7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Sep 29, 2014 8:00 pm

Catedral de San Marón, Santuario San Charbel

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La Catedral de San Marón, Santuario San Charbel,
está ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, con dos entradas. Una por las calles de Uruguay # 132 y otra por Correo Mayor # 65; uno de los templos más concurridos de la zona.

Placa.- Imagen

Fachada.- Imagen

Los fines de semana es común ver que aquí se realizan principalmente, los Sacramentos del Bautismo y Eucaristía.

Perteneciente a lo que fuera el Convento de Nuestra Señora de Balvanera, este inmueble se remonta al año de 1572, cuando la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad fue fundada con el objetivo de recibir a las mujeres que por aquellos años, se dedicaban a la prostitución y las llevaban al buen camino; así fue que se creó la primer casa destinada a la atención de aquellas mujeres arrepentidas que buscaban redimirse por la vía religiosa.

Portón.- Imagen

En un inicio, dicho lugar era conocido como la Casa de las Recogidas, con el paso del tiempo se convirtió en la Casa de Jesús de la Penitencia, la cual pasó a manos de cinco Religiosas Concepcionistas, quienes transmitieron su fe a las novicias y a aquellas mujeres que habían renunciado a “la mala vida”; por lo anterior, estas religiosas gozaron de mucha fama y adquirieron renombre en la Ciudad de México.

La Casa de Jesús de la Penitencia
rápidamente se convirtió en el Convento conocido con el nombre de Nuestra Señora de Balvanera, en el cual estaba ubicada una sencilla iglesia que se derrumbó con el paso de los años; así fue que las religiosas apelaron a la bondad de Doña Beatriz de Miranda, quien aportó el dinero necesario para la construcción del nuevo templo. Dicho inmueble abrió sus puertas el 7 de diciembre de 1671, dando pie a una sobresaliente procesión dirigida por el Arzobispo Don Payo Henríquez de Rivera.

Virgen de Balvanera.- Imagen

En la actualidad, este templo es un bello edificio de estilo barroco sobrio que conserva sus dos portadas gemelas que corresponden al neoclásico, cuenta con una torre campanario con cúpula decorada de azulejos de Talavera; a diferencia de su exterior, el arte sacro que resguarda en su interior, devela el por qué del nombre y el sentido que ha dado esta parroquia a su condición de ser maronita.

Reliquia de San Nemethala.- Imagen

Dicho inmueble conserva muy pocas características originales, sin embargo, se cuenta con una pintura original en la que se representa a Nuestra Señora de Balvanera, imagen que le dio nombre al Convento.

Vitral.- Imagen

El convento fue demolido en 1929, sólo quedó el templo, que actualmente está a cargo de la Comunidad Maronita.

Se venera al Cristo Negro de Beirut, a San Charbel, el santo más venerado de esta parroquia, además de otros santos maronitas: Santa Rafka Choboq Ar-Rayes. San Efrén, San Ignacio de Antioquia, San Juan Crisóstomo.

Cristo Negro de Beirut.- Imagen

En el mes de diciembre, acostumbran a colocar un nacimiento luminoso, en el patio de la iglesia, el cual se puede admirar desde la calle.

Declarado monumento histórico el 30 de agosto de 1932.

Esta parroquia es el testimonio del paso de la comunidad libanesa por la Ciudad de México.

Fuentes: Conaculta. Centro Histórico. Google
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor juaman2003 » Mar Sep 30, 2014 1:14 am

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Los maronitas. Es un pueblo descendiente étnica y biológicamente del pueblo Fenicio-Kananí, eran originalmente cristianos agrupados en torno a San Marón, personaje que vivió cerca de Antioquía. En aquellos tiempos la iglesia estaba dividida por cuestiones teológicas referidas a la naturaleza de Cristo: unos afirmaban que el hombre Jesús era Dios, otros sólo reconocían su humanidad; unos veían en el dos voluntades, otros sólo una. La división atravesaba las ciudades, las aldeas e incluso las familias. Marón quiso mantenerse al margen de la polémica y se fue a vivir a la montaña.
Es así que los Maronitas son los cristianos católicos orientales que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica en Oriente, monje modelo cuyo ejemplo siguieron numerosos discípulos, un apóstol que la Providencia de Dios eligió para confirmar a los vacilantes en su fe y para organizar el núcleo principal de la nación maronita que será baluarte de la lucha en favor de la fe y en beneficio del triunfo de la verdad sobre la mentira y de la libertad contra la opresión. Marón vivió en el siglo IV, en las cercanías de Antioquía, donde trabó relaciones de amistad con grandes figuras como San Basilio y San Juan Crisóstomo y otros ilustres Doctores de la Iglesia. De joven, siguiendo las enseñanzas del Divino Maestro, dejó su familia, sus bienes y fue a buscar la calma en una montaña, entregándose a la oración la contemplación y el trabajo. Dios le otorgó el don de los milagros, sanando las enfermedades del cuerpo y del espíritu y sus prodigios llegaron a proyectarse en lejanos países.
Muchos jóvenes siguieron su ejemplo, imitando sus virtudes y procurándolo para escuchar sus enseñanzas y adoptar su espiritualidad. Fueron llamados “discípulos de San Marón” y después de su muerte, ocurrida en el año 410, crecieron mucho, y formaron el “Convento de San Marón” que cobijaba a numerosos monjes que se dedicaron a luchar con heroísmo contra los errores doctrinales de su época. En el año 517, los cristianos monofisitas que no aceptaron la fe católica definida en el Concilio Ecuménico de Calcedonia (a.451), mataron a 350 miembros de ellos que son conocidos como ” Mártires, discípulos de San Marón”. El Papa Hermes IV reconoció su martirio y así quedó sellada la fe maronita con su sangre.
Al pueblo que en el Patriarcado de Antioquía siguió la orientación religiosa de San Marón y sus discípulos, se le aplicó el nombre de “Maronitas”. En el siglo VII, por ocasión de la invasión árabe, los maronitas para escapar a la opresión de los conquistadores, tomaron la fuga y se refugiaron en los montes y los valles del Líbano donde formaron la Iglesia Maronita, bajo el liderazgo de San Juan Marón, un monje discípulo de San Marón, reconocido por el Papa como Primer Patriarca Maronita de Antioquía y de todo el Oriente. Hasta hoy, los maronitas tienen un Patriarca que lleva junto a su propio nombre, el nombre de Pedro, el Apóstol de Cristo, primer Obispo de Antioquía y más tarde, primer Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Papa de la Iglesia Universal. Actualmente el Patriarca maronita se llama Nasrala Butros Sfeir, y al mismo tiempo es Cardenal de la Iglesia Católica que puede ser elegido Papa.
Los maronitas no, son, pues, una secta cristiana, ni una religión misteriosa, ni una Iglesia disidente, sino una nación católica, un pueblo de origen definido, una Iglesia particular que tiene un destino providencial en el desarrollo de su historia y en la mística de sus santos.
LOS MARONITAS Y ROMA
Si el mundo ignora la lucha de los maronitas contra el error y si los discípulos de San Marón llegasen alguna vez a dudar de su identidad, o si los adversarios tratan de denigrar el papel importante que los maronitas juegan en la vida de la Iglesia, los Papas de Roma, sin embargo, han prestado con sus bondadosas palabras un valioso testimonio que llena de orgullo y de satisfacción a los hijos de San Marón:
Así León X, escribía, en 1515, al Patriarca maronita:” conviene que alabemos y bendigamos la divina clemencia, porque entre las naciones orientales infieles y en los campos del error, haya el Altísimo querido que sean los maronitas casi rosas entre espinos”. Clemente XII en 1735, califica a la nación maronita de “Rosa entre las espinas, de roca solidísima contra la cual se rompen las furias de la infidelidad y de las herejías”. Y San Pío X, entre otras palabras, dice, hablando de los maronitas:” Amamos a todos los cristianos del Oriente, pero los Maronitas ocupan un lugar especial en nuestro corazón porque han sido en todo tiempo la alegría de la Iglesia y el consuelo del Papado…, la fe católica está arraigada en el corazón de los Maronitas como los muy antiguos cedros están hincados por sus potentes raíces en las altas montañas de su patria”. No es necesario extenderse más sobre este sublime aprecio de los Papas a los Maronitas y es muy elocuente la actitud de los últimos Pontífices que convivieron con los recientes dramas que afectaron a los maronitas en la última guerra que castigó cruelmente durante 17 años al Líbano. Las palabras, los gestos , la preocupación casi diaria y la manifestación continua del afecto más puro y sincero del actual papa Juan Pablo II hacia el Líbano, han sido un suave bálsamo para las heridas del pueblo maronita y una fuerte dosis de esperanza para los hijos de San Marón en su ardua lucha por una digna supervivencia .Y la convocación, recientemente, a una Asamblea especial del Sínodo de los Obispos dedicado al Líbano, como también, la visita del Sumo Pontífice a la tierra de los fenicios, no fue sino una prueba a más del amor que tiene el Papa por los cristianos del Líbano, en general, y particularmente por el destino de la Iglesia Maronita en aquel país.
LOS MARONITAS Y EL LIBANO
Perseguidos por causa de su fe, los maronitas se refugiaron en el Líbano, encontrando en él una tierra de libertad y con el espíritu tenaz transformaron su árido suelo en un floreciente y fecundo vergel. Su historia se identificó con la historia del Líbano y no será extraño verlos defender su patria con valentía, sangre y heroísmo. Jamás el Líbano, único baluarte del cristianismo en oriente, se dejó avasallar por sus enemigos, gracias a la lucha de los maronitas y sus hermanos libaneses: “Toda la Siria, escribía Jaled el conquistador árabe, cayó como un camello, el Líbano solo quedó erguido”. ¡Solo Dios sabe cuanta sangre vertió la nación maronita en esas luchas de exterminio que acompañaron su 13 siglos de caro fue el precio que pagó la nación maronita por causa de la ayuda que prestaron sus fuerzas a los cruzados, en su marcha al santo Sepulcro. Finiquitada la conquista europea, todo el odio de sus enemigos cayó sobre el Líbano, ensangrentando sus campos y arrasando su territorio. Esta historia dolorosa no se cerraba sino a cortes intervalos de tiempo, para volver a abrirse más triste y verter más sangre mártir. Tales fueron las matanzas feroces de los años 1834, 1845, 1860, 1914, 1920, 1925 y últimamente en la guerra de 17 años que comenzó el 13 de abril 1975.
Inútil continuar a deplorar los tristes y dramáticos episodios que ya son patrimonio de la historia; pero es necesario advertir que los maronitas se sienten responsables de la vida o de la muerte del Líbano, único territorio donde se sienten dueños de su destino y donde radica la Iglesia madre que organiza su rito y que vela por la integridad de su fe y la sanidad de sus tradiciones. Como es Roma para los católicos, Armenia para el pueblo armenio, Palestina para los palestinos e Israel para el pueblo judío, así es el Líbano para los maronitas. Sin una tierra no se puede asegurar una existencia permanente y digna, y sin el Líbano el maronita se siente desamparado, desorientado y errante. Pero al mismo tiempo los maronitas son conscientes de que no son ellos los únicos dueños de la tierra de los Cedros, por esto siempre extienden sus manos y abren sus corazones a todos los habitantes que integran el territorio libanés para juntos construir un Líbano libre, unido y soberano, donde el perseguido encuentra un refugio seguro y donde existen pacíficamente las diversas comunidades que profesan distintas creencias y siguen diferentes ideologías.
Así pues, no todo libanés es maronita, tampoco cada maronita es libanés, pero sí, todos los maronitas deben defender la soberanía del Líbano, si quieren ser solidarios con su Iglesia madre y sentirse como miembros de una única familia que tiene sus raíces en el Líbano.
Las principales comunidades maronitas están hoy en Siria y Líbano, aunque dado que ha sido una comunidad propensa a la emigración, hay numerosos maronitas también en Australia, Francia, Estados Unidos, Brasil, México y Argentina.


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IGLESIA CATOLICA MARONITA
El Patriarca JEREMIAS II Al Amashitti, (1199-1230) fue el primer Patriarca Maronita en visitar Roma, con el objeto de asistir al IV Concilio Lateranense en 1215. Esto marcó el comienzo de una estrecha relación con la Santa Sede y, por otra parte, la de una creciente tendencia a la latinización. En el siglo XVI, se produjo la invasión turca a la tierra natal de los maronitas, y el comienzo de largos siglos de dominación bajo el Imperio Otomano.
Los Maronitas entran en contacto con los Católicos Romanos (latinos) recién en el siglo XII durante las cruzadas, cuando se instauró el Principado Latino de Antioquía. En el año 1182, la totalidad de la Nación Maronita se avino a una cuestionada unión con Roma, dado a que hay una fuerte tradición entre los maronitas, la cual niega la falta de Unión por parte de los Maronitas, con la Santa Sede.
Un Sínodo que traería aparejadas grandes reformas tuvo lugar en el Monte Líbano durante el año 1736, allí se delineó el Código de Cánones de la Iglesia Maronita, creando una estructura diocesana regular por primera vez en su larga historia, dónde se dejó establecido los principales rasgos de la eclesiología maronita actual.

En el siglo XIX, las potencias Occidentales, especialmente Francia, comenzó a ofrecer protección a los Maronitas que estaban dentro del Imperio Otomano. En 1860, una masacre de miles de maronitas provocó la intervención militar de Francia. Después de la I Guerra Mundial, el Líbano y Siria pasaron a estar bajo el control de los franceses.

Cuando Francia otorgó al Líbano su independencia total (1944), los franceses antes de marcharse, intentaron garantizar la seguridad de las comunidades maronitas, es por ello que la constitución libanesa garantizaba que el presidente debería ser siempre un maronita. En 1975, estalla la guerra civil en el Líbano, este hecho dejó al descubierto lo precaria de la situación de esa comunidad en Oriente Medio. Muchos miles de maronitas dejaron el Líbano y se exiliaron en Occidente.

El patriarca maronita tiene su residencia en BKERKE, desde 1790, a 25 millas de Beirut. Actualmente esta Iglesia tiene unas 10 diócesis en el Líbano, con 770 parroquias y otras 7 jurisdicciones más en el Medio Oriente. Esta es la Iglesia más numerosa del Líbano, constituyendo alrededor del 37% de los cristianos, y el 17% de la población total del país.

Hay un Seminario Patriarcal Maronita en Ghazir, y un seminario diocesano en Karm Sadde, cerca de Trípoli. La educación teológica avanzada es dictada en la Universidad del Espíritu Santo en Kaslik. El Colegio Maronita fue fundado en Roma en el año 1584.

La liturgia Maronita es de origen Siriano Occidental, (tradición palestina) pero está influenciada por la Siriana Oriental y tradiciones latinas. La liturgia eucarística es básicamente una variante de la liturgia Siríaca de San Jacobo, aunque originalmente los servicios se celebraban en siríaco, luego de la invasión árabe a esa región, optaron por celebrar los cultos en lengua árabe en la mayoría de los casos.

El éxodo reciente de los maronitas, produjo algunas comunidades florecientes en la diáspora, en los EEUU tienen dos diócesis con un total de 57 parroquias y 102 sacerdotes sirviendo a unos 55.000 seglares. En Canadá, la diócesis de San Marón, cuenta con 12 parroquias para sus 80.000 fieles, y la diócesis de Sydney con 9 parroquias para los alrededor de 150.000 maronitas australianos.

LOCALIZACIÓN: Líbano, Siria, Chipre, Egipto, EEUU, Brasil, Canadá, Australia y Argentina.
CABEZA: Patriarca NASRALLAH Cardenal SFEIR (nac.1920 nombrado en 1986 y en 1994 le fue concedido el solio cardenalicio)
TÍTULO: Patriarca de Antioquía de los Maronitas
RESIDENCIA: Bkerke, Líbano
FIELES: 3.222.000 almas


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Patriarca Bechara Boutros Rai

DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS REPRESENTANTES DE LA IGLESIA MARONITA

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Su Santidad Juan Pablo II y Beatitud Nasrallah, Patriarca de los Maronitas

‎jueves 10 de febrero, 2000
Beatitud; queridos hermanos en el episcopado;
queridos hermanos y hermanas de la Iglesia maronita:

1. Os doy la bienvenida a la casa del Sucesor de Pedro y a la ciudad eterna, que conserva las tumbas de los apóstoles san Pedro y san Pablo, y de tantos otros santos mártires y confesores.
Habéis venido del Líbano, de otros países de Oriente Próximo y de la diáspora, para celebrar durante estos días el gran jubileo con Su Beatitud el cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca de Antioquía, "Padre y cabeza" (cf. Código de cánones de las Iglesias orientales, c. 55) de la Iglesia maronita. Vuestra peregrinación a Roma inaugura la de las Iglesias católicas orientales. En efecto, durante los próximos meses llegarán a Roma los patriarcas, los obispos y los fieles de las demás tradiciones orientales.

2. Queriendo dar una nueva prueba de vuestra adhesión indefectible y plurisecular a la Sede apostólica romana, habéis venido a Roma para la fiesta de san Marón, piedra miliar de vuestra Iglesia, cuya memoria se celebra, según vuestro calendario litúrgico, el 9 de febrero. Ayer, en la basílica de Santa María la Mayor, habéis participado en una solemne celebración eucarística, presidida por vuestro amado patriarca. La celebración de ayer, así como la audiencia de hoy, refuerza el estrecho vínculo que existe entre la Sede de Roma y la de Antioquía, ciudad muy antigua donde "por primera vez los discípulos recibieron el nombre de cristianos" (Hech 11, 26) y donde vivió san Pedro. Por tanto, atraídos por "un imperativo interior", que proviene de vuestra fe, habéis venido a "visitar a Pedro" (cf. Ga 1, 18) para vivir con él la comunión eclesial. En efecto, vuestra comunión plena con la Iglesia de Roma es una manifestación tangible de la conciencia que tenéis de la unidad: ”La unidad es una característica primordial de la Iglesia, y la exige su naturaleza profunda" (Exhortación apostólica postsinodal Una esperanza nueva para el Líbano, 84; cf. Oriéntale lumen, 19). A su vez, esta unidad eclesial, que sentís con fuerza en estos días, os ayudará a comprometeros cada vez más en la evangelización del mundo, dado que la tradición maronita es también "una ocasión privilegiada para reavivar el dinamismo y el impulso misioneros que deben compartir todos los fieles" (Una esperanza nueva para el Líbano, 84).

3. Vuestra Iglesia, hija espiritual de san Marón, consciente y orgullosa de la importancia de su unidad con Roma, ha visto florecer numerosos santos y santas a lo largo de los siglos. El 9 de octubre de 1977, mi predecesor el Papa Pablo VI canonizó a Charbel Maklouf, monje eremita y sacerdote de la Orden libanesa maronita, y yo mismo tuve la alegría de realizar, el 17 de noviembre de 1985, la beatificación de Rafqa (Rebeca), monja maronita de la Orden libanesa maronita, y el 10 de mayo de 1998, la de Nimatullah Al-Hardini, monje y sacerdote de la misma Orden y padre espiritual de san Charbel.

4. La beatificación de Nimatullah Al-Hardini tuvo lugar exactamente un año después de mi peregrinación de 1997 a tierra libanesa. Por eso, me complace evocar aquí las horas que pasé en el Líbano, donde la Iglesia maronita tiene sus raíces y su centro efectivo.

La esperanza nueva para el Líbano, expresada en la exhortación postsinodal, documento fruto de los trabajos de la Asamblea especial para el Líbano del Sínodo de los obispos, fue "mi grito de resurrección y paz" con el que "presenté de nuevo la tierra bíblica de los cedros a la conciencia del mundo". Animo a todos los pastores y fieles de las comunidades católicas del Líbano a acoger y asimilar cada vez más las propuestas y sugerencias de esa exhortación. Me alegra saber que ya se han visto los primeros signos esperanzadores de una aplicación concreta, como resulta también de los trabajos de la última Asamblea de los patriarcas y los obispos católicos del Líbano (A.P.E.C.L.), que se celebró en noviembre del año pasado en Bkerké.

5. Me complace, asimismo, anunciar que ayer, después de un bloqueo muy largo, debido a la segunda guerra mundial y también a la difícil situación del Líbano, el Colegio pontificio maronita ha vuelto a abrir oficialmente sus puertas, sobre todo gracias a los esfuerzos incansables de su excelencia monseñor Emile Ed, procurador patriarcal en Roma. Esta institución, impulsada por el Papa Gregorio XIII, se remonta al siglo XVI. Ha tenido innumerables e ilustres alumnos, entre los cuales los más renombrados fueron el futuro patriarca maronita Stéphane Douaihi y el gran sabio Joseph S. Assemani, primer custodio de la Biblioteca vaticana, célebre orientalista y canonista, que desempeñó, entre otras cosas, un papel importante en el Sínodo libanés maronita de 1736.
Quiera Dios que los jóvenes maronitas que vivan a partir de ahora en ese Colegio histórico contribuyan eficazmente, como sus predecesores, a la vida eclesial maronita, con fidelidad al espíritu de la Iglesia universal.

6. En cuanto a la amada tierra del Líbano, a la que se dirige con nostalgia el corazón de los creyentes, le deseo que siga siendo fiel a su vocación de "mensaje": un lugar donde los cristianos puedan vivir en paz y fraternidad con los seguidores de otras creencias y sean capaces de promover esa convivencia (cf. Una esperanza nueva para el Líbano, 92). También quiero deciros hoy, con la fuerza del amor: ”El Papa está siempre cerca de todos vosotros". Os acompaño como un padre y un hermano en este período en que la intolerancia lleva a veces a reavivar los fantasmas del odio, que creíamos desaparecidos para siempre.

Por intercesión de la Madre de Dios, de los apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Marón, de san Charbel, de la beata Rafqa, del beato Nimatullah Al-Hardini y de todos los santos de vuestra tierra, pido al Señor que brote allí el primer fruto del gran jubileo que celebráis en Roma. Os imparto de todo corazón la bendición apostólica.




