Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

En este curso, haremos un recorrido turístico-religioso por los Santos Lugares, conoceremos y comprenderemos cómo conviven las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa: Cristianismo Judaísmo e Islam, sus costumbres y tradiciones, visitaremos los lugares de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.

Conjuntamente al curso de turismo religioso, que se enviará cada semana por correo y se desarrollará en el foro como hacemos habitualmente, cada domingo nos uniremos a la plataforma de http://www.evangelizaciondigital.org/encuentros-on-line/tierra-santa/ Evangelización Online para peregrinar por los lugares que vayamos visitando y conocer la Tierra Santa, de primera mano, con guías conocedores de los lugares santos, y además con materiales de estudio y de formación.

Fecha de inicio
2 de septiembre de 2013

Fecha final:
22 diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor ayga127 » Dom Dic 01, 2013 6:29 pm

Otro Emaús: al norte de Jerusalén
Otro lugar que podría corresponder al Emaús evangélico es la pequeña población de El Qubeibeh, establecida sobre una antigua fortificación romana llamada Castellum Emmaus, que se encuentra a una distancia exacta de sesenta estadios al norte de Jerusalén. En 1355, los franciscanos que llegaron allí descubrieron algunas tradiciones locales que daban pie a identificarla con la patria de Cleofás. Las primeras excavaciones, realizadas a fines del siglo XVIII, sacaron a la luz los restos de una basílica cruzada que había incorporado otro edificio precedente, y también revelaron las huellas de una aldea medieval. En 1902, se construyó una iglesia de estilo neorrománico integrando los vestigios de la anterior, que es la que persiste hasta hoy.

En la Pascua de 2008, Benedicto XVI se refirió al hecho de que no haya sido identificada con certeza la Emaús que aparece en el Evangelio: “hay diversas hipótesis, y esto es sugestivo, porque nos permite pensar que Emaús representa en realidad todos los lugares: el camino que lleva a Emaús es el camino de todo cristiano, más aún, de todo hombre. En nuestros caminos Jesús resucitado se hace compañero de viaje para reavivar en nuestro corazón el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna” (Benedicto XVI, Ángelus, 6-IV-2008).


Fuente:www.esjosemariescria.info
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom Dic 01, 2013 7:30 pm

PENTECOSTÉS

En el quincuagésimo día después de Pascua, los Apóstoles se encontraban "todos juntos" en el Cenáculo Hch 2,1; para celebrar la fiesta judía de Pentecostés, en la que se recordaba el don que recibió Moisés en el Monte Sinaí, la Torá, la Ley de Dios. Ninguno de ellos podía imaginar que, precisamente ese día, el Señor habría llevado a buen término la promesa hecha tantas veces por el mismo Jesús a cerca del Paráclito es decir, el Espíritu Santo, Jn 14, 16

A la luz de lo que acabamos de mencionar, lo que atrae nuestra atención, además de las señales milagrosas que se produjeron en esa ocasión, es el hecho de que «judíos piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo» los escuchaban hablar en su propio idioma «de las maravillas de Dios» Hch 2,5.11
................Imagen
El Espíritu Santo es esencialmente un nuevo don, una nueva Ley que Dios hizo antes que nada a quienes habían perseverado hasta el final: un don de gracia que ya no está destinado sólo a un grupo étnico, sino que, como el aire, debe necesariamente ser comunicado a todas las criaturas que están en el mundo, porque “si les quitas el aliento mueren” Sal 103,29

Se hace más claro, después de este quincuagésimo día, el significado urgente de esta invitación que el Señor nunca ha dejado de dirigir a cada uno de nosotros: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió a mí, yo también os envío» Jn 20,21

Pero, más importante aún, entendemos cómo, para la realización de este mandato, es necesario “recibir el Espíritu Santo” Jn 20,22, que utilizando otra comparación, como el agua, aun siendo la misma, hace fértil la vida de los discípulos de Jesús, potenciando la especificidad, a través de una «manifestación particular del Espiritu Santo para el bien común».

El adjetivo “particular” nos regresa de nuevo al inicio de la presente reflexión: ¿que significa, para nosotros hoy, “hablar en los diferentes idiomas” y en que consiste la nueva Ley que Dios ha consignado a la Iglesia naciente?
Es todavía la lirugia, grande canal educativo, tesoro de gracias en las manos de la misma Iglesia, a aclarar estas interrogantes.

La nueva Ley que en este domingo (Pentecostes), se nos consigna es la vida misma de Dios, que es Amor: un amor que no tiene limites, ni siquiera la muerte, después de que esta ha sido vencida por el Crusifijo: «les mostró sus manos y su costado» Jn 20,20, es un don que nos lleva directamente al corazón de Dios y que, solo, nos puede dar la fuerza necesaria con el fin de que “nuestro corazón se encienda con la llama de su amor” Aclamación al Evangelio.

Somos por lo tanto llamados a desear y a acoger los dones del Espíritu Santo, para que nuestra vida primero que nuestras palabras, sea una testimonianza comprensible, y por lo tanto credible, a los ojos de todos nuestros hermanos que todavía no han experimentado la alegria de ser cristianos, para que en la renovación de la Pentecostés también ellos «Con gran admiración y estupor» puedan llegar a decir: «¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua?» Hch 2,7.11

DE: CONGREGATIO PRO CLERECIS
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor BlancaElena » Dom Dic 01, 2013 10:53 pm

SAN LUCAS 24, 49 -51

49 Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto».

50 Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo.

51 Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo



BETANIA (MONTE DE LOS OLIVOS).

Imagen

De acuerdo con la tradición evangélica, Betania quedaba al este del monte de los Olivos. En cierto modo cabe localizarla un poco mejor mediante su asentamiento en el camino de ida de Jerusalén a Jericó y mediante la “tumba de Lázaro.” Desde aproximadamente el 300 d.C. esa tumba se señala en el mismo sitio; antes del 380 fue ligada a una iglesia. La tumba actual muestra una cámara rupestre con tumbas de banco; es decir, el tipo de sepulcro corriente en tiempo de Jesús. Su autenticidad no puede afirmarse de modo rotundo, pero la localización descansa seguramente en el conocimiento de la ubicación de la antigua Betania, que ha de buscarse en las proximidades de dicha tumba.

La tumba se encuentra en una suave pendiente del ras Essiyah, un monte que precede al monte de los Olivos. Probablemente a todo el macizo se le conocía como “monte de los Olivos.” En cualquier caso, aquí estaba el acceso al monte de los Olivos llegando desde el semidesierto.

La aldea actual se llama el-Azariye (Lugar de Lázaro). Pero su posición — en las inmediaciones de la tumba de Lázaro — difícilmente puede identificarse con la ubicación de la Betania antigua. Si se toma al pie de la letra el dato de Jn 11:18 (según el cual Betania estaba a 15 estadios, es decir, unos 3 km, de Jerusalén), el lugar antiguo habría quedado a un km más al este de la tumba, ya que la tumba en el-Azariye dista aproximadamente 2 km de Jerusalén. Restos del asentamiento — entre los que se cuentan algunas cisternas — confirman dicha ubicación. El uso coetáneo de enterrar a los difuntos fuera de los lugares de vivienda confirmaría así mismo la distancia entre la tumba y la ubicación del lugar antiguo.

En esa zona, 1 km al este de la tumba de Lázaro, habría que ubicar por lo mismo las casas de Marta y María y de Simón el Leproso (cf. Mt 26:6; Mc 14:3). Los diferentes lugares, antiguos y nuevos, donde se venera el recuerdo de la “casa de Marta,” de la “casa de María,” de la “casa de Simón el Leproso,” etc., resultan localizaciones imposibles y caprichosas, aunque las apoye la mejor tradición con gran abundancia de testimonios escritos.

El nombre de “Betania” significa “casa (o lugar) de Ananyá,” en el territorio de la tribu de Benjamín (Neh 11:32), como ha demostrado W.F. Albright, cuya opinión se ha impuesto. Con ello quedan eliminadas todas las explicaciones anteriores (”casa de la miseria,” “casa de Anas,” etc.). Pero sigue sin explicar tanto el motivo como el momento en que el antiguo topónimo de Ananyá fue ampliado con el prefijo bet (casa).

En cierto modo Betania puede considerarse como un lugar rico, o al menos como un lugar con habitantes ricos, cuyos campos se extendían penetrando en el semidesierto.


http://www.caminando-con-jesus.org/DICC ... tm#BETANIA
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor tralalá » Lun Dic 02, 2013 5:17 pm

Juan 20:
1) El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. 2) Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»

A veces parece que nos seguimos lamentando amargamente por la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo mucho más que alegrarnos por su victoriosa Resurrección. También continuamos preguntándonos adónde está. No busquemos entre los muertos al que está vivo. Procuremos abrir de par en par nuestros corazones para que pueda estar, en cada uno de nosotros, Resucitado. Cierto que así puede atravesar puertas cerradas, como las del Cenáculo cuando los discípulos se habían encerrado por miedo a los judios (me da qué pensar esta frase porque ellos también lo eran) pero, le agrada ser invitado con confianza, que le digamos: está bastante desordenado y un poco sucio pero, deseo tanto que vengas, sola aunque me esfuerce nunca tendré mi casa digna de que entres. Sólo Vos mismo, desde dentro, podrás convertirme.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
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Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Dic 02, 2013 6:07 pm

La Fiesta de Pentecostés

Es una de las fiestas del Señor, en las que convocan Asambleas Santas es la Fiesta de las Semanas o de Pentecostés.

Contaran 50 días hasta el día siguiente del séptimo sábado y ofrecerán al Señor ofrenda de granos nuevos.

También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año. Éxodo 34:22

Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas. Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido Deuteronomio 16:9-10


“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar”
Todavía no aparece mencionado el Espíritu y ya se habla del día de Pentecostés de lo que se desprende que Pentecostés antes de ser una fiesta cristiana era, y es hasta el día de hoy, una fiesta judía. Una de las tres fiestas anuales de peregrinación a Jerusalén que se celebraban en Israel, Éxodo 23,16. El Espíritu Santo, para decirlo de una forma gráfica, se aprovechó de la fiesta de Pentecostés, que estaban celebrando los judíos en Jerusalén, para manifestarse.

Fiesta de la cosecha.-
Imagen
Originalmente, se trataba de una fiesta agrícola de ofrenda de las primicias de las cosechas a Yahvéh. Levítico 23,15-16 dice: “A partir del día siguiente al sábado, esto es, del día en que hayan ofrecido las espigas con el rito del balanceo, contarán siete semanas completas. Contarán cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado, y entonces ofrecerán a Yahvéh una ofrenda de granos nuevos”. De ahí el nombre hebreo de fiesta de las “semanas” = shabuot, y el nombre griego de “Pentecostés” que significa “cincuenta”

Despues Pentecostés pasó a conmemorar la alianza de Dios con el pueblo en el Sinaí y, específicamente, la entrega por parte de Dios de la Torá o Ley al pueblo de Israel a través de Moisés.

