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64. La teología del cuerpo
Al continuar, conviene ahora que volvamos de nuevo a las palabras del Evangelio, en las que Cristo hace referencia a la resurrección: palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también «la renunci

(11-XI-81/15-XI-81)
1. Reanudamos hoy, las meditaciones que veníamos haciendo desde hace tiempo sobre la teología del cuerpo.
Al continuar, conviene ahora que volvamos de nuevo a las palabras del Evangelio, en las que Cristo hace referencia a la resurrección: palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también “la renuncia” a la vida conyugal “por el reino de los cielos”.

La compleja casuística del Antiguo Testamento en el campo matrimonial no sólo impulsó a los fariseos a ir a Cristo para plantearle el problema de la indisolubilidad del matrimonio (cf. Mt 19, 3-9, Mc 10, 2-12), sino también a los saduceos en otra ocasión para preguntarle por la ley del llamado levirato (1). Los sinópticos relatan concordemente esta conversación (cf. Mt 22, 24-30; Mc 12, 18-27; Lc 20, 27-40). Aunque las tres redacciones sean casi idénticas, sin embargo, se notan entre ellas algunas diferencias leves, pero, al mismo tiempo, significativas. Puesto que la conversación está en tres versiones, la de Mateo, Marcos y Lucas, se requiere un análisis más profundo, en cuanto que la conversación comprende contenidos que tienen un significado esencial para la teología del cuerpo.

Junto a los otros dos importantes coloquios, esto es: aquel en el que Cristo hace referencia al “principio” (cf. Mt 19, 3-9, Mc 10, 2-12) y el otro en el que apela a la intimidad del hombre (al “corazón”), señalando al deseo y a la concupiscencia de la carne como fuente del pecado (cf. Mt 5, 27-32), el coloquio que ahora nos proponemos someter a análisis, constituye, diría, el tercer miembro del tríptico de las enunciaciones de Cristo mismo: tríptico de palabras esenciales y constitutivas para la teología del cuerpo. En este coloquio Jesús alude a la resurrección, descubriendo así una dimensión completamente nueva del misterio del hombre.

2. La revelación de esta dimensión del cuerpo, estupenda en su contenido -y vinculada también con el Evangelio releído en su conjunto y hasta el fondo-, emerge en el coloquio con los saduceos, “que niegan la resurrección” (Mt 22, 23); vinieron a Cristo para exponerle un tema que -a su juicio- convalida el carácter razonable de su posición. Este tema debía contradecir “las hipótesis de la resurrección” (2). El razonamiento de los saduceos es el siguiente: “Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir y dejare la mujer sin hijos, tome el hermano esa mujer y de sucesión a su hermano” (Mc 12, 19). Los saduceos se refieren a la llamada ley del levirato (cf. Dt 25, 5-10), y basándose en la prescripción de esa antigua ley, presentan el siguiente “caso”: “Eran siete hermanos. El primero tomó mujer, pero al morir no dejó descendencia. La tomó el segundo, y murió sin dejar sucesión, e igual el tercero, y de los siete ninguno dejó sucesión. Después de todos murió la mujer. Cuando en la resurrección resuciten, ¿de quién será la mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer” (Mc 12, 20-23) (3).

3. La respuesta de Cristo es una de las respuestas-clave del Evangelio, en la que se revela -precisamente a partir de los razonamientos puramente humanos y en contraste con ellos- otra dimensión de la cuestión, es decir, la que corresponde a la sabiduría y a la potencia de Dios mismo. Análogamente, por ejemplo, se había presentado el caso de la moneda del tributo con la imagen de César, y de la relación correcta entre lo que en el ámbito de la potestad es divino y lo que es humano (”de César”) (cf. Mt 22, 15-22). Esta vez Jesús responde así: “¿No está bien claro que erráis y que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios? Cuando en la resurrección resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dadas en matrimonio, sino que serán como ángeles en los cielos” (Mc 12, 24-25). Esta es la respuesta basilar del “caso”, es decir, del problema que en ella se encierra. Cristo, conociendo las concepciones de los saduceos, e intuyendo sus auténticas intenciones, toma de nuevo inmediatamente el problema de la posibilidad de la resurrección, negada por los saduceos mismos: “Por lo que toca a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo habló Dios diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12, 26-27). Como se ve, Cristo cita al mismo Moisés al cual han hecho referencia los saduceos, y termina afirmando: “Muy errados andáis” (Mc 12, 27).

