Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

En este curso, haremos un recorrido turístico-religioso por los Santos Lugares, conoceremos y comprenderemos cómo conviven las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa: Cristianismo Judaísmo e Islam, sus costumbres y tradiciones, visitaremos los lugares de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.

Conjuntamente al curso de turismo religioso, que se enviará cada semana por correo y se desarrollará en el foro como hacemos habitualmente, cada domingo nos uniremos a la plataforma de http://www.evangelizaciondigital.org/encuentros-on-line/tierra-santa/ Evangelización Online para peregrinar por los lugares que vayamos visitando y conocer la Tierra Santa, de primera mano, con guías conocedores de los lugares santos, y además con materiales de estudio y de formación.

Fecha de inicio
2 de septiembre de 2013

Fecha final:
22 diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor rosita forero » Vie Oct 25, 2013 2:04 pm

por hini Recorreremos El desierto donde se retiró Jesús y fue tentado,
Visitaremos los monasterios del Desierto


Monasterio de la Tentación

Imagen..Imagen..Imagen...Imagen

El Monasterio de la Tentación ( en árabe: دير القرنطل Deir al-Quruntal)

Es un monasterio cristiano ortodoxo situado en Cisjordania, concretamente en el Monte de la Tentación, y mirando hacia la localidad de Jericó y el Valle de Jordania. El monasterio está construido a una altura de 350 sobre el nivel del mar. El templo es una atracción turística y está bajo la administración de la Autoridad Nacional Palestina, si bien el monasterio está gestionado por la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén.



historia

El más antiguo de los monasterios fue construido por los bizantinos en el siglo VI sobre la cueva en la que Jesús pasó cuarenta días de ayuno y meditando sobre la tentación de Satán, a unos 3 kilómetros al noroeste de Jericó. El monasterio recibe su nombre de la montaña en la que está situado, el Monte de la Tentación.

Imagen

El monasterio fue identificado por Augusta Helena de Constantinopla como uno de los "sitos sagrados" en su peregrinación en 326 d.C.4
Palestina, incluyendo Jericó, fue conquistado por los árabes bajo el califato islámico de Umar ibn al-Khattab en los años 630. Cuando las Cruzadas invadieron el área en 1099 construyeron dos iglesias en el lugar: una en una cueva a mitad de la cumbre y la otra en la cumbre. Hacían referencia al sitio como "Mons Quarantana" (de Quaranta que significa 40, el número de días que Jesús ayunó según el Evangelio).

La tierra sobre la que se construyó el monasterio fue adquirida por la Iglesia Ortodoxa en 1874. En 1895 se construyó el monasterio alrededor de una capilla en una cueva, que marca la piedra donde Jesús se sentó durante su ayuno.Tres monjes ortodoxos residen en el monasterio y hacen de guías para los turistas
Se puede acceder en teleférico o caminando

Imagen telesferico


Imagen..Imagen interior del monasterio

. En el interior del monasterio se encuentra una habitación lleno de iconos riquísimos y muy antiguos. . Y, desde allí, subiendo unas escaleras se encuentra la piedra muy venerada en la que Jesús se sentó

Imagen Iconos...Imagen la piedra donde Jesús se sentó


fuente.http://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio ... aci%C3%B3n
..http://unsacerdoteentierrasanta.blogspo ... iones.html
rosita forero
 
Mensajes: 1632
Registrado: Vie Ene 06, 2012 11:03 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor rosita forero » Vie Oct 25, 2013 2:04 pm

..
rosita forero
 
Mensajes: 1632
Registrado: Vie Ene 06, 2012 11:03 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Sab Oct 26, 2013 4:45 pm

Cuarenta años en el desierto

Ya hemos hablado del desierto y del Monte Sinaí o Monte Horeb, llamado también Monte de Jabal Musa, o Gebel Musa, nombre árabe que significa: Monte Moisés, ¿y por qué Monte Moisés? Porque es el lugar en donde Moisés, recibió de Dios, los Diez Mandamientos.

A pesar de hablar de este monte en el desierto aun queda tanto que hablar de este lugar que continuamos refiriéndonos de acontecimientos que ocurrieron en este Monte Sinaí.

El Monte Sinaí es muy alto, aunque no el más alto de la región, pero si el mas importante en el Libro del Éxodo en la Biblia.

¿Quién fue Moisés?

Hacía 400 años que el Patriarca Jacob había llegado a Egipto, con sus hijos, familiares y ganado, y se habían establecido en las fértiles tierras de Gesén, junto al Rio Nilo, con anuencia del faraón, que le había dicho a José, hijo de Jacob: “…Tu padre y tus hermanos han venido a ti; la tierra de Egipto a tu vista, la tienes a tu disposición, dales para habitar el mejor sitio, y sea en hora buena la tierra de Gesén…” Gn 47, 5-6

“…En Egipto, un nuevo rey que no sabía nada de José y le dijo año pueblo: “Bien veis que el pueblo de los hijos de Israel es muy numeroso y más fuerte que nosotros. Actuemos sagazmente contra él para que no siga multiplicándose…” Ex 1, 8
El faraón ordeno a las parteras: “…Cuando asistiereis a las hebreas en sus partos, al momento que salga la criatura, si fuere varón, matadlo y en hembra dejarla vivir…”


Y así vino al mundo Moisés.

La madre de Moisés, en vez de matarlo, hizo una canastilla de juncos y metió en ella al niño, colocando la canastilla en la corriente del Río Nilo.

La hija del faraón vio la canastilla flotando y la recogieron.-Imagen.-decidiendo conservar al niño poniéndole de nombre: Moisés, que significa “rescatado de las aguas”

La misma madre de Moisés providencial fue llamada para que amamantara al niño.

Moisés fue creciendo, educado por la corte egipcia, pero nunca olvido su procedencia al pueblo hebreo.

Al paso del tiempo y un día se dio cuenta Moisés que un egipcio maltrataba a un hebreo y lo mato enterrándolo en la arena. Al saber esto el faraón, trato de matarlo y Moisés tuvo que huir al desierto, llegando a la tierra de Madián, donde encontró beduinos y que agredían a las mujeres que llevaban a beber en el manantial a sus rebaños, pues ellos querían, que solamente fuera para sus animales el manantial. Defendiéndolas Moisés.

Esas mujeres eran hijas de Jetró, sacerdote de Madián y con él se integro Moisés, para que le cuidara el ganado.
Pasa el tiempo y Moisés se casa don Séfora, una de la hijas de Jetró, de quien tuvo dos hijos: Gersón y Eliezer.

Cuando sacaba los rebaños al campo siempre se quedaba observando el Monte Sinaí, la cumbre del monte mostraba extraños fulgores y rumores subterráneos que le llamaban la atención a Moisés.

Moisés observando el Monte Sinaí.-Imagen
Un día caminando por la desértica llanura, pastoreando los rebaños del suegro, llego hasta la cordillera del Monte Sinaí, la llamada montaña de Dios. Cuenta la Biblia que fue allí donde Moisés vio la zarza que ardía, pero que no se consumía y subiendo monte arriba, se acerco a ese extraño fenómeno y fue grande su sorpresa cuando escucho la voz de Dios que le dio: “Quítate las sandalias de tus pies porque la tierra que pisas es santa” …”Yo soy el Dios de tu Padre Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob…”
La zarza que ardía.-Imagen

Fue allí donde Dios le encarga la tarea de hacerse cargo de la liberación de Israel, que estaba esclavizado por los egipcios.
Moisés se entrevista con el faraón, discuten y no le cree. Y le pregunta ¡quien es Dios para que le haga caso, dejándolos salir a Israel¡

Moisés hizo uso de sus poderes que le dio el Señor Dios. Recordamos que por el poder de Dios y el báculo de Moisés, el agua se convierte en sangre, y de allí las plagas de Egipto, como dice la Biblia.

Después de esto Moisés atraviesa el desierto para ir en busca de la Tierra Prometida: La Palestina

El camino hubiera sido más corto, siguiendo la costa del Mar Grande, ahora el Mediterráneo, pero allí estaban los guardias del faraón, por lo que continuaron hacia el sur, bajando por la península del Sinaí.

El terreno era abrupto, caminaban a lo largo de largas brechas, a los lados se elevaban muros de formaciones rocosas impresionantes. Finalmente llegaron a un extenso valle, en cuyo fondo estaba el majestuoso e impresionante monte Sinaí, en donde acamparon, después de tres meses de su salida de Egipto.

Y fue en esta montaña del Sinaí, en medio de relámpagos, truenos y fuego donde Dios proclamo sus DIEZ MANDAMIENTOS; y se los entregó a Moisés, grabados en dos tablas, para que se cumplieran.
Moisés con las Tablas de la Ley.- Imagen

El pueblo no fue siempre fue fiel a Dios y muchas veces volvieron a la idolatría, siendo castigado por Dios.