SANTOS MARONITAS
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San Maron

San Marón, patrono, protector e inspirador de la Iglesia maronita, nunca tuvo la idea de formar una Iglesia, a parte; sino, más bien, quiso iniciar dentro de la Iglesia de Antioquía un camino especial de santidad, inspirado en el Evangelio donde Cristo es " el camino, la verdad y la vida". Su vida relatada con pocas líneas por el historiador eclesiástico Teodoreto, obispo de Ciro, se resume en pocas palabras :
fidelidad a Cristo, siguiendo los consejos evangélicos, fidelidad a la Iglesia de Cristo, defendiendo heroicamente a su Cabeza visible el Obispo de Roma y fidelidad a las santas tradiciones de la Iglesia oriental, llevando una vida de asceta en la cumbre de una montaña, cercano al pueblo de Kfar Nabo, donde estaba erigido un templo al dios pagano Nabo, que él transformó en un templo cristiano para adorar al verdadero Dios.
San Marón cultivó heroicamente en su vida cenobítica las virtudes evangélicas, retirado del mundo, entregándose, día y noche, en oraciones, ayunos y mortificaciones. La fama de su santidad fue reconocida por San Juan Crisóstomo, en una carta dirigida a Marón, en 405, desde su exilio en el Cáucaso. Me permito reproducir el texto resumido de esta carta llena de emoción espiritual, para la edificación nuestra: " A Marón, presbítero y solitario: Unidos por los lazos de amor, lo tenemos presente,
entre nosotros. Los ojos de la caridad son de tal vigor que las distancias lejanas son impotentes de debilitarlos, con el pasar del tiempo. Desearíamos escribirte con frecuencia pero por varias dificultades se nos hace difícil. Mismo así le escribiremos cuantas veces se nos está permitido para decirle que nosotros nunca te olvidamos y donde estemos tú estás en nuestra alma. Tú, procura notificarnos sobre tu salud, para que aun separados por el cuerpo, tengamos el consuelo de saber que estás bien y esto nos fortifica en nuestra soledad. Ante todo te ruego que reces a Dios por mí”.
El mérito de San Marón no fue solamente en haber llevado una vida de perfección individual, sino, también, por haber atraído hacia él a muchos jóvenes que imitaron su ejemplo de santidad y después de su muerte, acontecida en 410, continuaron llevando una vida monástica comunitaria en una montaña de Siria, en el famoso Convento de San Marón, cuna de la formación de la futura Iglesia Maronita, jerárquicamente instituida en el Líbano (685) por San Juan Marón su primer patriarca
"El ejemplo arrastra y la santidad se difunde. En vida de San Marón y después de su muerte, se incrementó la vida contemplativa en la Iglesia. Eran muchos los que, buscando la intimidad profunda con Dios e imitando la vida de Cristo, se aislaban por todas esas montañas, viviendo en pequeñas comunidades como monjes o como ermitaños solitarios". El mismo historiador Teodoreto escribía exclamando: Marón embelleció el coro divino de los santos. Fue quien plantó para Dios el jardín que hoy florece en la región de Ciro" (Cfr. Vida de S. Charbel, Juan Antonio Flores Santana, Arzobispo de Santiago de los Caballeros, Rep. Dominicana, 1997). (La Fiesta de san Marón, es 9 de febrero)


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San Charbel monasterio Maronita de annaya (libano)


San Charbel Mucho se puede hablar de este santo monje libanés, un ermitaño, discípulo y auténtico reflejo de San Marón, gloria del Líbano y noble bandera de la Iglesia maronita que tiene en él un privilegiado protector. Pero en esta pequeña misiva pastoral poco podemos decir sobre las maravillas de este extraordinario taumaturgo del siglo XX que impacta a quien contempla su abnegada vida.
Nacido, el 8 de mayo de 1828, a los pies de los cedros eternos de la montaña libanesa, se educó dentro de una familia muy humilde pero de una intachable conducta cristiana. De pequeño quedó huérfano de padre, cuando este fue obligado sin piedad a alistarse en el ejército turco dominador y opresor, simplemente porque poseía un burro para el transporte de la provisión militar. Atraído a la vida religiosa por influencia de sus tíos maternos, dos ermitaños que él a menudo visitaba, a los 23 años de edad, dejó furtivamente su humilde casa de Bekacafra y entró a ser monje en la Orden Maronita Libanesa que sigue la santa Regla de San Antonio Abad ", astro del desierto" y "Padre de los monjes". En esta Orden fundada en el Líbano, el año 1695, el Joven "Yosef" que adoptó el nombre Charbel, un mártir del siglo II, buscó el camino de la perfección en la cima del monte de Anaya, donde durante 23 años vivió una rigurosa vida de ermitaño. Alcanzando la cumbre de su santidad en la tierra, el 24 de diciembre de 1898, cerró sus ojos al mundo, valle de lágrimas, para abrirlos en el alto cielo, el día en que su Maestro Jesús nacía en la tierra.
En este año proclamado por la Iglesia maronita como el "año charbeliano", por ser el primer centenario de la muerte de San Charbel, me satisface como pastor, destacar a los ojos de los fieles que tienen una admiración por el ermitaño libanés, los siguientes puntos que nos inspira la ejemplar vida del santo :
CHARBEL EJEMPLO DE VIDA CRISTIANA PARA LOS FIELES
La vocación a la santidad, siendo un llamado para todos los fieles cristianos, la Iglesia al canonizar los santos, no pretende solamente usar su autoridad para afirmar que ellos ya están con certeza en el cielo, sino más bien, la idea de la Iglesia es presentarlos, principalmente, como modelos de vida que es conveniente imitar. Así no pensemos que la vida de un ermitaño atañe solo a los monjes, todos los fieles pueden imitar su espiritualidad inspirada en el Evangelio. Queridos hermanos, a quienes dirijo estas palabras, les pido entrañablemente , que lean con atención y seriedad estas reflexiones del pastor que se refieren a la íntima relación que existe entre la vida de San Charbel y la vida cristiana de toda familia.
En el último encuentro del Santo Padre con la familia, realizado en Río de Janeiro se destaca el papel de la familia, como don y compromiso, como don para la sociedad, el hijo en la familia como el don más excelente y la familia, esperanza de la humanidad. La familia pues, resume toda la realidad de la humanidad, es por sí misma toda una sociedad completa.
No cabe la menor duda que, en su vocación monacal, Charbel debe mucho a su familia, modelo de la modesta familia cristiana de la época , compuesta de padre y madre, esposos ejemplares y cinco hijos que llevaban una vida de santidad, en su aldea humilde , dedicándose al trabajo sagrado y a la oración asidua. La familia del santo nos recuerda, junto a muchas familias en nuestra tierra libanesa, la familia de Pío X, simple, modesta y pobre, pero llena de nobleza, de grandeza moral y de auténtica santidad, características que prepararon José Sarto a ser el futuro Papa San Pío X. Es muy significativo lo que un día dijo la madre del Papa a su hijo cuando este llegó a ser obispo y fue a visitarla, mostrándola con cierto legítimo orgullo su anillo episcopal : mi hijo, este anillo tú lo tienes porque yo llevo en mi dedo este otro anillo; cuidado, hijo, ahora su responsabilidad aumentó. ¡Qué sabiduría de una madre que sabe el valor del anillo, como símbolo del compromiso matrimonial y de la alianza entre la familia y Dios; y cuanta responsabilidad encierra su advertencia al hijo para que no se deje llevar por la vanagloria de este mundo y que tome en serio la dignidad del ministerio eclesial.
En otro cuadro de realidad, una charla de San Charbel con su familia nos ofrece el mismo sentido místico y espiritual de la familia cristiana como lo entendía la familia del papa santo. Ante los reclamos de Briyita, la madre de Yosef y de Tanios, su tío, que vinieron a visitarlo en el Convento de Maifuk donde iba a consagrarse por los votos religiosos, reprochándole la manera, poco usual, de haberlos dejado sin despedirse de ellos, en momentos en que ellos más necesitaban de su ayuda en la familia, Yosef en su respuesta al mismo tiempo firme y respetuosa parecía un Jesús que respondía a María y José cuando lo perdieron y lo encontraron en el templo : " ¿Por qué me buscaban?. ¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos añaden el evangelista Lucas, no entendieron lo que los decía. (Lc 2, 49-50).
- Querida mamá, querido tío, no ignoro lo que les debo, ni la pena que involuntariamente les he causado...pero puesto que el Señor me quiere todo para El, no puedo...ustedes no pueden...decirle que no. Mientras el tío Tanios no le gustaban nada estas palabras, pensando que Yosef, monje, está perdido para su familia, su madre, inspirada por Dios y dominando su dolor maternal, se acercó de su hijo y tomando sus manos en las suyas, le dice como una verdadera madre cristiana: "Si no fueras a ser un buen religioso te diría ¡Regresa a la casa! ¡Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor al estar separada de ti, le digo resignada: Que Él te bendiga, hijo mío y que haga de ti un santo!"...(Charbel hombre ebrio de Dios del Paul Daher)
¡Cuántas familias necesitan tener este comportamiento ante la vocación de sus hijos que quieren consagrarse a Dios! La Iglesia de Cristo tiene su riqueza espiritual gracias a estas familias que entienden la voluntad de Dios y la cumplen, armadas con la fe del padre de los creyentes, Abraham, que no vacilaba en sacrificar a su hijo Isaac, si la voluntad de Dios así lo exigía.
Padres, no sean egoístas, dejen sus hijos seguir el camino que Dios traza para ellos. Hijos, no duden en imitar el ejemplo de San Charbel. Jóvenes, tengan el coraje de decir sí a Dios cuando los convoca para su servicio y nunca desistan, de seguir el camino que emprendieron, ante las dificultades y las dudas que puedan surgir a lo largo de su vida. Pues Dios merece toda nuestra generosidad y Él es infinitamente más generoso que nosotros. Familias cristianas sepan que siendo "células originales de la vida social" la sociedad humana necesita de su fe, de su generosidad, de su desprendimiento y de la estricta fidelidad a sus compromisos. No olviden que la santidad de la familia es el pilar principal que sustenta nuestra sociedad actual, proclive, en su compleja estructura ideológica, a vivir sin ideales, guiada por la oscura luz del materialismo, sumergida en el pantano del hedonismo y corroída y minada por el apego a los bienes de este mundo que solo pueden conducirnos a la ruina espiritual. Pongámonos, todos, hermanos, bajo la protección de San Charbel y por su intercesión Dios hará de la familia cristiana comprometida con los valores evangélicos, la eficaz "esperanza de la humanidad".
CHARBEL EJEMPLO DE VIDA CONSAGRADA PARA LOS SACERDOTES
Charbel, con 25 años de edad, en 1853 se consagró al Señor por los tres votos religiosos de Obediencia, pobreza y castidad, y tuvo su plena consagración, recibiendo, a la edad de 31 años, el sacramento del sacerdocio, el 23 de julio de 1859 en la sede patriarcal de Bkerke, por la imposición de las manos de Mons. Yosef El-Marid.
En su vida sacerdotal, San Charbel no hizo más que poner en práctica lo que había aprendido de su maestro espiritual y profesor de Teología, el actual Beato Nemtala El Hardini, cuando le dijo : "Ser sacerdote , hijo mío, es ser otro Cristo. Para llegar a serlo no hay más que un camino: ¡el del Calvario! Comprométase sin decaimiento. Él lo ayudará". Así Charbel vivió su consagración religiosa y sacerdotal, imitando a Cristo el sacrificado y haciendo de su misa el centro alrededor del cual va a cristalizarse su existencia como sacerdote ermitaño.
Dios llama al sacerdote como llamó a Abraham: "Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y serás una bendición y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra" (Gen 12, 1-3). Así Charbel entendió la misión del sacerdote y dejó atrás su casa, su familia y su tierra para dedicarse a ejercer su ministerio dentro de los límites de su vocación monacal. Puede ser que no entendamos su desprendimiento, total y extraño, llegando al punto máximo de ser mal interpretado su comportamiento, cuando recusaba ir a su aldea para celebrar una misa en presencia de su madre vieja que no pudo asistir a su ordenación sacerdotal. Pero el espíritu que lo determinó a tomar esta decisión, como otras tantas decisiones similares, será siempre el secreto de su mística espiritual y el misterio de su santidad. Lo importante es que el sacerdote debe ejercer su ministerio librándose de las ataduras de la sangre para unirse a los lazos de la gracia y así ser dócil a la acción del Espíritu Santo.



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San Nemtala Kassab


San Nemtala

El Padre Nemtala Kassab nació el año 1808 en Hardín, aldea maronita de la montaña libanesa, a unos mil metros de altitud, en el distrito de Batrún, Líbano Norte. Sus padres eran Girges Salhab Kassab de Hardín, su madre Miriam hija de José Ra´d párroco de Tannurín. Ambos eran hijos de familias profundamente cristianas, fieles tanto a la Iglesia como a sus tradiciones.
En el bautismo, Nemtala recibió el nombre de Yosef, en honor a su abuelo. Era el cuarto hijo de una familia formada de cuatro varones y dos niñas. De esta familia surgieron muchas vocaciones.
En este ambiente de fe, piedad y honestidad, creció el “pequeño José”, quien desde temprana edad mostró una gran inclinación a la devoción y asistencia a la Santa Misa. Era muy discreto y huía de la compañía de otros niños. Por falta de escuela en Hardín, su padre lo envío a la del monasterio de San Antonio de Hub, cerca de Tannurín, pueblo natal de su madre.
Jamás fue travieso ni provocó problemas. Todo el mundo lo amaba y él amaba la oración. Cuando llevaba las vacas a pastar en compañía de sus camaradas, les pedía que se ocuparan un poco de las suyas y se ausentaba durante un tiempo; y ahí en pleno campo visitaba la gruta en la que había una especie de capillita dedicada a San Juan, en donde se arrodillaba y rezaba.
Desde su infancia, Yosef se sintió llamado a la vida monástica y lejos de sofocar su vocación, la estimulaba. En 1828, cuando tenía 20 años, el llamado del Señor se hizo tan determinante que abandonó definitivamente la casa de sus padres para ingresar en la vida monástica. Fue recibido en el noviciado del monasterio de San Antonio de Qozhaya y tomó el nombre de “Hermano Nemtala” (gracia de Dios). Cuando terminó los dos años de noviciado, recibió el hábito monacal y el 14 de noviembre de 1830 hizo su profesión solemne y se consagró definitivamente a Dios. Como se le consideró apto para los estudios e idóneo para el sacerdocio, fue enviado al seminario de la Orden Libanesa, en el monasterio de San Cipriano de Kfifan, distrito de Batrún. Estudió Filosofía y Teología convencido de que dichos estudios lo ayudarían a unirse más al Señor y a cumplir mejor su misión religiosa de sacerdote. Fue siempre el primero entre sus condiscípulos y cumplía, a la perfección sus deberes de monje y estudiante. En 1833, al terminar sus estudios eclesiásticos que cursó con gran éxito, fue ordenado sacerdote, tenía entonces 25 años.
El Padre Nemtala pasó toda su vida en el monasterio en comunicada y desempeñando los cargos que la orden le confiaba. Enseñó a los niños en las escuelas de Bhorsaf y Kfifan, cercanas a los monasterios de estas dos aldeas. Posteriormente en el monasterio de Kfifan fue director de los seminaristas de la Orden y profesor de teología moral. Antes de su ordenamiento sacerdotal confeccionaba los hábitos para la comunidad, aunque se dedicaba sobre todo a la encuadernación de libros; había aprendido este oficio en el monasterio de Qozhaya cuando era novicio.
Jamás conoció la ociosidad; su vida cotidiana se dividía entre la oración y el trabajo intelectual, manual o ministerial. En tres ocasiones fue elegido asistente general y esto lo obligaba a vivir en el monasterio de Nuestra Señora de Tamish, que, en aquellos años, era la Casa Generaliza de la Orden. Sin embargo, viajaba regularmente, al monasterio de San Cipriano de Kfifan, sea para encuadernar libros o enseñar teología moral a los seminaristas.
En diciembre de 1858, cuando se encontraba en ese convento se enfermó de pleuresía debido a la inclemencia del invierno. En la última de las tres crisis que se produjeron y al décimo día de su enfermedad, murió el 4 de diciembre de 1858, a la edad de 50 años.
La muerte no le infundía temor. Antes de entregar su alma, quiso levantarse del lecho y con profundos suspiros, volviéndose a la imagen de la Santísima Virgen que sostenía en las manos exclamó: “Oh, María os confió mi alma”.
Fue sepultado en el monasterio de San Cipriano de Kfifan y su cuerpo se conservó intacto. El Padre Nemtala Kassab El-Hardini fue profesor de teología moral de San Charbel y su maestro en el camino de la santidad. Fue también promotor del renacimiento cultural de la Orden Libanesa Maronita; aunque era monje asceta y austero, se mostró muy abierto a las ciencias y a todo género de cultura.
Su vida de monje piadoso y virtuoso y la conservación de su cuerpo fueron causas de reputación de santidad. En nuestros días, los fieles, ricos y pobres, personas notables o sencillas, acuden a su tumba a solicitar un favor o pedir una curación.
ALGUNOS MILAGROS
Durante su vida, el Padre Nemtala realizó muchos milagros debido a su profunda espiritualidad, sus grandes virtudes y su alma radiante por estar unida a su creador a través de la oración.
Curación del Monaguillo
Una vez, el Padre Nemtala quiso celebrar una misa diaria pero su monaguillo acostumbrado no llega a tiempo. Entonces el padre Nemtala fue a la habitación del muchacho y le pidió levantarse para ayudar a misa. El monaguillo no podía porque tenía una fiebre muy alta, entonces el padre Nemtala, mandó al chico levantarse y al mismo tiempo increpó a la enfermedad, “dejarlo” inmediatamente el acólito quedó curado y fue a servirle a la misa con alegría y viveza.
La Despensa del Convento
En cierta oportunidad, el padre Nemtala, rezó sobre el depósito de víveres, donde se guardaba el trigo y otros comestibles, del monasterio de El Kattára y lo bendijo. Era una época de bastante escasez. Al poco rato la despensa fue colmada hasta desbordarse.
Todo el mundo se quedó maravillado y glorificaba a Dios por lo que había visto.
Durante su vida el Padre Nemtala, era considerado como santo por sus compañeros religiosos y por el pueblo. A menudo, muchos venían a pedirle rezar por ellos y hasta bendecía el agua para ser usada en sus terrenos y sobre su ganado, su presencia imponía un especial respeto, reverencia y solemnidad.
Musa Saliba
Después de su muerte, Dios otorgó muchas sanaciones y milagros por la intersección del “Santo de Kfifan”. Musa Saliba, un hombre ciego del pueblo de Btegrin(El Maten), visitó la tumba del padre Nemtala, rezando y pidiendo por su curación. Un profundo sueño vino sobre Musa, entonces el Padre Nemtala se le apareció y sanó sus ojos, habilitándole ver claramente.
Miguel Kfury
Otro milagro ocurrió a Miguel Kfury del pueblo de Watta El Mrouge. Una enfermedad incurable atacó sus dos pies, volviéndolos secos, desprovistos de carne y torcidos hasta el punto de dejarlo tullido. Sus médicos perdieron toda esperanza de curación. Habiendo oído de los milagros que operaba el Padre Nemtala, este hombre decidió visitar su tumba en Kfifan y pedir por su sanación. Durmió una noche en el monasterio, y mientras estaba en profundo sueño se le apareció un viejo monje diciéndole: “levántate y vete a ayudar a los monjes a trasladar las uvas del viñedo”. Miguel respondió inmediatamente: “¿no me ve paralizado, como puedo andar y llevar las uvas?”. El monje replicó: “toma este par de zapatos, póntelos y anda”. Entonces el enfermo tomó los zapatos e intentó extender su pie derecho y a su sorpresa se encontró capaz de hacerlo. Se levantó y comenzó a sentir que sus pies estaban llenos de sangre y cubiertos de carne.
El 16 de Mayo de 2004 el Beato Nemetallah El Hardini (1808 - 1858), sacerdote de la Orden Maronita del Líbano, quién fue declarado beato el 10 de mayo de 1988, va a ser elevado al honor de los Santos de la Basílica de San Pedro. Es un motivo de alegría para la Iglesia universal y para la Iglesia del Oriente que un hijo de San Maron sea proclamado Santo en estos tiempos de guerra y odio.


El Santo de Kfifan
Él estaba todavía vivo cuando la gente que lo conocía le llamó " el Santo de Kfifan ". Su santidad era evidente a ellos por su vida monástica, sus acciones cristianas, y sus actividades normales diarias.
La gente le aprobó la santidad antes de Roma. Roma la aprobó después de estudiar a fondo su vida y sus manifestaciones extraordinarias.
Youssef Girgis Kassab Al-Hardini decidió entrar en la vida monástica de la Orden Maronita libanesa, después del ejemplo de su hermano el Padre ermitaño Alisha.
Él decidió en aquel momento seguir el camino a la santidad. Él nunca dejó de buscar la cara de Dios hasta que él se hiciera uno con Dios en su vida.
La santidad extraordinaria de Kassab Nimatullah Al-Hardini era única debido a sus cualidades ordinarias cristianas. Él mantuvo sus deberes normales diarios monásticos y humildemente aceptó todas las dificultades afrontadas en una vida de una comunidad monástica.
Él buscó a Dios en un continuo y lo hallaba en las caras de sus hermanos y él se humilló en el cariño.
Lo alimentaron en la Eucaristía como la mejor alimentación.
Él honró a María como una madre, sin cuya intercesión no hay ninguna salvación para él.
Además de toda esta su santidad fue ejemplificada por la realización de sus deberes diarios, humildemente respetando tanto a jóvenes como a viejos.
Realizando sacrificios y con responsabilidad de aceptación de las situaciones difíciles.
El Padre Nimatullah Kassab Al-Hardini fue un hombre extraordinario, santo a través de las acciones normales de su vida.