4. Cristo repite por segunda vez esta afirmación conclusiva. Efectivamente, la primera vez la pronunció al comienzo de su exposición. Entonces dijo: .”Estáis en un error y ni conocéis las Escrituras ni el poder de Dios”, así leemos en Mateo (22,29). Y en Marcos: “¿No está bien claro que erráis y que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios?” (Mc . 12 24). En cambio, la misma respuesta de Cristo, en la versión de Lucas (20, 27-36), carece de acento polémico, de ese “estáis en gran error”. Por otra parte, él proclama lo mismo en cuanto que introduce en la respuesta algunos elementos que no se hallan ni en Mateo ni en Marcos. He aquí el texto: “Díjoles Jesús: Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos. Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección” (Lc 20, 34-36). Por lo que respecta a la posibilidad misma de la resurrección, Lucas -como los otros dos sinópticos- hace referencia a Moisés, o sea, al pasaje del libro del Exodo 3, 2-6, en el que efectivamente, se narra que el gran legislador de la Antigua Alianza había oído desde la zarza que “ardía y no se consumía”, las siguientes palabras: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob” (Ex 3, 6). En el mismo lugar, cuando Moisés preguntó el nombre de Dios, había escuchado la respuesta: “Yo soy el que soy” (Ex 3, 14).

Así, pues, al hablar de la futura resurrección de los cuerpos, Cristo hace referencia al poder mismo de Dios viviente. Consideraremos de modo más detallado este tema.

(1) Esta ley, contenida en el Deuteronomio 25, 7-10, se refiere a los hermanos que habitan bajo el mismo techo. Si uno de ellos moría sin dejar hijos, el hermano del difunto debía tomar por mujer a la viuda del hermano muerto. El niño nacido de este matrimonio era reconocido hijo del difunto, a fin de que no se extinguiese su estirpe y se conservase en la familia la heredad (cf. 3, 9-4, 12).

(2) En el tiempo de Cristo los saduceos formaban, en el ámbito del judaísmo, una secta ligada al círculo de la aristocracia sacerdotal. Contraponían a la tradición oral y a la teología elaboradas por los fariseos, la interpretación literal del Pentateuco, al que consideraban fuente principal de la religión yahvista. Dado que en los libros bíblicos más antiguos no se hacía mención de la vida de ultratumba, los saduceos rechazaban la escatología proclamada por los fariseos, afirmando que “las almas mueren juntamente con el cuerpo” (cf. Joseph., Antiquitates Judaicae, XVII 1 4. 16).
Sin embargo, no conocemos directamente las concepciones de los saduceos ya que todos sus escritos se perdieron después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, cuando desapareció la misma secta. Son escasas las informaciones referentes a los saduceos las tomamos de los escritos de sus adversarios ideológicos.

(3) Los saduceos, al dirigirse a Jesus para un “caso” puramente teórico, atacan, al mismo tiempo, la primitiva concepción de los fariseos sobre la vida después de la resurrección de los cuerpos; efectivamente, insinúan que la fe en la resurrección de los cuerpos lleva a admitir la poliandria, que está en contraste con la ley de Dios.

Pregunta:
¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?

Trata sobre la resurrección de los muertos por el poder de Dios. Cuando el Hijo venga por segunda vez a la Tierra, lo hará en toda su majestad y poder, marcando el fin de los tiempos y la creación de un mundo nuevo y un cielo nuevo, donde serán llevados los justos y donde habitaran por toda la eternidad en sus cuerpos gloriosos.

El tema que trata este capitulo es sobre la resurrección de los muertos ,se fundamenta en las palabras de Cristo si sabemos vivir como verdaderos hijos de Dios ,con pureza de corazón viviremos en el cielo como ángeles de Dios.

