7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Jeam » Sab Oct 11, 2014 10:38 am

Autor: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marón, Santo
Eremita, Febrero 9
 

Marón, Santo
Eremita

Martirologio Romano: En una montaña cerca de Apamea, en Siria, san Marón, eremita, muerto después de una vida de áspera penitencia e intensa piedad, fundándose sobre su sepulcro un célebre monasterio, alrededor del cual se originó la nación que lleva su nombre (c. 423).

San Marón nació en Siria; hombre humilde, que un día oyó la voz de Dios, aceptando inmediatamente el desafío que significaba seguirle.

San Marón eligió una morada solitaria no lejos de la ciudad de Cirrus en Siria, y allí, por espíritu de mortificación, vivía casi siempre a la intemperie. Cierto es que tenía una pequeña cabaña cubierta con pieles de cabra para guarecerse en caso de necesidad, pero rara vez la utilizaba. Encontró las ruinas de un templo pagano, lo dedicó al verdadero Dios, y lo convirtió en casa de oración. San Juan Crisóstomo, que lo estimaba mucho, le escribía desde Cucusus, donde estaba desterrado, y se encomendaba a sus oraciones, rogándole le diera noticias suyas con la mayor frecuencia posible. San Marón había tenido por maestro a San Zebino, cuya asiduidad en la oración era tal, que se dice que pasaba días y noches enteras orando, sin experimentar cansancio. Generalmente rezaba de pie, aunque cuando ya era muy anciano, tenía que sostenerse con un báculo. A los que iban a consultarle, respondía con la mayor brevedad posible; tan deseoso estaba de pasar todo su tiempo en conversación con Dios.

San Marón, no solo fue ejemplo, sino que además fue para aquellos hombres un líder lleno de sabiduría y del Espíritu Santo, que supo dar sentido a cada acción, con inflexible disciplina. Alcanzó en vida, fama de santidad en incluso realizó milagros de curación y conversión.

Sus virtudes fueron ampliamente conocidas: justicia, templanza, castidad y trabajo duro, semillas que él mismo plantó en otros, quienes se convirtieron en el campo fértil, que llevó a Dios numerosas vocaciones, que serían tiempo después labradores diligentes y sabios, que harían florecer la Montaña de Líbano en la fe sólida y verdadera de nuestro Señor Jesucristo.

San Marón imitó a su maestro en la constancia en la oración, pero trataba a sus visitantes de modo diferente. No sólo los recibía con suma bondad, sino que los invitaba a que se quedaran con él, aunque muy pocos estaban dispuestos a pasar toda la noche en pie, rezando. Dios recompensó sus trabajos con gracias abundantísimas y con el don de curar enfermedades tanto corporales como espirituales. No es sorprendente por tanto, que su fama como consejero espiritual se extendiera por todas partes. Esto le atrajo grandes multitudes, Formó a muchos santos ermitaños y fundó monasterios; sabemos que, cuando menos, tres grandes conventos llevaron su nombre. Teodoreto, obispo de Cirrus, dice que los numerosos monjes que poblaron su diócesis fueron formados por las instrucciones del santo. San Marón fue llamado al premio después de una corta enfermedad, la cual dice Teodoreto, reveló a todos la gran debilidad a que estaba reducido su cuerpo. Los pueblos vecinos se disputaron sus restos. Finalmente obtuvieron el cuerpo los habitantes de un centro relativamente populoso y construyeron sobre su tumba una espaciosa iglesia con un monasterio anexo, cerca de la fuente de Orontes, no lejos de Apamea.

Los Maronitas son los cristianos que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica de oriente. fue ejemplo para muchas personas, estos fueron sus discípulos, escuchando sus enseñanzas, imitando sus virtudes. estos disipulos fueron llamados "Discípulos de San Marón" que después de su muerte en el año 420, crecieron mucho.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Sab Oct 11, 2014 11:48 am

Ampliando el excelente aporte de AMunozF, les comparto algunas imagenes.

La Tau.- tiene exactamente la misma forma de la cruz en que fue clavado Cristo.

*****Imagen****Imagen

Por su forma, el Tau fue por siglos el soporte simbólico de la teología de la cruz. Los hebreos habían progresivamente elaborado una exégesis por cada letra...

