Taller tema 13: Viernes Santo

En este curso, haremos un recorrido turístico-religioso por los Santos Lugares, conoceremos y comprenderemos cómo conviven las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa: Cristianismo Judaísmo e Islam, sus costumbres y tradiciones, visitaremos los lugares de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.

Conjuntamente al curso de turismo religioso, que se enviará cada semana por correo y se desarrollará en el foro como hacemos habitualmente, cada domingo nos uniremos a la plataforma de http://www.evangelizaciondigital.org/encuentros-on-line/tierra-santa/ Evangelización Online para peregrinar por los lugares que vayamos visitando y conocer la Tierra Santa, de primera mano, con guías conocedores de los lugares santos, y además con materiales de estudio y de formación.

Fecha de inicio
2 de septiembre de 2013

Fecha final:
22 diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor ayga127 » Dom Nov 24, 2013 6:03 pm

Vía crusis

El Vía crucis es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que, del Pretorio al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión.

La difusión del ejercicio del Vía crucis ha estado muy vinculada a la Orden franciscana. Pero no fue San Francisco quien lo instituyó tal como lo conocemos, si bien el Pobrecillo de Asís acentuó y desarrolló grandemente la devoción a la humanidad de Cristo y en particular a los misterios de Belén y del Calvario, que culminaron en su experiencia mística en la estigmatización del Alverna; más aún, San Francisco compuso un Oficio de la Pasión de marcado carácter bíblico, que es como un «vía crucis franciscano», y que rezaba a diario, enmarcando cada hora en una antífona dedicada a la Virgen. En todo caso, fue la Orden francisana la que, fiel al espíritu de su fundador, propagó esta devoción, tarea en la que destacó especialmente San Leonardo de Porto Maurizio.

El Vía crucis consta de 14 estaciones, cada una de las cuales se fija en un paso o episodio de la Pasión del Señor. A veces se añade una decimaquinta, dedicada a la resurrección de Cristo. En la práctica de este ejercicio piadoso, las estaciones tienen un núcleo central, expresado en un pasaje del Evangelio o tomado de la devota tradición cristiana, que propone a la meditación y contemplación uno de los momentos importantes de la Pasión de Jesús. Puede seguirle la exposición del acontecimiento propuesto o la predicación sobre el mismo, así como la meditación silenciosa. Ese núcleo central suele ir precedido y seguido de diversas preces y oraciones, según las costumbres y tradiciones de las diferentes regiones o comunidades eclesiales. En la práctica comunitaria del Vía crucis, al principio y al final, y mientas se va de una estación a otra, suelen introducirse cantos adecuados.


EJERCICIO DEL VÍA CRUCIS

Por la señal de la Santa Cruz... Señor mío Jesucristo...

O en su lugar:

En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Ofrenda a la Virgen: «Dame tu mano, María»
(Gerardo Diego)

La oración en el Huerto
(Gerardo Diego)

Oración inicial

Nosotros, cristianos, somos conscientes de que el vía crucis del Hijo de Dios no fue simplemente el camino hacia el lugar del suplicio. Creemos que cada paso del Condenado, cada gesto o palabra suya, así como lo que vieron e hicieron todos aquellos que tomaron parte en este drama, nos hablan continuamente. En su pasión y en su muerte, Cristo nos revela también la verdad sobre Dios y sobre el hombre.

Hoy queremos reflexionar con particular intensidad sobre el contenido de aquellos acontecimientos, para que nos hablen con renovado vigor a la mente y al corazón, y sean así origen de la gracia de una auténtica participación. Participar significa tener parte. Y ¿qué quiere decir tener parte en la cruz de Cristo? Quiere decir experimentar en el Espíritu Santo el amor que esconde tras de sí la cruz de Cristo. Quiere decir reconocer, a la luz de este amor, la propia cruz. Quiere decir cargarla sobre la propia espalda y, movidos cada vez más por este amor, caminar... Caminar a través de la vida, imitando a Aquel que «soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios» (Hb 12,2).

Pausa de silencio

Oremos: Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo, para que, siguiéndote en tu último camino, sepamos cuál es el precio de nuestra redención y seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. [Juan Pablo II]

Imagen

Primera Estación
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

«Reo es de muerte», dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín, y, como no podían ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifás al Pretorio. Pilato no encontraba razones para condenar a Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero, ante la presión amenazante del pueblo instigado por sus jefes: «¡Crucifícalo, crucifícalo!», «Si sueltas a ése, no eres amigo del César», pronunció la sentencia que le reclamaban y les entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.

San Juan el evangelista nos dice que, pocas horas después, junto a la cruz de Jesús estaba María su madre. Y hemos de suponer que también estuvo muy cerca de su Hijo a lo largo de todo el Vía crucis.

Cuántos temas para la reflexión nos ofrecen los padecimientos soportados por Jesús desde el Huerto de los Olivos hasta su condena a muerte: abandono de los suyos, negación de Pedro, flagelación, corona de espinas, vejaciones y desprecios sin medida. Y todo por amor a nosotros, por nuestra conversión y salvación.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Segunda Estación
JESÚS CARGA CON LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Condenado muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo llevaron consigo al pretorio y, reunida la tropa, hicieron mofa de él. Llegada la hora, le quitaron el manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo sus ropas, le cargaron la cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para allí crucificarlo.

El peso de la cruz es excesivo para las mermadas fuerzas de Jesús, convertido en espectáculo de la chusma y de sus enemigos. No obstante, se abraza a su patíbulo deseoso de cumplir hasta el final la voluntad del Padre: que cargando sobre sí el pecado, las debilidades y flaquezas de todos, los redima. Nosotros, a la vez que contemplamos a Cristo cargado con la cruz, oigamos su voz que nos dice: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame».

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Tercera Estación
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación, debilitado por la acerbidad de los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz. Se sucedieron los golpes e imprecaciones de los soldados, las risas y expectación del público. Jesús, con toda la fuerza de su voluntad y a empellones, logró levantarse para seguir su camino.

Isaías había profetizado de Jesús: «Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba. Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros». El peso de la cruz nos hace tomar conciencia del peso de nuestros pecados, infidelidades, ingratitudes..., de cuanto está figurado en ese madero. Por otra parte, Jesús, que nos invita a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos enseña aquí que también nosotros podemos caer, y que hemos de comprender a los que caen; ninguno debe quedar postrado; todos hemos de levantarnos con humildad y confianza buscando su ayuda y perdón.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Cuarta Estación
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes judíos, pueblo, gentes de buenos sentimientos... También se encuentra allí María, que no aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la ha entrevisto en la muchedumbre. Pero llega un momento en que sus miradas se encuentran, la de la Madre que ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro, a la vez que ambos se sienten consolados y confortados por el amor y la compasión que se transmiten.

Nos es fácil adivinar lo que padecerían Jesús y María pensando en lo que toda buena madre y todo buen hijo sufrirían en semejantes circunstancias. Esta es sin duda una de las escenas más patéticas del Vía crucis, porque aquí se añaden, al cúmulo de motivos de dolor ya presentes, la aflicción de los afectos compartidos de una madre y un hijo. María acompaña a Jesús en su sacrificio y va asumiendo su misión de corredentora.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Quinta Estación
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Jesús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; pero su primera caída puso de manifiesto el agotamiento del reo. Temerosos los soldados de que la víctima sucumbiese antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces el centurión obligó a un tal Simón de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre sus hombros y la llevara detrás de Jesús. Tal vez Simón tomó la cruz de mala gana y a la fuerza, pero luego, movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la abrazó con resignación y amor y fue para él y sus hijos el origen de su conversión.

El Cireneo ha venido a ser como la imagen viviente de los discípulos de Jesús, que toman su cruz y le siguen. Además, el ejemplo de Simón nos invita a llevar los unos las cargas de los otros, como enseña San Pablo. En los que más sufren hemos de ver a Cristo cargado con la cruz que requiere nuestra ayuda amorosa y desinteresada.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Sexta Estación
LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Dice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta». Es la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro desfigurado por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una mujer del pueblo, Verónica de nombre, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús. El Señor, como respuesta de gratitud, le dejó grabada en él su Santa Faz.

Una letrilla tradicional de esta sexta estación nos dice: «Imita la compasión / de Verónica y su manto / si de Cristo el rostro santo / quieres en tu corazón». Nosotros podemos repetir hoy el gesto de la Verónica en el rostro de Cristo que se nos hace presente en tantos hermanos nuestros que comparten de diversas maneras la pasión del Señor, quien nos recuerda: «Lo que hagáis con uno de estos, mis pequeños, conmigo lo hacéis».

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Séptima Estación
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la empinada calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado, y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas, levantarse y proseguir su camino.

Nada tiene de extraño que Jesús cayera si se tiene en cuenta cómo había sido castigado desde la noche anterior, y cómo se encontraba en aquel momento. Pero, al mismo tiempo, este paso nos muestra lo frágil que es la condición humana, aun cuando la aliente el mejor espíritu, y que no han de desmoralizarnos las flaquezas ni las caídas cuando seguimos a Cristo cargados con nuestra cruz. Jesús, por los suelos una vez más, no se siente derrotado ni abandona su cometido. Para Él no es tan grave el caer como el no levantarnos. Y pensemos cuántas son las personas que se sienten derrotadas y sin ánimos para reemprender el seguimiento de Cristo, y que la ayuda de una mano amiga podría sacarlas de su postración.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Octava Estación
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Dice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos»; añadiéndoles, en figuras, que si la ira de Dios se ensañaba como veían con el Justo, ya podían pensar cómo lo haría con los culpables.

Mientras muchos espectadores se divierten y lanzan insultos contra Jesús, no faltan algunas mujeres que, desafiando las leyes que lo prohibían, tienen el valor de llorar y lamentar la suerte del divino Condenado. Jesús, sin duda, agradeció los buenos sentimientos de aquellas mujeres, y movido del amor a las mismas quiso orientar la nobleza de sus corazones hacia lo más necesario y urgente: la conversión suya y la de sus hijos. Jesús nos enseña a establecer la escala de los valores divinos en nuestra vida y nos da una lección sobre el santo temor de Dios.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Novena Estación
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado, Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin arrestos ya para levantarse. Las condiciones en que venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento. Había mantenido su decisión de secundar los planes de Dios, a los que servían los planes de los hombres, y así había alcanzado, aunque con un total agotamiento, los pies del altar en que había de ser inmolado.