Shabuot se celebra 50 días después de Pésaj = Pascua y constituye la culminación del proceso de salvación: en la Pascua el pueblo fue liberado de la esclavitud de Egipto y en Shabuot toma conciencia del “para qué” fue liberado: para hacer la voluntad de Dios expresada en su Ley. La Torá se convierte en el gran regalo, la gran primicia de Dios para la vida humana porque en el cumplimiento de esa Ley el ser humano encontrará la felicidad. No es sólo de una “libertad de” sino de una “libertad para”

Shabuot ó Shavuot.-
Imagen

Es cierto que el cristianismo no es judaísmo y que no es necesario ser judío para ser cristiano; el cristianismo surgió históricamente del judaísmo y por eso conocer nuestras raíces nos permite una mejor comprensión de nuestra comunidad de fe.

Nosotros celebramos “nuestro Pentecostés” también 50 días después de la Pascua de Jesús.
Que el Espíritu Santo.- Imagen -. descendió sobre los Apóstoles durante la fiesta judía de Pentecostés significa que los cristianos tenemos otra ley: la ley del Espíritu, ley que supera a la Torá, y se trata de vivir permanentemente en sintonía con el Espíritu de Dios.

En el Nuevo Testamento, el Espíritu se manifiesta como el que produce la unidad en el amor, según el antiguo saludo litúrgico de la Iglesia que se conserva en 2Co 13,13 y que se repite al inicio de cada Celebración Eucaristica: “¡La gracia de Jesucristo, el Señor, el amor de Dios, Padre, y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos ustedes!” El Espíritu Santo es en primer lugar el nosotros del Padre y del Hijo en persona, la comunión del uno y del otro. Es el vínculo de unidad en la Trinidad, y también en la historia de la salvación realizando la unidad de los creyentes y, en última instancia, de todo el género humano.

Este Espíritu es el que conduce la Iglesia y que produce su unidad. Hay que recordar que unidad no es sinónimo de uniformidad. Los creyentes no somos ni debemos ser producidos en serie. La unidad es la armonía en la diversidad legítima, tal como las cuerdas de un arpa o de una guitarra que, siendo distintas, pueden producir hermosas melodías.

Debemos recordar que la Iglesia, que somos todos nosotros, debe abrirse constantemente a la acción del Espíritu tanto dentro como fuera de ella, pues la Iglesia no es la administradora del Espíritu, sino la servidora del Espíritu; y como el Espíritu sopla donde quiere, Juan 3,8, la Iglesia debe esforzarse para entender por dónde está actuando para ir allí y servirlo.

La iglesia somos todos los bautizados, y ese día de Pentecostés, nace la Iglesia Católica.


Fuentes: Formación bíblica. Curso de Biblia. Biblia de Jerusalén
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor catolica9soy » Lun Dic 02, 2013 9:43 pm

(UP) Informa desde Jerusalén
¿Quién pensaban que era (UP)? ¿United Press? Pues no, es Uri Pi.
Ahora que acabo de revelar mi seudónimo que encubrió años de periodismo, daré reseñas históricas y comentarios sobre la situación en Medio Oriente (2000-2008) para esclarecer, complementar y a veces contradecir los informes de mis colegas. Incluyo además una serie de notas sobre algunos de mis hobbies (guía de turismo en Jerusalén y numismática).

martes, 15 de mayo de 2007
Informe número 31 - El Cenáculo (sala de La Última Cena de Jesucristo)

Sigo con el turismo temático... esta vez sobre el Cenáculo.

La historia del Cenáculo

La palabra latina "Coenaculum" indica el lugar donde se cena. La tradición Cristiana sobre el Cenáculo se remonta a finales del siglo III. El edificio es una pequeña estructura de dos pisos dentro de un complejo de edificios en la cima del Monte Sión, al extremo sudoeste de la Ciudad Vieja de Jerusalén. El actual edificio es lo último que resta de la bizantina Madre Iglesia de la Sagrada Sión tras ser destruida por los persas el año 614.

La existencia de esa iglesia esta testimoniada en el Mapa de Madabaen, mosaico del siglo VI hallado en Jordania. El Monasterio cruzado e Iglesia de Santa María fue construido en el siglo XII, sobre los cimientos de esa iglesia anterior, pero posteriormente también él resultó destruido en 1219 (probablemente en la demolición de las murallas y parapetos que rodeaban la ciudad, ordenada por el sultán ayubita Al-Muazzam).

La actual sala del Cenáculo en el piso superor fue construida por los franciscanos, para conmemorar el lugar de la Ultima Cena. La presencia franciscana en Tierra Santa, que con diversas vicisitudes se ha mantenido siempre, adquirió estabilidad y carácter oficial de parte de la Iglesia en 1342, año en que el papa Clemente VI promulgó las Bulas en las que encomendó a la Orden Franciscana la «Custodia de Tierra Santa». Desde el año 1333 los franciscanos ya estaban establecidos en el Cenáculo, junto al que habían fundado un convento, y oficiaban en la basílica del Santo Sepulcro. Todo ello había sido posible gracias a la generosa ayuda de los reyes de Nápoles, que habían comprado a los musulmanes el terreno del Cenáculo sobre el Monte Sión.

El Cenáculo es expresión de la arquitectura Gótica cristiana (1100 - 1500) en Jerusalén, que por razones históricas, políticas y también financieras, nunca llegó a desarrollar los elevados estilos arquitectónicos que se puden apreciar en las catedrales e iglesias góticas de la Europa Occidental.

Las aristas de la cúpula del cielo raso de la sala del Cenáculo son típicas del gótico lusiñano o chipriota. La sala comunicaba con la iglesia Cruzada a través de arcos ahora cerrados, salvo uno que hoy en día sirve de acceso a la sala. En el recinto también hay una antigua capilla dedicada al recuerdo del Lavatorio de los pies.

En el año 1523, tras la conquista de Tierra Santa por los otomanos, el Cenáculo fue convertido en mezquita. En ese entonces fue agregado el esculpido mihrab, nicho que marca en las mezquitas el sitio adonde han de mirar los fieles al orar - hacia La Meca - y que también alberga el Corán. Al costado se aprecia la inscripción en árabe de Suliman el Magnífico que relata la transformación del lugar en mezquita.


En el año 1551 los franciscanos fueron obligados a abandonar definitivamente también el convento. Si bien actualmente la Custodia tiene su sede oficial en el convento de San Salvador en la misma Jerusalén, continúa designándose con el título de entonces: «Guardián del Monte Sión».

El culto cristiano en el Cenáculo fue abandonado con una sola excepción en el año 1964, cuando el papa Paulo VI, en su peregrinación a Tierra Santa, celebró una Misa privada que constituyó la primera Eucaristía celebrada en el lugar en casi cinco siglos. La visita de cristianos al lugar es significativa en especial dos veces al año, el Jueves Santo y en Pentecostés.


La escultura de bronce en forma de olivo (ubicada sobre un escenario en el centro de la sala) fue colocado por la asociación católica que ha finalizado la reciente restauración del lugar.


La habitación del piso inferior, debajo del Cenáculo, contiene un cenotafio (tumba vacía, ó monumento funerario erigido como edificación simbólica) que desde el siglo XII es conocido como "la tumba del rey David", si bien el lugar que se menciona como la sepultura del rey estaba en la "Ciudad de David", en la ladera de Ofel (I Reyes 2:10).

Debajo del nivel del piso actual del Cenáculo hay cimientos cruzados, bizantinos y romanos más tempranos. Antes de la construcción del Templo de Salomón, el Arca de la Ley con los Mandamientos estuvo depositada aquí en el sótano. El mismo lugar fue residencia del profeta Malaquías, donde escribió su Libro sobre el Santísimo Sacramento.

La tradición Cristiana sobre el Cenáculo

Según la tradición Cristiana la casa del Cenáculo pertenecía a la familia del evangelista San Marcos. En esta morada el Jesucristo oraba y hacia milagros, los discípulos también se quedaban con frecuencia para pasar la noche. Aquí sucedieron varios hechos sobresalientes: la celebración de la Ultima Cena el Jueves Santo; la aparición del Espíritu Santo en la fiesta del Pentecostés (equivalente a la fiesta judía de las semanas, llamada Shavuot); Jesucristo resucitado se aparece a los apóstoles; Pedro liberado de prisión por un ángel, se encuentra con los discípulos que oraban por él.

La Ultima Cena fue celebrado con los apóstoles en la víspera de la fiesta de la Pascua (Pésaj), el Jueves Santo del año 33, el día anterior al que fuera crucificado. Los comensales de dividieron en tres zonas: Jesucristo con los doce apóstoles en la sala principal, doce discípulos en una sala lateral, María y las demás mujeres en otra habitación.

En el Cenáculo se encuentra una piedra que indica el lugar donde Jesucristo se sentó. Aquí Jesucristo y sus discípulos comieron el cordero pascual.

Al comienzo de la Cena, Jesucristo instruyó a los apóstoles sobre la penitencia y el arrepentimiento. Todos reconocieron sus pecados, excepto Judas. Seguidamente Jesucristo les lavó los pies a cada uno de ellos. Luego Jesucristo tomó pan, lo bendijo, lo dividió, y luego se lo dió a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo". El pan entró en la boca de ellos como una sustancia brillante, sólo Judas permaneció en tinieblas. Finalizada la cena se guardó lo que había quedado del pan consagrado, con el que los apóstoles comulgaron después de la Resurrección. Al final de la Cena tomó el cáliz lleno de vino, lo bendijo y se lo dió a sus discípulos, diciendo: "Esta es mi Sangre".

Jesucristo terminó la Cena cerca de las nueve de la noche, y después de despedirse de su Madre y de las demás mujeres se dirigió, con sus discípulos cantando salmos, a Getsemaní, en la ladera del Monte de los Olivos, en donde más tarde será capturado por los soldados romanos...