Imagen*****Imagen*****Imagen

Fue utilizada por varias Comunidades Religiosas, entre ellos los Frailes Franciscanos.-Imagen

La Tau es el símbolo franciscano por excelencia, es usado como signo distintivo de los miembros de las diferentes Órdenes Franciscanas.

http://portiunculathelittleportion.blogspot.mx. Google. Paint.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Faustinak » Sab Oct 11, 2014 5:51 pm

Orden Libanesa Maronita
Orden Libanesa Maronita (1695 – 1998)


Promotora de la Devoción a San Charbel
Es de vital importancia, hacer constar que a partir del año de 1960, la comunidad maronita de México, debe su dirección espiritual, la conservación de sus tradiciones (el rito Siriaco Antioqueño) y la unidad propia de la comunidad, a los Padres de la Orden Libanesa Maronita. Religiosos libaneses que han demostrado a lo largo de casi 40 años, gran celo en su labor pastoral y ayuda incondicional a los maronitas mexicanos.
La historia de esta Orden Religiosa se remonta al año de 1695, en que tres jóvenes oriundos de Alepo, se reunieron para dar un giro importantísimo a la vida monástica de Líbano, fundando una nueva Orden Religiosa. Tomaron el hábito monacal de manos del Patriarca Estefan Duwaihi (en aquella época, la toma de habito incluía la profesión de los votos de pobreza, castidad, y obediencia, y la consagración total y definitiva a Dios).
El primer nombre de la Congregación fue el Orden Alepina Maronita, pero el año de 1706 fue cambiado por el de Orden Libanesa Maronita, en honor del país donde se había fundado.
Los tres religiosos decidieron seguir, de común acuerdo, la Regla de San Antonio el Grande, Padre del Monacato, imponiéndose tres finalidades básicas:
Logo de la Orden Libanesa Maronita
1° Volver a las fuentes originales, es decir, a los Santos Padres, especialmente a Basilio el Grande, el Venerable Juan Clímaco, y el ilustre Efrén el Sirio, todos ellos seguidores de los ideales de ascetismo y vida contemplativa de San Antonio el Grande.
2° Conservar en toda su pureza la vida religiosa de los conventos de Líbano, hasta ese momento independientes unos de otros.
3° Dar al Instituto Religioso una organización, a la manera del monacato occidental, centralizada y en base a una jerarquía que estaría compuesta de un Superior General y cuatro Consejeros.
La Orden Libanesa Maronita tendría siempre como ideal la vida contemplativa propia de los ermitaños; la vida activa sólo sería un escalón par alcanzar esta meta.
Los fundadores se dieron a la tarea de redactar las Constituciones propias del Instituto, que fueron aprobadas por el Patriarca Duwaihi, el 18 de junio de 1700. Con ello la Jerarquía Maronita de Líbano, daba reconocimiento oficial a la Orden, siendo confirmada la aprobación, el 23 de noviembre de 1725 , por el Patriarca Jack Awad.
La nueva Orden se extendió por todo Líbano y muchos conventos tomaron sus Constituciones.
Varios miembros de la Orden se dirigieron a Roma, mediante una carta fechada el 15 de septiembre de 1726, para solicitar la aprobación de sus Reglas y Constituciones, al entonces Pontífice Benedicto XIII. En Roma, apoyó de manera decisiva, Mons. José Simón AlSemaani, y en mayo de 1727, el Superior General de la Orden, el P. Alejandro Eskandar, viajó a la Ciudad Eterna para obtener la aprobación del Papa sin demora. El 31 de marzo de 1732, el Papa Clemente XII, dio la aprobación definitiva, y la Orden Libanesa Maronita, se convirtió en Instituto de Derecho Pontificio (había sido de Derecho Patriarcal).
Gran éxito alcanzó la Orden en poco tiempo, para el año de 1739, contaba con doce Monasterios y doscientos diez monjes; incluso había una casa en Chipre.
Para el año 1770, la Orden Libanesa Maronita se dividió en dos: la Orden Alepina Maronita y la Orden Libanesa Maronita.
La vida de esta Orden, como se puede apreciar, ha sido de lucha continua y de notable labor pastoral, además ha dado grandes Santos a la Iglesia como: San Charbel Makhlouf, orgullo de la Orden cuya santidad y milagros son famosos en el mundo y especialmente entre los maronitas, Beata Rafqa Rayes ejemplo de santidad en el sufrimiento y el Beato Padre Nemetallah Alhardini. La O.L.M. a lo largo de su historia a contado con innumerables ermitaños, hombres santos que han dedicado su vida a la oración y a la contemplación.
Habiendo revisado, en apretada síntesis, la historia de la Orden Libanesa Maronita, se hace necesario conocer su estructura actual en base al último informe presentado por su Superior General, el Abad Juan Tabet, quien presenta los datos estadísticos y funcionales que permitirán una apreciación en conjunto de la vitalidad de este Instituto Religioso, máximo exponente del catolicismo del Medio Oriente, así como su extensión y capacidad en varios países donde han fundado misiones para atender el bien espiritual de los maronitas, la preservación del culto Sirio-Antioqueño, y la conservación de las tradiciones culturales y nacionales de Líbano.
Actualmente, la Orden Libanesa Maronita cuenta, en el aspecto humano, con 85 aspirantes a la vida religiosa en el Escolasticado, 42 Novicios, y 50 Seminaristas que cursan los estudios de Filosofía y Teología como preparación al Sacerdocio, sin olvidar de tres ermitaños, los únicos en el mundo: El R.P. Antonio Chaina en la ermita del convento de Kuzhaya, el R. P. Dr. Jean Khawand el la ermita del convento de Tamish y el R.P. Dario, en la ermita del valle Santo de Kozhaya.
Hoy, la Orden se encuentra integrada, por 275 Sacerdotes repartidos en 59 Centros Pastorales y conventos en Líbano, y en 12 Misiones alrededor del mundo.
Aún cuando el ideal de este Instituto Religioso, es, principalmente, la vida eremítica, existen desde su origen otros carismas como son el de la educación y el cuidado de enfermos. La Orden tiene a su cargo 13 escuelas en Líbano que incluyen las etapas de Primaria, Secundaria, y Preparatoria, además de la Universidad del Espíritu Santo, en Kaslik, donde se imparten carreras en las áreas de Teología, Filosofía, Administración, Arquitectura, Musicología, Arte y Ciencias Humanas, otorgando los grados Académicos de Licenciatura, Maestría, y Doctorado.
Fuera del Líbano, la Orden Libanesa Maronita, atiende también tres escuelas en: Abidjan (Costa de Marfil, África), Dakar (Senegal, África), y Sidney (Australia).
El cuidado de enfermos incluye dos hospitales en Líbano: el de Beit Chebab, para mutilados de guerra, y el de Nuestra Señora del Socorro en Biblos.
Como se puede apreciar, por el análisis de estos datos, se trata de una comunidad dinámica, espiritual y socialmente hablando; ya que se dedica con gran éxito a la formación de religiosos y sacerdotes comprometidos, como también a la educación de niños y jóvenes que sirven a la sociedad en los distintas ramas de la actividad profesional.
En cuanto al cuidado y atención a los enfermos, se trata de una Obra de caridad en la cual sus miembros sirven directamente a Cristo.
Su labor en el mundo ha sido, más que nada, en el sentido de la conservación del rito propio del Medio Oriente y del cuidado pastoral en la unidad propia de la gran nación maronita.
En México es conocida su entrega a la comunidad no sólo maronita, sino de Rito Latino desde 1960 cuando llegaron los fundadores de la Misión Libanesa presidida por el R. Abad Antonio Abi Younes, y los Reverendos Padres José Boustany, y Antonio Abi Sleiman.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor rosita forero » Sab Oct 11, 2014 10:17 pm

