11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Faustinak » Sab Nov 01, 2014 7:14 pm

SANTA HILDEGARDA[/b]. UNA ABADESA MEDIEVAL CONQUISTA "FANS"


(EN HUMANITAS NRO.13)

Desde su monasterio a orillas del Rin, Santa Hildegarda en Bingen (1098-1179) tuvo una vasta proyección sobre la Europa de su tiempo. Mística, poetisa, música, científica, consejera de prelados y emperadores, esta mujer extraordinaria siguió influyendo también después de su muerte en la espiritualidad católica a través de escritos muy difundidos. Menos previsible era que la figura de una monja medieval pudiera atraer a la gente del siglo XX. Sin embargo, el IX centenario de su nacimiento se ha convertido en un fenómeno popular en Alemania, con ecos en otros países.

La "fiebre" por Hildegarda está siendo oportunamente fomentada y explotada por distintas casas comerciales. La productora discográfica Angel Records -sello de EMI- ha vendido 300.000 ejemplares de un CD con varias piezas corales compuestas por la santa, cuidadosamente recuperadas. El éxito le ha movido a sacar otro disco de la misma autora. Como ha sucedido con el canto gregoriano, la música de Hildegarda es apreciada por un público numeroso que encuentra en ella serenidad para el espíritu. También la industria editorial ha hallado un filón en la abadesa de Bingen, de modo que se cuentan por centenares los títulos de ella o sobre ella expuestos en las librerías. Hasta las farmacias venden remedios inspirados en los estudios sobre hierbas medicinales debidos a Hildegarda. Y algunas marcas de vinos invocan en sus etiquetas a la polifacética monja, que también prestó alguna atención a la enología.

En este año del IX centenario, turistas de distintos países acuden en gran número a Bingen en busca de las huellas de Hildegarda. Los especialistas se reúnen en simposios sobre la figura y la obra de la santa. Fuera de Alemania, el centenario se celebra sobre todo en Estados Unidos, donde numerosas universidades católicas han organizado actos conmemorativos. Las iniciativas se multiplicaron a medida que se acercaba el 17 de septiembre, fiesta litúrgica de Santa Hildegarda y aniversario de su muerte (no se conoce la fecha exacta de su nacimiento).

En esta ola de admiración, muchos encuentran en Hildegarda un emblema a su conveniencia. Representantes del feminismo la describen como una "rebelde" en una Iglesia dominada por los hombres y ven en sus obras un anticipo de la "teología feminista". La corriente New Age, fijándose en algunos aspectos de los escritos místicos de Hildegarda, también se arrima a la sombra de la abadesa.


[b]Una personalidad influyente


Esas interpretaciones simplistas y anacrónicas surgen, en buena parte, por influencia de un estereotipo previo sobre la mujer medieval, considerada como totalmente sujeta al varón, sin acceso a la cultura y sin posibilidad de intervenir en los asuntos públicos. Hildegarda desmiente el tópico, pero no es un caso único, sino una entre abundantes personalidades femeninas de la Edad Media que tuvieron gran influencia en la política, la cultura o la Iglesia de su época. Basta recordar a mujeres como Dhuoda (siglo IX), autora del primer tratado francés sobre educación; reinas como Leonor de Aquitania, Clotilde o la emperatriz Inés, esposa de Enrique III; las religiosas Herrada de Landsberg o Santa Catalina de Siena; por no hablar de Santa Juana de Arco.

La benedictina Hildegarda desarrolló una actividad extraordinaria desde su clausura. Abadesa de Dislbodenberg desde 1136, hacia 1147 fundó un monasterio en Bingen y más tarde otro en Eibingen, donde murió. Desde muy joven tuvo visiones sobrenaturales, que relató en tres libros. El primero de ellos, Scivias ("Conoce los caminos [del Señor]"), es "una verdadera enciclopedia del saber sobre el mundo en el siglo XII", en palabras de la medievalista francesa Régine Pernoud, en La mujer en el tiempo de las catedrales. Scivias trata, junto a las experiencias místicas de la santa, de poesía, música y cuestiones teológicas entonces aún no resueltas.

Hildegarda escribió también obras de medicina e historia natural, y compuso al menos 74 piezas de música sacra. En sus libros se encuentran trazas de intuiciones científicas que no se pudieron comprobar hasta varios siglos más tarde, como la atracción entre las masas, la órbita terrestre alrededor del sol o la circulación sanguínea. Además, se conserva de ella abundante correspondencia con personajes tan ilustres como el Papa Eugenio III, dos emperadores alemanes -Conrado III y su sucesor Federico Barbarroja- o San Bernardo de Claraval, amén de numerosos obispos o prelados. Fue directora espiritual de monjes, de los que el más conocido es Guibert de Gembloux, su segundo secretario (pues ella no escribía de su propia mano, sino que dictaba sus obras en latín).

En fin, Santa Hildegarda no fue una mujer oprimida bajo la bota de la "sociedad patriarcal", lo que no hace de ella una feminista avant la lettre. Tampoco sus revelaciones místicas -declaradas auténticas por Eugenio III- autorizan a presentarla como precursora de la New Age: son, más bien, un hito en la literatura espiritual católica. La admiración que causa no puede basarse en el contraste con esa "oscuridad" medieval que sólo existe en el mito. "Hildegarda -explica Régine Pernoud- es afín a su tiempo, el de las simples maravillas del arte románico y del canto gregoriano".

Fuente: http://www.humanitas.cl
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Faustinak » Sab Nov 01, 2014 7:19 pm

El cargo de abadesa


Haciendo referencia a la palabra "Abba" que significa Padre, la Regla de San Benito, dedica especialmente su capítulo II a la figura del Abad, (97) válido tanto para los Monasterios masculinos, como para los femeninos; Jerárquicamente, la Abadesa es la figura principal de la Comunidad, y su papel es el más preponderante. En dos direcciones tiene encomendada su labor: en lo espiritual y en lo material. En lo espiritual: "Responsable ante Dios". La Regla de San Benito, lo enseña de la siguiente forma:

"Y sepa el Abad, que el pastor será el responsable de cuanto el Padre pueda encontrar de menos provechoso en sus ovejas"

"Se le encarga guiar almas".

Recuerde siempre el Abad lo que es y cómo le llaman, sin olvidar que a quien más se le confía, más se le exige. Sepa que difícil y arduo encargo ha recibido de guiar almas y servir a temperamentos tan variados, halagando a unos, reprendiendo a otros, persuadiendo al resto." (98)

Ha de enseñar, establecer y mandar e instruir a las profesas, de dos maneras: con su ejemplo, enseñando lo bueno y lo malo, sin hacer distinción de personas y siendo recta en sus actuaciones, mezclando "rigor con dulzura" vale decir, exigente pero con afabilidad. El encargo que se le haya encomendado, "de guiar almas y servir a temperamentos tan variados, halagando a unos, reprendiendo a otros", es muy encomiable. Ella, se debe adaptar a todo y mantener el entusiasmo y la vocación de sus encomendadas.

"(...) el Abad, no ha de enseñar, establecer o mandar nada que se aparte de lo mandado por el Señor sino que sus mandatos y doctrina deben derramarse en el corazón de sus discípulos como levadura de la justicia divina." (99)

Tomo como ejemplo aquí, al Monasterio de Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca) monjas Benedictinas. Una manda referida a lo espiritual, y que se encuentra relacionada en el Libro de Visitas (Año 1790, p. 67), es la siguiente:

" 4º La oración es el alimento de la vida espiritual, sin la cual no se pueden hacer muchos progresos en el camino de la perfección; y siendo este el que deben andar las religiosas en este mundo si no quieren engañarse a sí mismas, y carecer voluntariamente del premio que el Señor ha de dar a sus escogidos; en el otro, encarga Su Señoría a la Señora Abadesa que sin gravísimas causas, no dispensen el tiempo que debe durar la oración mental; como también que cuide mucho de que se guarde silencio en el Convento a las horas correspondientes por ser muy conveniente a la tranquilidad espiritual y corporal de las religiosas" (100)

En lo material: El Libro de Visitas de dicho Monasterio, nos permiten ver relacionados "Los mandatos" sobre lo material:
"Encarga Su Señoría mucho a la Señora Abadesa que no permita que se abra con frecuencia la puerta reglar fuera de los casos de necesidad por los gravísimos inconvenientes que de ellos se siguen; como tampoco el que haya griterías en ella, ni que se introduzcan niños dentro de la clausura aunque sean de corta edad. Todo lo cual se halla repetidas veces mandado en anteriores visitas." (101)

"Sepa el Abad que su misión es más servir que presidir. Es necesario que sea conocedor de la Ley divina para que sepa y tenga de dónde sacar cosas nuevas y viejas."

