1. El compromiso cristiano. Texto y lugar para tareas

Autor y Asesor: Joaquín Caldevilla Bujalance
Fuente:¿Qué me falta todavía? Indice y presentación del libro

Curso online: Qué me falta todavía? Ser cristiano en el siglo XXI


El Objetivo de este curso es ayudarte a reflexionar sobre el Evangelio y la vida de Jesucristo de un modo más moderno, más acorde con la mente y las necesidades espirituales de una persona joven que quiere conocer bien el mundo en que vive e influir en él con espíritu verdaderamente humano y, más aún, cristiano (que no se oponen).

Doce lecciones con temas básicos para tu vida, relacionados con momentos concretos de la vida de Jesús. Cada texto va encabezado por el texto correspondiente del Evangelio seguido de unas reflexiones personales. Esas reflexiones han sido enriquecidas con palabras de la Sagrada Escritura, de escritores de los primeros siglos del cristianismo, de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, y de otros autores, intercalando algunas consideraciones de jóvenes con inquietudes. Y se incluyen también ideas tomadas de novelas, escenas de películas y estrofas escogidas de poemas y canciones, así como relatos e historias.

Fecha: 17 de septiembre al 17 de diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, hini, Joaquin Caldevilla, Moderadores Animadores

1. El compromiso cristiano. Texto y lugar para tareas

Notapor Catholic.net » Lun Sep 16, 2013 6:28 pm

Autor y Asesor: Joaquín Caldevilla Bujalance
Fuente: Libro ¿Qué me falta todavía? Ser Cristiano en el siglo XXI
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Lección uno: El compromiso cristiano

En esta primera lección profundizaremos en la radicalidad de la invitación de Cristo, el compromiso Cristiano y la crisis de fe que puede existir en nuestras vidas y donde encontrar la fuerza para superarla.

Recuerda que si tienes dudas concretas consulta la Guía donde encontrarás la solución a aspectos prácticos, metodológicos y los pasos para registrarte en los foros del curso.
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Nuestro Asesor y autor del curso estará disponible en el consultorio virtual de Don Joaquín Caldevilla Bujalance y también responderá preguntas generales en los foros del curso.
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¡Buen estudio!

1. El compromiso cristiano

“«Yo soy el pan vivo que ha bajado del Cielo. Si alguno come de este pan vivirá
eternamente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. El que
come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último
día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida». (...)
Entonces, oyéndole muchos de sus discípulos, dijeron: «Dura es esta enseñanza,
¿quién puede escucharla?» (...) Desde entonces muchos discípulos se echaron
atrás y ya no andaban con él. Entonces Jesús dijo a los doce: «¿También vosotros
queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna; nosotros hemos creído y conocido que Tú eres el
Santo de Dios»”
(Juan 6, 51-69)

Es fácil imaginarse la escena. Estas palabras, pronunciadas por Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm después de haber multiplicado los panes y los peces, y las de los discípulos que le abandonan, y la respuesta de Pedro a la pregunta –clara, nítida– de Jesús, constituyen un momento intenso, que dejó huella y que ya nunca olvidarían, en la vida de los apóstoles. Contemplan un Jesús que no busca el triunfo fácil, ni un seguimiento “folklórico” o sólo emotivo, que le hubiera sido fácil conseguir: bastaban unas palabritas “políticamente correctas” sobre lo que quería enseñar, pues tenía a la gente ganada después de haber dado de comer hasta hartarse a más de cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces3. Habría quedado de maravilla ante el pueblo, habrían sonado aplausos y gritos de “¡Viva Jesús de Nazaret! ¡Viva el gran profeta!”, y todos se habrían marchado a casa contentos y con deseos de volver al día siguiente y oírle contar más cosas.

Pero no, Jesús no actuó así. Sabía bien lo que había provocado. Les anunció con toda su fuerza (varias veces lo dice) el misterio de la Eucaristía: el pan y el vino convertidos en su Cuerpo y su Sangre, alimento de vida eterna. El que pueda entender que entienda; esto es lo que hay. Se forman corrillos de gente, como en el aula o el pasillo después de una clase exigente o tensa, y se comenta en voz baja. La gente que le escucha manifiesta, primero con el gesto y después con palabras, su desconcierto: se lamenta, se escandaliza... Porque las palabras de Jesús son claras, inequívocas: mi carne, mi sangre, no tendréis vida eterna... Muchos comienzan a marcharse, y desde ese momento dejan de estar interesados en seguirle.

Ante esta situación cabría esperar una “corrección”, una matización al dirigirse a continuación a los apóstoles. Pues tampoco. Jesús se encara a los pocos que han resistido a su lado, a los de su confianza, y no cambia ni una letra: “¿También vosotros queréis marcharos?”. En la actualidad, desde hace ya unas cuantas décadas, se está produciendo una situación parecida. Muchas personas que se definían cristianas están atravesando momentos de crisis. Por diversas circunstancias –fuertes cambios culturales y sociales, dificultades familiares y conflictos laborales, desconocimiento de la vida y las enseñanzas de Jesucristo, cada vez encuentran menos atractiva la vida cristiana, y la han abandonado en la práctica.

Como mucho se consideran “culturalmente” cristianos: aprecian muchos valores del Evangelio, asisten a algunas ceremonias, y poco más. Cualquier planteamiento serio de la fe les parece una exageración, incluso fanatismo. Se les podría aplicar aquella queja que Jesús toma del profeta Isaías: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí”4.

Aunque esto ya lo había previsto Jesús. Lo explicaba en una ocasión, poniendo un ejemplo: un sembrador (Dios) que salió a sembrar su semilla (su Palabra) en su campo (el mundo). Y “parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron”; ese camino representa a los que están habitualmente con un pie dentro y otro fuera, los poco comprometidos: duran poco, se marchan pronto. Otra “parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto por no ser hondo el suelo; pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz”; y es que es muy difícil ser fiel a Dios cuando llegan los problemas si uno no está bien enraizado en Él, y a través de esa raíz se nutre y crece día a día. “Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto”; bastantes han caído en esa red, en esa tela de araña que asedia continuamente, buscando ocupar todo su espacio y todo su tiempo: dinero, tiendas, medios tecnológicos, diversiones... Menos mal que “otra parte cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto”; pero incluso entre los comprometidos hay diferencias: el 30, el 60 y el 100 por uno5.

No obstante, también es cierto que desde hace unos años algo ha cambiado. Parece haber un buen grupo de jóvenes muy motivados por el ejemplo y las enseñanzas de algunos santos recientes –especialmente de Juan Pablo II: muchos han nacido después de 1978 y se consideran la “generación Juan Pablo II”–, ayudados por un sacerdote, una religiosa, alguna institución, un movimiento, que ven las cosas de otro modo, y quieren un cristianismo más auténtico: “Esta es la generación de los que buscan al Señor, de los que buscan el rostro del Dios de Jacob”6. Ellos están invirtiendo la tendencia, aunque la reacción es todavía pequeña y poco conocida, y hay grandes masas de gente que ni se plantean el tema. Y también es posible encontrar personas menos jóvenes que, después de unos años de desorientación, de vagar sin rumbo claro, vuelven a Dios y a la Iglesia, e incluso publican libros en los que cuentan su recorrido espiritual para que sirva a otros que se encuentran perdidos como ellos...

