En las palabras de Cristo sobre la continencia por el "reino de los cielos", no hay alusión alguna referente a la "inferioridad" del matrimonio respecto al "cuerpo", o sea, respecto a la esencia del matrimonio, que consiste en el hecho de que el hombre y la mujer se unen en él de tal modo que se hacen una "sola carne".
El matrimonio y la continencia ni se contraponen el uno a la otra, ni dividen, de por si, la comunidad humana (y cristiana) en dos campos, sino que se explican y completan mutuamente con relación a la existencia y a la vida cristiana de esta comunidad, que en su conjunto y en todos sus miembros se realiza en la dimensión del reino de Dios y tiene una orientación escatológica, que es propia de ese reino.
En la continencia se lleva el amor esponsalicio en que la paternidad y la maternidad son espirituales y en el matrimonio además de la paternidad fisica tambien a través de la educación se completa espiriualemente.