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Santa Rafka

Santa Rafka
Nació en Himlaia, Líbano, en 1832, su nombre era Butrsie (Petrita). Ella, antes de morir, contó la historia de su niñez a su superiora Úrsula: "No hay en mi vida nada importante que merezca ser mencionado... Cuando tenía 7 años, mi madre murió y mi padre se casó de nuevo". "Cuando llegué a la edad de 14, mi madrastra quiso arreglar mi casamiento con el hermano de ella, y mi tía materna quería que lo hiciera con su hijo. Eso me impresionó mucho... y pedí a Dios que me liberara de estos malos pasos. Rápidamente me la idea de hacerme religiosa y me dirigí al convento de Nuestra Señora de la Liberación en Bikfaia, que parecía a las religiosas Mariamitas, conocidas por el pueblo como jesuitas". Abandonó la casa paterna cuando fue mayor de edad. "Por la calle encontré tres muchachas a las cuales dije: voy al convento, queréis seguirme? Dos de ellas aceptaron y la tercera dijo que me seguiría si yo perseveraba en el convento. Nos dirigimos los tres al convento, y cuando entre en la iglesia, sentía una gran alegría interior, escuché como una voz intima que me decía: tú serás religiosa. Cuando entramos en el locutorio del convento, la superiora me dijo: seas bienvenida, me tomó por la mano y me introdujo en el convento. A las dos otras muchachas dijo: volved después y seréis recibidas. Me sorprendió la actitud de la superiora y procuré ver en esto la intercesión de la Virgen del Socorro que vi en la iglesia.
En tiempo de Rafka no había en el Líbano instituciones religiosas dedicadas exclusivamente a la educación femenina. En Bikfaia, un sacerdote de mucha generosidad, padre José Gemaiel, fundó para esta finalidad un nuevo instituto que tomó el nombre de Mariamat (Hijas de María). El primero de Enero en 1853, el P. Gemaiel anotaba en su cuaderno el nacimiento del instituto y el nombre de 4 postulantes. La ultima era Butrsie que tenía 21 años. El 9 de Febrero de 1855, fiesta de San Maron, Butrsie entró en el noviciado en el convento de Ghazir y en el año siguiente obtuvo sus votos temporarios, tomando el nombre de Anisa. Sor Anisa se ocupaba de la cocina y también estudiaba, para poder ser docente. Enseñó por dos años en Deir El-Kamar, un año en byblos y siete años el pueblo de Maad. Después de la fusión de su congregación Las Mariamitas con la del Sagrado Corazón en sola congregación llamada Los Sagrados Corazones, en 1971, Anisi vio en sueño un monje diciéndola: "entra en la Orden de las libanesas Maronitas" (Baladitas). El día siguiente muy contenta se dirijo al monasterio de San Simón en Aytou, al Norte del Líbano, en donde hozo un ano de noviciado, y se llamó como su madre Rafka. El 25 de Agosto de 1872 tomo el velo.
El primer domingo de octubre fiesta del Rosario en 1885, Rafka rezaba delante del Santísimo: Dios mío te alejaste de mí y me abandonaste? Porque no me has visitado con una enfermedad? Te habrás olvidado de tu esclava?" Esa misma noche, cuando se disponía a dormir, sintió un tremendo dolor de cabeza que se prolongaba hasta los ojos. Un médico de Trípoli le hizo una punción introduciéndole una sonda de un oído a otro, y Rafka repetía: "En con los sufrimientos de Cristo ".Un médico americano en Byblos opino que era necesaria una operación en el ojo derecho, y ella rechazo que la anestesiaran. Pero cuando la estaban operando, el médico le arranco el ojo y este cayo palpitante delante de ella; y Rafka decía: "Con la Pasión de Cristo; que Dios bendiga sus manos; que Dios lo recompense". En ese momento sintió como chispas que le brotaban de los ojos y un dolor tan intenso como si la tierra girara a su alrededor. Un médico militar en Batrun habiéndola examinado dijo: "El dolor de ojo que esta pobre monja padece, es indescriptible y es imposible su curación ya que le afecto el nervio óptico”. Cuando el dolor se agudizaba, ella repetía: "Por la gloria de Dios, en comunión con la pasión de Cristo... con la corona de espinas en Tu cabeza; Oh mi Señor”. El 3 de noviembre de 1817, el Patriarca Hage autorizo la transferencia de seis monjas quienes querían vivir una vida en comunidad bajo la protección de San José, del monasterio de San Simón El-Karn al nuevo monasterio de San José el Dahr en Yrabta. Una de ellas era Rafka .
Al cabo de dos años de la llegada al monasterio San José, Rafka quedo totalmente ciega, y le vino después un dolor atroz en los dedos de los pies y tuvo que guardar cama. Tuvo varios dolores en la pierna derecha, la rótula, la rodilla, el hombro y el brazo. Le quedo el cuerpo enjuto y tieso, se adelgazo a tal punto que aprecia un esqueleto descarnado, con todos los miembros dislocados. No tenía ningún miembro sano excepto las articulaciones de las manos, las cuales utilizaba para tejer calcetines de lana... Según la opinión de los médicos, Rafka padecía de tuberculosis osteoarticular que la dejo por siete años en cama, acostada solamente del lado derecho sin que su hombro tocara las sabanas, con cabeza apoyada en la almohada. La mañana del Jueves Santo, Rafka dijo a su superiora "si pudiera asistir a la misa, en este día de tan noble fiesta", las hermanas trataron de llevarla asiendo las cuatro puntas de la sabana, pero al tratar de llevarla, le dolió la cadera izquierda, entonces la dejaron en su cama. Cuando la misa empezó y las monjas estaban en el oratorio, Rafka entro arrastrándose en la Iglesia! Las monjas se sorprendieron y se emocionaron, la superiora se levantó para ayudarla, pero Rafka le hizo una seña con la cabeza que la dejara entrar sola. Cuando entró la sentaron en un cojín. Más tarde, la madre superiora le preguntó: "Como pudiste ir a la Iglesia"? Rafka respondió: "No sé nada; le pedí a Jesús que me ayudara, y de repente sentí que los pies se resbalaban de la cama, pude bajarme y me arrastré hasta la Iglesia".
Un día, la madre Úrsula DOUMIT preguntó a Rafka: - "No desearías ver nuestro nuevo monasterio y sus alrededores, como la montaña, el bosque y la belleza? “Si, desearía la vista al menos una hora para verte". - "Una hora solamente y volver a estar ciega? “Sí". Al momento, se resplandeció la cara de Rafka y dijo sonriente: "Veo! Bendito sea Dios!" "Que hay sobre este armario?" preguntó la superiora, para asegurarse. Y Rafka volteando la cara sobre el armario dijo: - "La Santa Biblia y el prefacio" y señalaba las diferentes manchas que había en su cubrecama.

MUERTE DE RAFKA Rafka vivio 82 años de los cuales fueron 29 de sufrimiento, y profundo amor a Cristo. El 22 de marzo de 1914, Rafka le digo a su superiora: me gustaria despedirme de mis hermanas y oir sus voces antes de morir. La mañana del 23 de marzo de 1914, pidio la santa comunion diciendo dejenme llevar conmigo mi provision y sus ultimas palabras fueron “ o Jesus¡ o Maria¡ o san Jose¡ les entrego mi corazon, mi alma;” entre sus manos pongo mi espiritu”.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor melisabet » Mar Sep 30, 2014 5:34 am

Hola , esto es lo que he encontrado sobre San Marón

Santoral | El más completo de la red


Autor: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marón, Santo
Eremita, Febrero 9

Marón, Santo
Marón, Santo
Eremita

Martirologio Romano: En una montaña cerca de Apamea, en Siria, san Marón, eremita, muerto después de una vida de áspera penitencia e intensa piedad, fundándose sobre su sepulcro un célebre monasterio, alrededor del cual se originó la nación que lleva su nombre (c. 423).

San Marón nació en Siria; hombre humilde, que un día oyó la voz de Dios, aceptando inmediatamente el desafío que significaba seguirle.

San Marón eligió una morada solitaria no lejos de la ciudad de Cirrus en Siria, y allí, por espíritu de mortificación, vivía casi siempre a la intemperie. Cierto es que tenía una pequeña cabaña cubierta con pieles de cabra para guarecerse en caso de necesidad, pero rara vez la utilizaba. Encontró las ruinas de un templo pagano, lo dedicó al verdadero Dios, y lo convirtió en casa de oración. San Juan Crisóstomo, que lo estimaba mucho, le escribía desde Cucusus, donde estaba desterrado, y se encomendaba a sus oraciones, rogándole le diera noticias suyas con la mayor frecuencia posible. San Marón había tenido por maestro a San Zebino, cuya asiduidad en la oración era tal, que se dice que pasaba días y noches enteras orando, sin experimentar cansancio. Generalmente rezaba de pie, aunque cuando ya era muy anciano, tenía que sostenerse con un báculo. A los que iban a consultarle, respondía con la mayor brevedad posible; tan deseoso estaba de pasar todo su tiempo en conversación con Dios.

San Marón, no solo fue ejemplo, sino que además fue para aquellos hombres un líder lleno de sabiduría y del Espíritu Santo, que supo dar sentido a cada acción, con inflexible disciplina. Alcanzó en vida, fama de santidad en incluso realizó milagros de curación y conversión.

Sus virtudes fueron ampliamente conocidas: justicia, templanza, castidad y trabajo duro, semillas que él mismo plantó en otros, quienes se convirtieron en el campo fértil, que llevó a Dios numerosas vocaciones, que serían tiempo después labradores diligentes y sabios, que harían florecer la Montaña de Líbano en la fe sólida y verdadera de nuestro Señor Jesucristo.

San Marón imitó a su maestro en la constancia en la oración, pero trataba a sus visitantes de modo diferente. No sólo los recibía con suma bondad, sino que los invitaba a que se quedaran con él, aunque muy pocos estaban dispuestos a pasar toda la noche en pie, rezando. Dios recompensó sus trabajos con gracias abundantísimas y con el don de curar enfermedades tanto corporales como espirituales. No es sorprendente por tanto, que su fama como consejero espiritual se extendiera por todas partes. Esto le atrajo grandes multitudes, Formó a muchos santos ermitaños y fundó monasterios; sabemos que, cuando menos, tres grandes conventos llevaron su nombre. Teodoreto, obispo de Cirrus, dice que los numerosos monjes que poblaron su diócesis fueron formados por las instrucciones del santo. San Marón fue llamado al premio después de una corta enfermedad, la cual dice Teodoreto, reveló a todos la gran debilidad a que estaba reducido su cuerpo. Los pueblos vecinos se disputaron sus restos. Finalmente obtuvieron el cuerpo los habitantes de un centro relativamente populoso y construyeron sobre su tumba una espaciosa iglesia con un monasterio anexo, cerca de la fuente de Orontes, no lejos de Apamea.

Los Maronitas son los cristianos que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica de oriente. fue ejemplo para muchas personas, estos fueron sus discípulos, escuchando sus enseñanzas, imitando sus virtudes. estos disipulos fueron llamados "Discípulos de San Marón" que después de su muerte en el año 420, crecieron mucho.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor iCristinai » Mar Sep 30, 2014 8:50 am

Shalom para todos! Que tema tan interesante! Realmente no tenía mucho conocimiento sobre el tema. Sólo había estudiado los coptos. Es agradable leer los trabajos de ustedes compañeros y mi aporte es prqueño comparado con el que entre todos han logrado. Es una reflexin sobre la pregunta planteada y transcribo la información a manera de cita textual.

¿La Iglesia maronita es católica?

La Iglesia maronita (Marunoye ; en siríaco; Kinīsa mārūniyya كنيسة مارونية en árabe, Latín: Ecclesia maronitarum) es una iglesia sui iuris de rito oriental, fundada por San Marón hacia finales del siglo IV y principios del V."


La Iglesia católica y maronita está en plena comunión con la Sede Apostólica de Roma, sin renunciar por ello a sus estructuras y rituales propios."


Sui iuris, del latín significa su propio derecho. y por ello pertenece al grupo de iglesias orientales, considerado como la Cristinadad Oriental.[/size]

Cristiandad oriental, cristianismo oriental o iglesias orientales son denominaciones con las que se designa a la parte de la cristiandad, del cristianismo o a las iglesias (conceptos no estrictamente equivalentes) que se desarrollaron desde el cristianismo primitivo en las regiones del Imperio romano de Oriente o bizantino, en la órbita cultural tardohelenística de lengua griega (también se habla de cristiandad griega). Todas estas expresiones se utilizan habitualmente en oposición a los conceptos de cristiandad latina, cristiandad occidental, cristianismo occidental o iglesias occidentales."


Entre todos los autores de la patrística, la mayor parte de los cuales fueron "orientales", ocho recibieron el título de "doctor de la iglesia", cuatro "de la iglesia occidental" y otros cuatro "de la iglesia oriental". Sus rivales teológicos fueron considerados heréticos, como Arrio o Nestorio. La expansión del nestorianismo por Asia oriental fue muy precoz (Sūtras de Jesús)."[/quote]

Fundadores

Fundador(es) San Marón Primado actual Patriarca Mar Béchara Pedro Raï Sede Bkerke, Líbano Territorio principal Líbano, Siria, Chipre, Egipto, Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, Australia y Argentina Rito Tradición litúrgica antioquena Lenguas litúrgicas Siríaco y árabe Población estimada 3.222.000 fieles.


Fundador(es): San Marón
Primado actual: Patriarca Mar Béchara Pedro Raï
Sede: Bkerke, Líbano
Territorio principal: Líbano, Siria, Chipre, Egipto, Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, Australia y Argentina
Rito: Tradición litúrgica antioquena
Lenguas litúrgicas: Siríaco y árabe
Población estimada: 3.222.000 fieles
[/quote]

Jurisdicciones

Patriarcado de Antioquía y todo el Oriente (sede en Bkerke en el Líbano) unido a la eparquía de:
Jebbeh – Sarba – Jounieh. Diócesis propia del patriarca con tres vicariatos patriarcales:
Sarba
Jebbeh
Jounieh

Dependen también del patriarca los exarcados patriarcales de:

Jerusalén y Palestina
Jordania
El vicario patriarcal en Roma
El visitador apostólico patriarcal en Europa



Esta información se ubica en este enlace y pueden consultar otros sitios web. ttp://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_católica_maronita. Es un tema retador para estas rutas monásticas. Estoy disfrutando este curso y este tema. Shalom,
Cristina
iCristinai
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor iCristinai » Mar Sep 30, 2014 9:13 am

La orden maronita en Venezuela

IGLESIA MARONITA DE SAN CHARBEL-CARACAS VENEZUELA


Para adentrarse mas en estas rutas les recomiendo ver este video: www.youtube.com/watch?v=OSFVc1LFA44

En Caracas, Venezuela, con una población maronita de más de 400.000 individuos que profesan la Fe, se encuentra la Iglesia y el monasterio.

El monasterio de San Charbel, una imponente estructura con una imagen bastante hermética al visitante, sobre su acceso principal posee el rostro de un hombre mayor de barba blanca con una especie de túnica negra que cubre por completo su cabeza, vidrios polarizados tipo espejo impiden observar su interior, un arco interior permite ver desde el exterior una gran estatua color blanco del mismo hombre retratado a la entrada. La calle que funciona de acceso al monasterio se encontraba completamente sola, vigilada por tan solo algunos perros que duermen en la sombra de un arbol a su entrada. Desconocemos los horarios de ceremonias y la posibilidad de entrada al mismo, seguiremos tratando de acceder a este monasterio y llevarles imágenes de su interior.


(por problemas tecnicos no puedo subir imágenes asi que les proporciono el sitio web)

Para aprender mas sobre este tema esta este sitio web: http://www.sancharbel.com.ve/
http://catedralsanjorge.tripod.com/

En mi proxima participación intentaré nuevamente subir unas fotos hermosas y aportare un poco mas sobre el tema.
Paz y bien,
Cristina
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor mariagselva » Mar Sep 30, 2014 10:01 am

LOS MARONITAS EN ARGENTINA
Los maronitas se radicaron definitivamente en el Líbano debido a las circunstancias de opresión, en la región de Siria, donde vivía su mayor parte, en tiempo de la expansión árabe, en el albor del Islam. Su presencia en la Argentina, como en varios puntos del mundo, se debió a otras circunstancias de otra dramática opresión turca motivada por siglos de arbitrariedad que culminaron en la masacre despiadada del año 1860 que introdujo en la vida del maronita libanés el miedo del futuro y la incertidumbre del porvenir de sus hijos. La opresión, el miedo, la miseria, fueron los principales factores que, sumados al espíritu aventurero que el libanés heredó de los fenicios, sus antepasados, abrieron progresivamente las puertas de la emigración a los diferentes países del mundo, entre ellos la Argentina. A finales del siglo pasado, principalmente en la década de los ochenta, comenzaron a llegar al país platense emigrantes solitarios que poco a poco determinaron la emigración en masa a estas benditas y vastas tierras donde los nuevos emigrantes encontraron una cálida acogida que les incentivó a traer sus familias y integrarse rápida y totalmente en todos los campos de la vida argentina. Así, contamos actualmente con muchos mandatarios, profesionales, empresarios, hombres de cultura y de arte, figuras eminentes de la Iglesia y un caudal popular genuino y activo, conformando una comunidad maronita respetada y disponible para el servicio de toda la sociedad argentina.
En el 5 de octubre de 1990 el Papa Juan Pablo II creó la “Eparquía de San Charbel en Buenos de los Maronitas”, que equivale a una diócesis con jurisdicción personal sobre los descendientes de maronitas, en todo el territorio nacional, para ayudar al pueblo maronita a conservar la fidelidad a su identidad espiritual oriental. En la Iglesia universal de Cristo cabe, por razones históricas de carácter cultural y étnico, una división de la comunidad cristiana en dos ramas, la Occidental con centro Roma y la Oriental, con cuatro centros principales que fueron los cuatro patriarcados de : Antioquía, Jerusalén, Alejandría y Constantinopla. Las dos ramas son unificadas en Cristo como cabeza invisible y en Pedro y sus Sucesores, como cabezas visibles que presiden en la caridad y aseguran la unidad de la Iglesia universal continuadora de la obra salvadora de Cristo. La diversidad de Iglesias se debe a los diversos ritos que conforman la realidad cultural y étnica de la iglesia universal. La pluralidad de los ritos es una riqueza para la iglesia de Cristo y es motivo de una armoniosa unidad en la diversidad. La Iglesia maronita, perteneciente a la grupo ritual de la Iglesia de Antioquía, conserva en su liturgia el arameo, el idioma que hablaba Cristo cuando pasó por la tierra.
La Eparquía Maronita cuenta actualmente con cuatro parroquias ( Buenos Aires, Capital Federal - Villa Linch, San Martín Bs.As – Mendoza – Tucumán.) que deben servir a más de un medio millón de maronitas. Todo indica la gigante labor que sus autoridades deben desarrollar para cumplir con la misión pastoral de su Iglesia.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor mariaines » Mar Sep 30, 2014 11:08 am

LA ORDEN LIBANESA MARONITA (1695 – 1998)
Es de vital importancia, hacer constar que a partir del año de 1960, la comunidad maronita de México, debe su dirección espiritual, la conservación de sus tradiciones (el rito Siriaco Antioqueño) y la unidad propia de la comunidad, a los Padres de la Orden Libanesa Maronita. Religiosos libaneses que han demostrado a lo largo de casi 40 años, gran celo en su labor pastoral y ayuda incondicional a los maronitas mexicanos.
La historia de esta Orden Religiosa se remonta al año de 1695, en que tres jóvenes oriundos de Alepo, se reunieron para dar un giro importantísimo a la vida monástica de Líbano, fundando una nueva Orden Religiosa. Tomaron el hábito monacal de manos del Patriarca Estefan Duwaihi (en aquella época, la toma de habito incluía la profesión de los votos de pobreza, castidad, y obediencia, y la consagración total y definitiva a Dios).
El primer nombre de la Congregación fue el Orden Alepina Maronita, pero el año de 1706 fue cambiado por el de Orden Libanesa Maronita, en honor del país donde se había fundado.
Los tres religiosos decidieron seguir, de común acuerdo, la Regla de San Antonio el Grande, Padre del Monacato, imponiéndose tres finalidades básicas:
1° Volver a las fuentes originales, es decir, a los Santos Padres, especialmente a Basilio el Grande, el Venerable Juan Clímaco, y el ilustre Efrén el Sirio, todos ellos seguidores de los ideales de ascetismo y vida contemplativa de San Antonio el Grande.
2° Conservar en toda su pureza la vida religiosa de los conventos de Líbano, hasta ese momento independientes unos de otros.
3° Dar al Instituto Religioso una organización, a la manera del monacato occidental, centralizada y en base a una jerarquía que estaría compuesta de un Superior General y cuatro Consejeros.
La Orden Libanesa Maronita tendría siempre como ideal la vida contemplativa propia de los ermitaños; la vida activa sólo sería un escalón par alcanzar esta meta.
Los fundadores se dieron a la tarea de redactar las Constituciones propias del Instituto, que fueron aprobadas por el Patriarca Duwaihi, el 18 de junio de 1700. Con ello la Jerarquía Maronita de Líbano, daba reconocimiento oficial a la Orden, siendo confirmada la aprobación, el 23 de noviembre de 1725 , por el Patriarca Jack Awad.
La nueva Orden se extendió por todo Líbano y muchos conventos tomaron sus Constituciones.
Varios miembros de la Orden se dirigieron a Roma, mediante una carta fechada el 15 de septiembre de 1726, para solicitar la aprobación de sus Reglas y Constituciones, al entonces Pontífice Benedicto XIII. En Roma, apoyó de manera decisiva, Mons. José Simón AlSemaani, y en mayo de 1727, el Superior General de la Orden, el P. Alejandro Eskandar, viajó a la Ciudad Eterna para obtener la aprobación del Papa sin demora. El 31 de marzo de 1732, el Papa Clemente XII, dio la aprobación definitiva, y la Orden Libanesa Maronita, se convirtió en Instituto de Derecho Pontificio (había sido de Derecho Patriarcal).
Gran éxito alcanzó la Orden en poco tiempo, para el año de 1739, contaba con doce Monasterios y doscientos diez monjes; incluso había una casa en Chipre.
Para el año 1770, la Orden Libanesa Maronita se dividió en dos: la Orden Alepina Maronita y la Orden Libanesa Maronita.
La vida de esta Orden, como se puede apreciar, ha sido de lucha continua y de notable labor pastoral, además ha dado grandes Santos a la Iglesia como: San Charbel Makhlouf, orgullo de la Orden cuya santidad y milagros son famosos en el mundo y especialmente entre los maronitas, Beata Rafqa Rayes ejemplo de santidad en el sufrimiento y el Beato Padre Nemetallah Alhardini. La O.L.M. a lo largo de su historia a contado con innumerables ermitaños, hombres santos que han dedicado su vida a la oración y a la contemplación.
Habiendo revisado, en apretada síntesis, la historia de la Orden Libanesa Maronita, se hace necesario conocer su estructura actual en base al último informe presentado por su Superior General, el Abad Juan Tabet, quien presenta los datos estadísticos y funcionales que permitirán una apreciación en conjunto de la vitalidad de este Instituto Religioso, máximo exponente del catolicismo del Medio Oriente, así como su extensión y capacidad en varios países donde han fundado misiones para atender el bien espiritual de los maronitas, la preservación del culto Sirio-Antioqueño, y la conservación de las tradiciones culturales y nacionales de Líbano.
Actualmente, la Orden Libanesa Maronita cuenta, en el aspecto humano, con 85 aspirantes a la vida religiosa en el Escolasticado, 42 Novicios, y 50 Seminaristas que cursan los estudios de Filosofía y Teología como preparación al Sacerdocio, sin olvidar de tres ermitaños, los únicos en el mundo: El R.P. Antonio Chaina en la ermita del convento de Kuzhaya, el R. P. Dr. Jean Khawand el la ermita del convento de Tamish y el R.P. Dario, en la ermita del valle Santo de Kozhaya.
Hoy, la Orden se encuentra integrada, por 275 Sacerdotes repartidos en 59 Centros Pastorales y conventos en Líbano, y en 12 Misiones alrededor del mundo.
Aún cuando el ideal de este Instituto Religioso, es, principalmente, la vida eremítica, existen desde su origen otros carismas como son el de la educación y el cuidado de enfermos. La Orden tiene a su cargo 13 escuelas en Líbano que incluyen las etapas de Primaria, Secundaria, y Preparatoria, además de la Universidad del Espíritu Santo, en Kaslik, donde se imparten carreras en las áreas de Teología, Filosofía, Administración, Arquitectura, Musicología, Arte y Ciencias Humanas, otorgando los grados Académicos de Licenciatura, Maestría, y Doctorado.
Fuera del Líbano, la Orden Libanesa Maronita, atiende también tres escuelas en: Abidjan (Costa de Marfil, África), Dakar (Senegal, África), y Sidney (Australia).
El cuidado de enfermos incluye dos hospitales en Líbano: el de Beit Chebab, para mutilados de guerra, y el de Nuestra Señora del Socorro en Biblos.
Como se puede apreciar, por el análisis de estos datos, se trata de una comunidad dinámica, espiritual y socialmente hablando; ya que se dedica con gran éxito a la formación de religiosos y sacerdotes comprometidos, como también a la educación de niños y jóvenes que sirven a la sociedad en los distintas ramas de la actividad profesional.
En cuanto al cuidado y atención a los enfermos, se trata de una Obra de caridad en la cual sus miembros sirven directamente a Cristo.
Su labor en el mundo ha sido, más que nada, en el sentido de la conservación del rito propio del Medio Oriente y del cuidado pastoral en la unidad propia de la gran nación maronita.
En México es conocida su entrega a la comunidad no sólo maronita, sino de Rito Latino desde 1960 cuando llegaron los fundadores de la Misión Libanesa presidida por el R. Abad Antonio Abi Younes, y los Reverendos Padres José Boustany, y Antonio Abi Sleiman.
http://www.sancharbel.com/Orden%20Liban ... ronita.htm
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor AMunozF » Mar Sep 30, 2014 12:20 pm

Idamis Sanchez escribió:A pesar de los numerosos conventos y comunidad religiosa, los monjes moronitas no pronunciaban voto alguno y no tenían una regla expresa, más que la transmitida de la tradición y atribuida a San Antonio Abad. De la relación tenida en los siglos XV y XVI con los misioneros franciscanos y jesuitas, se sirve para crear una organización centralizada de varios conventos y una regla formal, uniforme y precisa, como venía sucediendo de siglos anteriores en occidente.....



