Lección 9

La intención de curso es ofrecer un enfoque que nos ayude a profundizar en el contenido de la felicidad, a descubrir el modo de ser feliz en la vida diaria, y a conectar esa felicidad cotidiana con la felicidad definitiva en la vida futura, se trata de ser feliz mientras se camina, y no solamente al final del trayecto. Este curso nos ayudará a responsabilizarnos de nuestra propia felicidad, que no es una cuestión de suerte; aprenderemos a ser felices en el proceso ordinario de la vida .

El curso consta de 16 lecciones

Fecha de inicio: 4 Febrero
Fecha de término: 22 Abril

Moderadores: Catholic.net, Ana Cecilia Margalef, pedroluisllera, AlbertoMestreLC, Moderadores Animadores

Re: Lección 9

Notapor AnnaRodriguez » Lun Mar 17, 2014 1:36 am

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
La felicidad se encuentra en salir y abrirnos hacia el servicio de los demás negándonos a nosotros mismos.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
Si, el egocentrismo y la egolatría hace que nos comparemos y nos valoremos en funcion de lo que los demás tienen, en vez de ver nuestras cualidades y limitaciones en forma objetiva y no en relación a las de los demás.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
Si, el resentimiento deriva del egoismo ya que se centra patologicamente en cuánto alguien o algo nos ha afectado, sin contemplar las situaciones "desde afuera" y con desapego a nuestros propios sentimientos.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
Si ya que nos guardamos indefinidamente ese resentimiento, cuando con ayuda de la voluntad y de Dios puedieramos librarnos de ese sentimiento esclavizante que no nos deja ser felices.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
Si, al vivir centrados en nosotros mismos y valorarnos en función de lo que los demás obtienen, nos entristecemos ya que con esta manera de medirnos pensamos que valemos menos si obtenemos menos que otros, y es entonces cuando no queremos que los demás tengan sus propios éxitos independientemente de los nuestros, sino estamos pendientes de que no nos superen y cuando así pasa pues nos hacemos esclavos de la envidia.
AnnaRodriguez
 
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Re: Lección 9

Notapor Magdal » Lun Mar 17, 2014 10:01 am

1. ¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿O más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?

es posible encontrar la felicidad, la riqueza espiritual hace feliz, La felicidad humana sólo está en los valores y rumbo a ellos.
Creo que las personas que encuentren sentido a la vida, dando espacio a los demás e interesándose por los otros es feliz.

2. ¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?

El egoísmo nos hace infelices. El apego a las cosas materiales nos aparta del amor de Dios y de la felicidad.

3. ¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?

Sí, porque el resentimiento es un veneno que va dirigido al rencor este tiene efectos destructivos para el organismo, pues produce frustración, tristeza, aislamiento, el que sufre de este mal es incapaz de amar, y posee amargura en su alma.

4. ¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?

Sí, porque el que es incapaz de perdonar es incapaz de amar, además quien no perdona vive amargado, y enfermo.

5. ¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?

Sí, porque la envidia consiste en entristecerse del bien ajeno
La envidia es un sentimiento doloroso para quien lo padece, pero también puede acarrear consecuencias negativas a quien es objeto del mismo
Magdal
 
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Re: Lección 9

Notapor SUSANA RECIO MENDOZA » Lun Mar 17, 2014 10:28 am

LECCION 9.
1.- ¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros?¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
R= El ser el centro de atención en los seres humanos es una forma de ser que lo traemos por si solos, se puede decir que en nuestra propia naturaleza; sin embargo lo mejor para alcanzar nuestra felicidad es desprendernos de esa excesiva atención que ponemos en nosotros mismos, para dar cavidad en nuestros pensamientos y acciones en los demás, en nuestro prójimo; Ya que la egolatría origina la tristeza, el vacío en el alma y nos convierte en seres excesivamente sensibles y por tanto vulnerables. Por lo tanto para lograr la felicidad considero necesario encontrar un equilibrio entre el amor propio, y el amor, la atención que le doy al prójimo. El desprenderme de mis sentimientos y reacciones egocéntricas me va a llevar a mejorar mis sentimientos, emociones, y a mejorar mi voluntad, creando conciencia sobre el encaminar mis acciones a un bienestar común, desprendiéndome de apegos, resentimientos y envidia.
2.- ¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
R= Considero que es evidente que la egolatría y el vivir excesivamente pendiente de nuestros actos suele perder la visión objetiva de las cosas, por tanto causa amargura e infelicidad y porque no insatisfacción, estos sentimientos negativos no permiten el vivir plenamente y alcanzar la felicidad.
3.- ¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
R= El resentimiento no es mas que un sentimiento que experimentamos una y otra vez que nace de nuestro propio sentir y pensamiento voluntario de aferrarnos a lo que creemos y queremos que así sea, y por supuesto que se nace de un egoísmo. Y haciendo referencia a lo que dice el autor, confirmo mi dicho: “Las personas egocéntricas se tornan muy vulnerables por vivir concentradas en su propia subjetividad y son inevitablemente infelices y desgraciadas”.
4.- ¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
R= Puede señalarse que la incapacidad para perdonar es un elemento del egoísmo, ya que al mantenernos en un estado de dolor, resentimiento venganza, odio, etcétera es un sentir que nosotros permitimos que continúe en nuestro interior y por el egoísmo de no sacarlo de nuestro ser, con el pensamiento de porque lo voy a perdonar si me ha hecho tanto daño y con todos esos pensamientos absurdos no logramos perdonar, sin embargo si lo pensáramos y sintiéramos desde un punto de vista inspirada en la doctrina que Jesús nos dejó en la que hay que amar al prójimo como a nosotros mismos, entonces si perdonaríamos del daño que nos hicieron, y en un sentido más profundo y abandonando nuestro propio ser, no es que Dios nos dice a través de las escrituras que Él nos perdonara como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, es en ese sentido de misericordia y de justicia y sobre todo haciendo a un lado nuestro propio ser.

5.- ¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
R= La envidia es parte de un egoísmo, al no querer que los demás tengan más que yo; o bien tengan más de lo que yo merezco o en un sentido más egoísta que tenga lo mismo que yo tengo, encaminado a un pensamiento egoísta de que no quiero que alguien tenga lo mismo, que yo o bien más que yo, porque considero que esos bienes me dan superioridad sobre los demás. Por tanto la envidia es un obstáculo para la felicidad y es algo fuera de lo natural; es obvio que la envidia radica del egocentrismo, que toma en forma de comparación.
SUSANA RECIO MENDOZA
 
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Re: Lección 9

Notapor profedelao » Lun Mar 17, 2014 11:34 am

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?

En la búsqueda están las respuestas que nos interesan para ser felices y que en un momento nos inquietan, el olvido propio nos arrastra para que estemos como los demás y las experiencias muchas veces generan nuevamente, tristezas o infelicidad y las cosas que nos afectan son los sufrimientos inútiles que son producto de nuestra excesiva preocupación por lo que tienen los demás y no viendo lo que tenemos en realidad.
Como parte de nuestro caminar primero tenemos que encontrar nuestra felicidad propia para poder ayudar a los demás.
El resentimiento es una de las situaciones que más nos afecta como seres humanos ya que traemos costumbres de generación que nos inculcaron o enseñaron y que de esa enseñanza manejamos ese resentimiento de adentro hacia afuera de nuestro ser o viceversa de afuera hacia adentro generando con esto una constante lucha de opiniones externas que generan esta controversia como ejemplo: si lo perdono, pero tengo que ver que en realidad si lo haga, si no, no lo perdono.
Esto causa ese sentir de buscar culpables o ser culpables es causa de nuestra amargura provocando una serie de acciones que nos provoca una ofensa.
El autor nos da varios ejemplos en la lectura que casi siempre los tenemos o manejamos pero no les damos la realidad quedando esos ejemplos al grado de compararnos con la víbora (por el veneno) al grado que muchos que es la pasión lo que provoca todo eso.
Pero no podemos darnos el lujo de darles un espacio a los demás ya que si nosotros no nos entendemos como seres humanos menos entenderemos a los demás por lo que generan en nuestro ser más conflictos que los que tenemos en nuestro ser.
Por lo tanto, es importante empezar a comportarnos como un ser ya cambiante lleno de luz para que esa luz genere entre nosotros la ayuda necesaria para que nuestros problemas internos que son los que no nos dejan cumplir con nuestra felicidad completa en nuestra vida diaria.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?

Si se maneja como se plantea la pregunta tal vez si
Y en cierta forma ya que cada individuo o ser es muy diferente entre cada uno de los seres vivos y como consecuencia dentro de nuestro entorno de la vida diaria que llevamos y con quien compartimos en cada momento de nuestro existir.
Estamos llenos de sentimientos que jamás o algunas veces nuestros padres tocaron esos temas ya que se convertían en tabús y cuando se tomaban esos sentimientos por equis causa dentro del seno familiar o simplemente decían, tu haslo así y no preguntes el porque, o aun no tienes edad para saberlo, los sentimientos vienen de mucho más atrás de lo que nos imaginamos recordemos las fiesta que se hacían por ser como los demás tomándolos como el ejemplo ideal aunque veíamos que no era lo correcto simplemente por lo que la gente lo aceptara como tal como el ejemplo del más fuerte.
En cuanto a lo religioso, muchos encuentran ese hueco para que ese ser este completo, pero en realidad no lo hacen por alcanzar el buen camino simplemente por no tener más problemas existenciales repercutiendo todo esto con su manera de ser y compartir experiencias o simplemente en ayudar a la gente que en realidad lo necesita con tal de obtener un beneficio propio y manejas es la ayuda para ser el mejor, afectando con esto la imagen de nuestra religión y nuestra fe.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?