....
..
hini »
..La sede de Antioquia fue la primera fundada por san Pedro, de donde fue obispo hasta que se trasladó a Roma. La sucesión de san Pedro en la sede de Antioquia la ostenta el patriarca de los maronitas con el título de "Patriarca de Antioquia y de todo el Oriente", que es, desde 1986, Su Beatitud Nasrallah Pedro Sfeir.


Tras la dimisión del cargo de patriarca del cardenal Predecesor: Nasrallah Pedro Sfeir de Reyfoun por llegar a la edad de jubilación, aceptada por Benedicto XVI el 26 de febrero de 2011, es nombrado Béchara Boutros Raï/



Actual Patriarca de Antioquía de los Maronitas 2011
Cardenal Béchara Boutros Raï


Imagen


.. el Sínodo de la Iglesia Maronita le eligió como nuevo patriarca el 15 de marzo del 2011. Al mismo tiempo asumió la presidencia del propio sínodo. Tras su elección asumió como segundo nombre el de Boutros (Pedro), como es tradicional en todos los patriarcas de Antioquía de los Maronitas. El 25 de marzo, diez días después de su elección como patriarca, Benedicto XVI le concedió la necesaria comunión eclesial..



Imagen

El 24 de octubre de 2012 fue anunciada su proclamación como cardenal de la Iglesia católica, que se hizo efectiva el 24 de noviembre en el consistorio celebrado por el papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Es miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales, del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

Durante el pontificado del papa Francisco fue convocado en calidad de padre sinodal para participar del Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia (2014), en su calidad de Patriarca de Antioquía de los Maronitas y Jefe del Sínodo de la Iglesia Maronita.


..
rosita forero
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor nataly14 » Dom Oct 12, 2014 8:01 am

SAN MARÓN

San Marón nació en Siria; hombre humilde, que un día oyó la voz de Dios, aceptando inmediatamente el desafío que significaba seguirle.

San Marón eligió una morada solitaria no lejos de la ciudad de Cirrus en Siria, y allí, por espíritu de mortificación, vivía casi siempre a la intemperie. Cierto es que tenía una pequeña cabaña cubierta con pieles de cabra para guarecerse en caso de necesidad, pero rara vez la utilizaba. Encontró las ruinas de un templo pagano, lo dedicó al verdadero Dios, y lo convirtió en casa de oración. San Juan Crisóstomo, que lo estimaba mucho, le escribía desde Cucusus, donde estaba desterrado, y se encomendaba a sus oraciones, rogándole le diera noticias suyas con la mayor frecuencia posible. San Marón había tenido por maestro a San Zebino, cuya asiduidad en la oración era tal, que se dice que pasaba días y noches enteras orando, sin experimentar cansancio. Generalmente rezaba de pie, aunque cuando ya era muy anciano, tenía que sostenerse con un báculo. A los que iban a consultarle, respondía con la mayor brevedad posible; tan deseoso estaba de pasar todo su tiempo en conversación con Dios.