Jesús agota sus facultades físicas y psíquicas en el cumplimiento de la voluntad del Padre, hasta llegar a la meta y desplomarse. Nos enseña que hemos de seguirle con la cruz a cuestas por más caídas que se produzcan y hasta entregarnos en las manos del Padre vacíos de nosotros mismos y dispuestos a beber el cáliz que también nosotros hemos de beber. Por otra parte, la escena nos invita a recapacitar sobre el peso y la gravedad de los pecados, que hundieron a Cristo.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Décima Estación
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Ya en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, le dieron a beber vino mezclado con mirra; era una piadosa costumbre de los judíos para amortiguar la sensibilidad del que iba a ser ajusticiado. Jesús lo probo, como gesto de cortesía, pero no quiso beberlo; prefería mantener la plena lucidez y conciencia en los momentos supremos de su sacrificio. Por otra parte, los soldados despojaron a Jesús, sin cuidado ni delicadeza alguna, de sus ropas, incluidas las que estaban pegadas en la carne viva, y, después de la crucifixión, se las repartieron.

Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así despojado de sus propios vestidos y ver a qué manos iban a parar. Y especialmente para su Madre, allí presente, hubo de ser en extremo triste verse privada de aquellas prendas, tal vez labradas por sus manos con maternal solicitud, y que ella habría guardado como recuerdo del Hijo querido.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Undécima Estación
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

«Y lo crucificaron», dicen escuetamente los evangelistas. Había llegado el momento terrible de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la cruz con cuatro clavos de hierro que le taladraban las manos y los pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y tierra, pendiente de los clavos y apoyado en un saliente que había a mitad del palo vertical. En la parte superior de este palo, encima de la cabeza de Jesús, pusieron el título o causa de la condenación: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos». También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

El suplicio de la cruz, además de ser infame, propio de esclavos criminales o de insignes facinerosos, era extremadamente doloroso, como apenas podemos imaginar. El espectáculo mueve a compasión a cualquiera que lo contemple y sea capaz de nobles sentimientos. Pero siempre ha sido difícil entender la locura de la cruz, necedad para el mundo y salvación para el cristiano. La liturgia canta la paradoja: «¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza / con un peso tan dulce en su corteza!».

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Duodécima Estación
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Desde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros. Desde el principio, muchos de los presentes, incluidas las autoridades religiosas, se desataron en ultrajes y escarnios contra el Crucificado. Poco después ocurrió el episodio del buen ladrón, a quien dijo Jesús: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». San Juan nos refiere otro episodio emocionante por demás: Viendo Jesús a su Madre junto a la cruz y con ella a Juan, dice a su Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»; luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre»; y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. Después de esto, nos dice el mismo evangelista, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, dijo: «Tengo sed». Tomó el vinagre que le acercaron, y añadió: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu.

A los motivos de meditación que nos ofrece la contemplación de Cristo agonizante en la cruz, lo que hizo y dijo, se añaden los que nos brinda la presencia de María, en la que tendrían un eco muy particular los sufrimientos y la muerte del hijo de sus entrañas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Decimotercera Estación
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ
Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era un sábado muy solemne para los judíos, éstos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran; los soldados sólo quebraron las piernas de los otros dos, y a Jesús, que ya había muerto, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza. Después, José de Arimatea y Nicodemo, discípulos de Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados o por otros discípulos del Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y reverentemente los clavos de las manos y los pies y con todo miramiento lo descolgaron. Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo.

Escena conmovedora, imagen de amor y de dolor, expresión de la piedad y ternura de una Madre que contempla, siente y llora las llegas de su Hijo martirizado. Una lanza había atravesado el costado de Cristo, y la espada que anunciara Simeón acabó de atravesar el alma de la María.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Decimocuarta Estación
JESÚS ES SEPULTADO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los varones procedían a la sepultura de Cristo, las santas mujeres que solían acompañarlo, y sin duda su Madre, estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo quedaba colocado el cuerpo. Después, hicieron rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro, y regresaron todos a Jerusalén.

Con la sepultura de Jesús el corazón de su Madre quedaba sumido en tinieblas de tristeza y soledad. Pero en medio de esas tinieblas brillaba la esperanza cierta de que su Hijo resucitaría, como Él mismo había dicho. En todas las situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora contemplamos, la fe en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que podemos tener. Cristo ha convertido en lugar de mera transición la muerte y el sepulcro, y cuanto simbolizan.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Decimoquinta Estación
JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Pasado el sábado, María Magdalena y otras piadosas mujeres fueron muy de madrugada al sepulcro. Llegadas allí observaron que la piedra había sido removida. Entraron en el sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor, pero vieron a un ángel que les dijo: «Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí». Poco después llegaron Pedro y Juan, que comprobaron lo que les habían dicho las mujeres. Pronto comenzaron las apariciones de Jesús resucitado: la primera, sin duda, a su Madre; luego, a la Magdalena, a Simón Pedro, a los discípulos de Emaús, al grupo de los apóstoles reunidos, etc., y así durante cuarenta días. Nadie presenció el momento de la resurrección, pero fueron muchos los que, siendo testigos presenciales de la muerte y sepultura del Señor, después lo vieron y trataron resucitado.

En los planes salvíficos de Dios, la pasión y muerte de Jesús no tenían como meta y destino el sepulcro, sino la resurrección, en la que definitivamente la vida vence a la muerte, la gracia al pecado, el amor al odio. Como enseña San Pablo, la resurrección de Cristo es nuestra resurrección, y si hemos resucitado con Cristo hemos de vivir según la nueva condición de hijos de Dios que hemos recibido en el bautismo.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

Oremos: Señor Jesucristo, tú nos has concedido acompañarte, con María tu Madre, en los misterios de tu pasión, muerte y sepultura, para que te acompañemos también en tu resurrección; concédenos caminar contigo por los nuevos caminos del amor y de la paz que nos has enseñado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor ayga127 » Dom Nov 24, 2013 6:11 pm

Confieso con pesar que no conocía tan linda tradición a la virgen :cry:


"VIA MATRIS"

Así como en el plan salvífico de Dios (cfr. Lc 2,34-35) están asociados Cristo Crucificado y la Virgen Dolorosa, también los están en la Liturgia y en la piedad popular.

Como Cristo es el "Varón de dolores" (Is 53,3), por medio del Cual se ha complacido Dios en "reconciliar Consigo todos los seres: los del Cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la Sangre de su Cruz" (Col 1,20), así María es la "Mujer del dolor", que Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y partícipe de su Pasión (socia Passionis).

Desde los días de la infancia de Cristo, toda la vida de la Virgen, participando del rechazo de que era objeto su Hijo, transcurrió bajo el signo de la espada (cfr. Lc 2,35). Sin embargo, la piedad del pueblo cristiano ha señalado 7 episodios principales en la vida dolorosa de la Madre y los ha considerado como los "Siete Dolores" de Santa María Virgen.

Así, según el modelo del Vía Crucis, ha nacido el ejercicio de piedad del Vía Matris. Desde el siglo XVI hay ya formas incipientes del Vía Matris, pero en su forma actual no es anterior al siglo XIX. La intuición fundamental es considerar toda la vida de la Virgen, desde el anuncio profético de Simeón (cfr. Lc 2,34-35) hasta la muerte y sepultura del Hijo, como un Camino de fe y de dolor: camino articulado en "siete estaciones", que corresponden a los "Siete Dolores" de la Madre del Señor.

Como los dolores de la Virgen tienen su causa en el rechazo que Cristo ha sufrido por parte de los hombres, el Vía Matris remite constante y necesariamente al misterio de Cristo, Siervo sufriente del Señor (cfr. Is 52,13-53,12), rechazado por su propio pueblo (cfr. Jn 1,11; Lc 2,1-7; 2,34-35; 4,28-29; Mt 26,47-56; Hech 12,1-5). Y remite también al misterio de la Iglesia: las estaciones del Vía Matris son etapas del Camino de fe y dolor en el que la Virgen ha precedido a la Iglesia y que esta deberá recorrer hasta el final de los tiempos.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor sorines » Dom Nov 24, 2013 8:10 pm

Historia y tradiciones del Viernes Santo en nuestro medio y en el mundo

Sugiero también la devoción del viacrucis y el via matris como temas de investigación

Cómo se vive el Viernes Santo en Jerusalem, en las distintas tradiciones?

Hemos llegado a la meta de nuestra peregrinación? Es el Santo Sepulcro el objetivo a alcanzar?


Supongo que el Viernes Santo no sea el objetivo del curso y de la peregrinación, si nos quedáramos en la pasión y muerte de Jesus..."vana sería nuestra fe" (como diría San Pablo). Jesús murió en Jerusalen pero allí también resucitó y es esa la meta de nuestra peregrinación en este mundo y supongo que también la meta del curso. Jesús subió a Jerusalen a su Pasión así como también a su Resurrección ambas formaron parte de El. Y ambas forman parte de nuestra fe.
Hini te doy las gracias anticipadas con todo el corazón por tantas cosas bellas que hemos experimentado y aprendido en este curso. Verdaderamente ha sido una peregrinación hermosa y como todas, también agotadora, pero buena, buenísima! Sabes que estoy dispuesta para otro curso. Tan solo avísame.
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor tralalá » Dom Nov 24, 2013 8:35 pm

La siguiente es una de las tristes y dolorosas escenas pue ocurrieron el viernes Santo:
Condenan a muerte a Jesús.

