4. La Orden del Cister. 1 septiembre

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor juaman2003 » Sab Sep 06, 2014 3:29 pm

Biografía BERNARDO DE FONTAINE (CLARAVAL).

Casa natal de Bernardo
en Fontaine-les-Dijon.
Nació como Bernardo de Fontaine en el castillo de Fontaine-les-Dijon, en Borgoña, Francia en el año 1090. Fue el tercero de siete hermanos. Su padre era caballero del duque de Borgoña y lo educó en la escuela clerical de Châtillon-sur-Seine. Después de la muerte de su madre, entró en la Orden del Císter. Esta orden había sido fundada pocos años antes por el abad Roberto bajo la Benito. Sólo tenía un monasterio, y por la dureza de la vida que llevaban, tenía pocos miembros.4 Este monasterio se encontraba cercano a su casa paterna.5 Odón, duque de Borgoña, su benefactor, contribuyó con la construcción de este primer monasterio, igualmente, le donó tierras y ganados.6
Cuando a los 23 años, en el año 1113, ingresó como novicio en la orden del Císter, le acompañaban 4 hermanos, un tío y algunos amigos (hasta 30 personas según otras fuentes). Previamente los había probado durante seis meses, asegurándose de su lealtad y formando un grupo muy unido.7 El convencer a tantos fue una labor ardua, especialmente a su hermano Guido, que estaba casado y tenía dos hijas, y que finalmente dejó a su familia y entró en la orden.8 Posteriormente entrarían en la orden su padre y su hermano menor.3
El año 1115, Esteban Harding, el abad de Císter, ante el doble problema de la masiva presencia del clan de los Fontaine y el repentino hacinamiento que habían provocado en su monasterio, decidió enviar a Bernardo a fundar el monasterio de Claraval, una de las primeras fundaciones cistercienses. Fue designado abad del nuevo monasterio, puesto que desempeñó hasta el final de su vida.7 Fue el obispo de Chalons-sur-Marne, el filósofo Guillermo de Champeaux quien le ordenó sacerdote y le bendijo como abad.
2El inicio de Claraval fue muy duro. El régimen impuesto por Bernardo era muy austero y afectó su salud.5 Guillermo de Champeaux debió intervenir, delegado por el capítulo general del Císter, para vigilar la salud de Bernardo suavizando la falta de alimentación y la mortificación implacable que se imponía a sí mismo. Este se vio obligado a dejar la comunidad y trasladarse a una cabaña que le servía de enfermería y donde era atendido por unos curanderos.9
A lo largo de su vida fundó 68 monasterios distribuidos por toda Europa. Los inicios fueron lentos. En los 10 primeros años sólo se establecieron tres nuevas fundaciones: Tres Fontanas (1118), Fontenay (1119) y Foigny (1121). A partir de 1130 se extienden las primeras abadías por Alemania, Inglaterra y España (Moreruela, 1132).10 Visión de san Bernardo,
María se aparece a san Bernardo.
Filippino Lippi,
Badia Fiorentina, Florencia.
Espiritualmente fue un místico y se le considera uno de los fundadores de la mística medieval. Tuvo una gran influencia en el desarrollo de la devoción a la Virgen María.
Bernardo fue un inspirador y organizador de las órdenes militares, creadas para acoger y defender a los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa y para combatir el Islam.11 Así, tuvo gran influencia en la creación y expansión de la Orden del Temple, redactó sus estatutos e hizo reconocerla en el Concilio de Troyes, en 1128.
En 1130, el Cisma del antipapa Anacleto lo apartó de la vida monástica en clausura y comenzó una intensa actividad pública en defensa de Inocencio II.12 Estuvo movilizado de 1130 a 1137 e hizo del abad uno de los políticos más influyentes de su tiempo.13
Participó en las principales controversias religiosas de su época. Sostenía que el conocimiento de las ciencias profanas es de escaso valor comparado con el de las ciencias sagradas. Sus sentimientos frente a los dialécticos se revelaron en los enfrentamientos que mantuvo con Gilberto de la Porré y Pedro Abelardo.
La predicación en la Iglesia medieval era esencial y Bernardo fue uno de sus grandes predicadores. Reclamado constantemente por la clerecía local, realizó numerosos viajes por el sur de Francia, Renania y otras regiones.14 También predicó las excelencias espirituales de la vida monástica y convenció a muchos para que ingresasen en la orden cisterciense.15 Se le conocía como Doctor melifluo (boca de miel).
Se desplazaba habitualmente a pie, acompañado de un monje, que hacía de secretario y escribía a su dictado durante los desplazamientos.13
Bernardo predicó en el Languedoc en 1145 a los cátaros o albigenses, siendo elogiado, pero en Verfeil, cerca de Toulouse, se le abucheó. Años después de la muerte de Bernardo, en 1209, los cátaros fueron declarados herejes, y varios cistercienses se pusieron al frente de la cruzada que reprimió este movimiento.16
En 1145, Eugenio III fue nombrado papa. Es el primer papa cisterciense y discípulo de Bernardo. Había coincidido con él en uno de sus viajes y le siguió desde Italia hasta Claraval. Allí pasó 10 años de vida monástica. En 1140, Bernardo lo había enviado a Italia como abad de Tres Fontanes, la 34 fundación de Claraval.17
Su mayor y más trágica empresa fue la Segunda Cruzada, cuya predicación fue por completo obra de Bernardo. Allí apareció con toda su fuerza y con toda su debilidad su ideal religioso.17 Su fracaso afectó negativamente a su influencia y a su figura carismática, excepcional hasta entonces tanto con el poder religioso como político.
En 1153, enfermó del estómago -no retenía la comida y las piernas se le hinchaban-, quedó muy débil y murió.18
Fue canonizado el 18 de junio de 1174 por el papa Alejandro III, siendo declarado Doctor de la Iglesia por Pío VIII en 1830. Su fiesta litúrgica se celebra el 20 de agosto en el aniversario de su muerte, siendo el santo patrón de Gibraltar, de Algeciras,19 20 de los trabajadores agrícolas y del Queen’s College de Cambridge. Sus atributos iconográficos son la pluma, el libro, el perro, el dragón, la colmena y la figura de la Virgen María.
Principales intervenciones públicas.
Organización de la Orden del Temple
En el año 1099, los cruzados recuperaron Jerusalén y los lugares santos de Palestina. Los peregrinos eran atacados y robados en los caminos. Algunos caballeros decidieron prolongar su voto y dedicar su vida a la defensa de los peregrinos. En 1127, Hugo de Payens solicitó al papa Honorio II el reconocimiento de su organización.
Recibieron el apoyo del abad Bernardo, sobrino de uno de los nueve Caballeros fundadores y a la postre quinto Gran Maestre de la Orden, André de Montbard. Así, se reunió un concilio en Troyes para regular su organización.21
En el concilio, solicitaron a Bernardo que redactase su regla, que fue sometida a debate y con algunas modificaciones fue aprobada.22 La regla del Temple fue pues una regla cisterciense, pues contiene grandes analogías con la misma; no podía ser de otra forma ya que el abad era su inspirador. Era típica de las sociedades medievales, con estructuras jerarquizadas, poderes totalitarios, regula la elección de los que mandan y estructura las asambleas para asistirlos y, en su caso, controlarlos.23 Después de esta primera redacción, hubo una segunda debida a Esteban de Chartres, Patriarca de Jerusalén, denominada «regla latina» y cuyo texto se ha mantenido hasta nuestros días.22
Bernardo escribió en 1130, el Elogio de la nueva milicia templaria, que asoció a los lugares de la vida de Jesús con infinidad de citas bíblicas. Intentó equiparar la nueva milicia a una milicia divina:11
Aspira esta milicia a exterminar a los hijos de la infidelidad...combatiendo a la vez en un doble frente: contra los hombres de carne y hueso y contra las fuerzas espirituales del mal.
Elogio de la nueva milicia templaria.11


Intervención en el cisma del antipapa Anacleto en defensa de Inocencio II
Fallecido el papa Honorio II, se produjo una doble elección papal. La mayoría de los cardenales apoyaron al cardenal Pietro Pierleoni que adoptó el nombre de Anacleto II; mientras que una minoría de cardenales se decantó por Gregorio Papareschi (Inocencio II).
La aparición de dos papas provocó el cisma y enfrentó a media cristiandad que apoyaba a Anacleto II con la otra media, que defendía a Inocencio II. Este último contaba con el apoyo de Bernardo, que se recorrió Europa desde 1130 a 1137, explicando sus puntos de vista a monarcas, nobles y prelados.24
Su intervención fue decisiva en el concilio de Estampes, convocado por rey francés Luis VI. Así mismo, la influencia de Bernardo favoreció la confirmación de Inocencio II, consiguiendo los apoyos de Enrique I de Inglaterra, el emperador alemán Lotario II, Guillermo X de Aquitania, los reyes de Aragón, de Castilla, Alfonso VII, y las repúblicas de Génova y Pisa. Finalmente, Anacleto fue rechazado como papa y fue excomulgado.3


Controversia con Abelardo
Abelardo, uno de los primeros escolásticos, se había iniciado en la dialéctica y mantenía que se debían buscar «los fundamentos de la fe con similitudes basadas en la razón humana». Así argumentaba:
Me dispuse a explicar los fundamentos de nuestra fe mediante similitudes basadas en la razón humana. Mis alumnos me pedían razones humanas y filosóficas y me reclamaban aquello que pudiesen entender y no aquello sobre lo que no pudiesen discernir. Decían que no servía de nada pronunciar muchas palabras, si no se hacía con inteligencia; que no se podía creer nada que previamente no se hubiese entendido; y que es ridículo que alguien predique nada que ni él ni sus alumnos no puedan abarcar con el intelecto.
Pedro Abelardo, Historia calamitatum

Estas nuevas ideas de Abelardo fueron rechazadas por los que pensaban de forma tradicional, entre ellos el abad. Así en 1139, Guillermo de Saint-Thierry encontró 19 proposiciones supuestamente heréticas de Abelardo y Bernardo de Claraval las remitió a Roma para que fuesen condenadas. En el sínodo de Sens le exigieron a Abelardo retractarse y al no hacerlo, el papa confirmó al sínodo de Sens y lo condenó por hereje a perpetuo silencio como docente.
Bernardo en carta a Inocencio II (Contra errores Petri Abaelardi), refutó los supuestos errores de Abelardo, pues consideraba que la fe sólo debe ser aceptada:25
Puesto que estaba dispuesto a emplear la razón para explicarlo todo, incluso aquellas cosas que están por encima de la razón, su presunción estaba contra la razón y contra la fe. Porque, ¿hay algo más hostil a la razón que tratar de trascender la razón por medio de la razón? y ¿qué hay más hostil a la fe que negarse a creer lo que no puede alcanzarse con la razón?
Contra quaedam capitula errorum Abaelardi.26

Para Bernardo, la verdad que hay tras la creencia en Dios es un hecho directamente infundido por la divinidad y por lo tanto incuestionable. Contra la pretensión de los racionalistas de que la teología debía apoyarse en pruebas, afirmó en un argumento muy conocido:26
La conocemos [la Verdad]. Pero ¿cómo pensamos que la comprendemos? La disquisición no la comprende, pero sí la santidad, si de algún modo es posible comprender lo incomprensible. Pero si no pudiese ser comprendida, el apóstol no habría dicho... «Y fundados en la caridad, podáis comprender en unión de todos los santos». Los santos, por tanto, comprenden. ¿Queréis saber cómo? Si sois santos, comprenderéis y sabréis. Si no, sed santos y sabréis por experiencia.
Tractatus de laudibis Parisius.26

La opinión de Bernardo, acerca del mal empleo que hacía Abelardo de la razón, se ganó el apoyo de místicos e irracionalistas, que estuvieron de acuerdo con él.27 }}

Predicación de la Segunda Cruzada

Bernardo de Claraval predicando la Segunda Cruzada en Vézelay en 1146.
En la Segunda Cruzada, asumió el papel político más importante de su vida, al convertirse en el predicador de la nueva guerra santa. El fracaso de la misma le supuso el declinar de su influencia política.13
Cincuenta años antes, durante la Primera Cruzada se estableció en Palestina un reino feudal gobernado por nobles franceses. En 1144, los ejércitos del Islam tomaron la ciudad cristiana de Edesa. En 1145, Luis VII de Francia propuso la cruzada y pidió a Bernardo que la predicase. Este respondió que solo el papa le podía encargar esa predicación. El rey realizó la petición al papa.28 Fue entonces, cuando el papa Eugenio III, que había sido monje en Claraval y discípulo de Bernardo, pidió al Santo que predicase la cruzada y las indulgencias que de ella se derivaban.29
El Bernardo que predicó la Cruzada mostró una personalidad diferente a lo que había sido hasta entonces. Él entendía la vida interior como unión del alma humana con Dios e identificaba la vida interior con la vida de toda la iglesia, de todo el «cuerpo místico», siendo su concepción de la cruzada básicamente mística. Consideraba que la Iglesia Católica podía llamar a las armas a las naciones cristianas para salvaguardar el orden establecido por Dios. Parece que no tuvo necesidad de comprender el Islam. Según él, si Dios juzgaba necesario que los ejércitos defendieran su reino, si el mismo papa le ordenaba predicar la Cruzada, estaba claro para él que se trataba de una misión divina. Por tanto transmitió a los cristianos que se trataba de una guerra santa, pues así la concebía él.30
En un escrito posterior al papa, así reflexionó sobre la cruzada: «Me lo ordenasteis y obedecí. La autoridad del que me mandaba hizo fecunda mi obediencia. Abrí mis labios, hablé y se multiplicaron los cruzados, de suerte que quedaron vacías las ciudades y castillos, y difícilmente se encontraría un hombre por cada siete mujeres».31
La predicación realizada en Alemania, lo fue en contra de la voluntad del papa, y ganó para la causa al emperador Conrado III y a numerosos príncipes. Según Maschke, «Bernardo es mucho más fogoso como predicador que como hombre de Estado y como político de la Iglesia, electriza a los pueblos de Occidente, infundiéndoles la sola voluntad de acudir a la Cruzada».32
Los cruzados fueron derrotados por el Islam, lo que provocó un gran pesimismo en toda la cristiandad. San Bernardo, que había sido el principal animador y el que había encendido a los pueblos, fue llamado embaucador y falso profeta.29 El fracaso de la segunda Cruzada dañó profundamente la confianza en el pontificado y se habló abiertamente de que la fe cristiana había sufrido un duro revés.32
Bernardo quedó muy afectado, sin embargo pensó que por lo menos había sido criticado él y no Dios. Así lo escribió en De Consideratione, dirigido al papa Eugenio III.29
Su Orden del Císter/Abad del Císter
A los 23 años, en el año 1113, ingresó en la orden del Císter. Dos años después, Esteban Harding, el abad de Císter, le envió a fundar una de las primeras fundaciones cistercienses, el monasterio de Claraval, del que fue designado abad, puesto que ocupó hasta el final de su vida.
La orden, entonces, estaba en formación. Esteban Harding era el tercer abad que tenía la orden, y en 1119 dotó al Císter de una regla propia, la Carta de caridad, en la que se establecían las normas comunitarias de total pobreza, de obediencia a los obispos y de dedicación al culto divino con dejación de las ciencias profanas.
Bernardo participó personalmente en la formación del espíritu cisterciense y fue el artífice de la gran difusión de la orden cisterciense, pasando del único monasterio cuando ingresó a 343 cuando murió, de los que 168 pertenecían a la filiación de Claraval y 68 fueron fundados por él mismo.33
La enorme influencia que alcanzaron los cistercienses se debió a Bernardo que trascendió ampliamente a la orden.34 Ha sido la figura más destacada de la Orden y es venerado como fundador.25
Císter fue una concepción de la vida monástica medieval totalmente distinta a Cluny. La regla cisterciense era, en la práctica, una crítica de la de Cluny.33 Esta crítica a los cluniacenses, la concretó Bernardo en 1124, en su escrito Apología a Guillermo:
La iglesia relumbra por todas partes, pero los pobres tienen hambre. Los muros de la iglesia están cubiertos de oro, pero los hijos de la iglesia siguen desnudos. Por Dios, ya que no os avergonzáis de tantas estupideces, lamentad al menos tantos gastos.
Apología a Guillermo35
A partir de la Apología a Guillermo, la regla cisterciense apareció como una reacción contra los excesos cluniacenses.24 Si durante el siglo XI los monjes cluniacenses habían asumido un gran protagonismo dentro de la iglesia, ocupando sus más altos cargos y ejerciendo su influencia sobre el poder civil, en el siglo XII ese papel les correspondió desempeñarlo a los cistercienses.


