8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor nidiagamboa » Lun Oct 13, 2014 4:17 pm

Regla de San Basilio
Bajo el nombre de Basilianos están incluidos todos los religiosos que siguen la Regla de San Basilio. Los monasterios de estos religiosos no han tenido nunca la organización jerárquica que existe normalmente en las casas de una orden propiamente dicha. Sólo unas pocas casas estuvieron anteriormente agrupadas en congregaciones o están combinadas de este modo hoy en día. San Basilio preparó esta Regla para los miembros del monasterio que fundó hacia el año 356 en la ribera del Iris, en Capadocia. Antes de formar esta comunidad, San Basilio visitó Egipto, Palestina, Celesiria y Mesopotamia para ver por sí mismo el modo de vida llevada por los monjes en estos países. San Gregorio Nacianceno, que compartió el retiro, ayudó a Basilio con sus consejos y su experiencia. La Regla de Basilio está dividida en dos partes: las “Reglas monásticas mayores” (Regulae fusius tractatae, Migne, P.G., XXXI, 889-1052) y las “Reglas menores” (Regulae brevius tractatae, ibid., 1051-1306). Rufino, que las tradujo al latín, reunió las dos en una única Regla bajo el nombre de “Regulae sancti Basilii episcopi Cappadociae ad monachos” (P.L., CIII, 483-554); esta Regla fue seguida por algunos monasterios occidentales. Durante mucho tiempo, se sostuvo que fue el obispo de Cesarea el autor de una obra sobre el monacato llamada “Contitutiones monasticae” (P.G., XXXI, 1315-1428). En esta Regla, San Basilio seguía un método catequético: el discípulo pregunta y el maestro responde. Él se limita a establecer una serie de principios indiscutibles que guiarán a los superiores y los monjes en su conducta. Envía a sus monjes a las Sagradas Escrituras; a sus ojos, la Biblia es la base de toda la legislación monástica, la verdadera Regla. Las preguntas se refieren generalmente a las virtudes que los monjes deberían practicar y los vicios que deberían evitar. La mayor parte de las respuestas contiene uno o varios versos de la Biblia acompañados de un comentario que define el significado. Las cualidades más destacables de la Regla Basiliana son su prudencia y su sabiduría. Deja a sus superiores el cuidado de establecer los muchos detalles de la vida diaria local e individual; no determina el material que es ejercicio de la práctica religiosa o de los reglamentos administrativos del monasterio. Pobreza, obediencia, renuncia y abnegación son las virtudes en las que se basa San Basilio para la fundación de la vida monástica.
Cuando dio esta Regla, podría no bastar para alguien que deseara organizar un monasterio, puesto que toma esta obra como un hecho cumplido. La vida de los monjes capadocios no podía ser reconstruida con estas referencias a la naturaleza y el número de comidas o la vestimenta. Los superiores tenían como guía una tradición aceptada por todos los monjes. Esta tradición fue progresivamente enriquecida por las decisiones de los concilios, por las ordenanzas de los emperadores de Constantinopla y por los reglamentos de algunos abades reverenciados. Así pues, se formó un conjunto de leyes que regulaban los monasterios. Algunas de éstas fueron aceptadas por todos, otras sólo por las casas de algunos países, mientras que había reglamentos que sólo se aplicaban en algunas comunidades. En este aspecto, el monacato oriental se asemeja al del occidental: es notable la gran variedad de prácticas. La existencia de la Regla de San Basilio formaba un principio de unidad.
II. LOS MONASTERIOS ORIENTALES
Los monasterios de Capadocia fueron los primeros en aceptar la Regla de San Basilio; después se fue extendiendo gradualmente a todos los monasterios del Este. Los de Armenia, Caldea y Siria prefirieron en general, en lugar de la Regla de San Basilio, las prácticas que eran conocidas como la Regla de San Antonio. Ni las autoridades eclesiásticas ni las imperiales se esforzaron en universalizar la conformidad con la Regla de San Basilio. Es por tanto imposible decir en qué época adquirió la supremacía de las comunidades religiosas del mundo griego, pero la fecha es probablemente muy temprana.
De todos los monasterios de este período, el más célebre fue el de San Juan Bautista de Studium, fundado en Constantinopla en el siglo V. Adquirió fama en la época de la persecución iconoclasta mientras estuvo bajo el gobierno del santo Hegumenos (abad) Teodoro, llamado el Estudita. En ningún otro lugar encontraron los emperadores heréticos una resistencia más valiente. Al mismo tiempo, el monasterio era un activo centro de la vida intelectual y artística y un modelo que ejerció una considerable influencia en las prácticas monásticas orientales. Se pueden ver más detalles sobre esto en "Prescriptio constitutionis monasterii Studii" (Migne, P.G., XCIX, 1703-20) y en "Canones de confessione et pro peccatis satisfactione" (ibid., 1721-30) del monasterio. Teodoro atribuyó las prácticas seguidas por los monjes a su tío, San Platón abad, que las introdujo en primer lugar en el monasterio de Saccudium.
Desde el principio, las Iglesias Orientales tomaron a menudo a sus patriarcas y obispos de los monasterios. Más tarde, cuando el clero seglar fue reclutado ampliamente de entre los hombres casados, esta costumbre se hizo casi universal, pues como el oficio episcopal no podía ser dado a hombres que estuvieran casados, se desarrolló de algún modo en un privilegio de los religiosos que habían hecho el voto de castidad. Debido a esto, los monjes formaban una clase aparte, correspondiente al clero superior de las Iglesias Occidentales; esto dio y aún sigue dando una influencia preponderante a los propios monasterios.
III. BASILIANOS CISMÁTICOS
Los monasterios de basilianos cismáticos más conocidos son el del Monte Athos y el del Monte Sinaí. Aparte de estos, hay todavía muchos monasterios en Turquía y en Asia, de los cuales 10 en Jerusalén, 1 en Belén y 4 en Jericó. Son también numerosos en las islas del mar Egeo: 3 en Quíos, 6 en Samos, unos 50 en Creta y 11 en Chipre. En el Viejo Cairo está el monasterio de San Jorge. En Grecia, donde hubo anteriormente hasta 400 monasterios, había en 1832 solamente 82, que aumentaron hasta 169 en 1904; 9 conventos basilianos para mujeres existe actualmente en Grecia. En Rumanía, hay 22 monasterios; 44 en Serbia, con sólo unos 118 monjes; en Bulgaria 78, con 193. Montenegro tiene 11 monasterios y unos 15 monjes; Bosnia 3 y Herzegovina 11. En Dalmacia hay 11 monasterios y en Bucovina 3. Hungría tiene 25 monasterios y 5 ramas distintas. Los monjes cismáticos son mucho más numerosos en Rusia; además, es en este país donde tienen mayor influencia y tienen los monasterios más ricos. En ningún otro sitio ha estado la vida monástica tan conectada con la existencia nacional. Los monasterios más célebres son Pescherskoi, en Kieff, y Troïtsa (Trinidad, Nota del Traductor), en Moscú; cabe mencionar asimismo los monasterios de Solovesk, Nóvgorod, Pskof, Tver, and Vladmir. Rusia tiene unos 9000 monjes y 429 monasterios. No hay diócesis que no tenga al menos una casa religiosa. Los monasterios están divididos entre los que tienen subvenciones estatales y los que no reciben este tipo de ayudas. IV. BASILIANOS CATÓLICOS Cierto número de monasterios basilianos estuvieron siempre en comunión con la Santa Sede. Entre estos estaban las casas fundadas en Sicilia, en Italia. El monasterio de Rossano, fundado por San Nilo el Joven, siguió siendo fiel durante mucho tiempo a las mejores tradiciones literarias de Constantinopla. Cabe mencionar los monasterios de San Salvatore de Mesina y San Salvatore de Otranto; también fue célebre el monasterio de Grottaferrata. La emigración de los griegos al oeste tras la caída de Constantinopla y la unión con Roma, concluida en el Concilio de Florencia, dio un cierto prestigio a estas comunidades. El cardenal Bessarion, que fue abad de Grottaferrata, luchó para estimular la vida intelectual de los basilianos por medio de los tesoros literarios que contenían sus bibliotecas.
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor sorines » Lun Oct 13, 2014 8:08 pm

El Cisma de Oriente

Se llamó históricamente Cisma de Oriente a la separación de Roma con la cristiandad de Occidente de la cristiandad de Oriente.

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Este distanciamiento comienza a gestarse en realidad desde el momento en que el Emperador Constantino, en el año 313 d.C. decide cambiar la capital del Imperio romano a Constantinopla. Y se inicia completamente la separación en el momento en que el Emperador Teodosio el Grande (395), divide el imperio entre sus dos hijos Honorio, que será emperador de Occidente y Arcadio que será el de Oriente.

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Tres causas del Cisma.

1.De tipo étnico. Había antipatía natural entre asiáticos y europeos, unidas al desprecio que sentían los cristianos
orientales a los latinos, estos eran considerados barbaros, a causa de las diversas invasiones germánicas.

2.De tipo religioso.
a.Diferencias en las prácticas litúrgicas y en el calendario.
b.Disputas sobre terrenos episcopales y patriarcales con la división del Imperio.
c.Disgusto en el traslado de la capital lo cual significaba que también se debía cambiar la capital de la Iglesia
universal.
d.Pretensiones de autoridad.
e.Negación de los patriarcas de Oriente a aceptar la autoridad y la tradición apostólica del Papa.
f.Intromisión de los emperadores en asuntos religiosos y eclesiásticos.

3.De tipo político. El apoyo buscado por los Papas en los reyes francos como en Carlomagno en el imperio de Occidente en el siglo IX. Esto frustro a los emperadores de Oriente que pretendían la reunificación del antiguo imperio romano.

A todo esto se puede añadir los pretextos que los patriarcas Focio y Cerulario echaron sobre la Iglesia de Roma. Estos son:

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-Que los Papas no consideraban valido el sacramento de la Confirmación dado por un sacerdote.
-Que los clérigos latinos practicaban el celibato de forma obligatoria.
-Que en la Santa Misa de la Iglesia Romana se usaba pan ácimo, practica considerada por ellos como una influencia
judía.
-Que los Papas habían introducido cambio en el Credo de los apóstoles en cuanto a la Santa Trinidad.

Todo esto motivó una separación definitiva más que un dialogo.

En el año 1054, el Papa León IX envía a Constantinopla una delegación encabezada por el Cardenal Humberto de Silva y los arzobispos Federico de Lorena y Pedro de Amalfi, con un documento en que invitaba a Cerulario a la retractación de algunos aspectos del conflicto junto con un documento de excomunión si se negaba a ceder. Pero el patriarca se negó hasta a recibirlos. A partir de ese momento comenzaron una serie de insultos y burlas sobre las costumbres griegas que por supuesto agravo la situación, dando lugar a que se hiciera efectiva la bula de excomunión el 16 de julio de 1054, la cual fue depositada sobre el altar de la Iglesia Santa Sofía, en Bizancio (antes Constantinopla). Los enviados abandonaron así la ciudad.

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Pero eso no fue todo, unos días después, el 24 de julio, el patriarca Miguel I Cerulario, quemaba la bula papal públicamente y a su vez excomulgaba al Cardenal Humberto y sus compañeros enviados por el Papa León IX. El Cisma estaba plantado, y continua hasta nuestros días.

Separacion de Roma y Constantinopla. Imagen

Desde aquella ocasión las dos Iglesias se denominan a sí mismas: Iglesia Católica Romana e Iglesia Católica Ortodoxa respectivamente. Así como también las dos se consideran como heredera legitima de la Iglesia primitiva fundada por Cristo, atribuyendo a la otra el habar abandonado a la Iglesia verdadera. Como quiera que sea las dos Iglesias han hecho muchos esfuerzos por encontrar un dialogo y un acercamiento:

- 1274: Primer acercamiento con motivo del Concilio de Lyon.
- 1439: Acercamiento en el Concilio de Basilea.

Imagen Imagen

Los dos intentos fueron fallidos por la intransigencia de cada parte.

Con el paso de cientos de años, las dos Iglesias han hecho varios intentos de acercamiento, mientras las dos se extendían en territorio. La Iglesia de Occidente hacia América, donde tuvo la experiencia del protestantismo y la de Oriente hacia los Balcanes, en la Europa Oriental Eslava y en Rusia.

Más cercanos a nuestros días, en 1991 se dio un paso significativo, cuando la Iglesia Ortodoxa Oriental y la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas alcanzaron un consenso teológico sobre el Hijo en la Santa Trinidad.

Otros contactos de ambas partes se han intentado o realizado como por ejemplo en 1965, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras emitieron conjuntamente un documento donde se anulaban las excomuniones (de 1054) de ambas partes, dicho documento fue leído simultáneamente en una reunión del Concilio Vaticano II en Roma y en una ceremonia en Estambul, declarándose así un verdadero deseo de ambas iglesias por alcanzar la reconciliación.

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En Junio de 1995, el Patriarca Bartolomé se reunió en varias ocasiones con el Papa Juan Pablo II, para lograr que las dos iglesias se acerquen aún más.

El 8 de Abril de 2005 el Patriarca junto a otros líderes de la Iglesia Oriental asistieron al funeral del Papa Juan Pablo II.

El Papa Benedicto XVI también expresó su deseo de continuar el acercamiento y ya estamos viendo que con la llegada de Francisco al Papado continúan dándose pasos para el acercamiento de estas dos iglesias y de otras. En un mundo fragmentado por tantas luchas, la fe, el amor y la paz que trajo Jesucristo se deben alzar como un estandarte que traiga a este mundo más armonía y la presencia del Reino de Dios.