Han pasado ya las diez de la mañana. El proceso está llegando a su fin. No ha habido pruebas concluyentes. El juez sabe que sus enemigos se lo han entregado por envidia, e intenta un recurso absurdo: la elección entre Barrabás, un malhechor acusado de robo con homicidio, y Jesús, que se dice Cristo. El pueblo elige a Barrabás. Pilatos exclama:
—¿Qué he de hacer, pues, de Jesús? (Mt XXVII, 22).
Contestan todos: —¡Crucifícale!
El juez insiste: —Pero ¿qué mal ha hecho?
Y de nuevo responden a gritos: —¡Crucifícale!, ¡crucifícale!
Se asusta Pilatos ante el creciente tumulto. Manda entonces traer agua, y se lava las manos a la vista del pueblo, mientras dice:
—Inocente soy de la sangre de este justo; vosotros veréis (Mt XXVII, 24).
Y después de haber hecho azotar a Jesús, lo entrega para que lo crucifiquen. Se hace el silencio en aquellas gargantas embravecidas y posesas. Como si Dios estuviese ya vencido.
Jesús está solo. Quedan lejanos aquellos días en que la palabra del Hombre-Dios ponía luz y esperanza en los corazones, aquellas largas procesiones de enfermos que eran curados, los clamores triunfales de Jerusalén cuando llegó el Señor montado en un manso pollino.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
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Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom Nov 24, 2013 9:17 pm


"Nadie tiene mayor amor, que el que da la vida por sus amigos”
Jn 15,13

En el día de Viernes Santo.- Imagen.-o mejor desde la celebración de la Cena del Señor en la tarde del Jueves, recuerdan las iglesias cristianas la pasión y muerte de Cristo.

Jesús no solo se hizo hombre por nosotros: compartió con nosotros las limitaciones de la infancia; la dureza del trabajo; el sufrimiento, el hambre, la sed, el rechazo de sus conciudadanos; la persecución; la intriga, las acusaciones, las calumnias…Jesús no solo se hizo hombre y sufrió por los hombres. Quiso también ser mortal y pasar por el trance más amargo y angustioso al que está destinado todo hombre. Quiso libremente morir de muerte violenta, crucificado, como malhechor.

Pero Él sabía que su muerte no era nada más que una consecuencia normal del hecho de ser hombre. El sabía y acepto libremente que su muerte tuviera un sentido y un fin salvador. El moría por el pueblo a favor de la multitud. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” ...“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. … Si se da a sí mismo como expiación, verá una gran descendencia” Is 53: 5.6.10. “Padre perdónalos por que no saben lo que hacen” Lc. 23:34.

Si Jesús no hubiera sufrido ni hubiera muerto, si solamente se hubiera hecho hombre, la muerte humana hubiera permanecido un enigma, el dolor hubiera resultado inaceptable para el hombre, a un para el creyente. El vivir humano hubiera sido un absurdo. Pero desde que Jesús acepto libremente la muerte en la cruz, todo sufrimiento humano cristiano tiene un sentido y un valor de redención, de auto redención y de salvación de la multitud. El amor a los demás exige que demos la vida por nuestros hermanos. En cambio, el que da su vida por los hermanos, logra una gran descendencia. “La sangre es semilla” porque si el grano de trigo no muere, queda infectado; pero si cae en tierra y muere da mucho fruto.

“Me amo y se entrego a la muerte por mi”

“Cuando fuere levantado en la cruz, atraeré a todos a mi”


Fuentes: Oración Litúrgica del Pueblo de Dios. Monjes Benedictinos. Biblia de Jerusalén
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor BlancaElena » Lun Nov 25, 2013 3:58 pm

Procesiones de Semana Santa de Popayán - Colombia

Una de las fiestas religiosas más tradicionales del país se cumple cada año en Semana Santa en Popayán, Cauca. Celebradas desde el siglo XVI, las procesiones en la llamada ‘Ciudad Blanca’ son una de las más antiguas conmemoraciones religiosas de Suramérica. Cinco procesiones, en igual cantidad de días desde el martes hasta el sábado conforman la fiesta religiosa dedicada a la Virgen María, Jesucristo, la Santa Cruz, el Santo Entierro y la Resurrección.

El recorrido de cada procesión es cercano a dos kilómetros, donde un grupo de personas que se prepara todo el año para esa semana, lleva en sus hombros grandes estructuras de madera donde reposan estatuas que representan diversos episodios de los Evangelios y de la pasión y muerte de Jesucristo. La procesión es seguida por cientos de feligreses que van orando mientras portan cirios encendidos y visten hábitos religiosos. Por su valor tradicional, su aporte a la cultura y a la cohesión social, la UNESCO decidió incluirla en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2009


http://www.semana.com/especiales/patrim ... payan.html
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor bonifacia » Lun Nov 25, 2013 5:42 pm

[[color=#000040]b]BUENAS TARDES AMIGOS (as):
PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA, ISRAEL Y LAS QUINCE ESTACIONES DE LA VIA CRUCIS NOS HACE RECORDAR EL GRAN AMOR DE DIOS PARA CON SUS CREATURAS, LA OBEDIENCIA DE JESUCRISTO VERDADERO HOMBRE FIEL, QUIEN DIO CUMPLIMIENTO A LA ALIANZA QUE REALIZA DIOS Y SU PUEBLO ELEGIDO. DIOS ENCARNADO EN SU UNIGÉNITO HIJO , EN GALILEA NOS DA LA ALEGRIA Y LA ESPERANZA DE QUE DIOS ESTA ENTRE NOSOTROS , EN NUESTRAS VIDA QUE AQUELLOS QUE VIVIMOS EL MUNDO ESPIRITUAL DE LA GRACIA DIVINA DE DIOS NOS HACE COMPRENDER QUE EL ES EL CENTRO DE NUESTRA EXISTENCIA, QUE SOLO BASTA CUMPLIR SU LEY AMARNOS LOS UNOS Y LOS OTROS QUE DEBEMOS DAR ESE GRAN AMOR QUE DIOS NOS DA PARA COMPARTIRLO, ES HERMOSO PENSAR EN EL PERO MÁS HERMOSO ES VIVIR PARA DARSE A LOS DEMÁS. ENSEÑAR A LOS DEMÁS, QUE DIOS ESTA EN NUESTRA EXISTENCIA, Y ES EL MISMO PEREGRINAR DE NUESTRA EXISTENCIA CON LA PRESENCIA DE DIOS. GALILEA HERMOSO LUGAR PARA SENTIR LA PRESENCIA DE DIOS...
"LA FIDELIDAD ES LO MEJOR QUE PUEDE EL CRISTIANO DAR A CONOCER A DIOS, A DE SER UN ELOGIO PARA UN DIOS MARAVILLOSO Y CELOSO "...
:idea: Le dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska: "Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias".
[/b]
[/color]
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor BlancaElena » Lun Nov 25, 2013 7:02 pm

VIA MATRIS
EL CAMINO DE MARIA, CAMINO DE FE Y DE AMOR


Imagen


I - MARÍA ACOGE EN LA FE LA PROFECÍA DE SIMEÓN
II - MARÍA HUYE A EGIPTO CON JESÚS Y JOSÉ
III - MARÍA Y JOSÉ BUSCAN A JESÚS PERDIDO EN JERUSALÉN
IV - MARÍA ENCUENTRA A JESÚS CAMINO AL CALVARIO
V - MARÍA ESTÁ JUNTO A LA CRUZ DE SU HIJO
VI - MARÍA RECIBE EL CUERPO DE JESÚS BAJADO DE LA CRUZ
VII - MARÍA ENTREGA EL CUERPO DE JESÚS AL SEPULCRO EN ESPERA DE LA RESURRECCIÓN



NUESTRA SEÑORA A SANTA BRÍGIDA

"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios."

La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que "concedía 7 gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías"

- Pondré paz en sus familias.
- Serán iluminados en los Divinos Misterios.
- Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
- Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la Voluntad adorable de mi Hijo y a la santificación de sus almas.
- Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
- Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el Rostro de su Madre.
- He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría."


http://www.mariamediadora.com/Oracion/Via.Matris.htm
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Nov 25, 2013 9:35 pm

Les comparto esta reflexión de Viernes Santo:

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".- Imagen

Quien no sabe lo que es sufrir, lo que es tener dolor, lo que es padecer, mas es diferente el sufrir, el padecer y el tener dolor cuando uno tiene alguna enfermedad, o sufre algún accidente, más que distinto es el sufrir, el padecer y el dolerse por “el otro” u “otros”. Esto hizo Jesús, conscientemente dio un “si” y sufrió y padeció y tuvo mucho dolor por la humanidad, por cada uno de nosotros.

El mismo nos dijo: “nadie tiene amor más grande a sus amigos que aquel que da la vida por ellos”. No habla de padres, de hermanos, de parientes, sino de “amigos”, que palabra tan profunda y tan poco reflexionada, El, el Hijo de Dios hecho hombre nos considera amigos, aun cuando sabe que la traición y la limitación esta a la puerta de nuestros días.

No vacila en dar su sí, al Padre y entregarse sin vacilación a la tortura incruenta por rescatarnos de la muerte y muerte eterna (el vivir eternamente alejados, separados de Dios-Amor). Eso se llama amor real, amor sin interés, amor-entrega.

También hoy, Viernes Santo, tenemos como un signo especial, la cruz, y nos podemos admirar como Jesús quiso morir en una cruz, ¿cierto?, bueno no es el dolor por el dolor, la cruz no solo representa dolor, angustia, padecimiento, sino también amor, luego entonces la cruz es un signo del “amor-dolor” que traducido podríamos decir es el sacrificarse, inmolarse por el ser que se ama, eso hizo Jesús por ti, por mi, por todos.

Quisiera enfatizar las palabras de Jesús antes de morir: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Pidamos como Jesús, que sepamos ponernos en manos de Dios, que nuestra vida gire en torno al amor-perdón, que caigamos en la cuenta que este mundo no puede salir adelante si no seguimos el ejemplo de Jesucristo. “Amar es entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro puede hacer feliz... qué lindo es vivir para dar, que grande es tener para dar”…, que este mensaje hecho canción, llegue a ser parte misma de cada uno, para que Por Cristo, con Cristo y en Cristo, demos lo mejor y así entreguemos nuestro espíritu a ejemplo de Jesús al Padre Eterno.

Vivamos este día santo como un día de amor.

Jesús: que nunca mis acciones hagan que te arrepientas de haber sufrido, de haber sido crucificado y haber muerto por mí en la cruz.

