3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Autor y Asesor: Joaquín Caldevilla Bujalance
Fuente:¿Qué me falta todavía? Indice y presentación del libro

Curso online: Qué me falta todavía? Ser cristiano en el siglo XXI


El Objetivo de este curso es ayudarte a reflexionar sobre el Evangelio y la vida de Jesucristo de un modo más moderno, más acorde con la mente y las necesidades espirituales de una persona joven que quiere conocer bien el mundo en que vive e influir en él con espíritu verdaderamente humano y, más aún, cristiano (que no se oponen).

Doce lecciones con temas básicos para tu vida, relacionados con momentos concretos de la vida de Jesús. Cada texto va encabezado por el texto correspondiente del Evangelio seguido de unas reflexiones personales. Esas reflexiones han sido enriquecidas con palabras de la Sagrada Escritura, de escritores de los primeros siglos del cristianismo, de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, y de otros autores, intercalando algunas consideraciones de jóvenes con inquietudes. Y se incluyen también ideas tomadas de novelas, escenas de películas y estrofas escogidas de poemas y canciones, así como relatos e historias.

Fecha: 17 de septiembre al 17 de diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, hini, Joaquin Caldevilla, Moderadores Animadores

3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Catholic.net » Lun Sep 30, 2013 11:16 am

Autor y Asesor: Joaquín Caldevilla Bujalance
Fuente: Libro ¿Qué me falta todavía? Ser Cristiano en el siglo XXI
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Lección tres: Para ser libres


Un modo de empezar a ser más libre consiste en acostumbrarte a pensar en las consecuencias de tus decisiones –y asumirlas– antes de llevarlas a cabo, en ser más consciente de lo que implica lo que vas a hacer. En esta lección reflexionaremos sobre las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios

Recuerda que si tienes dudas concretas consulta la Guía donde encontrarás la solución a aspectos prácticos, metodológicos y los pasos para registrarte en los foros del curso.
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Nuestro Asesor y autor del curso estará disponible en el consultorio virtual de Don Joaquín Caldevilla Bujalance y también responderá preguntas generales en los foros del curso.
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¡Buen estudio!


3. Para ser libres


“Al salir de la barca, enseguida le salió al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros y nadie podía tenerlo sujeto ni siquiera con cadenas; porque había estado muchas veces atado con grilletes y cadenas, y había roto las cadenas y deshecho los grilletes, y nadie podía dominarlo. Y se pasaba las noches enteras y los días por los sepulcros y por los montes, gritando e hiriéndose con piedras”
(Marcos 5, 2-5)


No es difícil imaginar la gran fuerza interior que impulsaba a este hombre, hasta el punto de hacer saltar las ataduras que le sujetaban, defendiendo a toda costa su libertad de ir por donde quisiera y hacer lo que le pareciera –incluso herirse– sin que mandasen sobre él: nadie lograba dominarlo. También ahora no pocos creyentes se encuentran incómodos o se rebelan: tienen la sensación de que vivir plenamente su fe les supone tener que renunciar a buena parte de su libertad, sin poder hacer lo que quieren o les atrae, como si estuvieran presos por unas cadenas. Sin embargo, no es difícil descubrir, al leer otros pasajes del Evangelio, que los apóstoles y quienes seguían a Jesús estaban contentos junto a Él, y se sentían libres, aunque Jesús con frecuencia era exigente y les pedía renunciar a cosas o hacer algo que no les gustaba. ¿Qué ha podido provocar ese cambio de mentalidad y de actitud?

La respuesta la encontraremos dando un pequeño, pero útil, rodeo. Hoy usamos mucho la palabra libertad: en los periódicos, en el trabajo, tomando un café, en la ciencia, incluso se grita por las calles: ¡libertad, libertad! Y a la vez hay una continua queja, como una frustración, como si fuese algo que pareciese imposible de alcanzar. Por otra parte, esa palabra la entendemos de muchas maneras distintas, lo que complica aún más las cosas. En Matemáticas, por ejemplo, se habla de grados de libertad para indicar, en un sistema de ecuaciones lineales, el número de variables que son “dependientes” de las otras, es decir, que admiten un conjunto infinito de posibles valores que son solución del sistema (los puntos de corte de dos planos no paralelos son infinitos, forman una recta). Es una libertad entendida como indeterminación, como indiferencia (da igual uno que otro).

En el campo de la Física de partículas, el término libertad es sinónimo de incertidumbre, de que no se sabe por adelantado lo que va a pasar en un sistema de masa-energía so- metido a ciertas condiciones o influjos; y, en ocasiones, el resultado puede afectar decisiva- mente a otros sistemas. Si un cambio muy leve en un sistema produce un gran efecto, se di- ce que el sistema es “sensible a las condiciones iniciales”, y depende de lo equilibradas que estén las cosas. Un ejemplo: una gota de lluvia que cae en lo alto de una cima de las Montañas Rocosas, en los Estados Unidos. Si cae a un lado de la cumbre, descenderá hacia el oes- te en un riachuelo que se convertirá en río y que irá a desembocar al océano Pacífico. Pero si lo hace unos pocos milímetros más allá, al otro lado de la cima, acabará en el océano Atlántico, a miles de kilómetros de distancia. Y no sabemos qué hará antes de que caiga: puede depender del viento en ese momento, de la erosión de cada ladera, del trabajo de las hormigas, etc.

Otro ejemplo es el del tiempo atmosférico. Los meteorólogos lo saben porque pueden simular con cierta aproximación las variaciones del clima en sus ordenadores. Para ello, incorporan todos los datos correspondientes a la temperatura, la presión y todo lo demás en el día de hoy, y luego ponen a funcionar el modelo matemático para saber el tiempo que hará mañana. En ocasiones, por curiosidad, cambian un poco algún que otro número, y vuelven a accionar el modelo: a veces eso no cambia gran cosa el pronóstico del tiempo, pero otras veces sí. Al margen de esas pequeñas variaciones hechas adrede, los meteorólogos no tienen la seguridad absoluta de haber incorporado los datos correctamente. Si tienes que teclear una larga serie de números, te darás cuenta de lo fácil que es cometer un pequeño error; y un solo número que baile puede suponer una diferencia enorme en el cálculo final.

Pasando esto al plano humano, es evidente que las decisiones que tomamos, por insignificantes que sean, repercuten en el futuro. Sin embargo, muchos antiguos creían que lo que hacíamos era voluntad de los dioses, que éramos como títeres suyos y hacíamos lo que ellos querían. Historias de la antigua Grecia, como la Odisea, se basan en la idea de que cuanto hacemos está determinado por el destino; de manera que, aun cuando crees poder elegir, quienes deciden por ti son otros (los dioses). En los inicios de la ciencia moderna, científicos como Isaac Newton también creían que todo estaba predestinado. Pensaban que las reglas de la ciencia eran como un mecanismo de relojería. Creían que al universo le habían dado cuerda al principio y que todo lo que pasara a partir de entonces era tan predecible como el tictac de un reloj. La ciencia moderna nos dice que no es así. En parte porque, debido a la sensibilidad a las condiciones iniciales (interacción de muchísimas variables), el universo “no sabe” lo que va a pasar a continuación81.

Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el agotamiento, en el campo de la Medicina, la Biología, etc. El hombre no posee una determinación biológica e instintiva tan fuerte como los animales: es bastante inespecializado, inadaptado a un entorno específico, sin un conjunto fijo de estímulos y respuestas como sucede en el caso de otras especies animales. El hombre puede interesarse por cosas que no le sirven para nada e incluso que no existen. Y responder a cada estímulo de muchos modos. Tiene muy poca especialización digestiva, y no solamente puede comer de todo, sino que hace arte culinario, inventando nuevos platos y sabores; pero también puede hacer huelga de hambre y morir teniendo delante alimento abundante, saltándose el instinto de conservación. En este sentido decimos que el hombre es libre. Los animales, en cambio, tienen un hardware adaptado a las situaciones que deben resolver, un aprovechamiento de los recursos prefijado (las tendencias e instintos) que no ad- mite nuevos programas y aplicaciones, nuevo software: no son capaces de ser creativos, de “trabajar” las ideas y objetos mentales, de preparar nuevas herramientas mentales que les
permitan superar los objetivos ya alcanzados y progresar82.

Los biólogos van llegando cada vez más a la convicción de que, en realidad, los genes no son algo independiente, como garbanzos, sino algo fluido y en continua interacción. Cómo, cuándo y en qué grado se expresa un gen (es decir, cómo es traducida su secuencia en una proteína funcional) depende de las señales de la célula en que vive. Y como esa célula está recibiendo y enviando constantemente señales (proteínas) a las demás, de muchos genes que son simultáneamente encendidos o apagados, en realidad la expresión de un determina- do gen está dependiendo de lo que está sucediendo en el resto del entero genoma, e incluso de la membrana y el citoplasma de la célula (es la epigenética: hay ya abundantes estudios científicos que lo apoyan). Esto significa que la expresión (los efectos visibles) de cualquier gen puede variar en un amplio rango, dependiendo del medio ambiente. Es decir, que en el hombre hay predisposiciones, inclinaciones, tendencias, pero no determinaciones necesarias83 en la mayoría de los casos.

Pero donde asignamos un significado y una importancia mayor a la palabra “libertad” es en la dimensión espiritual personal y en el campo social y político. Muchos la entienden como sinónimo de derecho: libertad de expresión, libertad de asociación, libertad religiosa; es decir, como ausencia de coacción o injusta limitación a la hora de decidir. La ven como algo exterior a la persona, y cuando no existen todas las opciones deseadas ya no existe libertad o es menor. Se asemeja algo –aunque no sea exactamente lo mismo– a lo que parecía reclamar el endemoniado encadenado del Evangelio. Pero existe otro sentido, que se fija más en el contenido: estar libre es estar disponible, vacío, no ocupado ni lleno (un taxi). Y así implica una carencia, una imperfección, señala que le falta algo que debe alcanzar. ¿No te sorprende un poco que la libertad pueda ser tantas cosas a la vez? Aunque, como luego verás, en realidad se puede reducir a dos modos distintos de plantear las cosas.