San Marón, no solo fue ejemplo, sino que además fue para aquellos hombres un líder lleno de sabiduría y del Espíritu Santo, que supo dar sentido a cada acción, con inflexible disciplina. Alcanzó en vida, fama de santidad en incluso realizó milagros de curación y conversión.

Sus virtudes fueron ampliamente conocidas: justicia, templanza, castidad y trabajo duro, semillas que él mismo plantó en otros, quienes se convirtieron en el campo fértil, que llevó a Dios numerosas vocaciones, que serían tiempo después labradores diligentes y sabios, que harían florecer la Montaña de Líbano en la fe sólida y verdadera de nuestro Señor Jesucristo.

San Marón imitó a su maestro en la constancia en la oración, pero trataba a sus visitantes de modo diferente. No sólo los recibía con suma bondad, sino que los invitaba a que se quedaran con él, aunque muy pocos estaban dispuestos a pasar toda la noche en pie, rezando. Dios recompensó sus trabajos con gracias abundantísimas y con el don de curar enfermedades tanto corporales como espirituales. No es sorprendente por tanto, que su fama como consejero espiritual se extendiera por todas partes. Esto le atrajo grandes multitudes, Formó a muchos santos ermitaños y fundó monasterios; sabemos que, cuando menos, tres grandes conventos llevaron su nombre. Teodoreto, obispo de Cirrus, dice que los numerosos monjes que poblaron su diócesis fueron formados por las instrucciones del santo. San Marón fue llamado al premio después de una corta enfermedad, la cual dice Teodoreto, reveló a todos la gran debilidad a que estaba reducido su cuerpo. Los pueblos vecinos se disputaron sus restos. Finalmente obtuvieron el cuerpo los habitantes de un centro relativamente populoso y construyeron sobre su tumba una espaciosa iglesia con un monasterio anexo, cerca de la fuente de Orontes, no lejos de Apamea.

Los Maronitas son los cristianos que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica de oriente. fue ejemplo para muchas personas, estos fueron sus discípulos, escuchando sus enseñanzas, imitando sus virtudes. estos disipulos fueron llamados "Discípulos de San Marón" que después de su muerte en el año 420, crecieron mucho.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Olinpa » Dom Oct 12, 2014 6:08 pm

Estilo de vida de los monasterios maronitas

Estas son las normas del estilo de vida del monasterio maronita que el Superior General de la Orden le presentó a San Chárbel para que por medio de su práctica alcanzara la santidad. San Chárbel deseoso de cumplir la voluntad de Dios y hacerse uno con Jesucristo las cumplió con mucha alegría y al final de su vida alcanzó el premio de la santidad. Son trece las normas para los monjes y eremitas.

1. El monje que desee vivir como ermitaño no lo hará por iniciativa propia, sino que deberá ser autorizado por el Superior General.
2. Que sepa bien que no se aísla para esquivar las reglas de vida común del monasterio, sino para hacerse más virtuoso. A saber, ha de mortificarse y poner en los ejercicios espirituales más fervor que en el monasterio. Se aplicará a todo trabajo espiritual y temporal, que no entorpezca el silencio y la compunción del corazón.
3. Los ermitaños, en las actividades colectivas, como la celebración de la Misa y el trabajo manual común; seguirán el orden dispuesto por la autoridad. Con respecto a las disciplinas individuales, como el ayuno, las vigilias, y oraciones, ellas son dejadas a la iniciativa y a la prudencia del ermitaño. Sin embargo, es más seguro para él obrar bajo la dirección de un Padre espiritual.
4. El ermitaño ha de respetar y honrar a todo hermano, sea superior o inferior. El encargado ha de ser tenido por el inferior como su superior.
5. Se prohíbe toda reunión de ermitaños para conversaciones vanas. En casos de enfermedad, se puede dirigir al hermano palabras de consuelo, útiles para la salvación de su alma y su crecimiento en el amor divino.
6. Un ermitaño -como lo dice la propia etimología- es aquel que vive aislado en su celda, velando sobre sus sentidos y pensamientos. Que no salga sino por necesidad. Que no tenga amistad alguna fuera de la de sus hermanos. Que también esta amistad sea sobria de palabras, ya que la abundancia de palabras, aunque útiles, turba la serenidad de la oración.
7. Que no resida en una celda, desde la cual se podrían oír sus llantos y gemidos en la oración, o sus cantos en momentos de aburrimiento.
8. Que no comparta sus comidas con nadie en la celda. Que no olvide la obligación de la mortificación en la bebida y la comida… No se queje de nada, recordando que el fin esencial de la soledad es el de combatir el placer sensual, y de entregarse al gusto del amor de Dios.
9. Tomará una sola comida por día. Quién quiera mortificarse de más, obre de acuerdo al consejo del más anciano.
10. Que no guarde en la celda ni bebida ni comida, sino únicamente una escudilla de agua para no salir y disiparse inútilmente.
11. Si algo le molesta con respecto a la habitación, bebida y comida, se lo comunique al más anciano y obre según su consejo.
12. No comerá jamás carne, ni estando enfermo, sin la autorización del Superior General.
13. Si uno no realiza progresos en la vida eremítica, sino que se abandona a la pereza, o a vanidades, que vuelva al monasterio, si el superior lo cree oportuno