Primero tenemos que entendernos para poder saber las grandes diferencias que se convierten en grandes incógnitas que nos causan grandes conflictos en nuestro interior tanto emocionales como personales esto influye desde la educación que tenemos ya que en muchas ocasiones esa es la que predomina en gran parte de nuestra vida llena de tantos sentimientos encontrados en nuestro interior, en casi un gran porcentaje del ser humano está centrado en tener o realizar una educación de ejemplo hacia los demás ya que si no son licenciados, abogados, doctores de renombre y tener más de los que otros tienen y si no lo realizan no son nada y no para ellos sino para la gente que los rodea y los acepten como algo grande de esto depende su estatus social teniendo ese nivel depende la aceptación del grupo en donde se desenvuelva convirtiéndose en egoísmo con un enfoque muy distinto al fin buscado olvidándose de la calidad humana del ser vivo.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?

El perdón, palabra que implica tantas cosas en nuestra vida y que cada día se olvida o se desvaloriza como parte de esos sentimientos que Dios nos dio, el autor nos muestra como ejemplo la vida de Jesús el hijo de Dios, la cantidad de veces que tuvo que perdonar y no una, ni otra, las veces que fuera necesario olvidando poco a poco la ley del taylón “ojo por ojo diente por diente” y que en muchas ocasiones de nuestra vida de crecimiento lo hicimos sin importar el resultado o en cuantas veces caímos en esta ley ancestral y en que en nuestra actualidad se sigue realizando por algunas personas.
También se nos hace del conocimiento que el perdonar no es un sentimiento pero lo tomamos como si fuera y peor aún lo sentimos y lo aplicamos.
Al perdonar, las heridas se abren nuevamente, el odio llega, el rencor toma nuevamente su momento, pero el que en ese momento no perdona como tal no deja que todo lo que en su momento surgió para herir, destruir a ese ser y que en su momento se tenía en un lugar muy especial en nuestro corazón.
O en su defecto yo te perdono si te portas así, poniendo cuestionamientos que implica que estos nos favorecen de tal, manera que creemos tener o contar con equis aliado para los fines que buscamos y nuevamente necesitamos la cuestión religiosa, si Dios te perdona yo te perdono.
El tomar la decisión de perdonar a ese ser que realiza algo incorrecto hacía con nosotros es porque vimos que en realidad vale la pena perdonarlos ya que han cambiado viendo nuestro comportamiento y analizando que en realidad estamos dispuestos a olvidar ese agravio que tuvimos en su momento con esa persona y no reviviendo nuevamente el pasado pero si teniendo en cuenta no cometer ese error que nos llevó a tener esa separación con la persona y en caso de descubrir y nuevamente lo sacas del baúl para retomarlo como un arma o armadura paras revivirlo nuevamente y caer en el pasado.
El autor nos pone varios ejemplos con Jesús y nos dice de donde retomo esos ejemplos, si en realidad nos ponemos en las sandalias de Jesús aun nos faltaría mucho para llevar a cabo ese perdón que tantas veces necesitamos en nuestra vida diaria.
Como bien nos indica el perdón es un remedio para ser felices, en ocasiones o mejor dicho ni nos acordamos del maestro y caemos nuevamente en ese hoyo y cuando reaccionamos nos culpamos y nos decimos tantas cosas que luego no podemos pedir ese perdón que tantas veces tenemos en la boca para decirlo y no lo sacamos sino todo lo contrario lo tragamos nuevamente por el temor a los que dirán los demás; luego entonces, ¿dónde está esa enseñanza del maestro Jesús?.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?

Podemos decir que si es consecuencia ya que lo tomamos en forma apasionada y nuevamente el autor nos da referencias de la sagrada escritura como ejemplo porque nos pasa todo esto por falta de voluntad propia y el dejarnos llevar por lo que dicen los demás hacia nosotros nos habla también de los pecados capitales que si somos realistas y no somos envidiosos tenemos que reconocer que en ocasiones nos olvidamos cuales son esos o tomamos a consecuencia de nuestros proyectos personales y se convierten en vicios que son difíciles erradicarlos de nuestra vida ya que nos duelen dejarlos de tal forma que lo hacemos parte de la vida cotidiana.
Es difícil aceptarlo pero en la vida actual del ser en forma general se ve primero de tal forma que es como un gorrión en una jaula, que si se deja en libertad al salir de su jaula muere ya que no está acostumbrado a los peligros diarios de la vida, como este ejemplo simple el hombre de se asemeja.
Y para que esto no suceda tenemos que seguir aprendiendo más de estos defectos que tenemos y aplicarlos como el maestro nos enseñó a perdonar con el perdón, difícil pero no imposible, recordando que Dios nos ama como somos con nuestros defectos y virtudes.
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Re: Lección 9

Notapor maria mayorga » Lun Mar 17, 2014 1:27 pm

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás? No se encuentra en sí mismo, la felicidad está en darse, en amar hacia afuera, en la entrega hacia los demás.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices? El centrarse en sí mismo impidiendo recibir de los demás provoca infelicidad y tristeza, se debe tener humildad para aceptar los errores, superar tus fallas, afanarte en para corregir y moldear tus actitudes para seguir adelante.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo? Si, es el veneno que destruye el interior, lo más sano es pensar en los demás, buscar amarlos y aprender a perdonar.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo? Si, porque se somete la voluntad hacia lo negativo, hacia la propia destrucción. Reconocer la ofensa y nuestra capacidad de perdonar es la mejor una decisión.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy? Si, actualmente se vive bajo la competitividad, la comparación y el individualismo, actitudes y ambientes que generan envidia, misma que nulifica el abrirse a los demás, aprender y crecer. La comparación lleva así a no alegrase del bien ajeno entristeciendo la existencia propia.
maria mayorga
 
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Re: Lección 9

Notapor PASDAVIS » Lun Mar 17, 2014 2:20 pm

1.- ¿ Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿ o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
R.- Las personas egocéntricas se tornan muy vulnerables por vivir concentradas en su propia subjetividad y "son inevitablemente infelices y desgraciadas. Solo quien se olvidan de sí, y se entrega a Dios y a los demás, puede ser dichoso en la tierra, con una felicidad que es preparación y anticipo del cielo".
2.- ¿ No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, críticas, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices ?
R.- El ser humano es un ente social por naturaleza, y es en esa interrelación personal donde puede encontrar la felicidad o la infelicidad. Si hacemos caso al mandamiento "ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo", seremos felices. De lo contrario, si vivimos según nuestra propia voluntad, entonces seremos: egoístas, resentidos, infelices......
3.- ¿ Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo ?
R.- El egocentrismo se manifiesta de varias maneras: el resentimiento junto con la envidia son los que constituyen grandes obstáculos para la felicidad.
4.- ¿ No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo ?
R.- Si porque perdonar es regalarle al agresor lo que me quitó. En contraste, la persona egoísta es incapáz de pensar en el bien del otro (como lo manda Jesús "ama a tu enemigo").
5.- ¿ Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy ?
R.- Si porque la persona egoísta quiere todo para sí misma, y cuando se entera de algún logro de otra persona, se siente molesto porque también ese logro lo quiere para sí mismo.
Saludos:
PASDAVIS
 
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Re: Lección 9

Notapor dama0612 » Lun Mar 17, 2014 3:05 pm

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
RTA: No, la felicidad no esta en el yo propiamente porque seriamos darle importancia a mis pensamientos o actitudes y no a las de los demás y estaríamos cayendo en egoísmo y egocentrismo. Al contrario en la medida en que el ser humano se relaciona y da espacios a las demás personas se habré a la relación y preocupación por los demás.
2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
RTA: Si esos sentimientos sumándoles otros mas como la envidia, resentimiento etc. Todos estos sentimientos negativos dañan la paz interior en las personas y por ende son personas que nunca encontraran la felicidad.
3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
RTA: claro el resentimiento va apegado con otros sentimientos negativos inclusive el egoísmo y la envidia.
4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
RTA: claro que si porque Cuando perdonamos, nos liberamos de la esclavitud producida por el odio y el resentimiento para recobrar la felicidad que había quedado bloqueada por esos sentimientos. También tiene mucho sentido perdonar en función de las relaciones con los demás. Si no se perdona, el amor se enfría o puede incluso convertirse en odio; y la amistad puede perderse para siempre.
5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
RTA: si claro, la envidia es sentimiento de inferioridad en la persona que la padece, La envidia es un vicio y una pasión; el primero se contrapone a la virtud y el segundo recae sobre el plano afectivo, pero como algo que embarga tanto, que tiene tanta fuerza por su contenido, que siendo algo emocional es capaz de traspasar el nivel intelectual y provocar en éste una ceguera de sus facultades" . Por tanto, la envidia no sólo va contra la felicidad del envidioso que la padece, sino en algunos casos también contra los envidiados.
dama0612
 
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Re: Lección 9

Notapor chucus » Lun Mar 17, 2014 6:43 pm

1.-¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos por los demás?