Que existe la libertad es comprobable: yo, en cierta medida, domino mis propios actos. Incluso en el caso de que se me intente imponer algo mediante violencia física o psicológica, mi experiencia íntima me dice que el querer hacerlo o no es un acto interior, una decisión que permanece siempre dentro de mí. La libertad está implícita, como escondida, en todas las razones y decisiones de cada persona: ¿por qué despediste a esos empleados de la empresa?, ¿por qué no quieres tener al hijo que crece en tu vientre? Y también en muchas de sus dudas e incertidumbres: ¿hago un máster o una oposición?, ¿me voy al extranjero a trabajar o lo intento aquí?, ¿me caso ya o espero a reunir algún dinero? Las decisiones humanas son fruto de la libertad, que incluye la capacidad de elegir, y afectan al mundo que nos rodea. Sus efectos son a veces pequeños, y otras veces considerables, pero siempre reales. Lo que haga una sola persona tiene que ver, de un modo u otro, con las demás; y, en buena medida, es impredecible, no está fijado de antemano.

Hay aquí algo misterioso. ¿No te ha pasado alguna vez que, a pesar de haber asumido unos principios o propósitos (dejar de fumar, un horario de estudio, un régimen de comidas, etc.), te sorprendes abandonándolos fácilmente, yendo en contra de lo que tú has decidido, sin saber muy bien por qué? Parece haber una cierta debilidad o enfermedad en nuestra libertad, un no querer del todo lo correcto en muchos casos84. Y, sin embargo, es real que existe la capacidad de decidir –y las decisiones tienen consecuencias–, el hecho de jugársela al elegir entre varias opciones posibles. Dios ha querido respetar las decisiones humanas con todas sus consecuencias, presentes y futuras, y ya se lo explicó al pueblo de Israel: “Hoy pongo ante ti la vida y el bien, o la muerte y el mal. Si escuchas los mandamientos del Señor (...) amando al Señor, tu Dios, marchando por sus caminos y guardando sus mandamientos, leyes y normas, entonces vivirás (...) el Señor, tu Dios, te bendecirá (...) Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar inclinándote ante otros dioses y dándoles culto, entonces os anuncio hoy que pereceréis sin remedio (...): elige, pues, la vida, para que tú y tu descendencia viváis, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a Él”85.


“Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia” (Paulo Coelho). El mundo puede llegar a ser muy distinto por una pequeña decisión de una persona. Imagínate qué hubiese pasado si el rey Enrique VIII no se hubiese encaprichado de Ana Bolena y hubiese sido fiel a su mujer, Catalina de Aragón. O, con un ejemplo más actual, un estudiante que, venciendo el sueño y la pereza, decide un lunes levantarse en vez de quedarse en la cama, y asistir desde la primera hora a las clases en la Facultad y, casualmente, ese día aparece otro profesor, distinto del habitual, que desarrolla la materia de manera tan genial y brillante, que el alumno se entusiasma, se decide a aprender más sobre aquello, y llega a ser con los años una eminencia mundial en bioquímica o genética, y con sus descubrimientos se salvan muchas vidas humanas. Muchos tenemos experiencia de algún profesor o profesora así, que nos ha influido positivamente; pero, en el fondo, todo dependió de una pequeña decisión personal: hoy sí me voy a levantar, aunque el fin de semana me dejara fatal86.


Quizá ya has notado que varios de los ejemplos anteriores tienen algo en común: ten- demos a poner el acento de la libertad en nuestra capacidad de elegir entre varias opciones y en la indeterminación, o sea, en hacer o no hacer, y en hacer esto o lo otro, pero así nos quedamos en la superficie. Parece como si quisiésemos encontrar un campo que pudiese producirlo siempre todo... a condición de no arar ni sembrar en él nunca nada87. Pero ¿por qué nos fijamos tanto en esto, en las opciones con que cuento, y no en otros aspectos, como mi voluntariedad, la fuerza que pongo en cada caso cuando elijo, unas veces mayor y otras menor, que tiene mucho que ver con mi motivación, con lo que me interesan y afectan las
cosas, y también con el autodominio, con la autoposesión, con la capacidad para dar y dar- se? Pero para acabar de entender bien este asunto conviene conocer una historia sucedida hace tiempo.

Corrían los últimos años del siglo XIII, y en un pueblecito al sur de Londres nació un niño. Pasó el tiempo, ese niño creció, y se hizo franciscano; estudió en Oxford y llegó a ser un conocido teólogo. Era un hombre inteligente, que se planteaba las cosas con seriedad... Se llamaba Guillermo de Ockham88. Y un día, meditando sobre Dios y su poder en el mundo y en el hombre, tuvo una crisis. Se planteó una pregunta semejante a la que una vez hizo en clase una niña de doce años: “¿Puede Dios hacer una piedra tan grande, tan grande, que después no la pueda levantar?”. Es decir, ¿podría Dios hacer algo de lo que no pudiera después volverse atrás, arrepentirse? Guillermo se quedó sin saber qué responder, y dejó que su cabeza fuera razonando: si hubiese algo que Dios no pudiera hacer, entonces Dios no se- ría todopoderoso, y entonces no sería verdaderamente Dios. Eso quiere decir que si las cosas son como son es porque Dios las ha querido así; pero entonces tendrían que poder ser de otro modo, incluso al contrario –un mundo en el que lo bueno fuera malo y lo malo bueno–, para asegurar un Dios verdaderamente todopoderoso. En el fondo, pues, todo lo que existe ha dependido de una voluntad concreta, de un “capricho” de Dios...

Esta sencilla idea, con la que tú quizá estarías de acuerdo, es probablemente una de las que más daño ha hecho en la historia de la humanidad89. Sus consecuencias, llevadas hasta el final, son terroríficas: si todo depende de una voluntad arbitraria entonces no hay una lógica, un sentido en las cosas y situaciones, pues éstas no contienen dentro de sí una verdad (una palabra dirigida por Dios hacia nosotros) igual para todos, ni algo esencial y permanente, unas relaciones y un orden con las demás cosas que se puedan conocer y comprender con seguridad. Es decir, nada es verdadero o falso en sí mismo, nada es seguro y fijo, sólo podemos decir que Dios lo ha querido así. Y entonces es difícil no ver en ese Dios a un dictador, alguien que manda pero sin razones; y la vida cristiana como un conjunto de cosas que hay que hacer o aceptar “porque lo manda Dios, porque lo manda la Iglesia”, no porque haya alguna razón que lo pida. ¿Verdad que has oído esto antes?

Ya nada sería verdad o mentira en sí mismo: dependería de lo que Dios quisiese en cada momento; y entonces no habría verdades filosóficas, pero tampoco científicas, ni de ningún tipo... Además se produce una ruptura irreconciliable entre los valores éticos y los hechos biológicos, entre las humanidades y la ciencia-tecnología moderna. Pues si las cosas no contienen “dentro de ellas” (en su modo de ser) algo que la inteligencia descubre e interpreta como cierta indicación de lo que se debe hacer con ellas (unas “instrucciones de uso”) o, al menos, de lo que es bueno o malo para ellas, entonces la libertad sólo puede entenderse como capacidad de elegir entre varias opciones indiferentes entre sí (ninguna es mejor en sí misma que las otras); y cuantas más opciones, más libertad. O sea, que todo da igual. Es como un terremoto de grado 9,8: no deja nada en pie...

Ockham era una persona creyente, y quería obedecer a Dios, y elegir la opción marca- da por Él (en la Biblia, en los mandamientos, etc.); pero no porque esa opción fuera mejor en sí misma, sino porque lo mandaba así Dios, y punto. La relación Dios-hombre ya no era para él la de Padre-hijo, sino la de Amo-esclavo. Por eso entendía la obediencia como la actitud de un esclavo: Dios limita mi libertad, mi capacidad de elegir, mis opciones, y yo me someto porque es lo que Él me pide, y porque no tengo más remedio. No la veía como la actitud propia de un hijo: hago míos los asuntos e intereses de mi padre y me implico en ellos voluntariamente (éste era el modo de verla antes, y lo que realmente enseña el cristianismo). En el planteamiento de Ockham tampoco cabe la generosidad, dar más de lo que me piden, que es lo propio del hijo que ama a su padre y quiere ayudarle todo lo posible en sus asuntos, que ahora son de ambos; pues para “defender mi libertad” (mi territorio) he de “mar- car” y delimitar todo lo posible el campo en el que me pueden mandar, y así en el resto “soy libre”, porque puedo elegir lo que yo quiero. Te suena esto, ¿verdad?

Con este enfoque, la vida cristiana, la relación con Dios, se reduce a “cumplir” unos mínimos que Dios “exige” (mandamientos, ceremonias), lo indispensable para el “aprobado”, en lugar de buscar crecer e ir a por el sobresaliente: idea –reconócelo– muy extendida entre los cristianos todavía hoy. “La libertad se concibe, con frecuencia, no como una capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios, sino como una fuerza autónoma de auto- afirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta”90. La afirmación “Mi libertad llega hasta donde llega la de los demás”91 es un buen resumen de esa visión individualista: mi libertad ya no es algo relativo, una herramienta que se me ha dado para algo, sino que ha crecido desproporcionadamente, como un tumor, y se ha convertido en un absoluto, que no quiere depender de nada ni de nadie para conseguir sus propios objetivos.

Esto es, en gran medida, un egoísmo oculto tras una careta de “buena gente”. Es como decir: que nadie me moleste ni me exija nada mientras yo no moleste a otros. Pero ¿y mis deberes y responsabilidades hacia los demás? Pues la buena tierra hace algo más que devolver el grano que le ha sido confiado; y así también el corazón verdaderamente bueno no se limita a cumplir lo mínimo, sino que va más lejos92, procura dar más de lo que ha recibido, como resultado de su crecimiento interior: “La libertad no es la facultad para desentenderse de; es la facultad de comprometerse con”93, de asumir personalmente metas y opciones va- liosas aunque supongan esfuerzo o requieran algunas renuncias. No comprometerme en nada me permite en teoría ser “más libre”, pero no me enriquece: y sin un para qué, mi libertad es bastante inútil.

Todos buscamos, más o menos conscientemente, ser felices. El problema es que la felicidad la entendemos de maneras distintas: como bienestar y placer (consumo, ocio), o como logro de una autorrealización o perfección (ser buen profesional, conseguir unos objetivos o metas personales), o como el poso que deja el servicio a los otros (donación, solidaridad)94. A quien entiende la felicidad como simple bienestar y placer personal, o a quien busca por encima de todo y de todos conseguir sus objetivos –es decir, a quien no sabe dar y amar, entregar y renunciar–, todos los vínculos le parecen cadenas y cepos asfixiantes. Sin embargo, quien siente vivir en sí un amor inmortal, no tiene miedo de comprometerse, llegando incluso hasta a dar la vida por aquello o aquellos que ama, si es necesario95. Depende de tu planteamiento vital, de aceptar que la libertad es algo muy valioso y necesario para tu crecimiento personal y para mejorar el mundo, pero sólo una herramienta, y necesita ser “engrasada”.