Con estas normas tenemos una idea de cómo era la vida de San Chárbel, una vida estricta, con mucha oración, penitencia, trabajo, obediencia, ayuno y silencio, los deseos personales no se tenían en cuenta. El principal deseo era hacerse uno con Jesucristo. ¡Viva San Chárbel!
Olinpa
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor sor maria franco » Lun Oct 27, 2014 8:18 pm

BUENAS NOCHES.

LA IGLESIA MARONITA

Los maronitas eran originalmente cristianos agrupados en torno a Marón, personaje que vivió cerca de Antioquía. En aquellos tiempos la iglesia estaba dividida por cuestiones teológicas referidas a la naturaleza de Cristo: unos afirmaban que el hombre Jesús era Dios, otros sólo reconocían su humanidad; unos veían en él dos voluntades, otros sólo una. La división atravesaba las ciudades, las aldeas e incluso las familias. Marón quiso mantenerse al margen de la polémica y se fue a vivir a la montaña. Tras un tiempo de meditación, formó una comunidad de fieles en torno suyo, que tras su muerte en el 410 tomaron el nombre de maronitas.
En cuanto a las controversias teológicas, los maronitas hicieron radicalmente suya la doctrina del Concilio de Calcedonia (451), que sostenía que Cristo era a la vez Dios y hombre que tenía dos voluntades, humana y divina. Los enemigos de esta doctrina pasaron a ser entonces enemigos de los maronitas, quienes fueron perseguidos y asesinados en gran número. Empezaron entonces a emigrar hacia el Monte Líbano.
Los habitantes de la montaña libanesa eran cristianos, y habían tenido ya contacto con los maronitas anteriormente. La afluencia de exiliados discípulos de san Marón les hizo abrazar la causa maronita. Con la conquista árabe perdieron en gran medida el contacto con Constantinopla y su patriarca, debiendo elegir a su propia autoridad suprema. El primer patriarca maronita fue san Juan Marón (687). El emperador de oriente, acostumbrado a tener bajo su control los asuntos de la iglesia a través de los patriarcas, a quienes designaba, no toleró la independencia maronita y mandó a su ejército a atacarlos. La batalla tuvo lugar en Amiún y la ganaron los maronitas. El patriarcado maronita se consolida y establece su sede en Kfarhay.
En el siglo XII, debido al contacto con los cruzados, la iglesia maronita se aproximó a la iglesia católica, en la que se integró en el siglo XVI.
Las principales comunidades maronitas están hoy en Siria y Líbano, aunque dado que ha sido una comunidad propensa a la emigración, hay numerosos maronitas también en Australia, Francia, Estados Unidos, Brasil, Canadá, México y Argentina. El jefe de la iglesia maronita lleva hoy el título de "patriarca de Antioquía y de todo el Oriente de los maronitas" y tiene su sede en Bkerke (Líbano). El titular actual es Béchara Pedro Raï, nombrado por el Sínodo el 15 de marzo de 2011.
Los maronitas tienen no solo a san Marón, como patrono, sino también es formadora de otros santos libaneses: san Juan Marón, Nimatullah Al-Hardini, Chárbel Makhlouf y Rafka Choboq Ar-Rayes.




