autoridad de sus padres. Y así fue adelantando en saber, en madurez y en favor ante Dios y los hombres.

Tomado de: http://mercaba.org/DIESDOMINI/NAV/navid ... lia_09.htm

Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre. Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtieran sus padres. Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, y al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca. Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. Cuando le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas. Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: -Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.
Y él les dijo: -¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
(Lc. 2, 41-50)
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
sorines
 
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor Limaobo » Mar Sep 24, 2013 12:08 pm

MARIA, LLENA DE SILENCIOS...

A continuación unos fragmentos de: El Silencio de Maria, por el Padre Ignacio Larrañaga, obra utilizada en sus hermosos talleres de oración y vida, es un libro maravilloso, que ya observe lo han recomendado, pero esta prendido en el fondo de mi corazón y quise compartir unas lineas de el sobre la figura de NUESTRA MADRE

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SEÑORA DEL SILENCIO

Madre del silencio y de la Humildad,
tú vives perdida y encontrada
en el mar sin fondo del Misterio del Señor.
Eres disponibilidad y receptividad.
Eres fecundidad y plenitud.
Eres atención y solicitud por los hermanos.
Estás vestida de fortaleza.
En ti resplandecen la madurez humana
y la elegancia espiritual.
Eres señora de ti misma
antes de ser señora nuestra.
No existe dispersión en ti.
En un acto simple y total, tu alma, toda inmóvil,
está paralizada e identificada con el Señor.
Estás dentro de Dios, y Dios dentro de ti.
El Misterio Total te envuelve y te penetra,
te posee, ocupa e integra todo tu ser.

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La Madre

¿Quién era ella para la comunidad? ¿Cómo la denominaban? No sería con el nombre de María. Este nombre era tan común...: María de Cleofás, María de Santiago, María la Magdalena... Se precisaba un nombre que especificara mejor su identidad personal. ¿Cuál sería ese nombre? La comunidad vivía permanentemente la Presencia del Señor Jesús. A Jesús dirigían la alabanza y la súplica. Ahora bien, una comunidad que vive con Jesús y en Jesús, ¿cómo habría de identificar o denominar a aquella mujer? La respuesta cae de su propio peso: era la Madre de Jesús. Así también se expresa siempre el evangelio.

Mas, en realidad, María era más que la madre de Jesús. Era también la madre de Juan. Y era también —¿porqué no?— la madre de todos los discípulos. ¿No era ése el encargo que ella recibió de los labios del Redentor moribundo? Entonces era simplemente La Madre a secas, sin especificación adicional. Tenemos la impresión de que, desde el primer momento, María fue identificada y diferenciada con esa función y posiblemente por ese precioso nombre. Esto parece deducirse a partir de la denominación que los cuatro evangelistas le dan a María siempre que ella aparece en escena.

Fuera de esas fugitivas apariciones, la Biblia no habla nada más de María. Lo demás es silencio. Sólo Dios es importante. María transparenta y queda en silencio. Fue como esos vidrios grandes, limpios y transparentes. Estamos en una habitación, sentados en una butaca,contemplando variadas escenas y lindos paisajes:las gentes caminan por la calle, se ven árboles, pájaros, panoramas bellísimos, estrellas en la noche. Nos entusiasmamos de tanta belleza. Pero ¿a quién debemos todo eso? ¿Quién se da cuenta de la presencia y de la función del vidrio? Si en lugar de vidrio hubiese una
pared, ¿veríamos esas maravillas? Ese vidrio es tan humilde,que transparenta un panorama magnífico y él queda
en silencio. Eso, exactamente, fue María. Fue una mujer tan pobre y tan limpia (como el vidrio),tan desinterasada y tan humilde, que nos hizo presente, nos transparentó el Misterio Total de Dios y su Salvación, y ella quedó en silencio, apenas nadie se dio cuenta de su presencia en la Biblia. Navegando en el mar del anonimato, perdida en la noche del silencio, siempre al pie del sacrificio y de la esperanza, la figura de la Madre no es una personalidad acabada con contornos propios.
Este es el destino de María. Mejor, María no tiene destino como tampoco tiene figuia configurada. Siempre está adornada con la figura del Hijo. Siempre dice relación a Alguien. Ella siempre queda atrás. La Madre fue un «silencio cautivador», como dice Von le Fort. María fue aquella Madre que se perdió silenciosamente en el Hijo.

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Les comparto El Magnificat cantado por la Hermana Glenda, en honor a la Virgen Maria.
http://www.youtube.com/watch?v=PYoKdMz6ct0
Limaobo
 
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor Rodolfo1971 » Mar Sep 24, 2013 12:57 pm

MARIA EN LA TIERRA DE LAS TRES RELIGIONES

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Son múltiples los aportes que se han realizado sobre María, Nuestra Madre en Galilea, en los años de formación de Jesús, definitivamente Ella es un personaje fascinante, porque no existe humana creatura que haya albergado tanta gracia y divinidad dentro de su ser. Son muchas las advocaciones que veneramos los cristianos de María, es mucho lo que sabemos de su historia, es mucho lo que ignoramos. Quise en este post colocar una poca información sobre María, pero no desde el punto de vista Cristiano Católico, interesa ver como se puede ir más allá.