“Dura es esta enseñanza”. Tú sabes, Jesús, que esto es lo que leo tantas veces en los ojos de mis amigos, cuando mi vida contrasta con la suya, y no acaban de entender por qué soy así… “Dura es esta enseñanza”, me dicen con su mirada cuando les propongo metas más altas, horizontes nuevos, exigentes… y veo ese miedo, ese rechazo: “Dura es esta enseñanza”.

“Señor, ¿a quién iremos?”. Jesús, estoy cansada de ver ojos tristes, vacíos, perdidos, por la calle, por los pasillos de la Facultad… No dejes, Jesús, que se apague en los jóvenes esa hambre de verdad, esa inquietud, esa rebeldía buena: nos la has puesto tú en el corazón “ (KAROL).


Entonces, esa crisis espiritual, ¿se puede superar? Claro que sí. ¿Cómo? Hay unas palabras de la Ley de Moisés repetidas siglos después por Jesús... ¿Te acuerdas?: “Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Conservarás estas palabras que te mando hoy en tu corazón, y se las enseñarás a tus hijos, y las dirás sentado en casa y andando por el camino, al acostarte y al levantarte”7. Hay que creer en Dios de verdad. No un poco, ni sólo como lo prioritario entre varias cosas igual de importantes. Dios ha de ser amado con todo nuestro ser, como lo único realmente importante, como lo que da sentido a todo lo demás: mis ocupaciones, ilusiones, intereses, ambiciones. Pues, en definitiva, ¿qué soy yo sin Dios, cómo puedo dar un significado pleno y valioso a mi vida sin colocar en el centro a Aquél que ha querido que yo exista? Amar a Dios por encima de todas las cosas, y amar a los demás como Él los ama: éste es el mandamiento esencial, el resumen y el alma de todo lo que hay que hacer, sin lo cual no se puede llevar a cabo lo demás como es debido8.

Estas palabras pueden sonar un poco a fanatismo: ¿no es demasiado radical, poco comprensivo con la libertad de cada persona? O también cabe pensar: ¿no es entonces Dios un inmenso egoísta, que quiere todo y a todos para Él? Quizá, aunque también se puede comparar a un padre que quiere compartir todo lo suyo con sus hijos, y desea que sean tan felices como él, pero a la vez les da el dinero necesario para que puedan irse de casa en cualquier momento si lo desean, y también las llaves de casa para que puedan volver cuando quieran. Se parece más al padre del hijo pródigo, ¿verdad? ¿Y llamarías egoísta a un padre así? Claro que no: más bien le estarías muy agradecido. Y, al descubrir el gran amor de ese Padre, nuestro corazón cambia y grita: Señor, no debo olvidar nunca que sin Ti no soy nada, y que mi actitud interior ha de ser la de quien moriría por Vos y procura vivir cada jornada y ocupación como si fuera nuestro último día en la Tierra9.

Al crearte, Dios ha querido establecer una alianza contigo. La palabra alianza tiene en nuestros días un sentido principalmente sociopolítico y económico: alianza de civilizaciones, alianza atlántica, alianza comercial; casi siempre como un pacto o acuerdo entre varios para defenderse de un enemigo común o para ayudarse a alcanzar unos objetivos. Pero su sentido originario es sobre todo personal: todavía hoy es el anillo que se entregan los novios como muestra de su deseo y compromiso de amarse toda la vida. Es la relación paterna y de amor que Dios estableció con Abraham y Moisés, y a través de ellos con el pueblo de Israel (Antigua Alianza); y después por medio de Jesús con cada cristiano en la Iglesia (Nueva Alianza). En las traducciones antiguas de la Biblia se habla de Antiguo y Nuevo “Testamento”, para indicar que esa alianza no es sólo un simple acuerdo entre dos iguales, sino un don infinito que se nos hace, Dios que se entrega a Sí mismo como herencia10. Sea como sea, toda alianza incluye fidelidad, compromiso, aceptación, amor.

Hay que evitar, por tanto, plantear la relación con Dios como un simple cumplimiento exterior, algo superficial y poco serio que no compromete demasiado, pues Él no lo acepta: “¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? ¡Estoy harto de holocaustos de carneros, y de grasa de animales cebados! La sangre de novillos, corderos y machos cabríos ¡no la quiero! Cuando venís ante Mí, ¿quién pide eso de vuestras manos para pisar mis atrios? No traigáis más ofrendas vanas. (...) Mi alma aborrece vuestros novilunios y solemnidades, me resultan una carga, estoy cansado de soportarlos. Cuando eleváis vuestras manos, me tapo los ojos para no veros. Cuando multiplicáis vuestras plegarias, no os quiero escuchar: vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, quitad de delante de mis ojos la maldad de vuestras obras, dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien”11.

Estas palabras suenan todavía más fuertes si tienes en cuenta que en el caso de los israelitas su relación con Dios se materializaba externamente –así se lo pidió Él mismo– en el rezo diario de ciertas oraciones transmitidas de padres a hijos, y en la repetición anual de algunos sacrificios rituales.

Lo que Dios busca es otra cosa, más honda y radical: “Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo; los holocaustos y sacrificios por el pecado no te han agradado. Entonces dije: He aquí que vengo, como está escrito de mí al comienzo del libro, para hacer, oh Dios, tu voluntad”12. Dios, al hacerse Hombre en Jesús, ha querido que su relación con nosotros tenga carne y huesos, que sea personal, concreta, práctica, viva; es decir, materializada en momentos y lugares concretos. Pero no se trata tanto de dar cosas a Dios (tiempo, dinero, oraciones) como de mantener el corazón abierto, disponible para lo que Él quiera pedirnos. Y eso sabiendo que Dios no necesita “nuestras” cosas, pues todo lo que existe procede de Él13: “Nadie dirá que fue útil a la fuente al beber de ella, o a la luz por ver gracias a ella”14. Sólo desea nuestro amor, dejándonos libres para dárselo o no. Pero ha de ser un amor sincero, confiado, total, sin trampa, capaz de sacrificarse por Aquél a quien ama.

Quizá piensas: ¿no valora Dios mucho los detalles pequeños? Sí, tienes razón. El amor se demuestra a menudo en cosas sencillas. Pero han de ser el resultado de un fuego interior que les da vida, como los granos que aparecen por el cuerpo cuando tienes fiebre alta o una reacción alérgica: salen “de dentro”. Con esa actitud vivieron los buenos cristianos al principio, dispuestos a todo lo que fuera necesario antes que echar de su vida a Dios o traicionarle: “Muy grande es la fuerza de este amor pues, a pesar de los desprecios, desea morir y vivir hecho una sola cosa con ellos. (...) Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehúya el peligro; pero ése no es nuestro caso”15. Aunque no hace falta irse tan lejos en el tiempo.