Inspirador de la arquitectura cisterciense

Claustro de la abadía de Fontenay.
Su Apología a Guillermo estableció también los criterios teóricos que luego se emplearían en la construcción de todas las abadías cistercienses. En este escrito, Bernardo criticó duramente la escultura, la pintura, los adornos y las dimensiones excesivas de las Iglesias de los cluniacenses. Partiendo del espíritu cisterciense de pobreza y ascetismo riguroso, llegó a la conclusión de que sus monjes, que habían renunciado a las bondades del mundo, no precisaban de nada de esto para reflexionar en la ley de Dios. La crítica la desplegó sobre dos ejes. En primer lugar, la pobreza voluntaria: las esculturas y adornos eran un gasto inútil: despilfarran el pan de los pobres. En segundo lugar, rechazaba también las imágenes porque distraían la atención de los monjes, los apartaban de encontrar a Dios a través de la Escritura.
Cuando, en 1135, tenían unas 90 abadías y aumentaban a un ritmo de 10 nuevas por año, Bernardo debió pensar que la orden estaba consolidada y con un crecimiento desmedido siendo urgente un modelo de abadía que garantizase la uniformidad de la Orden. También debió reflexionar que la orden no podía seguir con las efímeras construcciones de madera y adobe, precisando monasterios en piedra que sirviesen a las generaciones futuras de monjes.
Ello lo concretó en la construcción en piedra de las dos primeras abadías, Claraval II (a partir de 1135) y Fontenay (comenzada en 1137), que se construyeron de forma simultánea. En las dos intervino de forma decisiva, ya que de Claraval era su abad y Fontenay era filial suya. Él fue el inspirador de ambas construcciones y de sus soluciones formales. Para él, la arquitectura cisterciense debía reflejar el ascetismo y la pobreza absoluta llevada hasta un desposeimiento total que practicaban a diario y que constituía el espíritu del císter. Así terminó definiendo una estética de simplificación y desnudez que pretendía transmitir los ideales de la orden: silencio, contemplación, ascetismo y pobreza.
Estas primeras abadías se construyeron en estilo románico borgoñés, que había alcanzado toda su plenitud: (bóveda de cañón apuntada y bóveda de arista). Posteriormente, cuando en 1140, surgió el estilo gótico en la benedictina abadía de san Denis, los cistercienses aceptaron rápidamente algunos conceptos del nuevo estilo y empezaron a construir en los dos estilos, siendo frecuentes las abadías donde conviven dependencias románicas y góticas de la misma época. Con el paso del tiempo, el románico se abandonó.
Al prescindir de todo lo superfluo, el estilo cisterciense consiguió unos espacios desnudos, conceptuales y originales que lo hace plenamente identificable.


Influencia en el papa cisterciense Eugenio III
Eugenio III era hijo espiritual de Bernardo.36 Como se ha explicado, antes de ser elegido papa, estuvo 10 años en Claraval siendo monje bajo la autoridad espiritual de su abad Bernardo. Después, durante otros 5 años, fue abad de un monasterio filial de Claraval, por lo tanto, seguía manteniendo esa relación de dependencia espiritual.
Ya siendo papa, mantenían frecuente correspondencia entre ellos, pidiéndole Eugenio, que le escribiera un tratado sobre las obligaciones de ser papa. El abad así lo hizo y escribió el tratado De Consideratione en 5 libros. El primero lo escribió en 1149, el segundo en 1150, el tercero después del desastre de la cruzada en 1152 y los dos últimos a continuación.37 Es su tratado más conocido y aunque lo escribió para el papa Eugenio, en la práctica, lo estaba haciendo también para todos los papas posteriores.38 De hecho, se conoce la importancia que muchos papas han dado a este texto.
Bernardo seguía sintiéndose su padre espiritual, así lo manifestó repetidamente en el prólogo de De Consideratione: «el amor que os profeso no os considera como Señor, os reconoce por hijo suyo entre las insignias y el esplendor de vuestra excelsa dignidad...Os amé cuando eras pobre, igual os he de amar hecho padre de los pobres y de los ricos. Porque bien os conozco, no por haber sido hecho padre de los pobres dejáis de ser pobre de espíritu».39 En este escrito, insiste en la necesidad de la vida interior y de la oración para aquellos que tienen las mayores responsabilidades de la Iglesia. Escribió sobre el peligro de dejarse llevar por los asuntos de Estado y descuidar la oración y las realidades de lo alto.40
Sobre los poderes del papa, le escribió defendiendo la supremacía del poder espiritual y el derecho de la Iglesia a emplear los ejércitos seglares41 Se basaba en las palabras que los apóstoles dijeron a Jesús cuando lo apresaron, recogidas en el Evangelio de san Lucas, que él interpretó para fundamentar de nuevo «la doctrina de las dos espadas», presente en el pensamiento cristiano desde los inicios de la Edad Media:42
Si la espada material no perteneciese a la Iglesia, el Señor no habría replicado «Es bastante» a los apóstoles cuando le dijeron «Aquí hay dos espadas», sino «Es demasiado». Por tanto, de la Iglesia son la espada espiritual y la espada material, pero esta ha de ser manejada para la Iglesia, y aquella, por la Iglesia.
De consideratione41
También le escribió que el poder del papa no es ilimitado:43
Yerras si, como creo, piensas que tu poder apostólico es el único instituido por Dios (dice el apóstol:) «No hay poder que no proceda de Dios...Todos han de estar sometidos a las autoridades superiores». No dice «la autoridad superior», como si se refiriese a una, sino «las autoridades superiores», como si se refiriese a varias. Por tanto, tu poder no es el único que procede de Dios, también proceden de «Él», el poder de los medianos y de los pequeños.
De consideratione43
Estaba convencido de que todos los cargos de la Iglesia procedían directamente de Dios y así lo escribió al papa:44
Reflexiona que la santa Iglesia romana no es la señora, sino la madre de las iglesias. Vos no sois el señor de los obispos, sino uno de ellos.
De consideratione44
Su doctrina

Cristo abrazado a san Bernardo
Francisco Ribalta, Museo del Prado.
Obra capital del misticismo español
y de una gran expresividad devocional.45
Fue el primero que formuló los principios básicos de la mística, contribuyendo a configurarla como cuerpo espiritual de la Iglesia católica.46
Su devoción a la humanidad del Redentor se trató de una innovación basada en el Cristo de los Padres y de san Pablo.47 Su forma de relacionarse con Cristo, llevó a nuevas formas de espiritualidad basadas en la imitación de Cristo.48
Su teología mística tuvo como fin principal mostrar el camino de la unión espiritual con Dios.49 Su doctrina de búsqueda de unión a Dios se inspiró en el estudio de las escrituras y de los padres de la Iglesia,50 así como en su propia experiencia religiosa.51 El esquema de la mística bernardiana propone ascender desde lo más profundo del pecado original hasta lo más elevado del amor, la unión mística con Dios. En este ascenso enumeró 4 grados de amor, descritos en su tratado Del amor de Dios:52
...En primer lugar, pues, se ama el hombre a sí por sí mismo, pues es carne, y no puede gustar nada fuera de sí...más, cuando ve que no puede subsistir por sí, comienza a buscar a Dios por la fe, y a amarle, como que le es tan necesario. Ama, pues, en el segundo grado a Dios, pero por sí, no por Él mismo. Ya después que comenzó, con ocasión de la propia necesidad, a reverenciarle y frecuentarle, meditando, orando, obedeciéndole, poco a poco en virtud de este género de familiaridad, se da a conocer Dios y consiguientemente se hace también más dulce, y así... pasa al grado tercero, para amar a Dios no ya por sí, sino por Él mismo... en este grado se está mucho tiempo...y desde entonces, juntándose a Él será con Él un espíritu...cuando se entra en estas grandezas espirituales y divinas habría de ser despejado de todas las enfermedades de la carne...
Del amor de Dios53
Conocemos tres venidas del Señor… hay una venida intermedia… oculta, sólo la ven los elegidos, en sí mismos…pero, para que no pienses…que… la venida intermedia son invención nuestra, oye al mismo Señor: «El que me ama guardara mi palabra; mi Padre lo amará y vendremos a fijar en él nuestra morada»…gracias a esta venida, nosotros que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial...
Sermón 5 en el Adviento54
La influencia del pensamiento de Bernardo sobre misticismo y devoción mariana en las órdenes religiosas europeas fue muy importante. Obsérvese los cuadros de devoción de este artículo que corresponden a encargos de franciscanos, capuchinos y cartujos de Italia y España, alguno de ellos realizado casi quinientos años después de su muerte.
Devoción mariana
En el occidente cristiano y a partir de finales del siglo XI, se desarrolló masivamente el culto popular a la Virgen María. Bernardo tuvo un papel importante en la propagación de ese culto mariano. Su teología sobre María fue rápidamente aceptada por los fieles y sus sermones se difundieron por toda la cristiandad. El más conocido, es Del acueducto:55
...tan grande acueducto...sobrepasase los cielos y pudiese llegar a aquella vivísima fuente de las aguas que está sobre los cielos...¿Cómo llegó este nuestro acueducto a aquella fuente tan sublime? [...] Según está escrito: la oración del justo penetra en los cielos...¿Quién será justo, si no lo es María, de quien nació para nosotros el sol de justicia? [...] Sea lo que fuere aquello que dispones ofrecer, acuérdate de encomendarlo a María, para que vuelva la gracia, por el mismo cauce por donde corrió, al dador de la gracia...aquello que deseas ofrecer, procura depositarlo en aquellas manos de María... a fin de que sea ofrecido al Señor, sin sufrir de Él repulsa...
Del acueducto56
La figura de María no se entendía como hoy. Así el abad mostró sus dudas sobre la Inmaculada Concepción: ...con toda certeza, sólo la gracia hizo limpia a María del contagio original... La fiesta de la Inmaculada Concepción es una fiesta que desconocen los ritos de la Iglesia, ni recomienda la tradición antigua.57 No se puede afirmar que patrocinara la Asunción de María (en esto coincidía con la corriente anti asuncionista que entonces predominaba).58


La fuente de la doctrina
Las fuentes de su doctrina. Un manuscrito español del siglo XIII de sermones de Bernardo de Claraval. Sus fuentes fueron fundamentalmente las Sagradas Escritura también las fuentes de la tradición cristiana. Ambas fueron siempre sus grandes argumentos.59
Bernardo creía en «la revelación verbal» del texto bíblico. Esta creencia, considerada hoy errónea por la teología católica, la heredó de Orígenes, su maestro en Exégesis. Así, en cada palabra de la Biblia buscaba interpretaciones y sentidos desconocidos y ocultos. Cuando no comprendía unas frases o un sentido del texto, se humillaba y pedía a Dios que le iluminara, pues entendía que si Dios había puesto esa palabra o esa frase y no otra, lo hacía por una razón concreta. Esta fe en la revelación verbal le originó importantes periodos místicos que quedaron recogidos en sus escritos.60
Su búsqueda de la interpretación del texto sagrado, sin limitarse al sentido pretendido por el escritor sagrado, para obtener de él la justificación de sus experiencias personales, profundiza en la reflexión y en la contemplación de la misma forma que la Iglesia primitiva y siguiendo la tradición mística de los padres griegos de la Escuela catequística de Alejandría.61
Resulta esclarecedor lo que pensaban de él los dos principales artífices de la Reforma Protestante. Martín Lutero dijo que «Bernardo supera a todos los demás Doctores de la Iglesia» y Juan Calvino lo alabó: «El abad Bernardo habla el lenguaje de la misma verdad».62
Los libros de la Biblia que más citó y por lo tanto con los que más se identificaba son: el libro de los Salmos 1519 veces; las cartas de Pablo 1388 veces; el Evangelio de Mateo 614 veces; el Evangelio de Juan 469 veces; el Evangelio según san Lucas 465 veces; el Libro de Isaías 358 veces y el Cantar de los Cantares 241 veces.63
La segunda fuente para él era la Tradición. En su tiempo había dos escuelas teológicas contrarias: la escuela antigua o tradicional, de la que él era el principal exponente, y la escuela moderna, patrocinada por Abelardo, basada en especulaciones y en la crítica filosófica de las ideas. Bernardo consideraba estéril la filosofía, pues argumentaba que en nada sirve al hombre para alcanzar su fin último. Despreciaba a Platón y Aristóteles. En cierta ocasión dijo: «Mis maestros son los apóstoles, ellos no me han enseñado a leer a Platón ni a ejercitarme en las disquisiciones de Aristóteles».64 Sin embargo, tenía una concepción neoplatónica del alma humana, que consideraba estaba creada a imagen y semejanza de Dios y destinada a una unión perfecta con Él.65
Los Padres de la Iglesia que más seguía, eran los que entonces se consideraban los maestros más autorizados de la Iglesia: se declaró fiel discípulo de san Ambrosio y de san Agustín, los llamó las dos columnas de la Iglesia y escribió que difícilmente se apartaría de su parecer (en el Tratado sobre el bautismo). En moral, su referencia era Gregorio Magno.64 Copió, sin citarlo, con frecuencia a Casiodoro en sus comentarios sobre los Salmos. Muchos bellos pensamientos que describió Bernardo, en realidad son de Casiodoro.64 Entre los Padres griegos, citó a menudo a Orígenes (le encantaba su exégesis alegórica) y a Atanasio. Tenía una gran devoción a Benito de Nursia y a su única obra, la Régula monasteriorum (la regla de los monjes). Esta obra era la maestra de su corazón y de su intelecto, y estaba convencido que, como la Biblia, era un libro directamente inspirado por Dios.66
Cuatro de sus obras tienen similitudes con otras de la literatura patrística:
1. Los sermones sobre el «Cantar de los cantares». En el Concilio de Sens, Berenguer de Escocia le recriminó haber copiado descaradamente a Orígenes, Ambrosio, Rexio de Autun y Beda el Venerable.
2. Los 17 sermones sobre el salmo 90 están copiados de la doctrina de san Agustín
3. Las 4 homilías de alabanzas de la Virgen María tienen plagios de Ambrosio y de san Agustín
4. Sobre la gracia y el libre albedrío es un resumen de la doctrina de san Agustín.67
Escritos
Sus escritos no son numerosos, ocupan solo los tomos 182 y 183 de la Patrología latina de Migne (compilación de los escritos de los Padres de la Iglesia y de otros escritores eclesiásticos publicados entre 1844 y 1865). Esta cifra es pequeña comparada con otros Padres de la Iglesia. Sus numerosas actividades no le permitieron un trabajo extenso. Por lo general, son obras de ocasión, rápidas, solicitadas por terceros.68 Muestran al hombre de acción, al renovador del Císter, a un reformador de la sociedad laica y religiosa y defensor del papado, también reflejan la seguridad de la personalidad religiosa más influyente del siglo XII, como san Agustín en el siglo V o Santo Tomás en el siglo XIII.69
Dejó una producción de unas 500 cartas, del orden de 350 sermones y varios tratados doctrinales.
Sus escritos más conocidos son los sermones —el sermón en los monasterios de la Edad Media tenía mucha influencia en la formación religiosa e intelectual del monje71 —. Después los tratados, breves pero de enorme valor espiritual para la Iglesia católica, desarrollando una doctrina precisa y coherente.51
Empleó un elegante latín y fue de los escritores más notables de su época, junto a Pedro Abelardo y Gilberto de la Porée.72