No, esta búsqueda insaciable de todo los que nos interesa y preocupa a nosotros mismos se llama: egocentrismo, lo cual solo genera tristeza e infelicidad.
Sólo quien se olvida de sí, y se entrega a Dios y a los demás, puede ser dichoso en la tierra, con una felicidad que es preparación y anticipo al cielo.


2.-¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?

Si todos estos elementos son obstáculos para no ser felicies.
Todos estos obstáculos provocan tristeza.

3. ¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?

Si, el resesentimiento un elemento del egoísmo. Otro elemento del egoísmo es la envidia.
El resentimiento es un efecto reactivo ante la agresión. No es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña; es nuestra respuesta.
El [u]resentimiento[/u] lo que produce es frustración, tristeza, amargura en el alma. Es uno de los peores enemigos de la felicidad, porque impide enfocar la vida positivamente y aleja de Dios y de los demás.

4. ¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?

Si, la incapacidad de perdonar es otro elemento del egoísmo.
Las ofensas recibidas deberán de perdonarse, porque el perdón se convierte en parte esencial del amor.
El perdón es un acto de la voluntad porque consiste en una decisión.
Cuando perdonamos, nos liberamos de la esclavitud producida por el odio y el resentimiento.

5.- ¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona el hombre de hoy?

Si, la envidia es otro obstáculo para la felicidad.
La envidia posee como característica el entristecerse del bien ajeno.
La envidia es algo de lo que carezco y que , en el fondo, no acepto. La no aceptación de mis carencias me lleva a mirar ese bien ajeno con retorcimiento, que se traduce en inconformidad con quien lo posee.
Si yo aceptara con paz mis limitaciones y estuviera identificado con lo que soy y tengo, el bien de los demás no me inquietaría, más aún me alegraría.
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Re: Lección 9

Notapor Carla_villa » Lun Mar 17, 2014 6:58 pm

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
R.Es muy importante muy importante que dejemos de centrarnos en nosotros mismos ya que esto genera tristeza, angustia y decaimiento interior, al volvernos hipersensibles por todo lo que nos pasa, agrandando los problemas y perdiendo objetividad en las cosas que nos suceden. Cuando observamos y nos preocupamos por los demás, nuestra atención deja de centrarse sobre nosotros y podemos observar todo de manera más objetiva, al ver que los problemas y las cosas buenas nos pasan a todos, cuando ayudamos a alguien, nos da una auténtica sensación de alegría al sentirnos útiles y eso es parte de la síntomas de la auténtica felicidad.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?R. Así es

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?R. Sí. El egoísmo origina resentimiento al centrarnos demasiado en nosotros mismos y en nuestros propios problemas (aunque muchas veces estos sean más imaginarios o los veamos más grandes de lo que son en realidad),

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?R.Sí. Pues el egoísmo provoca que nos centremos demasiado en la ofensa que nos han hecho, sin verla objetivamente., solo viendo lo que nos han hecho sentir. El perdón se basa en la decisión de querer olvidar y superar la ofensa, lo que hace que a través de la voluntad , el sentimiento causado y el resentimiento se vayan superando

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?R. Sí. El sentir tristeza por un bien que le ha pasado a otra ser humano, es una clara muestra del egoísmo que llevamos dentro, ya que la persona egoísta, se siente como única merecedora de los éxitos o las cosas buenas que le suceden a su prójimo.
Carla_villa
 
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Re: Lección 9

Notapor Lorenaga » Lun Mar 17, 2014 7:03 pm

Lección 9.-
1. ¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿O más bien, hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
Una de las formas en que la persona puedes ser infeliz es el egocentrismo, es decir, el fijarse demasiado en uno miso. Necesitamos dar espacio a los demás para poder ser felices.
2. ¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices? Si, todo esto nos hace centrarnos en nosotros mismos y eso nos produce infelicidad y amargura. Además estamos tan absortos en uno mismo que nos volvemos mas vulnerables y sensibles, la mayoría de las veces sin motivo, simplemente porque no son las cosas como queremos.
3. ¿Sería el resentimiento una forma de egoísmo?
Si, el resentimiento es una de las manifestaciones del egoísmo. Es como si el resentimiento fuera un veneno con el que quiero dañar a otro pero al tomármelo me daño a mi mismo.
4. ¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento del egoísmo?
Claro que sí lo es. Cuando soy incapaz de perdonar quiere decir que sigo pensando en mi mismo y en lo que e me hizo. Esa incapacidad de perdonar va endureciendo el corazón y seremos más infelices.
5. ¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
Si lo es. Nuestra sociedad se ha hecho cada vez mas materialista e individualista y muy competitiva, lo cual al no manejarse adecuadamente nos genera envidia. La envidia es un acto de la voluntad por lo que al repetirlo continuamente se nos vuelve un hábito, que por el hecho de ser malo, se le llama vicio y el vicio te ciega y te aprisiona.
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Re: Lección 9

Notapor mafran » Lun Mar 17, 2014 7:53 pm

1.-Se encuentra la felicidad en la busqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? O más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupandonos por los demás?
---Cuando la persona, tiende a pensar solo en si misma, se le llama egocentrismo y esto le ocaciona tristeza e infelicidad, este es el polo opuesto, del olvido propio de ese vivir hacia fuera de uno mismo, hacia los demás, lo cual ocaciona la felicidad.

2.-No es el incividualismo, el egoísmo, el exesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
---Sí, una de las cosas que entristede más al hombre es la egolatria, origen muchas veces de sufrimientos, inutiles, producidos por una exesiva preocupación por su persona exagerando en demacía su persona.

3.-Será el resentimiento un elemento de éste egoísmo?
---Sí, el resentimiento es uno de los dos elementos que constituyen grandes obstaculos para la felicidad, y es conveniente tratarlas con detenimiento para comprenderlas detectarlas en la vida personal y resolverlas aoportunamente.

4.-No será tambien la capacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
---Sí, como ya se decia en otra de las preguntas, el resentimiento es una manera de manifestar el egoismo y la falta de perdon, tiene gran parte en el resentimiento, es una falta de voluntad del ser humano , ya que la falta de perdon no es un sentimiento sino que depende de la voluntad.

5.-Es la envidia una consecuencia patente de ese egoismo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
---Sí, lo mismo que el resentimiento la envidia, es un serio obstaculo para la felicidad, por tanto el origen de la envidia radica en el egocentrismo, que toma cuerpo en forma de comparación.
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Re: Lección 9

Notapor YADIRA OROZCO » Lun Mar 17, 2014 8:33 pm

:lol: Hola soy de Costa Rica.
Tema 9.
1. ¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿O más bien, hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?

R/Si claro que es así,. Nuestra sociedad se ha hecho cada vez mas materialista e individualista y muy competitiva, lo cual al no manejarse adecuadamente nos genera envidia,y la envidia no nos hace feliz eso se llama: egocentrismo, lo cual solo genera tristeza e infelicidad,no nos conformamos con lo que tenemos,y eso nos incapacita para poder gozar de lo bueno que la vida nos ofrece y poderlo compartir con los demás.

2- ¿ No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, críticas, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices ?

R/Si se maneja tal como lo plantea la pregunta tal vez, yo Considero que es evidente que el egoísmo y el vivir excesivamente pendiente de nuestros propios actos, apegos ,pensamientos,"nos pueden hacer infelices" hasta cierta
forma, ya que cada individuo , es muy diferente entre si, y como consecuencia dentro de nuestro entorno de la vida diaria, necesitamos encontrar un equilibrio con el amor propio,y que llevamos y consigo mismo con quienes compartimos en cada momento de nuestro existir.

3-- ¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?

R/ Claro que si " EL Resentimiento" no es mas que un sentimiento, que experimentamos una y otra vez y que nace de nuestro propio sentir y pensamiento, y por supuesto que nace de un egoísmo. “Las personas egocéntricas se tornan muy vulnerables por vivir concentradas en su propia subjetividad y son infelices y desgraciadas”,como dice el autor y todo esto nos aparta de Dios.

4- ¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?

R/ Podemos decir que el no poder perdonar, es un elemento de egoísmo, por que todos debemos perdonar, porque el perdón se convierte en parte esencial del AMOR,en aquella persona que lo vive, si perdono JESUCRISTO,a los que lo crucificaron, no lo vamos hacer nosotros.

5- ¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?