El castigo mayor fue cuando Dios les dijo, que en ese desierto quedarían tendidos sus cadáveres por haber murmurado contra Él, y que sus hijos vagarían por el desierto por 40 años, hasta que los cadáveres de sus padres fueran consumidos en el desierto.

La palabra de Dios de cumplió. Al pasar los 40 años de andar viajando por el desierto el Profeta Moisés mando hacer el censo de la población y resultó que habían muerto todos los que habían salido de Egipto, ya era otra generación.

De esa generación había dicho Dios, que a ellos les daré la Tierra Prometida. Y el Profeta Moisés, seguro que esta vez se iba a realizar la promesa de Dios, guió otra vez a los hebreos a la frontera de la Tierra Prometida.

Josué, el niño que siempre acompaño a Moisés, encabezo al pueblo de Israel, y entre combates y luchas, entraron y se establecieron en la Tierra Prometida, por diferentes lugares de toda la Palestina, según el número de cada una de las doce tribus de Israel.

La Biblia nos dice: que Moisés hablaba cara a cara con Dios, un gran profeta, líder y un hombre de fe.

¡Gloria a Dios Todopoderoso y único Señor!
"No anteponer nada al amor de Dios"

PEPITA GARCIA 2
Avatar de Usuario
PEPITA GARCIA 2
 
Mensajes: 1992
Registrado: Mié Dic 28, 2011 6:58 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor tralalá » Sab Oct 26, 2013 6:33 pm

Dt 8,26: "Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos. Te ha humillado y te ha hecho sentir hambre para alimentarte luego con el maná, desconocido de tus mayores; para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor. No se gastaron tus vestidos ni se hincharon tus pies durante esos cuarenta años. Reconoce en tu corazón que el Señor, tu Dios, te corrige como un padre hace con su hijo. Guarda los mandamientos del Señor, tu Dios; sigue sus caminos y respétale".
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
Imagen
Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Avatar de Usuario
tralalá
 
Mensajes: 8780
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am
Ubicación: Argentina

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor BlancaElena » Sab Oct 26, 2013 7:17 pm

EL MONACATO PRIMITIVO EN PALESTINA.

Los primeros 40 años de existencia de la Iglesia,y hasta los años 70,constituye el período de la llamada Iglesia Apostólica,ya que muchos de los Apóstoles de Jesucristo estaban aun con vida y marcó la primera experiencia misionera de la Iglesia ..Los años que siguen fueron el gran período de los mártires,"Testigos de Cristo",que dieron supremo testimonio,entregando su vida como Él mismo había hecho....Esta situación duró hasta principios del S.IV.Durante los siglos siguientes vino el desarrollo del poder temporal de la Iglesia,gracias a la conversión de gobernantes y emperadores,y en especial al establecimiento del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano...Esto podría acarrear un riesgo importante,el potencial olvido de la dimensión espiritual del cristianismo.Para ello supo el Espíritu Santo suscitar una nueva forma de espiritualidad,mediante la abnegación,la renuncia,la soledad,el silencio,la penitencia y la mortificación.Renuncia al mundo para dedicarse a la oración y el contacto con Dios.Esto fue el monacato movimiento monástico,que tuvo en Oriente,especialmente en Egipto y en Palestina,su desarrollo más notable.

Es un tema apasionante que he estudiado en profundidad y recomiendo efusivamente a toda persona interesada en el mismo...


La Laura de San Eutimio es uno de los primeros cenobios de Palestina.Está excabada en la roca en la región de Masado.Se pueden ver las celdas colgadas en la pared de la foto

Imagen



Monasterio de mar Saba -Israel

Imagen


http://cofrades.pasionensevilla.tv/prof ... rio-de-mar
Avatar de Usuario
BlancaElena
 
Mensajes: 1415
Registrado: Mié Ene 18, 2012 8:45 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor bonifacia » Sab Oct 26, 2013 9:01 pm

BUENAS NOCHES AMIGOS(AS) : :oops:

EL DESIERTO DE LA TENTACIÓN:
Implícitamente se puede deducir que la tentación última guarda relación con las precedentes, es decir, guarda relación con la filiación divina. Algunos salmos, en efecto, atribuyen al Mesías-Rey-Hijo de Dios el derecho a gozar de un estatuto social de poder y de riqueza de acuerdo con su dignidad40. La comunidad pos pascual atribuye al Resucitado “todo poder en el cielo y en la tierra”41 y la cristología de las cartas a los Efesios y Colosenses coloca a Jesús sobre todo señorío y potestad. Esta repetición de todo es sin duda afín a la oferta del tentador: “todo esto te daré, todos los reinos del mundo y su gloría”43. Parece clara en esta tentación la vinculación de la condición divina con la riqueza, el poder y el brillo social. El dominio, y no el servicio, serían entonces el atributo que le correspondería a la divinidad de este mundo. La tentación no consiste propiamente en “postrarse ante Satán” sino en justificar el recurso al poder y a la gloria por parte de Aquél en quien los evangelistas reconocen en posesión de todo poder y gloria en el cielo y en la tierra. J. Jeremías afirma con evidente claridad conceptual que “la adoración a Satanás, en el monte desde el que se contemplaba todo el mundo, tiene indiscutiblemente como objeto la actuación de Jesús como caudillo político” González Faus añade que “El problema de esta tentación es, pues, de medios. Lo que ofrece el tentador es la anticipación de ese poder; y el sentido de esta anticipación no es «temporal» (tenerlo antes), sino «cualitativo» (tenerlo en este mundo, es decir, allí donde el hombre Jesús ha de realizar su misión y, por tanto, como medio para ella”.
*[url][/url]Las tres tentaciones ponen a Jesús frente a Israel para ser comparado con su pueblo, pero detrás de Israel es toda la humanidad la que se exhibe. Si Israel cede a la tentación, cuando llega la prueba de su crecimiento en la confianza en un Dios salvador que actúa en su historia, hemos de evaluar esa caída como nuestra caída y las consecuencias como algo que nosotros mismos podemos experimentar.
La primera tentación que Cristo supera, y en la que toda la humanidad “cae”, es pensar que lo único que sirve al hombre es asegurarse el alimento. Es una propuesta fácil de aceptar que encaja con la tendencia actual a ver al hombre como una excrecencia de la naturaleza. Según los evangelistas Jesús habría vivido esta misma tentación de adorar a otro fuera de Dios Padre. Y la superó nuevamente con las palabras de Moisés, que le sirvieron de arma vencedora.

CIUDAD DE JERICÓ:
La ciudad de Jericó está situada en Cisjordania, cerca del río Jordán en los Territorios Palestinos, la cual es considerada como su capital [cita requerida]. Los hallazgos arqueológicos de esta ciudad cananea demuestran que se edificó desde hace más de diez mil años. Sus habitantes originarios fueron los cananeos. Jericó está mencionada en los textos bíblicos y situada a orillas del río Jordán, ubicada en la parte inferior de la cuesta que conduce a la montañosa meseta de Judá, a unos 8 km de la costa septentrional de la cuenca seca del Mar Muerto, a casi 240 m por debajo del nivel del Mar Mediterráneo y aproximadamente a 27 km de Jerusalén. Fue una importante ciudad del valle del Jordán (Dt. 34:1, 3), en la ribera occidental del río. En una época, la ciudad fue conocida como la ciudad de las palmeras (Dt. 34:3; Jue. 3:13)

Según el libro de Daniel, en total dieron 13 vueltas
Con esas palabras el Señor le ordenó a Josué la conquista de Canaán. “Mira, Yo he puesto en tus manos a Jericó y a su rey y a todos sus valientes. Dad la vuelta a la ciudad una vez al día todos los hombres de armas. Y haréis esto por espacio de seis días. Y al séptimo tomen los sacerdotes siete trompetas de las que sirven para el jubileo, y vayan delante del Arca del Testamento, y en esta forma daréis siete vueltas a la ciudad, tocando los sacerdotes sus trompetas; y cuando se oiga su sonido más continuado y después más cortado, e hiriere vuestros oídos, todo el pueblo gritará a una con grandiosísima algazara, y caerán hasta los cimientos los muros de la ciudad por todas partes, y cada uno entrará por la que tuviere adelante”