Iconografía de san Bernardo
No se sabe cómo era san Bernardo, no existen retratos reales. Sí hay multitud de representaciones figuradas, que corresponden habitualmente a cuadros de piedad y devoción.
En este artículo se presentan cinco ejemplos.
El cuadro, denominado Premio lácteo a san Bernardo, fue pintado por Alonso Cano entre 1646 y 1650 para los capuchinos de Toledo.70 Existe otro cuadro parecido, que no se representa aquí, pintado por Murillo y también en el Museo del Prado, donde se aparece la Virgen a san Bernardo para ofrecerle leche de sus pechos como premio por su defensa mariana.73



Premio lácteo a san Bernardo
Alonso Cano, Museo del Prado.
El santo arrodillado recibe un chorro de leche de los pechos de una estatua de la Virgen.70
La leyenda de la lactatio debió ser muy conocida en España, estando incluida en el Cancionero de Úbeda. Un motivo similar mencionó el rey Alfonso X el Sabio en sus Cantigas de Santa María (54 y 93), «narrando el prodigio de la resurrección de un monje cisterciense, que obró la Virgen dándole leche de su seno».74
El cuadro de Francisco Ribalta, Cristo abrazado a san Bernardo, fue pintado entre 1625 y 1627 para la cartuja italiana de Portocoeli, para la cual trabajó Ribalta en sus últimos años.45

Divina Comedia
En la Divina Comedia, Bernardo de Claraval aparece situado en el Paraíso desde el Canto XXXI, sustituyendo a Beatriz.75 En virtud de su espíritu contemplativo y de su devoción a María, es Bernardo quien guía al Dante durante la última parte de su viaje: muestra al poeta la cándida rosa dei beati —la rosa paradisíaca sede de todos los bienaventurados, Canto XXXII— y lo invita a volver a María su mirada como el rostro que más se asemeja a Cristo.76

Notas y referencias
Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 15. Madrid: Patmos.
1. ↑ Saltar a: a b Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 39. Madrid: Patmos.
2. ↑ Saltar a: a b c «San Bernardo de Claraval». Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú. Consultado el 10 de abril de 2007.
3. Volver arriba ↑ Ribadeneyra, Pedro (1953). «Vida de san Bernardo, p. 8». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
4. ↑ Saltar a: a b «San Bernardo de Claraval». Enciclopedia Católica. Consultado el 5 de mayo de 2007.
5. Volver arriba ↑ «Exordio Parvo». Monasterio Cisterciense de Santa María de Valdediós. Consultado el 17 de junio de 2007.
6. ↑ Saltar a: a b Leroux-Dhuys, Jean-Francois (1999). Las abadías cistercienses. Pág. 27. Köln: Könemann Verlagsgesellschaft mbH. ISBN 3-8290-3117-3.
7. Volver arriba ↑ «San Bernardo de Claraval». Jesús Marti Ballester, fundador de Amor y Cruz. Consultado el 6 de mayo de 2007.
8. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 40. Madrid: Patmos.
9. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 42. Madrid: Patmos.
10. ↑ Saltar a: a b c Martín, José Luís (2004). «Plena y Baja Edad Media, tomo 4, Pág. 531». Historia de España. Madrid: Espasa Calpe. ISBN 84-670-1577-2.
11. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 49. Madrid: Patmos.
12. ↑ Saltar a: a b c Leroux-Dhuys, Jean-Francois (1999). Las abadías cistercienses. Pág. 35. Köln: Könemann Verlagsgesellschaft mbH. ISBN 3-8290-3117-3.
13. Volver arriba ↑ Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p. 14. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
14. Volver arriba ↑ Ribadeneyra, Pedro (1953). «Vida de san Bernardo, p. 16». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
15. Volver arriba ↑ Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p.513. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
16. ↑ Saltar a: a b Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 32. Madrid: Patmos.
17. Volver arriba ↑ Ribadeneyra, Pedro (1953). «Vida de san Bernardo, p. 40». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
18. Volver arriba ↑ Algecirasnoticias.com (ed.): «Bendición de la imagen de San Bernardo, patrón de Algeciras» (21 de agosto de 2013). Consultado el 25 de enero de 2014.
19. Volver arriba ↑ Romera, Esteban (17 de agosto de 2013). «David Segarra realiza la imagen de San Bernardo de Claraval, patrón de Algeciras». ABC Sevilla. Consultado el 25 de enero de 2014.
20. Volver arriba ↑ Pernoud, Régine (1994). «Los orígenes del Temple, p. 9 a 11». Elogio de la nueva milicia templaria. Madrid: Siruela. 84-7844-183-2.
21. ↑ Saltar a: a b Pernoud, Regine (1994). «Los orígenes del Temple, p. 12». Elogio de la nueva milicia templaria. Madrid: Siruela. 84-7844-183-2.
22. Volver arriba ↑ Pernoud, Regine (1994). «Los orígenes del Temple, p. 16». Elogio de la nueva milicia templaria. Madrid: Siruela. 84-7844-183-2.
23. ↑ Saltar a: a b Martín Lalanda, Javier (1994). «El Temple y san Bernardo, p. 146». Elogio de la nueva milicia templaria. Madrid: Siruela. 84-7844-183-2.
24. ↑ Saltar a: a b «San Bernardo de Claraval». Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú. Consultado el 14 de abril de 2007.
25. ↑ Saltar a: a b c Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p.474. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
26. Volver arriba ↑ Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p.475. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
27. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 54 y 55. Madrid: Patmos.
28. ↑ Saltar a: a b c Ribadeneyra, Pedro (1953). «Vida de san Bernardo, p. 39». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
29. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 56 a 59. Madrid: Patmos.
30. Volver arriba ↑ Durán, Rafael M. (1953). Iconografía española de san Bernardo, pág. 36. Monasterio de Poblet.
31. ↑ Saltar a: a b Hofstatter Hans H. y Pixa Hannes (1971). Historia Universal Comparada, tomo IV, Pág. 246. Barcelona. Plaza y Janes. ISBN 84-01-60627-6.
32. ↑ Saltar a: a b Hofstatter Hans H. y Pixa Hannes (1971). Historia Universal Comparada, tomo IV, Pág. 232. Barcelona. Plaza y Janes. ISBN 84-01-60627-6.
33. Volver arriba ↑ Leroux-Dhuys, Jean-Francois (1999). Las abadías cistercienses. Pág. 33. Köln: Könemann Verlagsgesellschaft mbH. ISBN 3-8290-3117-3.
34. Volver arriba ↑ Leroux-Dhuys, Jean-Francois (1999). Las abadías cistercienses. Pág. 34. Köln: Könemann Verlagsgesellschaft mbH. ISBN 3-8290-3117-3.
35. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 53. Madrid: Patmos.
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38. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 580. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
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41. Volver arriba ↑ Chanwick, Henry y Evans, G.R. (1994). El Cristianismo, volumen I, p.70. Edicciones Folio. ISBN 84-7583-669-0.
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43. ↑ Saltar a: a b Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p.331. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
44. ↑ Saltar a: a b Pérez Sánchez, Alfonso (1996). «Escuela Española, Pág. 76». El Museo del Prado. Fundación Amigos del Prado y Fonds Mercator. ISBN 90-6153-363-5.
45. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 59/60». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
46. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 74. Madrid: Patmos.
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48. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 92». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
49. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 17. Madrid: Patmos.
50. ↑ Saltar a: a b Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 70. Madrid: Patmos.
51. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 93 a 95. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
52. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 775. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
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54. Volver arriba ↑ «Los milagros de Nuestra Señora y el culto a la Virgen». Biblioteca Gonzalo de Berceo. Consultado el 13 de mayo de 2007.
55. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 739 y 750. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
56. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 74. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
57. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). Obras completas de san Bernardo, p. 75. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
58. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 54». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
59. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 55». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
60. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 102/103. Madrid: Patmos.
61. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 119, nota 2. Madrid: Patmos.
62. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 56». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
63. ↑ Saltar a: a b c Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 57». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
64. Volver arriba ↑ Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Pág. 73. Madrid: Patmos.
65. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 58». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
66. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 59». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
67. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 48». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
68. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 47». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
69. ↑ Saltar a: a b Pérez Sánchez, Alfonso (1996). «Escuela Española, Pág. 124». El Museo del Prado. Fundación Amigos del Prado y Fonds Mercator. ISBN 90-6153-363-5.
70. Volver arriba ↑ Díaz Ramos, Gregorio (1953). «Introducción general a la doctrina de san Bernardo, p. 141». Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
71. Volver arriba ↑ Mundy, John H. (1980). Europa en la Alta Edad Media (1150-1309), p.18. Madrid: Aguilar. ISBN 84-03-12071-0.
72. Volver arriba ↑ Cordero, Miguel (2004). «Las obras maestras (pág. 102)». Murillo. 2005 Unidad Editorial. ISBN 84-89780-73-0.
73. Volver arriba ↑ Durán, Rafael M. (1953). Iconografía española de san Bernardo, pág. 39 y 41. Monasterio de Poblet.
74. Volver arriba ↑ Barthelet, Philippe (2001). San Bernardo. Madrid: Ediciones Palabra. pp. 166–167. ISBN 84-8239-587-4. Consultado el 12 de agosto de 2014.
75. Volver arriba ↑ Amato, Angelo (2000). María y la Trinidad: espiritualidad mariana y existencia cristiana. Salamanca: Secretariado Trinitario. p. 19. ISBN 84-88643-55-1. Consultado el 12 de agosto de 2014.
Bibliografía
Merton, Thomas (1956). San Bernardo, el último de los Padres. Madrid: Patmos.
• Díaz Ramos, Gregorio (Introducción) (1953). Obras completas de san Bernardo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
• Leroux-Dhuys, Jean-Francois (1999). Las abadías cistercienses. Köln: Könemann Verlagsgesellschaft mbH. ISBN 3-8290-3117-3.
• Baldeón-Santiago, Alfonso, Monje de Viaceli (2000). Las páginas más bellas de san Bernardo. Burgos: Monte Carmelo. ISBN 84-7239-579-0.
Enlaces externos
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• Corazones.org (sitio católico que incluye ocho de los sermones de san Bernardo).
• MscPeru.org (análisis de la vida, obra y doctrina de san Bernardo).
• EnciclopediaCatolica.com (biografía).
• Abbaye-Saint-Benoit.ch (obras completas; en francés)
• Zenit.org (Benedicto XVI, la herencia de san Bernardo).
• usuarios.iponet.es («Longitud, altura y anchura de Dios», por Bernardo de Claraval; en el Libro V del De Consideratione).
• us.geocities.com («San Bernardo», por René Guénon).
• Vatican.va (catequesis de Benito XVI sobre san Bernardo en la audiencia del 21 de octubre de 2009).
• Todo acerca de San Bernardo de Claraval
• Godofredo el Monje (Gaufrido Monacho), de Claraval: Vida de San Bernardo.
o Texto bilingüe latín - francés, con índice electrónico, introducción y anotaciones en este idioma, en el sitio de Philippe Remacle (1944 - 2011). El texto latino es el de la patrología de Migne. El texto francés está extraído de la obra de Guizot Collection des mémoires relatifs a l'Histoire de France (ed. en París).
• Guillermo de Saint-Thierry (1075 - 1148): Vida de San Bernardo.
Libro I: texto bilingüe latín - francés, en el mismo sitio, extraído de la misma obra de Guizot.
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor rocio del pilar » Sab Sep 06, 2014 3:33 pm

El cisma de Anacleto
Anacleto II, cuyo nombre de nacimiento fue Pietro Pierleoni (?-25 de enero de 1138), fue un antipapa que reinó del 1131 hasta su muerte.

Pierleoni, de ascendencia judía (sólo uno de sus ocho bisabuelos fue judío: su bisabuelo paterno Benedictus (quizás Baruch en hebreo) que se había convertido al cristianismo y se casó un una mujer de linaje noble), nació en la poderosa familia romana de los Pierleoni, hijo del cónsul Pier Leoni. Como hijo segundo y ambicioso, fue destinado a la carrera eclesiástica. Estudió en París y entró en la abadía benedictina de Cluny. Más tarde fue para Roma y desempeñó diversos cargos importantes. En el 1130 el papa Honorio II estaba a punto de morir y Pierleoni estaba determinado a sucederle, aunque eso le costara enormes sobornos. A pesar del apoyo de los habitantes y de las familias más nobles de la ciudad, los enemigos políticos de Pierleoni le cortarían los proyectos y obligaron al cardenal Gregorio Papareschi a presentarse candidato. Este acabó por ser electo papa Inocencio II, pero la facción de los Pierleoni no aceptó el resultado y lo proclamó Anacleto II. Ambos hombres fueron coronados papa el 23 de febrero, comenzando así el cisma.

Los papas permanecieron en Roma y Anacleto intentó ganarse el apoyo de la población gastando enormes cantidades en presentes y fiestas exuberantes. Los gobernantes de Europa, y en especial Lotario II, el emperador, apoyaban a Inocencio II, dejando a Anacleto con pocos partidarios poderosos. Los más importantes de estos últimos eran el duque, Guillermo X de Aquitania, el cual decidió apoyar al antipapa contra el consejo de sus propios obispos, y el influyente Rogelio II de Sicilia, cuyo título de "Rey de Sicilia" Anacleto había aprobado poco después de ascender al trono papal.

Debido al fuerte apoyo de Rogelio a Anacleto, Inocencio se vio forzado a dejar Roma y a ir a vivir en Pisa, mientras Anacleto ocupaba Roma. Bernardo de Claraval era el más elocuente partidario de Inocencio II y convenció a todos los partidarios de Anacleto a pasarse al lado de Inocencio después de la muerte de aquel, lo que puso fin al cisma, en 1138. Inocencio II pudo entonces regresar a Roma y gobernar sin oposición. El Papa convocó rápidamente el Concilio de Letrán II en el 1139 y reiteró las enseñanzas de la Iglesia contra la usura, la boda de los clérigos, y otros problemas.

que es un cisma....
Cisma (del griego schisma, separación, división) es, en el lenguaje de la teología y el derecho canónico, la ruptura de la unidad y unión eclesiásticas, i.e. ya sea el acto por el cual uno de los fieles corta los vínculos que le unen a la organización social de la Iglesia y que le hacen miembro del cuerpo místico de Cristo, o el estado de disociación o separación que resulta de dicho acto. En su sentido etimológico y pleno el término aparece en los libros del Nuevo Testamento. Mediante este nombre San Pablo caracteriza y condena los partidos formados en la comunidad de Corinto (I Cor x, 12) : «Os ruego, hermanos», escribe, «.... no haya cisma entre ustedes; antes sean acordes en el mismo pensar y en el mismo sentir». La unión de los fieles, dice en otra parte, debe manifestarse en la mutua comprensión y la acción convergente de manera similar a la cooperación armoniosa de nuestros miembros que Dios ha dispuesto «de manera que no pueda haber cisma en nuestro cuerpo» (I Cor xii, 25). Así entendido, el cisma es un género que abarca dos especies distintas: un cisma herético o mixto y un cisma puro y simple. El primero tiene como origen o acompañamiento la herejía; el segundo, el cual la mayoría de los teólogos designa como cisma propia-mente dicho, es la ruptura del vínculo de subordinación sin ir acompañado de un error persistente, directamente opuesto a un dogma definido. Esta distinción fue delineada por San Jerónimo y San Agustín. «Entre herejía y cisma», explica San Jerónimo, «hay esta diferencia, que la herejía pervierte el dogma, mientras que el cisma, por la rebelión contra el obispo, separa de la Iglesia. Sin embargo, no hay cisma que no invente una herejía para justificar su alejamiento de la Iglesia (En Ep. ad Tit. iii, 10). Y San Agustín: «Mediante las falsas doctrinas referentes a Dios los heréticos hieren la fe; mediante inicuas disensiones los cismáticos se apartan de la caridad fraterna, aunque creen lo que nosotros creemos» (De fide et symbolo, ix). Pero como San Jerónimo observa, práctica e históricamente, herejía y cisma casi siempre van de la mano; el cisma conduce casi invariablemente a la negativa de la primacía papal.