R/ Sí, porque la envidia consiste en enojarse del bien ajeno, que la otra persona este bien, el sentirse que uno esta mejor que el otro materialmente ,eso nos enfurece,la envide corroe,y nos enferma,
la envidia es un sentimiento doloroso para quien lo padece, por que la otra persona no se esta dando cuenta de la envidia que le tienen, pero también que triste es vivir así ,por que la envidia es un obstáculo para que el ser humano reciba la felicidad que Dios puso a nuestro alrededor y la persona que lo sufre nunca podrá decir que es feliz, es obvio que la envidia radica en el ser humano por naturaleza y eso es digno de comparación. :?
YADIRA OROZCO
 
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Re: Lección 9

Notapor SissAzu » Lun Mar 17, 2014 9:49 pm

La persona humana tiene una fuerte inclinación a girar en torno a sí, a convertir el yo en el centro de sus pensamientos y en el punto de referencia de sus acciones. A esta inclinación se le llama egocentrismo y es la antítesis, el polo opuesto, del olvido propio, de ese vivir hacia fuera de uno mismo, hacia los demás. Es un hecho de experiencia que el egocentrismo genera tristeza, infelicidad. No es difícil comprobarlo; basta con ponerse a pensar en sí mismo, con enfoque egoísta, para sentir el decaimiento interior. Quien vive excesivamente pendiente de sí, concentrado en su propio yo, suele perder la visión objetiva de las cosas y se vuelve hipersensible y vulnerable. Todo le afecta mucho más, sufre desproporcionadamente y se incapacita para gozar de lo bueno que la vida le ofrece.

"Una de las cosas que entristece más al hombre es la egolatría, origen muchas veces de sufrimientos inútiles, producidos por una excesiva preocupación por lo personal, exagerando en demasía su importancia".

El egocentrismo se manifiesta de varias maneras. Dos de ellas constituyen grandes obstáculos para la felicidad y merecen tratarse con cierto detenimiento para comprenderlas, detectarlas en la vida personal y resolverlas oportunamente. Se trata, en concreto, del resentimiento y la envidia.

El veneno del resentimiento
El resentimiento es frecuentemente el principal obstáculo para ser feliz, porque amarga la vida. Para Max Scheler "el resentimiento es una autointoxicación psíquica": un envenenamiento de nuestro interior, que depende de nosotros mismos y que suele aparecer como reacción a un estímulo negativo en forma de ofensa o agresión. Evidentemente no toda ofensa produce un resentimiento, pero a todo resentimiento precede una ofensa.

La ofensa que causa resentimientos puede presentarse como acción de alguien contra mí, puede captarse en forma de omisión, o como atribuible a las circunstancias (la situación socioeconómica personal, algún defecto físico, enfermedades que se padecen y no se aceptan, etcétera). En cualquier caso, el estímulo que provoca la reacción de resentimiento puede juzgarse con objetividad, con exageración, o ser incluso producto de la imaginación. Estas variantes muestran en qué medida el resentimiento depende del modo como se juzgan las ofensas recibidas -con objetividad, exageradamente o de forma imaginaria- y explican el que muchos resentimientos sean gratuitos, porque dependen de la propia subjetividad que aparta de la realidad, exagerando o imaginando situaciones o hechos que no se han producido o no estaban en la intención de nadie originar.

La respuesta personal
El resentimiento es un efecto reactivo ante la agresión, de tono negativo. Consiste en la respuesta ante la ofensa. Esta respuesta depende de cada quien, porque la libertad nos confiere el poder de orientar nuestras reacciones. Covey advierte que "no es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña; es nuestra respuesta. Si perseguimos a la víbora venenosa que nos ha mordido, lo único que conseguiremos será provocar que el veneno se extienda por todo nuestro cuerpo. Es mucho mejor tomar medidas inmediatas para extraer el veneno".

Esta alternativa se presenta ante cada agresión: o nos concentramos en quien nos ofendió (y entonces seguirá actuando el veneno) o lo eliminamos mediante una respuesta adecuada, sin permitir que permanezca en nuestro interior.

La dificultad para configurar la respuesta conveniente radica en que el resentimiento se sitúa en el nivel emocional de la personalidad, porque en esencia es un sentimiento, una pasión, un movimiento que se experimenta sensiblemente. Quien está resentido se siente herido u ofendido por alguien o algo que influye contra su persona. Y es bien sabido que el manejo de los sentimientos no es tarea fácil. Unas veces no somos conscientes de ellos -con lo que pueden estar actuando dentro de nosotros sin que nos demos cuenta-, mientras que otras el resentimiento queda reforzado por razones que lo justifican -cuando el sujeto no sólo se siente herido, sino que se considera ofendido.



La intervención de la inteligencia y de la voluntad
Estas dificultades pueden mitigarse si hacemos buen uso de nuestra capacidad de pensar. El conocimiento propio y la reflexión nos permiten ir conectando las manifestaciones de nuestros resentimientos con sus causas y, en esta medida, nos vamos encontrando en condiciones de encauzarlos. Si al analizar los agravios recibidos nos esforzamos por comprender la forma de actuar del ofensor y por descubrir los atenuantes de su modo de proceder, en muchos casos nuestra reacción negativa desaparecerá por debilitamiento del estímulo. Nuestra inteligencia puede influir así, indirectamente -Aristóteles hablaba de un dominio político y no despótico de lo racional sobre lo sensible-, para evitar o eliminar los resentimientos, modificando las disposiciones afectivas.

Otro recurso con que contamos para echar fuera de nosotros el agravio, sin retenerlo, incluso en los casos de ofensas reales, es nuestra voluntad, por su capacidad de auto determinarse. Cuando recibimos una agresión que nos duele, podemos decidir no retenerla para que no se convierta en resentimiento. Eleanor Roosevelt solía decir: «Nadie puede herirte sin tu consentimiento». Marañón advertía que "el hombre fuerte reacciona con directa energía ante la agresión y automáticamente expulsa, como un cuerpo extraño, el agravio de su conciencia. Esta elasticidad salvadora no existe en el resentido". Si, en cambio, la voluntad es débil, la ofensa se retiene y el sentimiento permanece dentro del sujeto, se vuelve a experimentar una y otra vez, aunque el tiempo transcurra. En esto precisamente consiste el resentimiento: "es un volver a vivir la emoción misma: un volver a sentir, un re-sentir".

La lucha contra el resentimiento será mucho más eficaz si se cuenta con la ayuda de Dios, que clarifica nuestra inteligencia, favoreciendo la objetividad en el conocimiento y la capacidad de comprensión; y que potencia nuestra voluntad y fortalece nuestro carácter, para que no se doblegue ante la presión de los agravios.

«Sentirse» y re-sentirse
La forma de reaccionar ante los estímulos suele estar muy relacionada con los rasgos temperamentales. Por ejemplo, el emotivo siente más una agresión que el no emotivo; el secundario suele retener más la reacción ante el estímulo ofensivo que el primario; el que es activo cuenta con más recursos para dar salida al impacto recibido por la ofensa que el no activo. También la cultura y la educación, junto con el factor genético, influyen en la manera de reaccionar y, por tanto, en el modo como el resentimiento se origina y manifiesta.

Hay un modo de reaccionar ante las ofensas caracterizado sobre todo por su pasividad; consiste sencillamente en retraerse o distanciarse de quien ha cometido la agresión, en ocasiones incluso retirándole la palabra. Los mexicanos solemos calificarlo con el verbo sentirse. Peñalosa explica que "sentirse es verbo reflexivo que conjugamos todo el día, y que no es fácil hallarle digna explicación filológica, por la sencilla razón de que «sentirse» es verbo que registra más el alma mexicana que la gramática española. Estar sentido con alguien es lo mismo que estar dolido, triste, enojado por algún desaire que nos hicieron. Muchas veces real y, muchas más, aparente". Cabe señalar que Cervantes, en El Quijote, utiliza este verbo, con este sentido «mexicano», en más de una ocasión.

En cambio, cuando el sentimiento de susceptibilidad que se guarda incluye el afán de reivindicación, de venganza, se trata entonces propiamente de un resentimiento, en el sentido completo del término. El resentido no sólo siente la ofensa que le infligieron, sino que la conserva unida a un sentimiento de rencor, de hostilidad hacia las personas causantes del daño, que le impulsa a la revancha.

Alguien afirmaba con acierto que «el resentimiento es un veneno que me tomo yo, esperando que le haga daño al otro». Y es que puede ocurrir que aquél contra quien va dirigido el rencor ni siquiera se entere, mientras que quien lo experimenta se está carcomiendo por dentro. Un veneno tiene efectos destructivos para el organismo y el resentimiento lo que produce es frustración, tristeza, amargura en el alma. Es uno de los peores enemigos de la felicidad, porque impide enfocar la vida positivamente y aleja de Dios y de los demás.

Algunas personas tienen una especial propensión al resentimiento: reaccionan desproporcionadamente ante estímulos de poca entidad o acumulan rencores infundados. El origen de esta inclinación suele estar en el egocentrismo, con su tendencia a girar en torno a sí mismo, a convertir el propio yo en el centro de los pensamientos y en el punto de referencia de todas las acciones. Las personas egocéntricas se tornan muy vulnerables por vivir concentradas en su propia subjetividad y "son inevitablemente infelices y desgraciadas. Sólo quien se olvida de sí, y se entrega a Dios y a los demás, puede ser dichoso en la tierra, con una felicidad que es preparación y anticipo del cielo". El olvido propio es, también, el mejor antídoto contra el resentimiento, porque reduce considerablemente la resonancia subjetiva de los agravios y evita retenerlos.