A continuación un texto de Monseñor Fulton Sheen que describe a la figura de María desde el punto de vista musulmán.

María Madre de Dios

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El Corán, que es la Biblia ( vale decir, el libro sagrado ) de los Musulmanes, contiene muchos pasajes concernientes a La Santísima Virgen. Primero, Corán cree en Su Inmaculada Concepción, también en su parto virginal. El Tercer capítulo del Corán coloca la historia de la familia de María en una genealogía que se remonta a Abraham, Noé y Adán. Cuando se comparan los relatos del Corán y del evangelio apócrifo sobre el nacimiento de María, somos tentados a creer que Mahoma dependía mucho de este último. Los dos libros describen la avanzada edad y esterilidad de la madre de María. Cuando, a pesar de todo, concibe, la madre de María proclama, según el Corán: "Oh Señor, te ofrezco y consagro a ti lo que ya está en mi. Acéptalo de mí".

Cuando nace María su madre exclama: "¡y yo te la consagro con toda su descendencia bajo tu protección, Oh Dios, contra Satanás!".

El Corán pasa por alto a José en la vida de María, pero la tradición musulmana conoce su nombre y tiene algo de familiaridad con él. En esta tradición José habla con María, quien es virgen. Al preguntarle como fue que ella concibió a Jesús sin padre, María le contesta: "¿No sabes tú que Dios, cuando creó el trigo no necesitó semilla, y que Dios, por Su poder, hizo crecer los árboles sin ayuda de la lluvia? Todo lo que Dios hizo fue decir "Hágase", y se hizo".

El Corán también contiene versos sobre La Anunciación, la Visitación y el Nacimiento. Contiene pinturas de Angeles acompañando a La Santa Madre y diciendo: "Oh María, Dios te escogió y purificó, y te eligió sobre todas las mujeres de la tierra".

En el décimo-noveno capítulo del Corán, existen 41 versos sobre Jesús y María. Hay tal defensa a la virginidad de María aquí, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.

El Significado de Fátima

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María, entonces, es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora. El único posible serio rival en su credo sería la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió: "Tú serás la mas bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María". En una variante del texto, Fátima dice: "Sobrepaso a toda mujer excepto a María".

Esto nos lleva a nuestro segundo punto: ¿Por que la Santa Madre, en el siglo 20, se reveló en la pequeña aldea de Fátima, para que todas las futuras generaciones la conocieran como "Nuestra Señora de Fátima"?. Ya que nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de detalle. Creo que la Santísima Virgen escogió ser conocida como "Nuestras Señora de Fátima", como promesa y signo de esperanza para el pueblo musulmán, y como asegurándoles que ellos, que le manifiestan tanto respeto, un día aceptarán también a su Divino Hijo.

Evidencia para respaldar estas opiniones se encuentra en el hecho histórico de que los musulmanes ocuparon Portugal durante siglos. Cuando al fin los echaron fuera, el último jefe musulmán tenía una hermosa hija llamada Fátima. Un joven católico se enamoró de ella y por él, ella no solo se quedó cuando se retiraron los musulmanes, sino que también abrazó la Fe. El joven esposo estaba tan enamorado de ella que le cambió el nombre al pueblo donde vivía por el de Fátima. Por lo tanto, el lugar donde la Virgen apareció en 1917 tiene una conexión histórica con Fátima, la hija de Mahoma (y con la conversión de los musulmanes)

La última prueba de la relación de Fátima y los musulmanes es la entusiástica recepción que los musulmanes en Africa, la India y otros lugares le dieron a la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima. Los Musulmanes asistieron a servicios de la Iglesia en honor a Nuestra Señora y permitieron procesiones religiosas, y hasta oraciones frente a sus Mezquitas. En Mozambique, los musulmanes que no se convirtieron comenzaron a ser cristianos después que la imagen de Nuestra Señora de Fátima fue erigida.

Misión Estratégica

Los misioneros del futuro van, cada vez mas, a ver que su apostolado entre los musulmanes será exitoso en la medida en que proclamen a Nuestra Señora de Fátima; María es el adviento de Cristo, que trae Cristo al pueblo antes de que Cristo naciese. En el trabajo apologético, es siempre mejor comenzar con lo que la gente ya acepta. Ya que los musulmanes tienen devoción a la Virgen, nuestros misioneros deberán sentirse satisfechos con el solo hecho de aumentar y desarrollar esa devoción con la plena realización de que Nuestra Señora llevará a los musulmanes el resto del camino hasta su divino Hijo... Igual que aquellos que pierden la devoción a la Virgen pierden la fe en la divinidad de Cristo, aquellos que intensifican la devoción a ella, gradualmente adquieren fe en la divinidad de Cristo.