EL MAR MUERTO: De acuerdo a la revelación de la Biblia, las ciudades malditas de Gomorra, Sodoma, Zeboím y Asmad estaban en el sector sur a orillas del mar Muerto, cercano a la actual península de Lisán; pero hasta ahora no hay evidencias arqueológicas concluyentes al respecto. En 1947 unos beduinos encontraron unos 3000 fragmentos de manuscritos del mar Muerto que datan de unos 2000 años en unas cuevas en el desierto de Judea. En el año 2010 fueron digitalizados para que cualquiera los pudiera consultar.
:idea: "JESÚS , QUIEN AMO A DIOS, CON AMOR, INCOMPARABLE, TERNURA OBEDIENCIA Y FIDELIDAD, SU ENTREGA A LOS DEMÁS, CONSTRUCTOR DE UN MUNDO MEJOR"...


bonifacia
 
Mensajes: 89
Registrado: Dom May 19, 2013 4:10 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor zbenedetti » Sab Oct 26, 2013 10:43 pm

Tomado de diferentes documentos de Internet

EL MINISTERIO DE JESUS

Jesús comenzó su ministerio cuando tenía 29 años de edad. Fue bautizado en el Río Jordán por su primo hermano, Juan el Bautista, quién predicaba diciendo que el Mesías había de venir. Mientras Juan bautizaba a Jesús, el Espíritu Santo bajó en forma de paloma y una voz del Cielo confirmó que Jesús era el amado Hijo de Dios.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre y fue tentado varias veces por el diablo. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

Jesús hizo su vida pública por solamente tres años durante la cual enseñó y habló del Reino de los Cielos, predicó y obró milagros en todas las comunidades vecinas de Israel. Se caracterizó por el de parábolas cuando les enseñaba a las multitudes que le seguían a donde Él iba.

En Mateo 9:35 vemos en que consistió el ministerio terrenal de Jesús: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.”. Son tres cosas principales las que Jesús hizo: Enseñar, Predicar y Sanar a los enfermos.

El propósito de Jesús en la vida era cumplir la voluntad del Padre Celestial. A donde iba, llevaba consigo bondad. Nunca hirió o lastimó a nadie, aunque se enojó con los que hacían el mal y, por ejemplo, a un grupo de personas “santurronas” que asistían a la iglesia les llamó generación de víboras y en otra ocasión, tiró las mesas de los comerciantes que abusaban de las personas.

Los amigos de Jesús eran los proscritos de la sociedad y sobre todo los pecadores. El amor de Jesús se extendió hacia los publicanos, los ladrones y las prostitutas. Nunca despreció a nadie.

El carácter universal de su ministerio vino con su muerte y resurrección, cuando el murió por los pecados de todos los hombres.
zbenedetti
 
Mensajes: 41
Registrado: Lun Sep 02, 2013 2:39 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor tralalá » Dom Oct 27, 2013 8:56 am

Ain Karem - San Juan en el desierto
Iglesia de San Juan en el desierto

El yermo de San Juan en el desierto, Imagen tercero de los santuarios de Ain Karem después del de la Visitación y del santuario del nacimiento de Juan Bautista, hace memoria del lugar en donde el Precursor encontró refugio huyendo de la matanza de los Inocentes. Comprende el Santuario, la Gruta, la fuente y la Tumba de Isabel.

San Juan Bautista

La figura del Bautista está estrechamente asociada al desierto, lugar de vida ascética y, a la luz de la historia de Israel, lugar privilegiado donde se encuentra la gracia de Dios. Del desierto, según la profecía de Isaías, vendría el precursor del Mesías.

‘Ain el-Habís, a unos 3 kms. de Ain Karem, recuerda el lugar en donde san Juan Bautista vivió su infancia y los años de preparación para el ministerio público. Los testimonios escritos que conocemos –relativamente tardíos- apoyan la historicidad del lugar basándose en el nombre y las ruinas. ‘Ain el-Habís significa fuente del eremita, una definición que bien claramente hace alusión a la figura del precursor, prototipo de los ermitaños. En este lugar los cruzados erigieron, sobre las ruinas que entonces existían, una iglesia y un convento.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
Imagen
Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Avatar de Usuario
tralalá
 
Mensajes: 8780
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am
Ubicación: Argentina

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom Oct 27, 2013 9:16 am

Les comparto este video, muy interesante, nos habla del Desierto de Juda; narrado por los frailes franciscanos.

http://www.youtube.com/watch?v=8DTT0Gu21lU


TERRA SANCTA
Custodios de las fuentes de la Salvación

Capítulo 5
DESIERTO DE JUDÁ: EN EL DESIERTO PREPARAD EL CAMINO


La historia de la Salvación a través de los santuarios de Tierra Santa, en una narración que -originándose en el Monte Nebo y el ministerio de los profetas en los acontecimientos bíblicos de Israel- guía por los lugares de la experiencia terrena de Jesús, llegando hasta Emaús y a la vida de la primera comunidad cristiana.

En una filmación extraordinaria, con un marco de imágenes exclusivas y altamente sugerentes, se desarrolla un recorrido sin igual, ilustrado con indicaciones geográficas realizadas en sistemas informáticos con mapas y gráficos, con indicaciones históricas esenciales y precisas referencias bíblico-arqueológicas. A los aspectos descriptivos y funcionales para que el peregrino --visitante pueda planificar su propio itinerario, se une --Biblia en mano- la invitación a un viaje mayor, el de la reflexión y la renovación espiritual, perfectamente acompañado por las intervenciones de los religiosos.

«TERRA SANCTA -- CUSTODIOS DE LAS FUENTES DE LA SALVACIÓN» es la expresión institucional de la Custodia de Tierra Santa, y del plurisecular y multiforme compromiso de los hijos de Francisco de Asís en la preservación y vivificación de los lugares unidos a la memoria de Cristo, en el estudio de sus testimonios materiales y espirituales, en la divulgación de su conocimiento, en la hospitalidad y la guía de los peregrinos.
"No anteponer nada al amor de Dios"

PEPITA GARCIA 2
Avatar de Usuario
PEPITA GARCIA 2
 
Mensajes: 1992
Registrado: Mié Dic 28, 2011 6:58 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor Pascu » Dom Oct 27, 2013 2:59 pm

Comparto con ustedes el resumen de un artículo muy interesante que encontré en un blog perteneciente a un Monasterio Católico de Rito Bizantino en Argentina dedicado a la espiritualidad cristiana oriental.
Link:
http://teoforos-orientecristiano.blogspot.com.ar/2010/08/sintesis-de-la-doctrina-ascetica-del.html

Doctrina ascética del monacato primitivo
La doctrina ascética del monacato primitivo puede reducirse a tres puntos fundamentales: el combate espiritual, las armas para el mismo y los frutos de la victoria.

1 ) El combate espiritual: El rasgo que mejor caracteriza la espiritualidad de los primeros monjes es su concepción de la vida cristiana a base de un combate espiritual. Los enemigos contra los que combatían eran los vicios y los demonios.
a - Los vicios: De ordinario se hablaba de ocho vicios, como fuente y síntesis de todos los males. He aquí su detalle, según Evagrio:
"Ocho son en total los pensamientos genéricos que comprenden todos los pensamientos: el primero es el de la glotonería (gastrimargía); después viene el de la fornicación (porneía); el tercero es el de la avaricia (phylagyría); el cuarto, el de la tristeza (lypé); el quinto, el de la cólera (orgé); el sexto, el de la acedía (akedía); el séptimo, el de la vanagloria (xenodoxía); el octavo, el orgullo (hyperephanía)".
b - El demonio: En el desierto todas las desventuras se atribuían al accionar del demonio. Sin duda había no poco de exageración en eso, pero de todos modos debían hacer frente a las tentaciones (acción sobre los sentidos internos), a las obsesiones (acción sobre los sentidos externos), y a las ilusiones (representaciones sutiles del mal bajo apariencia de bien).

2 ) Las armas: Las principales con que contaban para triunfar en sus combates espirituales eran la oración, el trabajo y el ayuno:

a - Las oración: Era su obligación fundamental ya que habían marchado al desierto y a la soledad para entregarse al trato continuo con Dios. La oración estaba perfectamente regulada, para la mañana, mediodía y la tarde de cada día. El pensamiento de Dios acompañaba al monje en todas partes y en ello veían la principal fuente de energía para vencer las pasiones.

b - El trabajo: Ellos partían del principio de que cada cual debía vivir de su trabajo manual. Entonces, se fabricaban canastos, cuerdas, esteras, etc, objetos que la colonia se encargaba de vender para procurarse a cambio aquellos productos que necesitaba.

c - El ayuno: La frugalidad se consideraba aún más importante que el trabajo para sujetar la carne al espíritu. El ayuno consistía en hacer una sola comida al día. Estaba perfectamente reglamentado entre los cenobitas pero, entre los anacoretas, se dejaba librado al fervor de cada uno. Gran número de ellos ayunaban todos los días; algunos comían tan sólo cada dos, tres, cuatro y hasta cinco días.