El remedio del perdón
En el Antiguo Testamento prevalecía la ley del Talión, inspirada en la estricta justicia: «ojo por ojo, diente por diente». Jesucristo viene a perfeccionar la Antigua Ley e introduce una modificación fundamental que consiste en vincular la justicia a la misericordia, más aún, en subordinar la justicia al amor, lo cual resulta tremendamente revolucionario. A partir de Él, las ofensas recibidas deberán perdonarse, porque el perdón se convierte en parte esencial del amor.
La misericordia que Jesús practica y exige a los suyos choca, no sólo con el sentir de su época, sino con el de todos los tiempos: "Habéis oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y rogad por los que os persiguen y calumnian". "Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica". Estas exigencias del amor superan la natural capacidad humana, por eso Jesús invita a los suyos a una meta que no tiene límites, porque sólo desde ahí podrán intentar lo que les está pidiendo: "Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso".

Qué es perdonar
A diferencia del resentimiento, el perdón no es un sentimiento. Perdonar no equivale a dejar de sentir. Hay quienes consideran que están incapacitados para perdonar ciertos agravios porque no pueden eliminar sus efectos: no pueden dejar de experimentar la herida, ni el odio, ni el afán de venganza. De aquí suelen derivarse complicaciones en el ámbito de la conciencia moral, especialmente si se tiene en cuenta que Dios espera que perdonemos para perdonarnos Él. La incapacidad para dejar de sentir el resentimiento, en el nivel emocional, puede ser, efectivamente, insuperable, al menos en el corto plazo. Sin embargo, si se comprende que el perdón se sitúa en un nivel distinto al del resentimiento, esto es, en el nivel de la voluntad, se descubrirá el camino que apunta a la solución.

El perdón es un acto de la voluntad porque consiste en una decisión. Al perdonar opto por cancelar la deuda moral que el otro ha contraído conmigo al ofenderme y, por tanto, lo libero en cuanto deudor. No se trata, evidentemente, de suprimir la ofensa cometida y hacer que nunca haya existido, porque carecemos de ese poder. Sólo Dios puede borrar la acción ofensiva y conseguir que el ofensor regrese a la situación en que se encontraba antes de cometerla. Pero nosotros, cuando perdonamos realmente, desearíamos que el otro quedara completamente eximido de la mala acción que cometió. Por eso, como señala Leonardo Polo, "perdonar implica pedir a Dios que perdone, pues sólo así la ofensa es aniquilada".

Perdonar y olvidar
Si bien el acto de perdonar consiste en una decisión, la acción de olvidar, en cambio, tiene lugar en el ámbito de la memoria, que no responde directamente a los mandatos de la voluntad. Yo puedo decidir olvidar una ofensa, pero no lo consigo. La ofensa sigue ahí, en el archivo de la memoria, a pesar del mandato voluntario. Lo primero que esto me dice es que olvidar no es lo mismo que perdonar. El perdón puede ser compatible con el recuerdo de la ofensa. Una señal elocuente de que se ha perdonado, aunque no se haya podido olvidar, es que el recuerdo de la ofensa no afecta en el modo de conducirse con el perdonado, a quien tratamos como si hubiéramos olvidado. El verdadero perdón exige obrar de este modo, porque el verdadero amor "no lleva cuentas del mal".

En cambio, la expresión «perdono pero no olvido» significa que, en el fondo, no quiero olvidar la ofensa, que equivale a no querer perdonar. ¿Por qué? Cuando se perdona, se cancela la deuda del ofensor, lo cual es incompatible con la intención de retenerla, de no querer olvidarla. En consecuencia, si bien no podemos identificar el perdón con el hecho de olvidar el agravio, sí se puede afirmar que perdonar es querer olvidar.

Por qué perdonar
Cuando perdonamos, nos liberamos de la esclavitud producida por el odio y el resentimiento para recobrar la felicidad que había quedado bloqueada por esos sentimientos. También tiene mucho sentido perdonar en función de las relaciones con los demás. Si no se perdona, el amor se enfría o puede incluso convertirse en odio; y la amistad puede perderse para siempre.

Además de estos motivos humanos para perdonar, existen razones sobrenaturales, que posibilitan perdonar ciertas situaciones extremas donde los argumentos humanos resultan insuficientes. Dios nos ha hecho libres y, por tanto, capaces de amarle u ofenderle mediante el pecado. Si optamos por ofenderle, Él nos ofrece el perdón si nos arrepentimos, pero ha establecido para ello una condición: que antes perdonemos nosotros al prójimo que nos ha agraviado. Así lo repetimos en la oración que Jesucristo nos enseñó: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Cabría preguntarse por qué Dios condiciona su perdón a que perdonemos y, aún más, nos exige que perdonemos a nuestros enemigos incondicionalmente, es decir, aunque éstos no quieran rectificar. Lógicamente Dios no pretende dificultarnos el camino y siempre quiere lo mejor para nosotros. Él desea profundamente perdonarnos, pero su perdón no puede penetrar en nosotros si no modificamos nuestras disposiciones. "Al negarse a perdonar a nuestros hermanos y hermanas, el corazón se cierra, su dureza lo hace impermeable al amor misericordioso del Padre".

Además de esa ocasión en que enseñó el Padrenuestro, Jesús insistió muchas otras veces en la necesidad del perdón. Cuando Pedro le pregunta si debe perdonar hasta siete veces, le contesta que hasta setenta veces siete, porque el perdón no tiene límites; pidió perdonar incluso a los enemigos, a los que devuelven mal por bien. Para el cristiano, estas enseñanzas constituyen una razón poderosa a favor del perdón, pues están dictadas por el Maestro.
Pero Jesús, que es el modelo a seguir, no sólo predicó el perdón sino que lo practicó innumerables veces. En su vida encontramos abundantes hechos en los que se pone de manifiesto su facilidad para perdonar, lo cual es probablemente la nota que mejor expresa el amor que hay en su corazón. Mientras los escribas y fariseos acusan a una mujer sorprendida en adulterio, Jesús la perdona y le indica que no peque más; cuando le llevan a un paralítico en una camilla para que lo cure, antes le perdona sus pecados; cuando Pedro lo niega por tres veces, a pesar de la advertencia, Jesús lo mira, lo hace reaccionar y no solamente lo perdona, sino que le devuelve toda la confianza, dejándolo al frente de la Iglesia. Y el momento culminante del perdón de Jesús tiene lugar en la Cruz, cuando eleva su oración por aquellos que lo están martirizando: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

La consideración de que el pecado es una ofensa a Dios, que la ofensa adquiere dimensiones infinitas por ser Dios el ofendido, y que a pesar de ello Dios perdona nuestros pecados cuando ponemos lo que está de nuestra parte, nos permite percibir la desproporción que existe entre ese perdón divino y el perdón humano. Por eso, también aquellas ofensas que parecerían imperdonables, por su magnitud, por recaer sobre personas inocentes o por las consecuencias que de ellas se derivan, habrán de ser perdonadas porque "no hay límite ni medida en este perdón, esencialmente divino". De ahí que, para perdonar radicalmente, se necesite el auxilio de Dios.
Perdonar es la manifestación más alta del amor y, en consecuencia, es lo que más transforma el corazón humano. Por eso, cada vez que perdonamos se opera en nosotros una conversión interior, una verdadera metamorfosis, al grado que San Juan Crisóstomo llega a exclamar que "nada nos asemeja tanto a Dios como estar dispuestos al perdón", con lo que se puede concluir que perdonar es el principal remedio contra el resentimiento.

El problema de la envidia
Lo mismo que el resentimiento, la envidia "es un serio obstáculo para la felicidad" e incluye el agravante de que resulta difícil reconocerla en uno mismo: muy pocas veces escuchamos a alguien decir que es envidioso, cuando no tiene inconveniente en declararse ante los demás como ambicioso, desordenado, soberbio o destemplado. En un mundo competitivo como el nuestro, la propensión a la envidia se agudiza considerablemente. Tomás de Aquino explica que la envidia posee como característica específica el entristecerse del bien ajeno, en cuanto que se mira como un factor que disminuye la propia excelencia o felicidad. Analicemos cada una de estas nociones.

La tristeza de la envidia
La tristeza aparece como efecto inmediato y directo de la envidia. Si la alegría deriva de la posesión de un bien, la tristeza es causada por la relación con el mal. Cuando alguien pierde un ser querido, fracasa en un proyecto profesional o padece una grave enfermedad, se siente triste por esos sucesos adversos. Experimentar la tristeza en estos casos es algo natural, porque la carencia de ese bien para sí mismo, que se ve como un mal, es evidente, aunque quepa la posibilidad de sobreponerse a ella y, sin dejar de sentir el dolor que la origina, encauzarla dándole un sentido. En cambio, la envidia consiste en entristecerse del bien ajeno. Nos encontramos, pues, ante una situación distinta y un tanto sorprendente: lo que causa la tristeza no es un mal, sino un bien. Esto ya no es natural, porque lo que el bien suele provocar naturalmente es alegría. Si el resultado, en cambio, es la tristeza, no se ve cómo pueda justificarse la reacción. Más aún: lo anormal de tal respuesta ante el bien hace que resulte vergonzosa esa reacción y que instintivamente se intente ocultar. Esto explica la dificultad para que alguien se reconozca como envidioso: no es fácil justificar la tristeza ante la presencia del bien. Y entonces se intenta disimular, aunque no siempre se consiga. Los niños, que no tienen doblez, no pueden ocultarla y la suelen manifestar con toda naturalidad: todos hemos presenciado la reacción violenta del niño que arrebata a otro un juguete, o las lágrimas de la niña ante el regalo que su hermana acaba de recibir.