Con lo anteriormente expuesto, queda claro la categoría o jerarquía de este honroso cargo, elegida teniendo en cuenta el mérito de su vida y la sabiduría de su doctrina por su responsabilidad tanto en lo espiritual - conduciendo al igual que la Maestra de Novicias a sus postulantes -, la vocación de sus profesas, como en lo material, decidiendo sobre la organización del Monasterio.


Algunas consideraciones en torno a la figura de la Abadesa:

- Será elegida por sufragio secreto por el Capítulo conventual, bajo la Presidencia del Ordinario del lugar o de un delegado suyo.
- La elegida, debe cumplir con las cualidades que le exige la Regla
- En la actualidad en Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca) se elige la Abadesa por seis años. En los documentos de la época (1790) se la elegía por tres años.

La abadesa tiene absoluto control sobre las diversas tareas y oficios dentro del Monasterio, asume gran parte de las funciones: económicas, de gobierno y espirituales. Esta figura siempre ha tenido una relevante influencia sobre las demás integrantes de la comunidad. La escogencia de la Abadesa que regía y que rige en la actualidad el destino de las Comunidad se hacía con minuciosidad y aún se lleva a cabo con rigurosidad. En sus manos está encomendada la tarea de ayudar a cada una de sus profesas a realizar su propia vocación; conservar, fortalecer y acrecentar en su Comunidad el espíritu monástico; de promover y afianzar en ella la armonía y la caridad fraterna y orientar y aprovechar todos los valores y posibilidades de las monjas de tal manera que el Monasterio procure a la Iglesia y al mundo todo el servicio que les debe, según los requerimientos de su propia vocación.


Fuente: http://www.artehistoria.jcyl.es
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Al+100cia » Sab Nov 01, 2014 10:00 pm

JMJ

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“Los dos caminos que se abren al cristiano en la Edad Media cuando se plantea su modo de vida durante la edad adulta son matrimonio y monacato. Ambos tienen ventajas y perjuicios, pero ninguno es fruto solo de la decisión personal puesto que la presión del grupo familiar es determinante... -la institución monástica - en general, parece que era un fenómeno casi privativo de varones, en el que las mujeres solo participan de forma marginal... el principal papel de la mujer debía ser el de madre. Pero la realidad no es esa, las mujeres participan también en la vida monástica que sirvió a muchas para hacer oír su voz y su personalidad. Aunque lo hicieron de forma diferente a los varones y casi siempre bajo control de éstos.”

Voy a transcribir el comentario de una obra que tengo en mi biblioteca personal:

"¿Qué mujer se siente ya como una reina? ¿Y cuántas se definirían a sí mismas como mujeres indomables? Reina y mujer indomable: son muchas las mujeres que intuyen la fascinación de estas imágenes, pero, por desgracia, muy pocas dejan que se manifiesten abiertamente las facetas correspondientes de su femineidad, aunque todas las llevan dentro de sí. Al hilo de catorce personajes femeninos de la Biblia, Linda Jarosch y Anselm Grün presentan una serie de atributos que toda mujer posee, animando a las lectoras a dejarlos aflorar, a estimarlos, a vivirlos. Inspirándose en Eva, Sara, María Magdalena y otras mujeres de la Biblia, los autores muestran cómo podrían plasmarse en la vida de la mujer de hoy la pasión, el amor, la fogosidad, la realeza, la maternidad, la sabiduría y el sentido de la justicia... para así disfrutar de la vida de una manera nueva."

Oh mi Dios y mi todo!!!
Al+100cia
 
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor anabel duran rojas » Dom Nov 02, 2014 12:31 am

La palabra monacato significa también profesión de monje. En el marco de referencia del Concilio de Trento, el ascetismo religioso era un alejamiento y renuncia a la vida mundana.

Profesar votos solemnes era signo de una dignidad moral superior y, al mismo tiempo, una disminución de la capacidad civil. El estado o profesión de monje y de monja significaba tener impedimento para contraer matrimonio. El voto de obediencia limitaba la libertad de residencia y deambulatoria. El voto de pobreza suponía un estado civil de incapacidad para ser titular del derecho de propiedad. No podía adquirir bienes ni heredarlos, porque ni siquiera heredaban monjes y monjas sino que lo hacía el monasterio. Tampoco podían disponer de sus bienes libremente en testamento, pues el beneficiario debía ser el monasterio.

Se limitaba también la libertad contractual para trabajar. La profesión monástica era incompatible con un trabajo remunerado y productivo. Pobreza, vida contemplativa dedicada a la oración y, en el caso de mujeres con capacidad económica alta que habían entregado al monasterio su dote, planteaban el problema del trabajo doméstico y el textil y de elaboración de dulces, propio de monasterio de mujeres.
La presencia de monjas legas, sin dote, solucionó el trabajo doméstico que fue remunerado Respecto a la confección de túnicas, hábitos y elaboración de dulces, se dispuso:
Las tareas de la huerta eran inapropiadas para las monjas y rompían la clausura si las hacían personas de fuera, de modo que, por ejemplo, en 1595, los visitadores de las agustinas recoletas mandaron suprimir el cultivo (...) en 1664, el obispo de Cuenca mandó a la abadesa de las dominicas de Uclés mayor moderación en la fabricación de dulces y bizcochos para que no se abriese la puerta a los seglares, de forma que no se podrían elaborar para venderlos sino sólo para consumo (Beldad, 2004).

Frente a este concepto de profesión religiosa que favorece la estructura socioeconómica del feudalismo, al reforzar el poder económico de los monasterios, el protestantismo desarrollaba la idea del carácter ascético del trabajo. Max Weber abordó el estudio del ascetismo laico protestante, en especial el calvinista y, haciendo un recorrido por las diversas sectas protestantes fundamentaba llega a la conclusión de que hay una conexión entre el concepto de religioso de trabajo propio de la La ética protestante y el espíritu del capitalismo
Hemos intentado dar prueba de que el espíritu ascético del cristianismo fue el que originó uno de los factores que intervinieron, a su vez, al nacimiento del moderno espíritu capitalista y hasta de la propia civilización de hoy día, la racionalización del comportamiento en base al concepto de la profesión. Reflexionemos, una vez más, fijando la atención en el documento visto al principio de este trabajo, y que nos fue legado por Franklin, y se reconocerán estos factores inherentes de esa mentalidad a la que hemos nombrado “espíritu del capitalismo”, los mismos recién señalados, precisamente, constitutivos del ascetismo profesional puritano, bien que sin la raíz piadosa que Franklin poseía.
La Revolución Francesa, el liberalismo decimonónico, decretaron la disolución de las órdenes religiosas y la exclaustración de los monjes y monjas, que recobrarían la plena capacidad civil correspondiente a su edad y sexo.
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor ClauBA » Dom Nov 02, 2014 5:23 am