3 ) Los frutos de la victoria: fortalecidos por ésta lucha contra el demonio y contra sí mismos, los ascetas llegaban, poco a poco, a la apatheia. Ésta palabra fue, originariamente tomada de los estoicos, pero adquiere una significación muy cristiana que reúne al dominio de sí mismo y la paz espiritual.
La apatheia, les permitía entregarse más plenamente a la contemplación de los bienes eternos, ya poseídos en esperanza. De allí proviene esa impresión de alegría profunda o de plenitud espiritual, al mismo tiempo que de fortaleza, que se desprende de los relatos, conservados de estas almas.
Pascu
 
Mensajes: 62
Registrado: Dom Sep 01, 2013 6:17 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto

Notapor tralalá » Dom Oct 27, 2013 4:34 pm

Hallan tumba de Herodes en desierto de Judea
Por Redacción Central - Los Tiempos - 1/09/2007

"No tengo dudas. Lo que encontramos es la tumba de Herodes".

Con estas palabras, el profesor Ehud Netzer, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, resumió el hallazgo en el desierto de Judea.

Herodes, rey de Judea entre los años 37 y 4 A.C., fue designado como monarca por el Imperio Romano. Su legado es ambivalente, según explicó el doctor Noah Hacham, del departamento de Historia Judía en la Univesidad Hebrea.

Por un lado, Herodes -que provenía de una familia convertida al judaísmo- era odiado por sus correligionarios que lo consideraban un tirano cruel y un títere de Roma. Ello podría verse confirmado en las propias palabras de Netzer en relación con la forma en que se hallaron los restos del sarcófago: destruido en numerosos trozos, a golpe de martillo. "Parecía obra de alguien que lo odiaba, que quería romper todo vestigio de su recuerdo", comentó.

Sin embargo, según aclara Hacham, por otra parte, se recuerda a Herodes también en términos positivos, dado que durante su reinado hubo gran estabilidad, pero más que nada, por haber sido quien reconstruyó el templo sagrado de Jerusalén.

La tumba de Herodes era buscada por los estudiosos hace ya mucho tiempo. El propio Netzer, arquitecto dedicado a la investigación de las imponentes construcciones de Herodes, trabaja con los arqueólogos desde hacía 35 años en el Herodium, donde se halló la tumba.

La construcción de la tumba

Fue en la ladera de la montaña sobre la que se halla el complejo palacio-fortaleza del Herodium, a unos 15 kilómetros al sur de Jerusalén, que el propio Herodes construyó el sitio en el que se le daría sepultura.

Los elementos que convencieron finalmente a Netzer de que se hallaba frente a la tumba de Herodes, son a su juicio, categóricos. Están por un lado los restos de un sarcófago "único, casi sin precedentes, propio de un rey", de unos 2,5 metros de largo y además, unas estructuras construidas en el lugar como parte del complejo destinado a la sepultura.

El rey mismo había preparado su procesión fúnebre y su sepultura en vida y ello está descrito en el libro del historiador Flavio Josefo. Dado que fue el propio rey quien decidió que allí descansarían sus restos, en un sitio singular, en medio del desierto, Netzer considera que la revelación de la tumba es un punto clave en su investigación del lugar.

Netzer recordó asimismo que "Herodes vivía cuando nació Jesús y eso ya es importante también para el mundo cristiano".

CIFRA

Entre 37 y 4 años antes de Cristo, Judea fue gobernada por el Rey Herodes. Se destacó por la reconstrucción del templo de Jerusalén y por la orden de asesinar a niños judíos para evitar la existencia de Jesús, según el cristianismo.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
Imagen
Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Avatar de Usuario
tralalá
 
Mensajes: 8780
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am
Ubicación: Argentina

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor Sergio Arturo » Mar Oct 29, 2013 7:49 pm

Juan el Bautista y su predicación en el desierto
Autor: Ariel Álvarez Valdes
Cuando Juan el Bautista salió a predicar, eligió un curioso lugar para instalar su ámbito académico: el desierto palestino. Realmente no podía haber buscado un sitio más inapropiado. ¿Cómo haría la gente para llegar hasta allí? ¿Y cómo podrían ubicarse más o menos cómodamente para escuchar sus sermones, entre las piedras, los insectos, la arena, el sol y las alimañas? ¿Y dónde encontrarían sanitarios, o un lugar para hacer un alto y tomar agua?

Pero a Juan no pareció haberle importado esos detalles. Y a la gente tampoco, porque dice el Evangelio que “acudían hasta él muchedumbres de toda la región de Judea, y todos los habitantes de Jerusalén, y se hacían bautizar por él confesando sus pecados” (Mc 1,5). Juan convirtió el desierto en un hervidero de gente, llegada de todas partes para escuchar su mensaje, confesar sus pecados y cambiar de vida.

¿Pero por qué eligió un lugar tan incómodo para dirigirse a su auditorio? En ese sentido Jesús fue más práctico: buscaba a las multitudes donde ellas se reunían naturalmente: en las plazas, las calles, el Templo, las sinagogas, o las casas de familia. No las obligaba a concurrir a ningún lugar penoso. En cambio Juan les complicaba la vida. ¿Qué razón poderosa tuvo para arrastrar al gentío hasta el desierto y hablarles allí?

Un escenario contradictorio

Si averiguamos dónde exactamente predicaba Juan, quizás podamos resolver el misterio. El primer dato que nos da el Evangelio es que se había instalado “en el desierto” (Mc 1,3-4; Mt 11,7). Éste no era, como solemos imaginar, una planicie cubierta de arena y dunas en medio de la nada. La palabra hebrea midbar (que traducimos por “desierto”) indica un lugar deshabitado y sin cultivar, pero que podía tener vegetación, plantas, y hasta incluso un río.

¿Y cuál era concretamente ese desierto? Mateo lo señala: era “el desierto de Judea” (Mt 3,1). Una vasta región, situada al norte del mar Muerto, justo donde desemboca el río Jordán (Jue 1,16; Sal 63,1). Para nuestra mentalidad, puede resultar extraño que el valle de un río sea llamado “desierto”. Pero hay que tener en cuenta que ese último tramo del Jordán, antes de desembocar en el mar Muerto, es una zona donde no llueve casi nunca, el suelo es infértil, y ofrece al visitante un aspecto árido y desolado. Incluso Flavio Josefo, un historiador judío del siglo I que conocía muy bien la geografía de su país, dice que el río Jordán “serpentea a lo largo de un buen trecho de desierto”. O sea que para la Biblia, el terreno por donde el río Jordán transitaba sus últimos kilómetros se consideraba un “desierto”.

San Marcos confirma el dato cuando dice que la gente iba al desierto a escuchar a Juan “y se hacía bautizar por él en el río Jordán” (Mc 1,5). O sea que “desierto” y “río” eran dos realidades que estaban en el mismo escenario donde predicaba y bautizaba Juan.

Las ciudades mellizas

¿Es posible precisar en qué parte bautizaba exactamente Juan? San Lucas da a entender que no tenía lugar fijo, porque afirma que iba “por toda la región del Jordán” (Lc 3,3). Pero el Cuarto Evangelio sí nos informa del sitio donde desarrollaba su actividad: “en Betania, al otro lado del Jordán” (Jn 1,28). El nombre de Betania significa “lugar de las barcas”, y se llamaba así por el movimiento de embarcaciones que había en la zona, ya que era uno de los sitios usados por la gente para cruzar de una orilla a la otra del río.

En tiempos de Jesús había dos Betania distintas, que no deben confundirse. Una, cerca del Monte de los Olivos, a 3 kilómetros de Jerusalén; allí se sitúa la casa del joven Lázaro, a quien Jesús resucitó después de cuatro días de muerto, y que vivía con sus hermanas Marta y María (Jn 11,1). La segunda Betania, donde bautizaba Juan, quedaba “al otro lado del Jordán” (Jn 1,28), y era un pequeño caserío (hoy conocido como Tell el-Medesh), ubicado no exactamente sobre el río sino sobre uno de sus brazos, el llamado Wadi Nimrín, 300 metros al este del Jordán, y 15 kilómetros al norte del mar Muerto, justo a la altura de Jericó. Había allí abundante agua debido a sus anchos cauces, y era una zona amplia y despejada donde Juan podía practicar tranquilamente sus abluciones. A esta Betania huyó Jesús un día, cuando tuvo un incidente con los judíos de Jerusalén y quisieron matarlo a pedradas; “entonces Jesús se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde había estado antes Juan bautizando, y allí se quedó” (Jn 10,40).