PRINCIPALES CISMAS

1. Cismas de la Iglesia naciente de Corinto
2. Los Ebionitas
3. Cismas locales en los siglos tercero y cuarto
4. Los novacianos
5. Donato Fortunato y Felicísimo
6. El cisma de Melesio
7. El cisma de Antíoco
8. El diácono Félix
9. Los Luciferianos
10. Los Donatistas
11. El cisma de Acacio
12. El cisma de Aquilea
13. El cisma de Focio
14. El Gran Cisma de Oriente o cisma griego
15. El cisma de Anacleto
16. El Gran Cisma de Occidente
17. El cisma de Enrique VIII
18. El cisma de Utretch
19. El cisma de la "Iglesia Constitucional"
20. Petit Eglise o los Incomunicantes
21. Chatel y la Iglesia Católica Francesa
22. Los “Católicos Alemanes”
23. Comunidades separadas despues del Concilio Vaticano I
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor sor maria franco » Sab Sep 06, 2014 7:51 pm

LAS “BERNARDAS”
El Convento Cisterciense de San Bernardo de Alcalá de Henares (Madrid) fue fundado en 1613 por el Cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas. Es un edificio barroco, declarado monumento arquitectónico-artístico en 1924.1 Es un Bien de Interés Cultural de tipo inmueble con el código RI-51-0000261.2
Alcalá de Henares goza de un rico legado religioso como ciudad conventual. Una de las clausuras más importantes es la del Convento Cisterciense de San Bernardo, fundado en 1613, destinado a una comunidad cisterciense de monjas, llamadas popularmente "Bernardas". El mecenas de la obra fue el Cardenal y Arzobispo de Toledo Bernardo de Sandoval y Rojas (1599 – 1618), gran valedor de artistas y escritores (Lope de Vega, Quevedo, Góngora y Miguel de Cervantes). Las obras comenzaron en 1617, en la antigua Plaza de la Verdura, dentro del barrio musulmán de la Alcalá Medieval. Quedando la antigua puerta de Burgos en el interior del huerto del convento y haciendo desaparecer la antigua calle de Segovia; por lo que tuvo que construirse el portillo actual de la Calle Santiago, que también tiene una estatua de San Bernardo. El convento sufrió muchos desperfectos en el incendio de 1939, por lo que se realizaron varias obras de restauración en las décadas siguientes.3 4 5 6 7 La clausura de las monjas Bernardas se cerró en el año 2000, quedando el edificio en la actualidad como Museo de Arte Religioso. En 2013 se restauró la Casa de la Demandadera y el Claustro Menor del convento de San Bernardo, destinándolo a sala de exposiciones y residencia diocesana.8 9 10
Inicialmente se pensó que había sido diseñado por el alcalaíno Sebastián de la Plaza. En la actualidad el edificio se atribuyen al arquitecto Juan Gómez de Mora, fijándose en las trazas manieristas del templo de Santa Anna dei Palafrenieri, erigido en Roma. El madrileño Juan Gómez de Mora es también autor de la Plaza Mayor de Madrid, Clerecía de Salamanca o el Panteón de Reyes del Escorial.
Su fachada principal, de tipo de telón con decoración en línea central de arriba a abajo, separada en tres cuerpos y acabada en ladrillo rojo, corresponde al clásico modelo del barroco complutense, en el que se combina el empleo del ladrillo como material constructivo con la piedra de las portadas. En la hornacina central, sobre la puerta, aparece la imagen del titular (San Bernardo de Claraval) escultura atribuida a Juan Bautista Monegro y Manuel Pereira, rodeado por grandes escudos del fundador (Cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas) y óculos. Los diferentes cuerpos los recorre una imposta con tres inscripciones paralelas y horizontales que describen a los personajes históricos del momento y la dedicación del edificio.
La iglesia, de planta elíptica y con seis capillas laterales, de las que las diagonales repiten a menor escala el modelo del gran espacio central, cubierto por una soberbia cúpula encamonada igualmente oval, la mayor en su género hecha en España. El baldaquino exento, donde se encuentra el sagrario, se sitúa delante del altar mayor. En la clausura hay dos claustros, el archivo conventual y la sala capitular.

En enero de 1997 se inauguró el Museo del Convento cisterciense de San Bernardo de Alcalá de Henares, con sede en el Convento de las Bernardas. Consta de una importante colección de pintura italiana del siglo XVII, obra del maestro Angelo Nardi.12 13 Destaca en el presbiterio de la iglesia un retablo exento o baldaquino hecho de madera estofada y policromada, alzado por Francisco Bautista, con el tiempo arquitecto de la Colegiata de San Isidro (Madrid). El Arca de Plata y Ébano de Carlos V, mandada realizar por su hijo Felipe II, con bellos repujados que representan escenas victoriosas del emperador. El sillón del cardenal Sandoval es una pieza única en su género, en la que se mezcla la ebanistería con la joyería, enriqueciéndose la pieza con la incrustación de cristales de roca decorados como si fueran piedras preciosas. En la clausura se custodia una hermosa talla de la Inmaculada, de Antonio de Herrera Barnuevo.
Plaza de las Bernardas
La plaza de las Bernardas formada por el Convento de la Madre de Dios, el Palacio Arzobispal y el Convento de San Bernardo constituyó durante el renacimiento un motor de transformación urbana de esta zona de la ciudad, que previamente fue el barrio árabe durante la Edad Media.


ORIGEN E HISTORIA DE LA ORDEN DEL CÍSTER.

A lo largo de la historia de las religiones (no sólo en la cristiana) ha habido numerosos y sucesivos intentos de volver a los orígenes de los movimientos espirituales, una vez que éstos se habían relajado y alejado de sus principios.
Una de estas reacciones de vuelta al purismo anterior se empieza a gestar a finales del siglo XI en Francia, coincidiendo con la etapa de máxima opulencia y ostentación de los monasterios cluniacenses. Si Cluny había adoptado la Regla de San Benito que incluía la pobreza como precepto, el caso es que sus monasterios eran, en ocasiones, verdaderos palacios repletos de lujos y los abades, señores feudales con la máxima relevancia en la política mundana.
Algunos hombres de la Iglesia consideraban que los cluniacenses habían "degenerado" los preceptos benedictinos y que era necesaria una vuelta al rigor de los primeros tiempos.
Será en la región de Borgoña, en el año 1098, cuando uno de estos mayores reformadores, Roberto, se retiró con sus seguidores para hacer vida monacal a un lugar aislado llamado Cîteaux (Císter), que cederá posteriormente su nombre a la orden.
El sucesor de Roberto sería Alberico que obtuvo la protección papal. El tercer abad fue san Esteban Harding que continuó la obra emprendida años antes dotando al Císter de una regla propia llamada la Carta Charitatis que enuncia su propósito de volver a los orígenes de austeridad de la primitiva Orden Benedictina.
Pero no sería hasta la aparición en escena de la figura de San Bernardo cuando el Císter comienza su imparable desarrollo durante el siglo XII.
La fuerte personalidad de San Bernardo de Claraval, impulsor de la Orden del Císter
Sin duda, Bernardo de Claraval fue una de las primeras personalidades de la Europa del siglo XII y principal protagonista en el desarrollo de la Orden del Císter en toda Europa.
Bernardo nació en la familia noble y acomodada de los Fontaine en 1091 y fue educado, junto a sus siete hermanos, en el más amplio nivel cultural de que se disponía en el momento.
A edad temprana ingresó en la citada abadía de Cîteaux en tiempos de san Esteban Harding. Su fuerte personalidad llevó al abad Esteban a encargarle la fundación del Monasterio de Claraval (Clairvaux).
A lo largo de su intensa vida fue capaz de llevar la Orden del Císter a su máxima expansión, con un total de 343 monasterios fundados en toda Europa.
Bernardo debió ser un hombre carismático de alternante estado humor, desde amable a iracundo. Se sintió muy atosigado por las tentaciones mundanas por lo que solía hacer grandes penitencias que, incluso, llegaron a mermar su salud física.
Es posible que esta actitud influyera en su preocupación por la disciplina, austeridad, oración y simplicidad que impulsará en Claraval y resto de sus fundaciones.

La brillante oratoria de Bernardo fue una de los principales instrumentos empleados al lo largo de su vida para alcanzar sus objetivos. Le llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melifluo).
Su defensa a la legitimidad de Inocencio II en su conflicto con Anacleto II le valió importantes privilegios de Roma que aumentaron con la elección como Papa de Eugenio III, antiguo monje cisterciense.
Bernardo luchó contra las tendencias laicistas de su tiempo y predicó la segunda Cruzada (1146), reconociendo a la Orden del Temple como realización del ideal del monje-soldado. En el campo religioso impulsó la devoción mariana.
Bernardo murió en 1153 y fue canonizado en 1174.
Como consecuencia de la imparable actividad de San Bernardo, los monjes cistercienses relevaron a los cluniacenses en la influencia sobre la sociedad y la Iglesia del siglo XII, ocupando sus más altos cargos y dignidades y ejerciendo su influencia sobre el poder civil.
Los monasterios del Císter
Los monasterios del Císter se situaban en zonas yermas o inhóspitas pero con abundancia de agua. Normalmente el sitio elegido era un lugar boscoso y aislado por montañas.
Eran los propios monjes o laicos que trabajaban para ellos quienes roturaban y cultivaban estas tierras.
La razón básica de esta ubicación era obtener el necesario aislamiento del mundo laico.
Esta gran cualidad colonizadora y "civilizadora" de los cistercienses será especialmente útil en el solar hispano del siglo XII y comienzos del XIII, en el contexto de la secular pugna entre cristianos y musulmanes.
Hay que tener en cuenta que más allá de los hechos de armas, la verdadera "victoria" y presión sobre el rival musulmán se llevaba a cabo mediante la repoblación de amplios territorios yermos. En ese empeño trabajaron pertinazmente los reyes cristianos durante los primeros siglos de la reconquista.
Esta tarea de repoblación se desarrollaba en zonas no muy alejadas del enemigo y contaba con el riesgo de acabar con la propia vida de los repobladores.
Por eso, Alfonso VII y Alfonso VIII emplearon a los sacrificados monjes blancos del Císter como avanzadilla durante décadas ocupando espacios de difícil defensa.
Como hecho ilustrativo, la histórica Orden de Calatrava nació a partir de unos pocos monjes cistercienses que fueron los únicos que se arriesgaron en defender la fortaleza de Calatrava la Vieja ante la amenaza de los almohades que había, incluso, amedrentado a los caballeros templarios que decidieron abandonarla.
En esta misma línea, las órdenes militares españolas, vanguardia de su cruzada contra los almohades, se acogieron a la regla cisterciense.
La principal razón del mal estado -incluso la ruina avanzada- en que se encuentran bastantes conjuntos monásticos cistercienses es, precisamente, su alejada ubicación de núcleos urbanos. Tras la desamortización de Mendizábal del siglo XIX estos monasterios quedaron abandonados o acabaron en manos particulares que rara vez pudieron o quisieron mantenerlos.

Arte y arquitectura cisterciense
Hasta algunos años, la arquitectura cisterciense se consideraba un estilo propiamente dicho, que estaría a caballo y como eslabón de transición entre el románico y el gótico. En esta línea, se le ha adjudicado, en ocasiones, el nombre de arquitectura protogótica.
Hoy no se acepta que el gótico nazca como una mera evolución o desarrollo del románico, sino que la arquitectura gótica nace como un salto de mentalidad y de léxico arquitectónico. Por tanto, no se puede considerar a los edificios cistercienses como un eslabón de esta cadena.
La mayoría de los edificios cistercienses son básicamente románicos, pero incorporan, en bastantes casos y como novedad, la bóveda de crucería sencilla y también frecuentemente el arco apuntado.
Es cierto, que desde un purismo románico estricto, el cambio del arco de medio punto por el apuntado y la bóveda de cañón por la ojival, traiciona ciertos principios. Pero lo que no se puede considerar tampoco es que forme parte de la arquitectura gótica pues sus conceptos en la creación de espacios interiores son bien distintos.