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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Silviamaria » Mié Dic 04, 2013 2:10 pm

Desarrollo una pequeña reflexión acerca de Juan 20, 19-31.-

Dichosos si nos encontramos en el grupo de los que creen sin ver. No tenemos que mirar muy lejos porque a Dios lo encontramos dentro de nosotros mismos lo que sucede es que muchas veces no lo escuchamos por lo distraídos que vivimos preocupados por las cosas del mundo. No tenemos tiempo para las cosas de Dios, siempre buscamos excusas. Siempre lo dejamos para después porque no alcanzamos a comprender que nuestro tiempo no es el tiempo de Dios. Cuidado cuando reaccionemos sea muy tarde, cuando ya no podamos caminar, hablar o ver por nosotros mismos sino que dependamos de otros y si queremos hacer algo no valdrá nuestra voluntad sino la de los demás.
Debemos proponernos cambiar desde ahora y hacer la voluntad de Dios porque Él es el único que sabe que es lo que nos conviene pero como disponemos de libertad somos nosotros los que decidimos seguirlo o ignorarlo. Además llevemos el mensaje a los demás con nuestro ejemplo, testimonio y quehacer.
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor catolica9soy » Mié Dic 04, 2013 2:39 pm

Hola a todos:Cuántas veces el Señor nos habla y está a nuestro lado, como aquel día en Emaús, cuando hablaba con ellos y no lo vieron. Estaban tan decepcionados y tristes que prefirieron irse lejos.
El Señor Jesús está a nuestro lado, no dejemos que el velo de nuestros problemas nos impida verlo y sentirlo muy cerca nuestro:


"Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a un pueblo llamado Emaús, que estaba a ciento sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos". (Lc 24,13-35). Conocemos muy bien este pasaje del Evangelio tan bonito. Actualmente, se discute mucho sobre cual es el auténtico lugar de Emaus, pues aquel pueblecito -en aquel entonces pequeño- hoy no existe. Hay tres sitios que se barajan. Por muchos datos parece que el más fidedigno es Latroun. Contaré la siguiente anécdota que le sucedió a la única santa de Palestina beatificada hasta ahora. El Señor le concedió abundantes gracias extraordinarias, una de las cuales es la que narro a continuación. María de Jesús crucificado –ese era su nombre de religiosa- iba desde Belén hacia Nazaret en una carroza. Pararon para repostar los caballos y la monjita salió corriendo en dirección a un bosque que había a la derecha. Las demás monjas la siguieron corriendo alarmadas y, cuando llegaron a un lugar algo elevado, con sorpresa se la encontraron en un promontorio con las manos abiertas, y diciéndoles con mucha alegría:
-Este es el lugar donde el Señor partió el pan con los discípulos de Emaus.
En ese año 1878 las religiosas compraron el terreno. A los dos años se hicieron excavaciones arqueológicas y se encontraron dos iglesias bizantinas muy antiguas y una iglesia Cruzada que, con el paso del tiempo, habían quedado ocultas.
El lugar de Emaús está situado en el terreno fértil del valle de Sefelá, en el cruce de las vías de comunicación que unen el norte y el sur del país con el acceso a Jerusalén. En la antiguedad fue calificado como "lugar de aguas deliciosas y de estancia agradable". El nombre de Emaús proviene de la palabra hebrea Jamot, que se traduce por "fuente o aguas calientes". En el siglo III d.C. la ciudad cambia de nombre llamándose Nicópolis, que en griego significa "ciudad de la victoria". La rica historia de Emaús está marcada por el paso de numerosos conquistadores y personajes ilustres. En la Biblia el libro de Josué explica como el sol y la luna se pararon sobre el valle vecino de Ayalón mientras Israel luchaba contra sus enemigos. En el año 165 a.C. Judas Macabeo obtiene aquí una victoria importante contra las tropas griegas de Nicanor, abriendo el camino hacia Jerusalén y permitiendo a los judíos la purificación del Templo y la restauración del culto divino, hecho que se conmemora anualmente en la fiesta judía de Januka. Hacia el año 30 d.C., la ciudad de Emaús -destruida por los romanos- se convierte en un pueblo pequeño y en el lugar del encuentro de Jesús con dos de sus discípulos que le reconocen en el gesto de la fracción del pan. En el siglo III d.C. Emaús es reconstruida por los romanos y una comunidad cristiana numerosa nace aquí. En el periodo bizantino, Emaús Nicópolis se transforma en una importante sede episcopal. Se construyen dos basílicas aquí entre los siglos IV y V en el lugar del encuentro de Cristo con sus discípulos. En el siglo VII d.C. los persas y los árabes destruyen el santuario de Emaús que será reconstruido por los cruzados en el siglo XII. Desgraciadamente, al irse los cruzados el edificio queda abandonado, y la presencia cristiana desaparece de Emaús.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1880, en 1924 y las que se realizan actualmente, han puesto al descubierto las ruinas de dos imponentes basílicas bizantinas con bellos mosaicos, y una tercera iglesia construida por los cruzados con las piedras tomadas de las ruinas de las iglesias anteriores. En el edificio construido en la colina en los años 1930 por los padres franceses de Betaram, se pueden también visitar el museo que alberga preciosos mosaicos del lugar, y la capilla de la Comunidad de las Bienaventuranzas. A partir del año 1993, la Iglesia ha confiado a la Comunidad Católica de las Bienaventuranzas la animación y el cuidado del lugar. Esta orden es de origen francés, fundada por Efraim Croissant en 1973. Con su presencia en Israel la comunidad quiere contribuir a la reconciliación y al conocimiento mutuo entre los cristianos y los judíos por las vías del estudio y la oración. Están abiertos para acoger a toda persona que desee visitar y orar en este lugar. Cuando estuve visitando este sitio me trataron muy bien, y me facilitaron un folleto que ayudaba a entender las riquezas que allí tienen. Cuánto ayuda haber visitado Emaús en estos días para trasladarse con la imaginación a esos momentos preciosos en los que Jesús estuvo allí con los dos discípulos.

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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mié Dic 04, 2013 6:26 pm

Los apóstoles no reconocieron a Jesús resucitado cuando se les aparecía

El domingo, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron armas y perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Preocupadas decían quien les recorrería la piedra de la entrada del sepulcro, cuando llegaron al lugar vieron que la piedra estaba quitada. Entraron y no encontraron el cuerpo de Jesús; vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca.
El sepulcro vacío.- Imagen

Ellas quedaron sorprendidas y asustadas; él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, nerviosas. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Sin embargo al estar llorando Maria Magdalena un “hortelano”, el pregunta por que llora y ella le contesta, que por que su Maestro ya nos está allí. No se da cuenta que es el mismo Jesús, es el que habla con ella y no lo reconoce.

María Magdalena corrió a buscar a Pedro y Juan, al ser avisados, corrieron al sepulcro y lo vieron vacío; el sudario y la sábana estaban plegados. San Juan evangelista llegó primero «vio y creyó» Jn 20, Pedro llegó después vio y solamente se maravilló.

El mismo día se les apareció Jesús a
.- Imagen.-dos de sus discípulos que iban a la ciudad de Emaús, a unos 12 kilómetros de Jerusalén. Iban tristes y platicando de lo que había pasado con Jesús en la crucifixión y muerte de su Maestro; Jesús se acercó, siguió y platico con ellos; pero ellos no lo reconocieron.

Llegaron a Emaús los dos discípulos, con el “acompañante”, el sol se estaba ya ocultándose. Aun no se habían dado cuenta que era Jesús que iba con ellos.

Al acercarse al pueblo los dos discípulos pensaron donde entrarían a cenar, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le dijeron: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron y en ese instante desapareció.

Se sentían muy emocionados de lo que había pasado, se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén para darles la noticia a los apóstoles, que Jesús había resucitado y que ellos lo habían reconocido, al partir el pan.

Estaban los apóstoles en el cenáculo, encerrados y con las puertas atrancadas por que tenían miedo a los judíos, cuando se les apareció Jesús y los saludo diciéndoles: “La paz esté son ustedes”. Los apóstoles se espantaron mucho y no se explicaban cómo había entrado si estaba todo cerrado, al verlos tan espantados Jesús les dijo: “No tengan miedo, miren mis manos y mis pies” Y les mostro los agujeros de los clavos y continuo diciéndoles; “pálpenme para que se convenzan que soy yo. Un fantasma no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo”

Al ver que era realmente el Señor y que había resucitado, los apóstoles se pusieron muy contentos que no podían creerlo. Jesús les dijo: “¿no tiene por ahí algo de comer?" Y le dieron pan y pescado. Y Jesús comió delante de ellos y hasta ese momento, fue cuando creyeron que era el Señor.

Jesús soplo sobre ellos y le dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen ustedes los pecados les quedarán perdonados. Y a quien no se los perdonen, tampoco Dios se los perdonará”

Tomás, uno de los Doce, no estaba en el cenáculo cuando vino Jesús. Tomás no creía que le decían sus compañeros que habían visto a Jesús. Pero él no quería creer y les decía: “Si yo no lo veo con mis propios ojos y meto mi dedo en los agujeros de los clavos y mi mano en la llaga del costado, yo no creo”

Ocho días después se les apareció nuevamente Jesús, estando Tomas con ellos; entrando Jesús estando las puertas atrancadas y después de saludarlos, le dijo a Tomas: Imagen ”mete aquí tu dedo en los señales de los clavos, trae acá tu mano y métela en la herida del costado, para que no te quede ninguna duda” Tomas al ver al Señor, cayó de rodillas exclamando: ¡Señor mío, y Dios mío! “Tú has creído Tomas porque has visto. Dichosos aquellos que creerán si haber visto” le dijo Jesús.

Después de su resurrección Jesús permaneció en la tierra 40 días más, se les apareció a los apóstoles de diferentes maneras, lugares y siempre hablándoles del Reino de Dios. La última vez fue en la ciudad de Jerusalén y les dijo:
“Vayan por todo el mundo Imagen y prediquen el Evangelio a todas las naciones paganas. El que crea y se bautice se salvara. El que se resista a creer será condenado” Salió caminando con ellos de Jerusalén y los llevo al Monte de los Olivos, ahí levanto las manos para bendecirlos y mientras les daba la bendición se fue elevando al cielo, hasta que una nube lo envolvió.

..........Imagen..........

Los apóstoles muy sorprendidos de lo que acababa de suceder, se les aparecieron dos ángeles y les dijeron. “¿Por qué están aquí mirando al cielo? Jesus ha subido, pero volverá un día y ustedes lo verán como lo acaban de ver ahora subir al cielo.

Después de adorar a Dios los apóstoles regresaron a Jerusalén.

Los evangelistas narran en los pasajes bíblicos, que no reconocieron a Jesús Resucitado, cuando se les aparecía. Y no lo reconocieron porque ya estaba glorificado y nosotros tampoco lo hubiéramos identificado. Ahora lo que debemos hacer es nuestra Profesión de Fe, en la que nos dice que debemos creer, sin haber visto.