[list=][/list]El espacio de las mujeres y en concreto el de las religiosas, fue particularmente complejo antaño y el ingreso de la mujer en estos centros de espiritualidad, presentaba variadas facetas de índole material, psicológico, social y espiritual. Remontándonos especialmente a la Edad Media se pueden analizar infinidad de detalles, que conformaron los procesos de creación de los conventos femeninos configurándose estos desde una perspectiva, como un espacio de excepcional libertad para las mujeres ya que se convirtieron en una alternativa real al matrimonio, pero desde otro punto de vista y a la par con lo anteriormente dicho, fueron un espacio de mayor control puesto que permanecieron siempre subordinados a una supervisión masculina.
Las comunidades monásticas para mujeres habrían aparecido en Oriente en un periodo muy antiguo. Después de su introducción en Europa, hacia el fin del cuarto siglo, empezaron a florecer, también, en Occidente, particularmente en Francia, donde la tradición le atribuye la fundación de muchas casas religiosas a San Martín de Tours. Cassian el gran organizador del monacato en Francia, fundó un famoso convento en Marsella, a principios del quinto siglo y de este convento, en un periodo posterior, San Cesario (muerto en el año 542) llamó a su hermana Cesaria, poniéndola a cargo de una casa religiosa que estaba fundando en Arles. También se sabe que San Benito de Nursia habría fundado una comunidad de vírgenes consagradas a Dios y puesto, bajo la dirección, a su hermana Santa Escolástica, pero ante la duda de si el gran Patriarca estableció un convento, es cierto que durante un breve tiempo él apareció como guía y Padre de los muchos conventos que ya existían. Las reglas establecidas en su Monasterio, fueron adoptadas casi universalmente, y por ellas el título de Abadesa fue de uso general para designar a la superiora de un convento de monjas. Antes de este tiempo, el título Mater Monasterii, Mater Monacharum, y Praeposisa eran más comunes. La designación de Abadesa aparece por primera vez en una inscripción sepulcral del año 514, encontrada en 1901 en el sitio de un antiguo convento de las virgines sacræ que se levantó en Roma cerca de la Basílica de San Agnes extra Muros. La inscripción conmemora a la Abadesa Serena que presidió este convento, hasta el momento de su muerte a la edad de ochenta y cinco años: "Hic requieescit in pace, Serena Abbatissa S. V. quae vixzit annos P. M. LXXXV."

Dichas reglas fueron incorporadas por San Benito a las abadías en los conventos de monjes en el siglo VI y fueron válidas para los monasterios femeninos, comenzando por intermedio de su hermana Escolástica a quién se considera la "primera abadesa" de Piumarola.

Ahora analizando la clase de personas o grupos sociales que abrazaron la vida religiosa y que a su vez engrosaron las filas del clero o de las Ordenes conventuales, encuentro que influyó en ello y en gran medida, el factor económico y las motivaciones fueron de toda índole: por ejemplo, el hijo de un modesto labrador que deseaba llegar a ser el párroco de su pueblo, respetado y/o aceptado en alguna poderosa comunidad. Situaciones de orden social que llevaban a personas a hacerse religiosas fueron muy variables; tenemos el ejemplo de, además de mujeres con esa vocación religiosa específica, hijas de buenas familias pero sin dote, viudas respetables, mujeres que habían pasado por situaciones sentimentales difíciles, entre ellas amigas íntimas de reyes o nobles que habían perdido sus favores, que al final llegaban recluirse en los conventos; La figura de la mujer desde tiempos inmemoriales, ha estado ligada al desenvolvimiento de la Humanidad. Muchas de estas mujeres que por los distintos motivos - ya vistos - tomaron la vida monacal como su forma de vida, llegaron a ocupar cargos de jerarquía, de responsabilidad y de verdaderas conductoras de la vida espiritual. En el presente artículo se incluyen algunas cortas reseñas de la vida de importantes mujeres castellanas que llegaron a ocupar el cargo jerárquico de Abadesas, María Ana de Austria (1568-1629) - España -, Abadesa del Monasterio de las Huelgas, Escolástica Campo Martín (1841 - 1909) - España - e Isidra Santos y Santos (1814-1891), Abadesas del Monasterio de Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca). Ser "Abadesa" significó para la mujer de sus tiempos - incluso los que vivimos actualmente -, el reconocimiento a su valía, como mujer.
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/12693.htm
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor sorines » Dom Nov 02, 2014 12:43 pm

ABADÍA REAL DE FONTEVRAUD.

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La abadía real de Fontevraud fue fundada en 1101 por Robert de Arbrissel.
Situada en las proximidades del Loira (en el límite de Anjou y de Poitou) Imagen

La abadia, que era mixta en su origen, se desarrolló tan rápidamente que entre los años 1115 y 1150 aproximadamente llegó a convertirse en una de las órdenes monásticas más poderosas de Francia. Tan importante fue la abadia que recibió las rentas de Enrique II y su esposa Leonor de Aquitania, quienes reposan allí junto a sus hijos entre ellos Ricardo Corazón de León.

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Con el siglo XVI llegó a toda Europa y por tanto también a la abadia de Fontevraud la renovación espiritual. Se llevaron a cabo entonces importantes construcciones bajo la dirección de Marie Gabrielle, abadesa nombrada en 1670 por Luis XIV, convirtiéndose así en uno de los monasterios femeninos más ricos del reino. Ahí recibieron cuatro de las hijas del rey durante diez años más o menos. En 1792 las religiosas fueron expulsadas por decreto.

Todos los bienes fueron vendidos o dispersados. El edificio fue saqueado y eventualmente maltratado quedando cerradas sus puertas. Fue declarada Bien Nacional en 1789. Posteriormente estuvo bajo el mando de Napoleón quien la utilizo como centro para detener personas y trabajar. Finalmente fue cerrada en 1963. Fue entregada a Monumentos Históricos, permaneciendo entonces como siempre fue arquitectónicamente. Es un conjunto muy bien conservado y hermoso que consta de varias partes.

Imagen Imagen

Interior de la nave. En la arquitectura de esta abadía (una de las más grandes de Europa) hay elementos de un estilo que pertenece a los siglos XVI, XVII y XVIII.

Chimenea de la cocina de la Abadia..................Imagen

Se pueden ver allí, entre otras piezas interesantes, las esculturas yacentes policromadas de los reyes y de la dinastía. Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León e Isabel de Angulema reposan así en el coro de la iglesia abacial.

Imagen++++++++Imagen

Sala capitular con sus pinturas murales que representan los últimos momentos de Cristo (realizados por Thomas Pot, artista angevino) y las cocinas románicas (enteramente de piedra, con sus 8 hogares y 21 chimeneas superpuestas) forman parte de las otras piezas remarcables de la abadía.

Fuente: http://www.easyviajar.com/francia/abadi ... z3Hs0n1nrJ
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor sorines » Dom Nov 02, 2014 3:00 pm

¿Qué y quienes son las abadesas?

Según la definición consultada de la Enciclopedia Católica, la Abadesa es la superiora en lo espiritual y secular de una comunidad de doce o más monjas. Este cargo se corresponde con el de Abad en monasterio masculino con muy pocas diferencias. En el origen fue la denominación dada a los superiores Benedictinos, pero con el paso del tiempo también esta se utilizó para los superiores de otras Ordenes.

Hildegarda de Bingen. Abadesa Imagen

El origen histórico de las Abadesas fue a fines del siglo IV, cuando comienza a florecer las comunidades monásticas para mujeres, especialmente en Galia, donde la tradición atribuye a San Martin de Tours la fundación de muchas casas religiosas.

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Se cuenta que San Juan Casiano, un gran organizador del monacato en Galia fundo uno en Marsella a principios del siglo V y que posteriormente San Cesario llamó a su hermana para entregar a su cargo la abadia recién fundada de Arles . Imagen

También se cuenta que San Benito fundo una comunidad de vírgenes consagradas y al frente de la cual puso a su hermana Santa Escolástica. Las reglas de San Benito fueron adoptadas en casi todas las comunidades femeninas, siendo en poco tiempo el padre y guía espiritual de los muchos conventos existentes en aquel momento. El título de Abadesa fue adoptado para designar a la superiora de un convento. Aunque antes de ese momento existían otros nombres para ese cargo como: Mater Monasterii, Mater Monacharum o Praeposisa.

La designación de Abadesa aparece por primera vez en una inscripción sepulcral del año 514, la cual no fue hallada hasta el 1901 en el antiguo lugar donde estaba un convento llamado de las Virgines Sacrae, edificado cerca de la Basílica de San Agnes en Roma.