La resurrección. Al hablar de la futura resurrección de los cuerpos, Cristo hace referencia al poder mismo de Dios viviente. Se fundamenta en el Deuteronomio 25, 7-10, que se refiere a los hermanos que habitan bajo el mismo techo. Si uno de ellos moría sin dejar hijos, el hermano del difunto debía tomar por mujer a la viuda del hermano muerto. El niño nacido de este matrimonio era reconocido hijo del difunto, a fin de que no se extinguiese su estirpe y se conservase en la familia la heredad.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
Se trata de la tercera enunciación que hace Cristo con respecto al matrimonio y cómo éste va ligado con la resurrección.
El análisis se fundamenta desde los 3 evangelios sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas, encontrando semejanza y algunas diferencias en la narración del texto con respecto a cada evangelista.
Aparece el grupo de los saduceos, quienes no creen en la resurrección, para interrogar a Jesús sobre una mujer que tuvo 7 esposos, por la ley del levirato.
En la respuesta de Jesús se encierran las siguientes ideas: la resurrección, la experiencia de Moisés, la vivencia de los que alcancen el paraíso y al error y desconocimiento de las Escrituras y el poder de Dios en el que vivían este grupo.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?

El capítulo trata sobre la resurrección de los muertos y se fundamenta en las propias palabras de Cristo es decir que si sabemos vivir, en la tierra, como Dios lo dispone gozaremos de su presencia en el cielo.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
Trata sobre el tema de la resurección unida al matrimonio. El matrimonio es un acuerdo en esta vida terrena. Después de la muerte seremos angeles.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
Trata sobre el tema de la resurección unida al matrimonio. El matrimonio es un acuerdo en esta vida terrena. Después de la muerte seremos angeles.

La tema es sobre la resurrección y el matrimonio. La resurrección es mostrado por Jesús en las escrituras que contradicen los saduceos y por el poder de Dios. Y el matrimonio es mostrado como solo una aspecto en la tierra pero no existe en el cielo. Vivirán como ángeles en el cielo. Jesús les muestra el plan divino que no es como sus pensamientos humanos es mucho mas grandioso.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?

La referencia a la resurrección: palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también "la renuncia" a la vida conyugal "por el reino de los cielos".

Virginia Castro #64

Cual es el tema que este capitulo trata y en que se fundamenta?

El tema es la resurreccion de los cuerpos.Y el matrimonio.
Se fundamenta en la ley de Moises y en el discurso de Jesus a los saduceos que no creian en la resurreccion de los muertos y se fundamenta en las palabras de Cristo que debemos vivir como verdaderos hijos de Dios, con pureza en nuestro Corazon, para vivir como angeles en el cielo. Deuteronomio 25, 7-10 y tambien las citas en Mateo- Marcos- y Lucas todos nos dan una vision clara de la resurreccion, un poco diferentes pero bajo el mismo lente.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
El tema que estudiamos es el que Cristo hace referencia a la resurrección y donde nos entrega palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano.
Junto a los otros dos importantes coloquios: aquel en el que Cristo hace referencia al "principio" y el otro en el que apela a la intimidad del hombre (al "corazón"), señalando al deseo y a la concupiscencia de la carne como fuente del pecado, el coloquio que ahora vemos, constituye, el tercer miembro del tríptico de las enunciaciones de Cristo mismo: tríptico de palabras esenciales y constitutivas para la teología del cuerpo. En este coloquio Jesús alude a la resurrección, descubriendo así una dimensión completamente nueva del misterio del hombre.
La revelación de esta dimensión del cuerpo, estupenda en su contenido, emerge en el coloquio con los saduceos, "que niegan la resurrección" (Mt 22, 23); vinieron a Cristo para exponerle un tema que a su juicio convalida el carácter razonable de su posición. Este tema debía contradecir "las hipótesis de la resurrección". El razonamiento de los saduceos es el siguiente: "Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir y dejare la mujer sin hijos, tome el hermano esa mujer y de sucesión a su hermano" (Mc 12, 19). Los saduceos se refieren a la llamada ley del levirato (cf. Dt 25, 5-10), y basándose en la prescripción de esa antigua ley, presentan el "caso": de los siete hermanos y la esposa. Cuando en la resurrección resuciten, ¿de quién será la mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer".
La respuesta de Cristo es una de las respuestas-clave del Evangelio, en la que se revela precisamente a partir de los razonamientos puramente humanos y en contraste con ellos, otra dimensión de la cuestión, es decir, la que corresponde a la sabiduría y a la potencia de Dios mismo. Cuando en la resurrección resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como ángeles en los cielos (Mc 12, 24-25) y complementando con el libro de Moisés en lo de la zarza, donde la respuesta es no es Dios de muertos, sino de vivos" (Mc 12, 26-27).
Así, pues, al hablar de la futura resurrección de los cuerpos, Cristo hace referencia al poder mismo de Dios viviente y responde claramente a los saduceos que rechazaban la escatología proclamada por los fariseos, afirmando que "las almas mueren juntamente con el cuerpo.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
Este apitulo trata sobre la resurreccion y la ley del levirato y se fundamenta en la palabra del Evangelio. Jesus alude ala resureccion descubriendo asi una dimencion completamenbte nueva del misterio del hombre. Los saduceos no creen en la resureccion niegan la resurrección" (Mt 22, 23); vinieron a Cristo para exponerle un tema que -a su juicio- convalida el carácter razonable de su posición. Este tema debía contradecir "las hipótesis de la resurrección" (2). El razonamiento de los saduceos es el siguiente: "Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir y dejare la mujer sin hijos, tome el hermano esa mujer y de sucesión a su hermano" (Mc 12, 19). Los saduceos se refieren a la llamada ley del levirato (cf. Dt 25, 5-10), y basándose en la prescripción de esa antigua ley, presentan el siguiente "caso": "Eran siete hermanos. El primero tomó mujer, pero al morir no dejó descendencia. La tomó el segundo, y murió sin dejar sucesión, e igual el tercero, y de los siete ninguno dejó sucesión. Después de todos murió la mujer. Cuando en la resurrección resuciten, ¿de quién será la mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer" (Mc 12, 20-23) (3).
La respuesta de Cristo es una de las respuestas-clave del Evangelio, en la que se revela -precisamente a partir de los razonamientos puramente humanos y en contraste con ellos- otra dimensión de la cuestión, es decir, la que corresponde a la sabiduría y a la potencia de Dios mismo.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?