Fuente: "Ora et Labora" http://padreeugeniogsosb.galeon.com/pro ... 80113.html
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor Silviamaria » Mar Nov 26, 2013 2:32 pm

A continuación un relato de como se celebra el Viernes Santo, en Ibarra-Ecuador.
http://www.onlyforyoung.com/sites/solo- ... santo.html
El Viernes Santo Significado y Tradiciones
Publicado el Miércoles, 20 Marzo 2013 17:10 Escrito por Onlyforyoung Ecuador
¿Qué se celebra el Viernes Santo?
Semana Santa Ibarra Imbabura Ecuador

FUENTE: VIVE LA SEMANA SANTA
Volvemos a vivir con Jesús su Pasión: la aprehensión, interrogatorios, flagelación, coronación de espinas y la crucifixión. Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: su aprehensión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía.
Jesús en la cruz, con un sufrimiento físico y moral muy grande, fue capaz de perdonar a los que lo ofendieron.
Las “siete palabras" de Jesús son el testamento que nos deja al morir y emprender su partida al Padre:
• Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
• En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
• Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre.
• Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
• ¡Tengo sed!
• Todo está cumplido.
• Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Desde la cruz, Jesús nos termina de dar su mensaje de amor y salvación dejándonos a su Madre y enseñándonos a perseverar hasta el final. El sacrificio de la cruz se vuelve a vivir en cada Eucaristía, por medio de ella, Jesús sigue vivo y permanece con nosotros.
El Viernes Santo lo conmemoramos con un Via Crucis solemne y con la ceremonia de la Celebración de la Pasión del Señor en la que se hace la adoración de la cruz.
Bernardo Álvarez Afonso
Los cristianos celebramos en este día la Pasión, Muerte y Sepultura de Nuestro Señor Jesucristo. Mediante la contemplación, la reflexión y la oración actualizamos vitalmente nuestra fe en torno a un aspecto central de nuestro credo; con la celebración del Viernes Santo proclamamos solemnemente: “Creo en Jesucristo, Hijo Único de Dios, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado”.
Es, por tanto, el Viernes Santo un día para reconocer, celebrar y proclamar que Cristo entregó su vida en la cruz por nosotros y por nuestra salvación; como nos dice San Pablo en su cartas: “Cristo nos amó y se entregó por nosotros”, o “Cristo amó a su Iglesia y se entregó a si mismo por ella”, y lo afirmaba hasta en primera persona: “Cristo me amó y se entregó por mí”.
El Viernes Santo es un día para hacer memoria y meditar todo lo que Jesús padeció hace dos mil años en las últimas horas de su vida; todo eso que leemos en los relatos del Evangelio y que con tanto realismo se representa en los miles de pasos procesionales que en este día recorren las calles y plazas de nuestros pueblos en toda España. Todo esto es muy hermoso y tiene un gran valor como expresión de fe y devoción a Cristo crucificado y a su Madre la Virgen María, contemplada en su dolor al pie de la Cruz. Con su profundo sentido religioso, las procesiones estimulan la fe de muchos cristianos, son un testimonio público de fe en medio de una sociedad secularizada y secularizante, e incluso son anunciadoras de Cristo para los que no creen. Desde aquí quiero felicitar y agradecer el esfuerzo de los miles de católicos que en nuestra Diócesis mantienen vivas estas manifestaciones religiosas en la calle.
Pero el Viernes Santo no se reduce a los desfiles procesionales, ni siquiera son éstos lo más importante, incluso aunque en algunas parroquias ocupen la mayor parte del tiempo. En muchísimos lugares del mundo no hay procesiones en este día y, sin embargo, eso no impide que se celebre el Viernes Santo con gran hondura espiritual. En nuestra propia Diócesis hay muchos lugares, sobre todo en las parroquias nuevas de nuestras ciudades, donde no hay procesiones, pero los cristianos se congregan igualmente para celebrar la Pasión y Muerte del Señor.
En la celebración del Viernes Santo lo más importante es participar en el significado profundo que la pasión y muerte de Cristo tiene para nosotros y para el mundo entero. No basta recordar que Jesús padeció, murió y fue sepultado, sino que es necesario reconocer y proclamar con fe viva que “Cristo entregó su cuerpo y derramó su sangre por nosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”. Así se comprenden algunas oraciones propias de este día: “Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo” y también aquella otra que dice: “Bendita y alabada sea la pasión de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz”. Bendecimos la terrible tragedia de la pasión y muerte de Jesucristo porque ha sido en nuestro favor.
Ciertamente, los cristianos creemos que “Cristo murió por nuestros pecados”. Por eso, ante la pasión y muerte del Señor estamos llamados a sentirnos cómplices-culpables, partícipes y beneficiados.
1. Hoy es un día para mirar a Cristo crucificado y sentirnos “culpables”: por también nosotros hemos contribuido a los padecimientos Cristo con nuestros pecados personales y sociales, porque cada vez que hemos maltratado a cualquier persona de palabra, de obra, o simplemente no ayudando a quien nos necesita. Por eso el Viernes Santo es un día para pedir perdón a Dios por el mal que hemos hecho.
2. Hoy es un día para mirar a Cristo crucificado y sentirnos “partícipes” de su pasión: porque también nosotros sufrimos, como padeció Cristo, el desprecio de los demás, los insultos y calumnias, el dolor de la enfermedad y la muerte de un ser querido, y tantos sufrimientos que muchas veces rodean nuestra vida. Ante la experiencia del dolor, el cristiano une sus padecimientos a los de Cristo y los ofrece con El por la salvación del mundo, porque sabe que “si con El sufrimos, reinaremos con El”, como nos enseña San Pablo.
3. Hoy es un día para mirar a Cristo crucificado y sentirnos “beneficiados”: es decir, salvados por la pasión de Cristo. Al decir que Cristo murió por nuestros pecados, no sólo afirmamos que fue a causa de nuestros pecados, sino también para liberarnos del pecado. “Su heridas nos ha curado”. Por eso la celebración del Viernes Santo, es también un canto de alabanza y gratitud a Jesucristo: “Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo”.
Para celebrar todo esto con verdad la Iglesia nos ofrece, el Viernes Santo, una liturgia diferente, austera, sin misa, sin solemnidad, pero con profundo significado, que se desarrolla a través de cuatro momentos que nos permiten unirnos personalmente a Cristo y acoger, hoy, la salvación que El nos ofrece:
La contemplación de Cristo en su pasión y muerte, mediante la lectura de la palabra de Dios en la Biblia.
La oración universal, en unión con Cristo, por la salvación de todos los hombres.
La veneración de la cruz de Cristo, señal del Cristiano porque en ella fuimos salvados.
La comunión del cuerpo de Cristo (con las hostias consagradas el Jueves Santo), que es participación en su muerte y resurrección.
Viernes Santo: Cristo murió por nuestros pecados y fue sepultado. Pero la fe también nos dice que resucitó al tercer día y vive para siempre. Por eso, creemos que el agua y la sangre que brotaron del costado de Cristo en la cruz, sigue brotando hoy, a través de los sacramentos de la Iglesia, como una fuente permanente de salvación para cuantos creen El.
El mismo Cristo lo dijo: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí». Así que estamos todos invitados a sacar agua con gozo de la fuente de la Salvación.
† Bernardo Álvarez Afonso Obispo Nivariense
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor claudia corchado » Mar Nov 26, 2013 2:37 pm

La Via Dolorosa
El Vía Crucis(52) de 14 estaciones surgió en Europa en el siglo XIII como una práctica piadosa para acompañar espiritualmente a Cristo en el camino de la cruz. Sin embargo.
Algo parecido había ya existido en Jerusalén desde los primeros siglos cristianos. El libro apócrifo ‘Dormición de la Virgen’ recuerda a María recorriendo los lugares de la Pasión. Y en el siglo IV la peregrina Egeria describe la procesión del viernes Santo, al alba, que descendía del monte de los Olivos y, antes de llegar a la basílica del Santo Sepulcro, la procesión se detenía en el lugar de la Agonía, en el de la traición de Judas y el de Prendimiento. En cada lugar se rezaba y se leía el evangelio apropiado. Con el correo de los años se incorporarían otras paradas o estaciones(53).

Difusión del Via Crucis
Se atribuye a san Francisco de Asís o, por lo menos, a los franciscanos, su difusión por el mundo. No todas las estaciones aparecen en los evangelios. Algunas se mantuvieron en la memoria de los primeros cristianos y forman parte de la tradición. Más que un camino físico, el Vía Crucis es un itinerario espiritual. Las estaciones suelen marcarse con cruces., altares o hermosas representaciones plásticas en pintura o escultura. Aunque las representaciones son narrativas no descuidan el aspecto piadoso. Los peregrinos que viajaban a Jerusalén recorren la Vía Dolorosa siguiendo el Via Crucis y cargando cruces de madera. Todos los viernes los peregrinos se pueden unir al recorrido que organizan los franciscanos. En ivierno a las 15:00 hrs. y en el verano a las 16:00 hrs.

Las 14 estaciones
El camino inicia en lo que fue la Torre Antonia y hoy es una escuela musulmana, “El Omaríeh”, delante del convento franciscano.
Primera. Jesús es condenado a muerte.
Segunda. Jesús es cargado con la cruz.
Tercera. Jesús cae por primera vez.
Cuarta. Jesús encuentra su madre en la calle de la Amargura.
Quinta. Simón Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz.
Sexta. La Verónica enjuga el rostro de Jesús.
Séptima. Jesús cae por segunda vez.
Octava. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
Novena. Jesús cae por tercera vez.
Décima. Jesús es despojado de sus vestiduras.
Onceava. Jesús es clavado en la cruz.
Doceava. Jesús muere en la cruz.
Treceava. Jesús es bajado de la cruz.
Catorceava. Jesús es llevado al sepulcro.


(52)Camino de la cruz.
(53)Florentino Diez Fernández, Guía de Tierra Santa, Historia-Arqueología-Biblia, Navarra, Verbo Divino, 1993.