Para salvar el pellejo

Es probable que Juan no permaneciera siempre en el mismo sitio. A veces tendría que trasladarse a algún otro lado, sobre todo en épocas de crecida y desborde del río, que anegaba las zonas aledañas a Betania. En cierto momento, cuado vio que su vida corría peligro porque el gobernador Herodes Antipas lo buscaba para apresarlo, debió trasladarse a otra localidad, una tal Ainón (Jn 3,22), ciudad de la Decápolis, unos 60 kilómetros más al norte, siempre en la orilla oriental del Jordán.

Pero su actividad principal estuvo centrada en Betania. De hecho el Cuarto evangelio dice que en Betania era donde Juan “estaba” bautizando (Jn 1,28). El verbo en pretérito imperfecto indica una acción estable en un lugar. Por lo tanto Betania fue su centro de operaciones, y el sitio donde más tiempo permaneció.

Los discursos de frontera

El sitio elegido por Juan para bautizar era muy apropiado, porque allí podía encontrar un gran público. Por ese lugar pasaba la antigua carretera comercial que, partiendo de Jerusalén (en el oeste), llegaba a Jericó, luego atravesaba el río, y continuaba hacia el este del Jordán. Por lo tanto, diariamente llegaba al lugar un gran número de viajeros y comerciantes, con sus productos y mercancías, que buscaban cruzar el río a través de sus vados o en balsas. Juan entonces aprovechaba el nutrido tráfico de negociantes ricos, para apelar a sus conciencias e invitarlos a la solidaridad (Lc 3,10-11). También allí, por ser el límite internacional del país, había cobradores de impuestos y aduanas, a los que Juan aconsejaba no exigir dinero de más (Lc 3,12-13). Y no faltaban los soldados que vigilaban la frontera, a quienes los exhortaba a no enriquecerse ilícitamente en sus acciones militares (Lc 3,14-15).

Muchos judíos que pasaban por la zona no querían escucharlo, diciendo que ellos, por ser descendientes de Abraham, es decir judíos, ya estaban salvados. Pero Juan, señalando las piedras que había alrededor, les contestaba: “Raza de víboras, conviértanse. No anden diciendo: ‘Somos hijos de Abraham’, porque les aseguro que Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abraham” (Lc 3,7-9). Ni siquiera el propio gobernador de la región se salvó de las críticas del Bautista. Un día en que lo vio pasar por allí con su pomposa caravana, camino al palacio de vacaciones de Maqueronte, le censuró públicamente su indecente matrimonio con la mujer de su hermano (Lc 3,19-20).

El enigma de un escenario

Pero entonces, ¿Juan eligió ese lugar por las posibilidades que allí tenía de llegar a un amplio público? Ciertamente que no. Si se hubiera tratado sólo de eso, podía haberse instalado en la orilla occidental del río, donde además de predicar habría estado más protegido de la hostilidad de Herodes Antipas, y habría podido salvar su vida. Además, del lado occidental del río habría encontrado más gente a la cual dirigir su mensaje: ya sea en los atrios del Templo, en las calles de Jerusalén, o en las plazas de cualquier ciudad de Palestina. O sea que Juan no se instaló al este del Jordán por el numeroso público que había.

¿Fue entonces por las abundantes aguas de la zona? Tampoco. De haber sido ése su interés, el lago de Galilea le habría resultado más propicio; o la misma Jerusalén; o incluso en Jericó podía haber hallado varios baños públicos donde la tarea de bautizar hubiera sido menos agotadora que el agobiante y caluroso desierto. ¿Cuál fue el motivo, entonces, que llevó a Juan a bautizar “en el desierto” y “más allá del Jordán”?

Un río de vida nueva

La respuesta a ese misterio se encuentra en la Biblia. Según ésta, precisamente por el mismo sitio donde Juan predicaba y bautizaba, el general Josué siglos antes había entrado con el pueblo de Israel para apoderarse de la Tierra Prometida e inaugurar una nueva época de esplendor en la historia (Jos 4,13.19). En efecto, cuentan las Escrituras que después de deambular durante 40 años por el desierto, llevando una vida descarriada y vergonzosa, desobedeciendo a Dios y sufriendo por ello numerosos castigos, el pueblo de Israel llegó por fin a las puertas de la Tierra Prometida. El lugar donde se instaló, antes de entrar, fue precisamente la margen oriental del río Jordán (donde ahora estaba Juan el Bautista).

Allí Moisés, viendo que la marcha por el desierto había llegado a su fin, dirigió una serie de discursos a los israelitas. En ellos les expuso cuatro ideas fundamentales: a) les recordó los pecados de su vida pasada, y cómo habían desobedecido a Dios durante todos esos años; por eso habían andado errantes y sin rumbo fijo a través del desierto (Dt 1-3); b) les dijo que ahora tenían la posibilidad de convertirse, cambiar de conducta y empezar una vida nueva, cumpliendo los mandamientos divinos (Dt 5-30); c) les advirtió que si no se convertían, no iban a permanecer mucho tiempo en la nueva tierra a la que estaban por entrar (Dt 28); d) les anunció la llegada de un gran profeta que vendría después de él, para ayudarlos a cumplir la ley de Dios (Dt 18). Cuando Moisés terminó de hablar, Josué llevó a los israelitas hasta la orilla del Jordán, y a quienes estaban dispuestos a aceptar el desafío, los invitó a entrar en el río para atravesarlo hacia la otra orilla, donde les aguardaba la nueva tierra y la nueva vida (Jos 3-4).

Predicar con la geografía

Esos recuerdos bíblicos estaban muy grabados en la mente de todo judío. A tal punto que, en tiempos de Jesús, las ideas de “desierto” y de “cruzar el río Jordán” evocaban casi de forma inmediata los episodios de Josué.

Ahora bien, cuando siglos más tarde Juan el Bautista salió a predicar, eligió a propósito como lugar de operaciones el mismo sitio por donde Josué había cruzado el río Jordán. Así, transportando a la gente hasta el marco geográfico de los antiguos recuerdos, el profeta pretendía simbólicamente colocar de nuevo a sus oyentes en aquella primitiva situación histórica.

Con esto, Juan ya tenía medio sermón predicado. Estaba diciendo a los judíos que, en tiempos de Josué, sus antepasados habían cruzado ese mismo río y por ese mismo punto, llenos de ilusión y buscando la felicidad de una nueva vida. Vida que nunca pudieron conseguir, porque una vez instalados en la flamante tierra, habían vuelto a descarriarse y pecar contra Dios.

Pero las cosas no tenían porque seguir así. Ahora era el turno de ellos, y Dios les ofrecía una nueva oportunidad. Allí estaban otra vez en el desierto, en el mismo sitio de Josué, más allá del Jordán, listos para repetir la antigua gesta y entrar en la salvación, que seguía al alcance de todos. Era como si Juan hiciera retroceder el tiempo, y permitiera a su auditorio volver a ubicarse en la etapa anterior a la conquista de la Tierra Prometida. ¡Y el efecto que esto producía en la gente era impresionante!

A esperar lo prometido

A continuación, les predicaba un discurso con las cuatro ideas de Moisés: a) les hacía ver los errores de su vida pasada (Mt 3,7); b) los invitaba a arrepentirse y cambiar de vida (Mt 3,8); c) les anunciaba un castigo divino que caería sobre quienes no se convirtieran (Mt 3,10); d) les revelaba la llegada de alguien, detrás de él, que vendría para hacer cumplir la Palabra de Dios (Mt 3,11-12). Cuando terminaba de hablar, a quienes se comprometían a cambiar de vida los invitaba a bautizarse en el río, como señal de que aceptaban “cruzar” la frontera de una nueva existencia, y luego los enviaba a sus hogares para aguardar el gran cambio que iba a producirse a través de ellos.

Las multitudes que se bautizaban y regresaban a sus casas, volvían convencidas de que acababan de actualizar la antigua hazaña de Josué; que al igual que sus antepasados, habían abandonado en la otra orilla un viejo estilo de obrar, y estaban listos para la conquista de un nuevo país, una nueva sociedad, una nueva familia, mientras esperaban la llegada inminente del Reino de Dios, que aparecería de un momento a otro para premiarlos por haberse convertido. Gracias a esta genial estrategia, Juan el Bautista logró reunir innumerables discípulos que aceptaron su mensaje, se encontraron con Dios, cambiaron sus corazones, y transformaron sus vidas de manera poderosa.

No basta soltar discursos

A principios del año 27, una muchedumbre se dio cita junto al río Jordán para oír a un nuevo profeta. El lugar donde predicaba era célebre por haber sido el escenario donde Josué había iniciado la conquista de la Tierra Prometida. Pero las multitudes no habían ido allí para conmemorar ese hecho. Iban a ver a un hombre que les aseguraba que ellos podían repetir en sus vidas aquella epopeya extraordinaria. Es que Juan había creado una metodología capaz de transformar un hecho histórico en un acontecimiento actual, un suceso del pasado en una realidad presente, revivida con un sentido nuevo.