Idamis

Buenos días.


Buenos tus artículos, solo quiero hacer una aclaración;

NO es "Moronita" aunque el vocablo proviene del Santo Morón del que se considera fundador de la orden, sino, que el término correcto es "Maronita".

Gracias

Dios te Bendiga


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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Adriana Espinoza » Mar Sep 30, 2014 12:35 pm

Comparto la transcripción de un artículo que me ha parecido muy interesante, hace un recorrido por la historia y la situación actual de la Iglesia Maronita, así como sus preceptos principales, jerarquía, y justificación de su ortodoxia, muy completo. Tomado de Aciprensa: http://ec.aciprensa.com/wiki/Maronitas.
Saludos,

Maronitas
Este artículo mostrará, en primer lugar, el estado actual 1 de la nación Maronita y su Iglesia; después se estudiará su historia, con una especial revisión del muy discutido problema del origen de la Iglesia y de la nación y su inconmovible ortodoxia.

I. SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MARÓNNITAS A. Etnografía y Política

Los Marónnitas (Siríaco Marunôye; Árabe Mawarinah) son unas 300 mil almas, distribuidas entre Siria, Palestina, Chipre y Egipto. De este número, alrededor de 230 mil viven en Líbano, formando casi cinco octavos de la población de ese territorio y la parte principal de la población en cuatro de los siete kaïmakats 2 , a saber, aquellos de Batrum, Kasrawan, Meten y Gizzin (los Ortodoxos Griegos predominan en Koura, los Católicos Griegos en Zahlé, y los Drusos en Shûf). Son de raza Siria, pero durante muchos siglos han hablado sólo Árabe, si bien en un dialecto que ha retenido muchas particularidades siríacas. En los distritos de la montaña las costumbres son muy simples, y los Marónnitas se ocupan en cultivar la tierra, la ganadería o la industria de la seda; en las ciudades se ocupan del comercio. Sangrientas campañas, debidas a las rivalidades de familias o clanes, todavía se sostienen en las montañas. La población crece muy rápidamente, y gran número de Marónnitas emigran a las diferentes provincias del Imperio Otomano, a Europa, particularmente a Francia, y a las colonias francesas, pero la mayoría va a los Estados Unidos. Los emigrantes vuelven con sus fortunas hechas, y con demasiada frecuencia traen con ellos un gusto por el lujo y el placer, a veces también una clara indiferencia hacia la religión que en algunos casos, degenera en hostilidad.

Durante muchos siglos los Marónnitas montañeses han sido capaces de mantenerse casi independientes del Imperio Otomano. En los comienzos del siglo diecinueve su organización era enteramente feudal. Las familias aristocráticas –que, especialmente cuando viajaban a Europa, mostraban rango principesco- elegían el emir. El poder del emir Marónnita era preponderante en el Líbano, especialmente cuando la familia Siria de Benî Shibâb renunció al Islamismo por el Cristianismo. El famoso emir Beshîr, en apariencia Musulmán, era realmente Marónnita; pero después de su caída la condición de los Marónnitas cambió a peor. Una lucha inmisericorde contra los Drusos, iniciada en 1845, devastó totalmente el Líbano. Entonces se crearon dos emires, uno Marónnita y uno Druso, ambos portadores del título de Kaïmakam, y que respondían ante el Pachá de Saïda. En 1860 los Drusos, empujados por su fanatismo, masacraron un gran número de Marónnitas en Damasco y en el Líbano. Dado que el Gobierno Turco miraba abúlicamente este proceso de exterminación, Francia intervino: una expedición guiada por el General de Beaufort d'Hautpoult restableció el orden. En 1861 se inauguró el presente sistema, con un sólo gobernador para todo el Líbano. Este gobernador lo nombra, para cinco años, el Gobierno Turco. No hay más derechos feudales; todos son iguales ante la ley, sin distinción de raza; cada nación tiene su sheik, o jefe, quien tiene conocimiento (o autoridad; n.d.t.) sobre los asuntos comunes, y es juez en el consejo provincial. Cada Marónnita entre las edades de quince y sesenta años paga impuestos, con la excepción de los clérigos, siendo ligeras las contribuciones sobre las propiedades monásticas. En contraste con la norma sobre otros ritos, el patriarca Marónnita no está obligado a solicitar la confirmación de su investidura al sultán; pero, por otro lado, él no es la cabeza temporal de la nación, y no tiene representante en la Sublime Puerta, estando los Marónnitas, junto a otras comunidades Uniatas (ortodoxos católicos u orientales unidos en obediencia a Roma, n.d.t.) representados por el Vakeel de los Latinos. Fuera de Líbano están enteramente sujetos a los Turcos; en estas regiones los obispos –Vg., el Arzobispo de Beirut- deben conseguir su bérat, (aprobación; n.d.t.) en cuyo defecto no tendrían que ver con el gobierno civil, y no podrían ocupar asiento en el consejo provincial.

Como otras comunidades Católicas en el Imperio Turco, los Marónnitas están bajo la protección de Francia, pero en su caso el protectorado está combinado con unas relaciones más cordiales que datan del contacto entre este pueblo y el Francés tan pronto como del siglo doce.

Esta cordialidad ha sido reforzada por numerosas intervenciones Francesas, desde las Capitulaciones de Francisco I hasta la campaña de 1861, y por la amplia difusión de la lengua Francesa y la cultura, gracias a los numerosos establecimientos en Líbano bajo la dirección de misioneros Franceses –Jesuitas, Lazaristas, y mujeres religiosas de diferentes órdenes.

Es imposible prever qué cambios traerá a la situación de los Marónnitas, nacional e internacional, la subida al poder de los “Jóvenes Turcos”.

B. La Iglesia Marónnita

La Iglesia Marónnita se divide en nueve diócesis: Gibail y Batrun (60.000 almas); Beirut y una parte de Líbano (50.000); Tiro y Sidón (47.000); Baalbek y Kesraouan (40.000); Trípoli (35.000); Chipre y otra parte de Líbano (30.000); Damasco y Hauran (25.000); Aleppo y Cilicia (5.000); Egipto (7.000). La última diócesis nombrada está bajo un vicario patriarcal, que también está al cargo de las comunidades Marónnitas en lugares extranjeros – Leghorn, Marsella, París- y particularmente de aquellas de América.

(1) El Patriarca

El título oficial es Patriarca Marónnita Antioqueno. El patriarca Marónnita comparte el título de Antioquía con otros tres patriarcas Católicos – el Melquita, el Sirio Católico, y el Latino (titular) - uno cismático (Ortodoxo), y uno herético (Sirio Jacobita).

La cuestión que se considerará más tarde es si, aparte de la concesión de la Santa Sede, el patriarca Marónnita puede alegar derechos históricos al título de Antioquía. Desde el siglo XV su residencia tradicional ha sido el claustro de Santa María de Kanôbim, donde están las tumbas de los patriarcas. En invierno reside en Bkerke, al sur de Beirut, en el distrito de Kesraouan. Por sí mismo administra la Diócesis de Gibail-Batrun aunque con la ayuda de los Obispos titulares de San Juan de Acre, Tarso, y Nazaret, quienes también le asisten en la administración general del patriarcado. Ostenta el derecho de nombrar a otros, y hay, también, varios vicarios patriarcales que no son obispos. El patriarca es elegido por los obispos Marónnitas, usualmente en el noveno día después que la sede ha sido declarada vacante. No debe ser menor de cuarenta años, y son necesarios dos tercios del total de votos para ser elegido. La entronización se realiza al día siguiente, y entonces el recién elegido patriarca hace una bendición solemne. El desarrollo de la asamblea se transmite a Roma; el Papa puede o aprobar o no aprobar la elección; si la aprueba, envía el palio al nuevo Patriarca; si no, anula las actas de la asamblea y puede nombrar un candidato de su propia elección. Las principales prerrogativas del patriarca son: convocar concilios nacionales; elegir y consagrar obispos; oír y juzgar las demandas contra obispos; visitar las diócesis, aparte de la suya, una vez cada tres años. Él bendice los santos óleos y los distribuye a clérigos y laicos; concede indulgencias, recibe los diezmos y las tasas por administración, y puede aceptar legados, personales o para la Iglesia. Antes de 1736 recibía honorarios por las ordenaciones y la bendición de los santos óleos; habiéndose suprimido este privilegio, Benedicto XIV lo sustituyó por el permiso para recibir un subsidium caritativum. La insignia distintiva del patriarca son el masnaftô (un tipo de cubre-cabeza 3 ), el phainô (una especie de capa o capa pluvial), el orarion (una especie de palio 4 ), la tiara, o mitra (los otros obispos llevan solamente el orarion y la mitra), el báculo pastoral coronado con una cruz, y, según el modelo Latino, el anillo de pastor y la cruz pectoral. En suma, el patriarca Marónnita ejerce sobre sus súbditos, virtualmente, la autoridad de un metropolitano. Él mismo es sólo responsable ante el papa y la Congregación de Propaganda; está obligado a hacer su visita ad limina sólo una vez cada diez años. El actual (1910) ocupante del trono patriarcal es Monseñor Elías Hoyek, elegido en 1899.

(2) El Episcopado

Los obispos son nombrados por el Patriarca. El título de Arzobispo (metropolitano), que acompaña a las Sedes de Aleppo, Beirut, Damasco, Tiro y Sidón, y Trípoli, es puramente honorífico. Un obispo sin diócesis reside en Ehden. Como se ha dicho más arriba el patriarca nombra un cierto número de obispos titulares. El obispo, además de sus funciones espirituales, ejerce, especialmente fuera del territorio de Líbano, una jurisdicción civil y judicial.

Los obispos están asistidos 5 por corepíscopos, archidiáconos, ecónomos y periodeutes (bardût). El corepíscopo visita y también puede consagrar iglesias. El corepíscopo de la residencia del obispo ocupa el primer puesto en la catedral en ausencia del obispo. Los periodeutes, como su nombre indica, son una especie de vicario sufragáneo que actúa para el obispo en la inspección del clero rural- El ecónomo es el coadjutor del obispo para la administración de la propiedad de la iglesia y la mesa episcopal.

(3) El clero

Algunas de las 300 parroquias son concedidas por el obispo a regulares, y otras a seculares (todos presbíteros; n.d.t.). Los presbíteros sin parroquia son célibes y dependen del patriarca. Los demás están casados – es decir, se pueden casar mientras sólo tienen las órdenes menores, pero no pueden casarse por segunda vez. Hay alrededor de 1100 presbíteros seculares y 800 regulares. La formación de los clérigos se lleva a cabo en cinco seminarios patriarcales y nueve diocesanos. Muchos estudian en Roma, y un gran número en Francia, gracias a la “Obra de San Luis” y las becas concedidas por el Gobierno Francés. El nivel intelectual del clero Marónnita es decididamente más alto que el del clero cismático o herético de su alrededor. Los presbíteros casados de las parroquias rurales son a menudo, hombres muy sencillos, y todavía más a menudo están lejos de ser gente adinerada, viviendo casi exclusivamente de los honorarios percibidos por las Misas y los regalos de productos de granja que les hacen las gentes del campo. Muchos de ellos tienen que estirar estos recursos cultivando sus pequeñas parcelas de tierra o empleándose en alguna industria modesta.

(4) Los religiosos

Estos cuentan unos 2000, de los que 800 son presbíteros. Observan la regla conocida como de San Antonio, pero están divididos en tres congregaciones: la más antigua, la de San Antonio, o de Eliseo, fue aprobada en 1732. Posteriormente fue dividida en Aleppinos y campesinos o Baladitos, división aprobada por Clemente XIV en 1770. Por el mismo tiempo otra congregación Antoniana había sido fundada bajo el patronazgo de Isaías, y aprobada en 1740. Los Aleppinos tienen 6 monasterios; los Isaianos, 13 o 14; los Baladitos, 25. Los Aleppinos tienen un procurador en Roma, cerca de S. Pietro in Víncoli. Los hermanos legos se dedican a trabajos manuales; los presbíteros a los intelectuales con la cura de almas, teniendo a su cargo muchas parroquias. El hábito monacal consiste en túnica negra con un cinturón de piel, túnica con capucha, manto, y sandalias. Hay otros siete monasterios con unos 200 religiosos, bajo una regla fundada por el anterior Obispo de Aleppo. En Aintoura, también, hay algunas hermanas Marónnitas que siguen la Regla Salesiana.

(5) La Liturgia

El Marónnita es un Rito Siríaco, siendo Siríaco la lengua litúrgica, aunque el Evangelio se lee en Árabe en beneficio del pueblo. Muchos presbíteros, que no están suficientemente formados para seguir la Liturgia en Siríaco, usan el Árabe en su lugar, pero Árabe escrito en caracteres Siríacos ( Karshuni ). La Liturgia es de tipo Siríaco, es decir, la liturgia de Santiago, pero muy desfigurada por las adaptaciones a los usos romanos. La adaptación, a menudo inútil y servil, a las costumbres romanas es la característica distintiva del Marónnita entre los Ritos Orientales. Esto se hace notar, no sólo en la Liturgia, sino también en la administración de todos los Sacramentos. Los Marónnitas consagran pan sin levadura, no mezclan agua tibia en el Cáliz, y celebran muchas Misas en el mismo altar. La Comunión bajo las dos especies fue desaconsejada por Gregorio XIII y, al fin, formalmente prohibida en 1736, aunque todavía le es permitida al diácono en la Misa grande. Benedicto XIV prohibió la comunicación de los niños recientemente bautizados. El Bautismo se celebra en la manera Latina, y desde 1736 la confirmación, reservada al obispo, se celebra separadamente 6 . La fórmula de la absolución no es deprecativa, como es en otros Ritos Orientales, sino indicativa, como en el Latino, y los presbíteros Marónnitas pueden absolver válidamente a los Católicos de cualquier rito. Las órdenes son: tonsura, psalte, o cantor, lector, sub-diácono, diácono, presbítero. La ordenación como psalte puede recibirse con siete años; como diácono, con veintiuno; como presbítero, a los treinta, o, con dispensa, con veinticinco. Miércoles y Viernes de cada semana son días de abstinencia; el ayuno dura hasta mediodía, y la abstinencia es de carne y huevos. La Cuaresma dura siete semanas, comenzando en Quincuagésima; el ayuno se guarda todos los días excepción hecha de Sábados, Domingos, y ciertos días de fiesta; el pescado está permitido. No hay días de las estaciones 7 ni vigilias, pero se guarda abstinencia durante veinte días de Adviento y los catorce días precedentes a la fiesta de los Santos Pedro y Pablo. Las prácticas devocionales latinas son más frecuentes entre los Marónnitas que en ninguna otra Iglesia Oriental Unida – bendición con el Santo Sacramento, el Vía Crucis, el Rosario, la devoción al Sagrado Corazón, etc.

(6) Los Fieles

En el interior del país los fieles están fuertemente apegados a su fe y son muy respetuosos con los monjes y demás clérigos. Rodeados por Musulmanes, cismáticos y herejes, ellos están orgullosos de poder llamarse a sí mismos Católicos Romanos; pero la formación no está sino poco desarrollada, a pesar de los laudables esfuerzos de algunos de los obispos, y aunque se hayan establecido escuelas, a través, en gran parte, de los esfuerzos de los misioneros Latinos y el apoyo de la sociedad de las Escuelas de Oriente, además del Colegio de la Sabiduría en Beirut.

Los emigrantes que vuelven no hacen nada por elevar el nivel moral y religioso. La influencia de la prensa de Occidente es escandalosamente perjudicial. Los Marónnitas acaudalados, indiferentes con demasiada frecuencia, si no peor, no se sienten afectados por esta situación de los asuntos, que causa, seriamente, ansiedad a los más inteligentes y esclarecidos de entre el clero. Pero la nación Marónnita como un todo permanece fiel a sus tradiciones. Si no son, exactamente, la más importante comunidad de los Uniatas Orientales en cuanto a su número, es al menos verdad decir que forman el más efectivo punto de apoyo para el ejercicio de una propaganda Católica en Líbano y en la costa siria.

II. HISTORIA DE LOS MARÓNNITAS Todas las autoridades competentes están de acuerdo sobre la historia de los Marónnitas desde hoy hasta el siglo dieciséis, pero más allá de ese período se acaba la unanimidad. Ellos mismos aseguran firmemente la gran antigüedad y la continua ortodoxia de su nación; pero estas dos pretensiones han sido repetidamente negadas por sus rivales Cristianos – incluso Católicos- en Siria, los Melkitas, ya Católicos ya Ortodoxos, los Jacobitas Siríacos, y los Católicos Siríacos. Algunos académicos Europeos aceptan la visión Marónnita; la mayoría la rehúsa. Tantos puntos de la primitiva historia de la nación son todavía oscuros de manera que sólo podemos presentar los argumentos adelantados por cada parte, sin deducir conclusión alguna.

La entera discusión gravita alrededor de un texto del siglo doce. Guillermo de Tiro (De Bello Sacro, XX, viii) relata la conversión de 40.000 Marónnitas en el año 1182. La esencia del texto conductor es como sigue: “Después ellos [la nación que se había convertido, en las cercanías de Byblos] estuvieron durante quinientos años adheridos a las falsas enseñanzas de un heresiarca llamado Marón, por lo que toMarónn de él el nombre de Marónnitas, y, estando separados de la verdadera Iglesia han seguido su propia peculiar liturgia [ab ecclesia fidelium sequestrati seorsim sacramenta conficerent sua], acudieron al Patriarca de Antioquía, Aymery, el tercero de los patriarcas Latinos, y habiendo adjurado de sus errores, fueron, con su patriarca y algunos obispos, acogidos en la verdadera Iglesia. Se declararon preparados para aceptar y observar las prescripciones de la Iglesia Romana. Eran más de 40.000, ocupaban la entera región de Líbano, y fueron de gran ayuda a los Latinos en la guerra contra los Sarracenos. El error de Marón y sus seguidores es y era, como puede leerse en el Sexto Concilio, que en Jesucristo había, y había habido desde el principio sólo una voluntad y una potencia. Y después de su separación habían abrazado otras doctrinas perniciosas.”

Veremos ahora las varias interpretaciones dadas a este texto.