-Bibliografía
Aguilar Valdés José de Jesús
Al encuentro de lo sagrado
Editorial Diana
Págs. 124-128


Se celebra el Viernes Santo en la ciudad antigua de Jerusalén
De Wikinoticias, la fuente libre de noticias
2 de abril de 2010
Jerusalén, Israel — Un sol radiante baña las callejuelas de la ciudad antigua de Jerusalén en la que miles de peregrinos de todas partes del mundo recorren las 14 estaciones de la Vía Dolorosa. Son muchos los fieles que llevan al hombro grandes cruces de madera de olivo, caminan rezando de estación en estación hasta que llegan a las últimas cinco ubicadas según la tradición cristiana en la Iglesia del Santo Sepulcro.
Algunos peregrinos realizan el recorrido vestidos con túnicas blancas mientras avanzan lacerándose con fustas, recordando los episodios de Jesús en su calvario.
El "Vía Crucis", formado por 14 estaciones, comienza en una escuela musulmana donde se sitúa la destruida Fortaleza Antonia – que fue la sede del gobernador romano Poncio Pilatos, quien según el Nuevo Testamento condenó a muerte a Cristo – y termina en el Santo Sepulcro.
Decenas de agentes del orden israelíes se encargan de velar por la seguridad de las celebraciones de la semana pascual en la ciudad antigua. Aunque no hay medidas excepcionales, se mantiene la máxima alerta debido a que en las últimas semanas se produjeron disturbios entre jóvenes palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes. Y es que las celebraciones de Semana Santa coinciden con la Pascua judía, el Pesaj y el viernes es también la jornada sagrada para los musulmanes.
La noche del jueves los peregrinos cristianos asistieron a la tradicional misa en el Huerto de Getsemaní, en la Basílica las Naciones, ambos a los pies del Monte de los Olivos. Según el Nuevo Testamento, son estos los lugares a los que Jesús se retiró después de la última cena para orar y donde fue capturado por los soldados romanos y conducido a prisión para ser juzgado.
El trayecto del Vía Crucis de apenas un kilómetro y medio dura más de lo habitual debido a la gran concurrencia de peregrinos este año, en el que coinciden todas las corrientes cristianas y que además se entremezclan con los musulmanes que se dirigen hacia la Mezquita de EL Aksa. En las vías también están los judíos que oran en el Muro de las Lamentaciones

Consultado el 26 de noviembre de 2013 http://es.wikinews.org/wiki/Se_celebra_ ... sal%C3%A9n


Saludos a todos y que DIOS nos ayude a continuar en el curso.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Nov 26, 2013 2:45 pm

Camino del Calvario

Una vez que Poncio Pilato se lavo las manos y les entrego a Jesús, los judíos ya tenían preparada la cruz.
Cuando supo Judas que Jesús había sido condenado a muerte y que lo llevaban al Calvario para crucificarlo, le entro el remordimiento y la desesperación. Fue al Templo y le dijo a los sumos sacerdotes:”Yo he cometido un pecado muy grande. Yo he traicionado a un inocente”

Le contestaron: ¡A nosotros esto no nos importa nada, es asunto tuyo, allá tu!

udas se desespero y aventó contra el altar del templo las 30 monedas de plata y grito: “¡quédense ustedes con este maldito dinero! Y se fue y se ahorco.

Mientras tanto sacaron a Jesús del cuartel de Piloto y le cargaron la cruz para que la llevara hasta el Calvario.

La cruz era grande y pesada y Jesús estaba sumamente agotado y sin fuerzas... Había sudado sangre en el Huerto de Getsemaní, había recibido malos tratos en casa de Caifás, había sido azotado en el cuartel de Pilatos, estaba sumamente débil y sin fuerzas y no podía con la cruz.

En el camino se encontraron con Simón Cirineo, que venía de trabajar y los soldados romanos lo obligaron a ayudarle a Jesús a llevar la cruz.

Había mucha gente que seguía a Jesús; unos eran curiosos, otros, los que querían a Jesús, habían también mujeres piadosas de Jerusalén, que lloraban al ver como Jesús iba cargando con la cruz. Cuando Él se dio cuenta de que lloraban les dijo: “No lloren por mí, lloren por tantos hijos malos, porque el día que llegue a castigarlos Dios, ya verán ustedes cómo será el castigo. Si así tratan al leño verde ¿Qué pasara con el árbol seco?"

Jesús caminaba tambaleante.- Imagen

La pesada cruz le lastimaba el hombro. Caminaba tambaleante y haciendo esfuerzos por guardar el equilibrio, porque atormentado durante tantas horas, no podía ya con el donble peso, el de sus dolores y el de nuestros pecados.
Detrás de Jesús iban también dos ladrones cargando cada uno con su cruz, y los iban a crucificar el mismo día en que iban a crucificar a Jesús.

Llegaron al Calvario que era cerca del medio día y sus ojos contemplaron serenos la excavación de la peña donde iba a ser plantado el árbol de la cruz, y los últimos preparativos para el tormento. Levantaba su mirada cuya ternura no pudieron apagar los más atroces suplicios, ofrecía la Padre los dolores y la desolación que le esperaba, lo desnudaron, destrozando las llagas que tenían la ropa pegada con la sangre; había llegado la hora y un verdugo mando al Hijo de Dios tenderse en la cruz.

Jesús.- Imagen...no tenía ya casi figura humana y el dolor palpitaba en su cuerpo y en su alma, pero su mansedumbre no conocía límites.


Nos encontramos en la cima del Gólgota, en el lugar donde fue crucificado Jesús, donde fuimos redimidos, donde nos dio a su Madre y recibimos el ser hermanos de Jesucristo. Estamos en el monte enrojecido con la Sangre del Cordero sin mancha.

Ya crucificado parecía que decía: “Vengan a Mi todos” “Y nos llama, a todos”

Contemplemos a Jesús y pidamos al Espíritu Santo que sepamos abrazar la cruz con amor.


En el lugar de la flagelación, los Frailes Franciscanos, edificaron una Iglesia; aquí Jesús fue maltratado desde su condenación a muerte hacia el amanecer del Viernes Santo.

Fuente: Biblia de Jerusalén. Historia Sagrada. Maria nos da a Jesús.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor ayga127 » Mar Nov 26, 2013 3:13 pm

Viernes Santo en el Protestantismo
Luteranismo
Hasta el siglo XX, el Viernes Santo fue la fiesta más importante para el Luteranismo, donde primaba la abstención de realizar todas obras mundanas. Durante ese tiempo, el luteranismo no hacía ninguna restricción a la celebración de la Eucaristía durante esta fecha, por el contrario, se consideraba un día ideal para ello, y los servicios religiosos se acompañaban a menudo con música acorde a la fecha, como la Pasión según San Mateo, compuesta por el músico luterano Johann Sebastian Bach.
A mediados del siglo XX la práctica litúrgica luterana empezó a dejar de celebrar la Eucaristía el Viernes Santo, y actualmente en la mayoría de las iglesias de esta denominación la Eucaristía se celebra especialmente durante Jueves Santo.
Otras denominaciones
Muchas comunidades protestantes tienen servicios especiales en este día también. La Iglesia de Moravia celebra una Fiesta del Amor el Viernes Santo, al tiempo que reciben la Santa Comunión el Jueves Santo. La Iglesia Metodista conmemora el Viernes Santo con un servicio de adoración, a menudo sobre la base de las Siete Últimas Palabras de la Cruz.4 No es raro que algunas comunidades celebren servicios ecuménicos durante este día.
Algunos bautistas, pentecostales, muchos sabatistas y otras iglesias protestantes se oponen a la celebración del Viernes Santo, considerándola como una tradición católica, y en lugar de ello observan la crucifixión el Miércoles Santo para coincidir con el sacrificio judío del Cordero de Pascua (que los cristianos creen que es una señal del Antiguo Testamento de la llegada de Jesucristo). Una crucifixión en Miércoles Santo permite que Cristo esté en la tumba ("corazón de la tierra") durante tres días y tres noches, como le dijo a los fariseos que sería (Mateo 12:40), en lugar de dos noches y un día si hubiera muerto un viernes.5 Hay alguna base en esta idea en el Evangelio de Juan, que tiene a Jesús crucificado en un jueves por la noche[cita requerida] (14 de Nisán del calendario hebreo) en lugar del Viernes por la mañana como se encuentran en los evangelios sinópticos.
Viernes Santo en otras iglesias cristianas
Anglicanismo
El Libro de Oración Común de 1662 no ha indicado un rito particular a celebrarse el Viernes Santo, pero la costumbre local creó una variedad de servicios, incluidas las Siete Últimas Palabras de Jesucristo en la Cruz y un servicio de tres horas que consiste en maitines, comunión (mediante el Sacramento reservado en las parroquias de la iglesia alta) y Vísperas. En los últimos tiempos las versiones revisadas del Libro de Oración y de Adoración Común han vuelto a introducir ritos de observancia del Viernes Santo anteriores a la Reforma, que corresponde a los de la Iglesia Católica Romana de hoy, con especial aceptación a los ritos que se había observado en la Iglesia de Inglaterra antes de la reforma anglicana, incluyendo el Vía Crucis.

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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor ayga127 » Mar Nov 26, 2013 3:20 pm

Iglesia católica ortodoxa: VIERNES SANTO
Generalmente se celebra anticipadamente el oficio de Matutinos del Viernes Santo el día jueves Santo en la noche. La principal característica de este oficio es la lectura de 12 textos seleccionados de los Santos Evangelios, todas las cuales son relatos de la pasión de Cristo. La primera de estas doce lecturas es Juan 13,31 al 18,1. Es el largo discurso de Jesucristo con sus discípulos finalizándose con su llamada “oración sacerdotal”. La última lectura de las doce relata cómo sellaron la tumba de Cristo y colocaron una guardia. (Mateo 27, 62-66)
Se leen estas doce lecturas de los Evangelios acerca de la pasión de Cristo durante el oficio de Matutinos, con la entonación de distintos himnos y salmos entremedio. Toda la himnología está relacionada con el sufrimiento de Cristo y basada en gran parte en textos de los evangelios y en las escrituras y salmos proféticos. Después de la lectura del quinto evangelio, el sacerdote lleva la Cruz en una solemne procesión alrededor del templo, mientras canta el himno:
“Hoy fue elevado sobre un madero Aquel que levantó la tierra sobre las aguas…”
Esta cruz es entonces colocada en medio del templo, adornada con una corona de flores y velas, para que los fieles la veneren. Es un momento de especial solemnidad, y la cruz permanece allí hasta la celebración de Vísperas anticipada el Viernes Santo en la mañana.
Después de la lectura del sexto evangelio, se canta las Bienaventuranzas (tomadas de Mateo 5), en que se da especial énfasis a la salvación otorgada al buen ladrón quien fue reconocido en el Reino de Cristo.
El día Viernes Santo en la mañana, se celebra las Horas Reales (Primera, Tercera, Sexta y Novena), en que se vuelven a leer los relatos de los Evangelios acerca de la pasión de Cristo, además de lecturas de profecías del Antiguo Testamento acerca de la redención del ser humano, y de las cartas de San Pablo acerca de salvación del ser humano por los sufrimientos de Cristo. Los salmos que se leen en esta oportunidad también son de carácter profético (por ejemplo, los Salmos 2, 5, 22, 109, 139, etc.)
No se celebra la Divina Liturgia en el viernes Santo por la misma razón que se prohíbe la celebración eucarística en los días de ayuno eucarístico de la Gran Cuaresma.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor enrique4 » Mar Nov 26, 2013 3:24 pm

Encontré este vía crucis para niños, mismo que se utiliza en esta diócesis de Orizaba el Viernes Santo, lo comparto con todos:

..............................................................VIA CRUCIS PARA NIÑOS

PRIMERA ESTACIÓN:
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.
La historia de la Pasión y muerte de Jesús comienza en el tribunal de Poncio Pilato, que era el Procurador Romano... El pueblo, azuzado por los sacerdotes grita exigiendo la muerte de Cristo, porque había dicho que Él era el Hijo de Dios. Finalmente, Pilato entrega a Jesús para que lo crucifiquen; les dice: “¡He aquí el hombre!”.