Siempre he tenido ansias de ser libre, de no tener ninguna atadura; pero a medida que iba creciendo me daba cuenta de que cuanto más libre pensaba y quería ser más se me complicaba la vida. Ser libre me suponía elegir, y quería elegir bien, pero esa opción siempre acababa comprometiéndome con algo, con alguien, con una situación, teniendo que abandonar otras no tan preferentes pero a menudo también válidas. La libertad a veces cansa; veo situaciones en mi vida que no van pero... es tan costoso decir ¡basta! y cambiar el rumbo... Por eso admiro a ese hombre endemoniado: porque fue capaz de decirle al Señor, aunque fuera con rabia y chillando: ¡ayúdame! Y a partir de ese momento se convirtió en ¡un hombre libre! (KAROL).

Con la ayuda de la Teoría de Juegos (Matemáticas e Inteligencia Artificial), se entiende mejor el ámbito de libertad y creatividad que posee el hombre. Tu libertad no consiste en prescindir de las leyes y normas que rigen las realidades con las que te encuentras, de tal manera que sólo puedas ser libre en una huida constante de todo lo que te viene dado. En un juego no sucede así: si decido jugar al ajedrez, estoy “determinado” por las casillas del tablero, por el número y tipo de figuras, y por sus leyes de movimiento. Igual sucede con el fútbol: campo, jugadores, balón y reglas están establecidos (también en los videojuegos), pero no mi juego ni el de los demás. Entonces, el buen jugador no es el que constantemente actúa al margen de las reglas, sino aquel que desarrolla una mayor creatividad y habilidad, pero dentro del juego. Sigue reglas precisas, y con ello descubre posibilidades que antes eran desconocidas, y también crea otras nuevas que enriquecen el juego. Pues en la situación inicial no está “escrito” de antemano el desarrollo de la partida96.

¿Te has parado alguna vez a pensar –y esto es lo que no pudo percibir Ockham– en un Dios capaz de poner desde el principio las leyes de la naturaleza, físicas, químicas y biológicas, y los mecanismos necesarios de indeterminación en las partículas elementales para, a partir de ahí, hacer surgir todos los elementos químicos, nebulosas, galaxias, estrellas y planetas, energía y materia, y un mundo tal como lo conocemos, incluyendo a los seres vivos (vegetales, animales, hombres)? ¿Y que además ha organizado en la propia naturaleza el modo de que nosotros, que no hemos sido testigos de ello, podamos conocer cómo sucedió muchos millones de años después, gracias a la existencia de la radiación de fondo del universo, de las ondas electromagnéticas (rayos gamma, X, ultravioleta, luz visible, infrarroja, ondas de radio), del isótopo radiactivo Carbono 14, del registro geológico y fósil, del ADN mitocondrial97 y el código genético? ¿No te asombra el impresionante mecanismo que posee una simple célula para fabricar las proteínas a partir de los genes, con traductores específicos, detectores de errores en la copia del ADN, e incluso sistemas de reparación de bastantes errores en la copia?

Un Dios así no es “menos todopoderoso” porque no pueda hacer ahora lo contrario de lo que quiso hacer e hizo: simplemente no es tonto, es lo suficientemente inteligente para pensarlo todo y hacerlo bien a la primera sin necesidad de corregirse después. Sabe bien lo que quiere, y lo tiene todo en “su cabeza”, y ya ha contado con el modo de “funcionar” y vivir de cada parte del todo. Ockham, sin darse cuenta, introdujo en el pensamiento de su época –una época de crisis filosófica y de vacío intelectual, de desconfianza hacia la razón– un huevo de Alien, llamado a crecer con el tiempo y convertirse en algo monstruoso al ir desarrollándose y desplegando todas sus consecuencias. Y ahora, desde mediados del siglo XX, ha llegado a salir del cuerpo y a devorar todo con su ácido corrosivo. Aunque el daño causado ya desde el principio fue muy grande.

Se podría decir, inventando un nuevo refrán, que cuando se equivoca una persona inteligente, con ella se equivoca mucha gente. Él no era consciente de sus consecuencias. Por eso, un modo de empezar a ser más libre consiste en acostumbrarte a pensar en las consecuencias de tus decisiones –y asumirlas– antes de llevarlas a cabo, en ser más consciente de lo que implica lo que vas a hacer. Pero no para huir y refugiarte en el temor o en la indecisión, sino para tomarte las cosas más en serio, y actuar con más conocimiento. Una gallina a la que le han cortado la cabeza sigue corriendo durante unos segundos –la primera vez que lo ves da grima– mientras duran los últimos impulsos nerviosos que recibió el cuerpo; pero ya no le sirve de nada a la gallina. Una libertad sin cabeza, sin pensar bien las cosas, ¿a dónde me lleva, para qué la quiero?

La libertad bien entendida se parece más a una energía, una fuerza que Dios da a cada persona, que se puede usar para el bien o para el mal, para construir y edificar bien –según la razón– y llegar a ser de verdad dueño de tu vida, o para dejarte llevar por tu debilidad y por otros, y llegar a destruirte, en mayor o menor medida. En una de las películas de la serie de La Guerra de las Galaxias, Anakin Skywalker deja de ser un verdadero caballero Jedi y sufre un proceso de transformación, al “lado oscuro de la fuerza” (Sith), cuando quiere tener algo que no le corresponde: el poder (control, dominio) para evitar el mal (sufrimiento) a aquellos a quienes ama. Y es ilustrativa la respuesta que le da el Maestro Yoda: buscar ese poder “la negra sombra de la codicia es”. Esa escena recuerda la tentación y el pecado de Adán y Eva: buscar no depender de nadie, tener yo todo el poder de decisión. Es querer “ser libre «al margen de Dios», incluso libre «contra Dios»”; pero una libertad así, “tan mal empleada, se convierte en anti-libertad”98, en una libertad prepotente, que te corrompe por dentro y destruye lo que tiene alrededor.

Es un deseo que manifiesta a la vez un temor: el de sacrificar nuestra autonomía y nuestro dominio, y renunciar con ello al control de la situación, teniendo que confiar absolutamente en alguien “fuera” de mi, como el enfermo incurable en el médico, en los familia- res, en Dios. Pero esa actitud abierta y confiada, humilde, es la que mejor nos permite conocer lo que somos y podemos: “María desea que Dios sea grande en el mundo, que sea gran- de en su vida, que esté presente en todos nosotros. No tiene miedo de que sea un «competidor» en nuestra vida, de que con su grandeza pueda quitarnos algo de nuestra libertad, de nuestro espacio vital. Ella sabe que, si Dios es grande, también nosotros somos grandes”99, porque cada uno de nosotros es un reflejo de Dios, un destello de su infinita Libertad.


Además, para que tu vida sea para ti una historia verdadera, es necesario que una gran parte de ella sea decidida sin tu permiso; de lo contrario ya no sería una aventura real, sino un sistema mental cerrado y acabado, sin posibles cambios. Pero tampoco sería bueno que tuviésemos que estar en cada instante reinventando toda nuestra vida, y por eso controlamos una parte suficiente de ella –y así podemos ser el protagonista de nuestra propia novela–; pero no dominamos toda, pues entonces ya no habría verdadero héroe ni novela. Por eso es tan sosa y aburrida la vida de muchos ricos y poderosos: no pueden vivir verdaderas aventuras –no tienen necesidad de enfrentarse a limitaciones y superarse–, o las fabrican a su gusto y medida100, y entonces dejan de ser aventuras para convertirse en fría realización de planes preconcebidos.

Por eso, si has captado lo profundo que encierra la libertad, entenderás fácilmente que ser libre no se opone a estar limitado, a depender de otros. Imagina una madre con un hijo pequeño: cuando están en un parque la madre deja que el hijo juegue, salte, corra. Sin embargo, cuando ambos están andando por un terreno pantanoso, ella agarra fuertemente la mano del niño, que va detrás; y le ha hecho entender –con palabras o gestos– que no debe separarse y que ha de seguir exactamente los pasos que ella dé. La madre acomoda su paso al del niño; alguna vez da una zancada mayor, y él se ve obligado a correr o hacer un es- fuerzo especial, pero no se separa de ella. Ahora él no está siguiendo su camino, sino el de su madre, pero lo ha hecho también suyo. En el primer caso, el comportamiento del niño parece más “activo”, mientras que en el segundo más “pasivo”. Y puedes pensar que, por ello, hay más libertad en el primer caso. Pero ¿en cuál de los dos casos el niño ha de poner más concentración, más voluntad de su parte? ¿Es menos libre por hacer lo que es mejor para él, aunque su actividad sea más interior que exterior, y tenga menos opciones? ¿En qué caso puede decirse que ha puesto más en juego su libertad101?


Y es que la libertad no depende principalmente del número de opciones que tienes para elegir. La libertad es más intensidad que posibilidades, es más calidad que cantidad. Por eso es posible ser libre y dueño de mí mismo incluso en un campo de concentración, rodeado de limitaciones y controles exteriores, y no serlo probando todo tipo de experiencias sin límite ni control (alcohol, drogas, sexo, etc.), pues esas cosas suelen atar y esclavizar, haciéndome perder gran parte de mi autodominio y autocontrol. Tu libertad sin más no es capaz de hacer tu vida auténtica, buena: sólo logra hacerla espontánea y a menudo caprichosa. Necesitas re- conocer y aceptar la realidad de las cosas, su “verdad”, para llegar a ser plenamente libre. Ya lo explicaba Jesús a los que habían creído en Él: “Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois en verdad discípulos míos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”102. Así la libertad y la apertura y confianza en los otros no son ya enemigos irreconciliables, sino colaboradores y compañeros de viaje.