¿Por qué el bien del otro me produce tristeza? La respuesta no está en el bien en sí, sino en mi modo de percibirlo o de juzgarlo: es algo de lo que carezco y que, en el fondo, no acepto. La no aceptación de mi carencia me lleva a mirar ese bien ajeno con retorcimiento, que se traduce en inconformidad con quien lo posee. Si yo aceptara con paz mis limitaciones y estuviera identificado con lo que soy y tengo, el bien de los demás no me inquietaría, más aún, me alegraría. Y en este caso, al alegrarme de los méritos de los demás, estaría actuando conforme al querer de Dios. Por tanto, el origen de la envidia radica en el egocentrismo, que toma cuerpo en forma de comparación. El propio sujeto se convierte en el término de referencia de los valores que descubre en los demás y, en lugar de mirarlos objetivamente, como cualidades que los harían dignos de admiración, los contempla en función de sí mismo y de manera negativa, como algo de lo que carece. Esta desviación en el enfoque, provocada por la comparación, produce tristeza por su efecto egocéntrico -la alegría depende de nuestra capacidad de salir de nosotros mismos- y porque concentra la atención en lo negativo: la carencia personal de esos valores. Si fuéramos capaces de descubrir lo bueno que hay en los demás, sin compararnos y con una disposición generosa, abierta al bien del prójimo, no habría reacciones de envidia.

Un defecto en el modo de mirar
La envidia, como se ve, adolece de un defecto en el modo de mirar el bien de los otros. El mismo origen etimológico de la palabra hace referencia a esta manera equivocada de orientar la mirada: procede del latín invidia, que significa mirar con malos ojos, esto es, con mirada retorcida que interpreta negativamente lo positivo por excelencia: el bien. Y este mirar torcidamente el bien de los demás puede consistir también en mirarlo más de la cuenta, lo cual provoca, por añadidura, un entorpecimiento para valorar el bien propio. Séneca decía que «quien mira demasiado las cosas ajenas no goza con las propias». En cambio, quien sabe conformarse con lo que tiene o, mejor aún, agradecerlo, puede disfrutarlo sin que el bien de los otros le perturbe.

Si damos un paso más y nos preguntamos por qué el envidioso se siente afectado negativamente al descubrir el bien ajeno, la respuesta la encontramos en la última parte de lo que Tomás de Aquino afirma: porque mira ese bien como un factor que disminuye su propia excelencia o felicidad. Esto lo entiende fácilmente quien vive comparándose con los demás y de alguna manera cifra su valía personal en salir favorecido de esas comparaciones. Si yo valgo porque soy mejor que el otro, porque tengo más cosas que él o porque lo supero en uno u otro aspecto, entonces dejaré de valer en cuanto me vea superado. Cada elemento positivo que surja en el otro me disminuirá y, en consecuencia, me entristecerá.

Manifestaciones de envidia
Aunque cueste mucho reconocerse envidioso e incluso se intente disimularlo, hay algunas manifestaciones que revelan la envidia a quien es buen observador. Todas ellas pretenden reducir de alguna manera el bien ajeno, para compensar el efecto peyorativo que provoca en el que envidia. Tal vez la más evidente sea la crítica negativa, que pretende subrayar deficiencias que quitan valor al envidiado. También la difamación, que consiste en propagar hechos peyorativos que disminuyen la fama de la otra persona. De manera más sutil, el silencio o la aparente indiferencia ante los méritos de los demás pueden revelar una envidia que se intenta ocultar. O una especie de resistencia o bloqueo que impide contemplar con apertura y visión positiva lo que los demás hacen, sus logros, su valía personal, puede ser también una manifestación sutil de este problema. Otros recursos, como la burla o la ironía ante las cualidades o los buenos resultados del otro, frecuentemente llevan la intención de relativizar sus méritos y quitarles brillo, por la envidia que producen. Al envidioso le cuesta elogiar y, cuando no le queda más remedio que hacerlo por la evidencia de los hechos, se siente obligado a añadir un complemento reductivo al elogio: fulano es muy inteligente, pero no muy culto; mengano tiene mucho prestigio profesional, pero es egoísta; y así sucesivamente. O, en el mejor de los casos, dirá: hay que reconocer que es un buen arquitecto o un médico competente, si no hay más salida que aceptarlo.

La envidia suele tener también manifestaciones corporales. Como el ser humano forma una unidad, no sólo lo físico repercute en lo psíquico -como la salud en el estado de ánimo-, sino también a la inversa: las emociones pueden producir efectos fisiológicos. Y así como la vergüenza ruboriza el rostro, el sentimiento de envidia parece generar una reducción de la circulación sanguínea, que se refleja en la palidez de la cara. Por eso se habla de la pálida envidia o de la envidia lívida. Quevedo decía que «la envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come». Hay, finalmente, una versión peculiar de la envidia, que manifiesta con mucha evidencia su malicia y consiste en alegrarse con el mal ajeno, disfrutando pausadamente cada una de las desgracias que ocurren al otro.

Especial inclinación a la envidia
Aunque cualquier persona pueda sentir envidia, hay quienes poseen una especial propensión. Tomás de Aquino dice que suelen ser envidiosos los ambiciosos de honor, los pusilánimes y los viejos.

Dejando de lado a estos últimos, cuya inclinación a la envidia puede originarse en la falta de aceptación ante las limitaciones impuestas por la edad, veamos los otros dos casos. El pusilánime, de ánimo pequeño, suele padecer un sentimiento de inferioridad que le lleva a sentirse agredido por todo lo que le resulta superior y, en esa medida, se considera disminuido. Ese sentimiento suele vincularse a la inseguridad provocada por diversos factores, entre ellos: los fracasos no resueltos interiormente, la falta de resultados en el cumplimiento de las obligaciones o en las metas propuestas, algún defecto físico no asimilado, etcétera.

La solución en este punto está, por una parte, en aceptar las propias limitaciones y, por la otra, en hacerse consciente de los propios valores y capacidades, que suelen ser más de los que se admiten, para empeñarse en sacarles el máximo partido, en función del desarrollo personal y del servicio a los demás.

El ambicioso de honor también está especialmente expuesto a la envidia por su egocentrismo y su vanidad. Posee un afán desordenado por destacar en todo y no soporta que alguien lo supere. Cuando esto ocurre, siente que le usurpan un derecho que considera exclusivo, y la reacción de envidia no se hace esperar. El efecto final es la tristeza, que puede convertirse en frustración o incluso en resentimiento acompañado de una reacción violenta de venganza.

Naturaleza de la envidia
De acuerdo a la estructura y constitución de la persona humana, cabe distinguir en la envidia varias dimensiones. En primer lugar, es un sentimiento, una pasión, como lo advierte García Hoz: "En el panorama psicológico ocupa la envidia un lugar entre los sentimientos superiores (...); es una tendencia de aversión contra el que, por el mero hecho de su superioridad nos afecta desagradablemente; es fundamental esta conciencia de la propia inferioridad". La pasión de la envidia puede traspasar el nivel racional de la persona, haciéndole perder el dominio de sí misma, y conducirle a reacciones violentas y descontroladas, como se ve en diversos pasajes de la Sagrada Escritura: por envidia, Caín mató a su hermano Abel, Esaú aborreció a Jacob, José fue vendido por sus hermanos, Saúl intentó asesinar a David , Jesús fue condenado a muerte .
La envidia es también un acto de la voluntad, dotado -por ser voluntario- de libertad y, como va en contra del orden establecido por Dios, "la envidia es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida". Desde el punto de vista moral, hay que diferenciar entre un acto libre de la voluntad y el mero sentimiento como tendencia emocional. Esto último, si no se consiente -si la voluntad lo rechaza y procura contrarrestar la mala inclinación - no es pecado. Finalmente, cuando los actos libres se repiten en sucesivas ocasiones, suelen dar origen a hábitos que, si son malos, se denominan vicios. Así, la envidia se convierte en vicio si el acto se reitera una y otra vez. Cuando al vicio se une la pasión, las consecuencias pueden ser imprevisibles. "La envidia es a la vez un vicio y una pasión; el primero se contrapone a la virtud y el segundo recae sobre el plano afectivo, pero como algo que embarga tanto, que tiene tanta fuerza por su contenido, que siendo algo emocional es capaz de traspasar el nivel intelectual y provocar en éste una ceguera de sus facultades". Por tanto, la envidia no sólo va contra la felicidad del envidioso que la padece, sino en algunos casos también contra los envidiados.

La emulación es la otra cara de la envidia y, si cabe, su vertiente positiva. Emular es imitar, con competitividad sana, triunfos y ejemplos positivos observados en otras personas. Responde a un sentimiento noble y auténtico de superación. No va en contra de la felicidad. Por eso, en el lenguaje coloquial se le suele llamar envidia sana o envidia buena: lleva a la propia persona, gracias a un esfuerzo de su voluntad -estimulada por el triunfo ajeno-, a empresas humanas de altura. En el orden sobrenatural, cabe incluso hablar de santa envidia.