MENSAJE PARA MÍ:
Jesús fue condenado injustamente; y yo también muchas veces he sido regañado o castigado injustamente. Pero yo mismo he juzgado y rechazado a los demás también en muchas ocasiones. Pediré perdón a Dios.
PARA REFLEXIONAR:
Jesús siempre dijo la verdad e hizo el bien.
“No juzgueis, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que vosotros juzguéis se os juzgará, y la medida con que midáis se usará para vosotros.” (Mateo 7, 1-2)

MI ORACIÓN:
Jesús, Tú aceptaste morir por mí para que yo tenga vida eterna y me haga hijo de Dios. Enséñame a apreciar siempre tu sacrificio.
Padre nuestro, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

SEGUNDA ESTACIÓN:
JESÚS CARGA LA CRUZ SOBRE SUS HOMBROS.

Había la costumbre de dar muerte a los bandidos colgándolos de una cruz; y con esa muerte quisieron los judíos aniquilar a Jesús. Le cargan la cruz sobre los hombros y, entre burlas y golpes, lo hacen dirigirse al monte Calvario.

MENSAJE PARA MÍ:
En la carga de la cruz iban representados todos nuestros pecados. Cristo nos salva a todos, y quiere que yo sea su discípulo, siguiendo paso a paso el camino que Él ha recorrido, o sea, cargando sin debilidad la “cruz” de mis deberes y trabajos.

PARA REFLEXIONAR:
A partir del pecado original el hombre había perdido la amistad de Dios y Cristo vino a devolvérnosla. Con su Pasión y Muerte produjo méritos infinitos, que satisfacen los pecados de la humanidad.
“... pero donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia” (Romanos 5,20).

MI ORACIÓN:
Jesús, Tú has escogido una muerte muy triste en la cruz. Has pagado un gran precio por mi redención. Haz que siempre lo recuerde.
Señor, te ofrezco el esfuerzo de mis tareas.

TERCERA ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
El peso de la cruz es insoportable para el cuerpo fatigado y herido de Jesús, que cae por primera vez, dando a entender que los pecados de la humanidad, significados en la cruz, eran muy graves.

MENSAJE PARA MÍ:
Como cristiano, debo tomar mis “cruces” de cada día. Pero muchas veces me escapo y dejo mis clases, mis tareas, mis trabajos. Pediré al Señor su gracia para tomar mi cruz y cuando caiga por haber cometido una falta, levantarme animoso.

PARA REFLEXIONAR:
Jesús nos salvó haciéndose obediente hasta la muerte de cruz y resucitando de entre los muertos. Quiso padecer y morir por amor a nosotros, para reconciliarnos con Dios y llevarnos al cielo.
Con nuestras mentiras, desobediencias, malas palabras, pleitos y otros pecados con los que ofendemos a Dios, hacemos más pesada su Cruz. Pidamos perdón por ello.

MI ORACIÓN:
Jesús, tu dolorosa caída bajo la cruz y el rápido levantamiento, me enseñan a arrepentirme y levantarme lo más pronto posible. Hazme fuerte para vencer mis malas inclinaciones.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. ¡Ten piedad de nosotros!

CUARTA ESTACIÓN:
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU SANTÍSIMA MADRE.
Entre los gritos furiosos de la turba y los gemidos de las mujeres, Jesús puede sentir los suspiros de su Madre, la Virgen María, que es testigo de los tormentos de su Hijo.

MENSAJE PARA MÍ:
La Virgen María quería mucho a su Hijo, como todas las mamás del mundo aman a sus hijos. Por eso sigue a Jesús en la Pasión. Ella quiere cooperar en la salvación de todos los hombres. Me pone el ejemplo para tener buen corazón con las personas necesitadas: los pobres, los tristes y los enfermos.

PARA REFLEXIONAR:
La Virgen María tiene un lugar muy importante en la Iglesia, Ella es Modelo, Madre, Maestra, y Reina de la humanidad. Ella es el mejor camino que nos lleva a Jesús. Después de Dios, Ella es quien más merece nuestro amor.
A Jesús por María.

MI ORACIÓN:
Jesús, tu afligida Madre se resignó a tu Pasión porque es también mi Madre, y desea ver que me porte como hijo de Dios. Jesús, quiero amar mucho a tu Santísima Madre.
Virgen María, Madre de Jesús, santifícame.

QUINTA ESTACIÓN:
JESÚS ES AYUDADO A CARGAR LA CRUZ

Viendo a Jesús malherido, los soldados comienzan a temer que se muera antes de llegar al monte Calvario. Obligan, pues, a un hombre de Cirene, llamado Simeón, a que le ayude con la cruz.

MENSAJE PARA MÍ:
Cuando ayudo a los afligidos, a los enfermos, a los pobres y necesitados, es a Jesús a quien ayudo a llevar su cruz.

PARA REFLEXIONAR:
Jesús es nuestro hermano porque Él es el Hijo de Dios y nosotros por el Bautismo también somos hijos de Dios. Cristo derramó su sangre por todos, para que juntos formemos una sola familia. Debemos amar a nuestros semejantes, porque son nuestros hermanos.

MI ORACIÓN:
Jesús, Simón te ayudó a llevar la cruz. Por eso hazme comprender el valor de mis trabajos para que me acerquen más a ti.
Te alabo, Señor, con mis hermanos.

SEXTA ESTACIÓN:
LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS.
Una mujer, llamada Verónica, tiene compasión de Jesús, viendo su aspecto desfallecido y maltratado, lleno de sangre y sudor. Quiere aliviarlo un poco enjugándole la cara con un paño limpio; en el paño queda impreso el rostro de Jesús.

MENSAJE PARA MÍ:
Jesús le agradece a la Verónica su caridad. Cuántas personas me ayudan, como mis papás, mis maestros y mis amigos; no seré ingrato y orgulloso con ellos, sino agradecido.

PARA REFLEXIONAR:
La Verónica fue una mujer buena que limpió el rostro herido de Jesús. Él le dio como premio la imagen de su rostro estampada en aquella tela.
Al igual que la Verónica, también yo debo poner atención a las necesidades de los demás.
“Haz con el prójimo lo que quieras que él haga contigo” (Mateo 7,12)

MI ORACIÓN:
Jesús, cuán generosamente recompensaste a esta mujer. Cuando yo lucho contra el pecado y ayudo a los más necesitados, Tú me recompensas viniendo a mi corazón.
Jesús, enséñame a amar a los demás y que se cumpla lo que Tú has dicho: “Cualquier cosa que hagas con uno de esos pobres, conmigo lo haces” (Mateo 25, 40).

SÉPTIMA ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.

El camino hacia el Calvario parece inacabable. Jesús se agota cada vez más y cae de nuevo, bajo el enorme peso de la cruz.

MENSAJE PARA MÍ:
Una y otra vez puedo caer, por egoísmo, soberbia o debilidad, no soy fuerte. Pediré al Señor que me ayude para vencer las dificultades y no caer.

PARA REFLEXIONAR:
Jesús me da ejemplo de levantarme lo más pronto posible. Se necesita reparar el mal hecho y acercarse al sacramento de la Confesión.

MI ORACIÓN:
Jesús, hago muchos propósitos y caigo, pero Tú me ayudas a levantarme para seguirte. Ayúdame, Jesús, robustece mi voluntad para procurar siempre el bien y evitar el mal.

OCTAVA ESTACIÓN:
LAS MUJERES LLORAN AL VER A JESÚS.

Al pasar por un sitio conocido como “Calle de la Amargura”, Jesús escucha las lamentaciones de un grupo de mujeres, que lloran por Él. Sacando fuerzas de entre su debilidad, Jesús les dice: “No lloreis por mí, sino por vosotros, y por vuestros hijos”.

MENSAJE PARA MÍ:
Como Jesús, debo tener tristeza por los pecados de todo el mundo; yo mismo procuraré hacer sufrir menos a Jesús evitando el mal.

PARA REFLEXIONAR:
Jesús no tenía pecados, murió por nosotros, por eso les dijo a las mujeres que no lloraran por Él, sino por la gente del mundo, que vivía apartada de Dios.

MI ORACIÓN:
Jesús, Tú enseñaste a estas mujeres a llorar más bien por los pecados que por el dolor físico. Aumenta la fe en mi salvación, quiero ayudar a todos con alegría.

NOVENA ESTACIÓN:
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.

Cualquier piedra y hoyo en el camino es un obstáculo para Jesús, que camina terriblemente herido, chorreando sangre, con la vista nublada. De esta forma, cae por tercera vez, insistiendo en que pesan mucho nuestros pecados.

MENSAJE PARA MÍ:
Cristo ha caído, está en tierra, tirado por tanto dolor. ¿Hay alguien que le quiera ayudar? Todos lo han abandonado. Se levanta por sí solo y prosigue otra vez el camino del Calvario. Hoy Jesús sigue tirado en los enfermos, en los pobres, en los huérfanos y ancianos abandonados.