Fuente: http://es.slideshare.net/kiocho2/cisma- ... e-14420681
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor sorines » Lun Oct 13, 2014 9:05 pm

San Basilio Magno.

Imagen Perteneció a una familia de santos. Su abuelo murió mártir en la persecución. La abuela fue Santa Macrina. La mamá: Santa Amelia. La hermana también fue santa. Sus hermanos San Pedro obispo de Sebaste y San Gregorio Niceno. Basilio significa: "Rey". Nació en Cesarea de Turquía el año 329. Estudió en Atenas y Constantinopla.

Imagen Al ver a su hermana Santa Macrina que había fundado un monasterio de monjas y que progresaban mucho en santidad, Basilio se fue a Egipto a aprender de los monjes del desierto el modo de vivir como monje, en soledad; y al volver de allá se hizo monje y redactó sus famosas "Constituciones" que son la primera Regla de vida que se escribió para los religiosos.
En sus Reglas, San Basilio enseña cómo vivir en oración, estudio, buenas lecturas y trabajos manuales en un monasterio y cómo hacerse santo en la vida religiosa. En esas "Constituciones" se han basado los más famosos fundadores de Comunidades para redactar los Reglamentos de sus Congregaciones.

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Basilio fue elegido Arzobispo de Cesarea, y el delegado del gobierno quiso hacerle renegar de la fe. Pero el santo respondió:

¿Qué me vas a poder quitar si no tengo casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres? ¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré ni un día de tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Qué me vas a desterrar? A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios, allí es mi patria, y allí me sentiré contento… El gobernador le respondió admirado: "Jamás nadie me había contestado así". Y Basilio añadió: "Es que jamás te habías encontrado con un obispo".

El gobernante no se atrevió a castigarlo porque le pareció que era un gran santo, y porque todo el pueblo lo veneraba inmensamente.

Su oratoria era muy buena y por sus admirables escritos y por las muchísimas obras que hizo en favor del pueblo, fue llamado "Basilio el Grande". Era amado por cristianos, judíos y paganos.
Fue al primero que se le ocurrió fundar por allí un Hospital para pobres y un ancianato. Todo, todo lo que llegaba lo regalaba a los necesitados.

Estudió mucho la Biblia y sus sermones están llenos de frases de la Sagrada Escritura. Y era especializado en filosofía y en literatura y así sus escritos están redactados de una manera muy sabia y agradable.

Se conservan unas 365 cartas suyas, muy hermosas y de provechosa lectura para el alma.
Trabajaba y escribía sin cesar. La gente decía: "El obispo Basilio predica a todas horas: en las misas, en las reuniones, en las catequesis, y cuando no está hablando con sus labios, está predicando con las buenas obras que hace en favor de los demás".

Murió el 1o de Enero del año 379 cuando sólo tenía 49 años y fue sepultado el 2 de enero, en medio de un gentío tan grande y unos lloros tan impresionantes como nunca se habían presenciado en aquella ciudad capital.

San Gregorio Niacianceno, Arzobispo de Constantinopla, dijo en su discurso el día del entierro:

"Basilio santo, nació entre los santos. Basilio pobre vivió pobre entre los pobres. Basilio, hijo de mártires sufrió como un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con sus buenos ejemplos y seguirá predicando siempre con sus escritos admirables".

San Basilio el Grande: ¡Ruega por nosotros!


https://www.ewtn.com/spanish/saints/Basilio.htm

Catedral de San Basilio, símbolo de la Capital de Rusia. Imagen Imagen Interior de la Catedral
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Al+100cia » Lun Oct 13, 2014 11:15 pm

JMJ

Feliz reencuentro peregrinos...

Me quedé rezagada; pero trato de seguir la senda en ascenso!!!


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Los iconos

Los iconos ayudan a que la oración sea bella. Son como ventanas que se abren hacia las realidades del Reino de Dios y las hacen presentes en nuestra oración aquí en la tierra. Son una llamada a nuestra propia transfiguración.
Siendo imagen, el icono no es solamente pura ilustración o decoración. El icono es el símbolo de la encarnación, es presencia que ofrece a los ojos el mensaje espiritual que la Palabra dirige a los oídos.

El fundamente de los iconos es, según san Juan Damasceno (siglo VIII), la venida de Cristo a la tierra. La salvación está unida a la encarnación del Verbo Divino y en consecuencia a la materia. «En otros tiempos, Dios, el incorporal y el invisible, nunca era representado. Pero ahora que Dios se ha manifestado en la carne y ha habitado entre los hombres, represento lo visible de Dios. No adoro la materia, sino adoro al creador de la materia, que se ha vuelto materia por mi causa, que ha querido habitar la materia y que, por la materia, ha logrado mi salvación».

Por la fe que expresa, por su belleza y por su profundidad, el icono puede abrir un espacio de paz y sostener una espera. Invita a acoger el misterio de la salvación incluso en la carne y hasta en la creación.

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Icono de la Virgen María en la iglesia de la Reconciliación de Taizé."Este ícono ha sido bendecido por el Metropólita Nikodim, de Leningrado, durante su visita a Taizé en 1962".


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Contemplación de la Virgen de la Ternura

La oración con iconos

Las palabras interpelan el oído, la imagen se dirige a la vista. El orante ante el icono mira a Cristo y se deja mirar por Él, busca a Dios en silencio contemplativo y se deja encontrar, escucha e interioriza la Palabra que el Espíritu Santo le comunica a través de la imagen. “La pintura tiene que ser para el ojo de la persona, lo que la palabra es para el oído: exhortación, ánimo, instrucción.” (San Basilio)

“La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite mediante la palabra. Imagen y Palabra se esclarecen mutuamente.” (Catecismo 1160) Los iconos cristianos son como ventanas de acceso al misterio de Dios. La imagen que tenemos delante ayuda a entrar en contacto con la imagen de Cristo que llevamos dentro de nuestro corazón.

¿Qué encontramos en el icono de la Virgen de la Ternura?

(…) Comparto algunos elementos que a mí me ayudan del icono de la Virgen de la Ternura, o la Virgen de Vladimir. Frente a ella hice mi oración personal esta mañana. Me centré sobre todo en la imagen de la Virgen María.

Recuerda, estas notas son sólo una iniciación, lo más importante en esta forma de oración es la interiorización de la verdad que contiene el icono para de allí pasar al encuentro personal con Dios y al diálogo con Él. No te quedes en la lectura de estas reflexiones, sino detente, contempla la imagen con veneración; no una sino muchas veces y con mucha calma, con la certeza de que el Espíritu Santo te hablará. Se trata de establecer una unión espiritual con María, de sentir cerca a nuestra Madre que está en el cielo y que el icono representa.

- El rostro de María: destaca la dulzura, la ternura y la intimidad que caracterizan el encuentro personal de la Virgen María y de Jesús y el modo en que María “conservaba todas esas cosas meditándolas en su corazón” (cfr. Lc. 2,19)

El rostro de María refleja el peso del sufrimiento que lleva dentro: “Una espada te atravesará el alma” (Lc 2,34-35) y adopta una actitud de abandono, dejando que su hijo la abrace, abarcándola por completo. Jesús, con un rostro que irradia humanidad y ternura, la protege y la consuela con su mirada compasiva y con el contacto de su mejilla con la de María. Ante la respuesta amorosa de su Hijo, contemplamos a la Virgen María gustando en su interior el Salmo 17,8: “Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.”

La belleza del rostro de María no deslumbra exteriormente; se trata de una belleza interior, propia de quien está impregnada del Espíritu Santo, de cuya gloria es transparencia.

- La mirada:lo más bello en su rostro son sus ojos: fuente de profunda paz. El secreto de su mirada interior volcada sobre la belleza del misterio de Dios se nos comunica a través de la mirada exterior. La mirada de la Santísima Virgen no se dirige a Jesús sino al orante que está delante. En esos ojos podemos contemplar la profundidad contemplativa de María ante el misterio de la Encarnación del Verbo y el terrible dolor ante sufrimiento redentor de su Hijo prolongado en su Cuerpo Místico que es la Iglesia.

María mira con ternura y tristeza a los que sufren en su peregrinación terrena y a la humanidad pecadora que ofende a Su Hijo. Al mismo tiempo nos está diciendo que no tenemos de qué preocuparnos, pues el Corazón de Jesús nos mira con compasión como lo hace con Ella: Dios es rico en misericordia, es consuelo para el que sufre y es luz para su pueblo que camina en tinieblas: “Aunque camines por cañadas oscuras, nada temas, porque el Señor va contigo”. (cf. Salmo 22, 4)

De inmediato vienen a la memoria las palabras de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, prolongación de los sentimientos del Sagrado Corazón de Su Hijo: “No temas esta enfermedad, ni en ningún modo a enfermedad otra alguna o dolor entristecedor. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra, bajo mi amparo? ¿Acaso no soy yo la fuente de tu alegría? ¿Qué no estás en mi regazo, en el cruce de mis brazos? ¿Por ventura aun tienes necesidad de cosa otra alguna?” (Nican Mopohua)

El juego de miradas entre Jesús, María y nosotros es como una espiral o un círculo virtuoso que llama a un mayor amor y una creciente intimidad. Los ojos de María son grandes, con pupilas que se expanden y cejas que se prolongan, como queriendo abarcarnos a todos, los que nos acercamos a ella y los que no, y diciendo que esa invitación se extiende a todos los hombres por igual.

- Los oídos están cubiertos. La boca es pequeña: María guarda silencio, escucha la voz interior.

- Las manos de María: en el centro del icono está la mano izquierda de la Virgen indicando a Jesús. Nos dice: “Él es el camino” y nos invita a adorar al Hijo de Dios, nacido de María, verdadero Dios y verdadero hombre. La mano derecha está sosteniendo a Jesús, lo levanta, lo alza para mostrar su gran tesoro. Esta mano tiene la forma de un cáliz, que recibe la Sangre Redentora de Cristo. María la recoge, la muestra, nos la ofrece. Me gusta contemplar en este gesto a María, Madre de los sacerdotes y maestra de vida eucarística.

- La luz intensa que irradian los rostros y las vestiduras; nos está gritando que Cristo es la luz del mundo, el faro luminoso que nos guía en el camino, la belleza suprema que ilumina nuestras vidas. ¿Dónde está la suprema belleza? ¿De quién procede toda belleza? De Cristo que se encarnó, murió y resucitó por amor al Padre y a todos nosotros. La luz que se refleja en el rostro de María nos recuerda que la belleza de la creación es transparencia de la belleza de Dios y que en el caso de María, la llena de gracia, brilla con una fuerza especial.

- El vestido de María: es de color púrpura que representa su condición de Reina. Tiene tres estrellas, una en la cabeza y dos en los hombros: simbolizan su virginidad antes, durante y después del parto, así como la Santísima Trinidad. La tercera estrella, la del lado derecho es Cristo mismo:“Yo soy la estrella radiante de la mañana” (Ap 22,16). También la composición triangular del icono nos habla de la Trinidad que abarca y penetra todas las cosas, como el manto que cubre todo el cuerpo de la Virgen (“El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”, Lc 1, 35).

- La figura de María: es dinámica, como la Iglesia en camino; la de Jesús es estática: roca firme que fundamenta el universo y que nos sostiene en las dificultades de la vida: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Rm 8, 35-39)

- Las letras, que están junto a la cabeza de María son las iniciales de “Madre de Dios”, en griego. Nuestra Madre del cielo nos invita a todos sus hijos a participar de la vida de Dios en una intimidad familiar con la Santísima Trinidad, junto a la Madre, gracias a la puerta que Cristo Redentor nos abrió por su pasión, muerte y resurrección.

Este icono es una llamada a la conversión por el camino de la belleza: por la experiencia viva de la misericordia divina que se nos revela a través del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.

Ahora detente a ver la imagen, luego contémplala en actitud orante y finalmente gústala en tu interior, con la certeza de que contiene un mensaje de Dios para ti. A través de la mirada toma posesión del mensaje que Jesús y María te quieren dar y escucha la voz interior del Espíritu Santo. Que tus ojos te acerquen a la Santísima Virgen con una mirada de fe, suplicándole que te dé acceso a su intimidad para hacer más tuyo, más cercano el misterio de la misericordia de Dios.
Fuente http://www.la-oracion.com , P. Evaristo Sada LC

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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Antonio_Apostol » Mar Oct 14, 2014 6:57 pm

Hola estimados peregrinos acá un poco mas sobre La regla de san Basilio.

fuente: http://ec.aciprensa.com/wiki/Regla_de_San_Basilio

Regla de San Basilio[
I.Bajo el nombre de Basilianos están incluidos todos los religiosos que siguen la Regla de San Basilio. Los monasterios de estos religiosos no han tenido nunca la organización jerárquica que existe normalmente en las casas de una orden propiamente dicha. Sólo unas pocas casas estuvieron anteriormente agrupadas en congregaciones o están combinadas de este modo hoy en día. San Basilio preparó esta Regla para los miembros del monasterio que fundó hacia el año 356 en la ribera del Iris, en Capadocia. Antes de formar esta comunidad, San Basilio visitó Egipto, Palestina, Celesiria y Mesopotamia para ver por sí mismo el modo de vida llevada por los monjes en estos países. San Gregorio Nacianceno, que compartió el retiro, ayudó a Basilio con sus consejos y su experiencia. La Regla de Basilio está dividida en dos partes: las “Reglas monásticas mayores” (Regulae fusius tractatae, Migne, P.G., XXXI, 889-1052) y las “Reglas menores” (Regulae brevius tractatae, ibid., 1051-1306). Rufino, que las tradujo al latín, reunió las dos en una única Regla bajo el nombre de “Regulae sancti Basilii episcopi Cappadociae ad monachos” (P.L., CIII, 483-554); esta Regla fue seguida por algunos monasterios occidentales. Durante mucho tiempo, se sostuvo que fue el obispo de Cesarea el autor de una obra sobre el monacato llamada “Contitutiones monasticae” (P.G., XXXI, 1315-1428). En esta Regla, San Basilio seguía un método catequético: el discípulo pregunta y el maestro responde. Él se limita a establecer una serie de principios indiscutibles que guiarán a los superiores y los monjes en su conducta. Envía a sus monjes a las Sagradas Escrituras; a sus ojos, la Biblia es la base de toda la legislación monástica, la verdadera Regla. Las preguntas se refieren generalmente a las virtudes que los monjes deberían practicar y los vicios que deberían evitar. La mayor parte de las respuestas contiene uno o varios versos de la Biblia acompañados de un comentario que define el significado. Las cualidades más destacables de la Regla Basiliana son su prudencia y su sabiduría. Deja a sus superiores el cuidado de establecer los muchos detalles de la vida diaria local e individual; no determina el material que es ejercicio de la práctica religiosa o de los reglamentos administrativos del monasterio. Pobreza, obediencia, renuncia y abnegación son las virtudes en las que se basa San Basilio para la fundación de la vida monástica.