Hace tiempo ya, en 1983, el papa Juan Pablo II en un famoso discurso ante los obispos latinoamericanos les pidió lo mismo: que prepararan una nueva evangelización para la Iglesia, “nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en su expresión”. Porque la Iglesia hoy tiene que actualizar algo mucho más importante que el mensaje de Moisés a los israelitas: el mensaje de Jesús de Nazaret que entregó su vida por amor y se ocupó de los más pobres.

Sin embargo, a pesar del pedido del Papa, poco se ha hecho en ese sentido. Nuestra catequesis sigue siendo en muchos casos anticuada, nuestra prédica se ha vuelto insulsa, nuestras enseñanzas son en gran medida obsoletas, y nuestras celebraciones están muy lejos de tener la originalidad y la contundencia que poseían las de Jesús de Nazaret. Algunas no son más que una inflación superficial de palabras reiteradas, a veces vetustas, más ocupadas en evocar hechos históricos que en reeditar caminos nuevos de expresión de la fe.

El mensaje de aquel “idealista”, que cuando vio que se le venían encima su condena y su muerte celebró una cena con sus amigos y entregó su cuerpo y su sangre para que el mundo fuera mejor, es algo demasiado profundo y excelso como para ser trivializado en tantas ideas teológicas y definiciones que parecen expresarlo todo, menos el Evangelio de Jesús. Nos hace falta inventar expresiones nuevas, formas inéditas, contextos más adecuados, criterios originales, para que el Evangelio suelte toda la fuerza que tiene encerrada para el hombre de hoy.

Si el austero y solitario profeta del desierto fue capaz de conseguirlo, también nosotros podremos lograrlo.
Sergio Arturo
 
Mensajes: 86
Registrado: Jue Mar 21, 2013 8:01 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor tralalá » Jue Oct 31, 2013 9:38 pm

Necesito escribir versos aunque no lleguen a ser poesías.
Va otra:
Del mapa a la propia vida.
Es fácil mirar un mapa
y decir: Acá el desierto
que anduvo el pueblo elegido
durante 40 años.

Calor, serpientes y sed,
oscurecen el misterio,
por eso fabrican ídolos
que sostengan su cansancio.

Es pretensión imposible
pues sus ojos nunca vieron
ni sus oídos oyeron:
Son la obra de sus manos.

¿Qué de las propias estepas,
repetidos sentimientos?
Entre vueltas y revueltas
Siempre hay que seguir andando.

Quedo muy insatisfecha
cuando aburrida de cielo
busco por la tierra yerma
un sitio para hacer alto.

Cuando, en peligro de muerte,
Elías huyó con miedo,
lo reconfortó el Señor
para un camino largo.

De cada quien de nosotros
pide renovado esfuerzo.
El río al chocar las piedras
eleva su mejor canto.
Tralalá
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
Imagen
Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Avatar de Usuario
tralalá
 
Mensajes: 8780
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am
Ubicación: Argentina

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor anabelma » Vie Nov 08, 2013 10:47 am

Jesús se retiro al desierto, necesitaba pasar esa prueba de encontrarse asi mismo, de ponerse a prueba frente a Dios, el desierto es el lugar real y simbólico donde demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de aceptar nuestras miserias, nuestras debilidades, nuestra vulnerabilidad.
El cristiano necesita peregrinar por su propio desierto para encontrarse en la otra orilla a Dios, salir a su encuentro implica aceptar su voluntad y soltar los lastres que nos atan a lo mundano
anabelma
 
Mensajes: 31
Registrado: Jue Ene 10, 2013 10:38 am

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor patricio » Lun Nov 11, 2013 10:48 pm

El desierto es muy importante en nuestra vida de cristianos.

El desierto de Juan y de Jesús
El desierto de Judea fue el desierto Juan el Bautista, el primo de Señor, el precursor del Mesías. Allí vivía austeramente Juan y en las orillas del Jordán administraba un bautismo de ahí su sobrenombre de el Bautista de conversión y de penitencia, un bautismo de preparación. En estas aguas de Jordán, quizás no demasiado lejos del desierto de Judea, bautizó también a Jesús, a quien reconoció en la fila de los penitentes.

Al desierto se retiró Jesús durante 40 días y 40 noches y fue tentado tres veces por Satanás. Y en el desierto comenzó Jesús la predicación del Reino, quizás como signo y como parábola de que la fe y la vida cristiana nos lleva del desierto al vergel. Y a él, al desierto se refirió en otras ocasiones como lugar de prueba, de purificación, de esfuerzo, como ámbito para encontrar a Dios al sentirnos desprotegidos y desprovistos de tantas cosas a las que nos ataron en la vida.

El desierto, el desierto de Judea, fue siendo lugar de vida eremítica y monástica, de existencia consagrada a la oración, al trabajo y al contacto austero y desnudo con Dios. Todavía hoy el desierto de Judea florece en vida monacal en monasterios como los de San Sabas y San Jorge en Coziba, que aparecen colgados en medio del desierto como nuevos oasis de vida y de esperanza.

El desierto que manaba leche y miel
Desde una de las cordilleras del desierto de Judea, desde el mítico monte Nebo, en las montañas de Moab, contempló Moisés la tierra prometida y vio que manaba leche y miel. Sus ojos quizás se posaron sobre el vergel hoy casi prohibido a los peregrinos de Jericó, la ciudad más antigua del mundo.
El desierto de Judea mana una flor blanca y hermosa en las primeras semanas de la primavera y durante unos días se convierte en vergel y en vida. Una vida que el pueblo de Israel ya se la ha devuelto en infraestructuras viales, industriales y turísticas. Una vida que se la damos, de nuevo, cada vez que los creyentes y particularmente los cristianos descubrimos su significado profundo: el desierto significa austeridad, sacrificio, prueba, vivir en la intemperie de las cosas y del consumo materialista, experimentar la soledad y el silencio y aguardar, de la mano providente del Dios que nos ama, la leche y la miel.
Será la leche y la miel de la fortaleza y del testimonio; la leche y la miel de la vocación al servicio y de la misión evangelizadora; la leche y la miel del saber superar las tentaciones del ser, del tener y del poder; la leche y la miel de encontrar en el desierto, al Señor y pasar con El a la tierra prometida, siempre en primicia, en prenda y en labor de la definitiva tierra prometida de su Reino, donde ya y para la eternidad manarán la leche y la miel de la Bienaventuranza.
patricio
 
Mensajes: 255
Registrado: Jue Ene 19, 2012 9:39 am

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor sorines » Mié Nov 20, 2013 3:00 pm

Jesús es tentado en el Desierto.

Era conducido por el Espíritu…

El texto evangélico de las tentaciones de Jesús en el desierto, (Lc. 4, 1-11) adquiere un nuevo colorido sobre todo en el tiempo cuaresmal así como también ahora en esta subida a Jerusalén que estamos haciendo en el curso. Muchas veces hemos encontrado reflexiones que nos hacen pensar en las tres formas en que el maligno invitó a Jesús a elegir ante el poder, el placer y el tener. Quisiera tener ahora otra mirada. Es bueno destacar desde el principio que estamos ante un texto puramente bíblico, las citas y referencias al pueblo de Dios en el desierto, son como un escenario de fondo.

Imagen

Jesús, está invadido por el Espíritu de Dios, El es uno con ese Espíritu de Dios, que en el Bautismo, nos ha declarado que es parte de Él. Lo cual le concede una iluminación y fortaleza interior especial divina. Y así, Jesús es conducido al desierto, lugar de encuentro con Dios en la tradición bíblica, lugar también de soledad, silencio y escucha, lugar y espacio de oración. Nosotros muchas veces somos conducidos al desierto en algunos momentos de nuestra vida. Y son momentos difíciles donde nos quedamos en la soledad existencial, solos con nuestra realidad, con nuestras carencias y con nuestros dones. Es bueno mirar de vez en cuando las actitudes de Jesús, en el texto.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, dejó el Jordán, y fue conducido por el Espíritu al desierto;
(donde permaneció) cuarenta días, y fue tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días; y cuando hubieron transcurrido, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, di a esta piedra que se vuelva pan". Jesús le replicó: "Escrito está: "No sólo de pan vivirá el hombre". Después le transportó (el diablo) a una altura, le mostró todos los reinos del mundo, en un instante, y le dijo: "Yo te daré todo este poder y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y la doy a quien quiero. Si pues te prosternas delante de mí, Tú la tendrás toda entera". Jesús le replicó y dijo: "Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás". Lo condujo entonces a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo, y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo, porque está escrito: "El mandará en tu favor a sus ángeles que te guarden"; y "ellos te llevarán en palmas, para que no lastimes tu pie contra alguna piedra". Jesús le replicó diciendo: "Está dicho: "No tentarás al Señor tu Dios". Entonces el diablo habiendo agotado toda tentación, se alejó de Él hasta su tiempo.
(Lc. 4,1-13)

Imagen

El diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús había estado mucho tiempo sin comer pero siendo Hijo de Dios y con el poder que el Padre le concedía, no solo podría convertir piedras en pan sino también podía hacer que hubieran más peces en una noche de trabajo infructuoso, podía multiplicar panes, sanar enfermos, convertir el agua en vino, calmar tormentas, traer muertos a la vida y hasta resucitar. Pero…su hora no había llegado y ante aquella situación de reto, de invitación con visos negativos, que eran en realidad una manipulación, Jesús responde con la más absoluta libertad, haciendo referencia al verdadero pan que viene de Dios. Claro que podía haber hecho pan hasta de la nada, y quitar su hambre material, pero su conciencia libre lo condujo al bien, antes que traicionarse a sí mismo, a su camino y a su condición de Hijo de Dios.