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El modo de elegir una Abadesa es por elección, haciendo sufragios secretos en la comunidad, todas las monjas profesas están autorizadas a votar, aunque algunas Constituciones extienden el derecho al voto solamente a algunas que tienen un determinado tiempo de profesas (de haber hecho los votos). En ciertos monasterios dependientes, la elección es realizada en presencia del vicario de la diócesis. En los independientes, que están bajo la jurisdicción de Roma, se hace en presencia del Obispo designado por el Papa. En aquellos que están bajo la jurisdicción de un prelado regular, las monjas están obligadas a informar el día y la hora de la elección al diocesano para que estén presentes, pero desde fuera. El Concilio de Trento prescribió: "quién presida la elección, sea el Obispo u otro superior, no pasarán el vallado del monasterio, sino escucharán o recibirán el voto de cada una, en la reja". (Cone. Trid., Sess. XXV, De regular, et monial. Cap. Vii.)

La votación se hace estrictamente confidencial, si este no se cumple la elección es totalmente nula e invalida. Con la mayoría simple es suficiente para la elección. El resultado es proclamado enseguida, con el anuncio del número de votos para cada monja, para facilitar la verificación. Si en algún caso no hay el número de votos requeridos el Obispo o el prelado presente, ordenara una nueva votación o nombrar una superiora momentáneamente. Si nuevamente después de una votación no hay consenso el Obispo puede nombrar a quien juzgue más digna para Abadesa. La recién nombrada asume los deberes de su cargo después de la confirmación obtenida.

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En cuanto a la edad para el cargo de Abadesa ha habido cambios según los diferentes momentos históricos:

•Papa Leoncio I: Prescribía cuarenta años.
•San Gregorio el Grande, en cambio prescribía para el cargo de Abadesa por lo menos sesenta años, prohibiendo
insistentemente la elección de mujeres jóvenes.
•Para los Papas Inocencio IV y Bonifacio VIII, eran suficientes treinta años.
•Concilio de Trento: «ninguna monja puede elegirse como Abadesa a menos que haya completado el cuadragésimo año de edad, y el octavo año de ejercicio religioso».

Se prohíbe elegir por decreto de la Sagrada Congregación del Concilio y de los Obispos y Regulares, a no ser por una dispensa de la Santa Sede, la elección de una monja de nacimiento ilegitimo, sin integridad virginal de cuerpo, que haya estado sometida a condena publica y con limitaciones físicas. En Italia e islas adyacentes, sin embargo, por una Bula de Gregorio XIII. "Exposcit debitum" (del 1 enero de 1583), eran electas por tres años, y entonces debían dejar vacante el cargo por un período de tres años, durante el cual tampoco podían actuar como vicarios.

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Fuente: http://ec.aciprensa.com/wiki/Abadesa
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor nataly14 » Dom Nov 02, 2014 10:02 pm

Las comunidades monásticas para mujeres habrían aparecido en Oriente en un periodo muy antiguo. Después de su introducción en Europa, hacia el fin del cuarto siglo, empezaron a florecer, también, en Occidente, particularmente en Francia, donde la tradición le atribuye la fundación de muchas casas religiosas a San Martín de Tours. Cassian el gran organizador del monacato en Francia, fundó un famoso convento en Marsella, a principios del quinto siglo y de este convento, en un periodo posterior, San Cesario (muerto en el año 542) llamó a su hermana Cesaria, poniéndola a cargo de una casa religiosa que estaba fundando en Arles. También se sabe que San Benito de Nursia habría fundado una comunidad de vírgenes consagradas a Dios y puesto, bajo la dirección, a su hermana Santa Escolástica, pero ante la duda de si el gran Patriarca estableció un convento, es cierto que durante un breve tiempo él apareció como guía y Padre de los muchos conventos que ya existían. Las reglas establecidas en su Monasterio, fueron adoptadas casi universalmente, y por ellas el título de Abadesa fue de uso general para designar a la superiora de un convento de monjas. Antes de este tiempo, el título Mater Monasterii, Mater Monacharum, y Praeposisa eran más comunes. La designación de Abadesa aparece por primera vez en una inscripción sepulcral del año 514, encontrada en 1901 en el sitio de un antiguo convento de las virgines sacræ que se levantó en Roma cerca de la Basílica de San Agnes extra Muros. La inscripción conmemora a la Abadesa Serena que presidió este convento, hasta el momento de su muerte a la edad de ochenta y cinco años: "Hic requieescit in pace, Serena Abbatissa S. V. quae vixzit annos P. M. LXXXV."

Dichas reglas fueron incorporadas por San Benito a las abadías en los conventos de monjes en el siglo VI y fueron válidas para los monasterios femeninos, comenzando por intermedio de su hermana Escolástica a quién se considera la "primera abadesa" de Piumarola.

Entre otros nombres tenemos a María Ana de Austria (1568-1629) - España -, Abadesa del Monasterio de las Huelgas, Escolástica Campo Martín (1841 - 1909) - España - e Isidra Santos y Santos (1814-1891), Abadesas del Monasterio de Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca). Ser "Abadesa" significó para la mujer de sus tiempos - incluso los que vivimos actualmente -, el reconocimiento a su valía, como mujer.
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mié Nov 05, 2014 6:23 pm

Santa Bertilla

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Hoy, 5 de noviembre, conmemoramos a Santa Bertilla, Abadesa.

Santa Bertilla (¿630?-705) nació en la región de Soissons, Francia, en una de las familias cristianas más ilustres de la comarca.

Desde niña, Santa Bertilla, o Bertille en francés, sintió deseos de renunciar al mundo material y dedicarse a la vida religiosa; pero antes de revelar este anhelo a sus padres, la niña lo consultó con su preceptor, San Owen, quien la apoyó en su decisión.

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Sus padres convencidos, la llevaron personalmente a Jouarre, un Monasterio de grandes dimensiones, cerca de Meaux, donde fue acogida con gran alegría.

En Jouarre, Santa Bertilla se formó bajo las más estrictas prácticas de la perfección monástica, combinando siempre la gentileza con el rigor, la piedad con la justicia, la humildad con el coraje, la prudencia con la sencillez.

Por la caridad y la voluntad de servicio que demostraba, la Abadesa la puso al frente del Priorato, nombrándola su asistente administrativa del Monasterio.

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En 659 se terminó de construir en Chelles la Abadía que Santa Bathilda, Reina de Francia, había dispuesto para retirarse del mundo y pasar sus últimos días.

La reina le solicitó a la abadesa de Jouarre que le aportara algunas hermanas religiosas y una Abadesa para Chelles; pensando la Abadesa en Santa Bertilla como principal del grupo.

Con discreción y vigor, Santa Bertilla fue Abadesa de Chelles por 46 años. Al principio ella se hizo cargo de Santa Bathilda, y más tarde también de Heresvida, Reina de Inglaterra, quien también se retiró en busca de paz a Chelles.

La fama de santidad de Santa Bertilla de Chelles atrajo a varias damas ilustres a su Monasterio, el cual tuvo un gran auge durante su vida. Cuando falleció, Santa Bertilla fue sepultada en la Iglesia de la Abadía de Chelles junto a la tumba de Santa Bathilda.

Fuente: Santoral Virtual. Paint
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Marieliux » Mié Nov 05, 2014 11:42 pm

Hermanos, los saludo de nuevo con mucho gusto!!
Deseo que al igual que yo estén disfrutando estos temas maravillosos. Es muy interesante conocer la fuerza que podemos llegar a tener las mujeres. En la espiritualidad, el liderazgo, etc. Cómo todas estas mujeres abadesas fueron valientes en su fe!!

..................................................................LAS ABADESAS

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Abadesa (del latín abbatissa, forma femenina de abbas, abad) es la mujer que desempeña el cargo de "superiora " en una comunidad religiosa cristiana que cuenta con, al menos, doce monjas.

La referencia más antigua que se tiene del cargo de abadesa, se remonta al siglo VI, año 514, en un convento de vírgenes consagradas, localizada en la Basílica de Santa Inés Extramuros, en Roma, donde se encuentra un sepulcro con la inscripción de la "Abadesa Serena":
Hic requieescit in pace, Serena Abbatissa S. V. quae vixzit annos P. M. LXXXV.

En ese mismo siglo, Benito de Nursia habría incorporado las reglas de las abadías en los conventos de monjas, comenzando por intermedio de su hermana Escolástica quién fue la primera abadesa de Piumarola.