“En este momento mi recuerdo vuelve al 22 de octubre de 1978, cuando el Papa Juan Pablo II inició su ministerio aquí en la Plaza de San Pedro. Todavía, y continuamente, re- suenan en mis oídos sus palabras de entonces: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!». El Papa hablaba a los fuertes, a los poderosos del mundo, los cuales tenían miedo de que Cristo pudiera quitarles algo de su poder, si lo hubieran dejado entrar”. Pero no sólo ellos: “¿acaso no tenemos todos de algún modo miedo –si dejamos entrar a Cristo totalmente dentro de nosotros, si nos abrimos totalmente a Él–, miedo de que Él pueda quitarnos algo de nuestra vida? ¿Acaso no tenemos miedo de renunciar a algo grande, único, que hace la vida más bella? (...) ¡No! Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada– de lo que hace la vida bella, libre y grande”103.

Hay que ser sinceros de verdad, y reconocer que a veces actuamos mal, usamos de manera equivocada nuestra libertad, pues es fácil engañarse pensando que las cosas son inevitables, o casualidades, y no fruto de decisiones personales:


Tengo una mala noticia, no fue de casualidad, yo quería que nos pasara, y tú, y tú
lo dejaste pasar.
No quiero que me perdones, y no me pidas perdón. No me niegues que me buscaste.

Los errores no se eligen, para bien o para mal. No fallé cuando viniste, y tú, y tú
no quisiste fallar.
Aprendí la diferencia entre el juego y el azar, quién te mira y quién se entrega.

Nada, nada de esto,
nada de esto fue un error, nada fue un error.104


Y llegamos a un asunto relacionado con la libertad del que casi no se habla: es de mal gusto, parece cosa de extraterrestres. “El tema del pecado se ha convertido en uno de los temas silenciados de nuestro tiempo”. “El cine y el teatro utilizan la palabra irónicamente o como forma de entretenimiento. La Sociología y la Psicología intentan desenmascararlo como ilusión o complejo. El Derecho mismo intenta cada vez más arreglarse sin el concepto de culpa”: prefiere considerar el bien y el mal como algo simplemente estadístico y distinguir, en su lugar, entre el comportamiento desviado y el normal. Pero las estadísticas pueden invertirse, y lo que ahora es considerado desviado puede convertirse en normal, a menudo con la ayuda de la manipulación informativa y a través de una educación determinada. Pero el bien sólo se conoce si se hace; el mal, sólo si no se hace, pues el mal huye de la luz; sólo podemos reconocer un error cuando nos libramos de él, afirmaba Goethe105.

Tiene casi veinte años y ya está cansado de soñar,
pero tras la cementera está su hogar, su mundo, su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal,
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar.
Libre,
como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar...
Libre,
como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar...
Libre,
como el viento que recoge mi lamento y mi pesar,
camino sin cesar detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin, la libertad.106


Estamos obligados a elegir en muchos casos, pero no siempre acertamos, podemos es- coger posibilidades que, a la corta o a la larga, se demuestran negativas: el pecado, elegir algo malo, hace daño a nuestro ser más profundo. ¿Y cómo acertar con las opciones positivas? No eliminando de nuestra libertad la inteligencia, pensando bien, buscando el bien. El alcohólico no es más libre por beberse una copa más; más aún, no será libre hasta que deje de beber. Si alguien se tira desde lo alto de un edificio diciendo que va a vencer la ley de la gravedad, en realidad el vencido es él. La libertad está diseñada por Dios para apuntar al bien, a lo bueno. Así, interiormente, cada persona se va haciendo o deshaciendo, se enrique- ce o se empobrece paulatinamente, dependiendo de sus decisiones, de su reacción ante las cosas y los acontecimientos. Una respuesta adecuada en el momento preciso puede encarrilar una vida; una elección equivocada (aunque cómoda) puede, por el contrario, convertir el resto del camino en una pendiente resbaladiza, o en un infierno107. Una libertad absoluta, “sin frenos”, acaba por ver las cosas no como son, sino como queremos que sean, como nos interesa a nosotros. Y somos libres, pero no todopoderosos.

Hemos andado un largo camino. Sólo una imagen antes de “cerrar sesión”. Tal vez has visto a un niño pequeño jugando al tenis con su padre: cuando el niño le da a la bola, ésta con frecuencia sale despedida a cualquier sitio menos a donde debe, pero su padre se la de- vuelve fácil, al centro, para que el niño siga jugando. Y sólo en algunos momentos, como desahogo o para acabar un punto que se está haciendo demasiado largo, el padre da un golpe en serio, y el niño ni ve pasar la bola. Algo parecido es lo que sucede entre el hombre y Dios, entre la humanidad y Dios: Él nos deja que actuemos, que demos golpes a nuestro antojo, y va enderezando más o menos visiblemente las cosas para que la historia y el progreso humanos puedan continuar. Pero de vez en cuando nos lanza un revés cruzado o un smatch –un santo como Juan Pablo II, una crisis económica, un acontecimiento internacional– que nos deja sentados y perplejos, y con el que nos gana el punto, el juego y hasta el set. Porque Él también tiene su Libertad. Y también juega.



Notas
81 Cfr. M. y J. GRIBBIN, Los misterios de la materia oscura, Ediciones B, Barcelona 2004, págs. 104-110.
82 El libro de T. DE ANDRÉS, Homo cybersapiens. La inteligencia artificial y la humana, EUNSA, Pamplona 2002, trata toda esta cuestión exhaustivamente.
83 Cfr. M. ÁLVAREZ, ¿Sabes pensar? Claves para poner rumbo al viaje de tu vida, Almuzara, Córdoba 2005, pág. 83.
El autor es médico, y se apoya en un estudio del biólogo y genetista ROSE publicado en 1998.

84 Cfr. J. L. LORDA, Moral. El arte de vivir, 2ª ed., Palabra, Madrid 1994, págs. 71-72.
85 Deuteronomio 30, 15-20.

86 Pido perdón a José María y Nacho Cano (MECANO) por el “cambio”.
87 Cfr. G. THIBON, Una mirada ciega hacia la luz, Belacqua, Barcelona 2005, págs. 51-52.
88 Aunque los datos son algo confusos, parece que nació en la aldea de Ockham, cerca de Surrey, entre 1285 y 1296; después de terminar sus estudios en Oxford, en 1320 ya era profesor en la Universidad de París; y murió en Münich al- rededor del año 1350.
89 Algunos estudiosos han creído encontrar ya una semilla de ese voluntarismo de Dios en el beato Juan DUNS SCOTO (1265-1308), teólogo escocés que fue maestro de Ockham en Oxford: así lo afirmó BENEDICTO XVI en su conferen-
cia Fe, razón y universidad, impartida en la Universidad de Ratisbona (12.IX.2006). Duns Escoto llegó a decir que Dios
podría haber establecido diez mandamientos distintos, incluso contrarios, salvo los dos primeros.

90 Beato JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio, 22.XI.1981, n. 6.
91 Es de John Stuart MILL, filósofo, político y economista inglés (1806-1873), teórico del utilitarismo (es bueno sólo lo que es útil, sobre todo para mí).
92 Cfr. S. JUAN CRISÓSTOMO, Homilías sobre 1 Tesalonicenses, 4, 1.
93 BENEDICTO XVI, Discurso en la Universidad Católica de América, Washington, 17.IV.2008.

94 Cfr. D. ÁLVAREZ - J. DE LA TORRE, 100 preguntas básicas sobre Ética de la Empresa, Dykinson, Madrid 2004, pág. 7.
95 Cfr. G. THIBON, La crisis moderna del amor, 4ª ed., Fontanella, Barcelona 1976, pág. 128.
96 Cfr. T. DE ANDRÉS, Homo cybersapiens. La inteligencia artificial y la humana, EUNSA, Pamplona 2002, págs.
228-230.

97 Marcador genético transmitido por línea materna que permite “seguir la pista” hacia atrás en el tiempo a los cambios genéticos.
98 Cfr. Beato JUAN PABLO II, Homilía, 13.XII.1984.


99 BENEDICTO XVI, Homilía en la solemnidad de la Asunción, 15.VIII.2005.
100 Cfr. G. K. CHESTERTON, El amor o la fuerza del sino, 4ª ed., Rialp, Madrid 2000, pág. 68.
101 Cfr. F. M. MOSCHNER, La oración cristiana, Rialp, Madrid 1955, págs. 258-260.
102 Juan 8, 31-32.

103 Cfr. BENEDICTO XVI, Homilía en la Misa de inicio oficial del ministerio petrino, 24.IV.2005.
104 COTI, Nada fue un error.
105 De una conferencia del Cardenal J. RATZINGER, recogida en el libro Creación y pecado, EUNSA, Pamplona 1992, págs. 88-89.

106 Nino BRAVO, Libre.
107 Cfr. F. SUÁREZ, La puerta angosta, Rialp, Madrid 1971, págs. 44-45.



¡Ahora toca a ti!


3. PARA SER LIBRES

Cuestiones para la reflexión para comentar en los foros del curso


1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro (descarga el documento en Word):

Da Click aquí y descarga el cuadro para la reflexión: http://bit.ly/19QxO5N

2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

3) ¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?


Sugerencia práctica para vivir esta semana


- Acostúmbrate a hacer un acto de libertad cada vez que reces o trabajes, diciendo a Dios: lo hago, decido hacerlo, porque quiero agradarte, hacerte feliz.

Opciones:

Descarga la lección en formato PDF
http://bit.ly/19c72Zb

Consulta lecciones anteriores

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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor KARANDREZ » Lun Sep 30, 2013 2:25 pm

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro:

El problema se da en que cuando entendemos la Libertad desde nuestra limitada conciencia, nos vemos como un ser único en el centro del mundo con la libertad en sus manos y no nos damos cuenta que la libertad hace parte de un todo, hace parte de DIOS mismo. La libertad se nos da como un don, como un elemento tan poderoso que puede afectar al mismo universo.


2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.
 

La libertad nos fue dada por la gracia de Dios, somos libres de elegirlo a EL que es el BIEN SUPREMO o evitarlo, intentar huir de EL y caer en el pecado.