Cuando dio esta Regla, podría no bastar para alguien que deseara organizar un monasterio, puesto que toma esta obra como un hecho cumplido. La vida de los monjes capadocios no podía ser reconstruida con estas referencias a la naturaleza y el número de comidas o la vestimenta. Los superiores tenían como guía una tradición aceptada por todos los monjes. Esta tradición fue progresivamente enriquecida por las decisiones de los concilios, por las ordenanzas de los emperadores de Constantinopla y por los reglamentos de algunos abades reverenciados. Así pues, se formó un conjunto de leyes que regulaban los monasterios. Algunas de éstas fueron aceptadas por todos, otras sólo por las casas de algunos países, mientras que había reglamentos que sólo se aplicaban en algunas comunidades. En este aspecto, el monacato oriental se asemeja al del occidental: es notable la gran variedad de prácticas. La existencia de la Regla de San Basilio formaba un principio de unidad.

II. LOS MONASTERIOS ORIENTALES

Los monasterios de Capadocia fueron los primeros en aceptar la Regla de San Basilio; después se fue extendiendo gradualmente a todos los monasterios del Este. Los de Armenia, Caldea y Siria prefirieron en general, en lugar de la Regla de San Basilio, las prácticas que eran conocidas como la Regla de San Antonio. Ni las autoridades eclesiásticas ni las imperiales se esforzaron en universalizar la conformidad con la Regla de San Basilio. Es por tanto imposible decir en qué época adquirió la supremacía de las comunidades religiosas del mundo griego, pero la fecha es probablemente muy temprana. El desarrollo del monacato fue, por decirlo brevemente, la causa de su difusión. Protegidos por los emperadores y los patriarcas, los monasterios aumentaron rápidamente. En 536, la diócesis de Constantinopla tenía no menos de sesenta y ocho, la de Calcedonia cuarenta, y estos números aumentaron continuamente. Aunque el monacato no fue capaz de extenderse por todas las partes del imperio con igual rapidez; esto es lo que debe inferirse de estas cifras. Estos monjes fueron parte activa de la vida eclesiástica de su tiempo: participaban en todos los desacuerdos, tanto teológicos como de otro tipo, y se asociaron con todas las obras de caridad. Sus monasterios fueron lugar de refugio de estudiosos. Muchos de los obispos y patriarcas fueron elegidos de entre sus rangos. Su historia está entretejida, además, don la de las Iglesias Orientales. Dieron a la predicación del Evangelio sus más grandes apóstoles. Como resultado, la vida monástica consiguió establecerse al mismo tiempo que el Cristianismo se expandió entre todas las razas. La posición de los monjes en el Imperio fue de gran poder, y su riqueza ayudó a aumentar su influencia. Por ello, su desarrollo siguió un ritmo paralelo al de sus hermanos occidentales. Los monjes, como regla general, siguieron las vicisitudes teológicas de los emperadores y patriarcas, y no mostraron una notable independencia excepto durante la persecución iconoclasta; las posición que tomaron en esta generó la ira de los controversialistas imperiales. Hubo mártires entre ellos; muchos fueron condenados al exilio y algunos aprovecharon esta condena para reorganizar su vida religiosa en Italia.

De todos los monasterios de este período, el más célebre fue el de San Juan Bautista de Studium, fundado en Constantinopla en el siglo V. Adquirió fama en la época de la persecución iconoclasta mientras estuvo bajo el gobierno del santo Hegumenos (abad) Teodoro, llamado el Estudita. En ningún otro lugar encontraron los emperadores heréticos una resistencia más valiente. Al mismo tiempo, el monasterio era un activo centro de la vida intelectual y artística y un modelo que ejerció una considerable influencia en las prácticas monásticas orientales. Se pueden ver más detalles sobre esto en "Prescriptio constitutionis monasterii Studii" (Migne, P.G., XCIX, 1703-20) y en "Canones de confessione et pro peccatis satisfactione" (ibid., 1721-30) del monasterio. Teodoro atribuyó las prácticas seguidas por los monjes a su tío, San Platón abad, que las introdujo en primer lugar en el monasterio de Saccudium. Los demás monasterios las adoptaron uno tras otro, y son todavía seguidas por los monjes del Monte Athos. El monasterio del Monte Athos fue fundado hacia el final del siglo X con la ayuda del emperador Basilio el Macedonio y se convirtió en el más grande y célebre de todos los monasterios de Oriente; es en realidad una provincia monástica. El Monasterio del Monte Olimpo, en Bitinia, merece ser mencionado, aunque nunca fue tan importante como aquel. El monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí, que se retrotrae a los comienzos del monacato, tuvo gran fama y aún es ocupado por monjes. Nos limitaremos a citar aquí los monjes que han dejado su huella en la literatura eclesiástica: Leoncio de Bizancio (muerto en 543), autor de un tratado contra los nestorianos y los eutiquianos; San Sofronio, patriarca de Jerusalén, uno de los más vigorosos adversarios de la herejía monotelita (P.G., LXXXVII, 3147-4014); San Máximo el Confesor, abad de Crisópolis (muerto en 662), el representante más brillante del monacato bizantino del siglo VII; en sus escritos y letras, San Máximo combatió firmemente a los partidarios de las erróneas doctrinas del monotelismo (Id., XC y XCI); San Juan Damasceno, que quizá podría incluirse entre los basilianos; San Teodoro el Estudita (muerto en 829), el defensor de la veneración de imágenes sagradas; sus obras incluyen escritos teológicos, ascéticos, hagiográficos, litúrgicos e históricos (P.G., XCIX). Los monasterios bizantinos proporcionan un gran número de historiadores que también eran monjes: Juan Malalas, cuya “Monographia” (P.G., XCVII, 9-190) sirvió de modelo para los cronistas orientales; Jorge Pinceló, que escribió una “Selected Chronographia”; su amigo y discípulo San Teófanes (muerto en 817), abad del “Gran terreno” cerca de Cícico, autor de otra “Chronographia” (P.G., CVIII); el patriarca Nicéforo, que escribió (815-829) un histórico “Breviarium” (una historia bizantina) y una cronografía abreviada (P.G., C, 879-991); Jorge el Monje, cuya crónica se para en el 842 d.C. (P.G. CX). Hubo además un gran número de monjes, hagiógrafos, himnologistas y poetas que participaron activamente en el desarrollo de la liturgia griega. Entre los autores de himnos podrían citarse a: San Máximo el Confesor, San Teodoro el Estudita, San Romano el Melodista, San Andrés de Creta, San Juan Damasceno, Cosme de Jerusalén y San José el Himnógrafo. La caligrafía y la copia de manuscritos eran muy estimadas entre los basilianos. Entre los monasterios que sobresalieron en el arte de la copia se encuentran el Studium, el del Monte Athos, el monasterio de la Isla de Patmos y el de Rossano (Sicilia); la tradición continuó más tarde en el monasterio de Grottaferrata, cerca de Roma. Estos monasterios, y también otros, fueron estudios de arte religioso donde los monjes trabajaban arduamente para producir miniaturas en los manuscritos, pinturas y obras de orfebrería. El triunfo de la ortodoxia sobre la herejía iconoclasta infundió un extraordinario entusiasmo en esta parte de sus trabajos.

Desde el principio, las Iglesias Orientales tomaron a menudo a sus patriarcas y obispos de los monasterios. Más tarde, cuando el clero seglar fue reclutado ampliamente de entre los hombres casados, esta costumbre se hizo casi universal, pues como el oficio episcopal no podía ser dado a hombres que estuvieran casados, se desarrolló de algún modo en un privilegio de los religiosos que habían hecho el voto de castidad. Debido a esto, los monjes formaban una clase aparte, correspondiente al clero superior de las Iglesias Occidentales; esto dio y aún sigue dando una influencia preponderante a los propios monasterios. En algunos de ellos, se enseña Teología tanto a clérigos como a laicos. Mientras el espíritu de proselitismo existió en el este, los monasterios proporcionaban a la Iglesia todos sus misioneros. Los nombres de dos de ellos están inscritos en el calendario de las festividades de Roma: San Cirilo y San Metodio, los apóstoles de los eslavos. El cisma bizantino no cambió notablemente la posición de los monjes basilianos y sus monasterios. Sus sufrimientos comenzaron con la conquista mahometana. Para una gran parte de ellos, la conquista fue su completa ruina, especialmente para aquellos de lo que hoy es Turquía, Asia y la región de alrededor de Constantinopla. En el Este, los conventos de mujeres adoptaron la Regla de San Basilio y tenían constituciones copiadas de las de los monjes basilianos.

III. BASILIANOS CISMÁTICOS

Los monasterios de basilianos cismáticos más conocidos son el del Monte Athos y el del Monte Sinaí. Aparte de estos, hay todavía muchos monasterios en Turquía y en Asia, de los cuales 10 en Jerusalén, 1 en Belén y 4 en Jericó. Son también numerosos en las islas del mar Egeo: 3 en Quíos, 6 en Samos, unos 50 en Creta y 11 en Chipre. En el Viejo Cairo está el monasterio de San Jorge. En Grecia, donde hubo anteriormente hasta 400 monasterios, había en 1832 solamente 82, que aumentaron hasta 169 en 1904; 9 conventos basilianos para mujeres existe actualmente en Grecia. En Rumanía, hay 22 monasterios; 44 en Serbia, con sólo unos 118 monjes; en Bulgaria 78, con 193. Montenegro tiene 11 monasterios y unos 15 monjes; Bosnia 3 y Herzegovina 11. En Dalmacia hay 11 monasterios y en Bucovina 3. Hungría tiene 25 monasterios y 5 ramas distintas. Los monjes cismáticos son mucho más numerosos en Rusia; además, es en este país donde tienen mayor influencia y tienen los monasterios más ricos. En ningún otro sitio ha estado la vida monástica tan conectada con la existencia nacional. Los monasterios más célebres son Pescherskoi, en Kieff, y Troïtsa (Trinidad, Nota del Traductor), en Moscú; cabe mencionar asimismo los monasterios de Solovesk, Nóvgorod, Pskof, Tver, and Vladmir. Rusia tiene unos 9000 monjes y 429 monasterios. No hay diócesis que no tenga al menos una casa religiosa. Los monasterios están divididos entre los que tienen subvenciones estatales y los que no reciben este tipo de ayudas. IV. BASILIANOS CATÓLICOS Cierto número de monasterios basilianos estuvieron siempre en comunión con la Santa Sede. Entre estos estaban las casas fundadas en Sicilia, en Italia. El monasterio de Rossano, fundado por San Nilo el Joven, siguió siendo fiel durante mucho tiempo a las mejores tradiciones literarias de Constantinopla. Cabe mencionar los monasterios de San Salvatore de Mesina y San Salvatore de Otranto; también fue célebre el monasterio de Grottaferrata. La emigración de los griegos al oeste tras la caída de Constantinopla y la unión con Roma, concluida en el Concilio de Florencia, dio un cierto prestigio a estas comunidades. El cardenal Bessarion, que fue abad de Grottaferrata, luchó para estimular la vida intelectual de los basilianos por medio de los tesoros literarios que contenían sus bibliotecas.