En Hispania, antes del año 600, el arzobispo de Sevilla, Leandro, hermano del padre de la Iglesia Isidoro de Sevilla preparó una regla monástica para instituciones femeninas, De instituciones virginum et contemptu mundi, para su también hermana, la abadesa Florentina.

Las primeras abadesas

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Santa Escolástica 480-547
(Religiosa italiana elevada a los altares por la Iglesia Católica).


La única fuente histórica sobre la vida de Santa Escolástica, hermana de San Benito, son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los Diálogos de San Gregorio Magno. Las noticias, legendarias que se añadieron, enriquecen poco la imagen sencilla e intensa de la santa. Pero a San Gregorio no le interesaba presentarnos una noticia biográfica completa de Santa Escolástica, sino completar el perfil interior del padre del monacato occidental.

Parece que el año del nacimiento de los dos santos coincide: el 480. Por tanto, Benito y Escolástica probablemente fueron gemelos, y si no lo fueron anagráficamente, sí lo fueron espiritualmente, pues sus vidas fueron paralelas hasta la muerte, en el 547, a 40 días de distancia.

Escolástica nació en el año 480, en Nursia, Italia. Su madre murió de parto. Ella y su hermano San Benito se entregaron a Dios desde muy jóvenes y alcanzaron la santidad en la vida religiosa. Después que su hermano se fuera a Montecasino a establecer el famoso monasterio, ella se estableció a unas cinco millas de distancia, en Piumarola, donde fundó un monasterio del que Escolástica fue abadesa y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la regla de su hermano.

San Benito y Santa Escolástica regularmente se reunían para orar juntos y compartir sobre la vida espiritual. Santa Escolástica murió hacia el año 547. San Benito murió poco después. Fueron enterrados juntos.

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Santa Brígida de Irlanda
Abadesa de Kildare, Virgen (c. 525 d.C.).


Lo que podemos afirmar con certeza, respecto a la vida de Santa Brígida, es realmente poco. Probablemente nació a mediados del siglo quinto en Faughart, cerca de Dundalk. Es indudable que desde temprana edad se consagró a Dios; pero parece muy dudoso que haya recibido el "velo" de manos de San Maccaille en Mag Teloch y que haya sido consagrada por San Mel en Ardagh. La dificultad aumenta por la glosa añadida al himno de San Broccan: "San Mel le confirió la dignidad de obispo," y por ello la sucesora de Brígida "tiene derechos y honores episcopales." El P. John Ryan discute el problema en Irish Monasticism, y concluye que esta historia fue el resultado de los honores excepcionales, tradicionalmente tributados a la sucesora de Santa Brígida en Kildare, y que en algunos aspectos pueden compararse con los que se tributan a los obispos en la Iglesia." Pero es bastante extraño, que fuera del relato de Cogitosus, no se insista en las "vidas" de la santa en la fundación del monasterio de Kildare; tanto más, cuanto que dicha fundación parece haber sido el gran hecho histórico de su carrera, y que en cierto sentido la convirtió durante muchos siglos en la madre ejemplar de las vírgenes irlandesas.

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Santa Florentina de Cartagena
Abadesa (633)


Florentina fue una abadesa nacida en Cartagena en el siglo VI y que desarrolló su vida religiosa como fundadora de monasterios. Hija de un noble visigodo, fue la tercera de cinco hermanos, cuatro de los cuales (entre ellos Florentina) son considerados santos por la Iglesia Católica. Los otros hermanos canonizados son San Isidro, San Leandro y San Fulgencio. Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena. Gracias a sus dotes de gobierno, a su santidad y ejemplaridad para todas las hermanas, la eligieron abadesa.

Fue entonces cuando su hermano Leandro le escribió un precioso y profundo libro sobre “La institución de la vírgenes”. La lectura de este libro es realmente muy placentera, porque ensalza la virtud de la virginidad como algo que Cristo exige libremente a quienes quieren seguirle más de cerca.

Florentina murió en el año 633.

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Santa Eusebia, Abadesa de Hamay (637-660)

Abadesa de Hamay, hija del bienaventurado Adalbaldo, señor franco. Nación en 637 y murió en 660. Sucedió en aquel cargo a su tía, la beata Gertrudis, pero como no tenía más que doce años, Santa Rictrudis, abadesa de Marchiennes, la llamó a su convento con toda su comunidad. Eusebia se levantaba a media noche y, con una confidenta, iba a su monasterio, cantaba sus oraciones y se volvía a Marchiennes. Habiéndose sabido esta costumbre y encontrándola inflexible en este punto, se acordó dejarla volver a su convento, que gobernó hasta su muerte, acaecida a los veintitrés años de edad.

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Santa Mildred, Abadesa (700 d.C)

Los padres de Santa Mildred fueron Merewalh, Rey de Mercia, y Santa Ermenburga de Thanet, y sus hermanas, Santa Milburga y Santa Mildgytha. Fue educada en el el convento de Chelles, cerca de París. Rechazó una oferta de matrimonio y entró en el convento de Minster, fundado por su madre, en la isla de Thanet, dicho convento aún existe, siendo uno de los más antiguos de monjas benedictinas de Gran Bretaña.

La santa trabajó con San Teodoro de Canterbury y siendo abadesa de Minster, tuvo como novicia a Santa Edburga. Sobresalía por su generosidad con los pobres y su dedicación especial a los trabajos sociales. Murió de causas naturales en el año 700 y fue enterrada en Canterbury y luego trasladada a Deventer, en Holanda, pero parte de sus reliquias se encuentran en Minster, en donde aún hoy continúan las peregrinaciones anuales para visitar sus reliquias.

Según dice un hagiógrafo inglés, fue canonizada por su encanto, su gentileza y su facultad de consolar a los afligidos.

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Santa Milburga, Abadesa de Wenlock, Virgen (c. 715 d.C.).

Santa Milburga, que era la hermana mayor de Santa Mildreda, fundó el convento de Wenlock, en Shropshire, cuyo nombre actual es Much Wenlock. Su padre y su tío Wulferio, rey de Mercia, la ayudaron mucho en la empresa y dotaron la fundación. El arzobispo San Teodoro la nombró abadesa del convento que floreció como un paraíso bajo su gobierno.

Santa Milburga era extraordinariamente humilde; pero cuanto más se humillaba, más la exaltaba la gracia de Dios. Había recibido del cielo el don de curar a los enfermos y se cuenta que restituyó la vista a algunos ciegos. Con sus fervorosas exhortaciones convirtió a numerosos pecadores.
Bendiciones
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor iCristinai » Jue Nov 06, 2014 1:32 pm

Peregrinos y peregrinas, saludos de paz y bien para todos. En respuesta a un amable mensaje, subo en esta oportunidad las aportaciones para el tema de los Cartujos. Creo que en esa oportunidad tuve mas inconvenientes para poder subir imágnes y también información.

cartuja.
(Del b. lat. Cartusia 'Chartreuse', lugar del Delfinado).
1. f. Monasterio o convento de la Orden de la Cartuja. Es una palabra que proviene del francés Chartreuse, de Charte (carta), físicamente originario de la ciudad o comuna de Chartress, sitio famoso por la Catedral de Notre Dame (Nuestra Dama, o Señora).


El derivativo Cartujo, proviene de una traducción de Chartreuse, nativo de Chartres ("cartuja", de "carta"). Chartres es una ciudad y comuna francesa situada en el departamento de Eure y Loir de la que es capital, en la región de Centro. Es admirada mundialmente su magnífica catedral gótica: Catedral de Nuestra Señora de Chartres, lugar tradicional de la Coronación de los Reyes de Francia.
Situada a orillas del río Eure fue conocida en diferentes momentos de su historia con los topónimos de Carnutes, Autricum y civitas Carnutum.

En el punto más elevado de la ciudad está la catedral de Nuestra Señora de Chartres (siglos XII y XIII), joya del gótico francés y del arte de todos los tiempos, famosa por la unidad del conjunto arquitectónico, sus singulares torres, fachadas, esculturas. Su conjunto de vidrieras del siglo XIII, el mejor conservado de todos cuanto existen, proyectan al interior una luminosidad misteriosa. Fue declarada Patrimonio de la Humanidadpor la Unesco en 1979.