Fuetes: Biblia de Jerusalén, Biblia para Jóvenes, Historia Sagrada
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Jue Dic 05, 2013 5:48 pm

El Peregrino de Emaus

http://www.youtube.com/watch?v=KjYDbx5Jg-E

Les comparto letra y música de este bello canto.- Imagen

¿Qué llevabas conversando? Me dijiste, buen amigo,
y me detuve asombrado a la vera del camino.

¿No sabes lo que ha pasado allá en Jerusalén
de Jesús de Nazaret a quien clavaron en la cruz?

Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.

Por la calzada de Emaús un peregrino iba conmigo.
No le conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan.

Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza,
dicen que algunas mujeres al sepulcro fueron de alba.

Me dijeron algunos otros, hoy también haya buscaron.
Más se acaba mi confianza, no encontraron a Jesús.

Por ese me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.

Por la calzada de Emaús un peregrino iba conmigo.
No le conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan.

Qué tardíos corazones, que ignorancia los profetas
en la Ley ya se anunció, que al Mesías padeciera.

Y por llegar a su gloria escogiera la aflicción
en la tarde de aquel día, yo sentí que con Jesús.

Nuestro corazón ardía a la vista de Emaús.

Por la calzada de Emaús un peregrino iba conmigo.
No le conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan.

Fuente: Misioneros Oblatos. Youtube. Google
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor catolica9soy » Vie Dic 06, 2013 9:40 pm

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

JOAN BELLAVISTA



1. Orígenes de la fiesta

El título de este apartado es indicativo de la direción que va a tomar el escrito que iniciamos. Es conveniente advertir, ya desde el principio, que sería impropio acercarnos a la fiesta, en los cuatro primeros siglos, con la mentalidad actual. Es más exacto hablar de la Ascensión como parte integrante de la celebración del Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Precisamente porque la íntima naturaleza de la Ascensión forma parte del Misterio Pascual del Señor, puede ser de provecho desglosar el conocimiento de la formación histórica de la fiesta. Creemos que esta presentación facilita captar mejor los detalles del objeto de la celebración cristiana.

El objeto de la fiesta es el descrito por el evangelista Lucas ( 24, 50-52, y Hch 1, 9-11). En los restantes escritos del Nuevo Testamento sólo encontramos referencias indirectas, si exceptuamos la breve cita de Marcos 16,19. La Ascensión del Señor es presentada en estos textos como el término de la vida terrena de Cristo y formando parte de su glorificación. Es el Señor glorioso que esperamos al final de los tiempos para el juicio definitivo y el reino sin fin. Los relatos bíblicos connotan algunos detalles de lugar, tales como cerca de Betania, o elementos simbólicos como pueden ser la nube, el gesto de bendecir y el mismo subir al cielo. Son detalles que no escaparán a la posterior iconografía de la Ascension, ni en la ampliación no bíblica de los relatos.

El contenido de la fiesta se presta a un gran desarrollo histórico. En efecto, es objeto de nuestra fe y, como tal, encuentra su formulación en el Credo: «Resucitó al tercer día , según las Escrituras y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre». Se expresa de múltiples maneras en el arte, y se formula en los textos litúrgicos de la fiesta. Esta y otras manifestacinones son las que constituyen la historia de la fiesta.

2. Lugar

Lugar y fecha son dos cuestiones relacionadas con la fiesta. La tradición señala un lugar. Desde el siglo cuarto, por lo menos, los peregrinos sitúan el hecho en un determinado lugar sagrado. La tradición conserva el recuerdo de la Ascensión vinculado a un lugar teofánico. La celebración de la fiesta, según el relato de la peregrina Egeria -prescindiendo por el momento del día- tiene lugar inmediatamente después de sexta. Todo los cristianos suben al monte Olivete, esto es, a la Eleona, de modo que ningún cristiano queda en la ciudad. Al llegar «al monte Olivete, esto es, a la Eleona, primero se va al Imbomón, esto es, al lugar de donde el Señor subió a los cielos, y allí se asentan el obispo, los presbíteros y todo el pueblo ....»1

No hay duda de que la fiesta ya en los remotos orígenes del siglo IV, y aún antes, connota un carácter local y topográfico. A este lugar del monte de los Olivos donde se conmemoraba la subida del Salvador a los cielos el día de la Ascensión, Egeria le llama repetidas veces, Imbomón. No es que realmente en su tiempo hubiera allí una iglesia, al menos ella no la recuerda nunca, sólo habla del lugar. Quizá habría algún monumento que recordaba el hecho evangélico 2.

La iglesia octogonal de la que después hablan los peregrinos y varios autores, fue construida por Poemia, noble dama emparentada con el emperador Teodosio. Egeria no conoció esta iglesia porque Poemia llegó a Jerusalén el año 394 y Egeria había emprendido el viaje de vuelta a la patria unos diez años antes.

2. La cuestión del día

Es conocido el texto de San Agustín, contenido en el sermón 118, donde afirma que las fiestas litúrgicas de la pasión del Señor, resurrección, ascensión y venida del Espíritu Santo, son celebradas por toda la tierra. Con ello pretende remontar el origen de las fiestas a la institución de los apóstoles. Sin embargo parece cierto que en el siglo II la fiesta no es conocida. En esta época sólo se habla de Pascua y Pentecostés. Ni Orígenes, ni Tertuliano o san Cipriano hablan de la fiesta. San Paulino, en el siglo cuarto, sólo nombra entre las grandes fiestas, Navidad, Epifanía, Pascua y Pentecostés.

A mediados del siglo IV empiezan a salir testimonios de su existencia. San Juan Crisóstomo(+405), habla de ella como una fiesta universal. Otro tanto ocurre con Gregorio de Nisa. El escritor Sócrates, a principios del siglo V, narra que la fiesta es celebrada en un barrio de Constantinopla, con mucha concurrencia de pueblo. Dejamos para más adelante completar estos datos, puesto que de continuar ahora podrían contribuir al error de pensar que la primitiva celebración de la Ascensión tenía lugar el día quadragésimo después de Pascua. En realidad éstos son testimonios del comienzo de una nueva fecha de celebración.

Sería en vano buscar en los tres primeros siglos una fiesta de la Ascensión el día cuarenta. Esto no significa negar la posibilidad de su existencia. La primitiva concepción teológica unitaria del Misterio Pascual y de su celebración cincuentenaria, forman el núcleo originario primitivo del año litúrgico, que los siglos posteriores ampliarán y, a veces, desnaturalizarán.

Conviene recordar que el único tiempo del año litúrgico primitivo era la cincuentena pascual, Pentecostés. Una institución de los tiempos apostólicos. Este tiempo no se entendía originariamente como los cincuenta días de después de Pascua, sino el espacio indiviso de cincuenta días. Para nuestro propósito bastará citar aquí, únicamente, el testimonio más elocuente de los primeros siglos, Tertuliano: «Nosotros, empero, tal como lo tenemos por tradición, sólo el domingo de Resurreción nos abstenemos no sólo de arrodillarnos ...Lo mismo también durante pentecostés, que se distingue por la misma solemnidad de alegría» 3. Una cincuentena, pues, que toda ella formaba una única solemnidad, y que por consiguiente excluía la idea fragmentada de unas fiestas autónomas en su interior.

Fácilmente comprenderemos ahora la no existencia de una mentalidad que concibe la fiesta de la Ascensión como autónoma, como si se tratara de un satélite de la Pascua y de Pentecostés.

El estudio de los orígenes de la fiesta han puesto a plena luz unos magníficos testimonios escritos, los cuales nos resultan de gran valor para entrar en el conocimiento del misterio de la Ascensión. Aun habida cuenta de los límites de nuestro escrito, no se puede pasar por alto ofrecer una pequeña síntesis.

Entre los autores que suelen citarse está el nombre del célebre historiador, el obispo Eusebio de Cesarea. En su escrito Sobre la solemnidad pascual, alrededor del año 332, dice: «Después de Pascua celebramos Pentecostés en siete semanas llenas... Sin embargo, el número de Pentecostés no se para en estas semanas. Con él se designa el día solemnísimo de la Ascensión». Hay que admitir, pues, que la fiesta que pone el sello de clausura al tiempo pascual es la conmemoración de la subida de Jesús al cielo, sin excluir, por otra parte, la memoria de la efusión del Espíritu.

En un escrito apócrifo, de origen sirio, de principios del siglo cuarto, que suele llamarse Doctrina Apostolorum, en el canon 9 se lee: «Los apóstoles establecieron que al cumplirse los cincuenta días de la resurrección se hiciera conmemoración de la Ascensión hacia el Padre Glorioso» 4. El propio Cabié encuentra indicios de esta práctica litúrgica en un antiguo leccionario siríaco oriental 5.

Tanto por la importancia del texto como por tratarse de testimonio de Jerusalén, nos conviene volver al Diario del Itinerario de la peregrina Egeria. Curiosamente la peregrina relata la circunstancia de celebrar el día cuadragésimo en la iglesia de la Natividad. El hecho de no hacer ninguna mención al rito de la Ascensión da a entender que ésta no se celebraba.

Más adelante, en el texto que hemos citado al principio, se desprende que este rito se celebraba en Pentecostés. Tenía lugar después de la misa en el monte donde Jesús subió al cielo. Allí se lee el evangelio de la Ascensión y el mismo pasaje de los Hechos de los Apóstoles, en medio de muchos cantos y oraciones.

Si se extiende el análisis para conocer la práctica de otras iglesias de la tierra, el resultado es el siguiente. La iglesia de Egipto a mitad del siglo cuarto, parece que todavía se mantine fiel a la concepción primitiva de Pentecostés. Las comunidades de Palestina, Edesa y Mesopotamia, celebran también, en el último día de la cincuentena, la Ascensión del Señor.

3. Objeto de la fiesta y fecha

La conclusión de la cincuentena pascual, en los primeros siglos, como memoria de la Ascensión del Señor, nos plantea la cuestión de saber si éste era el único objeto de la fiesta. En todo caso nos resulta extraño no encontrar la referencia al don del Espíritu de Pentecostés.

Un planteamiento como el que antecede es ajeno al de la época que estudiamos. Si partiéramos de la fecha de los cuarenta días (Hch 1,3), o de la de los cincuenta, como aniversarios de hechos salvíficos, nos apoyaríamos sobre un supuesto histórico falso. Para aquellos cristianos la cincuentena les hacía revivir el conjunto del misterio pascual, sin ninguna fragmentación.

Algunos textos, no obtante, como el apócrifo citado, Doctrina Apostolorum, incluyen en un mismo último domingo el don del Espíritu a los apóstoles. Para las iglesias de Palestina, en el siglo IV, Cabié concluye que celebraban la Ascensión el día cincuenta, sin que pueda excluirse la conmemoración del Espíritu. Los testimonios documentales ni lo afirman ni lo contradicen.