La arquitectura cisterciense es conocida por su sobriedad ornamental. Desde la "borrachera de sobriedad" exigida por San Bernardo, los capiteles, canecillos y otros espacios de las iglesias y dependencias monásticas cistercienses se ven sólo animados por motivos vegetales o geométricos.
Pero no hay que confundir austeridad con rudeza, ya que cuando aparecen estos motivos geométricos y vegetales son de gran calidad plástica y se ve tras ellos a grandes artistas.
A diferencia de iglesias parroquiales o monásticas de Cluny, las iglesias del Císter se pintaban de blanco, no empleándose pinturas murales figuradas y las ventanas sólo podían tener cristales blancos. Ello daba a la iglesia una gran luminosidad (a pesar de que en el templo cisterciense no disponía de grandes ventanales ni se tendió a la desmaterialización del muro, como en el gótico).
Pero no hay que perder de referencia que esta austeridad ornamental deliberada estaba pensada como medida para aislar al monje en su meditación y la oración, para que no pudiera distraerse con pinturas, esculturas, ni vidrieras cromáticas. No se puede considerar como un medio de ahorro, ya que el monasterio cisterciense fue costosísimo de levantar. No se escatimaba en ambición monumental pues sus construcciones solían tener dimensiones catedralicias, estaban completamente abovedadas y se edificaban con perfecta sillería. Por ejemplo, en la España cristiana del siglo XII, salvo algunas pocas catedrales, los edificios de mayor porte, sin duda, fueron los conjuntos monásticos del Císter.
Dependencias de la abadía cisterciense
Las abadías cistercienses respondían a un vasto programa constructivo que comprendía instalaciones tan diversas como la hospedería, la enfermería, el molino, la fragua, el palomar, la granja, los talleres y todo aquello que prestara servicio a una comunidad autosuficiente.
Obviamente, el núcleo monacal propiamente dicho lo componían las dependencias residenciales y la iglesia. Formaban todas ellas lo que denominaban el cuadrado monástico cuyo eje o centro era el claustro con sus cuatro pandas.
Por tanto, como en los monasterios cluniacenses, el claustro es el centro y núcleo de la vida monástica. Los claustros cistercienses tenían sus pandas abiertas por arcos sobre esbeltas y elegantes columnas pareadas y con capiteles de exquisita labra. De hecho, la austeridad y contundencia de la arquitectura cisterciense se torna fina y delicada en le claustros y otras dependencias que se organizan alrededor, especialmente las salas capitulares.
Estas dependencias que se organizan alrededor del claustro son:
Panda del mandatum. Es la adosada a la iglesia y que corre paralela a ella.
Dependencias de la panda este o panda de la sala capitular. Se compone, desde lo más próximo a la iglesia a lo más lejano por:
• La sacristía
• El armarium o armartolum
• La sala capitular, lugar de los principales actos y reuniones. Era un espacio rectangular abovedado, cuyas bóvedas caían sobre columnas repartidas en el espacio central. la sala capitular suele ser una de las dependencias de mayor calidad artística del monasterio cisterciense.
• La escalera de acceso al dormitorio, que es común y se sitúa encima de la panda capitular en los monasterios masculinos, mientras en los femeninos es un pabellón sin piso superior,
• El auditorio en el que se celebran entrevistas de carácter privado
• La sala de los monjes y novicios, que en principio eran una sola, y posteriormente se separaron.
• Las letrinas, al final y sobre el curso de agua.
Dependencias de la panda del refectorio. Era perpendicular a panda de la sala capitular:
• El calefactorio, única habitación caldeada a parte de la cocina a la que sólo tenían acceso los enfermos o los ancianos.
• El refectorio, dispuesto transversalmente a la panda. Es el espacio para las comidas de los monjes.
• La cocina, que incluía una despensa.
• El zaguán de la cilla, que se comunica con la panda siguiente.
Panda de conversos o de la cilla
También se llama de los conversos porque existe una división entre monjes y conversos, evitando cualquier contacto entre ellos, Los conversos tenías un refectorio independiente e incluso un espacio separado en la iglesia.
La iglesia abacial
Si el claustro es el núcleo del monasterio, la iglesia, obviamente, es el lugar privilegiado por su carácter sagrado.
Planta de la iglesia abacial cisterciense
La iglesia abacial cisterciense típica tenía tres naves para los monasterios masculinos y una para los femeninos. Se empleaba la planta de cruz latina.
Las cabeceras adoptaron numerosas plantas, desde ábsides semicirculares a rectangulares o combinación de ambos. También existieron iglesias cistercienses con girola y capillas radiales.
Alzado y abovedamiento
Los pilares que soportan los arcos siguen el sistema románico de pilar compuesto de núcleo cruciforme con semicolumnas en sus caras. En numerosos edificios en lugar de una columna aparecen dos pareadas en cada frente, al estilo hispanolanguedociano. En este caso y dada la anchura que proporcionan las dos columnas los nervios de los arcos son especialmente anchos.
Los pilares compuestos reciben los arcos formeros que suelen ser ligeramente apuntados, aunque en ocasiones se sigue empleando el de medio punto. La nave central es más alta que las laterales, lo que permite la apertura de vanos de iluminación en el piso superior a los arcos formeros.
El abovedamiento es normalmente de crucería sencilla, con grandes nervios de sección rectangular en las ojivas. También se emplearon en algunos casos bóvedas de medio cañón apuntado.
Debido a los macizos y cerrados volúmenes de las iglesias cistercienses, el aspecto exterior suele ser de acusada horizontalidad. Curiosamente, esta sensación cambia radicalmente cuando se entra en ellas pues es entonces cuando apreciamos la verdadera altura de las naves.
Decoración
La monumentalidad y gran volumen de estas fábricas cistercienses contrasta con el empleo de una estética austera.
Las columnas entregas que animan normalmente los ábsides en el románico son sustituidos por contrafuertes prismáticos escalonados con escarpes. Los ventanales absidales y de la nave central son formados, en ocasiones, por vanos en derrame, pero sin molduraciones o columnas.
Aparece con los edificios cistercienses los óculos de iluminación en las fachadas occidentales. Se trata de ventanas de forma circular con molduras concéntricas. Estos óculos se irán desarrollando y alcanzando mayor vistosidad hasta la construcción de grandes rosetones con tracerías formadas por círculos de piedra concéntricos conectados por columnas dispuestas radialmente.
Los canecillos suelen tener motivos geométricos sencillos, especialmente los de proa de nave, rollos y perfil anacelado.
Las portadas tienen amplias proporciones, con numerosas arquivoltas de fino grosor apoyadas sobre múltiples parejas de columnas. El perfil de los arcos puede ser de medio punto o apuntado. La decoración de los arcos es frecuentemente nulo (sólo con alternancia de baquetones y escocias) o de tipo geométrico: dientes de sierra, zigzagueados, puntas de diamante, etc.
Los capiteles de las portadas y resto del edificio tienen motivos vegetales diversos, especialmente de simples volutas o incluso completamente lisos.
Influencia del Císter en el arte y la arquitectura medieval en España
La aparición España de la Orden del Císter y los edificios que construyeron (seguramente los maestros serían franceses, al menos al principio) crearon una gran influencia en la arquitectura cristiana española de los siglos XII y XIII.
Hay que tener en cuenta que la severidad ornamental cisterciense operó en España sobre un románico mucho más contenido y sobrio que el francés. Salvo excepciones, en el románico español no se produjo ningún "desmelanamiento" decorativo en su fase tardía, como sí ocurrió en muchas regiones de Francia o Italia y de la que Poiteau es uno de los mejores ejemplos.
De esta guisa, a lo que ya era sobrio y austero, se le dio una vuelta más de tuerca. Aparece entonces una arquitectura románica tardía que incorpora avances arquitectónicos empleadas por los cistercienses pero que se empobrece con una austeridad total. Este panorama se radicaliza con el auge de las Órdenes Militares que dominan el panorama político español durante buena parte del siglo XIII.
Hay que partir de la base de que el nuevo concepto gótico puro no tiene apenas presencia en el siglo XIII español. Salvo algunas catedrales que fueron construidas en estilo gótico porque se contrataron a maestros franceses con la nueva estética y simbolismo góticos perfectamente asumidos, el panorama en el resto de la España cristiana del siglo XIII es la del apego a la tradición románica precedente, pero revestida de una asfixiante austeridad cisterciense y con algunas innovaciones arquitectónicas que no se pueden llamar ni góticas ni siquiera protogóticas.
Un buen ejemplo de ello es que. todavía a finales del siglo XIII e incluso comienzos del XIV, en Andalucía la arquitectura alfonsí (mal llamada fernandina) de Sevilla y Córdoba ignora el gótico internacional y sigue apegadas a las pautas de esta arquitectura cisterciense descrita.
sor maria franco
 
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor hel » Sab Sep 06, 2014 7:55 pm

LAS BERNARDAS O MOJAS CISTERCIENSES.
Religiosas de votos solemnes pertenecientes a una orden monástica femenina, rama de la Orden de Císter.
Siguiendo la tradición Benedictina profesan votos de estabilidad, conversión de vida y obediencia. La sencillez de la espiritualidad cistercienses.
El fin espiritual de la Comunidad es la celebración litúrgica ofreciendo a Dios un sacrificio de alabanza e intercediendo por la salvación de todo el mundo. La oración pública se prolonga todo el día mediante la oración silenciosa y personal, en la lectio divina, la monja se entrega a la escucha de la Palabra de Dios (oración y contemplación de esta), la religiosa dialoga con Dios de corazón a corazón. El arduo y redentor trabajo le ofrece la ocasión de participar en la obra de la creación y comprometerse en el seguimiento de Cristo pobre.
En un comienzo la Orden de Císter no quería instituir una rama femenina de monjas.
En Francia se fundó con el apoyo del Abad Esteban Harding (1125) el Monasterio de Tart-L”Abbaye, diócesis de Langues, a pocos Kms. De Dijon, las monjas venían de la abadía benedictina de Juilly donde fue religiosa Santa Humbelina quien era hermana de San Bernardo de Claraval.
Las monjas de Tart-L”Abbaye se expandieron por Francia y luego al resto de la cristiandad.
Fundaciones en Francia: - Ferraque (1140) en la diócesis de Noyon
- Blandecques (1153) en Saint Omer
- Montreuil Les Dames (1164) cerca de Laon
Fundaciones en España: -Tulebras (1134) en Navarra, fue la primera fundación femenina con monjas procedentes de la Abadía Francesa de Fabas las que a su vez eran del Monasterio femenino de Tart. Esta nueva casa se convertiría en difusora del Císter femenino por las cuencas de los ríos Duero y Ebro.
-Santa María la Real de las Huelgas (1140) en Valladolid
-Espíritu Santo (1142) en Olmedo
- Villabona o San Miguel de las Dueñas (1155)
-Perales (1160)
-Gradejas (1168)
- Santa María de las Huelgas (1187) en Burgos, siendo el más conocido, conformado por monjas de Tulebras fue fundado por Alfonso Vlll de Castilla y su mujer Leonor de Plantagenet cuya hija Constanza entró de monja y llegó a ser la segunda abadesa de éste.
En la época medieval en la región leonesa-castellana existían 56 monasterios 50 % femeninos.
En la corona de Aragón el primer monasterio fue el de Santa María de Vallbona (1172) donde se incorporaron un grupo de monjas de Tulebras dirigidas por la Abadesa Oria Ramires quien sería la primera abadesa (1171-1190).
Otro monasterio fue el Santa María de Casbas (1173) fundado por Oria de Pallas.
En Italia se establecieron monjas cistercenses fundándose los monasterios de Siracusa, San Michele d”Ivres y Conversano, todos en el año 1171.
En el siglo Xll existían monasterios de monjas cistercienses en Suiza, Alemania y Flandes.
En 1190, las 18 abadesas cistercienses de Francia, tuvieron el Primer Capítulo General de la Orden en Tart-La, abadesas castellanas y francesas visitaban regularmente las casa fundadas hasta que el Concilio de Trento dictaminó la estrecha clausura de las monjas poniendo termino a las visitas.
DECADENCIA O DECLIVE DE LA ORDEN.
Las religiosas se acomodaron en lo posible a la vida observante de los monjes y vieron aumentar sus casas, pero con el tiempo sucedió lo mismo ocurrido con los monjes, es decir, la declinación de la observancia de la Regla, esto provoca la formación de algunos movimientos de reforma, principalmente en España, Gradefes y León como consecuencia nacen las “Bernardas Recoletas”.
Otra reforma fue la de Beatriz Silva, fundando una nueva Orden la “Orden de la Inmaculada Concepción “en Toledo.
En Francia se fundó el Primer Monasterio de Juliense cerca de Toulouse (1588). Aquí, Jeanne de Courcelles de Pourlain abadesa de Tart (1617), restauró la disciplina regular de la comunidad y la trasladó a Dijon (1625).
En Saboya (1622) Luisa –Blanc Teresa Ballon fundó la Congregación de “Bernardas reformadas de la Providencia” esto apoyada por San Francisco de Sales.
1602, se originó otra reforma en Port Royal de Champs, por Angelique Arnaud, quien fundaría la Abadía de Port Royal de Paris,(1622), fue protegida por la Reina María de Medicis y el Papa Urbano Vlll eximió esta abadía de la Jurisdicción de Císter.
Las monjas de ambos monasterios Port Royal se consagraron a la adoración del Santísimo Sacramento. Luego, Luis XlV (1710) suprimió ambas comunidades y estas se dispersaron.
La revolución francesa acabó y arruinó gran parte de las comunidades monásticas en Francia (1789-1854), confiscaron los bienes religiosos, vendiéndolos, los nuevos dueños transformaron los monasterios en canteras de extracción de piedras, fábricas o almacenes. Posteriormente, Agustín de Lestrange reunió a algunas monjas cistercienses y restauró la hermandad cisterciense otorgando a la comunidad de monjas, llamadas trapenses (1795), el Monasterio de la Sainte-Volonté de Dieu ubicado en Bajo Valais, Suiza. Así se vieron obligadas a dejar Francia (1798), regresando en 1816 instalándose en Forges, cerca de La Trappe.
En 1892, las comunidades de Francia y de toda Europa tomaron el nombre de Cistercienses Reformadas de la Estricta Observancia ( OCSO), a la primera mitad del siglo Xl desaparecen de España los Monasterios cistercienses de monjes llamados “ los Bernardo”, en cambio los monasterios de monjas quedaron bajo la Jurisdicción de sus respectivos obispos.
A finales del siglo Xl, en España, empezaron a fundarse nuevos monasterios cistercienses principalmente de comunidades OCSO llamados Los Trapenses, uniéndose a esta Orden algunos de los antiguos monasterios de monjas. Además, se inician acercamientos y vinculación espiritual de los monasterios del norte, sur y centro de España.
En 1902, se establecieron en Quebec (Canadá).
El 03-11-1995, estos monasterios se agruparon en una federación denominada Federación de Monjas Cistercienses de la Regular Observancia de San Bernardo de España, también conocida como Federación de la Huelgas.
El 20-01-1956, la Santa Sede nombró un monje español de la OCSO como Asistente de la Federación.
En 1992, esta vinculación espiritual es reconocida por la Región Española de Monasterio de Monjes y Monjas de la OCSO.
En 1993-1994, la Federación inicia los trámites necesarios para incorporarse plenamente a la OCSO y al término del proceso, la federación, es reconocida como una Congregación independiente (08-12-1994).
En el siglo XX, se estima la existencia de 130 conventos, 3.750 religiosos de ellos 2.415 pertenecientes a la observancia común, 900 a los trapenses y los restantes a las otras congregaciones. Al final de 2005 había 64 monasterios femeninos cistercienses, con 997 religiosas.
hel
 
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor ClauBA » Sab Sep 06, 2014 9:17 pm

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Autores varios

Existen tres versiones de la Carta Caritatis, es decir, la Carta Caritatis Prior, la Summa Cartae Caritatis y la Carta Caritatis Posterior.

Cister, después de no pocas dificultades iniciales32, en el 1113 podía fundar la abadía de La Ferté33. Éste es también el año de entrada de S. Bernardo en Cister34. En el 1114 siguió la fundación de Pontigny35, pero no conocemos el documento de aquel año que regulaba la relación entre Cister y Pontigny. Después en el 1115 fueron fundadas Claraval y Morimond. Para asegurar la cura animarum, para establecer las relaciones entre casa-madre y casa-hija se redactó la Carta Caritatis cuya primera aprobación papal es del 1119.

Hasta el año 1939 se consideraba que el texto conocido de la Carta Caritatis era el texto único y original, compuesto por S. Esteban Harding y sus hermanos hacia el 1118-1119. Pero en el 1939 se encontró una versión de la Carta Caritatis ciertamente más antigua que la hasta entonces conocida, que por su descubridor, monseñor J. Turk, fue llamada Carta Caritatis Prior; el texto tradicionalmente conocido recibió por lo tanto el nombre de Carta Caritatis Posterior. Además de estas dos redacciones existe todavía una especie de sumario de la Carta Caritatis, más precisamente de la Carta Caritatis Prior, el cual refleja, sin embargo, de alguna manera, un estadio intermedio entre las dos Cartas Caritatis, y es conocido con el nombre de Summa Cartae Caritatis.

De la Carta Caritatis Prior se conocen actualmente ocho manuscritos36, de los que el más antiguo está contenido en el ms. 31 de la Biblioteca Universitaria de Lubiana (redactado entre el 1147 y 1152), descubierto y publicado por Turk37: por consiguiente, para hablar cautamente, no hay que excluir para nada que este texto no sea en todo idéntico al que aprobó Calixto II en el 1119.

El texto de la Carta Caritatis Prior fue, más tarde, varias veces renovado, como nos lo demuestra no solamente la Summa Cartae Caritatis, sino también la comparación de las cinco bulas papales, introducidas siempre por las palabras Sacrosancta Romana Ecclesia, con las que los papas, desde el 1152 al 1165, confirmaron las constituciones cistercienses38.

Junto a las tres relaciones de la Carta Caritatis hay que recordar aquí también las dos narraciones primitivas sobre los orígenes de Cister, ya que en las Consuetudines, de hecho, la Carta Caritatis está generalmente precedida de un texto de carácter histórico39.

El Exordium Cistercii (incipit: In Episcopatu Lingonensi) está compuesto solamente de dos capítulos y sirve claramente para introducir la Summa Cartae Caritatis40.

El Exordium Parvum41 (incipit: Nos Cistercienses) es un “libro blanco”, revela su Sitz im Leben:

Nosotros Cistercienses, primeros fundadores de esta iglesia, damos a conocer por medio de este escrito anuestros sucesores con qué conformidad a las leyes canónicas, con qué alta autoridad,...su monasterio y su género de vida empezaron42.

Todo tiende a demostrar en este escrito que, en la fundación de Cister, todo los cánones han sido observados y que todo se ha hecho con aprobación papal y del obispo.