La Teología del cuerpo: Cristo hace referencia a la resurrección: palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también "la renuncia" a la vida conyugal "por el reino de los cielos".
La revelación de esta dimensión del cuerpo, estupenda en su contenido -y vinculada también con el Evangelio releído en su conjunto y hasta el fondo-, emerge en el coloquio con los saduceos, "que niegan la resurrección" (Mt 22, 23); vinieron a Cristo para exponerle un tema que -a su juicio- convalida el carácter razonable de su posición. Este tema debía contradecir "las hipótesis de la resurrección" (2). El razonamiento de los saduceos es el siguiente: "Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir y dejare la mujer sin hijos, tome el hermano esa mujer y de sucesión a su hermano" (Mc 12, 19). Los saduceos se refieren a la llamada ley del levirato (cf. Dt 25, 5-10), y basándose en la prescripción de esa antigua ley, presentan el siguiente "caso": "Eran siete hermanos. El primero tomó mujer, pero al morir no dejó descendencia. La tomó el segundo, y murió sin dejar sucesión, e igual el tercero, y de los siete ninguno dejó sucesión. Después de todos murió la mujer. Cuando en la resurrección resuciten, ¿de quién será la mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer" (Mc 12, 20-23) (3).

La respuesta de Cristo es una de las respuestas-clave del Evangelio, en la que se revela -precisamente a partir de los razonamientos puramente humanos y en contraste con ellos- otra dimensión de la cuestión, es decir, la que corresponde a la sabiduría y a la potencia de Dios mismo. Esta vez Jesús responde así: "¿No está bien claro que erráis y que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios? Cuando en la resurrección resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dadas en matrimonio, sino que serán como ángeles en los cielos" (Mc 12, 24-25). Esta es la respuesta basilar del "caso", es decir, del problema que en ella se encierra. Cristo, conociendo las concepciones de los saduceos, e intuyendo sus auténticas intenciones, toma de nuevo inmediatamente el problema de la posibilidad de la resurrección, negada por los saduceos mismos: "Por lo que toca a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo habló Dios diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos" (Mc 12, 26-27). Como se ve, Cristo cita al mismo Moisés al cual han hecho referencia los saduceos, y termina afirmando: "Muy errados andáis" (Mc 12, 27).

Por otra parte, él proclama lo mismo en cuanto que introduce en la respuesta algunos elementos que no se hallan ni en Mateo ni en Marcos. He aquí el texto: "Díjoles Jesús: Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos. Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección" (Lc 20, 34-36). Por lo que respecta a la posibilidad misma de la resurrección, Lucas -como los otros dos sinópticos- hace referencia a Moisés, o sea, al pasaje del libro del Éxodo 3, 2-6, en el que efectivamente, se narra que el gran legislador de la Antigua Alianza había oído desde la zarza que "ardía y no se consumía", las siguientes palabras: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob" (Ex 3, 6). En el mismo lugar, cuando Moisés preguntó el nombre de Dios, había escuchado la respuesta: "Yo soy el que soy" (Ex 3, 14).