Muchos de nuestros grandes misioneros en Africa han logrado quebrantar el odio amargo y los prejuicios de los musulmanes para con los cristianos por medio de sus actos de caridad, escuelas y hospitales. Ahora nos queda tomar otro camino: Tomar el capítulo 41 del Corán y demostrarles que fueron sacados del Evangelio de Lucas, que María no podría ser, aún para ellos "La Mas Bendita entre todas las mujeres del cielo, si no hubiera también dado a luz al Salvador del mundo. Si Judit y Ester, del Antiguo Testamento, prefiguraban a María, entonces podría ser que Fátima era una figura posterior de María. Los musulmanes deberán de estar preparados para reconocer que, si Fátima cede paso en honor a La Santísima Madre, es porque ella es diferente a todas las madres del mundo, y que sin Cristo, ella nada sería.

Tomado de:
Maria y Los Musulmanes
Arzobispo Fulton J. Sheen
Escrito en 1952 y re-impreso en Oct, 2001 por Mindszenty Report.


Fulton Sheen. Original publicado en inglés por La Fundación del Cardenal Mindszenty.

http://www.corazones.org/maria/musulmanes_maria.htm

Si les intereso el tema y desean leer un articulo que hace referencia a la Virgen María vista por el Islam, les recomiendo este link, donde se podrá ahondar más en ello. http://www.webislam.com/articulos/40668 ... islam.html
Rodolfo1971
 
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor Rodolfo1971 » Mar Sep 24, 2013 1:35 pm

hini escribió:
Rodolfo1971 escribió:MARIA EN LA TIERRA DE LAS TRES RELIGIONES

Muy interesante! Gracias Rodolfo


El tema de María es apasionante, ver que en el Islam su figura histórica tiene visos de veneración, en mi opinión, es un gran avance hacia un futuro aunque lejano acercamiento con los musulmanes. Un saludo y gracias a usted por la cita.
Rodolfo1971
 
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor Rodolfo1971 » Mar Sep 24, 2013 1:42 pm

Limaobo escribió:MARIA, LLENA DE SILENCIOS...

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En Nuestra Historia sagrada, los silencios valen más que las palabras. Los silencios de María y el silencio de José son de los más "elocuentes". Se dice más con vacios que con presencias. Gracias, lindo aporte Limaobo. :D
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Sep 24, 2013 2:03 pm

La casa de María

Al principio no tuvieron casa.

José y María, matrimonio joven sin casa y con un Niño en los brazos.

De Nazaret a Belén, de Belén a Egipto, como auténticos emigrantes sin hogar.

Por los caminos del desierto María rezaba en silencio: “Señor, una casa, una casa para mi Hijo y para mi esposo”.

En Egipto solía haber muchos emigrantes israelitas. No sería extraño que tampoco hubiera sitio. Los precios de alquiler eran caros, y ellos estaban sin trabajo.

María soñaba con una casa, una casa para ellos solos.

También Ella sentía una vocación inmemnseque toda esposa, toda madre tiene hacia el hogar, hacia su casa.

Tú sabes Maria, lo que se sufre cuando no se tiene casa. Tú conoces a esos pobres novios que no encuentra casa y esperan meses y años…., y siguen saliendo juntos a pasear los domingos por la tarde y a volver a decirse dolorosamente que se casaran en cuanto encuentre cas….

Pero no encuentran casa, y siguen saliendo juntos, y es como si en vez de pasear, anduvieran fatigosamente de Nazaret a Belén …, de Belén a Egipto, a través del desierto…Luego volverán a separarse hasta el domingo que viene, otra vez juntos, camino de Borlen, camino de Egipto, camino del desierto…

Cuando no tenías una puerta que pudieras abrir como dueña y señora.

Una puerta que abrieras para que entrara José. Una puerta que abrieras para que entrara Jesús.

Lo que sufrías cuando no podías ser emperatriz de ese imperio que Dios destinó a toda esposa y a toda madre: el hogar.
Pero, por fin, llegó el día en que volvieron a Nazaret y tuvieron una casa.

María, enseñándonos tu casa. La tienes tan bien puesta que nosotros y nosotras queremos aprender a poner bien la nuestra.

Allí está el fuego, María. Ese fuego que Tú enciendes y mantienes todos los días. Ese fuego no es menos intenso que el primer día de vuestra boda, sino que cada día brilla más y calienta más.

Sabes muy bien que ese fuego del hogar lo necesitan todos los días Jesús y José…y sabes que eres Tú, la Madre y la Esposa, la que tendrás que cuidar de que siga calentado el hogar; la que muchas veces tendrás que consumirte a Ti misma, para que el fuego siga ardiendo.

El fuego que muchos días cuesta encender en los hogares: el fuego del hogar que, a veces, hay que mantener aun a costa de quemarse las manos…y el corazón.