“Héroes del silencio”

Albania, cuando llegó el comunismo en 1944, tenía unos doscientos sacerdotes. Más de setenta fueron encarcelados, y diez murieron torturados o a causa de los suplicios. Monseñor Zef Simoni, consagrado obispo por Juan Pablo II en 1993, uno de los pocos supervivientes de aquella persecución, contaba en una entrevista: “Me encerraron durante doce años en el campo de Spac, una prisión que podría compararse al campo nazi de Mauthausen. Se encontraba cerca de una zona minera, en la que los detenidos eran obligados a un trabajo incesante y peligroso. De hecho muchos murieron”.

“Los prisioneros eran sometidos a descargas eléctricas, tenían que caminar descalzos sobre placas metálicas incandescentes”. “Les llenaban la boca de sal o les obligaban a tragar medicamentos dañinos para el sistema nervioso. Recuerdo que el sacerdote jesuita Gjon Karma fue enterrado vivo en un ataúd. El franciscano Frano Kiri estuvo atado a un cadáver durante varios días hasta que comenzaron a salir los líquidos del cuerpo. Otros fueron ahorcados, decapitados o ahogados en lodazales”. “A don Mark Gjini, mediante torturas, le exigieron que renegara de Cristo (...) Murió atado de forma que se asfixiara, y su cuerpo fue echado a los perros; sus restos fueron luego echados al río”.

“Con la ayuda de Dios, nosotros sólo tratamos de ser fieles a Cristo, a la Iglesia y a nuestra misión sacerdotal”. El 22 de septiembre de 2005 se encontraba en el Vaticano en una audiencia general, orgulloso de su fe: “Hoy presentamos al Papa, en el corazón, a tantos hermanos que fueron masacrados, a tantas religiosas y a tantos laicos que fueron perseguidos y que no renegaron de la Cruz”16.

En el siglo XX hemos tenido muchos testimonios de gente corriente que ha procurado poner de verdad a Dios en el centro de su vida, a veces soportando grandes dificultades o sufrimientos. “Los hombres, a través de los siglos, al encontrarse con Cristo, le han dirigido – y continúan dirigiéndole hoy– la pregunta fundamental: «¿Quién eres? ¿De dónde vienes?» (cf. Jn 19, 9). La respuesta a esta pregunta depende sobre todo de la actitud interior de disponibilidad y apertura del que la plantea. También vosotros, en esta edad bella y dramática, en la que florece toda vuestra realidad personal –corporeidad, sensibilidad, voluntad, inteligencia– estáis realizando esta búsqueda continua, que es a la vez un descubrimiento renovado, y os dais cuenta de que vuestra respuesta envuelve, en lo positivo y en lo negativo, toda vuestra existencia”17.

Todo esto resulta muy bonito, pero compruebas que muchos no se comportan así. Y además notas en tu interior que es difícil poner siempre a Dios en la cumbre de tu vida, y que a veces lo quitas para poner otras cosas que te parecen más importantes. Pero Jesús ya nos aclaró que “nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amor al otro, o prestará su adhesión al primero y menospreciará al segundo”18: si Dios no es lo primero, acabará siéndolo otra cosa. San Agustín, que tenía una larga experiencia personal de esa contradicción interior, lo expresa bien: “Dos amores fundaron dos ciudades: el amor propio hasta el desprecio de Dios, la terrena; el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, la celestial”. Ambas ciudades están como enfrentadas y a la vez superpuestas, de modo que parecen mezclarse19. Hace falta un esfuerzo diario para permanecer en la ciudad de Dios, fundada en la entrega y el don de sí, sin abandonarla para irse a la ciudad de los hombres, edificada sobre el orgullo y el egoísmo. “La luna y el amor, cuando no crecen, disminuyen” (proverbio portugués), y esto también se cumple con respecto a Dios.
Es verdad que vivimos tiempos de cambio “climático” (cultural), y los fríos vientos invernales que corren amenazan con agitar el árbol y hacer caer bastantes de sus hojas, que quizá en su mayoría están ya secas (muertas). Pero esto es un modo de revitalizar el árbol para una “nueva primavera”. “Si se mira superficialmente a nuestro mundo, impresionan no pocos hechos negativos que pueden llevar al pesimismo (...) Mas éste es un sentimiento injustificado (...) Dios está preparando una gran primavera cristiana, de la que ya se vislumbra su comienzo”20, y cuyos protagonistas serán los jóvenes de hoy, la próxima generación de cristianos.

Jesús dijo una vez que sólo los limpios (puros) de corazón podrán ver a Dios21. Y la palabra puro significa “sin mancha”, pero también “sin mezcla”: el oro es puro cuando no tiene otras cosas, cuando es puramente (solamente) oro; el aire puro es el que está limpio de la contaminación. “¿Quién podrá subir al monte del Señor? ¿Quién podrá estar en su lugar santo? El de manos inocentes y de puro corazón”22. Dios sólo acepta corazones puros, en los que Él no está “mezclado” con otras cosas al mismo nivel23. Además, así como un alimento contaminado hace enfermar al cuerpo, un cristiano que no vive decididamente su fe hace daño a los demás, introduce un elemento de corrupción, algo que distorsiona y estropea el conjunto: “Quien se pone a trabajar con hilo distinto destruye el tejido entero” (Confucio).

Actualmente palabras como éstas o las antes citadas de Jesús –“el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”– apenas tienen sentido en la mente de no pocos jóvenes. Hay un miedo y un temor: “Es mejor disfrutar de lo conocido que vivir amargados por lo desconocido”. Jesús habla de la vida eterna, pero ¿realmente existe o es un cuento que ha ido evolucionando durante los siglos? No podemos ser tan prácticos y materialistas: si quieres algo, es lógico que te cueste algo. Pero si tienes fe, esos sacrificios ya no lo son tanto: son entonces un modo de vida lleno de sentido (KAROL).

Muchas cosas de tu vida adquieren nuevo sentido, color y significado cuando se apoyan en una fe madura, coherente. “Todos nosotros conocemos ese momento en el que no basta hablar de Jesús repitiendo lo que otros han dicho, sino que hay que decir lo que uno piensa; no basta con adoptar una opinión, sino que es preciso dar testimonio, sentirse comprometido por el testimonio y llegar después hasta las últimas consecuencias de las exigencias de ese compromiso”24. Es responder de verdad, sin miedo, a la pregunta decisiva de Jesús a los apóstoles: “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”25. Pero cuando falta esa capacidad de arriesgar que pide la fe, se va concediendo cada vez menos tiempo e importancia a Dios y a “sus” asuntos:

Vivimos tiempos crueles, o a mí me lo parecen.
Vivimos esperando otro golpe de suerte.
(...)
sinceramente da lo mismo,
qué importará quién pierde o gana
si nunca nos jugamos nada.26


Sólo una espiritualidad más intensa y unida a la vida diaria, y una visión de las cosas y situaciones más de acuerdo con la fe que digo tener, asegura la unión con el árbol, la savia necesaria, la ayuda para superar las dificultades y crecer. Y lo más hermoso es que esto está al alcance de todos: la madre y el padre de familia que velan por la salud y la educación de sus hijos; la trabajadora que cumple en su empresa y a la vez se esfuerza por conseguir mayor justicia social; el científico que trata de descubrir las leyes de la naturaleza; el panadero, la secretaria, el agricultor, la médico o enfermera, el fontanero, el profesor universitario, la abogada, el policía, el estudiante o la maestra... De lo contrario habría una “doble vida”, una esquizofrenia: “la vida de relación con Dios, de una parte; y de otra, distinta y separada, la vida familiar, profesional y social”. Para un cristiano sólo hay una única vida, a la vez material y espiritual, “y ésa es la que tiene que ser –en el alma y en el cuerpo– santa y llena de Dios: a ese Dios invisible, lo encontramos en las cosas más visibles y materiales”27.