(1) Esta ley, contenida en el Deuteronomio 25, 7-10, se refiere a los hermanos que habitan bajo el mismo techo. Si uno de ellos moría sin dejar hijos, el hermano del difunto debía tomar por mujer a la viuda del hermano muerto. El niño nacido de este matrimonio era reconocido hijo del difunto, a fin de que no se extinguiese su estirpe y se conservase en la familia la heredad (cf. 3, 9-4, 12).

(2) En el tiempo de Cristo los saduceos formaban, en el ámbito del judaísmo, una secta ligada al círculo de la aristocracia sacerdotal. Contraponían a la tradición oral y a la teología elaboradas por los fariseos, la interpretación literal del Pentateuco, al que consideraban fuente principal de la religión yahvista. Dado que en los libros bíblicos más antiguos no se hacía mención de la vida de ultratumba, los saduceos rechazaban la escatología proclamada por los fariseos, afirmando que "las almas mueren juntamente con el cuerpo" (cf. Joseph., Antiquitates Judaicae, XVII 1 4. 16).

Sin embargo, no conocemos directamente las concepciones de los saduceos ya que todos sus escritos se perdieron después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, cuando desapareció la misma secta. Son escasas las informaciones referentes a los saduceos las tomamos de los escritos de sus adversarios ideológicos.

(3) Los saduceos, al dirigirse a Jesús para un "caso" puramente teórico, atacan, al mismo tiempo, la primitiva concepción de los fariseos sobre la vida después de la resurrección de los cuerpos; efectivamente, insinúan que la fe en la resurrección de los cuerpos lleva a admitir la poliandria, que está en contraste con la ley de Dios.

COMENTARIO: Este capitulo trata sobre la resurrección y se fundamenta en la palabra del Evangelio. Jesús habla de la resurrección descubriendo una dimensión completamente nueva del misterio del hombre y los saduceos niegan esta resurrección (Mt 22, 23); viniendo a Cristo para exponerle el tema que a su juicio valida el carácter razonable de su posición. La respuesta de Cristo es una de las respuestas clave del Evangelio, en la que se revela la sabiduría y a la potencia de Dios mismo es decir que si sabemos vivir como Dios manda en la tierra gozaremos de su presencia en el cielo.

Un abrazo y hasta pronto.

¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
Cristo hace referencia a la resurrección: palabras que tienen una importancia fundamental para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también "la renuncia" a la vida conyugal "por el reino de los cielos". Esta vez Jesús responde así: "¿No está bien claro que erráis y que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios? Cuando en la resurrección resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dadas en matrimonio, sino que serán como ángeles en los cielos" (Mc 12, 24-25).

En este capítulo redondeamos la fundamentación de la Teología el Cuerpo, es decir consideramos las revelaciones de Cristo en torno al cuerpo humano, considerando la última revelación: la de la Resurrección de los Muertos.
En primer lugar Cristo hace alusión al 'principio', es decir, al modo en el que Dios planeó la relación hombre-mujer en la Creación y dejó muy en claro que 'lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre'. Deja fuera de la Nueva Alianza el libelo de repudio y cualquier alusión al divorcio. El matrimonio es de un hombre, con una mujer y para siempre.
Después descubre el verdadero origen de la infidelidad y los pecados en relación al cuerpo: EL corazón del hombre. Y apunta a la intención del corazón como la verdadera fuente del mal o del bien que hay en el hombre.
Por si fuera poco como para comprender la importancia del cuerpo humano y la dignidad con la que ha sido regalado por Dios, Cristo afirma rotundamente la certeza de la Resurrección del cuerpo humano, reafirmando la dignidad que lleva innmerso y el cuidado con que debe ser tratado.
Cristo fundamenta esta afirmación diciendo que Dios es Dios de vivos, como Abraham, Isaaac y Jacob al citar las Escrituras y también les reclama, por decirlo así, que no conocen el verdadero poder de Dios, puesto que Dios siendo Él,puede hacer lo que quiera con su Creación.