32 El inicio fue marcado, por una parte, por el éxodo de algunos monjes que con Roberto volvieron a Molesme, por otra parte, por la falta de vocaciones: Exordium Cistercii 2,7 (ed. J. Bouton – J.-B. Van Damme, p. 113): In huius vere diebus verum esse patuit quod scriptum est: Oculi Domini super iustos et aures eius ad preces eorum. Nam cum pusillus grex solum hoc plangeret quod pusillus esset, hoc solum, inquam, metuerent et metuerent usque ad desperationem, Christi pauperes suae se non posse relinquere paupertatis heredes, vicinis quippe hominibus vitae quidem in eis honorantibus sanctitatem sed abhorrentibus austeritatem et ita resilientibus, ab illorum imitatione quibus appropinquabant devotione. Exordium Parvum 17,10 (ibid., 81s): Ergo istis temporibus visitavit locum illum Deus, viscera misericordiae suae effundens super se petentes, ad se clamantes, coram se lacrimantes, die ac nocte longa profundaque suspiria trahentes, et fere ostio desperationis adpropinquantes, pro eo quod pene successoribus carerent.


33 La fundación ahora se hacía necesaria, desde el momento que, aumentó notablemente el número de los monjes, bien fuere por los medios de manutención bien por los espacios que resultaban insuficientes para el gran número de monjes: Tantus erat nemerus fratum apud Cistercium quod nec substancia, quam habebant eis sufficere, nec locus in quo manebant eos convenienter poterat capere (Org. En Màcon, Archives de Saòne-et-Ñoire H 24, ed. en J. Marilier, Chartes et documents concernant l’Abbaye de Cîteaux 1098-1182, Biblioteca Cisterciensis 1, Roma 1961, n. 42, p. 66).


34 F. Gastaldelli, Las más antiguos testimonianzas bibliográficas sobre San Bernardo. Estudio histórico-crítico sobre “Fragmenta Gaufridi”: Anacleta Cisterciensia 45 (1989) 43: Por consiguiente el noviciado de Bernardo y de sus compañeros debió empezar hacia finales de mayo 1113. Cfr. también G. Penco, Incontro con S. Bernardo: Cîteaux e il monaquismo del suo tempo, Mila´n 1994, 175. Los monjes de Claraval querían sostener frecuentemente que la Orden debía todo a S. Bernardo, cómo que sin él Cister hubiese desaparecido, etc..., y es por éste motivo que registran el ingreso en el monasterio en el 1112 o incluso en el 1111. No obstante, San Bernardo no tiene necesidad de nuestras mentiras.


35 En el Cartulario de Pontigny hay un documento, redactado después del año 1116, del cual algunos deducen que ya en el 1114 habría existido al menos un esbozo de la Carta de Caridad. Domnus Stephanus abbas suscepit Pontiacensem Inter. Novum Monasterium et abbatias propatas ab eo compositam et corroboratam idem pontifex (Humbaldus) et canonicorum conventus ratam per omnia habuerunt: M. Quantin, Cartulaire general de l’Yonne, vol. I, 1854, textus n. 122; J. Marilier, supra cit. (nota 32), n. 43, p. 66.


36 Véase el elnco en J. de la Croix Bouton – J. B. Van Damme, Les plus anciens textes de Cîteaux, Anchel 1985, pg. 89.


37 Un verdadero y propio misterio permanece la desaparición de tantos manuscritos de la Carta Caritatis Prior, cuya redacción, por otra parte, hasta el 1939 no se conocía para nada.


38 Véase el elenco de las cinco bulas en F. De Place (supra cit. Nota 26), 25s.


39 Los manuscritos empiezan generalmente con las siguientes palabras: Incipiunt consuetudines Cisterciensium o Incipit Liber Usuum Cisterciensis Ordinis.


40 El texto finaliza con estas palabras: Quae quidem carta... largius continet ea quae diximus, sed nos summam tantum eorum hic breviter perstringemus. – En cuanto a la fecha del escrito, Turk y Van Damme creían que Exordium Cistercii era un resumen del Exordium Parvum; para Waddell el Exordium Parvum es posterior, escrito entre el 1134 y el 1137. Cfr. C. Waddell, The Exordium Cistercii and the Summa Cartae Caritatis. Discusión reassumed: J.R. Sommerfeldt, en Cistercians Ideal and Studies in Medieval Cistercian History III, Kalamazoo 1978, 30-61.


41 Llamado así para distinguirlo del Exordium Mágnum, texto mucho más voluminoso, Cfr. B. Griesser, Exordium Magnum Cisterciense sive narratio de initio Cisterciensis Ordinis auctore Conrado, Series Scriptorum S.O.Cist. 2, Roma 1961.


42 Nos Cistercienses, primi huius ecclesiae fundatores, successoribus nostris notificamus, quam canonice, quanta auctoritate... coenobium et tenor vitae illorum exordim sumpserit.






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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Idamis Sanchez » Sab Sep 06, 2014 9:42 pm

LA TRAPA.
Hola a todos. les cuento que tengo amistades de monjas trapenses en la Trapa ubicada en Humocaro Alto en Venezuela. en la hospedería que ellas tienes compartí una semana santa, muy linda y profunda experiencia.

La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia, conocida como Orden de la Trapa, tiene la Regla de San Benito y nacen como una ramificación de la Orden del Cister, que a su vez se originó de la Orden de San Benito.

Se fundó en el Monasterio de la Trapa, ubicado en la Baja Normandía de Francia, donde su abad Armand Jean le Bouthillier en 1664 encabezó una reforma de la Orden del Císter a la que pertenecía el monasterio, renunciando a todas las dispensas otorgadas por la Santa Sede y retomando la primera regla del patriarca San Benito, evitando la relajación que consideraba se producía en algunos monasterios cistercienses.
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Idamis Sanchez » Sab Sep 06, 2014 9:47 pm

Mas sobre La Trapa.El sobrenombre de "Trapense" proviene de un segundo movimiento de reforma, esta vez dentro de la familia cisterciense, que empezó en el siglo XVII en el monasterio francés de La Trappe, en Normandía (foto más arriba). Las comunidades que abrazan esta reforma suelen llamarse "trapenses" y sus monasterios "trapas".

La reforma de La Trappe se realizó gracias a la conversión de un joven clérigo de la corte del rey de Francia, Armand-Jean De Rancé (1626-1700). Culto, mundano, fogoso, De Rancé siente la llamada de Cristo y la urgente necesidad interior de llevar una vida monástica austera. Cuando tiene 37 años, comienza a vivir en La Trappe, dirige la restauración de los edificios y se hace monje de la pequeña comunidad; luego fue su abad y dio inicios a la reforma de la vida monástica, no sin una oposición considerable. La comunidad experimentó un nuevo dinamismo, una disciplina nueva, un desbordamiento de amor a Dios y a los hermanos.

En poco tiempo la reforma fue aprobada por el Papa Inocente XI y, a la muerte de De Rancé, La Trappe era una comunidad radiante de 90 monjes fervorosos. Desterrados durante la revolución francesa, los monjes volvieron a Francia a principios del siglo XIX. La iglesia abacial de La Trappe, que aparece en la foto más arriba, se reconstruyó en su condición actual durante la segunda mitad del siglo XIX.
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Idamis Sanchez » Sab Sep 06, 2014 9:50 pm

Hoy existen varias Ordenes monásticas en la familia cisterciense. El nombre oficial de los trapenses es "Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia", cuya sigla es "O.C.S.O." La Orden cuenta en la actualidad con 100 casas de monjes y 70 de monjas. La mitad de dichos monasterios están en Europa.
En el mundo entero, hay más de 4000 miembros de la Orden trapense, de los cuales más de 300 están en América Latina, donde hay ahora 7 monasterios de monjes (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, República Dominicana y Venezuela) y 6 de monjas (Argentina, Chile, Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela), con un monasterio de monjas asociado en el Perú. El monasterio de Azul, cuya iglesia aparece en esta foto, se fundó en 1958 por un grupo de monjes venidos de la Abadía de San José, cerca de Spencer (Massachusetts), en los EE.UU. Azul fue la primera casa trapense en América Latina. Se hizo priorato autónomo en 1969 y abadía en 1984.
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Idamis Sanchez » Sab Sep 06, 2014 10:00 pm

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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Al+100cia » Sab Sep 06, 2014 10:52 pm

“El que no tiene a Dios necesita consuelo; pero el que ama a Dios, ¿qué más consuelo?”

Fray María Rafael Arnáiz Barón, Santo; Religioso Cisterciense.

Ha sido definido como uno de los más grandes místicos del siglo XX.

Fecha de canonización: 11 de octubre de 2009, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI. Su fiesta se celebra el 26 de abril.

“En su corazón bien dispuesto a escuchar, Dios quiso suscitar la invitación a una consagración especial en la vida contemplativa. Había conocido la Trapa de San Isidro de Dueñas…”

http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=35828

Comparto con ustedes la imagen de una estampita que tengo de él.
Imagen


Cordiales saludos. Jesús, María y José –JMJ-
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La Orden del Císter de Estricta Observancia (Trapenses)

Notapor marthy23 » Sab Sep 06, 2014 11:45 pm

Su particular espiritualidad:
"Nosotros, Cistercienses de la Estricta Observancia, derivamos nuestra forma de vida del Evangelio de Jesucristo y nuestra espiritualidad de las cinco fuentes siguientes:
1. La Regla de San Benito
Nuestra forma de vida está en conformidad substancial con el descrito en la Regla de san Benito. Los monjes y las monjas viven en comunidades estables situadas en apartamiento de la vida social ordinaria. Cada día se celebra en el coro la Liturgia de las Horas completamente, comenzando por el Oficio de Vigilias, horas antes del amanecer. La jornada se distribuye equilibradamente entre trabajo, lectura y estudio; las comunidades se mantienen a sí mismas y se comprometen en ofrecer hospitalidad a quienes acuden en busca de un ambiente espiritual.
2. Los Fundadores de Císter
Sts Robert, Alberic and StephenSts Robert, Alberic and Stephen
Los Santos Roberto, Alberico y Esteban fundaron el monasterio reformado de Cîteaux en 1098. Su intención fue revitalizar las formas institucionales de vida monástica y acercarlas a una mayor conformidad tanto con la Regla de San Benito como con las aspiraciones de su tiempo. En particular esto conllevaba el énfasis en una pobreza auténtica y simplicidad incluso en la liturgia, el trabajo manual, la ausencia de compromiso en asuntos temporales, y, a nivel de Orden, solicitud común y supervisión entre los diferentes monasterios como medios para mantener el fervor. Los primeros documentos de este periodo son el Exordium Parvum, que describe los orígenes de la reforma, y la Carta de Caridad, que ofrece las bases constitucionales.
3. San Bernardo y sus contemporáneos
El carisma cisterciense evolucionó grandemente durante la segunda y tercera generación de cistercienses, particularmente debido a la influencia de San Bernardo de Claraval (+1153). En este periodo hubo particular interés en la calidad interior y experiencial de la vida monástica, y se puso un nuevo énfasis en la importancia tanto de la comunión fraterna como de la contemplación.
4. La Reforma del Abad Rancé
En el siglo XVII, cuando varios factores habían provocado la decadencia y la división en la Orden Cisterciense, el Abad de la Trapa. Armand-Jean de Rancé inició un fuerte movimiento reformador, fundamentado en numerosos escritos e inspirado en la antigua tradición monástica. Su principal acento era insistir en la austeridad de la vida Cisterciense y su carácter contemplativo.
5. Renovación postconciliar
Matutum, Philippines
Durante el periodo de 25 años que siguió al Concilio Vaticano II, la Orden se vio comprometida en la tarea de renovar sus Constituciones de acuerdo con el espíritu del Concilio. Esto trajo como resultado, en primer lugar, un gran aprecio y atención por las riquezas de su patrimonio, espiritualidad y prácticas, y, en segundo lugar, el reconocimiento de la necesidad de un mayor nivel de pluralismo enfocado a facilitar la inculturación y permitir al carisma Cisterciense ser vivido con mayor integridad en las diferentes partes del mundo en que se ha extendido en los tiempos recientes"
marthy23
 
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Pau_lina » Dom Sep 07, 2014 12:30 am

Los concilios de Letran I y II
La Iglesia ha tenido 21 Concilios Ecuménicos.
Uno de ellos es el concilio Primero de Letrán (del año 1123-1124). Convocado por el Papa Calixto II, se celebró en Roma, con la Basílica de San Juan de Letrán como sede, y fue muy accidentado por lo que duró hasta el siguiente año. Celebrado en el tiempo de la lucha de las investiduras, (Antiguamente, expresaba la ceremonia de toma de posesión de algún cargo oficial, propiedad o el ingreso en una colectividad de carácter honorífico), se ocupó de ellas, lo mismo que de la simonía, el celibato y el incesto. A él asistieron, según la fuentes, entre 300 y 1000 participantes que promulgaron 25 cánones.
Una de las decisiones más importantes y que marcará la distribución eclesiástica y la vida monacal, es la decisión de Canon 3 y 11, que prohíbe el matrimonio a los miembros vinculados con la Iglesia. Esta postura fue tomada con una intención de control y sumisión de los agentes internos para con la congregación. Gastos, distracciones, familias y alojamientos eliminados de las preocupaciones para llevar a cabo las tareas propias de cada cargo, pero que nunca es mencionado en la Biblia.
Cánones principales
Condena de la simonía (Canon 1).
Se prohíbe el matrimonio a los sacerdotes, diáconos, subdiáconos, y monjes. También les prohíbe mantener concubinas y la permanencia en sus casas de cualquier mujer diferente a las admitidas por los antiguos cánones. Los matrimonios en vigor de los clérigos son nulos de pleno derecho, y los que los hubiesen oficiado son declarados pecadores y obligados a confesión (Cánones 3 y 11).
Se declaran nulas todas las ordenaciones efectuadas por el antipapa Gregorio VIII desde el momento de su excomunión (Canon 6).
Se concede el perdón de sus pecados y toma bajo su protección a las familias y posesiones de los cruzados, incurriendo en excomunión aquéllos que se atrevan a molestar o apoderarse de ellos en ausencia del propietario y extiende el mandato de excomunión si no retomaran la cruz en un año desde la próxima Pascua, aquéllos que han añadido anteriormente la cruz a su vestimenta y luego se han despojado de ella, no sólo a los que luchan en Jerusalén sino también en la Península Ibérica (Canon 11).
Se condena con la excomunión a los laicos que se apoderasen de los ofrecimientos hechos a la Iglesia, y de aquellos que fortificasen las iglesias como fortalezas (Canon 14).
Se establece también la excomunión para los que asaltasen a los peregrinos en su camino a Roma (Canon 16).
Se prohíbe a los abades y religiosos alojar a pecadores penitentes, visitar los enfermos, administrar la extremaunción y cantar misas solemnes y públicas; sin haber obtenido antes santo crisma y el santo aceite de sus respectivos Obispos (Canon 17).
Concilio Segundo de Letrán (año 1139). Este Concilio convocado por el Papa Inocencio II, con objeto de ratificar la condena del antipapa Anacleto II, y a él asistieron alrededor de mil participantes que promulgaron treinta cánones, afrontó el delicado asunto de los falsos pontífices, de la simonía, la usura, las falsas penitencias y los falsos sacramentos, considerado por la Iglesia Católica como el X Concilio Ecuménico, y el segundo de los celebrados en Occidente.
Temas tratados:
• Que los obispos y eclesiásticos no debían escandalizar por los colores, la forma, o la extravagancia de sus ornamentos, por lo que vestirían de forma modesta. (Canon 4).
• La condena y persecución de los matrimonios y concubinatos de los sacerdotes, diáconos, subdiáconos, monjes y monjas (Cánones 6, 7 y 11)
• La excomunión a los laicos quienes no pagasen los diezmos a los obispos, o no cediesen a éstos últimos las iglesias cuya posesión tuviesen retenidas, ya porque fueron recibidas de manos de los Obispos, u obtenidas de príncipes u otras personas (Canon 10).
• La fijación de los períodos y duración de los Armisticios de Dios (Canon 12).
• La condena de la usura.
• La prohibición de que los monjes se dedicaran al estudio de materias profanas como el Derecho o la Medicina.
• La prohibición, bajo pena de privación de un entierro cristiano, de justas y torneos que pusiesen en peligro la vida (Canon 14).
• La obligación de reyes y príncipes de dispensar justicia de acuerdo con los obispos (Canon 20).
• La excomunión de Arnaldo de Brescia y Pedro de Bruys, acusados de heréticos (Canon 23).
• La prohibición de aceptar beneficios de las manos de un laico (Canon 25).
• La prohibición a las monjas cantar el Oficio Divino en un mismo coro con los monjes o canónigos (Canon 27),
• La prohibición de que las iglesias dejaran la dignidad de obispo vacante por más de tres años desde la muerte del último (Canon 28).
• La prohibición del uso contra cristianos del honda, arco y la ballesta (Canon 29).
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor Reynaldo Perez » Dom Sep 07, 2014 2:34 am