Los cristianos de los tres primeros siglos, a pesar de ser perseguidos y tener muy mala prensa, eran muy exigentes con los que se decidían –ganados por su gran caridad y la intensa alegría que manifestaban– a ser también discípulos de Jesús. Los adultos debían pasar un período de conversión, aprendizaje y purificación -metanoia, que significa “cambiar de mentalidad”, de ideas–: el catecumenado, que duraba a menudo hasta dos o tres años, con fuertes y largas penitencias si sus pecados habían sido muchos o graves. Tenían muy claro que “preguntar a un catecúmeno «¿quieres recibir el Bautismo?», significa al mismo tiempo preguntarle «¿quieres ser santo?». Significa ponerle en el camino del Sermón de la Montaña: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5, 48)”28. Y, a pesar de esa fuerte exigencia, cada día eran más y más los que querían hacerse cristianos...

No era la suya, por tanto, una religiosidad superficial, un hobby para los fines de semana o unos días especiales, un “pegote” añadido a su vida diaria pero con escasa influencia en ella. No era como el papel de un caramelo, como un “envoltorio cristiano” hecho de costumbres y tradiciones culturales pero sin tocar el nervio de la propia vida, de sus ocupaciones, ilusiones y anhelos. Sabían que su fe debían interiorizarla, que no se trataba sólo de portarse bien “por fuera”, sino que era mucho más: que habían de ser buenos “por dentro”. Era un nuevo nacimiento29, una nueva creación30, un nuevo modo de ser, de ver y plantear las cosas, de relacionarse con los demás y con el mundo que les rodeaba, que se iniciaba al ser bautizados…

“Por el bautismo hemos sido renovados, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros (...). ¿De qué manera? Con su palabra, que es objeto de nuestra fe; con el llamamiento de sus promesas; con la sabiduría de sus consejos; con los mandamientos de su doctrina. Él mismo profetiza en nosotros, abriéndonos la boca para la oración; vive en persona dentro de nosotros y con la gracia del arrepentimiento nos introduce, a quienes estábamos esclavizados por la muerte, en un templo incorruptible”31.

En su mente estaba muy claro que bautizarse significaba un nuevo modo de pensar y de vivir, un compromiso con Dios.
Y, para examinar la sinceridad de ese compromiso, Dios ha puesto a lo largo de la vida de cada persona momentos de encrucijada, en los que se enfrenta a dilemas que permiten ver de qué lado está realmente. Pues debe elegir entre aceptar algo costoso que Dios le pide –un cambio, una renuncia, un sufrimiento– o no aceptarlo; y Jesús aclaró que “el que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama”32. Pero también ha querido dejar algo permanente, que realice de manera ordinaria esa función purificadora: su Presencia en la Eucaristía. Ésta, además de alimento y fuerza para el cristiano que peregrina hacia la otra vida, actúa como un “filtro”, como una “depuradora”, que permite reconocer a los verdaderos cristianos, pues condensa y resume en sí de algún modo los principales misterios de la fe. Sólo quien cree en esa Presencia y la pone en lugar privilegiado en su vida puede llamarse verdaderamente cristiano. Sólo quien tiene esa fe viva ha pasado el filtro, el corte, no se va separando del cuerpo, no se queda fuera.
Se requiere, por tanto, una tarea constante de purificación interior, de comprobación y rectificación de nuestras verdaderas intenciones. Muchos habían visto a Jesús hacer milagros, algunos muy espectaculares: la multiplicación de los panes y los peces, la resurrección de Lázaro. Pero su actitud no es sincera, su intención no es buena: no buscan vivir de verdad todo lo que Jesús enseña (sólo lo que les conviene), quieren aprovecharse de Jesús de modo egoísta, para sus propios intereses. Su relación con Dios se parece más a un amuleto de buena suerte, o a un “intercambio comercial” –le doy algo y Él me da a cambio lo que le pido–, que a una alianza de amor. Hace falta buscar de verdad a Dios y poner nuestra vida en sus manos, sin quedarnos en la superficie: Dame, hijo mío, hija mía, tu corazón33, nos pide Él.

Se trata de vivir “un cristianismo realmente vital, que no tiene motivos para temer el futuro, porque vuelve continuamente a las fuentes y se regenera en ellas”34. Jesús vio a Mateo y le dijo: Sígueme, que quiere decir: “Imítame”; le dijo: Sígueme, más que con tus pasos con tu modo de actuar, porque quien permanece en Cristo debe vivir como él vivió.35

¿Tienes de verdad una firme decisión de vivir tu vida como una alianza de amor con Dios? ¿Y de quitar todo lo que te lo impida o dificulte, yendo al fondo, a lo más profundo de ti? Recuerda que no hace falta cortar las ramas del árbol cuando el mismo árbol está cortado por el tronco o arrancado de cuajo, ni hay que seguir el curso de los arroyos cuando estás en la fuente donde nacen. Sería un trabajo largo y penoso, y además poco inteligente, ir cerrando, uno tras otro, cada uno de los pequeños agujeros de una alcachofa de ducha para evitar que salga el agua, teniendo un poco más abajo una llave que bastase cerrar para suprimir de un solo golpe toda la salida del agua36. Se requiere una disponibilidad interior hacia Dios que se mantenga con el paso del tiempo, una fidelidad capaz de superar las dificultades. Es, en definitiva, centrarse en lo importante:

Yo... ¿para qué nací? Para salvarme;
que tengo que morir es infalible.
Dejar de ver a Dios, y condenarme,
triste cosa será, pero posible.
¿Posible, y río, duermo y quiero holgarme?
¿Posible, y tengo amor a lo visible?
¿En qué pienso, en qué me ocupo,
en qué me encanto?
Loco debo de ser, pues no soy santo
.37

Hay un pequeño juguete, fabricado por algún sabio profesor, que ha provocado más de una vocación de científico: un disco redondo de papel, pegado sobre cartón o madera, dividido en siete sectores y en ellos pintados los colores del arco iris. El experimento consiste en pinchar en el centro del disco un palito y hacer girar el disco a gran velocidad.

El resultado visual es que ¡el disco se vuelve blanco!, pues el blanco es la suma de los siete colores del arco iris. Eso ha de ser la vida cristiana, tu vida: una unidad fuerte y profunda, fruto de la suma de todos tus “colores” (dones, capacidades, dimensiones vitales), que se logra al hacer girar todo lo que eres y haces cada día alrededor de un único eje, que ha de ser Jesucristo. Así experimentarás una gran plenitud interior. Así se reflejará siempre en tu vida el color blanco, que es el color de la santidad, de la plenitud: el color de Dios.