A. La Posición Marónnita Marón, un monje Siríaco, que murió en el siglo quinto del que da noticias Teodoreto (Religionis Historia, xvi) había reunido varios discípulos de las orillas del Orontes 8 , entre Emesa y Apamea. Después de su muerte los fieles construyeron en el lugar donde había vivido un monasterio y le pusieron su nombre. Cuando Siria se dividió por las herejías, los monjes de Beit-Marun permanecieron firmemente fieles a la causa de la ortodoxia, y congregaron en ella a los habitantes de las cercanías. Esta fue la cuna de la nación Marónnita. Los cronistas Jacobitas tienen conocimiento de que este pueblo ayudó al Emperador Heracleo en el enfrentamiento contra el Monofisismo incluso por la fuerza (630). Aún más, treinta años mas tarde cuando Mu'awyah, el futuro califa, era gobernador de Damasco (658), ellos disputaron con los Jacobitas en su presencia y los Jacobitas fueron vencidos y tuvieron que pagar las consecuencias. El Emperador Heracleo y sus sucesores, habiendo sucumbido mientras tanto a la herejía Monotelita, que fue luego condenada en el Concilio de 681, los Marónnitas, que hasta entonces habían sido partidarios del emperador Bizantino (Melkitas), rompieron con él para no estar en comunión con un hereje. Desde este acontecimiento data la independencia nacional de los Marónnitas. Justiniano II (Rhinotmetes) quiso someterlos: en 694 sus fuerzas atacaron el monasterio, lo destruyeron, y marcharon sobre la montaña hacia Trípoli para completar la conquista. Pero los Marónnitas con el Patriarca Católico de Antioquía, San Juan Marón, a la cabeza aplastaron a los Griegos cerca de Amium, y salvaron la autonomía que fueron capaces de mantener a lo largo de sucesivas etapas. Pueden ser comparados con los Mardaïtas de Siria, quienes, en Líbano, en la frontera del Imperio lucharon con éxito con los Bizantinos y los Árabes. Allí los encontraron los Cruzados y crearon con ellos unas relaciones muy estrechas. Guillermo de Tiro relata que, en 1182, los Marónnitas en número de 40.000 se convirtieron del Monotelismo; pero, o esto es un error de información debido a que Guillermo copió acríticamente los Anales de Eutiquio, un Egipcio Melkita que calumnió a los Marónnitas, o, en todo caso, estos 40.000 eran solamente una pequeña parte de la nación que, por ignorancia, se dejaron llevar por la propaganda Monotelita de un obispo llamado Tomás de Kefar-tas. Además, los Marónnitas pueden mostrar una lista no interrumpida de patriarcas entre el tiempo de San Juan Marón y el del Papa Inocencio III; estos patriarcas, no habiendo errado nunca en cuestión de fe, o apartado en el cisma, son los únicos legítimos herederos del Patriarcado de Antioquía, o por lo menos ellos tienen una reivindicación al título no menor que la reivindicación de cualquier rival.

Este es el caso presentado con frecuencia por los Marónnitas, y últimamente por Monseñor Debs, Arzobispo de Beirut (Ortodoxia perpetua de los Marónnitas).

B. Crítica a la posición Marónnita (1) El Monasterio de San Marón antes de la Controversia Monotelita

La existencia desde el siglo sexto de un convento de San Marón, o de Beit-Marun, entre Apamea y Elmesa, en la orilla derecha del Orontes, es un hecho establecido y puede muy bien haber sido construido en el tiempo en que vivió Marón el solitario, de quien habla Teodoreto. Este convento sufrió por su devoción a la fe verdadera, como es sorprendentemente evidente en un escrito dirigido por sus monjes al Metropolitano de Apamea en 517, y al Papa Hormisdas, quejándose de los Monofisitas, que habían masacrado 350 monjes por alinearse con el Concilio de Calcedonia. En 536 el apocrisarius 9 Pablo aparece en Constantinopla suscribiendo las Actas del Cuarto Concilio Ecuménico en nombre de los monjes de San Marón. En 553, este mismo convento está representado en el Quinto Concilio Ecuménico por el presbítero Juan y el diácono Pablo. Los emperadores ortodoxos, particularmente Justiniano (Procopio, “De Aedific.”, V, ix) y Heracleo dieron numerosas muestras de su buena opinión sobre el monasterio. El papel jugado por los monjes de San Marón, aislados en medio de una población casi enteramente Monofisita, no debería subestimarse. Pero deberá observarse que en los textos citados se cita un convento en singular y de ninguna manera una población tal que pudiera haber originado la nación Marónnita en tiempos más tardíos.

(2) San Juan Marón

El verdadero fundador de la nación Maronita, el patriarca San Juan Marón, pudo haber vivido hacia el final del siglo séptimo, pero, desafortunadamente, su existencia real es extremadamente dudosa. Todos los autores Siríacos y el presbítero Bizantino Timoteo derivan el nombre Marónnita de aquel del convento Beit-Marun. Las palabras de Timoteo son: Marónnîtai dè kèklentai àpò toû monasteríon aútôn Marò kalonménou èn Suria (en Patrología Griega LXXXVI, 65 y nota 53). Renaudot niega absolutamente la existencia de Juan Marón. Pero, suponiendo que existió, como puede ser inferido del testimonio del Patriarca Melkita Eutiquio del siglo diez (el más temprano texto sobre este punto), su identidad ha desconcertado todas las investigaciones. Su nombre no está en ninguna lista de Patriarcas Melkitas de Antioquía, sean Griegos o Siríacos. Como los patriarcas de los siglos séptimo y octavo eran ortodoxos, no hay razón alguna por la que San Juan Marón debiera ser colocado a la cabeza de una pretendida rama ortodoxa de la Iglesia de Antioquía. Los registros episcopales de Antioquía de este período en cuestión pueden resumirse como sigue: 685, elección de Teófanes; 686, probable elección de Alejandro; 692, Jorge asiste al Concilio Trullano; 702-742, Sede de Antioquía vacante a causa de las persecuciones Musulmanas; 742, elección de Esteban. Pero, de acuerdo con Monseñor Debs, el último historiador Marónnita, San Juan Marón debería haber ocupado la Sede patriarcal de Antioquía desde el 685 al 707.

Los Marónnitas insisten afirmando que San Juan Marón tiene que haber sido Patriarca de Antioquía porque sus trabajos lo presentan bajo este título. Los referidos trabajos de Juan Marón son una exposición de la Liturgia de Santiago y un tratado sobre la Fe. El primero los publica José Aloisio Assemani en su “Codex Liturgicus” y ciertamente lleva el nombre de Juan Marón, pero el presente escritor ha mostrado por todas partes que este pretendido comentario de San Juan Marón no es otro que el famoso comentario de Dionisio bar-Salibi, un autor Monofisita del siglo doce, con mutilaciones, adiciones y acomodaciones para encajar los cambios por los cuales los Marónnitas se habían esforzado para hacer la Liturgia Siríaca parecida a la Romana (Dionisio bar-Salibi, “expositio liturgiae”, ed. Labourt, pref.). El tratado sobre la Fe no parece ser más auténtico que el trabajo litúrgico: tiene un notable parecido a un tratado teológico de Leoncio de Bizancio, y por consiguiente es muy probable que se sitúe en la segunda mitad del siglo sexto y la primera mitad del séptimo, un período mucho más temprano que aquél que los Marónnitas asignan a San Juan Marón. Además, no contiene nada sobre el Monotelismo el cual, de hecho, todavía no existía. Juan Marón, debemos concluir, por consiguiente, es una personalidad muy problemática; si él existió en absoluto fue como un simple monje, no como Patriarca Melkita de Antioquía de ninguna de las maneras.

(3) Ortodoxia ininterrumpida de los Marónnitas

Debemos recordar que antes de la aparición del Monotelismo, los monjes de San Marón, a quien los Marónnitas remontan su origen, eran fieles al Concilio de Calcedonia en cuanto aceptado por los emperadores Bizantinos; ellos eran Melkitas en el pleno sentido del término – es decir, Imperialistas, representando el credo Bizantino entre los pueblos que lo habían abandonado, y podemos añadir, representando la lengua y la cultura Bizantina entre pueblos cuya lengua y costumbres eran aquellas de Siria. No hay razón para creer que, cuando los emperadores Bizantinos, por un último intento para la unión con sus súbditos Jacobitas, Sirios y Egipcios, se esforzaron en asegurar el triunfo del Monotelismo – una especie de compromiso entre el Monofisismo y la ortodoxia Calcedoniana – los monjes de San Marón abandonaron el partido Imperialista y fielmente se adhirieron a la ortodoxia. Por el contrario, todos los documentos sugieren que los monjes de Beit-Marun abrazaron el Monotelismo, y permanecieron en esa herejía incluso después del Concilio de 681, cuando los emperadores abjuraron de ella.

No es muy difícil sacar la evidencia de esto de un texto de Dionisio de Tell-Mahré (+845) que nos ha sido preservado en la crónica de Miguel el Sirio, quien muestra a Heracleo forzando a la mayoría de los monjes sirios a aceptar su Ecthesis 10 , y aquellos de Beit-Marun se cuentan entre los más acérrimos partidarios del emperador. Un pasaje muy instructivo de esta misma crónica, referido al año 727, narra largamente una disputa entre las dos ramas de los Calcedonianos, la ortodoxa y la Monotelita, donde los primeros son llamados Maximistas, por San Máximo el confesor, adversario irreductible de los Monotelitas, mientras la última es descrita como el “partido de Beit-Marun” y “monjes de Beit-Marun”. Se nos dice aquí que los monjes de San Marón tienen un obispo en su monasterio, cómo ellos convirtieron a la mayoría de los Melkitas del país al Monotelismo e incluso contendieron con los Maximistas (es decir, los Católicos) por la posesión de una iglesia en Aleppo. A partir de entonces, estando fuera de la comunión con el Patriarca Melkita (Católico) de Antioquía, ellos hacen lo mismo que hicieron los Jacobitas antes que ellos y por las mismas razones: establecieron una Iglesia separada, evitando sin embargo con el mismo horror a los Monofisitas, que rehúsan el Concilio de Calcedonia, y a los Católicos que condenan la Ecthesis Monotelita de Heracleo y aceptan el Sexto Concilio Ecuménico. Por qué los monjes de Beit-Marun, hasta la fecha tan fieles a los emperadores Bizantinos, los abandonaron cuando volvieron a la ortodoxia, no lo sabemos; pero es cierto que en esta defección tiene su origen la Iglesia Marónnita, y que el nombre Marónnita desde aquel entonces viene a ser sinónimo de Monotelita, así como con Bizantino como con Nestoriano o escritores Monofisitas. Dice la Crónica de Miguel el Sirio, refiriéndose a este período: “Los Marónnitas permanecieron como están hoy. Ellos ordenan un patriarca y obispos de su convento. Están separados de Máximo, en lo que ellos confiesan de una sola voluntad en Cristo, y dicen: “Quien fue crucificado por nosotros”. Pero ellos aceptan el Sínodo de Calcedonia”. San Germano de Constantinopla, en su tratado “De Haeresibus et Synodis” (alrededor del año 735), escribe: “Hay algunos herejes que, rechazando el Quinto y Sexto Concilio, no obstante luchan contra los Jacobitas. Los últimos los tratan como hombres sin sentido, porque, mientras aceptan el Cuarto Concilio, ellos rechazan los otros dos. Estos tales son los Marónnitas, cuyo monasterio está situado en las mismas montañas de Siria.” (El Cuarto Concilio fue el de Calcedonia). San Juan Damasceno, Doctor de la Iglesia (+749), también consideró herejes a los Marónnitas. Les reprocha, entre otras cosas, que continúen añadiendo las palabras staurotheis dì emâs (Quien sufrió por nosotros en la Cruz) al Trisagio, un añadido susceptible de un sentido ortodoxo, pero que había sido prohibido eventualmente a fin de prevenir malos entendidos [ Marónnísomen prosthémenoi tô Trisagío tèn staúrosin (Estaremos siguiendo a Marón, si añadimos la Crucifixión a nuestro Trisagio” – “De Hymno Trisagio”). [Cf. perì òrthoû phronematos]. Un poco más tarde, Timoteo I, Patriarca de los Nestorianos, recibe una carta de los Marónnitas, proponiendo que los admita en su comunión. Su respuesta existe, aunque no publicada, y en ella los felicita por rehusar, como él mismo hace, la idea de más de una energía y una voluntad en Cristo (Monotelismo), pero establece ciertas condiciones que suponen una aceptación de su Nestorianismo, aunque en forma mitigada. Análogo testimonio puede encontrarse en los trabajos del disputador Teodoro Abukara (820) y el teólogo Jacobita Habib Abu-Raïta (en el mismo período), como también en el tratado “De Receptione Hareticorum” atribuido al presbítero Timoteo (P.G., 86, 65). Por lo tanto, en el siglo octavo existe allí una Iglesia Marónnita distinta de la Iglesia Católica y de la Iglesia Monofisita; esta Iglesia se extiende lejos hasta la planicie de Siria y prevalece especialmente en la región montañosa alrededor del monasterio de Beit-Marun. En el siglo noveno esta Iglesia quedó confinada a la región montañosa. La destrucción del monasterio de Beit-Marun no terminó con ella; completó su organización estableciendo un patriarca, datándose en 1121 el primer patriarca Marónnita conocido, aunque puede haber habido otros antes que él. Los montañeses Marónnitas conservaron una relativa autonomía con los emperadores Bizantinos por una parte, quienes reconquistaron Antioquía en el siglo décimo, y por otra parte, con los Musulmanes. Los Cruzados entraron en contacto con ellos. En 1182, casi la nación entera – 40.000 de ellos – se convirtió. Desde el momento en que su influencia cesó de extenderse sobre las tierras bajas helenizadas de Siria, los Marónnitas dejaron de hablar cualquier lengua menos Siríaco, y no usaron ningún otro en su liturgia. Es imposible señalar fecha para esta desaparición del helenismo de entre ellos. Al final del siglo octavo el Marónnita Teófilo de Edesa conocía bastante el Griego como para traducir y comentar los poemas de Homero. Es verosímil que el Griego fuera el idioma principal que se usó en el monasterio de Beit-Marun, al menos hasta el siglo noveno; destruido que fue aquel monasterio, allí permanecieron solamente la tierra y los pueblos de las montañas donde ninguna lengua se usó nunca ni coloquialmente ni en la liturgia sino el Siríaco.

Sería agradable poder decir, por lo menos, que la ortodoxia de los Marónnitas ha sido constante desde 1182, pero desgraciadamente, ni siquiera esto puede asegurarse. Ha habido, como mínimo, defecciones parciales entre ellos. No hay duda que el patriarca Jeremías al Amshîsti visitó a Inocencio III en Roma en 1215, y se conoce que se llevó a casa con él algunos proyectos de reforma litúrgica. Pero en 1445, después del Concilio de Florencia, los Marónnitas de Chipre vuelven al Catolicismo (Hefele, Histoire des counciles”, tr. Delare, XI, 540). En 1451, Pío II, en su carta a Mahomet II, todavía los clasifica entre los herejes. Gryphone, un ilustre Franciscano Flamenco de finales del siglo quince, convirtió un gran número de ellos, recibiendo a varios en la Orden de San Francisco, y uno de ellos, Gabriel Glaï (Barclaïus, o Benclaïus), a quien había impulsado para ser ordenado obispo de Lefkosia en Chipre, fue el primer Marónnita académico en intentar establecer la reivindicación de su nación acerca de la invariabilidad de su ortodoxia: en una carta escrita en 1495 da lo que pretende ser una lista de dieciocho patriarcas Marónnitas sucesivos, desde el comienzo de su Iglesia hasta su propio tiempo, tomada de documentos que asume llegan hasta el año 1315. Es obvio señalar cómo es de reciente todo esto. El Franciscano Suriano (“Il trattato di Terra Santa e dell'Oriente di fr. Fr. Suriano”, ed. Golubovith), que fue delegado para los Marónnitas por León X, en 1515, resalta muchos puntos de ignorancia y muchos abusos dentro de ellos, y considera a Marón como Monotelita. Sin embargo, se puede asegurar que los Marónnitas nunca recayeron en el Monotelismo después de la misión de Gryphone. Desde Santiago de Hadat (1439-48) todos los patriarcas han sido estrictamente ortodoxos.

C. La Iglesia Marónnita desde el Siglo XVI El Concilio Lateranense de 1516 fue el principio de una nueva era, que ha sido también la más brillante de la historia Marónnita. Los escritos del patriarca Simón Pedro y sus obispos se encuentran en la sesión undécima de aquel concilio (19 Diciembre, 1516). Desde aquel tiempo los Marónnitas estuvieron en permanente e ininterrumpido contacto con Roma. Moisés de Akbar (1526-67) recibió una carta de Pío IV. El patriarca Miguel buscó la intervención de Gregorio XIII y recibió el palio de sus manos. El gran pontífice fue el más distinguido benefactor de la Iglesia Marónnita: estableció para ellos un hospital en Roma y al mismo tiempo el Colegio Marónnita al cual los obispos podían enviar seis de sus súbditos. Muchos famosos savants (sabios; n.d.t.) han salido de este colegio: Jorge Amira, el gramático, que murió patriarca en 1633; Isaac de Schadrê; Gabriel Siouni, profesor en La Sapienza, y después intérprete para el Rey Luis XIII y colaborador en la Biblia Políglota (+1648); Abrahám de Hakel (Ecchelensis), un escritor muy prolífico, profesor en Roma y después en Paris, y colaborador en la Biblia Políglota; sobre todos, el Assemani, José Simeón, editor de la “Biblioteca Oriental”, Estéfano Evodio, y José Aloisio. Otro colegio Marónnita fue fundado en Rávena por Inocencio X, pero fue fusionado con aquel de Roma en 1665. Después de la Revolución Francesa el Colegio Marónnita fue anexionado a la Congregación de Propaganda.

En el patriarcado de Sergio Risio, el sucesor de Miguel, el Jesuita Jerome Dandini, por orden de Clemente VIII, dirigió un concilio general de los Marónnitas en Kannobin en 1616, que produjo veintiún cánones, corrigiendo abusos y realizando reformas en asuntos litúrgicos; las reformas litúrgicas del concilio de 1596, fueron, sin embargo, extremadamente moderadas. Otros patriarcas fueron: José II Risio, quien, en 1606, introdujo el Calendario Gregoriano; Juan XI (+ 1633), a quien Pablo V envió el palio en 1610; Gregorio Amira (1633-44); José III de Akur (1644-47); Juan XII de Soffra (+1656). Estos dos últimos prelados convirtieron a gran número de Jacobitas. Estéfano de Ehdem (+ 1704) compuso la historia de sus predecesores desde 1095 a 1699. Pedro Santiago II fue depuesto en 1705, pero José Mubarak, que fue elegido en su lugar, no fue reconocido por Clemente XI, y por la intervención de Propaganda que pidió mantener otro concilio, Pedro Santiago II fue reelegido en 1713.

Bajo José IV (1733-42) se celebró un segundo concilio nacional, el cual es de la mayor importancia. El Papa Clemente XII envió como delegado a José Simeón Assemani, que estuvo asistido por su sobrino Estéfano Evodio, con un mandato expreso de conseguir que el Concilio de Trento fuese promulgado en el Líbano. El Jesuita Fromage fue designado como relator sinodal. Según la carta que él envió a sus superiores (publicada en el comienzo del volumen treinta y ocho de Mansi), los mayores abusos a corregir por el delegado eran: (1) Los obispos Marónnitas, en virtud de una antigua costumbre, tenían entre el personal de sus casas un cierto número de religiosas, cuyas habitaciones estaban, como norma, separadas de las del obispo solamente por una puerta de comunicación. (2) El patriarca se había reservado en exclusiva el derecho de consagrar los sagrados óleos y distribuirlos entre los obispos y el clero mediante pagos en dinero. (3) Dispensas para el matrimonio se vendían por un precio en dinero. (4) El Santo Sacramento no se reservaba en la mayoría de las iglesias rurales y casi nunca se le encontraba salvo en las iglesias de comunidades religiosas. (5) Los presbíteros casados podían volver a casarse. (6) Las Iglesias carecían de los ornamentos apropiados y “los miembros de Jesucristo, del necesario socorro”, mientras que por otro lado, habían demasiados obispos – quince para ciento cincuenta parroquias. (7) Los Marónnitas de Aleppo habían estado cantando, durante diez o doce años atrás, la Liturgia solamente en Árabe.

Con gran dificultad, J. S. Assemani superó la mala voluntad del patriarca y las intrigas de los obispos: el Concilio del Líbano reunió por fin en el monasterio de Santa María de Luweïza a catorce obispos Marónnitas, uno Siríaco, y uno Armenio. Los abusos arriba citados fueron reformados, y se toMarónn medidas para combatir la ignorancia estableciendo escuelas. Se toMarónn también las siguientes decisiones: el Filioque fue introducido en el Credo; en el Synaxary, no sólo se mencionarían los seis primeros concilios, sino también el Séptimo (Nicea, 787), el Octavo (Constantinopla, 869), el Concilio de Florencia (1439), y el Concilio de Trento; el papa se nombraría en las Misas y otras partes de la liturgia; la confirmación se reservaba a los obispos; la consagración del santo crisma y los santos óleos se establecían para el Jueves Santo; el pan del altar debería tener forma circular como se usa en Roma, debe estar hecho con harina y agua, y no debe contener ni aceite ni sal, según la tradición Siríaca; el vino debe mezclarse con un poco de agua; la comunión bajo las dos especies no se permitiría excepto para presbíteros y diáconos; la jerarquía eclesiástica fue definitivamente organizada, y fijado el ceremonial de la ordenación; el número de obispados fue reducido a ocho.

La publicación de los decretos de este concilio, naturalmente, no transformó completamente las maneras y costumbres de los Marónnitas. En 1743, dos candidatos al patriarcado fueron elegidos. Clemente XIV se vio obligado a anular la elección: escogió a Simón Evodio, Arzobispo de Damasco (+ 1756) que fue sucedido por Tobías Pedro (1756-66). En el siguiente reinado patriarcal, el de José Pedro Stefani, una cierta Ana Agsmi fundó una congregación de mujeres religiosas del Sagrado Corazón; la Santa Sede suprimió la congregación y condenó a su fundadora, quien, al amparo de su reputación de santidad, estaba esparciendo errores graves. José Pedro, quien la defendió a pesar de todo, fue colocado bajo interdicto en 1779, pero fue reconciliado algunos años más tarde. Después de él vino Miguel Fadl (+ 1795), Pedro Gemaïl (+1797), Pedro Thian (1797-1809), y José Dolci (1809-23). El último, en 1818, abolió, por medio de un sínodo, la costumbre según la cual, en muchos lugares, existían monasterios dobles, uno para hombres, otro para mujeres. Bajo José Habaïsch comenzaron las luchas con los Drusos (ver I, arriba), continuando con su sucesor, José Ghazm (1846-55). Pedro Pablo Massaad (1855-90) durante su largo y fructuoso período en el trono patriarcal fue testigo de acontecimientos de extrema gravedad, la revuelta del pueblo contra los sheiks y las masacres de 1860. La Iglesia Marónnita le debe mucho: su firmeza de carácter y lo elevado de sus objetivos tuvieron el máximo efecto posible en reducir las malas consecuencias y acabar con la dureza de estos conflictos. El inmediato predecesor del actual (1910) patriarca, Monseñor Hoyek, fue Juan Pedro Hadj (1890-99).

Información de la publicación.