En occidente, en algunos vestigios, como los de las homilías de Máximo de Turín, aparecen simultáneos los temas de la Ascensión y de la venida del Epíritu, dando a entender que son objeto de una misma celebración.

Lo que está fuera de toda duda es que en la región de Edesa y entre las Iglesias sirio orientales, la Ascensión, en el siglo IV, se celebraba al final de la cincuentena. Quizá, en este siglo, se podría hablar de dos tradiciones diferentes, pero en ningún modo opuestas. El punto culminante del misterio pascual para la mayoría sería la Ascensión, sin excluir que para otras el acento recaería en la glorificación del Señor. No es de extañar; lo podríamos contemplar como una doble lectura de los acontecimientos narrados por los Hechos de los Apóstoles, si tenemos en cuenta que las primeras comunidades tienen acentos diferentes en la teología subyacente en estos hechos; una, la del evangelio de Lucas, que presenta al resucitado, más circunscrito a determinados espacios de tiempo, o la de Juan, en la que el Señor trasciende el tiempo.

4. La Ascención en el día cuarenta

De ciertas homilías de san Juan Crisóstomo y de Gregorio de Nisa, que tienen por objeto la Ascensión el día cuarenta, parece deducirse que a finales del siglo cuarto, en las Iglesias de Antioquía y de Nisa se abre camino una fiesta autónoma de la Ascensión. El concilio de Elvira, cerca de Granada, a principios del siglo cuarto, y el de Nicea, a. 325, contienen expresiones que dan a entender un movimiento para individualizar los cuarenta días.

El hecho de la autonomía de la fiesta de la Ascensión es un fenómeno que se va produciendo entre finales del siglo cuarto y el quinto. En esta época las Iglesias de Oriente, si exceptuamos Egipto, que permanece fiel a la tradición cincuentenaria, rápidamente se suman a la reciente práctica de la Iglesia antioquena. Es lógico suponer que san Juan Crisóstomo como patriarca de Constantinopla, el año 398, no renunciaría a los usos litúrgicos que había practicado en Antioquía.

En Roma, a mitad del siglo quinto, la Ascensión ya llevaba tiempo celebrándose el día cuadragésimo. Nos resulta fácil la lectura de las homilías del papa San León (441-461) pronunciadas en el día de la fiesta, en las que el uso del término cuarenta deja fuera de toda duda. San Agustín conoce también la tradición del día cuarenta, aunque parece que en la Iglesia del norte de Africa la nueva práctica no ha alcanzado la solidez de la de Roma.

Durante el siglo quinto la documentación no es unánime, para poder afirmar que las Iglesias de Oriente y Occidente celebran la Ascensión el día cuarenta. Con todo, los testimonios son suficientemente abundantes, para creer que la mayoría de Iglesias ya habían introducido esta práctica. En todo caso la cosa es cierta para las iglesias de Brescia y Aquileia, alrededor del año 400, aunque no estemos en condiciones de afirmar que ésta sea la práctica de toda Italia. De hecho de alguna homilía de Ambrosio de Milán parece desprenderse, todavía, el concepto del antiguo pentecostés.

La documentación sobre el tema proveniente de Italia, Galia o la Península Ibérica, es más tardía. No obstante la escasez de textos, los pocos que nos han llegado coinciden en dar a entender que, durante la quinta centuria, la solemnización de la Ascensión tiene lugar el jueves de la sexta semana. Es probable que entre los años 380-390 la costumbre empieza a introducirse en el Oriente cristiano. La conclusión general sería que durante el siglo V la nueva práctica ya es universal.

5. Otras manifestaciones

A manera de complemento añadimos otras manifestaciones históricas relacionadas con la Ascensión. En nuestro caso nos referiremos principalmente a las artísticas. La representación de la Ascensión no forma parte de la primera época del arte cristiano. Por los testimonios de que se dispone se deduce que el misterio de la subida al cielo del Señor Jesús, empieza a representarse en el siglo IV.

Unos pocos ejemplos servirán para darnos cuenta de la mentalidad cristiana, expresada en la forma de representar el misterio. Se supone que la representación más antigua es el relieve de la puerta de la iglesia de santa Sabina, en Roma. Al margen de las discusiones para determinar la época de la obra de arte aceptamos, por ser la opinión mas común, que se trata de una obra del siglo V.

El artista ha expresado el misterio de esta forma. Jesús en la pendiente de un monte es llevado por las manos de tres ángeles que lo elevan hacia arriba. Abajo, al pie de la montaña, están cuatro apóstoles.

En el díptico de Munic, siglo IV, un precioso relieve sobre marfil, la Ascensión es representada en dos escenas complementarias. Abajo está la visita de las mujeres junto al sepulcro vacío. Arriba la subida de Jesús al cielo. La ejecución es de una gran calidad artística. Aunque puede parecer una representación de la resurreción, es interpretada como la escena de la Ascensión. En esta época se nota la influencia de los escritos apócrifos sobre el arte cristiano.

Otra representación, esta vez en un manuscrito, nos sitúa en el año 586. Es obra del monje Rabula, que la realizó en el monasterio de san Juan de Sagba, en Mesopotamia. Se conserva en la biblioteca de Florencia. Es unaespléndida manifestación del arte en Siria, en tiempo de Justiniano en Constantinopla, muy próximo al estilo de la capital del imperio bizantino. Estamos lejos de la escena de Jesús arrastrado por los ángeles. Aquí aparece rodeado de cuatro ángeles, dos de los cuales están en actitud de adoración. Cristo, en el aire, está sostenido por las alas de serafines, entre los que se combinan los símbolos de los cuatro evangelistas. La diferencia mayor entre ésta y la representación de santa Sabina, sería la animación que aquí ofrece la escena, mientras que en el primer caso parece inerte.

Por último, una representacón pictórica de las catacumbas de san Javier, en Nápoles, nos presenta una imagen de gran fuerza juvenil. El fresco del interior del arcosolio, representa a Cristo imberbe, vestido con una túnica, y entre los pliegues se dejan ver las piernas del Señor. Toda la escena aparece como flotando. La cabeza esta rodeada por un nimbo cruciforme. La figura manifiesta una fuerza y novedad sorprendentes. Ha surgido el tipo que va a prevalecer en el futuro. Los ángeles han desaparecido. Cristo ya no es arrastrado, ni siquiera de la mano que sale de la nube. Se trata ya de una verdadera Ascensión. Cristo sube al cielo sin necesidad de ninguna ayuda. 6

Hemos podido ver una evolución en tres fases. En el primer caso Cristo arrastrado por ángeles, a la mitad del monte. Después es llevado triunfalmente por manos de ángeles. Ahora sube al cielo por su propia virtud.

Una visión global de los orígenes y evolución de la fiesta de la Ascensión, lleva implícitos unos conceptos muy útiles para la comprensión del año litúrgico. En primer lugar es de sumo interés darse cuenta del significado profundo de la primitiva tradición, unificada por el núcleo central del año litúrgico, el misterio pascual. La unidad indisoluble del «sagrado espacio de los cincuenta días» pone de relieve una concepción sacramental, por encima de la histórica de conmemoración, desconocida de las comunidades cristianas de los cuatro primeros siglos.

No carece de interés notar como el cambio profundo operarado, hacia una visión más historicista del año litúrgico, matiza de otra manera la sacramentalidad del año litúrgico para el futuro. La acentuación progresiva hacia la historización de la fiesta, podría conducir a celebrar meros aniversarios, de una manera no demasiado distinta de cómo podría ocurrir aun prescindiendo de la fe.

Las representaciones artísticas del misterio celebrado, son imágenes de la fe que van más allá de puras ayudas catequéticas. Son una evocación del misterio más en conexión con la celebración. De este tronco común de las representaciones de los primeros siglos, derivarán después dos líneas que marcarán dos concepciones distintas, la oriental, más sacramental y la occidental más nocional.

Pueden obsevarse unos elementos populares concomitantes que son capaces de generar la fiesta litúrgica. Merecen especial atención la manera cómo la celebraba la comunidad de Jerusalén, en razón del privilego único de su ubicación en los sagrados lugares. No son ajenas a esta creatividad, otras costumbres populares nacidas a raíz de la fiesta, como la antigua bendición de las habas, de la que aún quedan restos en el sacramentario gelasiano.
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor catolica9soy » Vie Dic 06, 2013 9:55 pm

Capilla de la Ascensión del Monte de los Olivos, su historia y enigmas
Ángel Almazán de Gracia - 24/05/2012

La iglesia fue llamada Imbomon inicialmente, era redonda pero pasó a ser octogonal con el paso de los siglos, y conserva una huella en la roca del pie de Cristo según creencia antigua. He aquí su singular historia





Los orígenes de la Capilla de la Ascensión de Jerusalén


Es creencia cristiana que en el lugar donde se encuentra la capilla de la Ascensión en el Monte de los Olivos persiste la huella que dejó el pie derecho de Cristo en su Ascensión a los Cielos. La tradición cristiana piadosa plasmada por Eusebio de Cesárea dice que Santa Elena (247-329), la madre del emperador Constantino, mandó edificar en Jerusalén el Santo Sepulcro y la iglesia Eleona (“Ecciesia in Eleona” =en olivar) en el Monte de los Olivos tras su visita hacia el año 327 (al parecer realmente se construyó hacia el año 333 por mandato de Constantino. Medio siglo después la rica y piadosa matrona romana, Pomenia, cerca de Eleona patrocinó hacia el 378 la construcción de la iglesia de Imbomon (“Imbomon” =en la colina) dedicada a la Ascensión.
Y si en el Santo Sepulcro había una basílica adosada a la Anástasis dentro de una rotonda, en el Monte de los Olivos la basílica, un poquito apartada de La Ascensión era Eleona (de tres plantas y ábside sobre una gruta), y la planta circular correspondía a Imbomon. “Martyrium” y “Domus ecclesiae”, por tanto, para dos funciones religiosas y litúrgicas distintas. El mismo modelo se llevó a cabo en la iglesia de la Natividad de Belén (ca. 326 d.c), solo que allí la cabecera era un octógono y la iglesia tenía cinco naves.
Arculfo de Perigueux, obispo franco proveniente de Dordoña viajó a Palestina entre los años 679 y 682 y visitó los Santos Lugares de Jerusalén. En lo alto del Monte de los Olivos describió una iglesia circular abierto al cielo y con tres pórticos en el sur. Dentro había un edículo (“un cilindro de bronce hueco de circunferencia grande” que contenía las huellas de Cristo rodeadas de polvo que podían recoger los peregrinos cual reliquia ("la zona no percibe ninguna pérdida, y la tierra aún conserva la misma apariencia de estar marcado por la huella de pasos").