Referencias
3 Cfr. Juan 6, 5-15.
4 Isaías 29, 13.
5 Cfr. Marcos 4, 3-20.
6 Salmos 24, 6. Y ya se oye hablar de la Generación Benedicto : así se titula un libro publicado en Alemania con preguntasy respuestas de jóvenes de diversos países, con prólogo del propio BENEDICTO XVI, y que ha sido traducido alcastellano (Palabra, Madrid 2007).
7 Deuteronomio 6, 4-7.
8 Cfr. Mateo 22, 36-40; Marcos 12, 28-33; Lucas 10, 25-28.
9 De la canción Moriría por vos , de AMARAL (letra de Eva Amaral y Juan Aguirre).
10 Cfr. BENEDICTO XVI, Homilía del Jueves Santo , San Juan de Letrán (Roma), 9.IV.2009.
11 Isaías 1, 11-17. Hay otras expresiones fuertes puestas en boca de Dios, más resumidas: Amós 5, 21-25; Jeremías 6, 20
y 7, 21-24; Salmos 40, 7-9. Y algunos de los evangelistas las recogen: Mateo 15, 8-9; Marcos 7, 6-7.
12 Hebreos 10, 5-7.
13 Salmos 94, 9: “El que plantó la oreja, ¿no va a oír? El que formó los ojos, ¿no ha de ver?”.
14 S. AGUSTÍN, La ciudad de Dios , 10, 5.
15 S. JUAN CRISÓSTOMO, Homilías sobre la segunda carta a los Corintios , 14, 1-2.
16 Más testimonios impresionantes en el libro de A. SOCCI, Los nuevos perseguidos , Encuentro, Madrid 2003.
17 Beato JUAN PABLO II, Discurso a los jóvenes en el circuito de Monza (Italia), 21.V.1983.
18 Mateo 6, 24.
19 Cfr. S. AGUSTÍN, La ciudad de Dios , 14, 28; también 10, 32, 4.
20 Beato JUAN PABLO II, Encíclica Redemptoris missio (“La misión del Redentor”), 7.XII.1990, n. 86.
21 Cfr. Mateo 5, 8.
22 Salmos 24, 3-4.
23 Cfr. G. CHEVROT, Las Bienaventuranzas , 11ª ed., Rialp, Madrid 1991, pág. 195.
24 Beato JUAN PABLO II, Homilía en la Misa para los jóvenes en Belo Horizonte (Brasil), 1.VII.1980.
25 Marcos 8, 29.
26 AMARAL, Tarde de domingo rara .
27 Cfr. S. JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones , 17ª ed., Rialp, Madrid 1989, pág. 236.
28 Beato JUAN PABLO II, Carta apostólica Novo millennio ineunte (“Al comienzo del nuevo milenio”), 6.I.2001, n. 31.
29 Cfr. Juan 3, 3-5.
30 Cfr. Gálatas 6, 15.
31 Carta de Bernabé , 16, 9 (escrita entre los años 70-130 d. C.).
32 Lucas 11, 23.
33 Cfr. Proverbios 23, 26.
34 Beato JUAN PABLO II, Carta apostólica Novo millennio ineunte (“Al comienzo del nuevo milenio”), 6.I.2001, n. 31.
35 Cfr. S. BEDA, Homilía 21.
36 Cfr. J. TISSOT, La vida interior, 10ª ed., Herder, Barcelona 1947, págs. 469-470.
37 Poesía de Félix LOPE DE VEGA.



¡Ahora toca a ti!

Cap. 1: EL COMPROMISO CRISTIANO

Cuestiones para la reflexión para comentar en los foros del curso

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?


Sugerencia práctica para vivir esta semana

- Acostúmbrate a ver todas tus ocupaciones y a cumplir todas tus obligaciones como manifestaciones concretas de una alianza de amor tuya con Dios.

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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor MARTHA ANGELY » Mar Sep 17, 2013 1:20 am

Respuesta 1.- Aunque se me hace un tanto atrevido de mi parte hacer mención de lo que creo que son las causas de la crisis de fe en Europa y USA, por no conocer su realidad más de cerca yo enumeraría lo siguiente:

1.- El olvidar las raíces, alejarse de la fuente y el origen de nuestra fe que es Cristo, creo que dejo de vivirse en las familias el encuentro con Cristo, y siendo estas la célula básica de la sociedad.
2.- Los pasos agigantados en todos los sentidos, de la ciencia, la tecnología, ... que tumbaron por así decirlo de sus manos algo que ya poseían, lo más valioso: su Fe.

Respuesta 2.- Cuando se cree por convicción, no te aferras, no esperas, no inventas, crees independientemente de que parezca que vas contra corriente o que estas loco, porque se esta seguro de lo que se cree, se esta seguro en Quien se cree, todo se hace por amor. Pate de una experiencia Divina.
En cambio ser fanático, es querer que las personas o las respuestas de parte de Dios sean como tu las planteas, quieres que nada se mueva de su lugar, y en el fanatismo muchas veces te mueve el temor y no el amor. El fanatismo creo yo es como una enfermedad que no te deja ver la realidad como es verdaderamente.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor loren559 » Mar Sep 17, 2013 12:09 pm

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.
Que no se cree penamente en Dios
Que hemos cambiado nuestra escala de valores y nos dejamos influenciar de los medios y moda
Que no vivimos nuestra Fe

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.
El fanático es el que no mide sus actos el que no sabe a dónde va pero decide seguir su camino, el que se deja llevar sin tener un conocimiento y una verdadera experiencia; el convencido conoce ha vivido y experimentado ha estado todo momento y por eso toma las decisiones cada paso que da lo da de forma segura y con bases solidas.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
Lo que le debe unir la vida del hombre es el gran amor de Dios y la seguridad de su palabra, el querer estar con El siempre y ser su testigo.

LORENA CELY
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor abagwell1963 » Mar Sep 17, 2013 12:43 pm

Aqui coloco mis Respuestas :
1. Tiempo, Situacion Economica y la Vida que desean sea cada vez mas practica
2.El que cree en Dios de verdad lo coloca en primer lugar y emprende el camino de conocimiento y entrega ve a su alrrededor.
El Fanatico solo se centra en el mismo y se olvida de lo principal que es Dios
3. a) Como en esa Fe Madura que nos habla de esa vida intensa y unida a la vida diaria,ese periodo de conversion,aprendizaje y purificacion(Metanoia)
b)La Oracion obteniendo esa gracia de Dios a travez de los sacramentos y vivir nuestro compromiso de Amor a Dios.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor InmaGSerra » Mar Sep 17, 2013 1:20 pm

Cap. 1: EL COMPROMISO CRISTIANO

Cuestiones para la reflexión para comentar en los foros del curso

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.

Las posibles causas sobre la crisis espiritual es evidente que se ha puesto a Dios en segundo lugar.
1- Nos hemos olvidado de Dios, solo se le utiliza cuando el problema es grande, pero cuando nos ayuda pasamos de el.
2- Se da mas importancia a la TV y Ordenador, ya no se va a la iglesia, pues esta pasada de moda, solo van los abuelos y nos olvidamos que Jesús, allí presente dio su vida por nosotros.