Dios sea alabado siempre.
El tema que me ha cautivado a desarrollar ha sido: Los Concilios de Letrán I y II.
El primer concilio de Letrán se celebró en ROMA, y fue el IX Concilio Ecuménico de la Iglesia católica. Se inició el 18 de Marzo de 1123 y finalizo el 11 de Abril del mismo ańo. Este fue convocado por el papa Calixto II y el tema fue "La Querella de la Investidura".( Se trató sobre la disputa que mantuvieron Pontífices y Emperadores del Sacro Imperio Romano- Germánico por la autoridad de los nombramientos de la Iglesia).
Vamos a conocer sus detalles de este concilio:
Después del Concordato de Worms( acuerdo político entre el Emperador alemán Enrique V y el Papa Calixto II firmado en el ańo 1122 que supuso el final de la Querella de las Investiduras) asistieron entre 300 y 1000 participantes, aquí se promulgaron 25 canones, y al mismo tiempo se ratifico el Concordato de Worms, manteniéndose la Tregua de Dios, instituida en el ańo 987.
Las desiciones canónicas fueron las siguientes:
Prohibir el matrimonio a los que ejercían como sacerdotes, monjes, monjas y clero en general.( cn.3 y 11)
Condenación de la Simonia.(cn.1).
Prohibir el concubinato y la permanencia en casas de cualquier mujer.( cn.10)
Declarado nulo todas las ordenaciones efectuadas por el antipapa Gregorio VIII.(cn. 6)
Concede el perdón de sus pecados a todos los que han estado como Cruzados en las batallas, y se les concede posesión de sus bienes y protección a sus familias. (Cn. 1)
Se condena con la Excomunión, a todo laico que se apoderen de ofrecimientos hechos a la Iglesia. (Cn. 14).
Excomunión a los asaltantes de los peregrinos. (Cn. 16).
Se les prohíbe a los monjes y religiosos ejercer ritos religiosos sin antes no haber obtenido el Santo Crisma, y el Santo Aceite de su respectivo Obispo.(cn. 17 ).
CONCILIO DE LETRÁN II
En el II concilio de Letrán , que se celebró del 4 al 11 de Abril de 1139,en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, bajo la convocatoria del Papa Inocencio II, el tema fue el Cisma de Anacleto II, aquí se elaboraron 30 canones, era el X concilio ecuménico y el segundo celebrado en Europa Occidental.
El Papa Inocencio II convoco para ratificar la condena del antipapa Anacleto II, asistieron aproximadamente 1000 participantes. Los canones trataban sobre la Simonia, la Usura, falsas penitencias, y los sacramentos.
No escandalizar por los colores, formas y ornamentos de los obispos y clérigos,sino buscar vestiduras con lo modesto.(cn.4 ).
Condena y persecución de matrimonios y concubinato de los sacerdotes,diáconos , su diáconos,monjes y monjas.(cn 6,7,11)
Excomunión a los laicos que no pagasen el diezmo a sus obispos.(cn.10)
Fijación y duración de los periodos de los armisticios de Dios.(cn. 12).
Condena fuertemente la usura.
Prohíbe a los monjes a dedicarse a lecturas profanas como médicas y de derechos.(cn. 4)
La privación de un entierro cristiano a las personas que ponen deliberadamente su vida en peligro.(cn 14)
Obligación a reyes y príncipes de dispensar justicia de acuerdo con los obispos.(cn.20).
Excomunión a Arnaldo Brescia y Pedro de Brays, acusados de hereticos.(cn.23)
Prohibido aceptar beneficios de un laicos( cn 25)
Prohibido a las mujeres cantar el Oficio Divino en un mismo coro con los monjes o canónigos. (Cn.27)
Prohibido que una Iglesia quede vacante sin la presencia de un obispo por más de 3 ańos.(cn 28).
Prohibido que un arco, ballesta,honda este dentro de la casa de un cristiano.(cn 29).
Con este resumen concluyo mi aporte de dos concilios.
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Re: 4. La Orden del Cister. Carta Charitatis

Notapor karynest » Dom Sep 07, 2014 12:17 pm

[]Carta de caridad
La Carta caritatis o Carta de la caridad es un reglamento o conjunto de estatutos de los inicios de la Orden del Císter (1114), que contenía especialmente el modo de dependencia de las abadías y algunas costumbres monacales con la finalidad de asegurar la uniformidad entre las distintas fundaciones. Se cree que al menos en su primera redacción fue realizada por Esteban Harding y que fue aprobada por el papa Calixto II en 1118.

La Orden del Císter tenía en aquel entonces la particularidad de ser una organización que involucraba más de una abadía (al contrario de las demás modalidades benedictinas de su tiempo: cada abadía era independiente), lo cual hizo necesario un código común de costumbres y una clara explicación de cómo debía darse la relación entre abadías fundadoras (llamadas «madre») y abadías fundadas (llamadas «hija»).


Dado el tipo de organización propia de la Orden del Císter (dependencia de unas abadías con respecto a otras), algunas instituciones creadas o desarrolladas por ellos como la visita o el capítulo general fueron empleadas luego por otras órdenes de organización semejante. La celebración de capítulos generales cada tres años y las visitas a los monasterios fueron extendidos a toda la Iglesia en un decreto del concilio de Letrán IV.[3]

Se ha descubierto además una dependencia textual de Estatutos o Constituciones de otras órdenes religiosas, que habrían usado el texto de la Summa cartae caritatis como base para sus propios consuetudinarios. Así, por ejemplo, con los premonstratenses, los canónigos regulares de Arrouaise, los canónigos regulares de Oigny.[4]
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor karynest » Dom Sep 07, 2014 12:41 pm

http://imageshack.com/a/img540/3899/o49K25.jpg
Dado que en tiempos de la redacción de la Carta caritatis prior la abadía de Cîteaux era la «madre» de las demás, la visita anual la hacía el abad de esta a las demás. En 1163, el papa Alejandro III interviene creando visitadores para la abadía de Cîteaux: serían los abades de La Ferté, Pontigny, Clairvaux y Morimond. En la Carta caritatis posterior se indica ya que esos abades no solo son los visitadores de Cîteaux, sino también sus administradores en caso de que no haya abad para ella.

Aun cuando se daba una total independencia económica entre las abadías de la Orden, el texto de la Carta caritatis insiste en la uniformidad de observancia de la regla y de costumbres monásticas.

El prólogo de la Carta caritatis indica que no se puede fundar ninguna abadía sin que antes se haya mostrado ese texto al obispo del lugar y que solo tras su aprobación se podía proceder.
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5. L'Ordre Chartreux. 8 de septiembre

Notapor iCristinai » Dom Sep 07, 2014 1:16 pm

Buenos dias, hermanos. Mis disculpas por subir este tema antes del permiso, pero voy a estar ausente por un par de dias. Dios los bendiga. Paz y bien.

5. La Orden de Chartres


Chartres origina las voces Chartreux, chartreuse :

Imagen

Religieux, religieuse de l'ordre de Saint-Bruno
.


Imagen

San Bruno, Fundador de los Cartujos (Chartreux), 6 de Octubre del Año 1101. [color=#800040]Bruno significa: "fuerte como una coraza o armadura metálica" (Brunne, en alemán es coraza). Este santo se hizo famoso por haber fundado la comunidad religiosa más austera y penitente, los monjes cartujos, que viven en perpetuo silencio y jamás comen carne ni toman bebidas alcohólicas.[/color][b][/b]

Nació en Colonia, Alemania, en el año 1030. Desde joven demostró poseer grandes cualidades intelectuales, y especialísimas aptitudes para dirigir espiritualmente a los demás. Ya a los 27 años era director espiritual de muchísimas personas importantes. Uno de sus dirigidos fue el futuro Papa Urbano II.

Ordenado sacerdote fue profesor de teología durante 18 años en Reims, y Canciller del Sr. Arzobispo, pero al morir éste, un hombre indigno, llamado Manasés, se hizo elegir arzobispo de esa ciudad, y ante sus comportamientos tan inmorales, Bruno lo acusó ante una reunión de obispos, y el Sumo Pontífice destituyó a Manasés. Le ofrecieron el cargo de Arzobispo a nuestro santo, pero él no lo quiso aceptar, porque se creía indigno de tan alto cargo. El destituido en venganza, le hizo quitar a Bruno todos sus bienes y quemar varias de sus posesiones.

Dicen que por aquel tiempo oyó Bruno una narración que le impresionó muchísimo. Le contaron que un hombre que tenía fama de ser buena persona (pero que en la vida privada no era nada santo) cuando le estaban celebrando su funeral, habló tres veces. La primera dijo: "He sido juzgado". La segunda: "He sido hallado culpable". La tercera: "He sido condenado". Y decían que las gentes se habían asustado muchísimo y habían huido de él y que el cadáver había sido arrojado al fondo de un río caudaloso. Estas narraciones y otros pensamientos muy profundos que bullían en su mente, llevaron a Bruno a alejarse de la vida mundana y dedicarse totalmente a la vida de oración y penitencia, en un sitio bien alejado de todos.

Teniendo todavía abundantes riquezas y gozando de la amistad de altos personajes y de una gran estimación entre la gente, y pudiendo, si aceptaba, ser nombrado Arzobispo de Reims, Bruno renunció a todo esto y se fue de monje al monasterio de San Roberto en Molesmes. Pero luego sintió que aunque allí se observaban reglamentos muy estrictos, sin embargo lo que él deseaba era un silencio total y un apartamiento completo del mundo. Por eso dispuso irse a un sitio mucho más alejado. Iba a hacer una nueva fundación.

San Hugo, obispo de Grenoble, vio en un sueño que siete estrellas lo conducían a él hacia un bosque apartado y que allá construían un faro que irradiaba luz hacia todas partes. Al día siguiente llegaron Bruno y seis compañeros a pedirle que les señalara un sitio muy apartado para ellos dedicarse a la oración y a la penitencia. San Hugo reconoció en ellos los que había visto en sueños y los llevó hacia el monte que le había sido indicado en la visión. Aquel sitio se llamaba Cartuja, y los nuevos religiosos recibieron el nombre de Cartujos.

San Bruno redactó para sus monjes un reglamento que es quizás el más severo que ha existido para una comunidad. Silencio perpetuo. Levantarse a media noche a rezar por más de una hora. A las 5:30 de la mañana ir otra vez a rezar a la capilla por otra hora, todo en coro. Lo mismo a mediodía y al atardecer.

Nunca comer carne ni tomar licores. Recibir visitas solamente una vez por año. Dedicarse por varias horas al día al estudio o a labores manuales especialmente a copiar libros. Vivir totalmente incomunicados con el mundo... Es un reglamento propio para hombres que quieren hacer gran penitencia por los pecadores y llegar a un alto grado de santidad.

San Hugo llegó a admirar tanto la sabiduría y la santidad de San Bruno, que lo eligió como su director espiritual, y cada vez que podía se iba al convento de la Cartuja a pasar unos días en silencio y oración y pedirle consejos al santo fundador. Lo mismo el Conde Rogerio, quien desde el día en que se encontró con Bruno la primera vez, sintió hacia él una veneración tan grande, que no dejaba de consultarlo cuando tenía problemas muy graves que resolver. Y aun se cuenta que una vez a Rogerio le tenían preparada una trampa para matarlo, y en sueños se le apareció San Bruno a decirle que tuviera mucho cuidado, y así logró librarse de aquel peligro.

Por aquel tiempo había sido nombrado Papa Urbano II, el cual de joven había sido discípulo de Bruno, y al recordar su santidad y su gran sabiduría y su don de consejo, lo mandó ir hacia Roma a que le sirviera de consejero. Esta obediencia fue muy dolorosa para él, pues tenía que dejar su vida retirada y tranquila de La Cartuja para irse a vivir en medio del mundo y sus afanes. Pero obedeció inmediatamente. Es difícil calcular la tristeza tan grande que sus monjes sintieron al verle partir para lejanas tierras. Varios de ellos no fueron capaces de soportar su ausencia y se fueron a acompañarlo a Roma. Y entonces el Conde Rogerio le obsequió una finca en Italia y allá fundó el santo un nuevo convento, con los mismos reglamentos de La Cartuja.

Los últimos años del santo los pasó entre misiones que le confiaba el Sumo Pontífice, y largas temporadas en el convento dedicado a la contemplación y a la penitencia. Su fama de santo era ya muy grande.

Murió el 6 e octubre del año 1101 dejando en la tierra como recuerdo una fundación religiosa que ha sido famosa en todo el mundo por su santidad y su austeridad. Que Dios nos conceda como a él, el ser capaces de apartarnos de lo que es mundano y materialista, y dedicarnos a lo que es espiritual y lleva a la santidad.

Que sean pocas tus palabras (S. Biblia).

Les chartreux forment un ordre monastique à vœux solennels fondé en 1084 par saint Bruno, avec six compagnons, à la Grande-Chartreuse, près de Grenoble.
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L'ordre se répandit dans toute l'Europe. Le prieur de la Grande-Chartreuse est général de l'ordre, dont font également partie les monastères de moniales. L'observance cartusienne est conçue en vue d'une vie solitaire, consacrée aux exercices de la vie contemplative, à l'exclusion de tout ministère extérieur.

Larousse Francais

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Autor: El País de la Chartreuse | Fuente: http://www.chartreuse.fr
Historia de la orden de los Cartujos
Los Cartujos son contemplativos que dedican, en el silencio, todo su existencia a Dios, a su escucha

Fundada en 1084, la Orden de los Cartujos es actualmente una de las órdenes más antiguas de la Cristiandad. Fue Bruno, nacido en Colonia cerca del año 1030, quien la fundó. Profesor muy estimado de la escuela aneja a la catedral de Reims, a la que dio fama europea, se encontraba en la cumbre de esta celebridad cuando decidió seguir lo que consideraba su verdadera vocación : dejar el mundo y los honores para vivir sólo para Dios y " abrazar la vida monástica ".

Con 6 compañeros y después de varios intentos que no le satisfacieron, llegó a Grenoble, atraído por la reputación del joven obispo reformador, Hugues. Pero éste había visto a Dios en sueños que construía para su aureola una morada en el centro de una montaña llamada " Chartreuse ", lugar muy poco habitado que se llamó " desierto " ; siete estrellas le indicaban el camino.

Hugues vio en la llegada de Bruno y de su 6 compañeros la respuesta de la Providencia a este sueño misterioso. Allí fue a donde condujo a sus visitantes. Fue en junio de 1084 cuando Bruno reconoció en este sitio solitario el lugar que estaba buscando.

Se construyeron de modo rápido celdas de madera. Una galería las unía a una capilla y a algunos edificios destinados a la vida comunitaria, ya que Bruno pensaba que era necesario asociar al rigor de una vida solitaria un elemento importante de la vida fraternal y comunitaria. Fue esta asociación la que haría la principal originalidad de la Orden de los Cartujos, que nació así.

Después de seis años de vida en Chartreuse, y por el renombre de su fama, Bruno fue llamado por el Papa Urbano II, uno de sus antiguos discípulos, para ayudarle con sus consejos. El Papa no le retuvo mucho tiempo en la corte pontifical y, consciente de la vocación profunda de Bruno, le consiente crear un nuevo retiro de silencio y de soledad en Calabria donde se retiró
y murió el 06 de Octubre 1101.
No se escribió ninguna regla de la Orden en aquel momento: se conformó según las costumbres simplemente instauradas por Bruno y sus compañeros. Fue Guighes, quinto prior de la Orden, quien emprendió la tarea de redactarlas cerca del año 1125. En efecto, otros monasterios de "Cartujos" fueron fundados y era necesario dejar por escrito el fruto de las inspiraciones de Bruno.