Arculfo testimonia que el interior de la iglesia, sin techo o bóveda, se encuentra abierto al cielo, y que tenía en su lado este un altar. “Así que de esta manera el interior no tiene bóveda con el fin de que desde el lugar donde las huellas divinas se vio por última vez, cuando el Señor fue llevado al cielo en una nube, ese hueco pueda estar siempre abierto y libre a los ojos de los que rezan al cielo”. Asimismo nos dice que había ocho lámparas dentro de La Ascensión.

La iglesia románica de la Ascensión


Los persas de Cosroes destruyeron Imbomon, al igual que la mayoría de las iglesias de Jerusalén en el año 614, y el patriarca Modesto la reconstruiría. En 1152 los cruzados construyen una nueva iglesia de la Ascensión, esta vez octogonal y, en su centro, un templete igualmente octogonal en el que se encuentra la huella del pie insculpido en la roca.

El edículo es el que subsiste hoy día pero hay que tener en cuenta que los cruzados sólo alzaron su cuerpo principal con sus ocho columnas de mármol con capiteles finamente labrados de filiación borgoñesa posiblemente. Los musulmanes superpusieron el tambor octogonal y cúpula de piedra, y quizás incluso tapiaron el cuerpo ochavado pues algunos opinan que los cristianos no colocaron los ocho lienzos. La puerta de acceso está al oeste.

Saladino conquista Jerusalén en 1187 y convierte el lugar en mezquita en 1198. Es durante el mandato de Saladino cuando se supone que se cierra el templete y se incorpora un mihrab en el interior. Y consiente que los cristianos oficien sus ritos en el día de la Ascensión, lo que sigue sucediendo hoy día pues el enclave continúa en posesión del “Waqf” Islámico de Jerusalén, siendo la única mezquita en la que se permiten rezos cristianos aunque sólo sea durante un día. El culto en este lugar ya está testimoniado por la peregrina gallega Egeria-Eteria en el año 382.

Para que los cristianos pudieran visitar el edículo, Saladino optó por edificar una mezquita anexa en 1200. El edificio románico de la Ascensión quedó en ruinas a finales del siglo XV y junto al muro este se construyeron casas y hasta establos. Se alzó una muralla octogonal que persiste hoy día.

En el interior del templete sigue estando el mihrab apuntado a La Meca y en el suelo se encuentra enmarcada una losa de piedra grabada con la huella del pie izquierdo de Cristo. La huella del otro pie se llevó al Domo de la Roca, según algunos peregrinos e historiadores. Al respecto he encontrado algunas referencias curiosas que paso a indicar.

Cristo y Mahoma comparten huellas en la roca de sus pies


Fray Antonio del Castillo, OFM, Comisario general de Jerusalén en los Reinos de España y Guardián de Belén señala en su libro “El devoto peregrino y viaje de Tierra Santa” (1656), al hablar de la Puerta Dorada de la muralla jerusalemitana escribe: “Sobre esta puerta hay dos capillas en las cuales dicen los turcos han de estar Cristo y Mahoma el día del Juicio, cuando vengan a juzgar el mundo, más dan la mano derecha a Mahoma” [o sea, que es Mahoma el juez superior]. El dato es de interés y hay que asociarlo, en mi opinión, a la tradición oral otomana que comenta posteriormente al hablar de la capilla de la Ascensión y que paso a transcribir íntegramente.

“En lo más alto del monte está el lugar desde el cual Christo subió a los cielos a vista de su Padre y los Discípulos, como cuenta San Lucas y el cap. I de los Actos de los Apóstoles. Aquí había una Iglesia muy grande, la cual está toda destruida, vence las paredes como dos estados en alto: su forma y hechura era ochavada.

En medio de esta Iglesia hay otra capilla, también ochavada, su capacidad no es grande: cabrán doce o catorce personas. En medio de esta capilla está la piedra, sobre la cual estaba Christo Señor nuestro cuando subió al cielo y dejó sus Divinas Plantas estampadas en ella.

Hoy día no se ve más que la una y es la del pie izquierdo, porque la del derecho se la han llevado los turcos al Templo de Salomón, habiendo para esto cortado la piedra. La razón que para esto dan es –como de las que suelen dar- dictadas de sus engaños y bárbaros desatinos. Tan ciegos tiene a estos míseros el incrédulo padre de la mentira, Lucifer. Y así refieren una patraña, y dicen que Crhisto Señor nuestro y Mahoma subieron juntos al cielo desde el monte Olivete y que Christo dio la mano derecha a Mahoma, y que cada uno dejó señalado un pie en la piedra, y que aquel que ellos han llevado al Templo o Mezquita suya es el de Mahoma, y a nosotros nos dejaron el de Cristo, y así –dicen- no nos hicieron agravio, y por haber subido Mahoma desde este lugar al cielo (como ellos dicen) permiten que sea Iglesia nuestra y Mezquita suya”.

Bien, pues esta es la historia… Lo curioso es que entre los templetes que hay cerca del Domo de la Roca en la Explanada de las Mezquitas hay uno muy parecido exteriormente al del Monte de los Olivos y que, curiosamente, se le conoce como “Qubbat al-Miraj”, esto es, “Cúpula de la Ascensión”. Es igualmente octogonal, románico, y se dice que en aquel solar oró Mahoma antes de su ascensión celeste desde la piedra que cubre el Domo de la Roca. Los templarios y cruzados utilizaron dicho templete como baptisterio y luego como iglesia, remontándose a su época la hornacina existente sobre la cúpula. ¿Quisieron los cruzados o templarios rememorar con esta Cúpula de la Ascensión el templete homónimo del Monte de los Olivos para sacralizar más toda esta zona como microcosmos sacro de Jerusalén..?

Por su parte Domingo Badía Leblich (Ali Bey) estuvo en Jerusalén en julio de 1807 y, disfrazado de musulmán, entró en el Domo de la Roca, y narra que la inscultura del pie derecho corresponde a Mahoma pero recoge otra tradición distinta a la de fray Antonio del Castillo: “En el momento de apoyarse el Profeta en la ‘Sàharara’ [la piedra central del Domo], la roca, sensible a la dicha de llevar tan santo peso, se bajó y como cera blanda recibió la estampa de su sagrado pie en su parte superior, hacia el borde del suroeste. Después han cubierto dicha huella con una especie de caja grande de hilo de metal dorado, trabajada de modo que no se ve la huella a causa de la oscuridad interior, mas a beneficio de una abertura practicada en la caja, se puede tocar la huella con la mano y se santifica uno pasando la misma mano por la cara y barba; prueba manifiesta de ser aquélla la estampa del pie del mayor de los profetas”.

Algo parecido contaba el obispo galo Arculfo respecto a las huellas de Cristo en Imbomón: El cilindro de bronce que protegía las “icnitas” de las pisadas de Cristo tenía una abertura “y a través del agujero abierto en él puede tomar el peregrino con sus manos extendidas alguna partículas del polvo sagrado”. Con el paso de los siglos la forma del pie izquierdo de la Ascensión está tan deteriorada por los besos, contactos de manos, rosarios y otros objetos, que está desfigurada plenamente la silueta. Chateaubriand, en 1806, lo explica así: “Todos los viajeros han hablado de las huellas del Salvador, que todavía se conservan impresas en la peña. Actualmente no hay más que la del pie izquierdo, bien porque la otra se borró, bien porque la quitaron los musulmanes para colocarla en la mezquita de Omar [Domo de la Roca], lo cual me parece menos probable. Los fieles que vienen a adorar a Jesucristo en el sitio en que estuvieron sus pies, besan con fervor los últimos restos que dejó en la tierra hasta que vuelva al mismo sitio para juzgar a los hombres… Después de tantos siglos sólo han visto una huella que todavía se reconoce, pero que ha sido desfigurada por la piedad de los fieles”. En 1828, Pedro María de Olive, traductor de Chateaubriand, aclaraba al respecto. “La piedra ha sido gastada en parte por el roce de los rosarios, de los anillos y de las medallas de los peregrinos”.


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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor catolica9soy » Sab Dic 07, 2013 2:42 pm

Pentecostés:
La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban
la fiesta de las siete semanas (Ex 34,22), esta fiesta en un principio fue agrícola, pero se convirtió después en recuerdo de la Alianza del Sinaí.
Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.
Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles (Cf. Hch 2). Gradualmente, se fue formando una fiesta, para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne, algo parecido a la Pascua. Se utiliza el color rojo para el altar y las vestiduras del sacerdote; simboliza el fuego del Espíritu Santo.
Significado
Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio.
Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.
La Fiesta de Pentecostés es como el "aniversario" de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.
Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.
¿Quién es el Espíritu Santo?
"Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo" (1Co 12,3)
Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piensa cuántas veces has sentido su acción sobre ti: cuando sin saber cómo, soportas y superas una situación, una relación personal difícil y sales adelante, te reconcilias, toleras, aceptas, perdonas, amas y hasta haces algo por el otro…. Esa fuerza interior que no sabes de dónde sale, es nada menos que la acción del Espíritu Santo que, desde tu bautismo, habita dentro de ti.
El Espíritu Santo ha actuado durante toda la historia del hombre. En la Biblia se menciona desde el principio, aunque de manera velada. Y es Jesús quien lo presenta oficialmente:
"SI ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad…. En adelante el Espíritu Santo Defensor, que el Padre les enviará en mi nombre, les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis palabras. … En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes. Pero si me voy se lo mandaré. Cuando él venga, rebatirá las mentiras del mundo…. Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando Él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá en la verdad total".
Estos son fragmentos del Evangelio de San Juan, capítulos 14, 15 y 16. Si quieres saber más sobre las últimas promesas y más profundas revelaciones de Jesús, lee con atención y mucha fe, esta parte del evangelio.
Desde que éramos niños, en el catecismo aprendimos que "el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es esta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Verdad que Jesús nos ha revelado en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal .


Formas de llamar al Espíritu Santo
"Espíritu Santo" es el nombre propio de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a quien también adoramos y glorificamos, junto con el Padre y el Hijo. Pero Jesús lo nombra de diferentes maneras:
EL PARÁCLITO: Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida"
(Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado. El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.
Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.
Cada vez que rezamos el Credo, llamamos al Espíritu Santo:
SEÑOR Y DADOR DE VIDA: El término hebreo utilizado por el Antiguo Testamento para designar al Espíritu es "ruah", este término se utiliza también para hablar de "soplo", "aliento", "respiración". El soplo de Dios aparece en el Génesis, como la fuerza que hace vivir a las criaturas, como una realidad íntima de Dios, que obra en la intimidad del hombre. Desde el Antiguo Testamento se puede vislumbrar la preparación a la revelación del misterio de la Santísima Trinidad: Dios Padre es principio de la Creación; que la realiza por medio de su Palabra, su Hijo; y mediante el Soplo de Vida, el Espíritu Santo.
La existencia de las criaturas depende de la acción del soplo - espíritu de Dios, que no solo crea, sino que también conserva y renueva continuamente la faz de la tierra. (Cf. Sal 103/104; Is 63, 17; Gal 6,15; Ez 37, 1-14). Es Señor y Dador de Vida porque será autor también de la resurrección de nuestros cuerpos:
"Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a sus cuerpos mortales por su Espíritu que habita en ustedes" (Rom 8,11).
La Iglesia también reconoce al Espíritu Santo como:
SANTIFICADOR: El Espíritu Santo es fuerza que santifica porque Él mismo es "espíritu de santidad".
(Cf. Is. 63, 10-11) En el Bautismo se nos da el Espíritu Santo como "don" o regalo, con su presencia santificadora. Desde ese momento el corazón del bautizado se convierte en Templo del Espíritu Santo, y si Dios Santo habita en el hombre, éste queda consagrado y santificado.
El hecho de que el Espíritu Santo habite en el hombre, alma y cuerpo, da una dignidad superior a la persona humana que adquiere una relación particular con Dios, y da nuevo valor a las relaciones interpersonales. (Cf. 1Cor 6,19) .

Los símbolos del Espíritu Santo
Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:
El Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.
La Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.
La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.
El Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.
La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

El Espíritu Santo y la Iglesia
La Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que "se pusieron a hablar en idiomas distintos" , (Hch 2,4) para que todo el mundo conozca y entienda la Verdad anunciada por Cristo en su Evangelio.
La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido juntos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que "estaban juntos en el mismo lugar" (Hch 2,1), es que "todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 2,4).
Una semana antes, Jesús se había "ido al Cielo", y todos los que creemos en Él esperamos su segunda y definitiva venida, mientras tanto, es el Espíritu Santo quien da vida a la Iglesia, quien la guía y la conduce hacia la verdad completa.
Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo. Son dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y logros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará hasta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: "…yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28,20)

El Espíritu Santo y la vida cristiana
A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo (Cf. Rom 8,9.11;
1Cor 3,16; Rom 8,9). Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.
El don del Espíritu Santo es el que:
nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;
nos permite conocerlo y amarlo;
hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. (Cf. Gal 5,13-18; Rom 8,5-17).
Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu, estos dones son:
ð Sabiduría: nos comunica el gusto por las cosas de Dios.
ð Ciencia: nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor.
ð Consejo: nos ayuda a resolver con criterios cristianos los conflictos de la vida.
ð Piedad: nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos.
ð Temor de Dios: nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios.
ð Entendimiento: nos da un conocimiento más profundo de las verdades de la fe.
ð Fortaleza: despierta en nosotros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a superar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás.

Experiencias del Espíritu Santo en la vida concreta
Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los cimientos y todas las caídas;
Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad;
Cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar;
Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven sencillamente y se captan como promesa del amor, la belleza y la alegría, sin dudar a un escepticismo cínico como consuelo barato del último desconsuelo;
Cuando el vivir diario, amargo, decepcionante y aniquilador se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, aceptado por una fuerza cuyo origen no podemos abarcar ni dominar;
Cuando se corre el riesgo de orar en medio de tinieblas silenciosas sabiendo que siempre somos escuchados, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar y disputar;
Cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una victoria;
Cuando se experimenta la desesperación, y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil: Allí está Dios y su gracia liberadora, allí conocemos a quien nosotros, cristianos, llamamos Espíritu Santo de Dios".
Oraciones al Espíritu Santo
El hombre prudente, sabe que necesita luz en su inteligencia y fuerza en su voluntad para pensar y hacer lo que Dios quiere. Esa luz y esa fuerza solamente vienen de lo alto; es el Espíritu Santo quien provee al cristiano de todo lo que necesita para su caminar en la vida. Por eso, todos los días nos conviene invocarlo.
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN.
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Rodolfo1971 » Lun Dic 09, 2013 12:52 pm

"Camino de Emaús. Nuestro Dios ha llenado de dulzura este nombre. Y Emaús es el mundo entero, porque el Señor ha abierto los caminos divinos de la tierra" (Amigos de Dios, 314). San Jósé María Escriva

EL CAMINO A EMAUS. ¿Primera Misa despúes de la Resurrección?
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Esta siempre ha sido una inquietud que he tenido y me parece que la estructura de la actual misa fue definida por Nuestro Señor en Emaus.

Dos de los discípulos de Jesús caminaban hacia Emaús, alejándose de Jerusalén muy tristes por todo lo que LE había sucedido a su Maestro aquel Viernes Santo.

¿Liturgia de la Palabra en Emaus?
Cuando Jesús, a quien no reconocen, se pone a caminar a su lado y comienza a explicarle lo que los Profetas, desde Moisés, habían profetizado sobre lo necesario que era que el Mesías muriera crucificado, no sólo se les abrió la inteligencia para comprender todo lo acaecido sino, sobre todo, el fuego que inundó de alegría su corazón.

En aquel momento histórico se estaban echando los fundamentos de lo que hoy constituye en nuestra Misa, la celebración de la palabra.

Ojala cuando se nos lea algún pasaje de la Sagrada Escritura, la escuchemos con la misma atención, se nos abra la inteligencia y sobre todo inunde de alegría nuestro corazón. Tengamos en cuenta que en esos momentos, es el mismo Dios el que nos habla, puesto que en la Biblia está todo lo que El ha dicho.

Si la predicación del Sacerdote no nos engancha, en lugar de distraernos o aburrirnos, ha llegado el momento de que recordemos la lectura del Evangelio y la meditemos un poco. Si lo hacemos comprobaremos que nos beneficia bastante.

Cuenta Chesterton que al entrar en una Iglesia y oir el sermón desastroso del cura dijo: Si la gente sigue aguantando esto es porque esta religión es la verdadera.

Si alguien no asiste a Misa porque siempre le predican lo mismo, no debería desayunar porque siempre toma leche. Si tomamos siempre un alimento corporal. ¿No deberíamos recibir uno espiritual?

Liturgia de la Eucaristia, visible con los discipulos de Emaus
Cuando Jesús hace ademán de seguir su camino y LE ruegan que se quede con ellos porque anochece y le han tomado cariño, Jesús accede.

Toma el pan, lo bendice, lo parte, y al recibirlo ellos, es cuando reconocen que Jesús es quien es, y al desaparecer físicamente, se ha quedado con ellos SACRAMENTALMENTE.

Por eso se vuelven todos gozosos a Jerusalén, aunque era de noche, para comunicarlo a los demás.
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¿Salimos de Misa lo mismo que los de Emaús, conscientes de que hemos recibido a Jesús y sigue con nosotros todo el día? ¿Hay algo más importante?

La misa es el memorial de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Memorial es hacer vivo y real entre nosotros, ahora, un acontecimiento salvífico que tuvo lugar en tiempos pasados. El sacerdote en la misa actualiza, renueva y realiza eficazmente la obra de la Redención: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Por eso, decimos que la misa es el memorial de la Redención. Pero ¿cuál es la esencia de la Redención?

El ofrecimiento que Jesús hizo de sí mismo al Padre desde el primer momento de su existencia y que tuvo su punto clave y culminante en la cruz. Por eso, en sentido estricto, podemos decir que la misa es el ofrecimiento que Jesús hizo de sí mismo en la cruz, derramando su sangre por nosotros. Pero de modo más amplio, podemos decir que la misa es el ofrecimiento que Jesús hizo de sí mismo en cada momento de su vida y que sigue haciendo hasta el fin del mundo.

http://miscelaneareligiosa.blogspot.com ... imera.html

http://www.caminoaemaus.com/drupal/node/1015
Rodolfo1971
 
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Limaobo » Lun Dic 09, 2013 1:13 pm

Emaús Nicópolis

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El lugar de la fracción del pan

El lugar de Emaús está situado en el terreno fértil del valle de Sefelá, en el cruce de las vías de comunicación que unen el norte y el sur del país con el acceso a Jerusalén. En la antigüedad fue calificado como «lugar de aguas deliciosas y de estancia agradable». El nombre de Emaús proviene de la palabra hebrea «Jamot» que se traduce «fuente o aguas calientes». En el siglo III d.C. la ciudad cambia de nombre llamándose Nicópolis, que en griego significa «ciudad de la victoria».

Historia antigua

La rica historia de Emaús está marcada por el paso de numerosos conquistadores y personajes ilustres. En la Biblia el libro de Josué explica como el sol y la luna se pararon sobre el valle vecino de Ayalón mientras Israel luchaba contra sus enemigos. En el año 165 a.C. Judas Macabeo obtiene aquí una victoria importante contra las tropas griegas de Nicanor, abriendo el camino hacia Jerusalén y permitiendo a los judíos la purificación del Templo y la restauración del culto divino, hecho que se conmemora anualmente en la fiesta judía de «Januka». Hacia el año 30 d.C., la ciudad de Emaús destruida por los romanos se convierte en un pueblo pequeño y en el lugar del encuentro de Jesús con dos de sus discípulos que le reconocen en el gesto de la fracción del pan. La Pascua de Cristo, como un sol, se eleva sobre el curso de la Historia transformando la humanidad por el misterio eucarístico. En el siglo III d.C. Emaús es reconstruida por los romanos y una grande comunidad cristiana nace aquí.

Emaús en el Evangelio según san Lucas 24,13-35

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Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a un pueblo llamado Emaús, que estaba a ciento sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de los discípulos estaban velados y no le reconocieron. Les dijo Jesús: « ¿De qué habláis mientras hacéis camino, y porque estáis tristes?»

Uno de ellos, que se llamaba Cleofás le dijo: « ¿Eres el único extranjero que no sabe lo que ha ocurrido en Jerusalén en estos días ?». Entonces El les dijo: « ¿Que ha ocurrido?». Y ellos le dijeron: «Jesús el Nazareno, que todos tenían por profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo. Nuestros gobernantes y los sacerdotes le entregaron y fue condenado a muerte y crucificado. Y nosotros que esperábamos que El sería quien redimiría Israel y ya hace tres días de estos acontecimientos. Sin embargo algunas mujeres de nuestro grupo nos han asombrado, porque habiendo ido al sepulcro y sin hallar su cuerpo vinieron diciendo que habían visto a unos ángeles que les dijeron que El vive. Algunos de los nuestros también fueron al sepulcro pero a El no lo han visto.»