PARA REFLEXIONAR:
En nuestras penas y desalientos Cristo nos dice que se las encomendemos a Él y Él nos animará.
“Venid a mí todos los que estais afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.” (Mateo 11,28)
“Estad prevenidos y orad para no caer en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26,41)

MI ORACIÓN:
Jesús, yo te veo inclinado hasta la tierra sufriendo por mí. Perdóname, Jesús, por las muchas veces que te he ofendido. Levántame por tu gran misericordia. Agradezco, Señor, tus obras.

DÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
Por fin llega Jesús al monte Calvario. Descansa su hombro, pero la turba comienza a maltratarlo de nuevo, rasgándole la ropa, hasta despojarlo de sus vestiduras. Los soldados se sortean la túnica.

MENSAJE PARA MÍ:
Cuántas veces yo mismo he maltratado a Jesús con mi comportamiento,, empujando o golpeando a mis hermanos, compañeros o amigos... Intentaré mejorar.

PARA REFLEXIONAR:
No fue fácil para Jesús, como hombre, aceptar su Pasión y Muerte, también sintió angustia y dolor. En la Oración del Huerto, cuando sudó sangre le pidió al Padre celestial que, de ser posible, lo salvara de esos tormentos, sin embargo, se sometió totalmente a Su voluntad.

MI ORACIÓN:
Jesús, te despojan de tus vestidos. Haz que yo me despoje de todo lo que es malo, para poder seguirte generosamente. Perdón, Señor, porque he pecado contra Ti.

UNDÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ.

Antes del mediodía, los soldados comienzan a clavar en la cruz a Jesús, traspasándole las manos y los pies. La gente, mientras tanto, está ansiosa por verlo morir.

MENSAJE PARA MÍ:
Yo no puedo hacer nada para defender a Jesús, pero sí puedo hacer mucho por mis hermanos, por mis compañeros y vecinos; en todos ellos cuando sufren vuelve a ser crucificado Jesús. Nunca tendré deseos de venganza; siempre amaré a los demás, pues así lo quiere Dios.
PARA REFLEXIONAR:
La Cruz para el cristiano significa salvación, amor de Dios, victoria sobre el pecado y sobre la muerte. En la Cruz de Cristo se cumplieron las promesas de Dios, que nos daría un Redentor, para la salvación de nuestras almas.
MI ORACIÓN:
Jesús, te clavan en la cruz por mí. ¿Cómo puedo quejarme de tus mandatos que son para mí la salvación? Jesús, quiero estar contigo en la cruz.
Gracias, Padre, por darnos a tan gran Redentor. Gracias Jesús por reconciliarnos con Dios.

DUODÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS MUERE EN LA CRUZ.
Una vez clavado en la cruz, Jesús es elevado, para agonizar penosamente y morir a eso de las tres de la tarde. Sus últimas palabras: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!”, hacen vibrar la tierra, mientras la gente se llena de miedo y las cortinas del templo se rasgan de arriba hacia abajo. ¡Ha muerto el Hijo de Dios!

MENSAJE PARA MÍ:
Jesús muere. Así cumple la voluntad del Padre eterno: darnos a todos la salvación y la vida eterna. La muerte de Jesús es el camino de la Resurrección, y es el camino que yo debo recorrer: muerte al pecado para resucitar un día en el Cielo.
PARA REFLEXIONAR:
Jesús muere por nosotros porque es el Buen Pastor que da la vida para salvar a sus ovejas “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.” (Juan 10,11). Jesús vence a la muerte resucitando glorioso, al tercer día, para nunca más morir.
MI ORACIÓN:
Jesús, has muerto en la cruz, y me enseñas el amor y el perdón. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN:
LA VIRGEN MARÍA RECIBE EL CUERPO DE SU HIJO.

Al atardecer, José de Arimatea y Nicodemo bajan el cuerpo de Jesús y lo entregan a la Virgen María, que sufre inconsolable.

MENSAJE PARA MÍ:
También la Virgen María sufre por mis faltas, pues cuando me porto mal vuelvo a renovar la muerte de su Hijo Jesús.
PARA REFLEXIONAR:
“Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.” (Juan 19, 26-27)
Jesús, en la persona del apóstol San Juan, nos dejó a María como Madre de todos los hombres.
MI ORACIÓN:
Jesús, una espada de dolor atravesó el corazón de tu Santísima Madre cuando fuiste puesto sin vida en sus brazos. Ayúdame a ser hijo leal de María, mi Madre.
Madre llena de dolores, haz Tú que cuando expiremos, entreguemos nuestras almas por tus manos al Señor.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN:
JESÚS ES SEPULTADO.

Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús hay un huerto con un sepulcro nuevo. Ahí colocan a Jesús. La Virgen María y los Discípulos esperan que finalmente resucite, para vencer a la muerte y al pecado, como El había dicho.

MENSAJE PARA MÍ:
Pienso en mi bautismo, que es una muerte al pecado. He sido sepultado con Cristo, para resucitar a una nueva vida con Él.

PARA REFLEXIONAR:
Participamos en la muerte y resurrección de Jesucristo, apartándonos del pecado y viviendo en gracia para poder un día resucitar con Él.
Para fomentar más mi fe de cristiano debo creer en la Resurrección y practicar la vida que Jesús nos puso como ejemplo en sus obras y palabras.

MI ORACIÓN:
Jesús, tus enemigos han triunfado al sellar tu tumba. Pero tu triunfo eterno comenzó la mañana de Pascua con tu Resurrección. Ayúdame, Jesús, a confiar en la Resurrección de mi alma.
Si morimos contigo, creemos que resucitaremos contigo. Tú eres nuestra salvación y nuestra gloria para siempre.
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Nov 26, 2013 5:45 pm

El Vía Matris.- Imagen

El Vía Matris es el camino que recorrió María de regreso, desde el Santo Sepulcro hasta su casa. Es un camino en el que se recuerda y revive el Vía Crucis, el Camino de la Cruz.

Como parte de las ceremonias religiosas de Semana Santa que se llevan a cabo en los templos e iglesias está el rezó de la Vía Matris, que significa el camino de María de regreso del sepulcro.

Este ejercicio piadoso se lleva a cabo en la Semana Santa y la manera de rezarlo es contrario al Vía Crucis, se empieza de la última estación del propio Vía Crucis a la primera y su objetivo es acompañar a la Madre Dolorosa de vuelta a su hogar.

DOLOR.-Cabe destacar que no se reflexiona como en el Vía Crucis, sino que son las expresiones u oraciones que van dirigidas al dolor de María, ya que con esta ceremonia se trata de estar cerca de María, por el dolor tan grande que Ella siente al regresar del sepulcro y esperar la gloriosa Resurrección del Señor.

Cuando el Vía Matris llega a la primera estación entonces ya se hace referencia a la Resurrección y se menciona que María fue la única persona que nunca dudó de que Cristo resucitara. Con esta ceremonia se enlaza de la Semana Santa hasta la Vigilia Pascual.

MADRE DEL REDENTOR.- La razón por la cual María es bendecida de esta forma extraordinaria por el Señor, es por la misión que a Ella se le iba a entregar: la de ser la Madre del Redentor.

Por eso cada uno de nosotros es bendecido por Dios, es porque también tenemos una misión muy especial que hay que cumplir, en el mundo, con la propia familia y con la sociedad en la que vivimos.

MISIÓN.- En María se produce la preservación por parte de Dios.

María no es tocada por el pecado; en cambio los cristianos tenemos que caminar y luchar para corregir esa marca del pecado. Sin embargo, de la misma manera en que María tiene una gracia muy especial por parte del Señor, no hay que olvidar que también nosotros la tenemos, porque tenemos la gracia de Dios para poder llevar a cabo nuestra misión.

PLAN DE VIDA.- Cuando Dios manifiesta su plan en nuestra vida, también puede sentir preocupación, inquietud, incluso miedo. “No temas María”, le diría el ángel.

Así como en el plan salvífico de Dios (cfr. Lc 2,34-35) están asociados Cristo Crucificado y la Virgen Dolorosa, también los están en la Liturgia y en la piedad popular.

Como Cristo es el "Varón de dolores" (Is 53,3), por medio del Cual se ha complacido Dios en "reconciliar Consigo todos los seres: los del Cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la Sangre de su Cruz" , Col 1,20, así María es la "Mujer del dolor", que Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y partícipe de su Pasión.

Desde los días de la infancia de Cristo, toda la vida de la Santísima Virgen, participando del rechazo de que era objeto su Hijo, transcurrió bajo el signo de la espada , Lc 2,35. Sin embargo, la piedad del pueblo cristiano ha señalado 7 episodios principales en la vida dolorosa de la Nuestra Madre Santísima y los ha considerado como los "Siete Dolores" de Santa María Virgen.

Según el modelo del Vía Crucis, ha nacido el ejercicio de piedad del Vía Matris Dolorosae o solamente Vía Matris.
Desde el Siglo XVI hay ya formas incipientes del Vía Matris, pero en su forma actual no es anterior al Siglo XIX. La intuición fundamental es considerar toda la vida de la Virgen, desde el anuncio profético de Simeón Lc 2,34-35, hasta la muerte y sepultura del Hijo, como un Camino de fe y de dolor: camino articulado en "siete estaciones", que corresponden a los "Siete Dolores" de la Madre del Señor.

Como los dolores de la Virgen tienen su causa en el rechazo que Cristo ha sufrido por parte de los hombres, el Vía Matris remite constante y necesariamente al misterio de Cristo, Siervo sufriente del Señor, Is 52,13-53,12, rechazado por su propio pueblo , Jn 1,11; Lc 2,1-7; 2,34-35; 4,28-29; Mt 26,47-56; Hech 12,1-5. Y remite también al misterio de la Iglesia: las estaciones del Vía Matris son etapas del Camino de fe y dolor en el que la Virgen ha precedido a la Iglesia y que esta deberá recorrer hasta el final de los tiempos.

Se rezan las oraciones y se recuerda en cada una de ellas a la Virgen Dolorosa, acompañandola en su gran dolor.

El Vía Matris, fue aprobado por la Sede Apostólica.

Fuente: Biblia de Jerusalén. Maria Mediadora. Viviendo la Cuaresma y Semana Santa. http://pulsoslp.com.mx/2013/03/30/via-matris/
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mié Nov 27, 2013 4:55 pm

Viernes de Dolores

Esta antigua celebración mariana tuvo mucho arraigo en toda Europa y América, y aún hoy muchas de las devociones de la Santísima Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día festivo o principal durante el Viernes de Dolores, que conmemora los sufrimientos de la Madre de Cristo durante la Semana Santa.