Un buen número de comunidades católicas siguió existiendo en el Este. La Santa Sede las animó a unirse en congregaciones, a saber: San Salvador, fundada en 1715, que incluye 8 monasterios y 21 hospicios con unos 250 monjes; la congregación de Aleppo, con 4 monasterios y 2 hospicios; la de los Baladitas (Valaditas), con 4 monasterios y 3 hospicios. Estas dos últimas congregaciones tienes sus casas en el distrito del Monte Líbano. San Josafat y el padre Rutsky, que trabajaron para devolver a las Iglesias rutenas a la unidad católica, reformaron a los basilianos de Lituania. Comenzaron con el monasterio de la Santísima Trinidad en Vilna (1607). El monasterio de Byten, fundado en 1613, fue la ciudadela de la unión en Lituania. Otros monjes adoptaron la reforma o fueron fundados por monjes reformados. El 19 de julio de 1617, los monasterios reformados se organizaron en una congregación bajo un proto-archimandrita, y conocido como la congregación de la Santísima Trinidad o de Lituania. La congregación aumentó con la unión. El número de casas se había elevado hasta treinta en tiempos del capítulo general de 1636. Tras el concilio de Zamosc, los monasterios fuera de Lituania que no se habían incorporado a la congregación de la Santísima Trinidad se integraron en una congregación que llevaba el título de “Patrocinium [Protección] B.M.V.” (1739). Benedicto XIV deseó en 1744 formar una sola congregación de estas dos, dándole el nombre de Orden Rutena de San Basilio y dividiéndola en las dos provincias de Lituania y Curlandia. Tras la supresión de la Compañía de Jesús, estos religiosos se encargaron de los colegios jesuitas. El derrocamiento de Polonia y la persecución llevada a cabo por los rusos contra los uniatos griegos fueron muy desfavorables para el crecimiento de la congregación, y el número de estos monasterios basilianos disminuyó enormemente. León XIII, en su encíclica “Singulare praesidium” del 12 de mayo de 1881, ordenó una reforma de los basilianos rutenos de Galitzia. Esta reforma comenzó en el monasterio de Dabromil; sus miembros han sustituido poco a poco a los no reformados en los monasterios de la región. Se dedican, en conexión con el clero uniato, a las distintas labores de apostolado que demandan la condición moral o las diferentes razas del distrito. V. BASILIANOS LATINOS En el siglo XVI, los monasterios italianos de esta orden fueron decayendo. A instancias del cardenal Sirlet, el Papa Gregorio XIII ordenó en 1573 su unión en una congregación bajo el control de un superior general. Se utilizó la posibilidad de separar los ingresos de las abadías de los de los monasterios. Las casas de los basilianos italianos fueron divididas en las tres provincias de Sicilia, Calabria y Roma. Aunque los monjes siguieron fieles al principio a la liturgia griega, mostraron una inclinación hacia el uso de la liturgia latina; algunos monasterios han adoptado este último de un modo completo. En España, había una congregación basiliana con no tenía ninguna conexión tradicional con los basilianos orientales; sus miembros seguían la liturgia latina. El padre Bernardo de la Cruz y los eremitas de Santa María de Oviedo de la diócesis de Jaén formaban el núcleo de la congregación. Los demás basilianos, que seguían unas prácticas menos rigurosas, mostraban un mayor crecimiento; sus monasterios estaban formados en las dos provincias de Castilla y Andalucía. Estaban gobernados por un vicario general y bajo el control, al menos nominalmente, de un superior general de la orden. Cada una de las provincias tenía su colegio o escolástica en Salamanca y Sevilla. No se abstenían del vino. Como sus hermanos de Italia, llevaban una cogulla similar a la de los benedictinos; esto condujo a recriminaciones y procesos, pero fueron autorizados por Roma para seguir usando esta ropa. Se pueden encontrar algunos escritores entre ellos, como por ejemplo: Alfonso Clavel, el historiógrafo de la orden; Diego Niceno, que ha dejado sermones y escritos ascéticos; Luis de los Ángeles, que escribió una obra sobre las “Instrucciones para novicios” (Sevilla, 1615), y tradujo igualmente al español la exposición del cardenal Bessarion de la Regla de San Basilio; Felipe de la Cruz, que escribió un tratado sobre el dinero prestado con intereses, publicado en Madrid en 1637, y otro sobre diezmos, publicado en Madrid en 1634. Los basilianos españoles fueron suprimidos por otras órdenes en 1833, y no han sido reestablecidos. En Annonay (Francia), se formó una comunidad religiosa masculina en 1822 bajo la Regla de San Basilio, que tiene una rama en Toronto (Canadá) (Ver BASILIANOS, SACERDOTES DE LA COMUNIDAD DE SAN BASILIO.)

Información de la Publicación Escrita por J.M. Besse. Transcrita por el dominico de clausura Nuns, Monastery of the Infant Jesus, Lufkin, Texas. Dedicada a la renovación de la vida monástica. The Catholic Encyclopedia, Volume II. Published 1907. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John M. Farley, Archbishop of New York Bibliografía BESSE, Les moines d'Orient (París, 1900); MARTIN, Les moines de Constantinople (París, 1897), GUÉPIN, Un apótre de l'union des églises au XVIIe siècle, St. Josaphat (París, 1897); LEROY-BEAULIEU La religion in L'empire des Tsars et les Rusees (París, 1889) III; CLAVEL, Antigüedad de la religión y regla de san Basilio (Madrid, 1645); HÉLYOT, Histoire des ordres monastiques, I; HEIMBUCHER, Die Orden and Kongregationen, I, 44-47; MINIASI, San Nilo (Nápoles, 1892); RODOTÀ, Origine, progresso e stato attuale del rito greco in Italia (Roma, 1755); SILBERNAGL-SCHNITZER, Verfassung, etc., in Kirchen des Orients (Múnich, 1905); MILASCH-PESSIC, Kirchenrecht d. morgene. Kirche (2nd ed., Mostar, 1905). Traducción: Diego Herrero Murillas
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor rosita forero » Mié Oct 15, 2014 2:59 am

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La Iconografía Bizantina


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Se ha llamado al icono lugar de encuentro y ventana a la eternidad. Nada más acertado. La mirada dirigida a un icono siempre es respondida por el representado en el mismo. De modo que entre Dios, la Virgen o el santo y el hombre se establece un hilo de comunicación en ambos sentidos por el que uno va conociendo al Otro y Éste conoce el corazón (símbolo del espíritu o intelecto puro) de quien lo contempla. Se crea así un espacio concreto (de unos pocos centímetros o metros) y un tiempo atemporal mientras se mantiene esta comunicación compartida. Esta atemporalidad, experimentada aunque sea por breve espacio de tiempo, no es sino asomarse a la eternidad, a la ausencia de tiempo.



El Cristo Pantocrátor Mosaico de Cristo Pantocrator estilo bizantino en Catedral de Cefalu, Sicilia


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Pantocrátor , es decir, "Todopoderoso" En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo., nos muestra a un Jesucristo vestido con ropas reales, portando en su mano izquierda el libro de la vida, y con su mano derecha en señal de impartir bendición. Su rostro, a veces severo, a veces sonriente, pero siempre mirando hacia el frente.


Pantocrátor de la iglesia ortodoxa de San Jorge, New Port Richey.


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En sus rasgos se impuso el modelo siríaco, maduro y con barba, sobre el modelo helenístico, joven e imberbe. el color azul es predominante en este icono...en el arte bizantino fue establecido como el color propio de Dios

En el Nuevo Testamento, Pantocrator es usado una vez por San Pablo. Aparte de esto, el autor del Libro de las Revelaciones es el único autor del Nuevo Testamento que usa la palabra Pantocrator, usándola 9 veces.



Pantocrátor del Kariye Museum o Iglesia de San Salvador de Chora, ubicado en Estambul, ciudad perteneciente a Turquía.


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Se trata de un pantocrátor con semblante serio que porta una corona y con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras.. Este Museo es el segundo monumento bizantino más importante de Estambul. Tanto los frescos como los mosaicos que contiene datan del siglo XIV

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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor jaime a. mejía rosales » Mié Oct 15, 2014 12:45 pm

¡Venga Tu Reino!

Estimados en Cristo: aquí mi aportación al tema, tomada de la audiencias de S.S. Benedicto XVI del 4 de julio,2007:

San Basilio
Benedicto XVI, Audiencia, 4-VII-07

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy queremos recordar a uno de los grandes padres de la Iglesia, san Basilio, definido por los textos litúrgicos bizantinos como una «lumbrera de la Iglesia» Fue un gran obispo del siglo IV, por el que siente admiración tanto la Iglesia de Oriente como la de Occidente por su santidad de vida, por la excelencia de su doctrina y por la síntesis armoniosa de capacidades especulativas y prácticas.

Nació alrededor del año 330 en una familia de santos, «verdadera Iglesia doméstica», que vivía en un clima de profunda fe. Estudió con los mejores maestros de Atenas y Constantinopla. Insatisfecho por los éxitos mundanos, al darse cuenta de que había perdido mucho tiempo en vanidades, él mismo confiesa: «Un día, como despertando de un sueño profundo, me dirigí a la admirable luz de la verdad del Evangelio…, y lloré sobre mi miserable vida» (Cf. Carta 223: PG 32,824a).

Atraído por Cristo, comenzó a tener ojos sólo para él y a escucharle solo a él (Cf. «Moralia» 80,1: PG 31,860bc). Con determinación se dedicó a la vida monástica en la oración, en la meditación de las Sagradas Escrituras y de los escritos de los Padres de la Iglesia y en el ejercicio de la caridad (Cf. Cartas. 2 y 22), siguiendo también el ejemplo de su hermana, santa Macrina, quien ya vivía el ascetismo monacal. Después fue ordenado sacerdote y, por último, en el año 370, consagrado obispo de Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía.

En realidad, san Basilio creó un monaquismo muy particular: no estaba cerrado a la comunidad de la Iglesia local, sino abierto a ella. Sus monjes formaban parte de la Iglesia local, eran su núcleo animador que, precediendo a los demás fieles en el seguimiento de Cristo y no sólo de la fe, mostraba su firme adhesión a él, el amor por él, sobre todo en las obras de caridad.

Con celo y valentía, Basilio supo oponerse a los herejes, quienes negaban que Jesucristo fuera Dios como el Padre (Cf. Basilio, Carta 9,3: PG 32,272a; Carta 52,1-3: PG 32,392b-396a; «Adversus Eunomium» 1,20: PG 29,556c). Del mismo modo, contra quienes no aceptaban la divinidad del Espíritu Santo, afirmó que también el Espíritu Santo es Dios y «tiene que ser colocado y glorificado junto al Padre y el Hijo» (Cf. «De Spiritu Sancto»: SC 17bis, 348). Por este motivo, Basilio es uno de los grandes padres que formularon la doctrina sobre la Trinidad: el único Dios, dado que es Amor, es un Dios en tres Personas, que forman la unidad más profunda que existe, la unidad divina.

Concluyendo, Basilio se entregó totalmente al fiel servicio a la Iglesia en el multiforme servicio del ministerio episcopal. Según el programa que él mismo trazó, se convirtió en «apóstol y ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios, heraldo del reino, modelo y regla de piedad, ojo del cuerpo de la Iglesia, pastor de las ovejas de Cristo, médico piadoso, padre y nodriza, cooperador de Dios, agricultor d Dios, constructor del templo de Dios» (Cf. «Moralia» 80,11-20: PG 31,864b-868b).

Les comparto este link con la Imágen de la Catedral de San Basilio:

https://imageshack.com/i/pbg7LT0ij

Que Dios los bendiga!!! ;)
jaime a. mejía rosales
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Rogilberto » Mié Oct 15, 2014 3:23 pm

Buenas tardes Hermanos. Un saludo afectuoso (aunque Tarde), escogi el tema:

La Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret

Los orígenes de esta Orden de Caballería se sitúan en el resultado de la Primera Cruzada que culminó con la toma de Jerusalén el año 1099, los cruzados (al mando de Godofredo de Bouillón) tomaron posesión de la ciudad y la convirtieron en la capital del Reino Cruzado de Jerusalén. Los monjes de San Lázaro, que antes se ocupaban de cuidar a los leprosos, se apresuraron en ofrecer sus servicios a los nuevos reinos. A partir del año 1115 formaron una comunidad independiente entre las Órdenes orientales, centrándose en el tratamiento de la lepra y la asistencia a los enfermos de esta dolencia.
A pesar del paso del tiempo, La Orden de San Lázaro nunca se ha desentendido de sus obligaciones militares, ni de su lucha contra el poder turco. En el siglo XVII los lazaristas armaron una flota para luchar contra los corsarios y piratas, eligiendo el puerto y ciudad de Saint Maló como centro de sus operaciones marítimas. La Orden llegó a reunir hasta diez fragatas y luchó valerosamente defendiendo la seguridad de las costas francesas.
Pasados los turbulentos tiempos anteriores a la época contemporánea, la Orden de San Lázaro, permaneció, no extinguiéndose como algunas otras órdenes militares de caballería. Actualmente se halla representada en Francia, Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Suiza, Portugal y España. La Orden registró sus Estatutos en España el 26 de junio de 1935 y, cinco años más tarde, el 9 de mayo de 1940 fue reconocida con carácter oficial y declarada de utilidad pública en todo el territorio nacional, por orden que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 10 del mismo mes.
En solemne sesión de investidura de la Orden de San Lázaro, celebrada en Manchester el 12 de septiembre de 2008, fue nombrado 49º Gran Maestre de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret el Ssmo. Sr. Don Carlos Gereda y de Borbón, Marqués de Almazá

Actualmente, la Orden sigue los mandatos internacionales manteniendo sus reglas de ESPIRITUALIDAD Y TRADICIÓN, tomando sus armas con el mismo coraje y devoción en la CARIDAD, tan necesaria en nuestros tiempos.
Rogilberto
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor margarita-17 » Jue Oct 16, 2014 9:37 pm

San Basilio:

Uno de los tres Padres Capadocios; Padre del monasticismo oriental; Arzobispo de Cesárea; Patrón de administradores de hospitales .
Nació en Cesárea de Capadocia, de familia cristiana; hombre de gran cultura y virtud, comenzó a llevar vida eremítica, pero el año 370 fue elevado a la sede episcopal de su ciudad natal.
Es considerado como el primer escritor ascético del oriente.
Combatió a los arrianos; escribió excelentes obras y sobretodo reglas monásticas, que rigen aún hoy en muchos monasterios del Oriente.
Murió el día 1 de enero del año 379.
Tema favorito: la caridad hacia los pobres.
De sus cartas:
“¿A quién he perjudicado, dices tú, conservando lo que es mío? Dime, sinceramente, ¿qué te pertenece? ¿De quién recibiste lo que tienes? Si todos se contentaran con lo necesario y dieran el resto a los pobres, no habría ni ricos ni pobres”
Óyeme cristiano que no ayudas al pobre: Tú eres un verdadero ladrón. El pan que no necesitas le pertenece al hambriento. Los vestidos que ya no usas le pertenecen al necesitado. El calzado que ya no empleas le pertenece al descalzo. El dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo que le estás haciendo al que no tiene con qué comprar lo que necesita. “Si pudiendo ayudar no ayudas, eres un verdadero ladrón”.
"Lo que nosotros enseñamos no es el resultado de nuestras reflexiones personales, sino lo que hemos aprendido de los Padres"
San Gregorio: “Cada vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu Santo transforma mi alma”.
margarita-17
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor rosita forero » Vie Oct 17, 2014 11:10 am

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El Panagion que utilizan los obispos


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El Panagion es un medallón grande, adornado con la imagen de Nuestro Señor o de la Virgen Santísima, que el obispo lleva sobre el pecho al lado de la cruz pectoral. Significa que el obispo debe honrar a Cristo y a su Madre con corazón puro y espíritu recto.