Escrito por J. Labourt. Transcrito por WGKofron. Con agradecimiento a la Iglesia de Santa María, Akron, Ohio.
Adriana Espinoza
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor betyruta51 » Mar Sep 30, 2014 1:01 pm

Buena semana para todos en Cristo Jesús Nuestro Señor y María Santísima. A continuación una breve información sobre la Iglesia Católica Maronita:

Fuente: http://www.arqhys.com/articulos/iglesia ... onita.html

La Iglesia maronita, es una iglesia sui iuris, cuyo rito es oriental. Esta se fundó entre los últimos años del siglo IV y principios del V, por San Marón. Esta iglesia se encuentra en plena comunión con la Sede Apostólica de Roma, conservando de todas maneras sus estructuras, así como sus propios rituales. Los lenguajes litúrgicos que se emplean en ella son el siríaco y el árabe. La Iglesia católica tiene básicamente dos raíces, que son la oriental y la romana, conocida también como la occidental. Sobre el origen oriental de la iglesia, se hallan cuatro importantes sedes de Patriarcas, que son:• Jerusalén, • Alejandría, • Constantinopla y• Antioquia de Siria. Del grupo de iglesias que surgen de Antioquia, hay otros dos subgrupos, que son el sirio oriental y el sirio occidental, del cual es parte la Iglesia maronita. La descendencia étnica y biológica de los maronitas, es del pueblo fenicio kananí, los cuales eran un grupo de cristianos que se reunían en los alrededores de Marón, quien era un individuo que residía cerca de Antioquia. En dicha temporada, la iglesia se dividía principalmente por razones teológicas relacionadas la naturaleza de Cristo. Esta división se sentía desde las aldeas, la ciudad hasta en las familias. Tratando de apartarse de esas disputas, Marón, se mudó hacia una montaña, y luego de meditar por un tiempo, creó una comunidad de fieles, los cuales luego de que él murió pasaron a llamarse maronitas. En lo relacionado con las controversias teológicas, ellos se guiaban por la doctrina del Concilio de Calcedonia, la cual decía que Cristo era tanto Dios como hombre y este tenía dos voluntades, que eran la humana y la divina. Quienes no concordaban con dicha doctrina se convirtieron en los enemigos de los maronitas, a gran parte de ellos los persiguieron y asesinaron, por lo que el resto decidió retirarse hacia el Monte Líbano. En ese lugar todos los habitantes eran cristianos y ya anteriormente tuvieron cierta relación con los maronitas. Ellos apoyaron la causa de su exilio. Al ganar los árabes, fueron perdiendo el contacto con Constantinopla y su patriarca, por lo seleccionaron a su autoridad propia, quien fue san Juan Marón. El emperador Bizancio, quien tenía la costumbre de controlar todo lo relacionado con las iglesias por medio de los patriarcas, no toleró la política empleada por los maronitas y ordenó que los atacaran. Dicha lucha se realizó en Amiun y los vencedores resultaron ser los maronitas. Después de ello, el patriarcado maronita se consolidó estableciendo su sede principal en Kfarhay. Actualmente las comunidades principales maronitas, se encuentran en Siria y Líbano, aunque también se pueden hallar maronitas en otros lugares de distintas partes del mundo como: Australia, • Francia, • EE. UU, Brazil, • México y• Argentina.
betyruta51
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor betyruta51 » Mar Sep 30, 2014 1:10 pm

Discúlpenme dejé de enviar otra parte de la información:

Patriarcas maronitas de Antioquía
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente de los Maronitas, es la cabeza de la Iglesia Maronita, con sede en Bkerké (Líbano). Además de ser uno de los Patriarcas de la Iglesias Católicas Orientales en comunión con el Papa de Roma.
Lista de los Patriarcas de Antioquía de los Maronitas
Archivo:Maroun04.jpg
San Marón.

Cardenal-patriarca Nasrallah Pedro Sfeir de Reyfoun.
Patriarcas bajo el dominio bizantino.
San Marón (m. 410)
Ciro
Gabriel I
Pablo Tawaghan
Patriarcas bajo el dominio árabe (682-1099)
Juan Marón (685-707)
Juan el Damlassi
Teófilo
Gregorio I
Esteban I
Marcos
Eusebio
Juan I (c. 896)
Josué I
David
Teofélix (Habib)
Josué II
Domicio
Isaac
Juan II
Simón I
Gregorio II
Jeremías (Ermea)
Juan II (?)
Simón (II) (?)
Simón (III) (?)
Patriarcas bajo los Cruzados (1099-1305)
José El Gergessi (1110-1120)
Pedro I (1121-1130)
Gregorio de Halate (1130-1141)
Jacob de Ramate (1141-1151)
Juan III (1151-1154)
Pedro II (1154-1173)
Pedro de Lehfed (1173-1199)
Jeremías de Amshit (1199-1230)
Daniel de Shamat (1230-1239)
Juan de Jaje (1239-1245)
Simón II (1245-1277)
Daniel de Hadshit (1278-1282)
Jeremías de Dmalsa (1282-1297)
Patriarcas bajo los Mamelucos (1305-1516)
Simeón III (1297-1339)
Juan IV (1339-1357)
Gabriel de Hjula (1357-1367)
Juan V (1367-1404)
Vacante (1404-1440)
Juan de Jaje (1440-1445)
Jacobo de Hadeth (1445-1468)
José de Hadeth (1468-1492)
Patriarcas bajo los Otomanos (1516-1918)
Simeón de Hadeth (1492-1524)
Moisés Akari de Barida (1524-1567)
Miguel Rizzi de Bkoufa (1567-1581)
Sarkis Rizzi de Bkoufa (1581-1596)
José Rizzi de Bkoufa (1596-1608)
Juan Maklouf El Douaihy de Ehden (1608-1633)
Jorge Omaira El Douaihy de Ehden (1633-1644)
José Halib de Akoura (1644-1648)
Juan Bawab de Safra (1648-1656)
Jorge Rizkallah de Bseb’el (1656-1670)
Esteban El Douaihy de Ehden (1670-1704)
Pablo de Blaouza (1704-1705)
Jacobo Awad de Hasroun (1705-1733)
José Dergham Khazen de Ghosta (1733-1742)
Simeón Awad de Hasroun (1743-1756)
Tobías El Khazen de Bekaata Kanaan (1756-1766)
José Esteban de Ghosta (1766-1793)
Miguel Fadel de Beirut (1793-1795)
Felipe Gemayel de Bikfaya (1795-1796)
José Tyen de Beirut (1796-1809)
Juan Helou de Ghosta (1809-1823)
José Pedro Hobeish de Sahel Alma (1823-1845)
José El Khazen de Ajaltoun (1845-1854)
Pablo Pedro Massad de Ashkout (1854-1890)
Juan Pedro El Hajj de Dlebta (1890-1898)
Patriarcas del moderno Líbano
Elías Pedro Hoayek de Hilta (1898-1931)
Antonio Pedro Arida de Bsharri (1931-1955)
Pablo Pedro Meouchi de Jezzine (1955-1975)
Antonio Pedro Khoraish de Ain Ibl (1975-1986)
Nasrallah Pedro Sfeir de Reyfoun (1986-2011)
Béchara Pedro al-Rahi (2011- )


La Iglesia Maronita es una de las Iglesias Católicas Orientales, que a diferencia de las Iglesias Ortodoxas, aceptan la autoridad del Papa de Roma. Ellos mantienen sus ritos (el maronita) entre otras cosas su cabeza es el Patriarca, aquí te pondré una parte de la Historia de esta Iglesia

IGLESIA CATOLICA MARONITA

http://www.mediterraneosur.es/fondo/maronita.html

Los Maronitas del Líbano rastrean sus orígenes hacia finales del siglo IV, cuando un grupo de discípulos se congregó en torno de la carismática figura de San Marón. Ellos mas tarde, fundaron un monasterio ubicado a mitad de camino entre Alepo y Antioquía. En el siglo V, dicho monasterio dio un fuerte apoyo a la doctrina cristológica emanada del Concilio de Calcedonia.

En el siglo VIII, los monjes se trasladaron junto a un grupo de sus seguidores a una región montañosa del Líbano, donde permanecieron en relativo aislamiento durante siglos. Es precisamente durante este período, dónde ellos comienzan a desarrollar una identidad distintiva, así es como esa Iglesia elegirá a un obispo propio como cabeza, quién tomará el título de Patriarca de Antioquía y de todo el Este.

Los Maronitas entran en contacto con los Católicos Romanos (latinos) recién en el siglo XII durante las cruzadas, cuando se instauró el Principado Latino de Antioquía. En el año 1182, la totalidad de la Nación Maronita se avino a una cuestionada unión con Roma, dado a que hay una fuerte tradición entre los maronitas, la cual niega la falta de Unión por parte de los Maronitas, con la Santa Sede.

El Patriarca JEREMIAS II Al Amashitti, (1199-1230) fue el primer Patriarca Maronita en visitar Roma, con el objeto de asistir al IV Concilio Lateranense en 1215. Esto marcó el comienzo de una estrecha relación con la Santa Sede y, por otra parte, la de una creciente tendencia a la latinización. En el siglo XVI, se produjo la invasión turca a la tierra natal de los maronitas, y el comienzo de largos siglos de dominación bajo el Imperio Otomano.

Un Sínodo que traería aparejadas grandes reformas tuvo lugar en el Monte Líbano durante el año 1736, allí se delineó el Código de Cánones de la Iglesia Maronita, creando una estructura diocesana regular por primera vez en su larga historia, dónde se dejó establecido los principales rasgos de la eclesiología maronita actual.

En el siglo XIX, las potencias Occidentales, especialmente Francia, comenzó a ofrecer protección a los Maronitas que estaban dentro del Imperio Otomano. En 1860, una masacre de miles de maronitas provocó la intervención militar de Francia. Después de la I Guerra Mundial, el Líbano y Siria pasaron a estar bajo el control de los franceses.

Cuando Francia otorgó al Líbano su independencia total (1944), los franceses antes de marcharse, intentaron garantizar la seguridad de las comunidades maronitas, es por ello que la constitución libanesa garantizaba que el presidente debería ser siempre un maronita. En 1975, estalla la guerra civil en el Líbano, este hecho dejó al descubierto lo precaria de la situación de esa comunidad en Oriente Medio. Muchos miles de maronitas dejaron el Líbano y se exiliaron en Occidente.

El patriarca maronita tiene su residencia en BKERKE, desde 1790, a 25 millas de Beirut. Actualmente esta Iglesia tiene unas 10 diócesis en el Líbano, con 770 parroquias y otras 7 jurisdicciones más en el Medio Oriente. Esta es la Iglesia mas numerosa del Líbano, constituyendo alrededor del 37% de los cristianos, y el 17% de la población total del país.

Hay un Seminario Patriarcal Maronita en Ghazir, y un seminario diocesano en Karm Sadde, cerca de Trípoli. La educación teológica avanzada es dictada en la Universidad del Espíritu Santo en Kaslik. El Colegio Maronita fue fundado en Roma en el año 1584.

La liturgia Maronita es de origen Siriano Occidental, (tradición palestina) pero está influenciada por la Siriana Oriental y tradiciones latinas. La liturgia eucarística es básicamente una variante de la liturgia Siríaca de San Jacobo, aunque originalmente los servicios se celebraban en siríaco, luego de la invasión árabe a esa región, optaron por celebrar los cultos en lengua árabe en la mayoría de los casos.

El éxodo reciente de los maronitas, produjo algunas comunidades florecientes en la diáspora, en los EEUU tienen dos diócesis con un total de 57 parroquias y 102 sacerdotes sirviendo a unos 55.000 seglares. En Canadá, la diócesis de San Marón, cuenta con 12 parroquias para sus 80.000 fieles, y la diócesis de Sydney con 9 parroquias para los alrededor de 150.000 maronitas australianos.

LOCALIZACIÓN: Líbano, Siria, Chipre, Egipto, EEUU, Brasil, Canadá, Australia y Argentina.

CABEZA: Patriarca NASRALLAH Cardenal SFEIR (nac.1920 nombrado en 1986 y en 1994 le fue concedido el solio cardenalicio)


TÍTULO: Patriarca de Antioquía de los Maronitas

RESIDENCIA: Bkerke, Líbano

FIELES: 3.222.000 almas
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor marietaantonia » Mar Sep 30, 2014 2:09 pm

Hola a todos amigos del foro me ha interesado mucho la figura de san maron era un hombre que vivía casi siempre en la intemperie tenía una pequeña cabaña cubierta con pieles de cabra que rara vez la utilizaba pasaba días y noches orando de pie sin experimentar cansancio ya de anciano se sostenía con un báculo
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor thelmigu2014 » Mar Sep 30, 2014 2:48 pm

Hola, les mando ese discurso del San Juan Pablo II a los maronitas:

DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS REPRESENTANTES DE LA IGLESIA MARONITA

jueves 10 de febrero



Beatitud;
queridos hermanos en el episcopado;
queridos hermanos y hermanas de la Iglesia maronita:

1. Os doy la bienvenida a la casa del Sucesor de Pedro y a la ciudad eterna, que conserva las tumbas de los apóstoles san Pedro y san Pablo, y de tantos otros santos mártires y confesores.
Habéis venido del Líbano, de otros países de Oriente Próximo y de la diáspora, para celebrar durante estos días el gran jubileo con Su Beatitud el cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca de Antioquía, "Padre y cabeza" (cf. Código de cánones de las Iglesias orientales, c. 55) de la Iglesia maronita. Vuestra peregrinación a Roma inaugura la de las Iglesias católicas orientales. En efecto, durante los próximos meses llegarán a Roma los patriarcas, los obispos y los fieles de las demás tradiciones orientales.

2. Queriendo dar una nueva prueba de vuestra adhesión indefectible y plurisecular a la Sede apostólica romana, habéis venido a Roma para la fiesta de san Marón, piedra miliar de vuestra Iglesia, cuya memoria se celebra, según vuestro calendario litúrgico, el 9 de febrero. Ayer, en la basílica de Santa María la Mayor, habéis participado en una solemne celebración eucarística, presidida por vuestro amado patriarca. La celebración de ayer, así como la audiencia de hoy, refuerza el estrecho vínculo que existe entre la Sede de Roma y la de Antioquía, ciudad muy antigua donde "por primera vez los discípulos recibieron el nombre de cristianos" (Hch 11, 26) y donde vivió san Pedro. Por tanto, atraídos por "un imperativo interior", que proviene de vuestra fe, habéis venido a "visitar a Pedro" (cf. Ga 1, 18) para vivir con él la comunión eclesial. En efecto, vuestra comunión plena con la Iglesia de Roma es una manifestación tangible de la conciencia que tenéis de la unidad: "La unidad es una característica primordial de la Iglesia, y la exige su naturaleza profunda" (Exhortación apostólica postsinodal Una esperanza nueva para el Líbano, 84; cf. Orientale lumen, 19). A su vez, esta unidad eclesial, que sentís con fuerza en estos días, os ayudará a comprometeros cada vez más en la evangelización del mundo, dado que la tradición maronita es también "una ocasión privilegiada para reavivar el dinamismo y el impulso misioneros que deben compartir todos los fieles" (Una esperanza nueva para el Líbano, 84).

3. Vuestra Iglesia, hija espiritual de san Marón, consciente y orgullosa de la importancia de su unidad con Roma, ha visto florecer numerosos santos y santas a lo largo de los siglos. El 9 de octubre de 1977, mi predecesor el Papa Pablo VI canonizó a Charbel Maklouf, monje eremita y sacerdote de la Orden libanesa maronita, y yo mismo tuve la alegría de realizar, el 17 de noviembre de 1985, la beatificación de Rafqa (Rebeca), monja maronita de la Orden libanesa maronita, y el 10 de mayo de 1998, la de Nimatullah Al-Hardini, monje y sacerdote de la misma Orden y padre espiritual de san Charbel.

4. La beatificación de Nimatullah Al-Hardini tuvo lugar exactamente un año después de mi peregrinación de 1997 a tierra libanesa. Por eso, me complace evocar aquí las horas que pasé en el Líbano, donde la Iglesia maronita tiene sus raíces y su centro efectivo.

La esperanza nueva para el Líbano, expresada en la exhortación postsinodal, documento fruto de los trabajos de la Asamblea especial para el Líbano del Sínodo de los obispos, fue "mi grito de resurrección y paz" con el que "presenté de nuevo la tierra bíblica de los cedros a la conciencia del mundo". Animo a todos los pastores y fieles de las comunidades católicas del Líbano a acoger y asimilar cada vez más las propuestas y sugerencias de esa exhortación. Me alegra saber que ya se han visto los primeros signos esperanzadores de una aplicación concreta, como resulta también de los trabajos de la última Asamblea de los patriarcas y los obispos católicos del Líbano (A.P.E.C.L.), que se celebró en noviembre del año pasado en Bkerké.

5. Me complace, asimismo, anunciar que ayer, después de un bloqueo muy largo, debido a la segunda guerra mundial y también a la difícil situación del Líbano, el Colegio pontificio maronita ha vuelto a abrir oficialmente sus puertas, sobre todo gracias a los esfuerzos incansables de su excelencia monseñor Emile Eid, procurador patriarcal en Roma. Esta institución, impulsada por el Papa Gregorio XIII, se remonta al siglo XVI. Ha tenido innumerables e ilustres alumnos, entre los cuales los más renombrados fueron el futuro patriarca maronita Stéphane Douaihi y el gran sabio Joseph S. Assemani, primer custodio de la Biblioteca vaticana, célebre orientalista y canonista, que desempeñó, entre otras cosas, un papel importante en el Sínodo libanés maronita de 1736.
Quiera Dios que los jóvenes maronitas que vivan a partir de ahora en ese Colegio histórico contribuyan eficazmente, como sus predecesores, a la vida eclesial maronita, con fidelidad al espíritu de la Iglesia universal.

6. En cuanto a la amada tierra del Líbano, a la que se dirige con nostalgia el corazón de los creyentes, le deseo que siga siendo fiel a su vocación de "mensaje": un lugar donde los cristianos puedan vivir en paz y fraternidad con los seguidores de otras creencias y sean capaces de promover esa convivencia (cf. Una esperanza nueva para el Líbano, 92). También quiero deciros hoy, con la fuerza del amor: "El Papa está siempre cerca de todos vosotros". Os acompaño como un padre y un hermano en este período en que la intolerancia lleva a veces a reavivar los fantasmas del odio, que creíamos desaparecidos para siempre.

Por intercesión de la Madre de Dios, de los apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Marón, de san Charbel, de la beata Rafqa, del beato Nimatullah Al-Hardini y de todos los santos de vuestra tierra, pido al Señor que brote allí el primer fruto del gran jubileo que celebráis en Roma. Os imparto de todo corazón la bendición apostólica.
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor iCristinai » Mar Sep 30, 2014 3:06 pm

Estudiar la orden de los Maronitas nos ilustra el proceso que han recorrido las minorías en el mundo y en este ejemplo en el árabe. Aún no se ha dicho y hecho todo. Lo cierto es que no puede avanzar si lo principal que es el respeto a todos no ocurre.
En el mundo islámico, no obstante había seguido una suerte de amitié traditionelle con respecto al trato que se les da a las minorías. En este orden de ideas, ilustramos la situación con los maronitas hoy por hoy. A continuación, una traducción que nos ayuda a comprender el monacato maronita hoy; un entendimiento a partir del análisis de Zvi Mazel, January 3, 2012, en Majority and Minorities in the Arab World: The Lack of a Unifying Narrative, del sitio electrónico Jerusalem Center for Public Affairs: http://jcpa.org/article/majority-and-mi ... narrative/

Los Cristianos
Existen poblaciones sustanciales en Egipto, Irak, Siria, el Líbano, Israel y la Autoridad Palestina. Todos ellos constituyen 18-20 millones de individuos. Los Coptos en Egipto son una vena separada de los ortodoxos cristianos quienes conforman el 10-12 por ciento (ceca de 10 millones de personas) de la población total. Ellos descienden de los Faraones, de los períodos griego y romano. Su lenguaoriginal se desarrolló a partir de la lengua del Antiguo Egipto y está cerca de lo que se hablaba y se escribía en la era romana. Todavía se usa, principalmente en las ceremonias religiosas. Esta comunidad ha preservado su religión durante 1400 años del gobierno Árabe-Islámico, sin importar la discriminación y persecución que persistió durante Mubarak. Si alguno pensó que el espíritu de la democracia se gestaba en las venas de los musulmanes con la caída del antiguo régimen la hostilidad y la persecución actualmente se han intensificado aún más. Docenas de Coptos han muertos en ataques de los musulmanes y sus iglesias han sido quemadas. … Los Coptos han demandado sus derechos a través de organizaciones de ellos mismos y quieren ser partícipes de su nueva constitución…”


“La guerra de 1975-1990 entre Cristianos y Musulmanes”.
En síntesis las persecuciones y las muertes no han disminuido y hacen que las persones emigren hacia otros países en busca del respeto a su dignidad. Allí noo han sido aceptadas como minorías.


Este artículo tiene mucho que ver con la historia de los maronitas, al leerlo y analizarlo sólo recordé las continuas querellas, persecuciones, malos tratos y muertes de aquellos que se han internado en las rutas monásticas buscando la paz de Dios.
A continuación mi traducción de la historia de los maronitas, tomada de la Enciclopedia Britannica, edición especial.

Los maronitas (Al-Marawinah)
Es una comunidad religiosa líder de la República del Líbano que probablemente derive su nombre del patriarca de la Iglesia, Juan Maron. Su patrón, san marón, vivió cerca de Antioquía donde murió cerca de 410. Sus discípulos llevaron su cuerpo a un lugar cerca de Apamea en el Orontes, donde erigieron un monasterio. Perseguidos por los jacobitas, encontraron un refugio seguro en el monte del Líbano. Los recién llegados se amalgamaron con los Mardonitas., originariamente del Amanus y del Taurus a quienes los bizantinos habían estado reclutando para repeler a los árabes musulmanes. La nueva comunidad de una manera de ser fuerte y guerrera, demostró ser un eje álgido en la implantación del emergente imperio musulmán.