LA IGLESIA MARONITA
La Iglesia católica tiene dos raíces. La occidental o romana, y la oriental.
Dentro de esta segunda, cuatro son las sedes patriarcales que han marcado su historia: Jerusalen, Alejandría (Egipto), Antioquía de Siria y Costantinopla. Dentro del grupo de Iglesias que arrancan de Antioquía, existen dos grupos: sirio – occidental y sirio – oriental. La Iglesia Maronita forma parte del grupo sirio – occidental, siendo el siríaco su lengua litúrgica. Se integra, pues, de lleno en la tradición cristiana oriental, siendo su pueblo uno de los de raíces más antiguas de toda la cristiandad.
La Iglesia maronita es la única de todas las orientales que ha permanecido en plena comunión con Roma durante todos estos siglos, pese a las tremendas pruebas sufridas por esta Iglesia por parte monofisitas, bizantinos, mamelucos y turcos.
El nombre de esta Iglesia particular procede de San Marón, monje anacoreta con fama de santidad mencionado por Juan Crisóstomo entre 404 y el 407. Muere en el año 410. Su estilo de vida, desarrollado entre su pueblo, causó profundo impacto, agrupando progresivamente a hombres y mujeres que, impresionados por su vida, originaron diversos monasterios.
Con el transcurso de los años, los monasterios que arrancan de la experiencia de San Marón se federan, asentados la mayoría de ellos en las diócesis de Cyro y Alepo (Siria). Con ocasión de las controversias teológicas generadas en torno a la persona de Cristo, los maronitas se posicionaron a favor del Concilio de Calcedonia, que reconocía la doble naturaleza humana y divina de la persona de Cristo. Los monjes de estos monasterios se enfrentaron, por ello, a los cristianos monofisitas, sufriendo numerosos mártires (los 350 monjes mártires).
A finales del siglo V, los habitantes de la montaña libanesa se convierten al cristianismo merced a la obra misionera de monjes maronitas. Con todo, la más antigua iglesia maronita de Líbano conocida es Mar Mama, del año 749. En los años siguientes, las relaciones con Bizancio se vuelven muy difíciles, llegando al enfrentamiento armado. Entre el 702 y el 705, los monjes de Bet Morún (valle del Oronte), monasterio que preside la federación maronita, eligieron a su primer Patriarca, Juan Marón, consagrando posteriormente obispos en su monasterio. Varios Patriarcas residen en Kfarhay, conservándose el nombre de tres de ellos. El monasterio de Bet Morún será destruido en torno al año 900.
El Patriarca Juan II se instala en Antioquía, regresando a los orígenes de esta Iglesia particular, donde todavía vivía un número importante de maronitas. Pero, dadas las dificultades que encontró, trasladó el patriarcado a Akoura (región de Biblos, en Líbano) hacia el año 938, territorio donde habían emigrado los maronitas en su mayor parte huyendo de las persecuciones musulmanas, si bien todavía permanecían algunas comunidades en Siria. Los Patriarcas, en número de 34 residirán allí hasta el año 1.440, desarrollando una vida austera y sin sede fija. A finales del siglo XIII, un viajero occidental encuentra, incluso, un obispo maronita en Takrit (Mesopotamia).

Durante tres siglos, los maronitas viven aislados del resto del mundo. Cuando llegan los cruzados, se sorprenden al encontrar una comunidad tan numerosa y piadosa, pues se les consideraba extinguidos.
Con las Cruzadas, llega la presencia franca, acogiendo los maronitas del Líbano a los cruzados, iniciándose cierta latinización, construyéndose numerosas iglesias, estableciéndose unas extraordinarias relaciones, en particular a partir del viaje de San Luis de Francia.
En 1.215, el Patriarca Jeremías de Amchite acude al Concilio de Letrán. Pero al ser destruidos los reinos francos, los mamelucos (1.291) traen el desastre. Pese a ello, los franciscanos continuaron, desde 1.246, la comunicación entre Roma y Líbano. Con los mamelucos, se sucedieron varias matanzas entre la población maronita, siendo algunos patriarcas vejados, perseguidos y asesinados. Así, Gabriel de Hjoula es quemado vivo en el año 1.367. Otros numerosos mártires le acompañarán: Abu Karam al Hadathi sería colgado de ganchos de hierro, en el año 1.640, Yunes Abu Risq es empalado en 1.697, Kanaan Daher es asesinado en 1.741. Y junto a ellos, una muchedumbre de mártires anónimos que en esos terribles años, testimoniarán con su vida y su muerte la fidelidad a Cristo. De 1.440 a 1.823, los Patriarcas residirán en Wadi Qannoubine, un profundo e inaccesible valle: un total de 24 patriarcas allí se suceden, residiendo en el Convento de Nuestra Señora. De un milenio de historia maronita, apenas quedan vestigios materiales: unas pocas iglesias, algunos nombres de autores, unos pocos restos históricos y algunos libros litúrgicos. Cuando estallan las luchas entre los mamelucos, sunitas, y los habitantes chiítas de Líbano, los maronitas juegan un papel de intermediación, que proporcionará al pueblo maronita respeto y cierta tolerancia.. En 1.516, Líbano cae, al igual que todo oriente, en manos turcas, prolongándose la ocupación hasta el año 1.918.Bajo dominio turco, los maronitas, aliados de los drusos (una secta herética chiíta establecida en las montañas del Chouf libanés desde el siglo XI), consiguen una cierta autonomía. Las relaciones con Roma persisten, fundándose en 1.548 el Colegio Maronita, que tendrá una enorme importancia en la cultura maronita y en la vida de otras comunidades cristianas de oriente medio. En concreto, en los siglos XVII y XVIII, algunas comunidades de esas iglesias particulares retornan a Roma, creándose patriarcados católicos: el caldeo, melkita, sirio y armenio.
En 1.580 y 1.596 tuvieron lugar dos sínodos muy polémicos, al forzar cierta latinización muy discutida.
En 1.626 llegan los capuchinos a Líbano. En 1.635 lo hacen los carmelitas. Los jesuítas se instalan en 1.656.
El Patriarca Duhaihy (1.630 a 1.704) es la figura más relevante de ese periodo de la historia maronita. Formado en el colegio romano, desarrolla estudios de historia, teología, apologética, liturgia, música. Reformará las órdenes religiosas maronitas, creándose la primera orden maronita en 1.694: los Antoninos. Y a esa tremenda actividad, unirá una santidad modélica. Los años siguientes, traerán una intensa vida religiosa.