La mesa. Otra cosa muy importante en la casa. Es algo que va a unirnos varias veces al día a los miembros de la familia; a veces, por desgracia, es algo que separa un metro nuestros cuerpos, mientras una distancia mucho mayor ha separado nuestras almas.

Tú mesa, María, puesta siempre con gusto por Ti Donde pones tu comida, donde pones tus labores, donde pones tus flores, tu cariño, tu amor.

Tú mesa que fabrico José, pero que la has puesto Tú a tu gusto en el centro de la casa. Una mesa donde siempre hay lugar para el pobre, para el peregrino que pasa y puede llamar a tu puerta. Tu vislumbrabas que un día tu Hijo iba a decirnos que el reino de Dios es como una gran mesa donde un rey va a invitarnos a todos; Tu vislumbrabas que un día tu Hijo iba a presidir una mesa diciendo: “Venid y comed todos, porque este es mi Cuerpo”.

Hay siempre un lado abierto en tu mesa, María. En los otros tres estáis vosotros: Jesús en medio de los dos;
José frente a Ti; Tú del lado de la cocina, para mejor servir… Imagen

María tu sabes que hay otros estilos de poner la casa.

Hay quienes en lugar de ponerla estilo hogar, como Tu, la ponen estilo hotel o posada; un lugar más o menos elegante o impersonales, a donde se va a comer, a dormir, a tomar ducha o a cambiarse el traje…

Otras cosas están puestas estilo sala de espera; son casas en las que no arde el fuego del hogar, son como un espacio entre dos calles, como una pausa entre dos huidas, como una noche entre dos noches. No son un hogar para amar y reposar, son como una plataforma que se pisa unos instantes para olvidarla siempre.

Tus tenias la casa puesta de otro estilo, María.

Para ti la casa era el santuario del querer y del sacrificio; el templo donde brota la vida humana, donde crece y se forma el espíritu del hombre.

Tenias muy bien puesta tu casa, María; con mucho acierto y mucho gusto.

La tenías tan bien puesta que Dios, cuando vino del cielo, eligió tu casa, para habitar en ella.

Tan bien puesta que Dios, que venía al mundo a realizar tantas cosas, se enamoro tanto de tu casa, que estuvo en ella treinta años, y solo empleo tres para las demás cosas.

Enséñanos a poner bien nuestra casa, María.Imagen

Como Tú la tenias…, como le gustaba a Dios.

Fuente: Maria, el Carpintero y el Niño
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Sep 24, 2013 2:09 pm

hini escribió:¿Qué hacía Jesús durante su vida oculta en Galilea? Ser un niño normal!

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Quisiera ser la tierra con la que juega el Niño Jesús, dejarme moldear por Él, por su amor y ser lo que Él quiere que sea.

¡SEÑOR JESUS AYUDAME PARA QUE HOY, TE AME UN POCO MAS QUE AYER!
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor ayga127 » Mar Sep 24, 2013 7:59 pm

¿De qué murió la Virgen María?



¿De qué murió la Virgen María?
Royo Marín responde así a la pregunta: "No parece que muriera de enfermedad, ni de vejez muy avanzada, ni por accidente violento (martirio), ni por ninguna otra causa que por el amor ardentísimo que consumía su corazón."

No creamos que esta afirmación de que el amor a Dios haya sido la causa del fallecimiento (¿o desfallecimiento?) de María, es una ilusión poética, producto de una piedad ingenua y entusiasta para con la Santísima Virgen. No. Esta enseñanza se funda en testimonios de los Santos Padres, quienes dejaron traslucir con frecuencia su pensamiento sobre este particular.

El Padre Joaquín Cardoso, s.j. cita a San Alberto Magno: "Creemos que murió sin dolor y de amor». Nos asegura, además, que a San Alberto siguen otros como el Abad Guerrico, Ricardo de San Lorenzo, San Francisco de Sales, San Alfonso María de Ligorio y otros muchísimos."

Y veamos qué nos dice Juan Pablo II sobre las causas de la muerte de la Madre de Dios: "Más importante es investigar la actitud espiritual de la Virgen en el momento de dejar este mundo." Entonces se apoya en San Francisco de Sales, quien considera que la muerte de María se produjo como un ímpetu de amor. En el Tratado del Amor de Dios habla de una muerte "en el Amor, a causa del Amor y por Amor" (Tratado del Amor de Dios, Lib. 7, 12-14; JP II, 25-junio-99.)

Royo Marín cita a Alastruey, quien en su Tratado de la Virgen Santísima afirma: "La Santísima Virgen acabó su vida con muerte extática, en fuerza del divino amor y del vehemente deseo y contemplación intensísima de las cosas celestiales."

Es nuevamente Juan Pablo II quien aclara aún más este punto: "Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsilo de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria, de modo que nunca mejor que en este caso la muerte pudo concebierse como una dormición."