En esta lección encontré algo similar a cuando uno ve una pintura que ocupa toda un muro y se acerca tanto, que solo puede ver un par de colores, tenemos la libertad de ensimismar tanto las cosas que no somos capaces de comprenderlas y las malinterpretamos, las dejamos pasar…


Pero si nos alejamos, si renunciamos a nosotros mismos, podemos ser capaces de ver la totalidad de la obra y ver que un daño ocasionado en el par de colores insignificantes que veíamos al acercarnos al muro… habían dañado el ojo de un ángel en la pintura general….
KARANDREZ
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor gracielaa1962 » Lun Sep 30, 2013 11:26 pm

Relaciones entre Pecado, libertad y Gracia de Dios

Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza y como Don gratuito le ha dado la LIBERTAD, LA INTELIGENCIA y la VOLUNTAD. Mientras que los animales obedecen sólo a sus sentidos e instintos y huyen de lo que puede perjudicarlos, el ser humano tiene la RAZÓN como guía de todo lo que hace en su vida. La razón da a la voluntad el poder de elegir, la VOLUNTAD es una cualidad del hombre, el hombre por tanto es dueño de sus propias acciones ya que tiene la facultad de elegir. Pero el conocimiento INTELECTUAL precede a la voluntad
mostandole lo que debe elegir como un bien para sí. El juicio del hombre es acto de las razón, luego después se aplica la voluntad sólo después de haber razonado y la libertad así como la voluntad busca un bien conforme a la razón del ser humano. Sin embargo la razón y la voluntad son facultades imperfectas por lo que la razón puede proponer a veces algo que en realidad es malo, con apariencia de bien y entonces la voluntad se puede dedicar a alcanzar ese supuesto bien siendo en realidad malo y así existe la posibilidad de equivocarse y por lo tanto vemos que la libertad allí tiene un defecto. Así también la voluntad puede aferrarse a querer un objeto que se aparta de la recta razón y puede abusar de la libertad a diferencia de Dios que por ser PERFECTO no puede querer lo que es malo moralmente hablando, por lo que la posibilidad de PECAR no es una libertad sino una esclavitud porque si el ser humano, movido por un agente exterior obra en contra de lo que puede ser un bien para su propia naturaleza movido por un impulso ajeno no obra por su propia naturaleza sino por el agente externo lo cuál es propio de un ESCLAVO, no de un ser LIBRE. Cuando el hombre peca obra fuera o al margen de la razón y es como si estuviera sometido al dominio ajeno y por eso quien peca es siervo o esclavo del pecado. La razón prescribe pues a la voluntad lo que debe elegir, lo que debe buscar y lo que debe evitar y ésta ordenación de la razón es LA LEY que le ayuda al hombre a no apartarse de la justa razón. Así que es la LEY la que guía al hombre en su acción y lo mueve según el premio o el castigo por la actuación y la LEY implica a una AUTORIDAD capaz de establecer obligaciones y de dar derechos así como de premiar o castigar.La ley natural es la misma Ley ETERNA escrita en los corazones del ser humano por Dios Creador y Gobernador de todo cuanto existe. La bondad divina a añadido como auxilio especial para dirigir al hombre la GRACIA DIVINA que ilumina el entendimiento e impulsa la voluntad hacia el bien y asegura el ejercicio de nuestra LIBERTAD natural. Esta GRACIA divina por proceder del creador de la naturaleza está capacitada para defender todas las naturalezas individuales y conservar sus facultades.


Como sugerencia sería hablar más de la iglesia como defensora de la verdadera libertad social conocer la encíclica católica: CARTA ENCÍCLICA
LIBERTAS PRAESTANTISSIMUM
DEL SUMO PONTÍFICE
LEÓN XIII
SOBRE LA LIBERTAD Y EL LIBERALISMO

y alguna otra realacionada.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor gracielaa1962 » Lun Sep 30, 2013 11:27 pm

Relaciones entre Pecado, libertad y Gracia de Dios

Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza y como Don gratuito le ha dado la LIBERTAD, LA INTELIGENCIA y la VOLUNTAD. Mientras que los animales obedecen sólo a sus sentidos e instintos y huyen de lo que puede perjudicarlos, el ser humano tiene la RAZÓN como guía de todo lo que hace en su vida. La razón da a la voluntad el poder de elegir, la VOLUNTAD es una cualidad del hombre, el hombre por tanto es dueño de sus propias acciones ya que tiene la facultad de elegir. Pero el conocimiento INTELECTUAL precede a la voluntad
mostandole lo que debe elegir como un bien para sí. El juicio del hombre es acto de las razón, luego después se aplica la voluntad sólo después de haber razonado y la libertad así como la voluntad busca un bien conforme a la razón del ser humano. Sin embargo la razón y la voluntad son facultades imperfectas por lo que la razón puede proponer a veces algo que en realidad es malo, con apariencia de bien y entonces la voluntad se puede dedicar a alcanzar ese supuesto bien siendo en realidad malo y así existe la posibilidad de equivocarse y por lo tanto vemos que la libertad allí tiene un defecto. Así también la voluntad puede aferrarse a querer un objeto que se aparta de la recta razón y puede abusar de la libertad a diferencia de Dios que por ser PERFECTO no puede querer lo que es malo moralmente hablando, por lo que la posibilidad de PECAR no es una libertad sino una esclavitud porque si el ser humano, movido por un agente exterior obra en contra de lo que puede ser un bien para su propia naturaleza movido por un impulso ajeno no obra por su propia naturaleza sino por el agente externo lo cuál es propio de un ESCLAVO, no de un ser LIBRE. Cuando el hombre peca obra fuera o al margen de la razón y es como si estuviera sometido al dominio ajeno y por eso quien peca es siervo o esclavo del pecado. La razón prescribe pues a la voluntad lo que debe elegir, lo que debe buscar y lo que debe evitar y ésta ordenación de la razón es LA LEY que le ayuda al hombre a no apartarse de la justa razón. Así que es la LEY la que guía al hombre en su acción y lo mueve según el premio o el castigo por la actuación y la LEY implica a una AUTORIDAD capaz de establecer obligaciones y de dar derechos así como de premiar o castigar.La ley natural es la misma Ley ETERNA escrita en los corazones del ser humano por Dios Creador y Gobernador de todo cuanto existe. La bondad divina a añadido como auxilio especial para dirigir al hombre la GRACIA DIVINA que ilumina el entendimiento e impulsa la voluntad hacia el bien y asegura el ejercicio de nuestra LIBERTAD natural. Esta GRACIA divina por proceder del creador de la naturaleza está capacitada para defender todas las naturalezas individuales y conservar sus facultades.


Como sugerencia sería hablar más de la iglesia como defensora de la verdadera libertad social conocer la encíclica católica: CARTA ENCÍCLICA
LIBERTAS PRAESTANTISSIMUM
DEL SUMO PONTÍFICE
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SOBRE LA LIBERTAD Y EL LIBERALISMO

y alguna otra realacionada.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor gracielaa1962 » Mar Oct 01, 2013 12:16 am

De una encíclica más reciente:
De la CARTA ENCÍCLICA
VERITATIS SPLENDOR
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II
A TODOS LOS OBISPOS
DE LA IGLESIA CATÓLICA
SOBRE ALGUNAS CUESTIONES
FUNDAMENTALES
DE LA ENSEÑANZA MORAL
DE LA IGLESIA

Gracia y obediencia a la ley de Dios

102. Incluso en las situaciones más difíciles, el hombre debe observar la norma moral para ser obediente al sagrado mandamiento de Dios y coherente con la propia dignidad personal. Ciertamente, la armonía entre libertad y verdad postula, a veces, sacrificios no comunes y se conquista con un alto precio: puede conllevar incluso el martirio. Pero, como demuestra la experiencia universal y cotidiana, el hombre se ve tentado a romper esta armonía: «No hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco... No hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero» (Rm 7, 15. 19).

¿De dónde proviene, en última instancia, esta división interior del hombre? Éste inicia su historia de pecado cuando deja de reconocer al Señor como a su Creador, y quiere ser él mismo quien decide, con total independencia, sobre lo que es bueno y lo que es malo. «Seréis como dioses, conocedores del bien y del mal» (Gn 3, 5): ésta es la primera tentación, de la que se hacen eco todas las demás tentaciones a las que el hombre está inclinado a ceder por las heridas de la caída original.

Pero las tentaciones se pueden vencer y los pecados se pueden evitar porque, junto con los mandamientos, el Señor nos da la posibilidad de observarlos: «Sus ojos están sobre los que le temen, él conoce todas las obras del hombre. A nadie ha mandado ser impío, a nadie ha dado licencia de pecar» (Si 15, 19-20). La observancia de la ley de Dios, en determinadas situaciones, puede ser difícil, muy difícil: sin embargo jamás es imposible. Ésta es una enseñanza constante de la tradición de la Iglesia, expresada así por el concilio de Trento: «Nadie puede considerarse desligado de la observancia de los mandamientos, por muy justificado que esté; nadie puede apoyarse en aquel dicho temerario y condenado por los Padres: que los mandamientos de Dios son imposibles de cumplir por el hombre justificado. "Porque Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas" y te ayuda para que puedas. "Sus mandamientos no son pesados" (1 Jn 5, 3), "su yugo es suave y su carga ligera" (Mt 11, 30)» 162.

103. El ámbito espiritual de la esperanza siempre está abierto al hombre, con la ayuda de la gracia divina y con la colaboración de la libertad humana.

Es en la cruz salvífica de Jesús, en el don del Espíritu Santo, en los sacramentos que brotan del costado traspasado del Redentor (cf. Jn 19, 34), donde el creyente encuentra la gracia y la fuerza para observar siempre la ley santa de Dios, incluso en medio de las dificultades más graves. Como dice san Andrés de Creta, la ley misma «fue vivificada por la gracia y puesta a su servicio en una composición armónica y fecunda. Cada una de las dos conservó sus características sin alteraciones y confusiones. Sin embargo, la ley, que antes era un peso gravoso y una tiranía, se convirtió, por obra de Dios, en peso ligero y fuente de libertad» 163.

Sólo en el misterio de la Redención de Cristo están las posibilidades «concretas» del hombre. «Sería un error gravísimo concluir... que la norma enseñada por la Iglesia es en sí misma un "ideal" que ha de ser luego adaptado, proporcionado, graduado a las —se dice— posibilidades concretas del hombre: según un "equilibrio de los varios bienes en cuestión". Pero, ¿cuáles son las "posibilidades concretas del hombre"? ¿Y de qué hombre se habla? ¿Del hombre dominado por la concupiscencia, o del redimido por Cristo? Porque se trata de esto: de la realidad de la redención de Cristo. ¡Cristo nos ha redimido! Esto significa que él nos ha dado la posibilidad de realizar toda la verdad de nuestro ser; ha liberado nuestra libertad del dominio de la concupiscencia. Y si el hombre redimido sigue pecando, esto no se debe a la imperfección del acto redentor de Cristo, sino a la voluntad del hombre de substraerse a la gracia que brota de ese acto. El mandamiento de Dios ciertamente está proporcionado a las capacidades del hombre: pero a las capacidades del hombre a quien se ha dado el Espíritu Santo; del hombre que, aunque caído en el pecado, puede obtener siempre el perdón y gozar de la presencia del Espíritu» 164.