El Colegio Romano maronita es destruido por Napoleón en 1.808. En su lugar son creados seminarios en Líbano, como el de Ain Warqa (1.818). En 1.823 el Patriarca se traslada a Dimane en verano y a Bkerké en invierno. Desde entones, nueve han sido los patriarcas que se han sucedido, siendo la independencia de Líbano una de sus preocupaciones principales. A mediados del siglo XIX, el pacto druso – maronita se rompe, iniciándose nuevas persecuciones, que culminarán en 1.860, finalizando con la intervención internacional de Napoleón III. Se inicia, a raíz de la matanza de 1.860, el camino masivo de la emigración.
Con la primera guerra mundial, casi un tercio de la población muere por el hambre causado por el bloqueo y la violencia. A su finalización, la unión entre las 17 comunidades religiosas presentes en Líbano parecía imposible. Sin embargo, dado el prestigio del Patriarcado maronita, todas esas comunidades delegan en el Patriarca Elías Hoayek su presencia en el Congreso de Versalles, donde reclamará la independencia para el Líbano. Finalmente, por acuerdo de la Sociedad de Naciones, Líbano quedará bajo mandato francés.En los años siguientes, la influencia religiosa latina se hace más evidente, lo que provocará cierta reacción en defensa de la identidad maronita. Tras la segunda guerra mundial, llega la independencia, que merced al pacto nacional, consigue cierto equilibrio entre las comunidades religiosas presentes, roto en 1.975 con el inicio de la guerra civil, lo que será causa de nuevo para la emigración de cientos de miles de maronitas. La Iglesia maronita, en la actualidad, se enfrenta a un triple reto: la emigración, la presión musulmana y la secularización, que también está afectando profundamente a esta Iglesia particular.
sor maria franco
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Marieliux » Jue Nov 06, 2014 11:22 pm

Organización de la Iglesia maronita.

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La formación de la Iglesia maronita, con su jerarquía y liturgia propias, comenzó en este monasterio, cuando la palabra maronita era sinónimo de los monjes de San Marón y de los pocos fieles que vivían a la sombra de su convento y bajo su dirección espiritual, y ha ido adquiriendo, a lo largo de los siglos, un carácter eclesial y popular. El Patriarcado maronita., cuyo origen y circunstancias son un tanto oscuros, nació en este monasterio. Parece que, a raíz de los disturbios políticos de la segunda mitad del s. VII, el Patriarca de Antioquía no podía entrar en esta ciudad, y tenía que regirla desde Constantinopla. Esta situación se agravó a primeros del s. VIII, de tal manera que la Sede Patriarcal quedó sin titular durante 40 años (702-742).

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En estos tiempos vemos a un maronita ocupar el trono patriarcal. Un texto de Dionisio Tell-Mahri, escrito hacia 745, dice: «Los maronitas siguen hasta nuestros días nombrando patriarca y obispos de su mismo convento» (cfr. Chroniques de Michel le Syrien, publicado por Chabot, Bruselas 1963, t. 11, 511). El verbo siguen, empleado por Tell-Mahri en el año 745, hace pensar que la nominación de Patriarca y obispos maronitas venía ya de muy antes. Los historiadores maronitas la hacen remontar hacia finales del s. VII, y la tradición designa a S. Juan-Marón (que no debe confundirse con S. Marón), superior del monasterio, como primer Patriarca y organizador de la jerarquía m. (cfr. P. Dib, o. c. en bibl. 58 ss.). Desde entonces, quedó organizada la jerarquía maronita con una lista ininterrumpida de patriarcas y obispos hasta nuestros días. Éstos tuvieron la difícil tarea de apacentar la pequeña grey, que iba aumentando en número y extendiéndose por todas partes, en medio de graves dificultades y persecuciones.

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San Marón. Fundador del Rito Católico Maronita

[url=http://imageshack.com/i/p8osoEqAg]Imagen

San Juan Marón. Primer Patriarca Maronita

Al intensificarse las persecuciones y agravarse la situación en Siria (v.), los m. decidieron abandonar su tierra natal, buscando refugio en la isla de Chipre (v.) y en las montañas del Líbano (v.), donde pudieron ejercer sus cultos y guardar su fe y autonomía: «Los maronitas -dice Dib- abandonaron las ricas llanuras de Siria para refugiarse en el Líbano, cambiaron las riberas del Orontes, donde podían desarrollar los más variados cultivos, por áridas montañas y tierras informes y salvajes» (P. Dib. íb. 70).