El Patriarca Greco-Melquita de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, en comunión con Roma, Gregorios III Laham, y el Arzobispo Josef Jules Zerey, ambos con panagion



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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor sverbi » Vie Oct 17, 2014 12:58 pm

Estimados compañeros de camino: dos cositas: 1, por favor no repitan lo que ya otro escribió y los que escriben primero no pongan todo, dejen algo para nosotros!!!
2.- vi que sobre Rito melquita: Ordenes religiosas: Sociedad de Misioneros de San Pablo, no se escribió. Reconozco es un tema complejo por lo poco conocido ( yo desciendo de ucranianos y quizá por ello he escuchado estos temas desde chica) Ahi va:
" Los Misioneros de San Pablo fueron fundados en Harissa (Líbano) en 1903 por el Obispo de Baalbeck Germanos Mouakkad. El Instituto Secular observa el derecho patriarcal greco-melquita y los miembros se unen sin emitir los votos religiosos, trabajando en la misión específica (difundir la Palabra de Dios con la predicación y la prensa) y practicando la virtudes evangélicas de obediencia, pobreza, celibato, oración y vida común.
El Fundador, en el siglo José Mouakkad, nació en Damasco (Siria) en 1852, de padres greco-melquitas católicos. A los 16 años, sin avisar a sus padres, se fue al Líbano para ser admitido como novicio en el Monasterio de San Salvador, donde vivía en aquellos años un hombre de gran santidad, el Patriarca Clemente Bahhouth. En su escuela, aprende los fundamentos de una vida ascética muy rígida. Después de seis años fue ordenado diácono, y después sacerdote de manos del Patriarca Gregorio II José (1875). Paralelamente fue nombrado profesor de Filosofía en el seminario mayor de su orden, y párroco en Alejandría y el Cairo.
De 1880 a 1890 ocupa el cargo de Vicario Patriarcal en Jerusalén. Uno de sus mayores éxitos es la adquisición de la sexta estación del Via Crucis, único lugar de la ciudad que pertenece a la comunidad greco-melquita católica.
Enviado a Baalbeck como Obispo, renuncia después de algunos años al encargo por la difundida ignorancia religiosa y se dedica exclusivamente a la fundación del nuevo Instituto, animado por el Patriarca Gregorio II José. En 1896 va a Roma, para hacer conocer su proyecto al Papa León XIII y madura la idea de consagrar la fundación a San Pablo.
Los Misioneros son llamados a evangelizar las campiñas con la predicación y la prensa, y a favorecer el acercamiento entre los melquitas católicos y los melquitas ortodoxos. Mons. Mouakkad establece la sede de Harissa y en 1903 un sacerdote, un diácono y un laico, comienzan a hacer vida común con él. En 1905 se une a ellos el padre José Sayegh, que en 1912 le sucederá en la dirección del Instituto. Antes de morir, Mons. Mouakkad deja numerosos escritos espirituales de predicación, meditación y explicaciones litúrgicas, y 14 artículos, titulados Estatutos fundamentales de los Misioneros de San Pablo, que los primeros compañeros utilizarán para redactar las Constituciones.
De 1922 a 1950, el P. Antonio Habib (que se unió a ellos en 1908) da gran impulso a la actividad misionera y funda el Escolasticado (1931) y el Seminario menor (1938). El Instituto, aunque dependiente de la jurisdicción del Patriarca greco-melquita católico, está abierto a los aspirantes de otros ritos.
Desde el comienzo, los Padres Paulistas (MSP) han predicado la Palabra de Dios a todos los estratos sociales de la población (hasta 1945 habían animado más de 1.500 retiros). Ya desde 1910 funcionaba una tipografía para la difusión de los libros litúrgicos, tratados de espiritualidad, libros de escuela, novelas y revistas para el mundo árabe. Entre ellas la revista Al-Maçarrat, que todavía es hoy una voz apostólica para la buena prensa.
Por mandato del entonces Secretariado Pontifico para los no cristianos, fueron encargados del diálogo con los musulmanes de los países árabes y están encargados de diversas iniciativas ecuménicas, sobre todo en el ámbito del Instituto San Pablo de Filosofía y Teología de Hariza (Líbano). El Instituto es frecuentado por candidatos al sacerdocio, religiosos y laicos. Los cursos, en lengua francesa y árabe, son sensibles a la cultura occidental –constante que se encuentra en la herencia intelectual del Fundador. En el ámbito de la institución, ha sido creado un Centro de Teología para el Medio Oriente que organiza un simposio anual de investigación y estudio, seguido siempre de la publicación de las actas.
Los miembros tienen una devoción particular a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, elegida por Mons. Mouakkad como protectora de la Sociedad. San Pablo es invocado como modelo de vida apostólica junto con los Doce Apóstoles y a Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las Misiones y de los misioneros.
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor rosita forero » Vie Oct 17, 2014 1:18 pm

...
María Theotokos (en griego: "la que dio a luz a Dios")


Imagen


Una de las advocaciones de la Virgen en la iconografía cristiana es María Theotokos (en griego: "la que dio a luz a Dios"), que siempre se muestra sentada en un trono mientras sostiene al Niño Jesús en su regazo. Es característica del oriente cristiano y más concretamente de la época bizantina. Su posición suele ser frontal, hierática y sin ninguna comunicación entre ambos personjes.

Imagen...Imagen



Theotokos o Maiestas Mariae flanqueada por los Reyes Magos. Fresco románico del ábside de Santa María de Tahull (ca. 1123). .


.Imagen


Theotokos. vínculo de unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento,
Fresco en el ábside de una iglesia de Piva (Rumanía).



Imagen



Sofonías dice: “Canta, hija de Sión: da voces de júbilo, Israel; gózate y regocíjate de todo
corazón, hija de Jerusalén. Yahvé ha cancelado tu condena, ha echado fuera a tus
enemigos: Yahvé es Rey de Israel en medio de ti; y nunca más temerás. En aquel tiempo se
dirá a Jerusalén: No temas, Sión, no se debiliten tus manos. Yahvé está en medio de ti,
poderoso, él te salvará; se gozará y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo, cómo
en día de fiesta”. Esa hija de Sión del Antiguo Testamento, en María se personifica
físicamente, porque Ella ha tenido en su seno al mismísimo Yahvé, al Salvador, a Jesús. El
mismo ángel Gabriel se lo dice: “Alégrate, la llena de gracia, el Señor está contigo…
concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás el nombre de Jesús”. Todos sabemos el
significado del nombre Jesús: “Yahvé salva”


.

.
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Marieliux » Vie Oct 17, 2014 9:45 pm

Los íconos bizantinos son una tradición en el arte, la religión y la historia. Son hermosos y variados. No hay una Iglesia que no tenga por lo menos un cuadro o una cruz bizantina. Este viaje me está pareciendo maravilloso. Gracias Dios por permitirnos recorrer estos caminos.


.................................... LOS ÍCONOS BIZANTINOS

.........................................Imagen

1. Iconos.- La palabra “icono” significa en griego, imagen. En el mundo bizantino era una imagen religiosa pintada, dedicada a la devoción y culto de los fieles y sólo tenida en cuenta bajo el punto de vista de la fe.

2. Lo más característico.- El soporte era madera (abeto, tilo, pino, etc…); sobre ella se extendía a veces una tela de lino sobre la que se daba una preparación blanca de yeso. Sobre esta capa de yeso se daban por lo menos seis o siete capas, se dibujaban las figuras, rayando con un punzón o delineando simplemente encima. Luego se aplicaban los colores de los fondos, las líneas, las luces y sombras, y al final del proceso se barnizaba para preservar la obra. A partir del siglo XVII se empezaron a recubrir los iconos con chapas de plata u otros metales El soporte era madera (abeto, tilo, pino, etc...); sobre ella se extendía a veces una tela de lino sobre la que se daba una preparación blanca de yeso.

..........................................Imagen

3. Origen y tradición.- La palabra icono viene del griego “eikôn” que significa “imagen”, “retrato”. La Natividad de Cristo marca el nacimiento del icono. El Verbo se hizo carne, el Invisible se volvió visible, Dios tomó una cara humana. Una Cara única que se repite a través de las caras de la Madre de Dios y de los santos bañados en la misma luz increada. El icono es producto de la adoración y de la meditación desarrollada con paciencia por generaciones de pintores.

4. Algunas simbologías de colores.- Imagen El rojo es el símbolo del amor, del sacrificio y del altruismo. El verde, símbolo de la regeneración espiritual. El color marrón simboliza la humildad y la pobreza. El oro de los fondos representa la atmósfera divina; todo aquello sumergido en la divinidad aparece revestido de oro. El azul y el blanco significan el desprendimiento del mundo y el vuelo hacia Dios del alma liberada.

5. Su función.- Exaltar la grandeza sobrenatural del Emperador y de la Iglesia. El icono está en función del culto y responde a exigencias de una liturgia; los artistas carecían de su característica libertad creadora y se les imponían unos límites justificados en base a que se trataba de simbolizar conceptos de un dogma que debía permanecer inalterable y no de representar fielmente figuras humanas, ni sus sentimientos y entornos, siendo el resultado estético puramente secundario.

6. Influencias.- Romanas, paleocristianas, helenísticas y orientales.

7. Taller de San Andrés

Miembros
Philippe Grall ,Suiza.
Cecilia Bondolfi , Suiza.
Anne Lombard , Francia.
Michel Le Bars , Suiza.

ImagenTodos ellos discípulos del Padre Ego Sendler, menos Michel Le Bars. El Padre Sendler es un Sacerdote Jesuita, nacido en Silesia en 1923, especialista del arte bizantino, Padre Sendler dirige talleres de icónos en Meudon, Publier (Francia) y Siracusa (Italia) desde hace treinta años.




Imagen Jésus et la Samaritaine
Bendiciones
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor rocio del pilar » Sab Oct 18, 2014 1:35 pm

El Cisma de Oriente.
Germen de la Ruptura:
Cuando el año 330 el Emperador Constantino convirtió a la antigua Bizancio en la nueva capital del Imperio Romano de Oriente, concediéndole su propio nombre, quiso el Patriarca allí residente emular en lo eclesiástico las prerrogativas adquiridas por la primera autoridad civil de su ciudad, pese a no tratarse de una sede de origen apostólico. En el primer Concilio celebrado en Constantinopla el año 381, segundo de los ecuménicos, logró introducir un canon por el que se le reconocía la máxima autoridad en la Iglesia universal, después del Papa u Obispo de Roma. Siempre, desde los inicios, y sin que nadie hubiese puesto en duda, ni teórica ni práctica, la primacía de la Iglesia Romana sobre la Iglesia Universal -como patentizan las Cartas de S. Clemente Romano y S. Ignacio de Antioquía, los escritos de S. Ireneo y la actitud, poco diplomática pero por nadie contestada, del Papa S. Victor-, existieron diferencias notables entre las iglesias asentadas en Oriente u Occidente, tanto desde el punto de vista litúrgico como pastoral. Las disensiones surgieron fundamentalmente por el afán de Constantinopla y sus Patriarcas de heredar en el orden religioso, como había ocurrido en el político, el lugar preeminente que había ocupado Roma antes del hundimiento del imperio romano occidental y de la postura, no siempre respetuosa, de algunos legados papales hacia sus legitimas diferencias. Ya en el último tercio del siglo V apareció el problema con el llamado Cisma de Acacio. Era éste Patriarca de Constantinopla cuando recibió una comunicación del Papa Félix III, en la primavera del año 484, conminándole a abandonar la herejía monofisita, que había sido condenada en el Concilio de Calcedonia, bajo la pena de excomunión y deposición. Reaccionó éste borrando del canon el nombre del Papa y rompiendo sus relaciones con Roma. Los Patriarcas de Alejandría y Antioquía siguieron su ejemplo y se ajustaron a su voluntad. La ascensión al trono del emperador Justino I, el año 518, acabó con un cisma que había durado treinta y cuatro años.