Luego basándose en la tradición para tratar este tema, el Papa nos aclara aún más este maravilloso suceso:

"Algunos Padres de la Iglesia describen a Jesús mismo que va a recibir a su Madre en el momento de la muerte, para introducirla en la gloria celeste. Así, presentan la muerte de María como un acontecimiento de amor que la llevó a reunirse con su Hijo Divino, para compartir con El la vida inmortal. Al final de su existencia terrena habrá experimentado, como San Pablo -y más que él- el deseo de liberarse del cuerpo para estar con Cristo para siempre." (JP II, 25-junio-97)

Otro ilustre Mariólogo, Garriguet, también citado por Royo Marín, nos describe más detalles sobre la vida y la dormición de la Madre de Dios: "María murió sin dolor, porque vivió sin placer; sin temor, porque vivió sin pecado; sin sentimiento, porque vivió sin apego terrenal. Su muerte fue semejante al declinar de una hermosa tarde, como un sueño dulce y apacible; era menos el fin de una vida que la aurora de una existencia mejor. Para designarla la Iglesia encontró una palabra encantadora: la llama sueño o dormición de la Virgen."

Pero es el elocuentísmo predicador francés del Siglo XVI-XVII, Bossuet, Obispo de Meaux, quien en su Sermón Segundo sobre la Asunción de María nos describe con los más bellos detalles qué significa morir de amor y cómo fue este maravilloso pasaje de la vida de la Madre de Dios:

"El amor profano es quejumbroso y está diciendo siempre: languidezco y muero de amor. Pero no es sobre este fundamento en el que me baso para haceros ver que el amor puede dar la muerte. Quiero establecer esta verdad sobre una propiedad del Amor Divino.

Digo, pues, que el Amor Divino, trae consigo un despojamiento y una soledad inmensa, que la naturaleza no es capaz de sobrellevar; una tal destrucción del hombre entero y un aniquilamiento tan profundo en nosotros mismos, que todos los sentidos son suspendidos. Porque es necesario desnudarse de todo para ir a Dios, y que no haya nada que nos retenga. Y la raíz profunda de tal separación es esos tremendos celos de Dios, que quiere estar solo en un alma, y no puede sufrir a nadie más que a Sí mismo, en un corazón que quiere amor. (Amarás a Dios sobre todas las cosas. Si alguno ama a su padre o a su madre o a sus hermanos más que a Mí, no es digno de Mí)."

"Ya podemos comprender esta soledad inmensa que pide un Dios celoso. Quiere que se destruya, que se aniquile todo lo que no es El. Y, sin embargo, se oculta y no da a ninguno un punto de donde asirlo materialmente, de tal modo que el alma, desprendida por una parte de todo, y por otra, no encontrado aquí el medio de poseer a Dios efectivamente, cae en debilidades y desfallecimientos inconcebibles. Y cuando el amor llega a su perfección, el desfallecimiento llega hasta la muerte, y el rigor hasta perder la vida."

«Y he aquí lo que da el golpe mortal: es que el corazón despojado de todo amor superfluo, es atraído con fuerza al solo Bien necesario, con una fuerza increíble y, no encontrándolo, muere de congoja. `El hombre insensato´ -dice San Pablo- `no entiende estas cosas y el sensual no las concibe; pero nosotros hablamos de la sabiduría entre los perfectos y explicamos a los espirituales los misterios del espíritu´. Digo, pues, que el alma, desprendida de todo anhelo de lo superfluo, es impulsada y atraída hacia Dios con una fuerza infinita, y es esto lo que le da la muerte; porque , de un lado, se arranca de todos los objetos sensibles, y por otro, el objeto que busca es tan inaccesible aquí, que no puede alcanzarlo. No lo ve sino por la fe, es decir: no lo ve; no lo abraza, sino en medio de sombras y como a través de las nubes, es decir, que no tiene de dónde asirlo. Y el amor frustrado se vuelve contra sí mismo y se hace a sí mismo insoportable.»

«Yo he querido daros alguna idea del amor de la Santísima Virgen durante los días de su destierro y la cautividad de su vida mortal. No, no; los Serafines mismos no pueden entender, ni dignamente explicar, con qué fuerza era atraída María a su Bien Amado, ni con qué violencia sufría su corazón en esta separación. Si jamás hubo algún alma tan penetrada de la Cruz y de este espíritu de destrucción santa, fue la Virgen María. Ella estaba, pues, siempre muriendo, siempre llamando a su Bien Amado con un anhelo mortal».