Dos califas de Omán encontraron que sería beneficioso pagarles impuesto. Bajo Juan marón la comunidad se desarrolló en una nación autónoma.
Como una apófisis de la temprana iglesia siria, la secta maronita aún utiliza el siríaco en su ritual eclesial, aun cuando las personas usan el nombre árabe hablado. La cabeza de la iglesia lleva el título de “patriarca de Antioquía y el resto del oriente”. U asiento es Bkirki, mirando más allá de Beirut. William de Tyre, entre los historiadores medievales ha encontrado que durante las Cruzadas los maronitas aún eran monoteístas. Los apologistas de los maronitas, no obstante, comenzaron con el patriarca historiador Al-Duwayhi negaron persistentemente el cargo de herejía. No hay duda que en el período de las cruzadas, los maronitas, quienes entonces eran 40.000 y rendían un significativo servicio a los francos actuando como guías y luchando a su lado, fueron arrastrados hasta las cercanías de Roma. Pero la unión no fue efectiva sino hasta del siglo VXIII a través de los esfuerzos de los maronita graduados de la universidad, quienes para su propio beneficio establecieron una universidad en Roma, aprobada por el papa Gregorio XIII en 1584. En 1736, el Papa delegó uno de sus más ilustres graduados, Assemani (Al-Sam-ani) un símbolo ostentado por el monasterio Luwayzah en el Líbano. En esta ocasión la iglesia maronita aceptó una nueva constitución, aún en vigor; no obstante mantuvo el clero no-célibe. El patriarca es elegido por los obispos y aprobado por el papa. Esta amitié traditionelle proveniente del tiempo de las cruzadas fue un factor líder en las capitulaciones que le dieron a los franceses el derecho de proteger las minorías católicas en el imperio otomano y las cuales culminaron en el mandato francés sobre Siria y el Líbano. A lo largo del imperio otomano los maronitas fueron exitosos en mantener su autonomía en una gran medida. A mediados del siglo XIX los turcos crearon fricciones entre los maronitas y sus vecinos del sur, los Drusos, lo cual terminó en la masacre de los maronitas en 1860. Contrario a las expectativas y designios de Turquía, la guerra civil resultó en una autonomía del Líbano bajo un gobernante cristiano no-nativo, recomendado por la Porte y aprobado por seis grandes poderes europeos. Bajo este nuevo régimen el Líbano prosperó. Ya habían 377.544 maronitas en el Líbano según el estimado oficial de 195. Muchos de ellos emigraron a Egipto, Europa, América del Norte y América del Sur, y Australia.


(N.T.: traducción únicamente para fines educativos de este foro religioso¨Las rutas monásticas” de Catholic Net, español)

Paz y bien,
Cristina
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor ma_allegretti » Mar Sep 30, 2014 3:26 pm

LA IGLESIA MARONITA EN ARGENTINA

Administrador apostólico electo: Mons. Habib Chamieh OMM
Protosincello (Vicario general): R. P. felipe El Khazen
Dirección: Tronador 1464, 1427 BUENOS AIRES
Teléfono/fax: (011) 4552-0380
Correo electrónico: mcharbel@hotmail.com
Sitio web: http://www.misionlibanesa.com.ar
Horario: lunes a viernes de 9 a 12
Santos patronos: San Charbel (tercer domingo de julio ó 23 de julio); San Marón (9 de febrero)
Catedral: San Marón. Paraguay 834, 1057 BUENOS AIRES, tel: (011) 4311-7299 / 4312-8313, fax: (011) 4312-8348.
Correo electrónico: misionlibanesa@hotmail.com
Obispo emérito: S.E.R. Mons. Charbel Georges Merhi, ML

LOS MARONITAS EN LA ARGENTINA
Los maronitas, que deben su nombre a San Marón, un monje del siglo IV que defendió con vigor la fe católica de los Concilios Ecuménicos contra las herejías de su tiempo, son originarios de la antigua Fenicia. Ante la conquista árabe se refugiaron en las montañas del Líbano donde formaron una Iglesia bajo el liderazgo de San Juan Marón, reconocido por el Papa como Patriarca de la Iglesia de Antioquía. Con él comienza una lista ininterrumpida de Patriarcas fieles a Roma y que llevan, junto a su nombre propio, el de Pedro (Boutros), primer Obispo de Antioquía. Los maronitas lucharon, en el Líbano, contra poderosos enemigos para poder confesar libremente su fe católica. En la tierra libanesa cultivaron una devoción muy especial a la Santísima Virgen que invocan como "Cedro del Líbano". En su lucha continua contra el terror y la opresión conservaron su fidelidad a los Papas de Roma y defendieron con valentía al Líbano, cuya historia se identifica con la de ellos. Forzados por la opresión otomana, los maronitas buscaron el camino de la emigración. Los primeros que llegaron a la Argentina lo hicieron en la década de 1860.

LA IGLESIA MARONITA EN LA ARGENTINA
Los pioneros misioneros Maronitas que llegaron a la Argentina en 1901, fueron Juan Gossen y Hallar de Tibre. A su arribo se instalaron en la casa de Jalil Aschkar en la calle Reconquista. Luego establecieron su vivienda en la calle Esmeralda, logrando la radicación en forma definitiva en la calle Paraguay 834. Muchas personas pertenecientes a la elite porteña colaboraron con los padres, don Carlos R. Gallardo, las familia Lacroze Saavedra, Zelaya, entre otras, mereciendo una distinción especial Monseñor Dr. Miguel D’Andrea que fue su director espiritual.
En 1902 fundan el primer colegio, San Marón, para servir a su comunidad; en 1921 la Misión Libanesa Maronita en Mendoza; en 1925 otra en Tucumán, y en 1931 la Misión Maronita en Villa Lynch, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires.
En 1909 el padre Gossen viaja al Líbano para luego dirigirse a Roma. Tenía por finalidad obtener por parte de la Santa Sede una parroquia Maronita en la Argentina. Fracasó en su intento porque el Obispado Argentino presionó para que las Iglesias latinas no perdieran fieles de sus respectivas jurisdicciones.
El Colegio San Marón abrió sus puertas en 1902, los primeros alumnos fueron 120, todos hijos de inmigrantes libaneses. Uno de los objetivos que tenía el establecimiento era la enseñanza del idioma árabe. Al Colegio asistieron jóvenes que venían de distintas provincias, por eso es que había un internado con alumnos pupilos. También tenía una capilla donde se celebraban los oficios religiosos dos veces al día en idioma árabe, haciendo la consagración en idioma arameo. En la capilla del Colegio San Maron, no se podían celebrar bautismos ni casamientos, recién comienza la práctica de estos sacramentos en 1925; cuando Monseñor Fortunato Devoto autorizó a los Maronitas bautizar a sus hijos en la capilla del colegio. Los casamientos iban a poder realizarse cuando los cónyuges fueran católicos de rito Maronita o cuando el hombre lo fuera.
Recién el 1º de enero de 1962, la capilla del Colegio San Marón se convirtió en parroquia por expreso deseo de S.S. Juan XXIII, nombrando al Obispo de Buenos Aires, Monseñor Juan Antonio Caggiano, para que diera a conocer dicha resolución.
Los padres Maronitas fundaron una imprenta y un periódico, “El Misionero”. Este diario tuvo suscriptores en todo el país, fue bien recibido por la comunidad libanesa en la Argentina. En sus páginas hablaban del amor que sentían aquellos inmigrantes hacia la patria dejada. Agradecían también a la Argentina por haberlos recibido, permitiendo a sus hijos estudiar en las Universidades Nacionales convirtiéndose en grandes profesionales de todas las ramas de la ciencia. Este periódico era bilingüe (árabe-castellano); Don Félix Nassif, libanés residente en Dolores, al entrevistarlo explicó: “que él esperaba con ansiedad la llegada del periódico, leía toda la parte escrita en árabe, no quería perder la lengua materna”. Además este anciano muy respetado en toda la ciudad decía: “Yo soy católico, todos los maronitas somos católicos, amamos al Papa Juan Pablo II, por eso es que su imagen siempre me acompaña con esta estampita bendecida por el Santo Padre”. Don Félix Nassif mandó a construir en sus campos una capilla, así lo relato a un periodista en el periódico local. “Un día de acuerdo a la tradición arraigada entre los Maronitas libaneses, decidí la construcción de una capilla para entronizar las imágenes de nuestra Señora del Líbano y la de San Charbel”.
Los Maronitas encontraron en la Argentina una sociedad profundamente católica. Ellos, que se caracterizaron por una fidelidad proverbial al Papa de Roma se integraron con facilidad en las parroquias y diócesis católicas de la Argentina y así han tenido obispos como Monseñor Miguel Hessaine de familia Maronita al servicio de la Iglesia Latina, a la Reverenda Madre Catalina María Chediack, Superiora General del Instituto Esclavas del Sagrado Corazón, y decenas de sacerdotes, religiosos y religiosas que realizan una intensa actividad espiritual que enriquecen el patrimonio cristiano de la Iglesia en el territorio nacional.
Los maronitas son, aproximadamente, unos 700.000 en la Argentina y son todos católicos. Su liturgia se remonta a los primeros siglos del Cristianismo y conserva el mismo idioma que hablaban Cristo y los Apóstoles, el arameo.
Los Maronitas al ser católicos orientales, pueden practicar su liturgia en la Iglesia Latina, pero la Iglesia de Cristo, el Catolicismo es pluriformista, esto significa que hay unidad pero nunca uniformidad. Tanto la Iglesia de Occidente como la de Oriente profesan la misma fe pero tienen una liturgia diferente.
En la Iglesia existe un organismo “la Sagrada Congregación de las Iglesias orientales”, que tiene como misión asegurar la continuidad de los diferentes ritos, entre ellos el de los Maronitas. El objetivo es que los creyentes orientales que viven en sociedades occidentales no pierdan su identidad religiosa.
Vista la cantidad de fieles del rito maronita que vivían en la Argentina, y ante la necesidad de proveerlos de asistencia espiritual, Juan Pablo II erigió el 5 de octubre de 1990, la Eparquía de San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas. Comprende todo el territorio de la República Argentina. Pertenece a la Iglesia Maronita (patriarcal), de rito antioqueño - cuyo actual Patriarca es el cardenal Nasrallah Boutros (Pedro) Sfeir-, una de las 21 Iglesias católicas orientales, dependiente de Roma, que tiene su sede en El Líbano.
El primer obispo-eparca fue, monseñor Charbel Georges Merhi, de la Congregación de los Misioneros Libaneses, elegido por Juan Pablo II el 5 de octubre de 1990; consagrado el 2 de diciembre de ese año; y puesto en posesión de la eparquía el 17 de marzo de 1991. El 5 de octubre de 1990, el Papa daba a conocer un documento histórico que decía: “Juan Pablo Obispo, Siervo de los Siervos de Dios, al amado hijo Charbel Merhi, miembro de la Congregación de los Misioneros Libaneses Maronitas, elegido Eparca de la Sede de San Charbel Bonaerense de los Maronitas, salud y Bendición Apostólica. Puesto que es necesario proveer al Sacro Prelado a la Eparquía de San Charbel Bonaerense de los maronitas, fundada en este mismo día, nos parece que podemos destinarte a ti, amado hijo, como Eparca. Ya hemos conocido bien las claras dotes de tu mente y de tu corazón, así como la doctrina, la prudencia, la piedad y al mismo tiempo la pericia de las cosas pastorales unidas a aquellas cualidades...”.
El Obispo Charbel Merhi tuvo objetivos bien definidos. La primera prioridad fue construir una Catedral en Buenos Aires, que congregue a todos los Maronitas de la Argentina. En el año del Jubileo, el Obispo Maronita pudo concretar esta meta: la de construir la Catedral. El objetivo de la comunidad Maronita fue inaugurar la obra al cumplirse el centenario de la Misión en la Argentina
Al alcanzar la edad de 75 años, por llegar al límite de edad, monseñor Charbel Georges Merhi CML presentó su renuncia al papa Francisco quien luego de aceptarla nombró el 17 de abril del año pasado al Padre Habib Chamieh O.M.M como administrador apostólico de la eparquía de San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas, elevándolo al mismo tiempo a la dignidad episcopal. El obispo electo nació en 1966 en Beirut, El Líbano, y entró en la Orden Maronita de la Bienaventurada Virgen María en 1981; pronunció los votos perpetuos en 1991 y fue ordenado sacerdote en 1992. Es licenciado en Teología Dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma.

LA CATEDRAL DE SAN MARÓN
Fueron distintas las ideas que se tuvieron para concretar la construcción del templo mayor de los maronitas en Argentina, hasta que en 1999 se eligió un proyecto no libre de desafíos pero cargado de sentido: traer un pedazo del Líbano a la Argentina. El diseño de la iglesia tiene su inspiración en los antiguos templos maronitas, sobre todo los del Valle Santo de Kadisha, a donde se trasladaron los arquitectos Giordano y Regueiro. Para esto, se trasladaron en barco piedras en bloque de distintas canteras del Monte Líbano y de la Bekka, además de siete artesanos de esa región para trabajarlas y colocarlas. Entre el bullicio del colegio y los rezos litúrgicos, a maza y cincel, fueron dándole la forma que permitía levantar tanto paredes como columnas y armar las bóvedas. Y para representar la inserción de la comunidad en nuestro país, se optó por usar piedras de Sierra Chica para el armado del piso. Así, en esta arquitectura se une y simboliza la historia de los maronitas presentes hace más de 100 años en nuestra ciudad.
La Catedral se encuentra ubicada en Paraguay 848, en el predio perteneciente a la Misión Libanesa Maronita en Buenos Aires. Vecino a ella se encuentra el Colegio San Marón. La piedra basal fue colocada el 7 de Diciembre de 1979 en presencia del Cardenal Monseñor Juan Carlos Aramburu y del Superior General de la Congregación Revdo. Padre Sassin Zaidan. El 12 de Octubre de 1999 se iniciaron los trabajos de fortificación de las cuatro plantas existentes debajo del templo actual. En Junio del año 2000 se inició el trabajo de construcción de la iglesia, finalizándose el 3 de Noviembre del año 2001. Fue consagrada por la ilustre visita del Cardenal Nasrala Butros Sfeir , Patriarca Maronita de Antioquía y de todo el Oriente.
La Iglesia fue diseñada y construida para que sobreviva a las generaciones de feligreses que componen la gran familia maronita, fuerte y resistente como las piedras y perenne y perdurable como los Cedros del Líbano
Una escalera curva marca el acceso al atrio y a la entrada de la iglesia ubicada en un primer piso.
La fachada totalmente revestida en piedra está dividida en 3 elementos singulares. El primero de ellos, el pórtico, posé un arco de herradura apuntada y enmarca el portón de acceso de metal pintado con terminación bronce, compuesto por una puerta de doble hoja y dos puertas laterales. Las puertas están decoradas con un labrado en metal reproduciendo repetidas veces la Cruz Maronita. Sobre ellas, en el tímpano, un rosetón de vidrio transparente. La pared define un almohadillado con líneas de colores alternados.
El segundo elemento, es una galería decorativa con siete ventanas de arcos peraltados.
Y por último, en la parte superior la Cruz Maronita en un rojo característico, enmarcada por un círculo.
Rematando el frente, en el extremo izquierdo, el campanario, que culmina con una cruz de bronce, dicho espacio posé una campana de igual material que fue fabricada en Argentina y adecuada para ser tocada a la usanza libanesa emitiendo los sonidos típicos de las campanas que resuenan en los templos del Líbano.
El interior de la iglesia es de planta longitudinal y tiene una sola nave. A un lado de la entrada un Confesionario y en el otro extremo la Pila Bautismal. El piso es de mármol dolomita en colores terracota, jade y dorado, extraído de canteras argentinas. Las paredes están compuestas por tres arcos ojivales. Cada arco tiene dos ventanas unidas por un parteluz en forma de columna con fuste fajado. Las ventanas son metálicas acondicionadas para luego colocar vitrales. Un pequeño rosetón vidriado ilumina el extremo superior del arco. Los muros y la bóveda de crucería de estilo gótico son de piedra originaria del Líbano, al igual que toda la iglesia.
El altar mayor esta elevado y presenta escalinatas de acceso. En cada uno de sus extremos, un ambón construido en madera libanesa según la tradición maronita. Están ubicados estratégicamente para la cercanía con los fieles. En el lateral izquierdo del altar se alza una hornacina que contiene el Sagrario y en el lado opuesto otra hornacina con la imagen de San Marón. Cuatro archivoltas enmarcan la bóveda del altar, la que culmina en una linterna natural que resalta un vitral sobre el Espíritu Santo realizado en tonos degradé con los colores del cielo.
El retablo abovedado posee una Cruz Maronita tradicional realizada en madera de cedro libanés y cubierta de un vitral en tonos degradé que van desde el amarillo en el centro hasta el rojo en el extremo, representando el pan y el vino, elementos esenciales de la Eucaristía. En cada extremo de la cruz, sobre el vitral, hay una leyenda escrita en lengua aramea "Padre, Hijo y Espíritu Santo", en igual posición que se menciona al momento de hacer la Señal de la Cruz. Los vitrales antes mencionados fueron realizados en el Líbano según las técnicas más modernas.
El altar –propiamente dicho- fue construido en cinco tipos de piedras de las distintas canteras libanesas. Las piedras armonizan con el resto de la construcción y exhiben las diferentes tonalidades utilizadas en toda la iglesia.
Se accede a la Sacristía por una galería descubierta que se encuentra al costado de la iglesia. Esta sala se comunica al altar a través de dos puertas de cedro argentino que dan al retablo.
El templo está construido en piedra tallada en las canteras de Líbano, por citar algunas, la del Monte Líbano y la del Valle de la Bekaa. Cada una de las provincias del Líbano está representada en la construcción del templo con sus piedras características, lo que explica la diversidad de colores y de tonos.
Alrededor de quinientas veinte toneladas de piedras fueron transportadas por barco desde las montañas libanesas, el mismo medio por el cual llegaron los inmigrantes a la Argentina y tal cual navegaron los fenicios.
La Iglesia fue realizada de acuerdo al estilo arquitectónico de los edificios religiosos libaneses y a semejanza del Convento de San Antonio sito en el Valle Santo -Kadisha- en el norte del Líbano.
El seguimiento del proyecto estuvo a cargo del estudio de arquitectura AXON SRL integrado por los arquitectos Adrián Giordano, Rubén Regueiro y Marisa Scatolaro. Dos de ellos visitaron los templos tradicionales del Líbano a fin de familiarizarse con la arquitectura típica y consultaron a artesanos talladores y constructores expertos en edificios de piedra.
El trabajo de tallado y encaje de las piedras en Argentina fue principalmente realizado por artesanos libaneses del grupo del Sr. Nohra Sfeir.
La administración de la obra fue realizada directamente por los Padres de la Misión Libanesa Maronita.
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ma_allegretti
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor sverbi » Mar Sep 30, 2014 3:42 pm

LOS MARONITAS EN ARGENTINA La Iglesia Maronita, historia y legado

La Iglesia Católica tiene dos raíces. La occidental o romana, y la oriental. Dentro de esta segunda, cuatro son las sedes patriarcales que han marcado su historia: Jerusalen, Alejandría (Egipto), Antioquía de Siria y Costantinopla.?Dentro del grupo de Iglesias que arrancan de Antioquía, existen dos grupos: sirio occidental y sirio oriental. La Iglesia Maronita forma parte del grupo sirio occidental, siendo el siríaco su lengua litúrgica. Se integra, pues, de lleno en la tradición cristiana oriental, siendo su pueblo uno de los de raíces más antiguas de toda la cristiandad.
Vista la cantidad de fieles del rito maronita que viven en la Argentina, y ante la necesidad de proveerlos de asistencia espiritual, Juan Pablo II erigió el 5 de octubre de 1990, la Eparquía de San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas. Comprende todo el territorio de la República Argentina. Pertenece a la Iglesia Maronita (patriarcal), de rito antioqueño, una de las 21 Iglesias católicas orientales, dependiente de Roma, que tiene su sede en El Líbano.

Los maronitas en la Argentina
Los maronitas, que deben su nombre a San Marón, un monje del siglo IV que defendió con vigor la fe católica de los Concilios Ecuménicos contra las herejías de su tiempo, son originarios de la antigua Fenicia. Ante la conquista árabe se refugiaron en las montañas del Líbano donde formaron una Iglesia bajo el liderazgo de San Juan Marón, reconocido por el Papa como Patriarca de la Iglesia de Antioquía. Con él comienza una lista ininterrumpida de Patriarcas fieles a Roma y que llevan, junto a su nombre propio, el de Pedro (Boutros), primer Obispo de Antioquía. Los maronitas lucharon, en el Líbano, contra poderosos enemigos para poder confesar libremente su fe católica. En la tierra libanesa cultivaron una devoción muy especial a la Santísima Virgen que invocan como "Cedro del Líbano". En su lucha continua contra el terror y la opresión conservaron su fidelidad a los Papas de Roma y defendieron con valentía al Líbano, cuya historia se identifica con la de ellos. Forzados por la opresión otomana, los maronitas buscaron el camino de la emigración y llegaron a la Argentina hace más de un siglo. Aquí encontraron un terreno propicio para desarrollar sus actividades y se identificaron rápidamente con la sociedad argentina a la cual sirven con amor y dedicación.