¿Quién fue el fundador de la Orden de los Cartujos?

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Fundada en 1084, la Orden de los Cartujos es actualmente una de las órdenes más antiguas de la Cristiandad. Fue Bruno, nacido en Colonia cerca del año 1030, quien la fundó. Profesor muy estimado de la escuela aneja a la catedral de Reims, a la que dio fama europea, se encontraba en la cumbre de esta celebridad cuando decidió seguir lo que consideraba su verdadera vocación : dejar el mundo y los honores para vivir sólo para Dios y " abrazar la vida monástica ". San Bruno no ha sido canonizado formalmente, pues los Cartujos rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del Papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida. San Bruno, Fundador de la Orden de los Cartujos.


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¿Qué y cómo es una Cartuja?

Una monja cartuja es un individuo femenino de la especie humana que ha decidido voluntariamente, por amor a Dios por encima de todas las cosas, renunciar a lo mundano y nacer a lo divino.


la vida de las monjas cartujas es una vida contemplativa marcada por la soledad. Todo nuestro deseo es responder al llamado de Dios devolviéndole amor por Amor. Su vida transcurre en los monasterios de la Orden, alejados de las ciudades, son « desiertos » con el fin de favorecer el encuentro con Dios. En efecto,la aplicación principal y la vocación de la Orden son encontrar a Dios en el silencio y la soledad. Allí Dios y su servidor mantienen frecuentes coloquios, como se hace entre amigos.

Al igual que en la rama masculina hay en la rama femenina monjas de claustro, dedicadas más especialmente a la soledad de la celda, monjas conversas y donadas. La formación para la vida cartujana dura aproximadamente ocho años y sigue las mismas etapas que la de los monjes. Luego de la profesión solemne o de la donación perpetua, las monjas que lo desean pueden recibir la consagración virginal.


En todas las casas de monjas hay uno o dos padres cartujos que garantizan las funciones sacerdotales según el rito cartujano: celebración de la Eucaristía y Ministerio de la reconciliación. Junto con estos padres ordinariamente hay uno o dos hermanos encargados de los trabajos que no pueden ser realizados por las monjas. Padres y hermanos viven en un edificio separado.



Las monjas Cartujas

La existencia de las monjas cartujas se remonta a los orígenes de la Orden de los cartujos. Es en 1145 que las monjas de Prébayon en Provenza, al sur de Francia decidieron abrazar la regla de vida de los monjes de Chartreuse. Ellas fueron acogidas en la Orden por San Antelmo, entonces prior de la Cartuja. Así nació la rama femenina de nuestra Orden. Desde ese momento las monjas cartujas forman con los monjes una única Orden bajo la dirección del mismo Ministro General, el prior de la Gran Cartuja.
Una parte de vida común más importante que los monjes. Se pensaba entonces que el temperamento femenino no estaba adaptado para soportar todos los rigores de la soledad de los monjes. Hacia 1970, a raíz de solicitudes apremiantes de las monjas de poder llevar la vida cartujana en plenitud, hubo una evolución hacia una vida más solitaria, de modo que actualmente la vida de las monjas es idéntica a la de los monjes.


Los monjes Cartujos: Monjes solitarios y contemplativos

Como todos los monjes, los cartujos consagran su vida entera a la oración, para trabajar por su salvación y por la de toda la Iglesia. Esta orden contemplativa se apoya de manera particular sobre tres elementos :
la soledad cierta combinación de vida solitaria y de vida comunitaria la liturgia cartujana.


Monasterio fundador y sede de la Orden de los Cartujos

En 1984 celebramos el 900° aniversario del día en el que Maestro Bruno, nuestro Padre, al entrar con sus compañeros en el desierto de Chartreuse, fue el primero en practicar una vida que con la ayuda de Dios tratamos de seguir todavía hoy.

La existencia ininterrumpida de nuestra Orden a través de las vicisitudes de la historia, es un signo de una solicitud de Dios hacia ella.

Hoy día existen 19 casas de Cartujos (con unos 370 monjes) y 5 casas de Cartujas (con alrededor de 75 monjas). Estas últimas se encuentran en Francia, en Italia y en España. Las casas de monjes están en Europa, Estados Unidos e Hispanoamérica, una de las cuales se encuentra en estado de fundación en Argentina (desde septiembre de 1997). Las Cartujas en el mundo.

En efecto, tomamos muy a pecho el hecho de que Juan Pablo II estimule a los Institutos de vida contemplativa para que establezcan comunidades en las jóvenes iglesias. Actualmente continuamos la exploración de las posibilidades que existen para la presencia de la Orden cartujana fuera del mundo occidental y una presencia cartujana en Corea ya ha sido decidida por el último Capítulo General.

Nació en Colonia hacia 1030 y llegó, siendo aún joven, a estudiar en la escuela catedralicia de Reims. Adquirido el grado de doctor y nombrado Canónigo del Capítulo de la catedral, fue designado en 1056 escoláster, es decir, Rector de la Universidad. Fue uno de los maestros más renombrados de su tiempo : « …un hombre prudente, de palabra profunda. »

Bruno, se encuentra cada vez menos a gusto en una ciudad donde no escasean los motivos de escándalo por parte del alto clero e incluso del mismo Arzobispo. Después de haber luchado con éxito contra estos desórdenes, Bruno experimenta el deseo de una vida más entregada totalmente a sólo Dios.

Tras un ensayo de vida solitaria de breve duración, llegó a la región de Grenoble donde el obispo, el futuro San Hugo, le ofreció un lugar solitario en las montañas de su diócesis. En el mes de junio de 1084 el mismo obispo, condujo a Bruno y sus seis compañeros al valle selvático de Cartuja que dará su nombre a la Orden. Allí construyen su eremitorio formado por algunas cabañas de madera que se abren a una galería, que permite acceder sin sufrir demasiado por la intemperie a los lugares de vida común: La iglesia, el refectorio y el Capítulo.

Después de seis años de apacible vida solitaria, Bruno fue llamado por el Papa Urbano II al servicio de la Sede Apostólica. Creyendo su comunidad que no podía continuar sin él, primero pensó en separarse pero finalmente se dejó convencer de continuar la vida en la que había sido formada. Consejero del Papa, Bruno no se sentía a gusto en la Corte Pontificia. Permaneció solamente unos meses en Roma. De acuerdo con el Papa fundó un nuevo eremitorio en los bosques de Calabria al sur de Italia, con algunos nuevos compañeros. Allí falleció el seis de octubre de 1101.


Chartreuse: Un licor famoso

Chartreuse es un licor francés de alta graduación, elaborado a partir de hierbas maceradas. El licor se denomina así en honor al monasterio cartujo de la Grande Chartreuse (en castellano: «la Gran Cartuja»), de donde procede, que toma a su vez el nombre del macizo de la Chartreuse (en castellano: «macizo de la Cartuja»), en los Alpes, la región de Francia donde se ubica el monasterio.


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Se elabora con ciento treinta hierbas maceradas en alcohol de uva y destiladas. El alcohol resultante se mezcla con miel destilada y jarabe de azúcar antes de envejecer en barricas de roble.

La receta sigue siendo un secreto. No es patentada y sólo la conocen dos monjes que la transmiten generación tras generación. La mezcla de las hierbas se prepara en la "sala de las plantas" del monasterio, y es llevada a la destilería en grandes sacos de tela.


Todos los tipos de Chartreuse proceden de la misma receta original, con las mismas ciento treinta hierbas. Sólo varían los procesos de elaboración. Existen principalmente dos tipos de Chartreuse:

Chartreuse Verde (55 º) tiene un color verde brillante debido a la clorofila de las plantas que le da su color característico. Se elabora desde 1764.
Chartreuse Amarilla (40º), con aromas más suaves y sabor ligeramente dulce. Contiene las mismas hierbas, pero en proporciones diferentes. Se elabora desde 1838.
Otros tipos de Chartreuse incluyen:

Chartreuse VEP (Vieillissement Exceptionnellement Prolongé) (54º la verde, 42º la amarilla) se elabora con los mismos procesos secretos del licor tradicional pero se evejece más tiempo en grandes barricas de roble para alcanzar una calidad excepcional. El Chartreuse VEP viene en botellas amarillas o verdes.
Elixir Végétal de la Grande-Chartreuse (71 º). El elixir de hierbas, fabricado desde 1737, proporciona un sabor único procedente de la mezcla secreta de ciento treinta hierbas. Es un concentrado digestivo y tónico. Se consume añadiendo unas gotas a una infusión, un grog, o sobre un terrón de azúcar.
Chartreuse 1605 - Liqueur d'Elixir (56º). Elaborada según la receta original de 1605, esta Chartreuse es la antepasada de la Chartreuse verde.
La destilería y la bodega de Voiron se pueden visitar, y Chartreuse Diffusion es la empresa encargada de la comercialización y distribución de los productos Chartreuse. No se permite el acceso del público al monasterio.