Imagen

El diablo le dijo: Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos… si me adoras. Se han enfrentado en este momento la mentira y la verdad. El diablo, en su condición de creatura imperfecta, ha ofrecido engañosamente poder a Dios. Ha ofrecido poder a quien tiene todo poder en el cielo y en la tierra, con la condición y a cambio de recibir adoración. Jesús en su divinidad, responde con la más absoluta humildad, que es característica de la verdad, haciendo referencia al verdadero culto, a la verdadera adoración, al verdadero poder que está solamente en Dios y todo lo demás en torno a Él.

El diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios tírate de aquí porque está escrito… Jesús es invitado en este momento a desconfiar de Dios, a dudar de Dios, a pensar que abandonándose y dejando las seguridades, no va a obtener el cuidado y la presencia de Dios a su lado. Es invitado a pensar que Dios en algún momento de su vida lo abandonará y no lo tendrá en cuenta. Jesús responde con la más absoluta confianza, haciendo referencia a la historia de la Salvación en la cual Dios nunca ha abandonado a su pueblo ni a sus elegidos.

Imagen

Nosotros nos encontramos con Dios, si disponemos nuestro interior, si nos armarnos con estas tres actitudes: Libertad, verdad, confianza. Ellas nos conducirán directamente la presencia y al rostro de Dios, como Jesús.


http://www.youtube.com/watch?v=L1NZjM5TTEQ
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
sorines
 
Mensajes: 221
Registrado: Lun Ene 25, 2010 11:14 am

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor rosita forero » Mié Nov 20, 2013 6:11 pm

..
sorines Jesús es tentado en el Desierto.

Sor... el espiritu santo esta fuertemente en el curso pues creo que nos inquieto para investigar y aportar algo mas de la tentacion de nuestro señor en el desierto.

Las tentaciones de Jesús


Imagen

Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado" (Lc 4, 13).

Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.

La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha vencido al Tentador en beneficio nuestro: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.

fuente.. http://www.vatican.va/archive/catechism ... p3_sp.html

..
rosita forero
 
Mensajes: 1632
Registrado: Vie Ene 06, 2012 11:03 pm

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor sorines » Mié Nov 20, 2013 6:30 pm

rosita forero escribió:..
sorines Jesús es tentado en el Desierto.

Sor... el espiritu santo esta fuertemente en el curso pues creo que nos inquieto para investigar y aportar algo mas de la tentacion de nuestro señor en el desierto.

Las tentaciones de Jesús


Imagen

Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado" (Lc 4, 13).

Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.

La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha vencido al Tentador en beneficio nuestro: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.

fuente.. http://www.vatican.va/archive/catechism ... p3_sp.html

..



Es tentado pero vencio!!! prefiero fijarme en su poder y capacidad, que en la tentacion misma.
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
sorines
 
Mensajes: 221
Registrado: Lun Ene 25, 2010 11:14 am

Re: Tema 8: Vida en el desierto. Semana del 21 de octubre

Notapor Yennis Silva » Vie Nov 22, 2013 9:47 pm

LA TENTACIÓN DE JESÚS EN EL DESIERTO

LA OBRA MESIÁNICA DE JESÚS.

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
“Cuaresma, tiempo de conversión”

Evangelio según san Mateo 4:1-11

1 Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2 Y, habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre.3 Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 Pero él respondió, diciendo: Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Le llevó entonces el diablo a la Ciudad Santa, y, poniéndole sobre el pináculo del Templo, 6 le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo, pues escrito está: “A sus ángeles encargará que te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra una piedra.” 7 Le díjo Jesús: También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios.” 8 De nuevo le llevó el diablo a un monte muy alto, y mostrándole todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9 le dijo: Todo esto te daré si de rodillas me adoras. 10 Le dijo entonces Jesús: Apártate, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás y a El solo darás culto.” 11 Entonces el diablo le dejó, y llegaron ángeles y le servían.

[b]COMENTARIO-[/b]
Nos encontramos con uno de los relatos más misteriosos e incomprensible o enigmático de los evangelios según san Mateo, en el se expone un elemento diabólico; la tentación.

Comienza el relato con la expresión, con esta forma se esta vinculando que sucedió luego del bautismo de Jesús y la expresión se transforma en un simple cambio de escena. Jesús, sometido en todo a la acción del Espíritu Santo, el relato dice que “fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo”. Va al desierto para ser “tentado” por el diablo. La palabra usada lo mismo puede significar “tentación” en el sentido de solicitar al pecado, que indicar, simplemente, ser sometido a prueba.

El desierto aparece en la literatura judía y oriental como lugar donde moraba: los malos espíritus, y en especial los demonios como los dicen otros relatos evangélicos. Pero tiene también otro sentido mesiánico, además de lugar de penitencia y aislamiento.

Las comunidades de esenios y Qumrán son un claro ejemplo de ello.

El diablo significa, conforme a su etimología “echador,” en sentido de acusador, calumniador o tentador. Se decía que su oficio era triple, solicitar al hombre al pecado (cf. Zac 3:1; Job 2:6ss), acusarlo luego ante el tribunal de Dios y aplicar la muerte en castigo al pecado; de ahí llamarle en la literatura rabínica, “el ángel de la muerte.”

El tiempo que se establece para esta tentación es de cuarenta días y cuarenta noches. Podemos fijar atención en esta cifra, es de ambiente bíblico, así es como se menciona en el diluvio (Gen 7:12), también en la estancia de Moisés en el Sinaí (Ex 24:18), lo mismo en los años de Israel en el desierto (Núm 14:33-34).

Dice el relato; “Y, habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”, con cuya respuesta esperaba saber si era el Mesías o no, que transforme estas piedras en pan. Sugerencia bajo capa de piedad: que no sufra un privilegiado hijo de Dios. “Hijo de Dios” se refiere, como en otros casos (Mt 8:29; 27:40.43; Mc 1:1), al Mesías, esto se comprende en especial porque con el bautismo se le proclamó “su” Hijo (cf. Mt 9:25). Se esperaba entonces que el Mesías, al modo de Moisés, haría descender otra vez del cielo una lluvia de “maná”, del que se comería en aquellos años. Acaso pueda en el evangelista san Mateo un recuerdo de esto.

Jesús le contesta con un argumento de la Escritura: “Está escrito.” La palabra de Dios cierra toda discusión. “El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que sale de boca de Dios” (Dt 8:3). Jesús alude aquí al sentido espiritual de confianza en la omnipotencia de Dios, en función de otra vida superior, a la que hay que atender con preferencia. Que es lo que Jesús recordará más tarde junto al pozo de Siquem: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió” (Jn 4:34). Por eso dijo a sus discípulos: “Yo tengo una comida que vosotros no sabéis” (Jn 4:32).

Jesús pudo hacer el milagro. Pero éste no debe hacerse inútilmente. El abandono al Espíritu y a la Providencia fue el medio para rechazar la tentación.

Continua el relato con esta forma; “Le llevó entonces el diablo a la Ciudad Santa” ¿es el diablo quien tiene la iniciativa?, es un enigma, pero la expresión muestra que este sujeto tiene la iniciativa, pero sin exigir una acción física. Desde allí, el diablo interviene para que Jesús esté en la “Ciudad Santa,” Jerusalén, y sea “puesto” sobre el “pináculo” del Templo, probablemente era la techumbre desde donde se lograría mejor la espectacularidad de la propuesta que el maléfico hace.

En una de las concepciones rabínicas se contaba precisamente que el Mesías se revelaría estando de pie, sobre el techo del Templo, para anunciar a Israel que su redención había llegado. En aquel ambiente, y a la hora de los sacrificios, hubiese sido un prodigio tal que acusaría ser él el Mesías.