Cisma de Focio:
Mayor envergadura e importancia tuvieron los acontecimientos de mediado el siglo IX con el llamado Cisma de Focio. Regía la sede romana el Papa Nicolás I (858-867) y era Patriarca de Constantinopla el obispo Ignacio, elegido para tal por los monjes el 4 de julio del año 847. Era un hombre muy piadoso, abad de uno de los innumerables monasterios existentes en la ciudad, de pocas luces y, por ello, obstinado en sus decisiones. En la fiesta de Epifanía del año 857 negó publicamente la Sagrada Comunión a un tío del Emperador Miguel III que vivía licenciosamente con su propia nuera. Ello motivó su deposición y destierro el día 23 de noviembre del 858, acusado de haber traicionado la confianza del Emperador. Nombró éste como nuevo Patriarca a un miembro de la Corte imperial, laico, oficial mayor de su guardia, llamado Focio, hombre culto y erudito, que en cinco días recibió todas las órdenes sagradas de manos de un obispo poco amigo del depuesto Patriarca. Quiso Focio recibir la confirmación del Papa Nicolás I, persona muy enérgica, muy consciente de su rango primacial, dispuesto a hacer valer su autoridad en Oriente y Occidente, conocedor del caso por los informes que le habla enviado el depuesto Ignacio, que envió a Constantinopla a sus legados con instrucciones muy concretas y facultades muy precisas. Parece que no se ajustaron éstos a los poderes recibidos y, en vez de deponer a Focio y restituir a Ignacio como indicaban sus instrucciones, se dejaron ganar por los alegatos del intruso, al que confirmaron como Patriarca de Constantinopla en un Sínodo habido en la ciudad el año 861. Conocedor el Pontífice de la deslealtad de sus legados, les excomulgó, pena que hizo extensiva al emperador y al patriarca. Ello originó la ruptura de éstos con el Papa y el rechazo de la primacía papal, a lo que añadieron la excomunión y deposición del mismo Papa por parte del ilegítimo Patriarca. Ciertamente no fueron muchos los años que duró el Cisma de Focio, del 858 al 867, pues al ser derrocado el Emperador Miguel III por el macedonio Basilio I, fue depuesto y restituido en su sede el legitimo Patriarca Ignacio.

Intrigas:
Sin embargo, la capacidad de intriga de Focio, cuya deposición y destierro, con su reducción al estado laical, fue confirmada en el IV Concilio de Constantinopla, VIII de los ecuménicos, era tan asombrosa que logró granjearse de nuevo la confianza de Basilio I y ser restituido por éste en la sede patriarcal tras la muerte de Ignacio, ahora con el beneplácito del Papa Juan VIII. Sin embargo, conocidas por el nuevo emperador, León VI sus intrigas y trapisondas fue depuesto de nuevo y enviado a un monasterio donde murió diez años más tarde. El patriarca Antonio Kauleas, venerado como santo, que le sucedió, restableció en un Sínodo la unión total con Roma, repuso el nombre del Papa en los dípticos de la Misa y renovó unas relaciones que ya siempre serien frías y protocolarias, origen de fricciones continuas, nacidas también por la política antibizantina del imperio carolingio, aliado del Papa, que terminarían con la ruptura total, acaecida el año 1054.

Hacia la ruptura:
Regía la sede romana León IX, hombre recto, patrocinador de la reforma eclesiástica iniciada en el monasterio de Cluny, y defensor de la primacía papal. Regentaba el patriarcado de Constantinopla Miguel Cerulario, elegido por tal el día de la Encarnación del Señor del año 1.043, desde su condición de simple fiel. Con una muy deficiente formación teológica, se distinguía por una morbosa antipatía a todo lo occidental y a sus instituciones, con especial incidencia en la iglesia romana y en su representante el Papa, que le llevó a acusarle reiteradamente de inmerso en la herejía por hechos más relacionados con la liturgia o la disciplina que con las cuestiones teológicas. Quiso León IX solucionar los continuos roces y conflictos y envió una delegación a Constantinopla, encabezada por su consejero el monje Humberto, Cardenal Obispo de Silvia Cándida, y los arzobispos mencionados anteriormente. Parece que no estuvo afortunado en la elección del personaje, cuya aversión a lo bizantino era manifiesta. Se presentó en Constantinopla dispuesto a proclamar la autoridad pontificia, pero en ningún caso a dialogar. Redactó una bula conminatoria, con un lenguaje nada diplomático y, sin entrevistarse con el Patriarca, la depositó sobre el altar de la iglesia patriarcal y se volvió a Roma tan feliz, tras haber lanzado excomuniones y entredichos a todos los jerarcas bizantinos.

Excomunión mutua:
El Patriarca le devolvió la moneda excomulgando, a su vez, al Papa y a sus legados y rompiendo toda relación con Roma. Su posterior deposición y destierro no originaron, como en casos anteriores, la conclusión del cisma que todavía hoy rompe la unidad de la Iglesia. Después vendrían los cruzados, hombres con frecuencia incultos, rudos y rapaces, que se dedicaron, en no pocas ocasiones, al pillaje y el expolio de las buenas y sencillas gentes del pueblo; los comerciantes venecianos y genoveses, nada escrupulosos a la hora de "saquear" las riquezas del Imperio y algunas de sus más preciadas reliquias; y la desafortunada actuación de los gobernantes del llamado "imperio latino de Constantinopla" (1204-1261) que pretendieron "latinizar", de forma más o menos violenta, la liturgia y las costumbres de un pueblo con características y peculiaridades propias. Todo ello engendró en el pueblo, que había permanecido ajeno a las disputas de los poderosos, una aversión y odio hacia lo occidental, lo latino y lo europeo, que ha imposibilitado la unión, haciendo fracasar los débiles intentos propiciados a lo largo de los siglos. http://www.archimadrid.org (Jesús Simón Pardo)
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor sor maria franco » Lun Oct 27, 2014 8:31 pm

BUENAS NOCHES


¿QUIÉN FUE SAN BASILIO?
Basilio nació alrededor del año 330 en Cesarea, Capadocia. Provenía de una familia acomodada y piadosa en la que hubo varios santos, entre ellos están su padre, también llamado Basilio, su madre Emelia, su abuela Macrina la Mayor, hermana Macrina la Joven y hermanos Gregorio de Nisa y Pedro de Cesarea, que llegó a ser obispo de Sebaste. Algunos historiadores de la Iglesia han sugerido que Teosebia –que también es santa para la Iglesia Ortodoxa Oriental– fue su hermana menor.
Cuando aún era un niño su familia se trasladó a Ponto, pero pronto volvieron a Capadocia, a vivir con familiares de su madre, y según parece estuvieron al cuidado de su abuela Macrina. Ávido de saber, se trasladó a Constantinopla. Vivió allí y en Atenas unos cuatro o cinco años. En este último lugar tuvo como compañero de estudios a Gregorio Nacianceno, y entabló amistad con el que llegaría a ser emperador Juliano el Apóstata. Ambos estuvieron profundamente influenciados por Orígenes. Entre ambos escribieron una Antología llamada Philokalia.
Fue en Atenas donde comenzó a pensar seriamente en la religión y se decidió a buscar a los más famosos santos eremitas de Siria y Arabia para aprender de ellos el modo de alcanzar un estado de ferviente piedad y de mantener su cuerpo sometido mediante el ascetismo, lo que solía denominar “una vida filosófica”.
Después de esto lo encontramos al frente de un convento cerca de Arnesi en Ponto, donde su madre Emelia, ya viuda, su hermana Macrina y otras mujeres se dedican a una piadosa vida de oración y obras de caridad. Eustacio de Sebaste ya había trabajado en Ponto a favor de una vida anacoreta, y Basilio le reverenciaba por ello, a pesar de que diferían sobre algunos aspectos dogmáticos, lo que poco a poco fue distanciándoles. Tomando partido desde el principio y en el Concilio de Constantinopla con los homoousianos, Basilio coincidió especialmente con los que superaron la aversión al homoousios oponiéndose al arrianismo, y de este modo aproximándose a Atanasio de Alejandría. Al igual que Atanasio, se opuso también a la herejía macedoniana.
Asimismo se distanció de su obispo, Dionisio de Cesarea, que únicamente había suscrito la forma de acuerdo de Nicea, y con el que se reconcilió sólo cuando éste estaba a punto de morir. Fue ordenado presbítero de la Iglesia de Cesarea en 365; su ordenación fue probablemente consecuencia de los ruegos de sus superiores eclesiásticos, que deseaban utilizar su talento contra los arrianos, ya que, en esa parte del país, eran numerosos y gozaban del favor del emperador arriano, Valente, que reinaba en esa época en Constantinopla.
Tuvo una moción interior, que lo dirigió enteramente a Dios, como él mismo explica: Un día, como si despertase de un sueño profundo, volví mis ojos a la admirable luz de la verdad del Evangelio..., y lloré por mi miserable vida.

En 370 muere Eusebio, obispo de Cesarea, y Basilio fue elegido para sustituirle. Fue entonces cuando se pudieron apreciar sus grandes dotes. Cesarea era una importante diócesis, y su obispo era, ex officio, exarca de la gran diócesis de Ponto. Apasionado y un tanto imperioso, Basilio también era generoso y accesible. Su celo por la ortodoxia no le impedía advertir las virtudes de sus adversarios; y por mor de la paz y la caridad renunciaba sin dificultad a utilizar la terminología ortodoxa cuando ello era posible sin sacrificar la verdad. Resistió con todo su poder al emperador Valente, que se esforzó en introducir el arrianismo en su diócesis, e impresionó tanto al emperador, que aunque estuvo tentado a eliminar al intratable obispo, terminó por dejarle tranquilo.
Para salvar a la Iglesia del arrianismo, Basilio inició contactos con Occidente, y mediante la ayuda de Atanasio intentó superar sus recelos hacia los homoiousianos. Las dificultades habían aumentado al plantear la cuestión de la esencia del Espíritu Santo. A pesar de que Basilio había defendido con objetividad la consustancialidad del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, se sumaba aquellos que, fieles a la tradición oriental, no admitían el predicado homoousios al tercero; esto se le había reprochado ya en 371 por los zelotes ortodoxos, que había entre los monjes, y Atanasio lo defendió. Mantuvo su relación con Eustacio a pesar de las diferencias dogmáticas, lo que provocó ciertos recelos. Por otra parte, Basilio fue gravemente ofendido por los defensores del homoousioanismo, que a él le parecían estar reviviendo la herejía sabeliana.
No vivió para ver el final de las desafortunadas controversias entre facciones y el éxito absoluto de sus esfuerzos para mediar entre Roma y Oriente. Sufrió una enfermedad del hígado que le produjo una muerte prematura. Un perdurable monumento a su dedicación episcopal hacia los pobres fue el gran instituto ante las puertas de Cesarea que fue utilizado como casa para los pobres, hospital y hospicio (lo llamó «Basiliades» y se podría decir que fue el germen de los modernos hospitales para enfermos).1

ESCRITOS
Los principales escritos teológicos de Basilio son su De Spiritu Sancto, una lúcida y edificante reflexión sobre la Escritura y la tradición cristiana primitiva (para probar la dignidad del Espíritu Santo) y su Refutación de la apología del impío Eunomio, escrito en 363 ó 364, tres libros contra Eunomio de Cícico, el máximo exponente del arrianismo anomeo. Los tres primeros libros de la Refutación son obra suya, los libros cuarto y quinto, que suelen también incluirse, no se deben a Basilio ni a Apolinar de Laodicea, sino quizás a Dídimo de Alejandría.
Fue célebre predicador; se han conservado muchas de sus homilías, inclusive una serie de sermones cuaresmales sobre el Hexameron. Algunos, como el dedicado contra la usura y el referido al hambre, de 368, resultan de valor para la historia de la moral; otros muestran los honores que hay que rendir a mártires y reliquias. Sus incitaciones para que los jóvenes estudiaran literatura clásica, muestran que su propia educación tuvo una perdurable influencia sobre él, y que le enseñó a apreciar la importancia propedéutica de los clásicos.

Su inclinación hacia el ascetismo puede verse en las Moralia y Regulae, manuales de ética para utilizar respectivamente en el mundo y en el claustro. De las reglas monásticas atribuidas a Basilio, la más breve de todas es la que más probablemente es obra suya.
Es en los manuales de ética y en los sermones morales donde se ilustran los aspectos prácticos de su teología teorética. Así, por ejemplo, es en su Sermón a los lazicanos donde encontramos que es nuestra naturaleza común la que nos obliga a tratar las necesidades de nuestros vecinos (v.gr.: hambre, sed) como si fueran nuestras, a pesar de que se trate de un individuo diferenciado. Posteriormente los teólogos explican explícitamente que esto es un ejemplo de cómo los santos se convierten en imagen de la naturaleza común de las personas de la Trinidad.
Sus trescientas cartas muestran un carácter rico y observador, que a pesar de los problemas derivados de su endeble salud y de sus vicisitudes eclesiásticas, permaneció optimista, tierno e incluso juguetón. Sus principales esfuerzos como reformador se dirigieron al mejoramiento de la liturgia, y a la reforma de las órdenes monásticas orientales.
La mayor parte de las liturgias que llevan el nombre de Basilio, en la forma presente, no son obra suya; sin embargo, mantienen reminiscencias de su actividad en este campo, al establecer fórmulas para las oraciones de la liturgia y al promover el canto en la misa. Hay una liturgia que puede serle atribuida, se trata de La divina liturgia de Basilio el Grande, una liturgia que es algo más larga que la más celebrada Divina liturgia de Juan Crisóstomo; todavía es utilizada en determinadas festividades en las Iglesias Católicas Bizantinas y en la Iglesia Ortodoxa Bizantina, tales como los domingos de cuaresma.
Todas sus obras, así como unas pocas falsamente atribuidas, están disponibles en Patrologia Graeca, que incluye traducciones latinas de calidad variable. De muy pocas hay una edición crítica.

LA ORDEN MILITAR Y HOSPITALARIA DE SAN LÁZARO DE JERUSALÉN, BELÉN Y NAZARET
Se conoce como Caballeros de San Lázaro a los miembros de la Orden militar y hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén.
Siglos antes de llevarse a efecto las Cruzadas, ya existían en Tierra Santa instituciones caritativas que cuidaban de la asistencia a los peregrinos que acudían a visitar los lugares testigos de la Pasión de Jesucristo.