Soluciones a la envidia
Después de ver con tanta claridad la gravedad de la envidia -"no hay nada más implacable y cruel que la envidia" , decía Schopenhauer- y el serio obstáculo que supone para la felicidad, ¿qué medios pueden ayudar a superarla? La solución estará en todo aquello que favorezca la capacidad de «alegrarse del bien ajeno», que es precisamente lo contrario a la envidia. Las disposiciones adecuadas serían las siguientes:

1) Aceptarse a sí mismo, incluyendo defectos y cualidades, para aceptar a los demás con sus valores y sus logros.
2) No compararse egocéntricamente con los demás, ni hacer depender de ellos el juicio sobre sí; compararse, en cambio, positivamente, con la intención de superarse (emulación).
3) Cultivar el olvido propio y el servicio al prójimo, para ganar en humildad y valorar a quienes nos rodean.
4) Fomentar la magnanimidad, la grandeza de espíritu, para erradicar todo sentimiento de inferioridad.
5) Amar a los demás, de manera que su progreso, sus cualidades y sus éxitos sean vistos como un motivo de alegría propio.
6) Saberse amado por Dios, teniendo en cuenta que la persona humana es "la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma".




Participación en el FORO

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿O más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
No, la felicidad está en insistencia de obtener cosas o en las preocupaciones. El camino a la felicidad es también compartido, se basa en el amor y el perdón, en aceptarnos y aceptar a los demás.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
Es cierto, ese afán por obtener cosas materiales. Si vivimos con resentimiento y envidia comparándonos con los demás no seremos capaces de ser felices.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
Si, amarga la vida, es el principal obstáculo para ser feliz.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
Si lo es, Perdonar es cuestión de voluntad. De acercarse a Dios y pedirle ayuda, porque manejar los sentimientos es difícil, como humanos nos cuesta olvidar, Jesús los muestra el camino.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
Si lo es, el sentimiento de envidia es un “Pecado Capital”, se puede observar en muchas personas a todo nivel, en el trabajo, los estudios en la vida cotidiana. La persona envidiosa no puede ser feliz, más bien vive con una tristeza grande, criticando y no aceptando su realidad comparándose con lo que otros tienen, eso le molesta y busca la forma de criticar y burlarse.
SissAzu
 
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Re: Lección 9

Notapor amaliux » Lun Mar 17, 2014 10:38 pm

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
No es posible ser feliz pensando solo en uno mismo, pues nos convertimos en egocéntricos y al no ver hacia afuera, al ser egoístas a decir del autor, “Quien vive excesivamente pendiente de si, concentrado en su propio yo, suele perder la visión objetiva de las cosas y se vuelve hipersensible y vulnerable. Todo le afecta mucho más, sufre desproporcionadamente y se incapacita para gozar de lo bueno que la vida le ofrece”

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
El pensar solo en nosotros mismos nos lleva a la egolatría y ésta origina muchas veces sufrimientos que se producen por preocuparnos de mas y dándole importancia a las cosas que no la tienen.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
Según Max Scheler “el resentimiento es una autointoxicación psíquica”. El resentimiento es la respuesta a una ofensa pero depende de cómo orientemos esa reacción, con objetividad, exageradamente o de forma imaginaria, o eliminamos la ofensa o permitimos que nos haga daño. Haciendo uso de nuestra voluntad, inteligencia, podemos impedir que nos haga daño la ofensa, pero sobre todo la lucha contra el resentimiento será más eficaz con la ayuda de Dios pues Él nos permitirá darle objetividad a nuestro conocimiento y comprensión para no darle valor innecesario a los agravios.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
Aunque no es considerado el perdón como un sentimiento, si es un acto de la voluntad pues hay que decidir perdonar. Cuando decidimos perdonar nos liberamos de sentimientos tales como el odio y recobramos la felicidad que había quedado bloqueada por el egoísmo de no querer perdonar.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
En el mundo competitivo que vivimos se es propenso a vivir con envidia. La envidia, como lo explica Tomás de Aquino, posee la característica específica de entristecerse por el bien ajeno. El desear el éxito de los demás, los bienes de los demás y no conseguirlos produce frustración y por lo tanto tristeza. No se alegra por los logros de lo demás.
“La pasión de la envidia puede traspasar el nivel racional de la persona, haciéndole perder el dominio de sí misma, y conducirle a reacciones violentas y descontroladas”, cómo lo afirma el autor Francisco Ugarte Corcuera, pero también postula unas soluciones a la envidia como son: aceptarse a sí mismo; no compararse egocéntricamente; cultivar el olvido; fomentar la magnanimidad, la grandeza de espíritu; amar a los demás y saberse amado por Dios. Soluciones, que como se ven ayudan al trabajo de la libertad y por ende de la felicidad.
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Re: Lección 9

Notapor Julia Bello » Lun Mar 17, 2014 11:02 pm

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa o inquieta? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?

No, la felicidad no se encuentra en el egocentrismo, en ese vivir pensando que el mundo gira solo entorno a uno mismo. Por el contrario, la felicidad se encuentra en la entrega, en ese mirar fuera de nosotros hacia Dios y, por consiguiente, hacia el prójimo como este nos enseñó.

2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?

Sí, el individualismo hace a la persona más sensible y vulnerable, por lo que esta se torna envidiosa, resentida e incapaz de dar y recibir amor y, por lo tanto, infeliz.

3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?

Sí, el egoísmo en el individuo no permite que sea objetivo, ya que él es el punto de referencia de todos sus pensamientos y acciones inhabilitando a ser objetivo, considerando cualquier desacuerdo o malentendido como una afrenta personal acumulando rencores infundados. El autor afirma que las personas egoístas son más propensas al resentimiento.

4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?

El egoísta, como vive concentrado en su propio yo, tiende a pensar y repensar sobre lo que le pasó, lo cual lo incapacita a perdonar, ya que al recrear en su mente la situación que lo afecta una y otra vez no puede dejar de sentir sus efectos alimentando así el resentimiento en su ser. Solo al entender que el perdón no es un sentimiento sino una decisión, este podrá encontrar el camino al perdón que lo liberará.

5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?

Sí, el egoísmo afecta la visión objetiva, el sujeto es el termino de referencia, vive comparándose con los demás, por lo que la carencia de un bien que observa en otro le ocasiona tristeza, la cual se deriva de su incapacidad para aceptar sus limitaciones generándose el sentimiento de envidia . "Si fuéramos capaces de descubrir lo bueno que hay en los demás, sin compararnos y con una disposición generosa, abierta al bien del prójimo, no habría reacciones de envidia".
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Re: Lección 9

Notapor Martha SIERRA A » Lun Mar 17, 2014 11:40 pm

1.-Muchas veces nos gana el egoísmo, el yo, es que yo ...es mio.... soy yo...por el afán de sobre salir o tener, y por esta manera de actuar en lugar de caminar a la felicidad se va es a la adversidad , a la tristeza ,amargura.Y para lograr la felicidad ,es necesario llenarnos del amor de Dios , que es el verdadero , duradero que es incondicional y nos da apertura hacia el otro y así compartir, dar de lo que tenemos no solo en sentido económico sino también nuestro tiempo, el perdón , una amistad sincera,compartir alegrías ,tristezas estar en ese sentido del servicio al prójimo.

2.-Si el individualismo es la tendencia a actuar según el criterio personal , no acepta opiniones de los demás es egocéntrico, es dado a aislarse , por sólo lo que el dice es razonable sus cosas son las importantes como explique en la pregunta anterior el afán de tener, de poder nos lleva por el camino equivocado ,al camino de la amargura.

3.-Si el resentimiento es un elemento de egoísmo, por que primero me hago daño a mi mismo, por que no dejo que entre el amor de Dios en mi corazón, y si no tengo ese amor, que le voy a dar alas demás personas? y a Dios ya que es al que 1ro juzgo , le reclamo,etc el y sí, ese resentimiento me lleva creerme la victima, seguir compadeciéndome de mi misma por que no me deja ver mas allá

4.-Si claro, por que sino tengo la voluntad y la capacidad para perdonar, voy formando una coraza en mi corazón que no me deja entender la gracia del amor en mi vida.Y esto lo digo por experiencia propia , si uno se siente incapaz de perdonar , le pide a Dios que nos ayude y por gracia de él perdonamos y hasta se olvida la ofensa , yo si puedo dar fe de esto , por eso los que dicen que perdonan pero no olvidan , ni han perdonado y mucho menos olvidaran. yo les digo si quieren olvidar perdonen y podrán experimentar una paz, es maravilloso,para mi esto es un verdadero milagro. Muchos dirán que es imposible, pero para DIOS no hay imposibles, es sólo no ser egoístas con él y dejarlo entrar en nuestro corazón.