104. En este contexto se abre el justo espacio a la misericordia de Dios por el pecador que se convierte, y a la comprensión por la debilidad humana. Esta comprensión jamás significa comprometer y falsificar la medida del bien y del mal para adaptarla a las circunstancias. Mientras es humano que el hombre, habiendo pecado, reconozca su debilidad y pida misericordia por las propias culpas, en cambio es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia. Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera, porque enseña a dudar de la objetividad de la ley moral en general y a rechazar las prohibiciones morales absolutas sobre determinados actos humanos, y termina por confundir todos los juicios de valor.

En cambio, debemos recoger el mensaje contenido en la parábola evangélica del fariseo y el publicano (cf. Lc 18, 9-14). El publicano quizás podía tener alguna justificación por los pecados cometidos, que disminuyera su responsabilidad. Pero su petición no se limita solamente a estas justificaciones, sino que se extiende también a su propia indignidad ante la santidad infinita de Dios: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, que soy pecador» (Lc 18, 13). En cambio, el fariseo se justifica él solo, encontrando quizás una excusa para cada una de sus faltas. Nos encontramos, pues, ante dos actitudes diferentes de la conciencia moral del hombre de todos los tiempos. El publicano nos presenta una conciencia penitente que es plenamente consciente de la fragilidad de la propia naturaleza y que ve en las propias faltas, cualesquiera que sean las justificaciones subjetivas, una confirmación del propio ser necesitado de redención. El fariseo nos presenta una conciencia satisfecha de sí misma, que cree que puede observar la ley sin la ayuda de la gracia y está convencida de no necesitar la misericordia.

105. Se pide a todos gran vigilancia para no dejarse contagiar por la actitud farisaica, que pretende eliminar la conciencia del propio límite y del propio pecado, y que hoy se manifiesta particularmente con el intento de adaptar la norma moral a las propias capacidades y a los propios intereses, e incluso con el rechazo del concepto mismo de norma. Al contrario, aceptar la desproporción entre ley y capacidad humana, o sea, la capacidad de las solas fuerzas morales del hombre dejado a sí mismo, suscita el deseo de la gracia y predispone a recibirla. «¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?», se pregunta san Pablo. Y con una confesión gozosa y agradecida responde: «¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!» (Rm 7, 24-25).

Encontramos la misma conciencia en esta oración de san Ambrosio de Milán: «Nada vale el hombre, si tú no lo visitas. No olvides a quien es débil; acuérdate, oh Señor, que me has hecho débil, que me has plasmado del polvo. ¿Cómo podré sostenerme si tú no me miras sin cesar para fortalecer esta arcilla, de modo que mi consistencia proceda de tu rostro? Si escondes tu rostro, todo perece (Sal 103, 29): si tú me miras, ¡pobre de mí! En mí no verás más que contaminaciones de delitos; no es ventajoso ser abandonados ni ser vistos, porque, en el acto de ser vistos, somos motivo de disgusto.

Sin embargo, podemos pensar que Dios no rechaza a quienes ve, porque purifica a quienes mira. Ante él arde un fuego que quema la culpa
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor mariaines » Mié Oct 02, 2013 8:16 am

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro
Cuanto mas libre soy mas amo. El punto culminante de la libertad está en la cruz, en la entrega. Cuanto mas me entrego, mas me humanizo, mas obediente soy y no soy esclavo.

2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.
Fui creado como un ser libre, capaz de optar por el bien o el mal. El pecado es decir libremente no al proyecto de Dios y colocarme yo al centro de ese proyecto. La gracia es ese encuentro entre Dios y el hombre, en Cristo.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Patricia Sabina » Mié Oct 02, 2013 12:20 pm

Para mí Libertad es DIOS, sólo èl puede romper nuestras cadenas, nos enseña a amar en libertad , respeta siempre nuestra libertad, nos hizo libres de elegir, pero debemos ejercer nuestra libertad unida a la voluntad de Dios solamente asi alcanzaremos la plenitud de la vida cristiana.
Pecado es para mí hacer un mal uso de mi libertad es libertinaje, y la Gracia de Dios es todo, es lo que nos permite ser y existir, sin su gracia no soy nada.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Gladys Abreu » Mié Oct 02, 2013 2:50 pm

Explica las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios:

Dios es nuestro libertador, si conocemos su palabra esta nos dará la verdad y esta verdad nos hará libre.
Dios nos da la libertad de elegir (libre albedrio), pero no debemos usar nuestra libertad alejados de nuestro Padre. Cuando abrimos nuestro corazón a él sin temor, sin dudas, con Fe, entrega nos sentiremos sin ataduras. LIBRES.

PECADO es cuando estamos fuera de las leyes y la verdad dejadas por nuestro Padre, perdemos la Fe y buscamos nuestra propia libertad sin seguir ningún reglamento del amor infinito de nuestro Dios. Pecamos cuando no deseamos sacrificar nuestra comodidad, nuestra supuesta “libertad” nos desentendemos de la moral y no deseamos comprometernos con nada, ni pensamos en lo que puede provocar nuestros actos.

Estar en la GRACIA DE DIOS debe ser el mayor deseo del creyente (nosotros) para esto debemos pedir nuestro Dios nos de fortaleza y Fe para cumplir con sus leyes y tener siempre en nuestra alma la santísima trinidad.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Minuit » Mié Oct 02, 2013 3:42 pm

Buen dia hermanitos a continuacion mis repuestas

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro (descarga el documento en Word):

Pienso que no debemos optar por lo bueno como si esto fuera una relacion de patron-trabajador en donde el patron nos tiene con la zoga al cuello y a fuerza quiere que hagamos su voluntad sino debe ser una eleccion personal y de amor.

2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

Me parece muy interesante esto y vienen a mi mente algunas escenas de la pelicula "Un angel enamorado" con Nicolas Cage, en donde se pone de manifiesto la libertad que Dios nos da a todos los seres humanos de elegir entre el bien y el mal, lo que se llama "libre albedrio" y eso me parece muy bien porque cada quien elige entre salvarse y no, entre hacer lo que le agrada a Dios y lo que no, sabiendo de antemano las consecuencias que tiene cada una de las cosas que elijamos, sean buenas o sean malas.

3) ¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?

Me gustaron mucho los ejemplos que se dieron, tanto el de la gallina en donde me quedo con esta frase “Una libertad sin cabeza, sin pensar bien las cosas, ¿a dónde me lleva, para qué la quiero?”.
Y el del niño jugando con su padre: Él nos deja que actuemos, pero de vez en cuando nos lanza un revés cruzado o un smatch, con el que nos gana el punto, el juego y hasta el set.


Bendiciones para todos.
Jn 11:25 "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá."
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Silviamaria » Mié Oct 02, 2013 4:36 pm

1) Lee despacio y reflexiona:

Escogí los siguientes pensamientos.-
Dios-hombre ≡ Padre-hijo (empeño por sacar adelante las cosas, que son de ambos); importa la generosidad.- Es decir darse a los demás, salirnos de nosotros y nos ponernos en el lugar de los otros, compartir y poner al servicio de los demás nuestras capacidades con la finalidad de ayudar.

Dios-hombre ≡ Amo-esclavo (cumplir estrictamente, lo mínimo, delimitar bien lo mandado); moral de mínimos: Es cuando no se comparte con los demás, hay egoísmo, falta de disposición y la persona se vuelve solitaria. Busca el bienestar explotando al prójimo.

2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

Hay relación entre estos conceptos porque Dios nos da la libertad para poder escoger entre el bien y el mal, estar en gracia o vivir en pecado. Llegamos al mundo con el pecado original, el Bautismo lo borra y nos regresa a Dios; pero el hombre por la libertad que posee vuelve a cometer faltas como consecuencia del pecado original ya que somos débiles e inclinados al mal por lo tanto volvemos a errar, a caer en pecado. Necesitamos de la gracia de Dios, de Cristo que se hizo hombre para salvarnos y liberarnos de la esclavitud. Solo Dios nos da la gracia santificante para salvarnos.

3) ¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?

Cada vez está más interesante el curso pero al mismo tiempo exige más razonamiento, espero haber captado el mensaje de la lección.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Arlyne47 » Mié Oct 02, 2013 5:41 pm

Reflexión del cuadro

Pienso que las reflexiones o equivalencias que se observan en el cuadro van en el sentido del ser humano en no aceptarse que fue creado a imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto se ve como alguien que tiene que limitarse a parámetros creados por los mismos seres humanos, como lo son precisamente la obtención de algo a cambio de algo, no existe el sentido de caridad ni el dar desinteresadamente, y cada uno de mis pasos es guiado precisamente por la ambición, por el poder de controlar “todo a mi beneficio” cuando realmente sin darse cuenta se entra en ciclo de esclavitud propuesto y elegido por nosotros mismos.

Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

Muchas veces había escuchado la frase “el pecado te ata…” y casi como refrán “la verdad os hará libres…” pero era difícil encontrar o interiorizar su significado si uno no ha tenido un encuentro con Dios, en la sociedad actual (y hay datos en la historia que también en los primeros siglos) el paso entre actuar al margen del pecado y las tentaciones y caer en él es muy pequeño, ya que si pensamos que lo que obtenemos es gracias a MIS FUERZAS, A MI INTELIGENCIA, A MI EXPERIENCIA, y en fin al síndrome del Yo es sumamente difícil que podamos discernir y comprometernos a algo o alguien o pensar tan siquiera que hay “ALGUIEN” que con su infinito amor nos da todo sin que nosotros demos nada, si tengo una infidelidad lo llamo un desliz porque la otra persona no me dio lo que yo necesitaba entonces no tengo porque limitarme si me merezco todo… pero es que mi libertad en ese sentido esta en amar a otra persona con sus imperfecciones por ejemplo, en construir en conjunto, en mantener los mandamientos porque es una promesa de amor de ese algo que se llama eternidad y que día a día es demostrado por la Gracia de Dios, que son todas esas cosas o actos que los vemos tan normales respirar, levantarse cada día, comunicarnos, compartir, todo eso que nos permite algo “TAN SIMPLE COMO VIVIR” (hablando en sentido figurado, qué más podemos pedir…) “Polvo eres y en polvo te convertirás”… y es que la mayoría de las cosas (aunque creo que todas) que nos esclavizan se van a quedar en la tierra cuando llegue la hora de nuestra muerte…
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor AlfredoRamirez » Mié Oct 02, 2013 11:35 pm

Reflexón del cuadro .- El cuadro comparativo entre Santo Tomas de Aquino y Guillermo de Ockham son un buen recurso para ejemplificar la postura de la Iglesia Catolica y algunas corrientes "ateas" que cuestionan desde los propositos de Dios , su "moral" y hasta su existencia, en este tema del curso la orientación que se vierte sobre la libertad es muy bien explicada y complementada con el cuadro donde se definen: Dios, Libertad, opciones , obediencia, moral del bien, Dios y su creatura , fidelidad y libertad de espiritu, en los conceptos del Doctor Angelico es evidente la orientación metafisica al valor de Dios como lo conocemos , haciendo un ejercicio de lógica donde los atributos humanos y funciones superiores como son la libertad, la decisión , el libre albedrío la fidelidad pueden ser completamente encajados con la existencia de Dios omnibenevolente ante todo , quien además de omnipotente (y por ello mismo) dota a su maxima y amada creación del libre albedrío ( que en mi opinión sería el punto cardinal de que somos hechos a "su imagen y semejanza") en ese sentido los conceptos tomistas no generan controversia con la realidad de Dios y además el concepto mas amplio de la libertad y la decisión personal y razonada sobre todo de actuar en consecuencia de la moral de Dios.
Este tema es una buena respuesta a las angustias existenciales sobre nuestra relación con Dios y nuestra libertad , una vez entendida y superada la cuestión ahora es como vamos a ser mejores ? , atinadamente el profesor del tema nos invita a hacer conciencia de que en uso de nuestra libertad, albedrío nuestros actos sean orientados a la santidad no por reglas religiosas , sino por convencimiento de que el plan de Dios es lo mejor, es por amor .
En ese sentido me queda claro que la lógica , la razón y la libertad no riñen con la existencia de Dios y sus propósitos que son buenos (moral) solo llama la atención que Guillermo de Ockham presente argumentos ilogicos en el manejo de sus conceptos y no , de ninguna manera soy peyorativo solo llamo la atención sobre el hecho que no hay argumentos logicos en contra de la verdad divina y su plan ( no soy fanático y me considero abierto a todas las opiniones , en las que creo en forma logica (Dios es logico) que invariablemente todos los razonamientos nos llevan a la certeza del amor de Dios .
En ese sentido quiero compartir un enlace de youtube http://www.youtube.com/watch?v=XdfWFQtIWx8 y con animo critico en una hora y media dos filosofos segun muy preparados debaten acerca de el origen de la moral o los actos morales solo ello , el creyente postula que emana de Dios ( los valores morales humanos) y el filosofo ateo intenta demostrar que provienen de la seleccion natural y conducta genetica , lo importante aqui , al igual que los conceptos del señor Ockham es la distorsion tan severa del pensamiento logico en tratar de demostrar la ausencia de Dios ... y más alla , los comentarios de quienes han visto este video señalan que el ateo es triunfador (!!!!) No hay peor ciego que el que no quiere ver ... y aquí es donde imploramos la gracia en nuestras comunidades y en nosotros para que Dios nos conceda humildad , amor y sabiduria para entender sus designios en esta vida y participar de su obra amorosa .
Un saludo .
add.- Magnificamente desarrollado el tema , en lo que a mi respecta con la inclusión de topicos de actualidad (Star wars y la migración del joven anakin al lado oscuro (soberbia) , la canción de la chica dorada ... nada nada fue un error, oh oh , y el amnejo de los conceptos cientificos biologicos y fisicos , enhorabuena por el esfuerzo , y gracias por ello .

Alfredo
AlfredoRamirez
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor MARIAANGELESAMIREZ » Jue Oct 03, 2013 1:21 pm

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro (descarga el documento en Word):

2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.
R= La libertad don dado al hombre a partir de su creación, es la que nos permite elegir el bien del mal, pero está dirigida a elegir siempre lo bueno, lo agradable al Señor, el pecado es la ausencia de Dios, es la elección del mal camino y la gracia de Dios es la que nos ilumina y permite hacer nuestras decisiones correctas, a través de los dones del Espíritu santo.
3) ¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?
R= Muchas veces nos creemos libertinos, no libres y creemos que eso nos permite vivir con livianidad, con excesos que equivocadamente, nos llevan a grandes fracasos y problemas en nuestra vida, el uso adecuado de la libertad, nos lleva a ser responsables de nuestros actos y mejores cristianos.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor JIvan187 » Jue Oct 03, 2013 4:56 pm

1. Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro
Es un cuadro que expone los pensamientos de dos grandes personajes, que nos hacen ver que la libertad del hombre es una gracia de DIOS, que nos regala para poder hacer o no hacer actos o tomar decisiones en nuestra vidas. Tambien se identifica que la libertad es respetada por DIOS, que en su infinito amor nos deja actuar por si solos, y dentro de ese misterio quiere que a traves de esa libertad que poseemos, podamos actuar de forma consciente en todos nuestros actos, para poder realizar en forma subjetiva su voluntad, pues al actuar consciente mente, hacemos lo que realmente tenemos que hacer, y cualquier situacion contraria sea consecuencia de nuestra decisión, de esta forma, podemos amarnos, compartir, ayudarnos, como hermanos en Cristo. La libertad se basa, en actuar de forma consciente, inteligente, responsabilidad y voluntad.

2. Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios
Cuando en nuestro actuar, y la libertad que tenemos, les hace falta una de las características que mencionamos al final de nuestra respuesta 1, y en consecuencia dejemos de ser libres, y pasamos a ser esclavos del libertinaje, o bien al no cumplir con los mandatos de DIOS, y abusamos de nuestra libertad, entramos ya en pecado, que es la situacion en la que nos apartamos del buen camino. Pero la gracias de DIOS, es infinita que nos permite retomar nuevamente nuestra relación con él. es decir, nos saca de esta situación, y nos devuelve nuestra libertad.

3.¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?
Es un tema, que me permite reflexionar sobre mi vida, mi forma de llevarla, y en la forma como tomo mis decisiones. es de gran ayuda puesto que me permite identificar verdaderamente que es libertad. Me deja un gran mensaje, en verdad creo que es una realidad, lo que dice el texto, cabalmente es lo que hoy día se vive en relación a los momentos en que decimos somos libres y no estamos consciente de que realmente estamos actuando conforme nuestros intereses y no tomamos en cuenta a DIOS.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor JIvan187 » Jue Oct 03, 2013 4:56 pm

1. Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro
Es un cuadro que expone los pensamientos de dos grandes personajes, que nos hacen ver que la libertad del hombre es una gracia de DIOS, que nos regala para poder hacer o no hacer actos o tomar decisiones en nuestra vidas. Tambien se identifica que la libertad es respetada por DIOS, que en su infinito amor nos deja actuar por si solos, y dentro de ese misterio quiere que a traves de esa libertad que poseemos, podamos actuar de forma consciente en todos nuestros actos, para poder realizar en forma subjetiva su voluntad, pues al actuar consciente mente, hacemos lo que realmente tenemos que hacer, y cualquier situacion contraria sea consecuencia de nuestra decisión, de esta forma, podemos amarnos, compartir, ayudarnos, como hermanos en Cristo. La libertad se basa, en actuar de forma consciente, inteligente, responsabilidad y voluntad.

2. Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios
Cuando en nuestro actuar, y la libertad que tenemos, les hace falta una de las características que mencionamos al final de nuestra respuesta 1, y en consecuencia dejemos de ser libres, y pasamos a ser esclavos del libertinaje, o bien al no cumplir con los mandatos de DIOS, y abusamos de nuestra libertad, entramos ya en pecado, que es la situacion en la que nos apartamos del buen camino. Pero la gracias de DIOS, es infinita que nos permite retomar nuevamente nuestra relación con él. es decir, nos saca de esta situación, y nos devuelve nuestra libertad.

3.¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?
Es un tema, que me permite reflexionar sobre mi vida, mi forma de llevarla, y en la forma como tomo mis decisiones. es de gran ayuda puesto que me permite identificar verdaderamente que es libertad. Me deja un gran mensaje, en verdad creo que es una realidad, lo que dice el texto, cabalmente es lo que hoy día se vive en relación a los momentos en que decimos somos libres y no estamos consciente de que realmente estamos actuando conforme nuestros intereses y no tomamos en cuenta a DIOS.
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Carlos Caceres » Jue Oct 03, 2013 5:59 pm

PARA SER LIBRES


2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.


El pecado es el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios, lo que permite a las personas creer en las acciones propias como la única verdad, validas solo para uno mismo y no contribuyen al bien común, y esto lo ha demostrado la historia desde sus inicio, con los grandes totalitarios de la humanidad, esta es la concepción de Guillermo de Ockam; Libertad es la capacidad del ser humano para obrar según su propia libertad, esta libertad no es absoluta, tiene sus límites con los cuales hay que vivir, la libertad más profunda es la libertad interior, con responsabilidad y compromiso con Dios. En la vida existe los límites para la convivencia de la humanidad Ejemplo: Los semáforos, no podemos cruzar la boca calle, si la luz del semáforo esta en rojo, también están los limites de Dios, dados para discernir entre lo bueno y lo malo; gracia de Dios, es el perdón, compasión y tolerancia, que los atribuye a las acciones de la libertad de las personas por obrar haciendo siempre el bien, y los que se equivocan, siempre y cuando estén arrepentido.