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.

-. Estar convencido es no buscar respuestas en otro lugar, pues sabes que Dios no te envía nada que no puedas soportar, deseas que todo el mundo se entere de lo maravilloso que es sentirse querido, por un amor que pide solo que lo ames con todo tu corazón.
-. El fanatismo es exigir una respuesta ya o buscar respuestas equivocadas.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?

-. Sin duda alguna la Misa, el Rosario, ir al Sagrario es lo que mueve el espíritu, es la unidad con Dios.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor a-hein » Mar Sep 17, 2013 2:21 pm


1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.

R= 1. se vive de acuerdo al mundo contemporáneo. decirle SI a Dios es renunciar a todo lo que es atractivo, todo lo que te hace Pecar y dañarte a ti mismo y la mayoría opta por seguir en lo mismo; y sobre EUROPA y USA, ahí se encuentra toda la promiscuidad, hedonismo,soberbia, homosexualidad, entre muchas cosas que se transmiten a todo el mundo, pero las personas de esos países son más propensas a sufrir esta crisis espiritual.

2. la segunda causa, y la que resume todo, es porque no se conoce o no se ama a Dios y no se tiene plena confianza y fe en él


2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.
R = Estar convencido de algo es porque ya tuviste una experiencia que te hace reafirmar lo que ya crees. dando un testimonio de lo que te ha sucedido, para que otros puedan sacar algo bueno de esa experiencia que tuviste.
por el contrario, ser fanático, es darle una importancia de forma obsesiva a aquello en lo que crees. torciendo los fundamentos y la verdad incluso.va de la mano con la idolatría.



3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Jose maría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
R= la unidad de vida del cristiano es Dios mismo, la única forma de que todos estemos unidos es amándolo primero a el, y dándole el primer lugar en nuestras vidas
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor Dominga » Mar Sep 17, 2013 2:22 pm

1.- LA USENCIA DE FE-

2.- LA DESINTEGRACION FAMILIAR, PUES YA NO HAY QUIEN TRANSMITA LOS VALORES FUNDAMENTALES.

3.- LA GLOBALIZACION.


CONVENCIDO: CUANDO A TRAVES DE UN RAZONAMIENTO INTELIGENTE QUEDO TRANQUILO CON LO QUE BUSCO.

QUERER COMPARTIRLO CON OTROS: ES CUANDO ALGO QUE ME A CONVENCIDO, ME A FASCINADO Y NO SOLO A CONQUISTADO LO RACIONAL SI NO TAMBIEN LO ESPIRITUAL.

FANATISMO: ES EL QUE PRESENTA UNA CONDUCTA CIEGA, Y UNA LOGICA INFLEXIBLE.

LO QUE DEBE MANTENERNOS UNIDOS COMO CRISTIANOS, ES LA PALABRA DE JESUS Y LA FE EN EL.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor gusanachina » Mar Sep 17, 2013 2:27 pm

Envío mis respuestas:
A) La indiferencia hacia la educación espiritual, hacia la formación cristiana tanto de uno mismo como hacia los hijos. B) Engaño que se distribuye por los medios masivos de comunicación, relacionado con la modernidad, el materialismo, consumismo.
2. Entiendo que el fanatismo es actuar por ignorancia y necedad, aferrándose a los pensamientos propios sin que se tome en cuenta el daño a uno mismo o incluso a terceras personas. Por el contrario, estar convencido y querer compartirlo, es por que se tiene el conocimiento a la luz del Espíritu Santo transmitido por medio de la Iglesia y de los Sacramentos y no solo eso sino la vivencia y experiencia de vivir conforme a la voluntad de Dios, la cual es previamente identificada con la ayuda, repito, del Espíritu Santo y la Iglesia.
3. La Unidad de Vida del Cristiano significa que Dios, Jesús, su Palabra, Él mismo sea centro de la vida del Cristiano y permitir que sea partícipe en todas las decisiones, pensamientos, sentimientos y obras que forman parte del día a día del cristiano en todos los ámbitos de la vida diaria; en lo familiar, en el trabajo, en las relaciones interpersonales.

Atte. Rocío Elizabeth Rodríguez Pérez

Nota: Gracias por la dedicación de este curso me ha servido mucho esta primera lección a lo que estoy viviendo en estos momentos de mi vida como mujer, esposa y madre.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor JIvan187 » Mar Sep 17, 2013 3:09 pm

1) No vivo en uno de los paises cercanos a Europa, pero si de Estados Unidos de Amercia. Pero al Escuchar noticias, y leer sobre las formas de vida o estilo de vida de europeos, sin animo de ofensa, eso solo con fines de responder, podria enumerar las siguientes:
a) El libertinaje en todos los aspectos, que con lleva a la falta de responsabilidad de los actos que realizan.
b) La influencia de un estilo de vida, impuesto por la TV, moda, musica, y aceptada por muchos, que se tiene
esta que lo que importa es como se siente uno en la vida, sin necesidad de acudir a Cristo.

2. la diferencia radica, en que estar convencido de algo, es estar seguro, confiado, y tener certeza, que lo que creemos es realmente lo que es, es decir, aceptar realmente que la verdad que Cristo ofrece es existente, y con lleva al conversión y convencimiento de nuestra vida a través de la aceptación diaria. esta seguridad y certeza se llama fe, y es la que nos inspira a compartirla con los demás. compartir es transmitir nuestro convencimiento hacia otra persona, por medio de nuestros actos. mientras tanto ser aficionado es únicamente hablar u opinar de lo que los demás realizan, si que no seamos parte directa de los actos que realizan los demás, o bien, que solo nos guste estar en algún lado y que no tengamos el interés realmente de pertenecer y ser participes verdaderos de algo.

3. La unidad el Cristiano, es mas que la comunión en todos los aspectos en su vida, es decir, estar y sentirse bien, en su comunidad, con sus hermanos, hijos, y familia, agradeciendo a Dios por todo lo que recibe. El elemento de la unidad diaria, es Cristo. Ya que el por amor nos concede la vida, y nosotros debemos ubicarlo como el centro de nuestra vida, como decía el ejemplo de la lección, que sea el eje de nuestra vida.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor lindoro50 » Mar Sep 17, 2013 3:31 pm

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.
• Materialismo, consumismo y medios de comunicación
• Falta de evangelización de parte de las iglesias locales y de actividades misionales
• Desconocimiento y pérdida de fe
• Secularismo
• Avance y éxito de las sectas multidenominacionales
• Falta de consensos en las conferencias episcopales locales
• Problemática hacia el interior de la iglesia (pederastia, homosexualidad, falta de humildad y transparencia en la jerarquía eclesiástica)

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.