De nuevo Jesús rechaza la tentación con la Escritura: “No tentarás al Señor tu Dios,” que se refiere al Dt 6:16, y se alude con él al pasaje del Éxodo cuando, faltos de agua en el desierto, exigían los israelitas a Moisés un milagro. “¿Por qué tentáis a Yahvé?” les dijo Moisés (Ex 17:2). Nuevamente Jesús, confiando en la providencia de Dios, rechazó la tentación. No era “confiar” en Dios arrojarse temerariamente, exponiendo su vida, y esperar que Dios milagrosamente lo salvase. Los ángeles protegen al “justo” (Sal 91:11ss), pero no al temerario suicida. Y esto suponiendo que no le propusiese tirarse, por lo descabellado, desde una altura 180 metros, (altura estimada según el historiador Judío Flaviano Josefo)

En la tercera tentación el diablo interviene para que Jesús vea los reinos del mundo y su atracción, dice el relato que: De nuevo le llevó el diablo a un monte muy alto, y mostrándole todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, le dijo: “Todo esto te daré si de rodillas me adoras.”

Los judíos contemporáneos de Jesús esperaban un Mesías político y nacional, que aparecería con pompa dominación y prodigios. Así se presentaron una serie de pseudomesías, como se ve en los evangelios (Mc 10:35ss; Lc 24:21; Jn 6:15). No es que el diablo tenga dominio sobre el mundo. Únicamente en el sentido de que influye en sembrar el mal, Jesús le llamó “príncipe de este mundo” (Jn 12:31), y San Pablo le llega a llamar “Dios de este mundo” (2 Cor 4:4). Por eso Jesús, citando de nuevo la Escritura (Dt 6:13), desenmascara la falta de sus poderes y le ordena que se aparte: “Teme a Yahvé, tu Dios y sírvele a El.” Sólo a Dios se puede adorar y temer como fuente y dador de todo poder. Mt modifica homogéneamente la cita explicitándola a su propósito.

Y el diablo se retiró, como dice Lucas, “temporalmente.” No directamente, pero sí indirectamente, tentó luego a Jesús a través de los fariseos y saduceos, queriendo intimidarle en el desarrollo de su mesianismo; de las turbas, que querían hacerle rey temporal; de los que intervinieron en la pasión. Todos colaboraron a aquel momento, del que Jesús dijo: “Viene el príncipe de este mundo contra mí” (Jn 12:31). Entonces el Padre, por el abandono de Jesús en su providencia, hizo lo que antes El no quiso realizar: “vinieron los ángeles y le servían,” es decir, le trajeron alimento: (Mt 8:13; 25:44, etc.) tiene aquí este sentido.

Sobre estas tentaciones mesiánicas, se lee que muchos han pensado que fue una victoria ejemplar y eficiente de Jesús sobre las tentaciones y pecados genéricos de los hombres, tales como la gula, la vanagloria y la soberbia, que cita San Juan (1 Jn 2:16). Así se podía Jesús compadecer de nosotros y animarnos en la lucha: “Confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33). Para otros significan la absoluta impecabilidad de Jesús: “¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?” (Jn 8:46). Otros querían ver que en el desierto donde Israel fue tentado y pecó, Jesús supera aquella conducta.

La interpretación general, sin embargo, es que tienen un valor mesiánico. Jesús es tentado en cuanto Mesías, pues el diablo le dice: “Si eres Hijo de Dios,” palabras que se refieren directamente al Mesías, aunque en esta redacción literaria, van a tener el sentido del Mesías-Dios.

Se producen, además, en el desierto, símbolo y escenario de la edad mesiánica. “Ya en tiempos de los profetas existía la tradición según la cual el tiempo de la restauración de Israel, los tiempos mesiánicos, se verán precedidos de un período más o menos largo en el que se repitan las experiencias del pueblo de Dios en su peregrinación por el desierto antes de entrar en la tierra prometida. Pero, según se observa esta corriente de ideas penetraba íntimamente la conciencia del judaísmo contemporáneo de Jesús, ya que estaban convencidos de que el Mesías había de venir del desierto y que inauguraría la era mesiánica repitiendo las manifestaciones del desierto.

En este marco ideal del desierto es donde se comprende bien todo el sentido profundo del mesianismo que en esta escena se contiene. Todos los elementos concurren a ello: la cifra de cuarenta días, las citas del Deuteronomio, el “maná,” la condena de la idolatría recordando la escena del “becerro de oro,” son sucesos todos del pueblo de Israel en el desierto. Todo ello hace ver que el sentido de estas tentaciones fue mesiánico.

Se comprende bien que Jesús, después del bautismo y antes de su vida pública de Mesías, se hubiese retirado algún tiempo a la oración, como hacía en otras ocasiones, máxime en momentos trascendentales, y que fuese este lugar una región desértica. Sin embargo llama mucho la atención toda la escena que se relata, así como el diálogo Satanásico del Génesis — que el demonio, al estilo de Job ante Dios, se ponga, sin la menor extrañeza, en diálogo con Jesús. Y si Jesús va realmente al desierto para ser tentado por el diablo, es extraño que ni allí, en el desierto, está Jerusalén ni ninguna montaña altísima. Aparte que las tentaciones son presentadas como un lucha — entre Jesús y Satanás — de textos bíblicos. Es así como el relato muestra que la lucha se desarrolla en la forma de una discusión entre conocedores de las Escrituras.

Decía al principio de este comentario, que nos encontramos con uno de los relatos más misteriosos e incomprensible o enigmático de los evangelios según san Mateo, en el se expone un elemento diabólico; la tentación. Así es como hay que responder ahora algunos interrogantes.

Primero, ¿por qué el Mesías va al desierto a “ayunar” y a ser “tentado por el diablo,” y para ello, además, es “movido” o “llevado” por el Espíritu Santo? Esto es ya un misterio, pero que Dios traza. Son los planes de Dios.

Y en estas “tentaciones” A prueba,” en la primera ¿y por qué el Mesías tiene “hambre”? No se resuelve por el expediente fácil del milagro, sino por el abandono a la Providencia de Dios. Si se hubiese hecho conforme a la proposición diabólica, el Mesías no seguiría el mesianismo profético, espiritual y de dolor (Isaías), que Dios trazó.

La segunda “tentación,” la expectacular, de bajar en la hora esplendente del Templo en manos de ángeles — ¿la gente vería los ángeles? —, era provocar el mesianismo por aclamación de triunfalismo espectacular. Lo que no era el Mesías profético, que triunfaría, finalmente en la cruz.

La tercera “tentación” era exponer que Jesús no recibe el poder de Satanás — como los fariseos decían de los milagros de Jesús —, sino de Dios. No era por recursos políticos — piénsese en tantos tronos de entonces logrados por sangre, en el fondo, por Satanás —. Es verdad que en el salmo 2:6.8 se prometen al Mesías los reinos de la tierra. Pero éstos no le vienen por donación de Satanás, que no tiene, sino de Yahvé. Lo llamaron en vida “endemoniado” y que realizaba prodigios en virtud del diablo. Es aquí la proclamación de los poderes mesiánicos, y del mesianismo universal, que Dios le dio.

El ansia judía de poder autónomo, aunque teocrático, pero político, encuentra aquí su respuesta. Jesús-Mesías rechaza ese poder político. ¿Acaso se quiere insinuar por rechazo, que esos otros falsos mesianismos y aspiraciones judías son Satánicos? Jesús es el gran vencedor de Satanás y su obra: no se inclina ante él para recibir el mesianismo: ni en lo religioso ni en lo político.

Es la gran confesión que se hace del mesianismo Isaiano del “Siervo de Yahvé.” Es el mesianismo profético, el auténtico. Es el mesianismo espiritual y de sufrimiento. Es el mesianismo de la Verdad, que trae Jesús, el Hijo de Dios, como mensaje del Padre: éste es el mesianismo salvador.

Y con este cuadro también se adelanta y confirma la temática fundamental evangélica: la victoria de Jesús contra Satanás, el gran enemigo del Reino.

Un excelente “prólogo” al resto de la exposición de la obra mesiánica de Jesús.



www.caminando-con-jesus.org
Evangelios de San Mateo, el Texto Bíblico es la edición de la Nácar-Colunga


QUE EL SEÑOR LES BENDIGA..
Yennis Silva
 
Mensajes: 75
Registrado: Mar Ago 27, 2013 9:29 pm

Anterior

Volver a Tierra Santa, lugar de tres religiones

¿Quién está conectado?

Usuarios registrados: Bing [Bot], Google [Bot]

Reportar anuncio inapropiado |
Reportar anuncio inapropiado |