Hoy en día, el conjunto de los 24 monasterios que hacen brillar el espíritu cartujano observa los Estatutos de la Orden Cartujana promulgados en 1989 después de la puesta a punto solicitada por el Concilio del Vaticano en primer lugar, por la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, y después de modo que se preservará el gran ideal de Bruno en el mundo de hoy.

A la vez que detallan el modo de vida del monje, estos Estatutos comunican el espíritu que es la base de la vida solitaria : el silencio de la celda, el rezo continuo, el trabajo humilde y pobre, pero también la vida fraternal, el rezo litúrgico en común, la obediencia tanto al superior de la casa (el Prior) como al Cabildo General que toma todas las decisiones que atañen a la vida de la Orden.

Los Cartujos son contemplativos que dedican, en el silencio, todo su existencia a Dios, a su escucha. Su vocación se desarrolla bajo dos formas :

- Los Padres son sacerdotes es decir que han recibido el sacerdocio. La mayor parte del tiempo, viven en el silencio de su casita llamada "celda".

- Los Hermanos, además de su vida contemplativa, ejecutan las obras necesarias para la vida del Monasterio. Estos dos modos de vida del Cartujo son muy complementarios, bajo el signo de la búsqueda común de Dios, en un ámbito de vida muy solitaria.

La soledad del Cartujo no es una dimisión ni un abandono, sino la elección de un espacio de libertad, en que se expresa plenamente el don de sí mismo, a favor de la humanidad, y en que se alza permanentemente un rezo universal. Así, en nuestro mundo moderno, que cambia continuamente, la Orden de los Cartujos afirma siempre desde los primeros pasos de Bruno en las montañas de Chartreuse, una búsqueda universal, un ideal de verdad y una plenitud interior. La búsqueda del hombre entero, del hombre de todos los tiempos.


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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor claudia bran » Dom Sep 07, 2014 4:04 pm

Aqui envío lo que encontré de la Orden del Temple, El origen de la Orden


"Es significativo señalar la donación por el Rey Balduino II de Jerusalén como sede para la nueva orden, y de ahí su denominación, de la mezquita blanca de al-Aqsa, del Monte del Templo. Es necesario indicar que en la época, se identificaba dicha mezquita como el emplazamiento exacto del Templo de Salomón (hoy se sabe que era mucho mayor, y que la mezquita ocupa solamente el atrio de dicho templo), y por ello no es facilmente explicable como a una recién fundada "policía de caminos" tal era la función principal de los Templarios en sus comienzos, se le fuera donado semejante emplazamiento, donde cabían sobradamente varios millares de caballeros, teniendo en cuenta que solo eran nueve hombres.
Un hecho que también contiene una cierta dosis de misterio, es que estos primeros caballeros no admitieron a nadie más en la recién creada orden, durante los nueve primeros años de existencia. Algunas especulaciones relacionan esta decisión con una excavación secreta que llevaban a cabo en los sótanos del Templo, donde pudieron haber buscado el Arca de la Alianza, tarea de la cual solo unos pocos elegidos habrían tenido conocimiento.
Así pues, parece ser que durante los primeros nueve años, los Caballeros del Temple no hacen otra cosa que proteger a los peregrinos, sobre todo en el peligroso camino del puerto de Jaffa a las murallas de Jerusalén. Sin embargo, a pesar de su valor y abnegado servicio, no consta que participaran en las campañas de los reyes del nuevo reino cristiano desde el fin de la Primera Cruzada, lo que refuerza la hipótesis anteriormente citada y defendida por algunos historiadores, que les tendría ocupados durante largo tiempo. De todas formas, esto sería entrar en el terreno de la mera suposición.
Un siglo más tarde, el historiador Jacques de Vitry, describe de esta extraordinaria manera lo que fue el origen del Temple:


Peregrinos ante Jerusalén, escoltados por los Templarios.
Peregrinos escoltados por Templarios
"Ciertos caballeros, amados por Dios y consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo. Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que les daban los fieles."
En 1127, el Maestre Hugo de Payns, una vez obtenida la aprobación de los Templarios por el Patriarca de Jerusalén, preparó un viaje a Roma con el fin de obtener una definitiva aprobación pontificia, y que de ese modo el Temple se convirtiera en Orden militar de pleno derecho. Balduino II, regente de Jerusalén, escribió al entonces Abad de Claraval, Bernardo, para que favoreciese al primer Maestre de la Orden ante la Iglesia.
San Bernardo de Claraval, uno de los iniciadores de la Orden monacal del Císter en Francia, era a sus veinticinco años una personalidad espiritualmente arrolladora, activísimo trabajador, que funda numerosos monasterios, escribe a reyes, papas, obispos y monjes, redacta tratados de teología, está siempre en oración y batallando a los enemigos de la fe romana. Tenía además, dos pariente próximos entre los nueve fundadores del Temple (Hugo de Payns y Andrés de Montbard, que era su tío), por lo que parece probable que tuviese ya noticias de la fundación de la nueva agrupación de monjes-soldados. Así pues, como esta nueva Orden colmaba su propia idea de sacralización de la milicia, recibió con todo entusiasmo la carta del rey Balduino y se convirtió en el principal valedor del Temple.

Por el momento, los Templarios habían recibido de los canónigos del Santo Sepulcro la misma Regla de San Agustín que ellos profesaban, pero el abad de Claraval deseaba algo más próximo y original para sus nuevos protegidos. Lo primero que hizo fue gestionar a favor de su pariente Hugo de Payns y los cuatro templarios que le acompañaban, una acogida positiva y cordial por parte del Papa Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban a punto de visitar en Roma. De acuerdo con la propuesta de Bernardo, en la primavera de 1228, se celebró un concilio extraordinario en Troyes, con nutrida asistencia de prelados franceses y de territorios próximos: dos arzobispos, diez obispos, siete abades, dos escolásticos e infinidad de otros personajes eclesiásticos, todo ello bajo la presidencia de un legado papal, el cardenal Mateo de Albano.
El hábil abad Bernardo, que de una manera u otra estaba vinculado a la mayoría de los asistentes, expuso los principios y primeros servicios de la Orden, y luego supo responder con prontitud a todas las preguntas que le fueron formuladas. El Concilio de Troyes, tras varias semanas de interrogatorios y deliberaciones, aprobó a la Orden del Temple con entusiasmo, como una especie de institucionalización de la Cruzada. De esta manera quedó establecida "oficialmente" la Orden del Temple. El concilio pidió a los nobles y a los príncipes que ayudasen a la nueva fundación y encargó a Bernardo de Claraval que redactase para una Regla original para los Templarios.
La decisión de San Bernardo fue la de adaptar al Temple la dura Regla del Cister, con arreglo a la cual la Orden militar organizó su vida monacal. Los Templarios, en cuanto monjes en sentido pleno, debían pronunciar los votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de contribuir a la conquista y conservación de Tierra Santa, para lo cual, si fuera necesario, darían gustosos la vida.
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor claudia bran » Dom Sep 07, 2014 4:19 pm

claudia bran
 
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor gutierrezdaniel74 » Dom Sep 07, 2014 6:09 pm

I y II Concilio de LETRAN
Primer Concilio de Letrán
El concilio de 1123 está incluido en la serie de concilios ecuménicos. Había sido convocado en diciembre, 1122, inmediatamente después del Concordato de Worms, acuerdo entre el papa y el emperador, que había causado satisfacción general en la iglesia, por poner fin a la concesión arbitraria de beneficios eclesiásticos por parte de los laicos; restableció la libertad de las elecciones abaciales y episcopales, separó los asunto espirituales de los temporales y ratificó el principio de que la autoridad espiritual solamente podía emanar de la Iglesia y, en último lugar, abolía las exorbitantes exigencias de los emperadores para interferir en las elecciones papales. La emoción causada por este Concordato, el primero firmado, fue tan profunda que en muchos documentos de la época, el año 1122 se menciona como el principio de una nueva era.
Para confirmarlo solemnemente y siguiendo el deseo del arzobispo de Maguncia, Calixto II convocó un concilio general al que fueron invitados todos los obispos y arzobispos de occidente. 300 obispos y más de 600 abades se reunieron en Roma en marzo de 1123. Calixto II lo presidió en persona.
Ambos originales (instrumenta) del Concordato de Worms fueron leídos y ratificados, y se promulgaron 22 cánones sobre disciplina, la mayoría de ellos reforzando los decretos conciliares previos:
• Los cánones 3 y 11 prohíben a los sacerdotes, diáconos subdiáconos y monjes casarse o tener concubinas; también se prohíbe que tengan en sus casas mujeres, excepto las aprobadas por los cánones antiguos. Los matrimonios de clérigos son nulos de pleno jure y los que los hayan contraído están sujetos a las penas.
• El canon 6 declara la nulidad de las ordenaciones realizadas por el heresiarca Burdino (Antipapa Gregorio VIII) después de su condena.
• El canon 11 es una salvaguardia para las familias y posesiones de los cruzados.
• El canon 14, sobre la excomunión de los laicos que se apropian de las ofrendas hechas a las Iglesia y aquellos que fortifican las iglesias como si fueran fortalezas.
• El canon 16 va contra los que agreden a los peregrinos en su camino a Roma.
• El canon 17 prohíbe a los abades y religiosos que admitan a los pecadores a la penitencia, que visiten a los enfermos, que administren la extremaunción, que canten misas solemnes en público y les obliga a que adquieran el santo crisma y los santos óleos de sus respectivos obispos.

Segundo Concilio de Letrán

La muerte del papa Honorio II (febrero 1130) fue seguida por un cisma. Petrus Leonis (Pierleoni), con el nombre de Anacleto II mantuvo en jaque durante mucho tiempo al papa legítimo, Inocencio II, éste apoyado por S. Bernardo y S. Norberto. En 1135 Inocencio II celebró un concilio en Pisa y su causa fue ganando firmeza hasta que en enero de 1138 la muerte de Anacleto ayudó a resolver las dificultades. Sin embargo convocó un concilio en el mes de abril de 1138, en el Laterano, el décimo concilio ecuménico, para borrar los últimos vestigios del cisma, para condenar varios errores y reformar los abusos del clero y de la gente.
Asistieron unos mil prelados de casi todas las naciones cristianas. El papa abrió el concilio con un discurso y depuso de sus puestos a los que habían sido ordenados por el antipapa y sus principales partidarios, Egidio de Tusculum y Gerardo de Angulema. Cuando Roger, partidario de Anacleto que se había reconciliado con Inocencio II persistió en querer mantener en la parte sur de Italia la actitud cismática, fue excomulgado.
El concilio condeno los errores de Petrobusianos y Henricianos, seguidores de dos peligrosos herejes que aún estaban activos, Pedro de Bruys y Arnaldo de Brescia. El concilio promulgó 23 cánones contra estos herejes, una repetición del tercer canoc de Toulouse (1119) contra los Maniqueos. Finalmente tomó medidas para la corrección de la moral y disciplina eclesiástica que se había relajado durante el cisma. 28 cánones sobres estas materias reprodujeron en gran parte el decreto del Concilio de Reims, 1131, y del concilio de Clermont, 1130, que con frecuencia se citan en adelante bajo el nombre de Concilio Laterano, con lo que su aumentó su autoridad.
Canon 4: Se ordena a los obispos y eclesiásticos que no escandalicen a nadie por el color ,forma o extravagancia de sus prendas y que se vistan de manera modesta y apropiada.
Cánones 6, 7, 11: Condena y represión del matrimonio y concubinato entre sacerdotes , diáconos , subdiáconos , monjes y monjas.
Canon 10: Excomunión de laicos que no pagan los diezmos debidos a los obispos o no les devuelven las iglesias que retienen, aunque las hayan recibido de obispos príncipes u otras personas.
Canon 12: Fija el período de duración de la Tregua de Dios.
Canon 14: Prohibición de justas y torneos en los que peligra la vida, bajo pena de privación de sepultura cristiana.
Canon 20: Los reyes y príncipes han de administrar justicia consultando a los obispos.
Canon 25: Nadie puede aceptar un beneficio de manos de un laico.
Canon 27: A las monjas se les prohíbe cantar el oficio divino en el mismo coro con canónigos o monjes.
Canon 28: No se debe dejar vacante una iglesia más de tres años desde la muerte del obispo y se pronuncia un anatema contra los canónigos (regulares) que excluyen de la elección episcopal a “personas de piedad”

Fuente: enciclopedia católica online.-
gutierrezdaniel74
 
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Re: 4. La Orden del Cister. 1 septiembre

Notapor ma_allegretti » Dom Sep 07, 2014 9:23 pm

Hermanas Trapenses en Argentina

En la búsqueda de Monasterios Femeninos Trapenses en nuestro país solamente encontré el de la Madre de Cristo, en Hinojo, Olavarría, Provincia de Buenos Aires, con muy poca información que transcribo y con fotografías que adjunto y un mapa con su ubicación geográfica.

DIRECCIÓN
Nombre Oficial: Monasterio de la Madre de Cristo O.C.S.O.
Hermanas Trapenses
Casilla 16
B7318XAA Hinojo (B.A.)
País: Argentina

CONTACTO
Teléfono 1[54] (2284) 491 083
Email Comunidadhnastrapenses@coopenet.com.ar
Abadesa Madre María Marcenaro, 1995-2013

OTRAS INFORMACIONES
Diócesis: Dioecesis Azulensis (Azul)
Padre: Inmediato Azul
Región: OCSO[REMILA]
(Re) fundado: 1973
Orígenes: Fundada por Vitorchiano. Erigido como un priorato 01 de enero de 1977 Erigido como una abadía 01 de enero 1989.

HISTORIA
1971: En septiembre, la abadesa del monasterio de monjas trapense de Vitorchiano, Italia, y el Padre Inmediato fueron a la Argentina y preguntaron al monasterio de Azul (Ntra. Sra. de los Ángeles) si estaban listos a ayudar al establecimiento de un monasterio de monjas, asegurándoles que había vocaciones a la espera de emprender el vuelo. El sitio fue elegido y comprado un poco más tarde, una vez que se obtuvo la autorización por parte de la Orden. El monasterio de Azul se hizo cargo de las primeras construcciones.
1972: El 26 de diciembre, el grupo de fundadoras, en número de 10, fueron presentadas al papa Pablo VI por el Abad General.
1973: El 7 de enero, las primeras 4 fundadoras se embarcaron en Génova.
El 20 de enero llegaron a Buenos Aires. Las fundadoras estuvieron unos días en Azul.
El 5 de febrero tomaron posesión de Hinojo (la propiedad comprende 53 acres). El Segundo grupo salió en marzo.
La construcción tiene un estilo románico, con una única torre de aproximadamente treinta y dos metros de altura y dos campanas. Sus paredes son íntegramente de ladrillos, sus pisos de mosaicos graníticos. En 1982 fue refaccionado totalmente y pintado con una escena de la Asunción de la Virgen, Patrona del pueblo.

Trabajo y fuentes de ingresos: Producción y venta de imágenes. Chocolates. Rosarios y los iconos.
Servicios: Retiros espirituales no guiados de silencio para mujeres, de lunes a jueves. Capacidad: 6 cuartos (máximo 10 personas) – Reserva previa con Hermana Lucía o Hermana Liliana

Antiguos(as) Superiores(as)
Cecilia CHEMELLO --- Superiora --- 30/01/1973 - 01/01/1977
Cecilia CHEMELLO --- Priora titular --- 01/01/1977 - 01/01/1989
Cecilia CHEMELLO --- Abadesa --- 01/01/1989 - 01/01/1995

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