Esta emigración comenzó a finales del s. VII, e iba continuando progresivamente. Se establecieron al principio en el Norte del Líbano, en la región de los cedros, y más tarde hacia el centro y el Sur del país; construyeron allí sus Iglesias y conventos, y pudieron ejercer sus cultos con toda libertad, bajo la orientación del Patriarca y los obispos, que habían emigrado con ellos. Pero quedaron maronitas en Siria y Mesopotamia con sus obispos respectivos, aunque siempre en contacto con el Patriarca, que residía ya en el Líbano. La lista ininterrumpida de los Patriarcas maronitas comprende hasta mediados del s. XX unos 70 Patriarcas. Llevan el título de Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente. Esta lista comprende eminentes figuras en el campo de la santidad, de la administración y de la ciencia; los más destacados entre ellos son: al-Duaihi, al-Jazen, Omeira, Jeremías, Hjula, Huayek, Arida, Meuchi.

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Al-Jazen

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Al-Hardini

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San Ahmed

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San Charbel

Durante la Edad Media, la comunidad maronita se regía según las reglas del Libro de la Dirección, comúnmente conocido por su nombre árabe de Kitúb al-Hudá. A mediados del s. XVIII, tuvo lugar el célebre Sínodo Libanés, en el convento de Luaizé, cerca de Beirut, presidido por el legado pontificio, el célebre sabio m. Assemani, donde se procedió a la codificación del Código Maronita Libanés, cuyas leyes continúan en vigor. Según este Código, el Patriarca se designa por el Sínodo de obispos, y el Patriarca con su Sínodo nombran a los obispos y toman las decisiones necesarias para la dirección de la comunidad maronita.

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La Iglesia de San Simeón Estilita (el Viejo)

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La casa de San Ananías en Damasco
Bendiciones
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Nov 11, 2014 5:58 pm

Maronitas en Israel obtienen reconocimiento oficial del arameo como lengua

Jish (Martes, 11-11-2014, Gaudium Press)
La recuperación del arameo, la lengua que habló Jesús por haber vivido y predicado en Galilea, ha registrado un notable triunfo en Israel: su reconocimiento oficial como lengua y clasificación étnica. Un primer niño de dos años de edad, llamado Yacov, es el primer ciudadano israelí registrado como arameo en esta antigua lengua hoy prácticamente desaparecida. Este hecho fue posible gracias a los esfuerzos de los católicos maronitas de la ciudad de Jish, una de las últimas comunidades en Oriente Medio en preservar el idioma.

Imagen.-El arameo fue la lengua hablada por Cristo a causa del progresivo abandono de la lengua hebrea por influencia helénica en la época.

La ciudad de Jish fue la última ciudad de Galilea en caer en la guerra del Imperio Romano con los judíos del año 70 y los registros históricos la describen en los Siglos X al XV. La región fue restablecida en el Siglo XVIII por agricultores del Monte Líbano y tras haber sido abandonada en la guerra árabe israelí de 1948, fue repoblada por católicos maronitas, quienes por su rito pertenecen al Patriarcado de Líbano. Fueron ellos quienes iniciaron un programa de protección del idioma arameo, cada vez menos común y que amenazaba desaparecer en las siguientes generaciones.

Para evitar la desaparición de la lengua, los maronitas consiguieron introducir la lengua en el sistema educativo y organizaron campamentos de niños y jóvenes en los cuales afianzaron su pertenencia cultural. De manera simultánea llevaron su iniciativa a los estrados judiciales, pidiendo el reconocimiento étnico de los cristianos maronitas de manera independiente, tal como existe en Líbano. Hasta este momento, Israel los clasificaba como árabes, y el reconocimiento como arameos, además de ser un gran logro simbólico, facilita los programas de fomento de la lengua.

El arameo es una lengua muy poco empleada alrededor del mundo y curiosamente el mayor número de personas que la conocen no reside en Medio Oriente sino en Suecia, a causa del éxodo de las comunidades a Occidente en los últimos 100 años. Justamente los arameos de Suecia han provisto materiales académicos para los estudiantes en Jish y Beit Jala, quienes son motivados a emplear este idioma en su vida diaria lo más posible, ya que las nuevas generaciones hacen un mayor uso del árabe para comunicarse.

La Iglesia Maronita, de rito oriental y actualmente bajo la autoridad del Patriarca Cardenal Bechara Boutros Rai, fue fundada en Líbano por San Marón en el Siglo IV y conserva su propio ritual. Permanece desde sus inicios en plena comunión con la Santa Sede.

Fuente: Gaudium Press. Con información de Aleteia. Foto: Bible History.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/64653#ixzz3InovPG15
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