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Unos hombres escondidos

Unos hombres escondidos, en el anonimato de la contemplación y la oración; lejos de ruido mundano y de la banalidad, escondidos del mundo y a la vista de Dios. Estos son los monjes cartujos y también, las monjas cartujas entran allí, unas mujeres consagradas a la soledad, al retiro, al desierto. Pero no escondidas para Dios.

Lo que implica una vida poco conocida

Humildad, obediencia, oración, contemplación, y amor. Votos divinos.

Tour por la ciudad de Colonia

Colonia (en alemán: Köln; Keulen en holandés) es la ciudad más antigua de Alemania, situada en la cuenca del río Rin en el cruce de antiguas rutas comerciales.


Colonia es una ciudad de Alemania muy cosmopolita, cuenta con numerosos atractivos históricos y culturales. Su ambiente y animación atraen multitud de turistas de todo el mundo, siendo su celebración mas famosa el Carnaval de Colonia.


http://www.germany.travel

Colonia tiene 2,000 años de historia, y sus visitantes encontrarán de todo, desde torres romanas, iglesias góticas, hasta sofisticados ejemplares de la arquitectura moderna. Además, cuenta con una gran variedad de museos: visita el Museo de Artes Aplicadas, el Museo Ludwig y, si eres goloso, el Museo del Chocolate. Eso sí, te advertimos: la tienda de regalos del.. último museo arruinará tu dieta por completo.


Entender la historia: el Museo Romano Germánico
El Museo Romano Germánico de la ciudad transmite una idea real sobre el desarrollo de Colonia hasta convertirse en ciudad de derecho romano y capital de la provincia imperial de Germania Inferior.

La construcción, inaugurada en 1974, se alza sobre los muros de la villa romana descubierta en 1941 con el famoso mosaico de Dionisio y en el terreno del palacio imperial medieval. El museo es un lugar de investigación, archivo arqueológico de la ciudad de Colonia y colección pública en uno. El extraordinario concepto de su presentación hace del Museo Romano-Germánico uno de los museos más visitados de Alemania.


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Monasterio de San Agustín, Érfurt

El monasterio protestante de San Agustín junto a Érfurtes un monumento arquitectónico único de arquitectura medieval de esta orden.


Además, es una importante institución de la reforma protestante a nivel nacional e internacional y un centro de reuniones, espacio de encuentro y de peregrinación.Martín Lutero vivió y profesó aquí como monje entre 1505 y 1511. En la actualidad, una exposición permanente muestra objetos expuestos relacionados con el tema de la biblia y la reforma protestante.


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http://www.minube.com/…_del_norte-westfalia/colonia

Definitivamente visitar el Museo del chocolate en Colonia (Köln) es un placer.
Está ubicado en una de las islas del rio Rin y llegar a él es muy sencillo, una vez dentro del museo el olor del chocolate invade las salas por las que vas pasando, y es que dentro del museo se puede observar cómo se prepara el chocolate, es decir, todo el proceso hasta que se envuelven esas deliciosas tabletas de chocolate Lindt! Cómo las máquinas vierten el chocolate en los moldes, cómo se enfría y desmoldan las tabletas, etc.
Justamente en el sitio en el que puedes observar todo el proceso de preparación del chocolate encontrarás una inmensa fuente de chocolate, en el que una persona del museo moja unas ricas galletas para ofrecerlas a los visitantes que se paran a observar cómo brota el exquisito chocolate de la fuente. Cabe destacar que podrás repetir tantas veces como quieras como si fueras un catador experto de chocolate.
Recomendable sentarse a disfrutar de un pastel en la cafetería del museo, así como observar las espetaculares vistas que hay desde el museo.


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Compañeros peregrinos y peregrinas, hay mucho más que decir con respecto a este tour, pero creo que me quedaré en el museo del chocolate, después de las rutas por las catedrales, monasterios, parques y otros lugares.

Esta orden, la de los Cartujos, es muy interesante
El fin principal del camino cartujano es la CONTEMPLACIÓN. Vivir tan continuamente como sea posible a la luz del amor de Dios hacia nosotros, manifestado en Cristo, por el Espíritu Santo.
Esto supone de nuestra parte la pureza de corazón, o la caridad : « Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. » (Mt 5,8)
La tradición monástica llama a este fin la oración pura y continua.

http://www.chartreux.org/es/camino-cartujano.php


Creo que la pureza se cultiva, y aunque en muchas ocasiones lo que te rodea parezca impuro o te fabrique impurezas, sólo Dios basta. El está en tu corazón.

Paz y bien,
Cristina
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor iCristinai » Jue Nov 06, 2014 2:07 pm

Peregrinos y peregrinas, hace menos de dos minutos subi un tema, el cual había quedado incompleto por razones ajenas a mi, asi que esta es la parte que continúa.

Tema: La Orden Cartuja

Continuación del "Tour por Colonia"

Todo lo que se pueda leer, decir o escribir sobre la Catedral de Colonia se queda corto cuando uno se acerca y ve este templo inmenso que en su momento fue el edificio más grande del mundo, lo cual no es de extrañar porque su construcción comenzó en 1248 y no fue hasta 1880 que se consideró finalizado. Los alemanes quisieron superar a los maestros del momento en arte gótico, con catedrales como la de Notre Dame de Paris, y por ello la catedral de Colonia tenía que ser más grande y más alta. Hoy es el monumento más visitado de Alemania, con más de seis millones de personas por año.


La catedral está consagrada a San Pedro y Santa María y conserva las reliquias de los tres Reyes Magos, que fueron trasladadas en el siglo XII desde Milán hasta Colonia. Las pinturas de la Catedral, del Siglo XIV son muy hermosas, y lo es también el coro tallado en madera, y las vidrieras polícromadas, enormes y muy bellas. En verano hay conciertos de órgano todas las semanas, y con cierta frecuencia también cantan coros que resaltan la magnífica acústica de la catedral.


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http://www.guiadealemania.com

La Iglesia de Santa María del Capitolio o Sankt Maria im Kapitol es una de las doce iglesias románicas de la ciudad de Colonia, siendo una de las más importantes después de la Catedral. Fue construida sobre un antiguo templo en el año 690 y posteriormente fue siendo remodelada y llegó a ser consagrada en el año 1065; durante la Segunda Guerra Mundial sufrió severos daños que posteriormente fueron reparados dotándole de un aspecto similar a su inicial arquitectura del siglo XI.


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La Basilica de Santa Ursula es una iglesia ubicada en la ciudad de Colonia, en la región de Renania y que destaca por estar construida sombre un antiguo cementerio romano; es una de las doce iglesias románicas de Colonia, presenta detalles arquitectónicos tanto del Románico como del Gótico y fue designada como Basílica Menor en el año 1920.


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Hohenzollernbrücke (Puente de Hohenzollern)

El Hohenzollernbrücke, o en español Puente de Hohenzollern es, como dice su nombre, un puente que está ubicado en la ciudad de Colonia; Este puente se encuentra sobre el río Rin yes uno de los puentes ferroviarios con mayor tráfico en Europa.

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Alter Markt (en español Mercado Viejo) es una plaza que se encuentra ubicada junto a la plaza Haymarket, otro lugar importante de la ciudad de Colonia. La plaza alberga edificios relevantes para la ciudad como el viejo Ayuntamiento de Colonia y en el centro el monumento a Jan von Werth (un niño campesino de Kümpchenshof). Actualmente el Alter Markt es utilizado para festividades como el Carnaval de Colonia (11 de De noviembre), Weiberfastnacht (Festival de la Mujer) y el gran Mercado de Navidad en Diciembre.