«No busquéis, pues, almas santas, otra causa de la muerte de la Santa Virgen. Su amor era tan ardiente, tan fuerte, tan inflamado, que no lanzaba un suspiro que no debiera romper todas las ligaduras de esta vida mortal; no enviaba un deseo al Cielo que no hubiera debido arrastrar consigo su alma entera. Os he dicho antes, cristianos, que su muerte fue milagrosa, pero me veo obligado a cambiar de opinión: su muerte no fue el milagro, el milagro estuvo en la suspensión de esa muerte, en que pudiera vivir separada de su Bien Amado. Vivía, sin embargo, porque esa era la determinación de Dios, para que fuese conforme con Jesucristo su Hijo crucificado por el martirio insoportable de una larga vida, tan penosa para Ella, como necesaria para la Iglesia. Pero como el Divino Amor reinaba en su corazón sin ningún obstáculo, iba de día en día aumentándose sin cesar por el ejercicio, creciendo y desarrollándose por sí mismo, de modo que al fin llegó a tal perfección, que la tierra ya no era capaz de contenerla. Así, no fue otra causa de la muerte de María que la vivacidad de su amor».

«Y esta alma santa y bienaventurada atrae consigo a su cuerpo a una resurrección anticipada. Porque, aunque Dios ha señalado un término común a la resurrección de todos los muertos, hay razones particulares que le obligan a avanzar ese término en favor de la Virgen María». (Bossuet, citado por el Padre Joaquín Cardozo s.j. enLa Asunción de María Santísima).

Fuente: Catholic.net
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Re: Tema 4. En Galilea con María. 23 septiembre

Notapor BlancaElena » Mié Sep 25, 2013 1:07 pm

La Virgen María es la Doncella escogida por Dios para ser Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre nuestra.

El nombre de María, que en hebreo es Míriam, significa Doncella, Señora, Princesa.

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Para los hebreos el nombre no era un simple apelativo, estaba íntimamente ligado a la persona, por ello usaban nombres que describirían la personalidad, el carácter, así es muy usada la expresión "su nombre será tal" cuando se quería designar una misión o carácter especial al niño por nacer. María es un nombre conocido en el Tanaj o Antiguo Testamento por haber sido nombre de la hermana de Moisés y Aarón (Exodo 15,20), originalmente escrito como Miryam, la versión de los Setenta lo menciona como Mariám , el cambio en la primera vocal señala tal vez la pronunciación corriente, la del arameo, que se hablaba en Palestina antes del nacimiento de Cristo. Al igual que con los nombres de Moisés y Aarón, que fueron tomados con sumo respeto, el de María no se usó más como nombre común, pero la actitud cambió con el tiempo y fueron puestos como señal de esperanza por la era mesiánica. En el texto griego del Nuevo Testamento, en la versión de los Setenta, el nombre usado era Mariám (Mateo 13,55, Lucas 1,27, Lucas 30,34) María sería probablemente la forma helenizada de la palabra. Aunque en la Edad Media se le buscó significados más piadosos que exactos, bajo los actuales descubrimientos arqueológicos, "Alteza" o "Ensalzada" son los significados más cercanos al nombre de origen hebreo.

El Nacimiento

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María Santísima, hija de San Joaquín y Santa Ana por especial favor de Dios, nació en Jerusalén, y cuando tuvo tres años fue llevada por sus padres al templo de esa ciudad para ser presentada al Señor y entregada a su servicio, viniendo a ser entre todas las doncellas el mayor ejemplo de santidad y modestia. La Iglesia celebra el 21 de Noviembre la Presentación de la Santísima Virgen en el Templo. Allí la Niña María aprendió a hilar lana y lino, a labrar las vestiduras sacerdotales y demás objetos para el culto santo; leía con suma atención las divinas escrituras y con encendido amor, aunque sin ninguna ceremonia exterior hizo voto perpetuo de guardar su pureza virginal. En ese entonces debía tener ya más de doce años, pues en esta edad era cuando se permitía a las jóvenes judías hacer votos valederos.

Vida

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María es mencionada por su nombre por primera vez al escribirse el evangelio más antiguo, el evangelio según san Marcos, pero de forma tangencial (Marcos 6,3). En el evangelio según san Mateo se la menciona con motivo de la narración de la concepción milagrosa de Jesús y de su nacimiento y huida a Egipto. Aquí el evangelista menciona que es María aquella de quien habló el profeta Isaías al decir: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros" (Mateo 1,23, Isaias 7,14) . El evangelio según san Lucas es el que más datos da sobre María, al desarrollar con más detalle los temas de la infancia de Jesús, algunos de los cuales se amplían más abajo: la AnuncIación, la Visita a Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Presentación de Jesús en el Templo y la pérdida de Jesús y su hallazgo en el templo. También es san Lucas quien dice que "María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón" (Lucas 2,19). En el evangelio según san Juan, Jesús hace su primer milagro a pedido de ella, en Caná. Y en la cruz, la entrega como madre a san Juan mismo. También se le menciona en los Hechos de los Apóstoles (Hechos 1,14) como miembro destacado de la comunidad cristiana primitiva. El matrimonio fue auténtico, pero al mismo tiempo, según San Agustín y otros, los esposos tenían la intención de permanecer en el estado virginal. (cf.St. Aug., "De cons. Evang.", II, i in P.L. XXXIV, 1071-72; "Cont. Julian.", V, xii, 45 in P.L.. XLIV, 810; St. Thomas, III:28; III:29:2).