LA REGLA DE SAN BASILIO
FRAGMENTOS DE LA REGLA DE SAN BASILIO (329-379)
(Cuestión 2) 14 ¿Quién otro puede haber tan bueno como Dios? Más aún, ¿quién otro puede ser bueno, sino el único Dios? 15 ¿Hay (acaso) otra belleza, otro esplendor, otra hermosura que nos incite naturalmente a amar, como la que (sabemos) está, y debemos creer que existe, en Dios? 16 ¿Dónde (encontraremos) semejante gracia? ¿Qué otra llama de amor encenderá lo más escondido e interior del alma, así como el amor de Dios debe inflamar lo arcano de la mente, 17 sobre todo si está purificada de toda mancha, si el alma es pura, y con afecto verdadero dice: Estoy herida por el amor? 18 Siento que el amor de Dios es totalmente inefable, y que es más fácil sentirlo que poder expresarlo, es una cierta luz inenarrable: aunque la palabra lo compare con el rayo o con el relámpago, el oído no lo escuchará. 19 Si tomas los fulgores del lucero, el esplendor de la luna, la misma luz del sol, con su gloria, todas las cosas son tan obscuras y tenebrosas, como si se comparara la noche más negra y sumergida en la oscuridad de una profunda tiniebla con la luz limpidísima del sol de mediodía. 20 Esta hermosura no se puede ver con los ojos corporales, sólo se la percibe con el alma y con la mente; 21 si esta hermosura llega acaso a rozar la mente y el alma de los santos, clava en ellos el llameante aguijón de su amor. 22 Por eso, consumiéndose como por un fuego de amor y teniendo horror a la vida presente, uno de ellos decía: ¿Cuándo iré y me presentaré ante el rostro de Dios?, 23 y nuevamente decía, inflamado con el fuego de este ardor: Mi alma tiene sed del Dios vivo, 24 y ardiendo con un deseo insaciable, oraba para ver la voluntad del Señor y ser protegido en su templo santo; así, pues, deseamos también naturalmente las cosas que son buenas y las amamos.
(Cuestión 3) 1 Considero por muchas razones que es útil llevar vida en común con los que tienen la misma voluntad y el mismo propósito, 2 en primer lugar, porque también para las necesidades materiales y el servicio de los alimentos ninguno de nosotros se basta solo, a sí mismo, y por tanto en lo que se refiere a los servicios mutuos que son indispensables en nuestra vida necesitamos unos de otros para nuestros trabajos. 3 Así como el pie del hombre en ciertos casos utiliza sus propias fuerzas, y en cambio en otros necesita las ajenas, y sin la ayuda de los otros miembros no puede cumplir su obra ni bastarse con sus propias fuerzas, 4 así también me parece que en la vida solitaria se padece (el hecho) de que ni lo que hay en ella puede ser útil (a otros), ni puede adquirirse (de otros) lo que falta. 5 Además el orden de la caridad no permite a nadie buscar su propio interés, como dice el Apóstol: La caridad no busca su propio interés. 6 Finalmente, nadie puede discernir con facilidad sus culpas y vicios, pues no hay quien se los reproche; 7 con facilidad le puede suceder a este hombre lo que está escrito: Pobre del que está solo, pues si cae, no hay nadie que lo ayude a levantarse. 8 Pero también los mandamientos se cumplen más fácilmente entre muchos, en cambio el que está solo, cuando parece que cumple (un mandamiento), no puede cumplir otro: piensa, por ejemplo, ¿cómo visitará a un enfermo quien está solo?, ¿o cómo recibirá a un peregrino? 9 Si verdaderamente todos somos el cuerpo de Cristo, y somos los unos miembros de los otros, debemos adaptarnos y unirnos los unos a los otros por un trabajo armónico, en el Espíritu Santo, como en un solo cuerpo. 10 Pero si cada uno de nosotros eligiera la vida solitaria, no por una causa o un motivo agradables a Dios o que congregase a todos en una común generosidad, sino para satisfacer las propias voluntades y pasiones, 11 ¿cómo podremos, separados y divididos, alcanzar la recíproca concordia de los miembros? 12 Este tal no se alegra con los que se alegran, ni llora con los que lloran, ya que, separado y dividido de los demás, ni siquiera podrá conocer las necesidades de sus prójimos. 13 Es imposible que uno solo pueda recibir todos las dones del Espíritu Santo, ya que la distribución de los dones espirituales se hace según la medida de la fe de cada uno, 14 de modo que lo que se distribuye parcialmente a cada uno, se una de nuevo y coopere, como miembros, a la edificación de un único cuerpo. 15 A uno se le dan palabras de sabiduría, a otro palabras de ciencia, a otro de fe, a otro la profecía, a otro el don de curación, y lo que sigue; todos estos dones cada uno los recibe del Espíritu Santo, no tanto para sí cuanto para los otros. 16 Por eso es necesario que la gracia que cada uno recibió del Espíritu de Dios sea de provecho para todos. 17 Puede suceder que quien vive alejado y separado reciba alguna gracia, y esto mismo le será inútil porque no la hace producir, sino que la entierra en sí mismo. 18 Y cuán peligroso sea hacer esto lo saben todos los que han leído el Evangelio. 19 Por el contrario, si comunica la gracia recibida a los demás, mientras él la aprovecha verdaderamente -y ella se multiplica en él al comunicarla a los demás- él mismo saca beneficio de la gracia de los otros. 20 Esta vida en común de los cristianos tiene además muchísimos otros beneficios, que no es posible ahora enumerarlos a todos. 21 Por de pronto, como ya dijimos, es más favorable vivir en comunidad que vivir en soledad para conservar los dones del Espíritu Santo. 22 Pero también contra las insidias del enemigo provenientes del exterior es mucho más segura y útil la compañía de muchos, 23 para que más fácilmente despierte del sueño quien tal vez se hubiese adormecido con aquel sueño que conduce a la muerte. 24 Asimismo su delito le será más patente al delincuente al serle echado en cara o reprochado por muchos, según lo que dice el Apóstol: Bástele a ése que así (actúa) la corrección hecha por varios. 25 Mas también se deriva por la oración de muchos no poco provecho cuando oran unánimes y en concordia, de modo que muchos den gracias a Dios en virtud de la gracia que hay en nosotros. 26 La vida solitaria, en cambio, está expuesta a un peligro intrínseco: el primer peligro, que ciertamente es gravísimo, consiste en la autocomplacencia, y no teniendo a nadie que pueda juzgar su obra, le parecerá que (ya) ha llegado a la perfección máxima; 27 entonces, viviendo sin ninguna observancia, no caerá en la cuenta de cuál es su vicio principal ni en qué cosas falta a la virtud; 28 tampoco podrá juzgar acerca de la cualidad de sus obras, pues ha eliminado toda ocasión de poner (las virtudes) por obra. 29 ¿Cómo comprobará su humildad, si no tiene a nadie con quien mostrarse humilde? ¿Cómo demostrará su misericordia el que es ajeno a toda compañía y convivencia? 30 ¿Cómo se ejercitará a sí mismo en la paciencia si no tiene a nadie que ponga obstáculos a sus voluntades? 31 Y si alguno dijera que le basta la doctrina de la Escritura y los preceptos de los Apóstoles para la enmienda de sus costumbres y para la formación (espiritual) de (su) vida, 32 me parece que hace algo semejante a los que siempre están aprendiendo el oficio de fabricar, pero nunca fabrican nada; 33 o bien a los que siempre son instruidos en cl arte de los constructores, pero nunca se dedicarán a construir una casa.
(Cuestión 4) 1 Al decir nuestro Señor y Salvador Jesucristo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, 2 y de nuevo: El que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo, 3 (establece) que el que viene con la intención de seguir al Señor, también debe negarse a sí mismo y tomar su cruz; es cierto que ya antes renunció al diablo y a sus obras. 4 Pero esto suelen hacerlo no los que han progresado en la vida o los que ya tienden a la perfección, sino los que están en los primeros pasos de la vida cristiana. 5 La renuncia del hombre a sí mismo, como dijimos más arriba, (consiste) en lo siguiente, a saber: renunciar tanto a sus hábitos anteriores y a su vida (pasada), 6 cuanto a sus costumbres y a los placeres de este mundo, y también a los parentescos según la carne, sobre todo a aquellos que podrían impedir su propósito, 7 considerando más bien como padres suyos a los que lo engendraron en Cristo Jesús mediante el Evangelio, y como hermanos a los que han recibido el mismo Espíritu de adopción, estando convencido de que todas las posesiones no son suyas. 8 Para decirlo brevemente, aquel para quien a causa de Cristo el mundo entero está crucificado y él mismo está crucificado para el mundo, ¿cómo puede hacerse esclavo de los pensamientos y de las solicitaciones del mundo, cuando el Señor le manda que a causa de él renuncie hasta a la vida misma? 9 U renuncia es perfecta en él si se mantiene totalmente alejado de las pasiones mientras aún vive en el cuerpo, 10 pero comienza a hacer esto ante todo en las cosas exteriores, es decir en las posesiones, en la vanagloria y en otras cosas semejantes, de modo que primero se haga ajeno a ellas.
(Cuestión 8) 16 La llamamos templanza del ayuno, no porque sea una abstinencia absoluta de alimento, lo cual equivale a destruir violentamente la vida, 17 sino porque se conforma no con lo superfluo, sino con lo necesario para la vida, rehuyendo lo que es agradable y dando al cuerpo solamente lo necesario. 18 Y para decirlo brevemente: la virtud de la templanza consiste en abstenerse de todo lo que la pasión de la concupiscencia requiere. 19 Por tanto, la virtud de la templanza se reconoce no sólo en el modo de tomar los alimentos, sino también en la abstención de todas las cosas que dan placer pero dañan nuestra alma. 20 El auténtico temperante no desea la vanagloria; se abstiene de los vicios de la ira, de la tristeza y de todas las cosas que suelen tener ocupadas a las almas incultas y descuidadas. 21 Encontramos que casi todos los mandatos de Dios están relacionados entre sí, y que separados unos de otros es imposible observarlos. 22 Esto es particularmente evidente en el caso de la templanza; ya que será juzgado humilde quien condene y frena la soberbia, 23 y el que renuncia a todos sus bienes según el Evangelio, vende todo lo suyo y lo reparte a los pobres, este sin duda alguna contiene el deseo del dinero; 24 es manso el que contiene la ira y domina el furor. 25 ¿Qué otra (virtud) sino la templanza contiene y modera las miradas de los ojos que vagan de aquí para allá, lo que oye el oído y la intemperancia de la lengua?

Regla de San Basilio, Trad. de B. Bianchi y M. E. Suárez, Ecuam, 1993, Luján.
sor maria franco
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Ana M+ 97 » Mié Oct 29, 2014 7:17 am

LOS ICONOS BIZANTINOS. MUCHO MÁS QUE UNA PINTURA

Iconostasio bizantino (Muro que separa las naves del altar y suele estar cubierto literalmente de iconos)
Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Icon

Para la mentalidad bizantina los iconos (pinturas de la divinidad o santos) eran mucho más que una simple pintura, como ocurre en el arte occidental. Pues más una representación, eran la divinidad misma hecha materia, una teofanía (una revelación de lo divino) que se aproxima mucho a lo que significaban las reliquias en el mundo occidental (restos de santos, objetos que estuvieron en contacto con Cristo como la madera de la cruz o la Virgen María y sus lágrimas o las propias gotas de su leche).Esta característica hará que cambie todo, desde su creación hasta su propia contemplación, siendo incluso la causa de una cruenta guerra que duró casi dos siglos.



Virgen de Vladimir, acaso uno de los iconos más celebrados. 1225
Tomado de bloganavazquez

Así, los pintores han de ser monjes o personas sumamente cercanas a la divinidad, que se sean lo suficientemente puros para que su mano sea guiada por lo divino, pues ellos sólo seránun simple instrumento a través del cual se manifiesta lo oculto, lo maravilloso. No nos debe, por tanto, extrañar las numerosas exigencias que debe cumplir un pintor antes de ponerse a su trabajo. A los lavados rituales (para conseguir una limpieza espiritual) se unirán las oraciones, ayunos y penitencias que aseguren a la persona una preparada para su sometimiento a lo transcendente.

Tomado de wikipedia
Tú, oh Dueño Divino de cuanto existe Ilumina y dirige el alma, el corazón y el espíritu de tu servidor. Lleva sus manos para que pueda representar digna y perfectamente Tu imagen, la de tu santa Madre y la de todos los santos. Para gloria, alegría y embellecimiento de tu Santa Iglesia
Oración del iconógrafo antes de pintar
(Para ver más textos sobre iconos)



Trinidad. Una iconografía exclusiva de Bizancio
Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Icon

Por otra parte, la escasa importancia de lo individual, humano o subjetivo hará que las fórmulas y técnicas evolucionen poco, pues la personalidad del artista apenas importa. Por ello aúnhoy se siguen pintando iconos casi desde la misma manera que en el siglo VIII, con unos modelos y fórmulas de representación casi inmutables. De la misma forma ocurrió con la pintura temprana del Greco, pintor de iconos en su Creta natal
Todo esto crea una forma de representación poco naturalista(pues se dibuja a Dios, la idea de Dios, y no la Naturaleza, lo visto por los ojos), siendo las figuras frontales (vistas de frente), con escaso gusto por el detalle realista, reducido claroscuro, hieráticos (sin demasiado expresión que los humanizaría y les quitaría ese carácter sacro), iconografías repetitivas (que analizaremos en otro artículo), numerosos simbolismos (la Virgen lleva siempre “MP OY”, abreviatura de Madre de Dios, y Cristo lleva “IC XC”, abreviatura de Jesucristo, o también “ON”, que significa "el que es", el Todopoderoso (Omnipotente o Pantocrator, según sea en latín o griego respectivamente…)


Pantócrator. Tesalónica. Siglo XIV
Tomado de wikipedia


Quizás lo más característico de ellos sea su fondo dorado, hecho con delgadísimas laminillas de oro denominadas pan de oro que se pegan sobre el soporte. Con ellas el paisaje natural se elimina, sustituyéndose por una luminosidad difusa que tanta influencia tendrá sobre toda la pintura gótica que lo utilizará hasta que el Renacimiento redescubra el paisaje.