Entonces Jesús les dijo: « ¡Insensatos y endurecidos de corazón como os cuesta creer lo que han anunciado los profetas! ¿No era necesario que Cristo padeciera todas estas cosas antes de entrar en su gloria?»

Y empezando por Moisés, y siguiendo con todos los profetas les explicó todo lo que las escrituras decían de El. Llegaron al pueblo a donde iban y Jesús hizo ademán de ir más lejos, pero ellos le suplicaron que se quedara diciendo: «Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya declina. Entró pues para quedarse con ellos. Y mientras estaban sentados a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió y le dio.

Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero El desapareció de su vista. Y se decían uno al otro: « ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos interpretaba las Escrituras?».Y levantándose al instante volvieron a Jerusalén y hallaron a los doce reunidos con los otros discípulos. Que les dijeron: «Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón». Entonces ellos contaron lo que les había acontecido y como le habían reconocido al partir el pan.

Un lugar de peregrinación

En el periodo bizantino, Emaús Nicópolis se transforma en una importante sede episcopal. Se construyen dos basílicas aquí entre los siglos IV y V en el lugar del encuentro de Cristo con sus discípulos. En el siglo VII d.C. los persas y los árabes destruyen el santuario de Emaús que será reconstruido por los cruzados en el siglo XII. Desgraciadamente al irse los cruzados el edificio queda abandonado y la presencia cristiana desaparece de Emaús. En 1878 bajo la iniciativa de la beata Mariam de Belén las hermanas carmelitas compran el terreno y de nuevo se reanudan los peregrinajes cristianos. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1880, en 1924 y las que se realizan actualmente, han puesto al descubierto las ruinas de dos imponentes basílicas bizantinas con bellos mosaicos, y una tercera iglesia construida por los cruzados con las piedras tomadas de las ruinas de las iglesias anteriores.

En el edificio construido en la colina en los años 1930 por los padres franceses de Betaram, se pueden también visitar el museo que alberga los más bellos mosaicos del lugar y la hermosa capilla de la Comunidad de las Bienaventuranzas.


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Sitio Arqueológico

1. Basílica bizantina del s. V. reconstruida más pequeña por los Cruzados en el s. XII.

2. Inscripción griega

3. Abside sur con nicho relicario

4. Capilla del Baptisterio s. V.

5. Ruinas de la Basílica norte

6. Muestras de mosaicos

7. Cantera de piedras

8. Sepulturas y muestras de mosaicos

9. Muestras de mosaicos

10. Casa del Obispo de Nicópolis


La Comunidad de las Bienaventuranzas

A partir del año 1993, la Iglesia ha confiado a la Comunidad Católica de las Bienaventuranzas la animación y el cuidado del lugar. De origen francesa, fundada por Efraim Croissant en 1973, ella nació en la corriente de la Renovación Carismática. La Comunidad es mixta, la integran a la vez: laicos, sacerdotes, familias, célibes y consagrados. Su nombre tiene origen en las palabras que Jesús pronunció en el sermón de la montaña. “Bienaventurados los pobres de espíritu...”. Con su presencia en Israel la comunidad quiere contribuir a la reconciliación y al conocimiento mutuo entre los cristianos y los judíos por las vías del estudio y la oración. La comunidad está abierta a la acogida de toda persona que desee visitar y orar en este lugar.


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https://sites.google.com/site/emmausbea ... pa%C3%B1ol
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Sergio Arturo » Lun Dic 09, 2013 8:04 pm

APARICIONES ESPECÍFICAS DE JESÚS DESPUÉS DE SU RESURRECCIÓN
1 Cerca de su sepulcro
A las santas mujeres Mt 28, 9-10
A María Magdalena Mc 16, 9-11; Jn 20, 11ss
2 A los discípulos de Emaús: Mc 16, 12; Lc 24, 13-35
3 En el Cenáculo a los discípulos:
Atardecer del medio día: Lc 24, 36ss: Jn 20, 19-23
Ocho días después: Jn 20, 26-29
Ascensión: Mc 16, 14ss
4 A orillas del Mar de Tiberíades: Jn 21, 1-13
5 En un monte de Galilea
Misión universal: Mt 28, 16-20
6 Cerca de Betania
Ascención: Lc. 24, 50ss
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor FSC » Lun Dic 09, 2013 10:02 pm

"Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: "No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron"". (Mc 16, 5-6)

"Jesús se acercó a ellos y les habló así: "Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo..." Después...alzando sus manos los bendijo. Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo, en donde está sentado a la derecha del Padre". (Mt 28, 18-19; Lc 24, 50-51)

"Llegado el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar...Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividiéndose se posaron sobre cada uno de ellos; y quedaron todos llenos del Espíritu Santo". (Hch 2, 1.3-4)

"La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, concluida su vida terrena fue ascendida en cuerpo y espíritu a la gloria celestial" (Definición dogmática de Pío XII)

"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza". (Ap 12, 1)
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Pascu » Sab Dic 14, 2013 11:15 am

El rezo del Vía Lucis:

El Via Lucis, "camino de la luz" es una devoción reciente que puede complementar la del Via Crucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos. La devoción del Via Lucis se recomienda en el Tiempo Pascual y todos los domingos del año que están muy estrechamente vinculados a Cristo resucitado. Puede comenzarse con la señal de la cruz y una oración de pedido de perdón a Dios Padre para celebrar con mayor libertad de corazón y espíritu la gloria del Señor Jesús Resucitado, culminando cada Estación con una oración a Él que haga referencia a lo meditado.

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Primera estación: Jesús resucita (Mt 28: 5-6).

Segunda estación : Dos mujeres de Jesús encuentran su sepulcro vacío. (Jn 20: 1-8)

Tercera estación: Jesús resucitado se aparece a María Magdalena (Jn 20: 14-18).

Cuarta estación: Jesús se aparece en el camino a Emmaus (Lc 24: 10-30).

Quinta estación: reconocen a Jesús resucitado al partir el pan (Lc 24: 30-35).

Sexta estación: Jesús resucitado se aparece a los discípulos en Jerusalén (Lc 24: 36-40).

Séptima estación: Jesús resucitado da su paz a los discípulos y el poder de perdonar pecados (Jn 20: 19-23).

Octava estación: Jesús resucitado refuerza la fe de Tomás. (Jn 20: 24-29).

Novena estación: Jesús se aparece en el mar de Tiberíades (Jn 21: 1-12).

Décima estación: San Pedro le reitera su amor a Jesús. (Jn 21:15-19).

Undécima estación: Jesús resucitado envía a los discípulos (Mt 28: 19-20).

Duodécima estación: la Ascensión de Jesús (Lc. 24:50-53).

Decimotercera estación: María y los discípulos esperan en oración la venida del Espíritu Santo (Hch 1: 12-14).

Decimocuarta estación: La venida del Espíritu Santo, llamada Pentecostés (Hc. 2: 1-13).
Pascu
 
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor sorines » Sab Dic 14, 2013 7:43 pm

El camino de Emaús

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La aldea de Emaús ha sido identificada por tres lugares y aún no está bien definido donde realmente fue el suceso del texto de Lucas. A lo largo de los años se han presentado tres versiones de este lugar:

•En el Antiguo Testamento en el Libro de los Macabeos. Emaús al oeste de Jerusalén: Emaús -Nicopolis.
•El Qubeibeh: establecida sobre una antigua fortificación romana llamada Castellum Emmaus. Se encuentra al norte de Jerusalén.
•El Emaús del evangelio.

"En la Pascua de 2008, Benedicto XVI se refirió al hecho de que no haya sido identificada con certeza la Emaús que aparece en el Evangelio: “hay diversas hipótesis, y esto es sugestivo, porque nos permite pensar que Emaús representa en realidad todos los lugares: el camino que lleva a Emaús es el camino de todo cristiano, más aún, de todo hombre. En nuestros caminos Jesús resucitado se hace compañero de viaje para reavivar en nuestro corazón el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna” (Benedicto XVI, Ángelus, 6-IV-2008). Tomado de http://www.es.josemariaescriva.info/art ... mada-emaus

Imagen

Emaus-Nicopoli : interior de la basilica « cruzada » (siglo XII) de la aparicion en Emaus.Imagen

El baptisterio cruciforme de la Segunda basílica bizantina de Emaus-Nicopoli.

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Algunas fotos están tomadas de: http://www.christusrex.org/www1/ofm/sbf ... _TSes.html

HERMOSOS E INSTRUCTIVOS VIDEOS QUE NO SE DEBE PERDER SOBRE EMAUS:

http://www.youtube.com/watch?v=2Ik4-pWan-Y
Emaús Tierra Santa 21

http://www.youtube.com/watch?v=GZYh3PY_l6I
Lunes de Pascua en Emaús
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
sorines
 
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Re: Tema 14: El camino glorioso. Semana del 2 de diciembre

Notapor Yennis Silva » Mar Dic 17, 2013 12:28 pm

VI. Himnos para Pasión y Semana Santa , Jesús glorioso Los ángeles glorifican a Cristo. Acaso están indicando el sepulcro vacío (la masa oscura del cuerpo), y lo mismo, en las extremidades, las mujeres (o los ángeles) indican la gloria del resucitado.


Jesús glorioso
en cruz clavado,
con grandes ojos
y abiertos brazos
miras al Padre
y al mundo amado,
Jesús eterno,
crucificado.
Jesús radiante,
tu cuerpo blanco
baja al abismo,
lleva a los santos;
y al cielo subes,
resucitado,
tuyos los ángeles
sirven su canto.
La Virgen santa
y el bienamado
a tu derecha
se han cobijado;
el agua y sangre
de tu costado
riegan el cuerpo
sacramentado.
La Magdalena,
la de Santiago,
el centurión
y el siervo sano
son los testigos
del gran milagro:
el universo
santificado.
Desde el madero
con rostro blando
como a Francisco
sigues hablando:
"Mira mi cuerpo
vivo y llagado,
mira mi Iglesia
que está sangrando".
¡Jesús viviente,
Dios humanado,
con mis estigmas
muerto y alzado,
tú de la Iglesia
el deseado,
seas por siempre
glorificado! Amén.

Noticia: Este himno fue publicado en: RUFINO MARÍA GRÁNDEZ (letra) – FIDEL AIZPURÚA (música), Himnos para el Señor. Editorial Regina, Barcelona 1983, pp. 96-100. – El himno está inspirado en la interpretación del Crucifijo de San Damián, tomada de DOMINIQUE CAGNAN, OFMCap, Le Christ de Saint Damien, son sens spirituel, en Analecta OFMCap 97, 1981, 389 394.
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