La Iglesia maronita en la Argentina
El 5 de julio de 1901 llegaron a la Argentina los primeros misioneros libaneses maronitas que fundaron la primera Misión Libanesa Maronita en la diáspora. En 1902 fundan el primer colegio, San Marón, para servir a su comunidad; en 1921 la Misión Libanesa Maronita en Mendoza; en 1925 otra en Tucumán, y en 1931 la Misión Maronita en Villa Lynch, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Los maronitas son, aproximadamente, unos 700.000 en la Argentina y son todos católicos. Su liturgia se remonta a los primeros siglos del Cristianismo y conserva el mismo idioma que hablaban Cristo y los Apóstoles, el arameo.
La Eparquía Maronita en la Argentina fue fundada el 5 de octubre de 1990 por Juan Pablo II, que nombró como primer Obispo titular de la misma al P. Charbel Merhi, misionero libanés que ha sido, durante seis años, superior de la Misión Libanesa Maronita. Actualmente el Obispo reside, en San Marón, en Buenos Aires y coordina las actividades de las cuatro Parroquias maronitas que hasta el presente conforman el cuadro pastoral de la Eparquía. La jurisdicción del Obispo se extiende a los aproximadamente 700.000 fieles maronitas, residentes en la República Argentina y en las Malvinas y actúa siempre como servidor de la Iglesia Maronita, apóstol del Líbano y sacerdote de Cristo.
Desde el 30 de junio es Monseñor Habib Chamieh OMM el administrador apostólico de la Eparquía San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas. El prelado fue nombrado por el papa Francisco el pasado 17 de abril y recibió la ordenación episcopal el 26 de mayo en Beirut de manos del patriarca maronita de Antioquía y de todo el Oriente, cardenal Bechara Boutros Raï. El patriarca fue representado en la ceremonia por el arzobispo François Eid, el procurador general del patriarcado en Roma que aprovechó la ocasión para acercarse a Tres Arroyos a visitar a su familia. (Fuentes: Agencia Informativa Católica Argentina; sitio web de la Eparquía de San Charbel de Buenos Aires de los Maronitas)
Los maronitas se radicaron definitivamente en el Líbano debido a las circunstancias de opresión, en la región de Siria, donde vivía su mayor parte, en tiempo de la expansión árabe, en el albor del Islam. Su presencia en la Argentina, como en varios puntos del mundo, se debió a otras circunstancias de otra dramática opresión turca motivada por siglos de arbitrariedad que culminaron en la masacre despiadada del año 1860 que introdujo en la vida del maronita libanés el miedo del futuro y la incertidumbre del porvenir de sus hijos. La opresión, el miedo, la miseria, fueron los principales factores que, sumados al espíritu aventurero que el libanés heredó de los fenicios, sus antepasados, abrieron progresivamente las puertas de la emigración a los diferentes países del mundo, entre ellos la Argentina. A finales del siglo pasado, principalmente en la década de los ochenta, comenzaron a llegar al país platense emigrantes solitarios que poco a poco determinaron la emigración en masa a estas benditas y vastas tierras donde los nuevos emigrantes encontraron una cálida acogida que les incentivó a traer sus familias y integrarse rápida y totalmente en todos los campos de la vida argentina. Así, contamos actualmente con muchos mandatarios, profesionales, empresarios, hombres de cultura y de arte, figuras eminentes de la Iglesia y un caudal popular genuino y activo, conformando una comunidad maronita respetada y disponible para el servicio de toda la sociedad argentina.
Los maronitas, en general, forman un pueblo que alimenta sentimientos profundamente religiosos y vive muy allegado a las iglesias y los conventos, dada su historia como un pueblo que tuvo su origen en la vida monacal orientada por San Marón y sus discípulos. En tiempos, no muy lejanos, el maronita en el Líbano debía su formación religiosa y cultural gracias al esfuerzo del clero de su Iglesia: Son famosas las escuelas que funcionaban al aire libre, debajo del árbol de encina “Taht el sindiene”, bajo la orientación, muchas veces rígida y severa del cura de la aldea o del monje del monasterio. Muchas figuras lucieron en el campo de la cultura universal, en sus diversas ramas del saber, lo que originó el el adagio propagado en Europa: “Sabio como un maronita”. Esta formación impregnada por un cuño típicamente religioso y fundamentalmente monacal, dejó en la psicología del maronita una inclinación natural a la vida espiritual y moral de inspiración evangélica y una docilidad espontánea hacia los pastores de su Iglesia. Encontrando en Argentina una sociedad profundamente católica y conocida ya la fidelidad proverbial de los maronitas a los Papas de Roma, los nuevos inmigrantes se integraron fácilmente en las parroquias y diócesis católicas de la República. Así existen actualmente un obispo, Mons. Hesayne y decenas de sacerdotes y religiosas y religiosos, todos maronitas, a servicio de la Iglesia católica nacional. Este aporte modesto y genuino, en el campo de la evangelización, hace de los maronitas valiosos colaboradores en la obra espiritual que emprendieron los que descubrieron el continente americano y por lo tanto la comunidad maronita o libanesa se pone en espíritu de igualdad con las demás grandes colectividades que conforman la idiosincrasia del pueblo argentino.
En el 5 de octubre de 1990 el Papa Juan Pablo II creó la “Eparquía de San Charbel en Buenos de los Maronitas”, que equivale a una diócesis con jurisdicción personal sobre los descendientes de maronitas, en todo el territorio nacional, para ayudar al pueblo maronita a conservar la fidelidad a su identidad espiritual oriental. En la Iglesia universal de Cristo cabe, por razones históricas de carácter cultural y étnico, una división de la comunidad cristiana en dos ramas, la Occidental con centro Roma y la Oriental, con cuatro centros principales que fueron los cuatro patriarcados de: Antioquía, Jerusalén, Alejandría y Constantinopla. Las dos ramas son unificadas en Cristo como cabeza invisible y en Pedro y sus Sucesores, como cabezas visibles que presiden en la caridad y aseguran la unidad de la Iglesia universal continuadora de la obra salvadora de Cristo. La diversidad de Iglesias se debe a los diversos ritos que conforman la realidad cultural y étnica de la iglesia universal. La pluralidad de los ritos es una riqueza para la iglesia de Cristo y es motivo de una armoniosa unidad en la diversidad. La Iglesia maronita, perteneciente al grupo ritual de la Iglesia de Antioquía, conserva en su liturgia el arameo, el idioma que hablaba Cristo cuando pasó por la tierra.
La Eparquía Maronita cuenta actualmente con cuatro parroquias (Buenos Aires, Capital Federal - Villa Lynch, San Martín Bs.As – Mendoza – Tucumán.) que deben servir a más de un medio millón de maronitas. Todo indica la gigante labor que sus autoridades deben desarrollar para cumplir con la misión pastoral de su Iglesia.

San Charbel en Buenos Aires de los maronitas (Eparquía)

Obispo-Eparca: S.E.R. Mons. Charbel Georges Merhi, ML
Protosincello (Vicario general): R. P. Maroun Moussa
Dirección: Tronador 1464, 1427 BUENOS AIRES Teléfono/fax: (011) 4552-0380
Correo electrónico: mcharbel@hotmail.com Sitio web: www.misionlibanesa.com.ar
Horario: lunes a viernes de 9 a 12
Santos patronos: San Charbel (tercer domingo de julio ó 23 de julio); San Marón (9 de febrero)
Catedral: San Marón. Paraguay 834, 1057 BUENOS AIRES, tel: (011) 4311-7299 / 4312-8313, fax: (011) 4312-8348.
Correo electrónico: misionlibanesa@hotmail.com

Datos históricos
Vista la cantidad de fieles del rito maronita que viven en la Argentina, y ante la necesidad de proveerlos de asistencia espiritual, Juan Pablo II erigió el 5 de octubre de 1990, la Eparquía de San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas. Comprende todo el territorio de la República Argentina. Pertenece a la Iglesia Maronita (patriarcal), de rito antioqueño, una de las 21 Iglesias católicas orientales, dependiente de Roma, que tiene su sede en El Líbano. El actual Patriarca es el cardenal Nasrallah Boutros (Pedro) Sfeir.

Los maronitas en la Argentina
Los maronitas, que deben su nombre a San Marón, un monje del siglo IV que defendió con vigor la fe católica de los Concilios Ecuménicos contra las herejías de su tiempo, son originarios de la antigua Fenicia. Ante la conquista árabe se refugiaron en las montañas del Líbano donde formaron una Iglesia bajo el liderazgo de San Juan Marón, reconocido por el Papa como Patriarca de la Iglesia de Antioquía. Con él comienza una lista ininterrumpida de Patriarcas fieles a Roma y que llevan, junto a su nombre propio, el de Pedro (Boutros), primer Obispo de Antioquía. Los maronitas lucharon, en el Líbano, contra poderosos enemigos para poder confesar libremente su fe católica. En la tierra libanesa cultivaron una devoción muy especial a la Santísima Virgen que invocan como "Cedro del Líbano". En su lucha continua contra el terror y la opresión conservaron su fidelidad a los Papas de Roma y defendieron con valentía al Líbano, cuya historia se identifica con la de ellos. Forzados por la opresión otomana, los maronitas buscaron el camino de la emigración y llegaron a la Argentina hace más de un siglo. Aquí encontraron un terreno propicio para desarrollar sus actividades y se identificaron rápidamente con la sociedad argentina a la cual sirven con amor y dedicación.

La Iglesia maronita en la Argentina
El 5 de julio de 1901 llegaron a la Argentina los primeros misioneros libaneses maronitas que fundaron la primera Misión Libanesa Maronita en la diáspora. En 1902 fundan el primer colegio, San Marón, para servir a su comunidad; en 1921 la Misión Libanesa Maronita en Mendoza; en 1925 otra en Tucumán, y en 1931 la Misión Maronita en Villa Lynch, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Los maronitas son, aproximadamente, unos 700.000 en la Argentina y son todos católicos. Su liturgia se remonta a los primeros siglos del Cristianismo y conserva el mismo idioma que hablaban Cristo y los Apóstoles, el arameo.
El primer obispo-eparca es el actual, monseñor Charbel Georges Merhi, de la Congregación de los Misioneros Libaneses, elegido por Juan Pablo II el 5 de octubre de 1990; consagrado el 2 de diciembre de ese año; y puesto en posesión de la eparquía el 17 de marzo de 1991.

Estadísticas
Superficie: todo el país Diocesanos: 2
Población: 700.000 Religiosos: 6
Católicos: - Total de sacerdotes: 8
Parroquias: 4 Diáconos permanentes: 1
Iglesias y capillas: 3 Seminaristas mayores: -
Casas de religiosos: 3 Centros educativos: 2
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor jaime a. mejía rosales » Mar Sep 30, 2014 4:31 pm

¡Venga Tu Reino!

Estimados en Cristo: aquí mi aportación al Tema.

Les comento que para mí fué una sorpresa saber que San Charbel pertenece a esta órden.

Orden Libanesa Maronita

Las constituciones del Orden Libanés Maronita estipulan que: "el Orden Libanés Maronita constituye una de las vías de la vida monástica auténtica. Se inspira en el espíritu de la Iglesia Maronita Syriaca. Nuestro Orden se basa en la vida comunitaria, la vida de reza, de silencio, de quietud y de praticas aseticas. Además, el Orden asiste a actividades apostólicas, desde el convento como referencia, conforme a su historia y las necesidades de la Iglesia". Maronitas jóvenes de Aleppo han fundado el Orden Libanés Maronita. Llevavan el habito monastico con la benediction del patriarca Stephan Al Douwayhi al monasterio de Notre Dame Kannoubine, el 10 de noviembre 1695. desde entonces, se conmemora, en ese día, la fundación del orden Libanés Maronita. Despues su restauración, los fundadores vivían, en primero, en el monasterio 'Mart Moura', al lado de la región de Ehden. Pero han directamente empezado los trabajos de ensanche, y recibieron el convento de San Elisée en Becharré en 1696. desde el siglo 18, el Orden se extendió en Líbano; y entonces, los siguientes monasteriés eran fundado: San Juan Rechmaya en la region del Chouf en 1706, San Antonio Sir, junto a Rechmaya en 1707, el convento San Antonio Kozhaya, al lado de Ehden, en 1708, Notre Dame de Louaizé en Keserouan en 1706 y otros.

En 1732, la Santo Sede ratificó la constituciones del Orden, que llegaban a ser la base de las constituciones de múltiples ordenes. En 1770, el Orden Libanés Maronita se dividió en dos ramos: el Orden Maronita de Aleppo ( Marista), y el Orden Libanés Maronita.

Desde 1737, el Orden rebasó la fronteras de la Montana libanesa; entonces, misiones a Akka, Roma, Sidon, Tripoli y Chipre eran fundada. En el siglo 19, el Orden pusó énfasis en la formación de sus miembros, de la educación y del progreso. De hecho, multiples miembros se han vuelto en importantes Santos, como San Charbel, Santa Rafqa y el Bienaventurado Neematallah.

Con el incremento de la emigración de los libaneses en el siglo 20, el Orden fundó misiones multiples: en Senegal, Argentina, Brasil, Costa de Marfil, Mali, Mexico, Australia, Canada, Inglaterra, Francia y Venezuela. Y además, el Orden dió apoyo a las misiones en Chipre, Yaffa, Bethleem, y Jerusalem. El orden participó al desarrollo del sector cultural y universitario, especialmente a través la Universidad del Santo Espíritu de Kaslik. Por otro lado, el Orden puso énfasis para que su actividad humana sea pionera; entonces, fundó el hospital Notre Dame de Secours, y el establecimiento de Beit Chabab para los minusvalidos.

Acompañando los emigrantes, el Orden arraigó el pueblo en su tierra. Era a su lado durante las guerras mundiales, regionales y locales. El Orden aguantó lo que el pueblo sufrió: fue expatriado y perseguido. Sus instituciones eran destruidas, y monjes se martirizeron. Cuando la hora de uelta tocó, el Orden era de los primeros a volver y reconstruir, porque dijó que la tierra simbolizó la donación y la misión, y que él que le abandona, pierda su personalidad y renuncie a su historia.

Hoy, a través el dinamismo de su 450 miembros en sus dos ramos masculinó y femenino, en 80 conventos e instituciones, al Líbano y al extranjero, el Orden ya sigue.

Les comparto este video de los monjes en adoración.

https://www.youtube.com/watch?v=uyaaIntiMlM#t=17

Que Dios los bendiga!!! :) :) :)
jaime a. mejía rosales
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor sanaquino » Mar Sep 30, 2014 5:15 pm

San Marón.
Nacimiento siglo IV
Líbano
Fallecimiento 410
Antioquía, cerca de Ciro

Venerado en Iglesia católica romana, Iglesia ortodoxa, Iglesia copta ortodoxa, Iglesia apostólica armenia, Iglesia anglicana.

Festividad • 9 de febrero, (rito romano), (rito maronita);
• 14 de febrero, (Iglesia ortodoxa y ritos orientales: 14 de Febrero en el calendario juliano revisado, 28 de Febrero según el calendario juliano antiguo).


Marón o también conocido como San Marón (m. 410, Siria), fue un monje anacoreta sirio, abad en San Ciro y fundador del rito católico oriental que lleva su nombre, la Iglesia católica maronita.
Fue un cenobita de la Iglesia de Antioquía del siglo IV, que estableció una ermita en el Amanus occidental.

Es un santo venerado tanto en el mundo cristiano de Oriente como en el de Occidente. La festividad de San Marón se celebra el 9 de febrero para la Iglesia católica romana, y el 14 de febrero para la Iglesia ortodoxa.
Marón fue uno de los primeros evangelizadores de la región de Fenicia, que por el siglo IV conservaba sus ritos y religión pagana; la influencia de este asceta dio como resultado que sus discípulos fundaran algunos años después enclaves de evangelización en Monte Líbano.

Siguió su creencia con gran fe, por lo que su fama de santidad pronto se extendió por gran parte de la región de Siria. Era un muy estimado y profundo amigo espiritual de San Juan Crisóstomo, quien le escribía desde la ciudad romana de Cucusus, (Armenia).

Tuvo en su vida numerosos seguidores que quisieron abrazar la vida de austeridad, soledad y oración, que él proponía. Sus características fueron: justicia, templanza, castidad y trabajo duro.

Marón nunca tuvo la idea de formar una iglesia; sino más bien, quiso iniciar dentro de la Iglesia de Antioquía un camino especial de santidad.
Su vida relatada con pocas líneas por el historiador eclesiástico Teodoreto de Ciro, se resume en: fidelidad a Cristo, siguiendo los consejos evangélicos; fidelidad a la iglesia de Cristo, defendiendo a los Santos Cánones de los primeros concilios eclesiásticos; y fidelidad a las santas tradiciones de la Iglesia Oriental, llevando una vida de ermitaño en la cumbre de una montaña cercana al pueblo de Kfar Nabo, donde estaba erigido un templo al dios pagano Nabo, que él transformó en un templo cristiano.

Los maronitas son los cristianos que deben su nombre a Marón, el eremita sirio.

Se lo conoce como santo patrón de todos los católicos maronitas y la ciudad de Volperino, Italia. Si bién en los dos siglos después de la muerte de Marón en el 410 se encomendaron a los cuatro primeros cánones eclesiásticos, parte de la comunidad que creció de sus enseñanzas abrazaría el monotelismo, rechazando así la doctrina del segundo concilio de Constantinopla, y durante las cruzadas entran en comunión con el Papa de Roma en siglo XII.

2.- Otros monjes Maronitas.
san Juan Marón, Nimatullah Al-Hardini, Chárbel Makhlouf y Rafka Choboq Ar-Rayes.

3. Monasterios maronitas.
En una de la colinas las más resplandecientes del Líbano, en la región de Jbeil, se engui el Monasterio San Maron Annaya del Orden Libanés Maronita.


4. ¿La Iglesia maronita es católica?
Si. Y La iglesia ortodoxa también lo celebra. Con el rito manorita.



Los Maronitas son los cristianos que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica de oriente. fue ejemplo para muchas personas, estos fueron sus discípulos, escuchando sus enseñanzas, imitando sus virtudes. estos disipulos fueron llamados "Discípulos de San Marón" que después de su muerte en el año 420, crecieron
sanaquino
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor Adrianajannet » Mar Sep 30, 2014 6:35 pm

San Charbel Makhlouf La Orden Libanesa Maronita

A pesar de los numerosos conventos y comunidad religiosa, los monjes moronitas no pronunciaban voto alguno y no tenían una regla expresa, más que la transmitida de la tradición y atribuida a San Antonio Abad. De la relación tenida en los siglos XV y XVI con los misioneros franciscanos y jesuitas, se sirve para crear una organización centralizada de varios conventos y una regla formal, uniforme y precisa, como venía sucediendo de siglos anteriores en occidente.
Tres jóvenes moronitas, Gabriel Hawa, Abdallah Quarali y José Al-Batn; provenientes de nobles y ricas familias en Alepo, Siria; después de discutir largamente con sus progenitores, deciden dedicarse a la vida de monasterio.
Los tres se presentan al patriarca Stefano Duhai (m.1704), que vivió por largo tiempo en Roma, y quien había podido constatar y apreciar personalmente las ventajas de las organizaciones monásticas centralizadas, para obtener el permiso de fundar una nueva comunidad religiosa.
Los jóvenes, que habían frecuentado las ordenes franciscana, jesuita y carmelita en Alepo, y quienes conocían la organización occidental, sometierón al patriarca su proyecto de dotar de una regla que comprendiera más allá de la transmitida por San Antonio Abad, y que tomara algunas normas típicas de las otras instituciones monásticas, sin olvidar la pronunciación de los votos.
El patriarca buscó en un principio disuadirles, haciéndoles presente los sacrificios que pide la vida comunitaria y pidiéndoles tener paciencia, no obstante, vista la determinación de los jóvenes, acepta y el 10 de noviembre de 1695 reciben los hábitos monásticos, siéndoles concedido un lugar para vivir en el viejo convento de Santo Moura, en Ehden, donde comienza el experimento. En un comienzo no toman voto alguno, pero ese mismo año los tres pronuncian el de pobreza.
Luego de tres largos años de estudio y trabajo, un primer esbozo de la regla está listo y sus fundadores deciden convocar el primer Capítulo General al monasterio de Mar-Licha, en Becharé. El 10 de noviembre de 1698, en el tercer aniversario de su ordenación y día en que el Padre Hawa, fué nombrado Superior General, la nueva orden había nacido.
Con el tiempo, a los tres monjes se les unieron numerosos discípulos y otros conventos habían adoptado la nueva regla. Inicialmente, como reconocimiento a sus fundadores, fueron llamados Alepinos, en el 1706, de Monjes Libaneses de San Antonio.
La nueva orden pronto tuvo su primera prueba a consecuencia de una disputa interna entre el Padre Hawa y el Padre Quarali. El primero sostenía que el puesto de Padre General debía ser de por vida y que la orden debía tener un carácter preponderantemente misionero; mientras que el segundo sostenía que el puesto tenía que ser por un tiempo limitado y la orden volcada casi exclusivamente al rezo y la vida en común. Para dirimir la diferencia fué convocado un Capítulo General anticipado, en el cual fué depuesto el Padre Hawa, y en su función nombrado General de la Orden al Padre Quarali; se estableció que el mandato debía ser por un tiempo limitado y que el General podía tomar decisiones solo conjuntamente y en acuerdo de sus asistentes.
A éste punto, el Padre Hawa, decide abandonar la orden e intenta constituir otra, para luego retirarse definitivamente a Roma. La regla que incluía los votos de castidad, pobreza y obediencia fué aprobada por el patriarca moronita el 18 de junio de 1700, para luego traducirla del árabe al latín. Repasada y aumentada, se aprobó por el Papa Clemente XII, el 31 de marzo de 1732. Conjuntamente al notable desarrollo de la Orden, sea como en número de monjes, como de conventos, el gérmen de la discordia fué latente entre ellos. Los motivos de este contraste son diversos, así como su oposición interna. Los historiadores nunca los han aclarado definitivamente, pero estos llevaron a una división de la Orden en dos facciones; una que incluye a los monjes Alepinos y la otra a aquellos de la montaña. A pesar de dos intervenciones de Roma, a los cuales los monjes habían recurrido para dirimir los pleitos, las desaveniencias no terminan hasta que en 1770 la Santa Sede interviene y constata lo irremediable de la división, la oficializa y divide en dos ramas: La Orden Antoniana Libanesa de los Moronitas (de San Antonio de Abad) y la Orden Antoniana Alepino de los Moronitas.
En la actualidad los monjes son conocidos con la denominación de Orden Libanesa Moronita. A consecuencia de la evolución de los tiempos, desde 1955 ha estado definida como orden no monástica y como tal administra las parroquias dedicándose a la enseñanza. Actualmente la Orden cuenta con 80 casas (17 en el exterior), 300 sacerdotes, numerosos hermanos y postulantes distribuidos en todo el mundo.
http://web.cheapnet.it/sancharbel/ordines.html
Adrianajannet
 
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Re: 7. Órdenes maronitas. 29 septiembre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Sep 30, 2014 8:57 pm

Mons. Georges Abi Younes O.L.M.

Obispo de la Eparquía Maronita de México y Visitador Apostólico de Centro America y Venezuela, comparte:

**********Imagen**********

111 años de la muerte de San Charbel.

"Es un gran honor, para la Eparquía Maronita de México, de mantener y desarrollar la devoción a San Chárbel, en México, como el objetivo principal de las actividades de todos los miembros religiosos y seculares de la diócesis. Este santo, después 111 años de su muerte (1898-2007), sigue el ejemplo y el modelo perfecto para nosotros y para los católicos.

Miembro extraordinario de esta Orden religiosa fundada en 1695 que dio a la iglesia Maronita en especial y a la iglesia universal a este gran Santo. Un santo cuya devoción se extendió por todo el mundo. Un hombre humilde, silencioso, ermitaño, contemplativo y santo quien vivió en oración perpetua a Dios.

En esta ocasión la Eparquía Maronita en México, pone en manos de los devotos de San Chárbel esta novena, como un medio más de devoción a San Chárbel, para la gloria de Dios y la paz en el mundo."

Obispo Georges Saad Abiyunes

Aquí se pueden encontrar oraciones, novena, letanías:
Diócesis Maronita de México. http://www.sancharbel.com/novena.htm
"No anteponer nada al amor de Dios"

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