El Concilio Vaticano II consideró,
dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas "duplicadas", esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el 15 de septiembre.

A pesar de ello, la Santa Sede contempla que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias.

Imagen .-Querétaro.-Imagen

En la Republica Mexicana en varios estados, se lleva a cabo esta tradición de acompañamiento de Nuestra Señora de los Dolores, el Viernes Santo, con la Procesión del Silencio.

Desde hace aproximadamente treinta y cuatro años, en Santiago de Querétaro se lleva a cabo esta Procesión, la cual tiene lugar el Viernes Santo por la tarde en las principales calles del Centro Histórico de la Ciudad, donde diferentes grupos de Hermandades y Cofradías realizan un recorrido manifestando su gran dolor por la muerte de Jesucristo. Ese mismo día por la mañana, se celebra el Vía Crucis Viviente, que representa las Tres Caídas y la Crucifixión de Jesús. Hay algunos municipios de Querétaro que hacen de esta celebración todo un ritual; en el municipio de El Marqués, la gente se prepara desde meses atrás, también en San Joaquín, Tolimán, Corregidora, Amealco, Peñamiller y Jalpan de Serra.

En estos días, algunos de los Templos de Querétaro complementan sus actividades con los Conciertos de Música Sacra, los cuales se realizan con la participación de algunos coros del Conservatorio del Estado; el Templo de San Antonio y el de La Congregación, se destacan por tener conciertos realmente espectaculares.

En Colón, Querétaro
se venera a la Virgen de los Dolores de Soriano, donde llegan hasta 100.000 personas ese día a la Basílica de Virgen de los Dolores de Soriano.

En Santiago de Querétaro, Querétaro
se celebra el Viernes de Dolores con una peregrinación de los fieles desde la Parroquia Del Misterio De Pentecostés hasta la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, ubicada en la colonia Villas Del Sol en el municipio de Querétaro, al llegar los fieles a la capilla se celebra la Eucaristía y al final la veneración de la cauda de la Virgen que los peregrinos pasan por debajo de ella.

En San Luis Potosí,
se celebra en el Viernes de Dolores, la llamada Procesión del Silencio, donde distintas cofradías de penitentes, desfilan encapuchados por calles aledañas al centro histórico, recorriendo las Iglesias principales como la Catedral y la Plazoleta del Carmen, esta marcha silenciosa y majestuosa, es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
-.San Luis Potosí.-Imagen

En San Miguel de Allende, Guanajuato se celebra el Viernes de Dolores levantando altares a la Virgen de Los Dolores, en las ventanas y patios de las casas. Los fieles reciben a los visitantes regalándoles agua frescas, paletas de hielo, nieve que representan las lágrimas de la Virgen María y la tradicional conserva de chilacayote.

En Jiménez, Chihuahua,
se celebra el Viernes de Dolores el viernes que antecede a la Semana Mayor, en la comunidad de la Hacienda de los Dolores, donde se realizan mañanitas a la Virgen y una peregrinación del Santo Cristo de Burgos a la capilla de Nuestra Señora de los Dolores en un recorrido que comprende 7 km.

En Taxco, Guerrero, también se realiza esta procesión muy similar a San Luis Potosí.

Así también en Oaxaca, se lleva a cabo esta tradición de acompañamiento a Nuestra Señora de la Soledad.

La tradición de la Procesión del Silencio Imagen se lleva a cabo el Viernes Santo por la tarde - noche, inicia la procesión saliendo del templo, encabezando el sacerdote, acólitos y monaguillos, con la cruz procesional, los ciriales, le sigue una persona con tambor, que va marcando solemnemente y se escucha con tristeza, acompañando a la Virgen de los Dolores, vestida de luto, la llevan en andas, cargada por 8 mujeres que van vestidas de negro, en señal de respeto, así como la mayoría de los feligreses, que van detrás de la imagen. Se camina despacio, en silencio con velas encendidas, recorriendo las calles de la colonia, en algunas de ellas hay paradas y entonan alguna saeta. Los balcones adornados con mantones, mantillas, capotes o simplemente con papel blanco y morado en señal de luto. Después de recorrer varias calles se llega a la iglesia donde se reza y acompaña a la Santísima Virgen María, en su dolor.

Ese mismo día en algunas casas y recintos de la ciudad, se puede apreciar un singular Altar dedicado a la Virgen de Dolores y se distingue por tener un sinnúmero de vasijas de las que sobresalen plantas de trigo de color amarillo, haciendo un bello contraste con el color morado de la escalinata en la cual se coloca el Altar.

Se dice que todo principio tiene su fin, lo mismo sucede en estas festividades: el luto desaparece ante la Resurrección del Señor, y con gran alegría y gozo se lleva a cabo la Quema de Judas. La fabricación de estas figuras se realiza durante la Cuaresma, donde los artesanos queretanos se dedican a producir personajes malignos que representan los siete pecados capitales. Cientos de familias compran su Judas, lo llevan a su casa para después ver cómo se consume ante el fuego en cuestión de minutos; esta tradición se lleva a cabo el Sábado Santo por la noche, festejando la Gloria de Jesucristo. Esta tradición se casi se ha terminado.

Fuente: Ferias festividades y tradiciones. Wikipedia
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Mié Nov 27, 2013 7:46 pm

VÍA CRUCIS:
ESTACIONES DE LA CRUZ

"Vía Crucis" latín de "Camino de la Cruz" . También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa". Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.

Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones son grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor comprensión del amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes, Francia.

Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración. Los santuarios, casas de retiros y otros lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano. En los monasterios generalmente se encuentran en el claustro.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la otra.

Historia
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI) fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo cuarto).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y San Jerónimo, Padre de la Iglesia, escribió sobre la multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos.

Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la "Vía Sacra", como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares mas preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato.

Ferraris menciona las siguientes Estaciones con indulgencias:
-El lugar donde Jesús se encuentra con su Madre.
-Donde Jesús habló con las mujeres de Jerusalén.
-Donde se encontró con Simón Cirineo
-Donde los soldados se sortean Sus vestiduras.
-Donde fue crucificado
-La casa de Pilato
-El Santo Sepulcro

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares mas asequibles e ir a ellos en peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los mas importantes santuarios de Jerusalén.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Alvarez (m.1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones. Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero solo cinco de ellas corresponden a que se usan hoy día, mientras que siete solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro "Jerusalén sicut Christi tempore floruit" escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes mas comunes. Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).

En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es mas apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo mas bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada. Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aun mas permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió la misma indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo de las Estaciones, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en prisión u otros impedidos de hacer las Estaciones en la iglesia. La condición es que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria un número determinado de veces. Estos crucifijos especiales no pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son propias para personas en situaciones especiales. En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la Santa Cede para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.

corazones.org/oraciones/oraciones_jesus/via_crucis...
MA SOCORRO A REYES L
 
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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Mié Nov 27, 2013 7:46 pm

VÍA CRUCIS:
ESTACIONES DE LA CRUZ

"Vía Crucis" latín de "Camino de la Cruz" . También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa". Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.

Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones son grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor comprensión del amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes, Francia.

Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración. Los santuarios, casas de retiros y otros lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano. En los monasterios generalmente se encuentran en el claustro.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la otra.

Historia
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI) fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo cuarto).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y San Jerónimo, Padre de la Iglesia, escribió sobre la multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos.

Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la "Vía Sacra", como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares mas preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato.

Ferraris menciona las siguientes Estaciones con indulgencias:
-El lugar donde Jesús se encuentra con su Madre.
-Donde Jesús habló con las mujeres de Jerusalén.
-Donde se encontró con Simón Cirineo
-Donde los soldados se sortean Sus vestiduras.
-Donde fue crucificado
-La casa de Pilato
-El Santo Sepulcro

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares mas asequibles e ir a ellos en peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los mas importantes santuarios de Jerusalén.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Alvarez (m.1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones. Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero solo cinco de ellas corresponden a que se usan hoy día, mientras que siete solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro "Jerusalén sicut Christi tempore floruit" escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes mas comunes. Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).

En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es mas apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo mas bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada. Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aun mas permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió la misma indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo de las Estaciones, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en prisión u otros impedidos de hacer las Estaciones en la iglesia. La condición es que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria un número determinado de veces. Estos crucifijos especiales no pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son propias para personas en situaciones especiales. En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la Santa Cede para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.

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Re: Taller tema 13: Viernes Santo

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Mié Nov 27, 2013 7:52 pm

VÍA CRUCIS:
ESTACIONES DE LA CRUZ

"Vía Crucis" latín de "Camino de la Cruz" . También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa". Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.

Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones son grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor comprensión del amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes, Francia.

Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración. Los santuarios, casas de retiros y otros lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano. En los monasterios generalmente se encuentran en el claustro.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la otra.

Historia
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI) fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo cuarto).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y San Jerónimo, Padre de la Iglesia, escribió sobre la multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos.

Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la "Vía Sacra", como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares mas preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato.

Ferraris menciona las siguientes Estaciones con indulgencias:
-El lugar donde Jesús se encuentra con su Madre.
-Donde Jesús habló con las mujeres de Jerusalén.
-Donde se encontró con Simón Cirineo
-Donde los soldados se sortean Sus vestiduras.
-Donde fue crucificado
-La casa de Pilato
-El Santo Sepulcro

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares mas asequibles e ir a ellos en peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los mas importantes santuarios de Jerusalén.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El Beato Alvarez (m.1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones. Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero solo cinco de ellas corresponden a que se usan hoy día, mientras que siete solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro "Jerusalén sicut Christi tempore floruit" escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que Vía Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes mas comunes. Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).

En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que aunque no había obligación, es mas apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La procesión debe seguir a Cristo mas bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada. Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aun mas permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió la misma indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo de las Estaciones, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en prisión u otros impedidos de hacer las Estaciones en la iglesia. La condición es que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria un número determinado de veces. Estos crucifijos especiales no pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son propias para personas en situaciones especiales. En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la Santa Cede para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.

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