5.-Si, por que hoy en día todo, es consumismo comparación, competitividad, vale más el hacer, el tener ,el poder que el ser, lo que significa que ya no se es persona, sino, una maquina ,un objeto un producto más que no dejan al hombre actuar conforme al plan de Dios, sino a conveniencia de las circunstancias .
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Re: Lección 9

Notapor Martha SIERRA A » Lun Mar 17, 2014 11:40 pm

1.-Muchas veces nos gana el egoísmo, el yo, es que yo ...es mio.... soy yo...por el afán de sobre salir o tener, y por esta manera de actuar en lugar de caminar a la felicidad se va es a la adversidad , a la tristeza ,amargura.Y para lograr la felicidad ,es necesario llenarnos del amor de Dios , que es el verdadero , duradero que es incondicional y nos da apertura hacia el otro y así compartir, dar de lo que tenemos no solo en sentido económico sino también nuestro tiempo, el perdón , una amistad sincera,compartir alegrías ,tristezas estar en ese sentido del servicio al prójimo.

2.-Si el individualismo es la tendencia a actuar según el criterio personal , no acepta opiniones de los demás es egocéntrico, es dado a aislarse , por sólo lo que el dice es razonable sus cosas son las importantes como explique en la pregunta anterior el afán de tener, de poder nos lleva por el camino equivocado ,al camino de la amargura.

3.-Si el resentimiento es un elemento de egoísmo, por que primero me hago daño a mi mismo, por que no dejo que entre el amor de Dios en mi corazón, y si no tengo ese amor, que le voy a dar alas demás personas? y a Dios ya que es al que 1ro juzgo , le reclamo,etc el y sí, ese resentimiento me lleva creerme la victima, seguir compadeciéndome de mi misma por que no me deja ver mas allá

4.-Si claro, por que sino tengo la voluntad y la capacidad para perdonar, voy formando una coraza en mi corazón que no me deja entender la gracia del amor en mi vida.Y esto lo digo por experiencia propia , si uno se siente incapaz de perdonar , le pide a Dios que nos ayude y por gracia de él perdonamos y hasta se olvida la ofensa , yo si puedo dar fe de esto , por eso los que dicen que perdonan pero no olvidan , ni han perdonado y mucho menos olvidaran. yo les digo si quieren olvidar perdonen y podrán experimentar una paz, es maravilloso,para mi esto es un verdadero milagro. Muchos dirán que es imposible, pero para DIOS no hay imposibles, es sólo no ser egoístas con él y dejarlo entrar en nuestro corazón.

5.-Si, por que hoy en día todo, es consumismo comparación, competitividad, vale más el hacer, el tener ,el poder que el ser, lo que significa que ya no se es persona, sino, una maquina ,un objeto un producto más que no dejan al hombre actuar conforme al plan de Dios, sino a conveniencia de las circunstancias .
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Re: Lección 9

Notapor Liliana9 » Mar Mar 18, 2014 1:19 am

1.- ¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
R.- Vivir de manera plena la felicidad, es dejarse a sí mismo, dejar de lado todo egoísmo y comenzar a pensar en los demás, buscar siempre el lado bueno de las cosas, mirar positivamente las pruebas y trasmitir paz, amor, comprensión, agradecimiento y benevolencia.
Por ello es importante que para encontrar esa felicidad total, es necesario pensar en los demás, dedicarnos a los demás, sin prejuicios.

2.- ¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
R.- Definitivamente sí, uno busca equivocadamente la felicidad en el bienestar propio, sin mirar a los demás; busca obtener la fortuna, el reconocimiento... cosas que al final no llenan el ser, provocando tristeza, ansiedad por querer más.
Siendo al final de cuentas uno mismo el causante de nuestros sufrimientos.

3.- ¿Sería el resentimiento un elemento de éste egoísmo?
R.- Probablemente sí, tendemos a culpar a los demás por nuestros fracasos, por nuestras frustraciones; sabiendo que somos nosotros mismos los responsables de nuestro andar por esta vida. El resentimiento, crea una barrera entre los demás, provoca distanciamientos, pensamientos negativos, que llevan a la tristeza, al desánimo, y a la soledad.

4.- ¿No sería también la incapacidad de perdonar otro elemento de éste egoísmo?
R.- La falta de perdón ocasiona un tremendo choque de emociones dentro de las personas, por lo general, emociones negativas, que generan a su vez, infelicidad. Perdonar es liberarse y al no hacerlo, nos sentimos presos de nuestros mismos rencores, egoísmos; solo Jesús tiene la llave para librarnos de ésa cárcel que hay en nuestro corazón, donde no sólo están encerrados los que tal vez nos hicieron daño, sino que también ahí estamos nosotros, pagando la condena que nosotros quisimos dar, por ello es tan importante abrir nuestro corazón al Señor, pedirle que nos libere, que nos limpie.

5.- ¿Es la envidia una consecuencia patente de éste egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
R.- Sí, somos envidiosos porque vivimos pensando sólo en nosotros mismos, porque queremos todo lo bueno para nosotros, y porque deseamos triunfar y salir adelante sólo nosotros, todo girando en uno mimo... qué difícil decir de corazón felicidades, bien hecho, cuando estas en competencia interna con ésa persona. El no sabernos valorar tal como somos, el dejarnos influenciar por la mercadotecnia, y lo peor, el no conocer del amor de Dios hacia nosotros, provoca un sufrimiento intenso, pues creemos que la vida es injusta cuando le da más a los que ya tienen, cuando le va bien al vecino, al hermano, al compadre o amigo, y comenzamos a cegarnos, dejando de ver todo lo bueno que Dios tiene para nosotros, aún en lo pequeño, aún en la pobreza, en la enfermedad; es difícil cambiar de paradigma, más no imposible, pues con la ayuda de Dios todo es posible.
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Re: Lección 9

Notapor Cinti » Mar Mar 18, 2014 8:08 am

1)La felicidad se encuentra olvidándonos a nosotros mismos, dando espacio en nuestra vida a los demás, con una dedicación sincera .
2) Si. Pensar que todo lo que pasa gira en torno a si mismo,aferrarse exageradamente a si mismo, entristece y amarga el alma.
3) Si. El resentimiento produce frustración, tristeza, amargura en el alma. Es uno de los peores enemigos de la felicidad, porque impide enfocar la vida positivamente y aleja de Dios y de los demás.
Sólo quien se olvida de sí, y se entrega a Dios y a los demás, puede ser dichoso en la tierra, con una felicidad que es preparación y anticipo del cielo.
4) Si. Perdonar también es liberar al otro del mal que siente que nos causó. Somos egoístas cuando nos aferramos a lo que nos pasó y no podemos liberarnos ni liberar a los demás.
5) Si. La envidia no nos deja disfrutar la vida que tenemos y acompañar en el camino a los demás. Es un querer tener la vida del otro, sus talentos, sus cosas, sus afectos, porque no aceptamos lo que somos y tenemos con amor.
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Re: Lección 9

Notapor Emcg » Mar Mar 18, 2014 8:54 am

1.¿Se encuentra la felicidad en la búsqueda insaciable de todo lo que nos interesa, preocupa, inquieta a nosotros? ¿o más bien hay que dar espacio a los demás, interesándonos, preocupándonos por los demás?
Toda persona que cree que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás y que el mundo gira alrededor de su individualidad no tiene una vision objetiva de la realidad donde vive y esto le produce grandes obstáculos para ser feliz como lo es el resentimiento y la envidia.
En caso contrario toda persona que da respuestas abiertas, justas, de buena voluntad y sobre todo que se olvida de ese “yo” egocéntrico e individualista y se dan a Dios y a los demas prestando un servicio al prójimo, entonces ellos estan en el mejor camino para ser feliz.
2.¿No es el individualismo, el egoísmo, el excesivo apego a las propias cosas, ideas, criterios, métodos y pensamientos lo que nos hace sufrir tanto y por lo cual nos hace infelices?
Todo comportamiento extremo de individualismo, egoísmo, de un excesivo apego a las cosas propias, etc. priva a una persona de la felicidad. Cuando una persona centra toda la existencia en sí misma, la repercusión más evidente es la desconexión con el resto del mundo en una forma de aislamiento que los hace infelices. Igualmente generan una conducta impulsadas solo por sus intererses.
3.¿Sería el resentimiento un elemento de este egoísmo?
Si, el resentimiento es un derivado o elemento del egoísmo. Una persona egoísta se conduce solo por motivaciones auto-interesadas y egocéntricas, así que resentimiento es el sentimiento más negativo y adverso que puede expresar un egoísta.
4.¿No será también la incapacidad de perdonar otro elemento de este egoísmo?
Si, la incapacidad de perdonar se refleja en diversos sentimientos y actitudes en personas que actúan de acuerdo a sus intereses y a sus necesidades y donde no pueden dejar de experimentar la herida, ni el odio, ni la ofensa recibida y esto les hace les hace sufrir e infeliz. El perdonar es una actitud de voluntad, que consiste en una decisión de hacer algo beneficioso por ella misma y por los demás.
5.¿Es la envidia una consecuencia patente de este egoísmo que encierra y aprisiona al hombre de hoy?
Si, la envidia es otro elemento derivado del egoísmo. La envidia es generada por la continua comparación con los demás, en el tratar de ser mejores y en tener más que otros. La envidia es generada por la incapacidad de auto-aceptarse a sí mismo, de aceptar sus propios defectos y limitaciones.
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