3) ¿Algún comentario o sugerencia sobre el tema de esta lección?
Las nuevas percepciones de la educación en la enseñanza – aprendizaje de la moral, están enfocadas a la determinación o a la interpretación del individuo, fortaleciéndoles un ego de libertinaje y acciones individualistas. Exigiendo derechos que no están de acuerdo con la edad de la persona. Jóvenes menores de edad llegando en horas de la madrugada los fines de semana, la no participación en actos religiosos (Misa)
Carlos Caceres
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Kike Delgado » Jue Oct 03, 2013 8:54 pm

Relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

Caray, no se por dónde empezar, entre libertad y pecado creo que hay una relación que logro entender muy bien, cada individuo en la libertad que tiene, con voluntad propia decide hacer actos ausentes del amor de Dios, esto para mi es la definición de pecado, por más fuerte que sea una tentación la decisión final de ceder o no ceder siempre la tendremos en nuestras manos y aquí entra la parte de qué tan entrenada tenemos la voluntad.
Ahora la libertad y la gracia de Dios, es una relación interesante, no logro definir una sola relación, vamos, no decido obtener la gracia de Dios, porque Dios me la da por amor, por ser mi creador, me da la gracia en mi naturaleza, en mi parte espiritual, concientemente tal vez no cometemos los pecados pensando HAGO ESTO PARA PERDER LA GRACIA, simplemente la perdemos por no pensar en las consecuencias y hacer las cosas obedeciendo, instintos, pasiones, conveniencias, etc. sin embargo Dios deja una puerta abierta a través de la cual si puedo, voluntariamente, decidir recuperar esa gracia de Dios, la reconciliación es un sacramento que no se puede llevar a cabo si no hay una plena voluntad de querer hacerlo.
En estos días, platicando a cerca del pecado y la gracia de Dios, la relación que hoy podría decir es que siempre van de la mano, Dios nos ha creado hombres y mujeres, libres y con inteligencia, la gracia de Dios va siempre acompañada de nuestra naturaleza humana y juntas hacen una dualidad natural que Dios nos ha regalado, su gracia por amor y filiación y el pecado como acto no razonado plenamente que nos ocasiona consecuencias alejadas del plan de salvación que Dios diseño para nosotros.


comentarios de la sesión... pues quiero agradecer por todo lo compartido, es un tema que yo creo se llevaría un curso completo, pero en definitiva la sintesis que han presentado para esta sesión ha iluminado una vez más mi mente, corazón y existencia! el ejemplo final del juego de tenis estremeció mi corazón, como lo hace la reflexión final de cada sesión! gracias, bendiciones!
Kike Delgado
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Vi100 » Vie Oct 04, 2013 1:25 am

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro:


El cuadro que se nos ofrece expresa claramente la oposición entre dos conceptos de libertad enfrentados en su esencia; mejor debiera decir que enfrenta el concepto de libertad con un concepto de conveniencia al que pretendemos llamar del mismo modo.
Así, la inteligencia frente a la arbitrariedad, la autodeterminación hacia el bien frente a una mera elección entre opciones, un concepto de obediencia perfecto que a su vez implica un concepto perfecto de autoridad como reconocimiento frente a una obediencia de sumisión, qué bien expresado una moral del bien frente a una moral de obligación, una libertad útil frente a otra inútil, una relación paterno filial frente a una relación de dominio esclavitud.
A quienes gozamos del don de la paternidad no nos puede caber resquicio de duda ante este esquema. Y aún sin ser padres, solamente con el mínimo de inteligencia no cabe lugar a dudas… pero claro… el verdadero concepto de libertad no permite una sociedad como la que hemos ido tejiendo donde se la ha disfrazado, se la ha maltratado, recortado y en determinados ambientes destruido pero como no conviene reconocerlo le mantenemos el mismo nombre y modificamos su campo semántico.
Es el juego del momento actual… jugando con las palabras vamos dominando los conceptos y el paso siguiente es el dominio de las personas.
Por poner un ejemplo. Hablar de eutanasia es fuerte. Por tanto damos un rodeo: hablamos de vida digna, de envejecimiento útil, de evitar sufrimientos inútiles, de respeto a la voluntad del enfermo… para al final llegar al mismo sitio pero con un eufemismo refinado: muerte digna.


2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.

Se ha manejado un concepto de pecado asociado al incumplimiento de unas normas, al menosprecio de preceptos; esto, lejos de invitar y acercar a un concepto de libertad como el que propone el capítulo / lección se ha convertido más bien en una invitación a la rebelión facilitando el argumentario de quien con una estrechez de miras poco inteligente quiere ver en ello una imposición…
Sumemos a ello que mucha gente ha recibido una formación doctrinal en base a cumplir los diez mandamientos de la Ley de Dios que más bien se presentan como prohibiciones encabezadas por “No…” y a unos mandamientos de la Iglesia de la que se mantiene un concepto más desgastado cada día.
Entendiendo bien la libertad como proximidad a Dios, como sintonía con su voluntad, como gozo de una relación paterno filial, como una moral del bien creo que cabe entender mucho mejor el concepto de pecado como una ofensa voluntaria a Dios, como una decisión de alejamiento, como una rebelión a su paternidad.
Creo que ha habido un alejamiento de Dios más que por una decisión voluntaria por un mal concepto de la libertad y del pecado. Personas a quienes se les sitúa en una posición de pecado cuando esa no ha sido una decisión. Es una lástima que estas personas sufran inútilmente y se sientan excluidas de una Iglesia que más que acogedora y comprensiva se les muestra o la ven como hostil y juez.
Afinemos un poco más; acerquémonos a esta nueva línea que va marcando nuestro Santo Padre Francisco… no excluyamos a nadie, no señalemos a nadie con el dedo indicándole su situación de pecado… abramos el hospital de campaña que propone el Papa para acoger a todo el mundo. Dios nos quiere a todos, a todos por igual.


3 ¿Algún Comentario o Sugerencia Sobre el tema de esta Lección?

Comentarios:
a.- Creo que es un tema tratado excelentemente. El planteamiento es perfecto, el vocabulario es conciso y claro, los ejemplos están acertadísimos. He intentado hacer llegar mi felicitación al profesor por ello.
b.- Convendría que la clarificación que este tema ofrece llegara a muchas sacristías, es decir, que la predicación diaria de los sacerdotes estuviera más en este línea que una libertad esquematizada y encorsetada por normas estrictas, más en la línea de un Dios Padre que un Dios juez.
c.- He leído ya tres veces el tema y en cada una de ellas he disfrutado más que en la anterior.
d.- La lectura y la comprensión de este tema podría resultar muy reconfortante para mucha gente que se ha ido alejando de una manera pasiva y absurda de la Iglesia, porque se han sentido rechazados por su normativa estrecha, se han ido sintiendo incómodos. Sintiendo esa situación como un lastre ya ni siquiera se preocupan de salir de esa situación.

Sugerencia:

Lo desconocía y me impresionó este verano escuchar una conferencia- testimonio del arquitecto mejicano Bosco Gutiérrez Cortina que estuvo nueve meses secuestrado; le secuestraron todo pero siguió sintiéndose libre.
Sé que Radio María dispone de esa conferencia pero aún no he podido conseguirla. Me gusta mucho más que una entrevista convertida en varios videos disponibles en youtube; no obstante el testimonio es el mismo.
A quien no lo conozca se lo recomiendo vivamente; es suficiente con teclear su nombre en Google.
Vi100
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor guetty » Vie Oct 04, 2013 11:40 am

1) Lee despacio y reflexiona sobre el siguiente cuadro:
La libertad como la plantea Santo Tomás, es una libertad que implica una felicidad permanente. Al saberte libre en gracia de Dios, eres feliz, por saber que has elegido lo correcto, para lo que fuiste creado. Adicionalmente, esta libertad de generosidad ve por el prójimo, es capaz de sacrificarse por amor, sabiendo que lo que se persigue es un bien mayor.
Por otro lado, Guillermo de Ockam, entendía la libertad no tener compromisos ni ataduras. Creo que esto es imposible, pues vivimos en sociedad, y esta convivencia hace que en algún momento tengamos que comprometernos , si viviéramos aislados probablemente se podría dar la libertad como la plantea Ockam, pero de qué nos serviría esta libertad llena de opciones si no tenemos con quien compartir.
De esta libertad mal entendida es de donde vienen muchos pecados. Por ejemplo, el hecho de querer ejercer nuestra “libertad sexual” sin ataduras y compromisos, nos ha llevado a tener tantos problemas de adolescentes embarazadas, matrimonios rotos, madres solteras e, incluso, querer equiparar las uniones homosexuales con el matrimonio natural.
Creo que el planteamiento de libertad que hace Ockam es un ejemplo del problema tan grande que causa el utilizar mal las palabras para confundir a la gente. Actualmente esto sucede con los términos:
• Interrupción legal del embarazo – cuando en realidad se refieren a matar al bebé en el vientre materno.
• Matrimonio homosexual – en realidad es una unión entre 2 personas del mismo sexo.
• Saco o bola de células – en realidad es el bebé en formación en el vientre de su mamá.
Debemos tener cuidado de no caer en los engaños que nos presenta el demonio cuando se viste de oveja.


2) Explica brevemente las mutuas relaciones entre pecado, libertad y gracia de Dios.
En el Evangelio dice: el que no está conmigo, está en mi contra. Si la libertad que Dios nos da como seres humanos y la cual respeta, no la utilizamos para estar con Él, para permanecer en su gracia,, quiere decir que la estamos utilizando para estar en su contra. El pecado es precisamente, alejarnos de Dios, darle la espalda. Y creo que es importante que reflexionemos que Dios nos dio talentos para multiplicarlos. A veces pensamos en esos talentos de forma humana y creemos que como no sabemos cantar, actuar, diseñar, hablar muy bien, entonces no tenemos talentos. Pero cada uno de nosotros posee libertad y ésta también entra dentro de esos talentos que Dios nos dio. Nosotros elegimos si multiplicamos los frutos de la libertad que poseemos viviendo en gracia de Dios o si la escondemos bajo el suelo y buscamos una falsa libertad que nos llevará a vivir en pecado.


Saludos en Cristo y María,
Rafaela Colin
guetty
 
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Re: 3. Para ser libres. Texto y lugar para dejar tareas

Notapor Jessi Salas » Vie Oct 04, 2013 12:55 pm

:?: Para mi pecado es faltar al amor que Dios nos tiene, rompe con nuestra amistad con Dios al no corresponderle a su amor con amor. Libertad es el poder obrar de acuerdo a nuestra propia voluntad Gracia de Dios es el perdón que nos da Dios a través del verdadero arrepentimiento por nuestros pecados a través de la confesión.

:idea: La relación con todo esto es que Dios nos ama tanto que quiere que le correspondamos con amor y nos salvemos, pero el no nos forza a nada, si no que nos deja en libertad para poder elegir o no la salvación, a través de nuestro esfuerzo y obras por alcanzarla.
Jessi Salas
 
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