Virgen del Perpétuo Socorro
Técnicamente se trataba de una pintura sobre tabla(ligeramente curvada hacia dentro y cubierta por una tela enyesada) al temple (diluyendo los colores en huevo). Es también habitual la adición de materiales y piedras preciosaspara la creación de nimbos, detalles de las vestiduras… que pueden llegar a cubrir totalmente el fondo (riza), dejando a la vista tan sólo la imagen principal.


Tomado de http://commons.wikimedia.org/wiki/Icon

Uno de los rasgos más llamativos (por lo que tiene de conceptual) es el empleo de la perspectiva inversa, en donde las figuras delanteras pueden ser más pequeñas que las traseras. Esto se debe a que el icono es un lugar intermedio entre el espectador y la divinidad, invirtiéndose así el punto de fuga, que ya no se encuentra en el fondo del cuadro (pensad en las Meninas) sino en el propio ojo del espectador.



Anunciación. Fijaros en la perspectiva de la mesa
Tomado de wikipedia

Esta perspectiva hace que los pies no apoyen bien en el suelo. Los llamados pies danzantes

Tomado de wikipedia

Fue tal la importancia que tomaron los iconos (y no sólo desde su punto de vista estético) que terminaron por crear una verdadera guerra civil en Bizancio: la Querella Iconoclasta. Los monasterios, poseedores de los iconos, comenzaron un poder excesivo dado la piedad del pueblo. Su influencia sobre él le permitía manipularlo e ir acumulando cada vez más riquezas que el emperador (basileus) León III el Isaurio, en el siglo VIII, quiso eliminar. Se dicta así una prohibición sobre los iconos, procediéndose a su destrucción. Estos actos crearon una verdadera ira popular que fue utilizada por los distintos pretendientes al trono divididos en iconoclastas (anti-iconos e influidos por el mundo judío y el islámico) e iconodulos (pro-imágenes como el famoso Miguel Damasceo).

Tomado de wikidedia
Con distintos episodios de lucha separados por treguas parciales, el conflicto no terminó por completo hasta que, a finales del IX, la emperatriz Irene declare lo lícito de los iconos, aunque bajo unas estrictas normas que aún se mantienen.


La Escala divina. Sinaí
Tomada de http://commons.wikimedia.org/wiki/Icon

Estos iconos y todos sus rasgos ya comentados (hieratismo, frontalidad, fondos poco trabajados,…) serán una de las bases (junto a los Beatos mozárabes españoles) de la estética románica, tan teocentrista como la bizantina, aunque un tanto más popular.


Maestro Pedret. Cataluña. Siglo XII
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor ClauBA » Dom Nov 02, 2014 5:32 am

El Basilian Chouerite Orden de San Juan Bautista es una orden religiosa de la Iglesia greco-católica melquita. El nombre latino de esta orden es Basilianus Ordo Sancti Iohannis Baptistae, el nombre francés es Ordre Basilien Chouerite de St. Jean Baptiste, la abreviatura utilizada después de que el nombre es BC
Historia
Esta orden fue encontrado en 1696 por cinco monjes que abandonaron el monasterio de Balamand a buscar un lugar tranquilo donde seguir mejor la regla de San Basilio. Se establecieron en 1710 en el pueblo de Choueir en Monte Líbano con la pequeña iglesia de San Juan Bautista, de la que tomó el nombre, y que sigue siendo su casa madre.
En 1733 Abdallah Zakher estableció una imprenta en árabe con tipos móviles en el monasterio de San Juan en Choueir, la primera casa hecha de prensa en Líbano. En 1757 el Papa Benedicto XIV aprobó sus reglas particulares, y la aprobación final de Roma se le dio en 1772.
La Orden Salvatoriana Basilian pronto se convirtió en uno de los dos principales órdenes religiosas de la Iglesia Católica Melquita. El otro fin es la Orden Salvatoriana Basilian. Según la tradición, la Orden Salvatoriana Basilian tenía un objetivo más misionera, mientras que el Chouerite Orden Basilia fue más contemplativa. La Orden Salvatoriana Basilian reclutados en las áreas de Damasco y el sur del Líbano, mientras que el Chouerite Orden Basilian reclutados en las áreas de Aleppo, Homs, norte de Líbano y Galilea. Los intentos de unir a estas dos órdenes en el siglo 18 fracasaron: la oposición entre ellos y entre las diferentes comunidades de las que reclutar miembros es un aspecto importante para entender la historia temprana de la Iglesia Católica Melquita.
Entre 1824 y 1832 la orden se dividió en dos ramas: la Alepian Solicitar Basilian y Baladites o Basilian Chouerite Orden. El orden fundó su seminario en 1880 y dirigido muchas parroquias en el Medio Oriente. Tres patriarcas melquitas y unos 36 obispos eran miembros de las Chouerites San Basilio.
La rama femenina de la orden, la congregación de San Basilio Chouerite Sisters, fue fundada en 1737 y aprobado en 1763 por el Papa Clemente XIII. La primera casa de esta congregación era el Monasterio de la Anunciación en Zouk Mikael.
ClauBA
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor nataly14 » Dom Nov 02, 2014 9:53 pm

Regla de San Basilio
Bajo el nombre de Basilianos están incluidos todos los religiosos que siguen la Regla de San Basilio. Los monasterios de estos religiosos no han tenido nunca la organización jerárquica que existe normalmente en las casas de una orden propiamente dicha. Sólo unas pocas casas estuvieron anteriormente agrupadas en congregaciones o están combinadas de este modo hoy en día. San Basilio preparó esta Regla para los miembros del monasterio que fundó hacia el año 356 en la ribera del Iris, en Capadocia. Antes de formar esta comunidad, San Basilio visitó Egipto, Palestina, Celesiria y Mesopotamia para ver por sí mismo el modo de vida llevada por los monjes en estos países. San Gregorio Nacianceno, que compartió el retiro, ayudó a Basilio con sus consejos y su experiencia. La Regla de Basilio está dividida en dos partes: las “Reglas monásticas mayores” (Regulae fusius tractatae, Migne, P.G., XXXI, 889-1052) y las “Reglas menores” (Regulae brevius tractatae, ibid., 1051-1306). Rufino, que las tradujo al latín, reunió las dos en una única Regla bajo el nombre de “Regulae sancti Basilii episcopi Cappadociae ad monachos” (P.L., CIII, 483-554); esta Regla fue seguida por algunos monasterios occidentales. Durante mucho tiempo, se sostuvo que fue el obispo de Cesarea el autor de una obra sobre el monacato llamada “Contitutiones monasticae” (P.G., XXXI, 1315-1428).
En esta Regla, San Basilio seguía un método catequético: el discípulo pregunta y el maestro responde. Él se limita a establecer una serie de principios indiscutibles que guiarán a los superiores y los monjes en su conducta. Envía a sus monjes a las Sagradas Escrituras; a sus ojos, la Biblia es la base de toda la legislación monástica, la verdadera Regla. Las preguntas se refieren generalmente a las virtudes que los monjes deberían practicar y los vicios que deberían evitar. La mayor parte de las respuestas contiene uno o varios versos de la Biblia acompañados de un comentario que define el significado. Las cualidades más destacables de la Regla Basiliana son su prudencia y su sabiduría. Deja a sus superiores el cuidado de establecer los muchos detalles de la vida diaria local e individual; no determina el material que es ejercicio de la práctica religiosa o de los reglamentos administrativos del monasterio. Pobreza, obediencia, renuncia y abnegación son las virtudes en las que se basa San Basilio para la fundación de la vida monástica.

Cuando dio esta Regla, podría no bastar para alguien que deseara organizar un monasterio, puesto que toma esta obra como un hecho cumplido. La vida de los monjes capadocios no podía ser reconstruida con estas referencias a la naturaleza y el número de comidas o la vestimenta. Los superiores tenían como guía una tradición aceptada por todos los monjes. Esta tradición fue progresivamente enriquecida por las decisiones de los concilios, por las ordenanzas de los emperadores de Constantinopla y por los reglamentos de algunos abades reverenciados. Así pues, se formó un conjunto de leyes que regulaban los monasterios. Algunas de éstas fueron aceptadas por todos, otras sólo por las casas de algunos países, mientras que había reglamentos que sólo se aplicaban en algunas comunidades. En este aspecto, el monacato oriental se asemeja al del occidental: es notable la gran variedad de prácticas. La existencia de la Regla de San Basilio formaba un principio de unidad.
nataly14
 
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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Nov 11, 2014 2:19 pm

San Josafat Kunsevich

Imagen

Nació en 1580, en Vladimir de Volhinia, actual Polonia; en el seno de una familia ortodoxa. En Vilna conoció a los católicos uniatas, cristianos de rito oriental en comunión con la Sede Romana; y se unió a ellos. En 1601 ingresó en el Monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna, de la Orden de San Basilio, se ordenó sacerdote en el rito bizantino en 1609, fue un celoso sacerdote y religioso, fue superior del Monasterio de Byten y más tarde archimandrita de Vilna.

Fue elegido Obispo de Vitebsk 1617, meses más tarde, Arzobispo de Polotzk, Lituania, trabajó infatigablemente por la unidad entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, impulsó entre sus fieles el deseo de la unidad católica, cultivó el rito bizantino eslavo. Desplegó con gran celo el culto y la disciplina de la Iglesia, restauró la catedral, convocó cada año el Sínodo y ayudó cuanto pudo a los pobres.

Sus enemigos, los que no admitían la existencia de los uniatas, lo asesinaron el 12 de noviembre de 1623, cruelmente en Vitebsk, Bielorrusia, con armas blancas un grupo de fanáticos ortodoxos y arrojaron su cadáver al Río Duna.

Canonizado en 1867 por S. S. el Papa Pío IX, siendo el primer santo de la Iglesia de oriente canonizado con proceso formal de la Sagrada Congregación de Ritos. Quince años más tarde, el Papa León XIII fijó el 14 de noviembre como fecha de la celebración de su fiesta en toda la Iglesia de occidente. La reforma litúrgica movió la fiesta al 12 de noviembre.

El Papa Pío XI declaró a San Josafat: Patrón de la Reunión entre Ortodoxos y Católicos el 12 de noviembre de 1923, III centenario de su martirio.

El 25 de Noviembre de 1963, durante el Concilio Vaticano II y por petición del Papa Juan XXIII, quién estaba muy interesado en la unidad, el cuerpo de San Josafat finalmente encontró su descanso en el altar de San Basilio en la Basílica de San Pedro.

Fuentes: Ora et Labora. Corazones.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 8. La Orden de San Basilio. Semana del 6 de octubre

Notapor Adriana Espinoza » Mar Nov 11, 2014 7:14 pm

Cisma De Oriente:

El cisma es una palabra que significa división, discordia o desavenencia entre los individuos de una misma comunidad. En el año 1054 se registró El Gran Cisma producto de un sinnúmero de divergencias entre las Iglesias cristianas de Oriente y Occidente. De los motivos de la separación definitiva fue la hegemonía del papado de Roma. En Occidente, la autoridad eclesiástica suprema correspondía al Papa, obispo de Roma, quien había sido legitimado a través del apóstol Pedro por sucesión de Cristo. Por el contrario, en Oriente la autoridad residía en un episcopado integrado por todos los obispos.
Las diferencias se acrecentaban por un factor de etnia y cultura entre los Imperios romano occidental y oriental, argumentando entre otras cosas que los latinos habían adquirido cierta barbarie por las constantes invasiones sufridas.
Otra de las diferencias irreconciliables es doctrinal, por la discusión sobre la naturaleza dual de Cristo -humana y divina- o la cuestión de la devoción a iconos, es decir, imágenes de Cristo, María o los santos. En el siglo VIII surgió en Oriente un movimiento denominado iconoclastia, es decir, destructores de imágenes, que consideraba una idolatría el culto a las imágenes en las iglesias. Progresivamente este movimiento fue ganando poder, siendo muchas las imágenes destruidas. Sin embargo, sus contrarios, los iconólatras, acabaron por invertir la tendencia, afirmando que las imágenes eran, más que objetos simbólicos, elementos sagrados, capaces por tanto de conferir la gracia divina a los devotos. Esta última actitud no fue aceptada por Occidente.
Estas cuestiones, que separaban a las Iglesias de Occidente y Oriente, forjaron el cisma definitivo del año 1054, cuando la comunidad bizantina del sur de Italia se negó a reconocer al Papa León IX. Este hecho ocasionó una fuerte discusión entre ambas Iglesias, conflicto que finalizó con la excomunión de la Iglesia Oriental, que respondió de la misma forma. En la historia han habido varios intentos de reunión, sin ningún éxito, fue hasta el año 2002 que la delegación oficial de la Iglesia Ortodoxa griega es recibida por un Papa en el Vaticano, por primera vez desde el 1054.
Y recientemente el Papa Francisco ha revocado la excomunión para este grupo.
Adriana Espinoza
 
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