Primero, conceptualicemos qué es un fanático: Alguien que pone sus ideas por encima de las personas (incluyendo la Persona a cuya imagen fuimos creados todos). Aquel que usa lo que cree que es la verdad como arma contra los demás, porque piensa que lo importante son las ideas y los argumentos y no las personas. En último extremo, llega a pensar que todo el que piensa de forma distinta es culpable por ello y debe ser castigado o eliminado. Por lo tanto, se pueden defender las mismas ideas con fanatismo o sin él. Segundo, lo contrario al fanatismo es alguien que, amando la verdad, se la ofrece a los demás, para que puedan disfrutar también ellos del esplendor de la misma (y, para los cristianos, alguien que ama humildemente a Jesucristo, que es la Verdad, sobre todas las cosas). Es decir, para evitar caer en el fanatismo, lo mejor es actuar de la misma forma que Dios: ofreciendo la verdad, como un ingrediente necesario para la felicidad humana, pero respetando la libertad para aceptar o no esa verdad.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)?
La definición parte de la coherencia en la vida de un simple católico, es decir, es algo que tiene que estar presente cada día, la coincidencia entre lo que dice y hace. Uno tiene que ser consistente, ya que hoy vivimos en un mundo confundido y desorientado, es difícil expresar y vivir nuestra fe. No es fácil acordar la fe con las tendencias del mundo. Para comunicarla, necesitamos desarrollar una nueva forma de expresarnos y de manifestar nuestras ideas pero para hacer esto debemos utilizar un lenguaje actual y comprensible.

En general, nuestra conducta del día a día es deficiente, por lo cual la interpelación de Jesús también se dirige a los cristianos de hoy. Los católicos decimos muchas cosas. Quizás tenemos muy clara nuestra doctrina, pero en nuestra vida cotidiana a veces nos alejamos mucho de ella y de la realidad que nos rodea, poniéndonos a soñar en vez de actuar. En conclusión no siempre somos coherentes. Jesús y su intermediario San Josémaría, nos recuerdan que hemos de honrar a Dios con el corazón, con los labios, con los hechos, con el testimonio y con la vida entera. Será entonces cuando todo aquello que digamos no será una mentira y una hipocresía, sino que será verdadero y honesto.

4) ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
Que nuestra fe sea profunda, sincera, con sus raíces puestas en el Magisterio, pero sobre todo coherentemente vivida a cada segundo.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor tralalá » Mar Sep 17, 2013 4:16 pm

abagwell1963 escribió:Aqui coloco mis Respuestas :
1. Tiempo, Situacion Economica y la Vida que desean sea cada vez mas practica
2.El que cree en Dios de verdad lo coloca en primer lugar y emprende el camino de conocimiento y entrega ve a su alrrededor.
El Fanatico solo se centra en el mismo y se olvida de lo principal que es Dios
3. a) Como en esa Fe Madura que nos habla de esa vida intensa y unida a la vida diaria,ese periodo de conversion,aprendizaje y purificacion(Metanoia)
b)La Oracion obteniendo esa gracia de Dios a travez de los sacramentos y vivir nuestro compromiso de Amor a Dios.


Gracias por tu aporte.
¿Habrás querido poner fe en lugar de ve y se te corrió el dedo?
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor tralalá » Mar Sep 17, 2013 4:26 pm

a-hein escribió:
decirle SI a Dios es renunciar a todo lo que es atractivo, todo lo que te hace Pecar y dañarte a ti mismo y la mayoría opta por seguir en lo mismo;

Decirle que Sí a DIOS es renunciar a todo lo que te hace pecar y dañarte... pero,
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor Ron33 » Mar Sep 17, 2013 4:35 pm

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.
Las personas olvidan de la vida eterna, sus problemas estan en el hoy, el que tengo pues eso es lo que importa lo demas lo espiritual eso no es percebidio y no "afecta" en mi hoy.

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.
Fanatico obliga, convencido respta, dialoga, respeta y ensena.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
Nuestras acciones, no las que se miran... de como salen de mi corazon, si de mi corazon salen buenas cosas sinceras, de dar lo mejor de mi segun mis posibilidades.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor Maritzarzz » Mar Sep 17, 2013 6:07 pm

1. Enumera 2 o 3 posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la Vieja Europa y USA

Yo considero que hoy en día hay muchas causas que provocan una crisis espiritual y que mucha gente las usa de pretextos para comportarse de manera contraria a lo que Dios nos pide como cristianos:
1) Una transmisión a "medias" de la religion o Fe, de los padres hacia sus hijos, haciendo hijos débiles ante cualquier situación negativa que se les presente y por lo tanto provocando una crisis espiritual en ellos ya que en esos momentos le pueden creer a todo lo que les dicen o ven pero no se les ocurre acudir a Dios y sobretodo tener la humildad de aceptar su voluntad.

2) Las situación económica que desgraciadamente deja sin emplea a muchos padres proveedores y provoca una crisis personal y por consiguiente en muchos caso también se provoca una crisis espiritual.

3) La falta de objetivos claros en los jóvenes, de ideas buenas y concretas, de pies firmes para no dejarse envolver por todo lo que publican los medios de comunicación que muchas veces empiezan confundiéndolos y algunas veces terminan con una fuerte crisis personal y espiritual.

2.- Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros y ser fanático

Cuando haces algo o te pasa algo que te hace mejorar, te convences de que lo que has hecho o el método que usaste es el mejor y funciona, eso provoca una alegría interna que no puede ocultarse y quieres compartirla a toda persona que puedas para que se sienta igual de bien que tu y tu además puedes ayudarlo porque tienes la certeza de que funciona, habrá casos en los que será más tardado el resultado pero tu sabes que funciona y ayudarás hasta que se logre el resultado. Ser fanático es muchas veces seguir algo aveces sin conocerlo a profundidad, y el mensaje que se trasmite es lo que dicen otras personas que digas, muchas veces aunque no estas convencido de lo que apoyas o dices lo haces por diferentes motivos: llamar la atención, que piensen que eres inteligente, etc... pero yo creo que al fanático le falta un poco de curiosidad e inteligencia para conocer mejor las cosas.

3.- ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San José María-Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que de unidad a todo lo que hacemos todo el día?

La unidad de vida del cristiano la definiría como una sola vida que debemos tener, es decir, nuestra vida espiritual, nuestro contacto con Dios se integra a nuestra vida como seres humanos de tal manera que no tenemos dos vidas sino entre las dos se produce una unidad de vida que hace dos cosas durante todos los días de nuestra vida: primera que nos acordemos de Dios a lo largo del día de diferentes maneras y la segunda, que todas las actividades que realicemos en el día las elevemos a un orden superior, ofreciéndolas a Dios de esta manera todos los días se viven de una manera diferente porque sabemos que "para algo" bueno (generalmente) es. El ser Hijos de Dios es el elemento de unidad en todo lo que hacemos todo el día.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor antoniobanon » Mar Sep 17, 2013 6:17 pm

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.