Padres y familia

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Sobre sus padres, la Iglesia Católica ha tomado los nombres de Joaquín y Ana como los de sus progenitores, pero no se sabe a ciencia cierta sus nombres verdaderos, los que existen son tomados del Protoevangelio de Santiago, uno de los evangelios apócrifos más famosos y tomado como referencia para muchos datos piadosos sobre la vida de la Virgen María.
No se tiene seguridad de si María tuvo hermanas, aunque la duda subsiste por ciertos datos del evangelio de San Juan y San Mateo quienes mencionan a una "hermana de su madre" quien sería María de Cleofás; Hegesipo menciona a esta María como esposa del hermano de José y por tanto cuñada de María pero no elimina la posibilidad de ser su hermana.

Aunque los evangelios mencionan la existencia de "hermanos" de Jesús, la Iglesia católica romana, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia anglicana, basadas en el uso del lenguaje hebreo de aquella época, los interpretan como parientes, declarando a María "siempre virgen". La mayoría de las iglesias Protestantes (con excepciones como los luteranos), por su parte, adoptan en general la primer postura. En el idioma arameo, lenguaje que Jesús hablaba, así también en el hebreo; no existe la palabra primo, denotando a un ser familiar cercano, y cuando los Libros Bíblicos fueron traducidos al idioma griego, la palabra hermano supuestamente habría sido usada para mencionar a estos parientes cercanos de Jesús. Se debe hacer notar que el Nuevo Testamento fue escrito en griego koine, por lo que la idea de que Jesús tuvo hermanos ha sido objeto de discusión entre numerosos estudiosos. Lo cierto es que en ningún evangelio se afirma que María haya tenido más hijos, sólo se habla de "hermanos y hermanas de Jesús", algunos mencionados por su nombre: Santiago, José, Simón y Judas (Mateo 13,55-56, Marcos 6.3). Hay quienes piensan que estos Santiago y José son hijos de la otra Maria que estaba al pie de la cruz: “entre las cuales estaban: María la madre de Santiago el menor y de José...” (Marcos 15,40), y que ésta a su vez, es la hermana de la madre de Jesús, de la que se habló al comienzo de la sección, también llamada María, mujer de Cleofás, que el evangelio de San Juan ubica también al pie de la cruz (Juan 19,25). De allí que Santiago y José serían "hermanos" de Jesús (es decir primos, como se viene diciendo) por parte de su tía, hermana de su madre.

Matrimonio

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Los evangelios hacen aparecer a María cuando narran la concepción de Jesús. Según lo que narran se puede ver que María en ese momento era prometida de José de Nazaret, quien era carpintero. Los relatos evangélicos se inician después de los desposorios de María con San José. El evangelio según san Lucas dedica dos capítulos a la concepción e infancia de Jesús. Es en Lucas también donde es llamada "muy favorecida", "bendita entre todas las mujeres", "madre del Señor". El apelativo "muy favorecida", frecuente en las traducciones prostestantes, se traduce en las biblias católicas en general como "llena de gracia" (siguiendo el "gratia plena" de la Vulgata). La Biblia de Jerusalén apunta en la glosa del evangelio según san Lucas 1,28 que este saludo en forma literal significa: "tú que has estado y sigues estando llena del favor divino".

Según la tradición judía de aquel momento, los jóvenes varones se desposaban entre los dieciocho y veinticuatro años, mientras que las jóvenes mujeres a partir de los doce años eran consideradas doncellas (na'arah) a partir de esa edad podían desposarse. El matrimonio judío tenía dos momentos, desposorio y matrimonio propiamente dicho: el primero era celebrado en la casa de la novia y traía consigo acuerdos y obligaciones, aunque la vida en común era preciso. Si la novia no había estado casada antes se esperaba un año después del desposorio para llegar a la segunda parte, el matrimonio propiamente dicho, donde el novio llevaba solemnemente a la novia desde la casa de sus padres a la de él.

En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice:
"Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".
(Lucas 2,33).

En Belén tuvo que sufrir con La Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Mateo 2,13. San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.


Nacimiento de Jesús

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Lucas narra el nacimiento de Jesús señalando las circunstancias del suceso (Lucas 2,1-7). Ante un edicto de César Augusto que ordenaba un censo, José y María viajan desde Nazaret en Galilea hacia Belén en Judea. Estando en Belén, llegó la hora de dar a luz y María tiene que tener el parto en un pesebre ya que todos los lugares estaban llenos.