Pregunta.-¿Cual es el tema que este capitulo trata y en que se fundamenta?
R= El tema de la resurreccion de los muertos.
Los saduceos niegan la resurreccion y dialogan con Cristo acerca de esto y le ponen una trampa,para decir que si en verdad existe la resurreccion,entonces esto admitiria la poliandria( una mujer casada con varios hombres) lo cual estaba prohibido por la ley de Moises(ley de Dios), y le ponen un ejemplo donde se aplica la ley del levirato,le dicen que habia 7 hermanos,uno de los cuales murio sin dejar descendencia y su mujer tomo como esposo a otro de sus hermanos el cual tambien murio sin dejar descendencia y asi sucesivamente fueron tomando a la mujer por esposa ya que todos ellos iban muriendo sin dejar descendencia al final murio tambien la mujer y aqui le preguntan a Cristo cuando venga la resurreccion de los muertos ,¿cual de los 7 se quedara con esta mujer ,si todos la tuvieron?
La ley del levirato esta en el libro del deuteronomio:Dt 25,5 s " si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos,la mujer del difunto no ira a casa de un extraño sino que la tomara su cuñado para cumplir " el deber del cuñado".El primer hijo que de ella tenga retomara el lugar y el nombre del muerto,y asi su nombre no se borrara de Israel
La respuesta que les da Cristo,es para decirles que estan en un error,por no entender las escrituras,ni el poder de Dios,y les vuelve a decir que estan en un error.
Mt 22,29-32
Jesus contesto:ustedes andan muy equivocados.Ustedes no entienden ni las escrituras ni el poder de Dios.Primeramente,en la resurreccion no se toma mujer ni esposo,sino que son como angeles en el cielo.Y en cuanto a saber si hay resurreccion de los muertos,¿no han leido lo que Dios dijo:Yo soy el Dios de Abraham,el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? El no es Dios de muertos sino de vivos.
Mc12,24-27
Jesus les contesto:ustedes estan equivocados; a lo mejor no entienden las escrituras y tampoco el poder de Dios.pues cuando resuciten de la muerte,ya no se casaran hombres y mujeres,sino que seran en el cielo como los angeles.Y en cuanto a saber si los muertos resucitan,¿no han leido en el libro de Moises,en el capitulo de la zarza,como Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham,el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es un Dios de muertos sino de vivos.ustedes estan muy equivocados.
Lc 20,34-38
Jesus les responde : los hombres y mujeres de este mundo se casan,pero los que sean juzgados dignos de entrar en el otro mundo y de resucitar de entre los muertos,ya no toman marido ni esposa.ademas ya no pueden morir,sino que son como angeles.son tambien hijos de Dios,por haber nacido de la resurreccion.En cuanto a saber si los muertos resucitan.el mismo Moises lo dio a entender en el pasaje de la zarza,cuando llama al señor:Dios de Abraham,Dios de Isaac y Dios de Jacob.el no es Dios de muertos,sino de vivos,y todos viven por el.

Pregunta:
¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?
R: El tema es la Teología del Cuerpo y trata en este capitulo sobre la resurrección, el cual se fundamenta en los Evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas.
En líneas generales el tema aborda la resurrección, la trascendencia. En esta revelación, el autor, nos comenta de otra dimensión del cuerpo, que surge del dialogo de Jesús con los saduceos, que no creen en la resurrección. Dice el Beato, Juan Pablo II que existe mucha similitud en los enunciados de cada uno de los evangelistas antes citados, sin embargo, subraya, que a pesar de la analogía, dichos textos se diferencian por pequeñeces, pero que sin embargo, son de peso. Así mismo, resalta la importancia de estos Evangelios, para entender el matrimonio en el sentido cristiano y también la castidad o “la renuncia” a la vida conyugal “por el reino de los cielos” como él lo plantea.
El tema de por si se vislumbra muy interesante (como lo han sido todos), sin embargo, la resurrección, la trascendencia, la vida futura, siempre ha sido un tema poco conocido y siempre apasionante.

El tema es la Teología del Cuerpo, la revelación, la trascendencia, la resurrección de los muertos, las escrituras, el poder de Dios y otra dimensión del cuerpo en la resurrección.

[b]¿Cuál es el tema que este capítulo trata y en que se fundamenta?[/b]

[i]Este capítulo del curso versa sobre la resurrección de la carne. Emerge en el coloquio con los saduceos “que niegan la resurrección” y se fundamenta en la sabiduría y potencia de Dios mismo[/i]