La crisis espiritual que afecta a muchos cristianos en Europa y USA en gran parte la culpa tiene la misma iglesia, muchas parroquias no saben acoger al cristiano proceda de donde proceda. Ejemplos hay, en España, muchos sudamericanos que en sus países eran católicos devotos vienen a España y al año se convierten a las iglesias protestantes. Por que le falta el sentido de acogida a las parroquias católicas. Por otra parte, la misma iglesia da poca credibilidad por los casos que han sucedido en Europa de pedofilia, robo de niños..etc. Estos casos ha generado que muchos devotos se hayan ido de la iglesia y otros ni se acerquen, solo se acercan en bautizos, bodas, comuniones y funerales. En los seminarios debería realizarse un filtro para que pasara el futuro sacerdote con verdadera vocación y quien no que se vuelva a su casa, sin importar el numero de futuros sacerdotes.
Por otro lado, la poca formación católica e ignorancia sobre el catolicismo dentro de la familia, el que una gran mayoría de los católicos creen que Dios castiga y existe una religiosidad natural ya que la gente en ocasiones comete la estupidez de adorar imágenes para pedir favores o hacen la procesión de una imagen para pedir un favor o un milagro, en vez de vivir la fe.
Lo curioso de todo es que donde mas hoy en día se necesita mas misioneros para predicar la fe es en Europa y en cambio la mayoría de los misioneros europeos van a África o Sudamérica. Por otro lado, las comunidades que existen en las parroquias no salen de sus cuatro paredes (la iglesia) para predicar el evangelio no van a la calle ni a la plaza a dar "la buena noticia".

Podre haber sido duro en mi opinión sobre crisis espiritual en el catolicismo pero hay que reconocer que en parte la iglesia también tiene su culpa.

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.

El fanático religioso es un ser ignorante, que impone, que no puede debatir, esta ciego en su causa, todo debido por una mala formación religiosa. Que es capaz de realizar acciones desmedidas con tal de defender sus creencias. Mientras que la persona que esta convencido de algo y querer compartirlo es diferente puede debatir puede transmitir mensajes de ayuda desde su creencias y su fe a sus amigos sin importarle su procedencia ni su fe e intenta ayudarles desde sus creencias.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?

La unidad de vida del cristiano es seguir a Jesucristo, agradecer a Dios por los regalos que nos da cada día sin merecerlo ya que el mayor regalo se nos dará si Dios quiere cuando no estemos en este mundo.

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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor Jessi Salas » Mar Sep 17, 2013 8:34 pm

1.- a) La ignorancia de nuestra fe, el amor al dinero o a la comodidad o placer.
b) No quiene tener un compromiso con la Iglesia
c) ahora los medios de comunicación y las escuelas, han contribuido a que el cristiano pierda su fe en la iglesia

2.- Esta convencido de alago y queres compartirlo con otros: significa creer y amar a Dios, y demostrar este amor con tu vida y testimonio, animando a que los demás tambien lo conozcan

3.- Amar a Dios y a nuestro projimo ya que aquel que no ama a su projimo no ama a Dios, predicar con nuestro vivo ejemplo y testimonio y interesarse por conocer más de nuestra fe ya que nadie ama lo que no conoce, siendo la falta de conocimiento de nuestra fe Católica la causa de que los hermanos se cambien a sectas
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor Enrikjoss » Mar Sep 17, 2013 10:17 pm

1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.
1-La falta de fe.
2- La diversidad de sectas protestantes que confunden el catolico.
3-La falta de entusiasmo por conocer a cristo.

2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.
Es estar convencido que toda nuestra vida es para glorificar a Dios y que el es lo mas importante para nuestra vida dandolo a demostrar con la caridad y el amor a el projimo no con ojos de lastima sino con misericordia sin excepciones, el fanatico busca imponer sus propios criterios, tomando la religion como Dios, una persona fanatica hace diferencia entre personas, en algunas ocasiones hasta discriminar.
3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
poner a Jesucristo como nuestro guia diario, aceptando la voluntad del Señor ya que con el somos seres nuevos como volver a nacer, es reconciliarse con el hermano, ver a Jesus en todas las personas que nos pasa enfrente sin hacer distincion, y predicar con el ejemplo con el testimonio de vida.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor cesar_beramendi » Mar Sep 17, 2013 11:09 pm

Cap. 1: EL COMPROMISO CRISTIANO

1.- Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.
- las personas creen mas en la ausencia de Dios.
-las personas piensan que no lo necesitan cuando se habla en lo económico .
-creen mas en lo material .

2.- Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático
*estar convencido es sencillamente creer en lo que uno conoce y compartirlo es el la alegría y la seguridad de lo que uno sabe
*fanático es ser ciego , andar ciego y tratar de que otros crean en tu ceguera.

3.-¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Jose maría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
- la unidad de vida es la que esta hecha de carne y espíritu, y ésa es la que tiene que ser santa y llena de Dios y el elemento que da unidad es la Fe en Él.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor MARTHA ANGELY » Mar Sep 17, 2013 11:22 pm

Perdón que haya redactado mi opinión para este foro en dos respuestas, pero hasta ahora he podido continuar.

3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Josemaría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?

La unidad de vida del cristiano, pienso se refiere a una integridad de su misma persona, en la que los pensamientos, palabras, acciones, gestos, estan unidos van en un mismo sentido, estan en perfecta armonía. Y el elemento de unidad de todo ello es el mismo Cristo; con quien ya debe haberse dado un encuentro, a quien se le ama, y se le considera la razón de ser, quien da sentido a la vida misma, por ser El, el origen y fin a donde tendemos como Cristianos.
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Re: 1. El compromiso cristiano

Notapor MARTHA ANGELY » Mar Sep 17, 2013 11:30 pm

a-hein escribió:
1) Enumera dos o tres posibles causas de la crisis espiritual que afecta a muchos cristianos, especialmente en los países de la vieja Europa y en USA.

R= 1. se vive de acuerdo al mundo contemporáneo. decirle SI a Dios es renunciar a todo lo que es atractivo, todo lo que te hace Pecar y dañarte a ti mismo y la mayoría opta por seguir en lo mismo; y sobre EUROPA y USA, ahí se encuentra toda la promiscuidad, hedonismo,soberbia, homosexualidad, entre muchas cosas que se transmiten a todo el mundo, pero las personas de esos países son más propensas a sufrir esta crisis espiritual.

2. la segunda causa, y la que resume todo, es porque no se conoce o no se ama a Dios y no se tiene plena confianza y fe en él


2) Explica la diferencia entre estar convencido de algo y querer compartirlo con otros, y ser fanático.
R = Estar convencido de algo es porque ya tuviste una experiencia que te hace reafirmar lo que ya crees. dando un testimonio de lo que te ha sucedido, para que otros puedan sacar algo bueno de esa experiencia que tuviste.
por el contrario, ser fanático, es darle una importancia de forma obsesiva a aquello en lo que crees. torciendo los fundamentos y la verdad incluso.va de la mano con la idolatría.



3) ¿Cómo definirías la unidad de vida del cristiano (San Jose maría Escrivá; Juan Pablo II)? ¿Cuál puede ser el elemento que dé unidad a todo lo que hacemos cada día?
R= la unidad de vida del cristiano es Dios mismo, la única forma de que todos estemos unidos es amándolo primero a el, y dándole el primer lugar en nuestras vidas


A-hein, sabes me gusto la manera en que planteaste tu pensamiento, en tus respuestas, se me hace una forma clara y precisa, creo que voy a aprender mucho de tí, gracias por estar en este curso.
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