San Luis María Grignion de Montfort (†1716)

"Por medio de la Santísima Virgen vino Jesucristo al mundo y por medio de Ella debe también reinar en el mundo." (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, María en el designio de Dios, punto 1).
"Confieso, con toda la Iglesia, que siendo María una simple creatura salida de las manos del Altísimo, comparada con tan infinita Majestad, es menos que un átomo, o, mejor, es nada, porque sólo El es EL QUE ES. Por consiguiente, este gran señor siempre independiente y suficiente a Sí mismo, no tiene ni ha tenido absoluta necesidad de la Santísima Virgen para realizar su voluntad y manifestar su gloria. Le basta querer para hacerlo todo.

Afirmo, sin embargo, que dadas las cosas como son, habiendo querido Dios comenzar y acabar sus mayores obras por medio de la Santísima Virgen desde que la formó, es de creer que no cambiará jamás de proceder: es Dios y no cambia ni en sus sentimientos ni en su manera de obrar". (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, Necesidad del culto a María, puntos 14 y 15).

"La Iglesia, con el Espíritu Santo, bendice primero a la Santísima Virgen y después a Jesucristo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús". Y esto, no porque la Virgen María sea mayor que Jesucristo o igual a El lo cual sería intolerable herejía sino porque para bendecir más perfectamente a Jesucristo hay que bendecir primero a María. Digamos, pues, con todos los verdaderos devotos de la Santísima Virgen y contra sus falsos devotos escrupulosos. "María, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús"" (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, Deformaciones del culto a Maria, punto 95).
Algunas citas de los Santos sobre ella

San Bernardo de Claraval (Doctor de la Iglesia, †1153)

"Todo el mundo espera la respuesta de María
Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el Ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida. Esto te suplica, oh piadosa Virgen, el triste Adán, desterrado del paraíso con toda su miserable posteridad. Esto Abrahán, esto David, con todos los santos antecesores tuyos, que están detenidos en la región de la sombra de la muerte; esto mismo te pide el mundo todo, postrado a tus pies.

Y no sin motivo aguarda con ansia tu respuesta, porque de tu palabra depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación, finalmente, de todos los hijos de Adán, de todo tu linaje.


San Efrén de Siria (Padre y Doctor de la Iglesia, †373)

"Señora Nuestra Santísima, Madre de Dios, llena de gracia: Tú eres la gloria de nuestra naturaleza humana, por donde nos llegan los regalos de Dios. Eres el ser más poderoso que existe, después de la Santísima Trinidad; la Mediadora de todos nosotros ante el mediador que es Cristo; Tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo, eres la llave que nos abre las puertas del Paraíso; nuestra Abogada, nuestra Intercesora. Tú eres la Madre de Aquel que es el ser más misericordioso y más bueno. Haz que nuestra alma llegue a ser digna de estar un día a la derecha de tu Único Hijo, Jesucristo. Amén!!" (Títulos de la Virgen Santísima).

San Alfonso María de Ligorio (Doctor de la Iglesia, †1787)

"Acostumbran los amantes hablar con frecuencia de las personas que aman y alabarlas para cautivar para el objeto de su amor la estima y las alabanzas de los demás. Muy escaso debe ser el amor de quienes se vanaglorían de amar a María, pero después no piensan demasiado en hablar de ella y hacerla amar de los demás. No actúan así los verdaderos amantes de nuestra Señora. Ellos quieren alabarla sobre todo y verla muy amada por todos. Por eso, siempre que pueden, en público y en privado, tratan de encender en el corazón de todos aquellas benditas llamas de amor a su amada Reina, en las que se sienten inflamados." (Las Glorias de María, Introducción).

"No sólo María santísima es reina del cielo y de los santos, sino que también ella tiene imperio sobre el infierno y los demonios por haberlos derrotado valientemente con su poder. Ya desde el principio de la Humanidad, Dios predijo a la serpiente infernal la victoria y el dominio que había de ejercer sobre él nuestra reina al anunciar que vendría al mundo una mujer que lo vencería: “Pondré enemistades entre ti y la mujer... Ella quebrantará tu cabeza” (Gn 3, 15). ¿Y quién fue esta mujer su enemiga sino María, que con su preciosa humildad y vida santísima siempre venció y abatió su poder? “En aquella mujer fue prometida la Madre de nuestro Señor Jesucristo”, dice san Cipriano. Y por eso argumenta que Dios no dijo “pongo”, sino “pondré”, para que no se pensara que se refería a Eva. Dice pondré enemistad entre ti y la mujer para demostrar que esta triunfadora de Satán no era la Eva allí presente, sino que debía de ser otra mujer hija suya que había de proporcionar a nuestros primeros padres mayor bien, dice san Vicente Ferrer, que aquellos de que nos habían privado al cometer el pecado original. María es, pues, esa mujer grandiosa y fuerte que ha vencido al demonio y le ha aplastado la cabeza abatiendo su soberbia, como lo dijo Dios: “Ella quebrantará tu cabeza”. Cuestionan algunos si estas palabras se refieren a María o a Jesucristo, porque los Setenta traducen: “Él quebrantará tu cabeza...”


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