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Bien, espero que esta vez haya subido toda la información que seleccioné como apropiada para un Tour por Colonia.

Qué claro este camino de las rutas monásticas. Como expresa San José María Escrivá de Balaguer: "El Amor...¡bien vale un amor! "El Camino". Madrid. 1960.

Paz y bien,
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor hel » Jue Nov 06, 2014 6:34 pm

:o :o Estimadas guias y compañeros de rutas encontre este articulo que creo nos aporta al tema.Saludos.
La promoción del instituto de las monjas y su adaptación al Concilio Vaticano II[
• La constitución apostólica Sponsa Christi. Para promover el sagrado instituto de las monjas hace referencia a que el Instituto de las Monjas comprende diversas Órdenes con sus peculiares reglas y constituciones y a la división en ellas; entre las Órdenes y monasterios por una parte, que seguían sólo la vida contemplativa, y las Órdenes y Monasterios, por otra, que a la vida contemplativa agregaban obras de apostolado canónicamente aprobadas, sea por ley peculiar de su constitución, sea por las subsiguientes concesiones de la Sede Apostólica.

Pío XII decreta las normas del instituto de monjas
El decreto de Pío XII, que declara los principales y los circunstanciales del Instituto de las Monjas e introduce acomodaciones a las modernas circunstancias, establece Los Estatutos generales de las monjas. El Instituto, a diferencia de las otras casas religiosas de mujeres, son sui iuris. En los monasterios se desarrolla la forma de vida religiosa monástica que se conoce como vida contemplativa canónica:
La forma particular de vida religiosa monástica, que las Monjas deben fielmente cultivar bajo la rígida disciplina regular y a la cual son destinadas por la Iglesia, es la vida contemplativa canónica.§ 2. Con el nombre de vida contemplativa canónica no se entiende la interior y teológica, a la cual son llamadas todas las almas religiosas y también los cristianos que viven en el siglo, y que cada uno en cualquier estado debe cultivar, sino la profesión exterior de vida religiosa ordenada de tal modo a la contemplación interior ya por la clausura, ya por los ejercicios de piedad, de oración y mortificación, ya en fin por los trabajos en que las Monjas deben ocuparse, que toda la vida y toda la actividad pueden fácilmente y deben eficazmente estar imbuido el deseo de la misma
Pío XII, Sponsa Christi, Art. II. (Vida contemplativa) § 1.
Las Superioras Mayores gozan de todas las facultades, excepto las que por el contexto o la naturaleza del asunto no pueden pertenecer sino a los hombres. Las monjas están obligadas, por deber de conciencia, no sólo a ganarse “ honestamente con el sudor de la frente el pan con que viven” sino también a hacerse cada día más hábiles para las diversas obras según lo exigen los tiempos. Los estatutos establecieron que las monjas que tuvieran alguna forma de apostolado externo la conservaran y que si la hubieren perdido, procuraran restaurarla. En otro caso:
Si, por el contrario, ni en las aprobadas Constituciones de la Orden ni en la tradición aparece hasta ahora la vida contemplativa unida de un modo habitual y constante con el apostolado exterior , entonces sólo se podrán (o se deberán, al menos por caridad ) emplear , en casos de necesidad y por tiempo limitado, aquellas formas de apostolado sobre todo las que son las de carácter singular o personal que aparezcan compatibles con la vida contemplativa propia de la Orden , conforme a los criterios que habrá de fijar la Santa Sede
Pío XII, Sponsa Christi, Art. IX (Apostolado) § 2.2
Corresponde a la Sagrada Congregación la ejecución de la Constitución que para, facilitar su aplicación, recogió en la Instrucción,75 algunas normas prácticas sobre lo que se considera que tiene mayor dificultad: los puntos que se refieren a la clausura mayor o menor de las Monjas, a Federaciones y moderada autonomía y sobre procurar trabajo fructífero a los monasterios y coordinarlo entre los mismos.

• El 28 de octubre de 1965, en el marco del Concilio Vaticano II, los padres conciliares aprobaron y Pablo VI promulgó el Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa. Los principios que establece parten de la base de que hay que conservar fielmente la vida monástica y conventual. Para ello dispone que sean revisados y adaptados los "directorios", las constituciones, los libros de costumbres, de preces y de ceremonias y demás libros de esta clase, suprimiendo en ellos aquellas prescripciones que resulten anticuadas. Respecto de la clausura de monjas, dispuso que se conservara inalterada la clausura papal de las monjas de vida estrictamente contemplativa. Estableció que fueren eximidas de la clausura papal, debiendo guardar la de sus Constituciones, las monjas que por su Regla se dedican a obras externas, para que así puedan realizar mejor las obras de apostolado a ellas encomendadas. En virtud de este Decreto, es lícito que los Institutos divulguen el conocimiento de sí mismos para fomentar vocaciones y reclutar candidatos y esto se haga con la debida prudencia y observando las normas dadas por la Santa Sede y por el Ordinario del lugar.

Bonifacia Rodríguez Castro, la “monja obrera” beatificada por Juan Pablo II,y canonizada por Benedicto XVI, había fundado en 1874, una congregación religiosa dedicada a dar trabajo manual a las mujeres. Durante un tiempo, las compañeras de la orden prefirieron abandonar este tipo de labores para ser maestras. Años después, al mandar el Concilio Vaticano II a las congregaciones que revisaran sus papeles para recuperar la finalidad original con la que habían sido creadas, la congregación recuperó en parte la tarea de apoyo a las mujeres trabajadoras. De hecho, hoy en día cuenta en diferentes partes del mundo con colegios pero también con talleres de ayuda a las mujeres inmigrantes y a las prostitutas.
María José Sirera Oliag, una monja que solicitó su secularización después de serle denegado el permiso para ser religiosa obrera.
Exhortación Vita consecrata y la Instrucción Verbi Sponsa
Juan Pablo II decidió convocar un Sínodo para profundizar sobre el papel de la vida consagrada en la Iglesia, su significado y perspectivas en vistas del nuevo milenio. En La Exhortación se considera motivo de alegría que haya florecido el antiguo Orden de las vírgenes, solas o asociadas; los eremitas y las eremitas; y que vuelva a practicarse también la consagración de las viudas y viudos. La especial mención que se hace a las monjas de clausura, se concreta, respecto de la Papal, en La Instrucción verbi sponsa.
Respecto a las mujeres, se reconoce su aportación en el Sínodo y se afirma que:

Monasterio de Santa Catalina de Siena en Arequipa (Perú)
..no es posible desconocer lo fundado de muchas de las reivindicaciones que se refieren a la posición de la mujer en los diversos ámbitos sociales y eclesiales. Es obligado reconocer igualmente que la nueva conciencia femenina ayuda también a los hombres a revisar sus esquemas mentales, su manera de comprenderse, de situarse en la historia e interpretarla, y de organizar la vida social, política, económica, religiosa y eclesial. La Iglesia, que ha recibido de Cristo un mensaje de liberación, tiene la misión de difundirlo proféticamente, promoviendo una mentalidad y una conducta conformes a las intenciones del Señor. En este contexto la mujer consagrada, a partir de su experiencia de Iglesia y de mujer en la Iglesia, puede contribuir a eliminar ciertas visiones unilaterales, que no se ajustan al pleno reconocimiento de su dignidad, de su aportación específica a la vida y a la acción pastoral y misionera de la Iglesia. Por ello es legítimo que la mujer consagrada aspire a ver reconocida más claramente su identidad, su capacidad, su misión y su responsabilidad, tanto en la conciencia eclesial como en la vida cotidiana
La mujer también tiene una misión que cumplir en el diálogo interreligioso que se promueve y que lleva consigo el estudio e investigación del profundo conocimiento del cristianismo y de las otras religiones, uno de cuyos ámbitos es la búsqueda y promoción de la dignidad de la mujer. Este diálogo se considera necesario para llevar a cabo la función de evangelización:
Otro ámbito de colaboración con hombres y mujeres de diversa tradición religiosa consiste en la solicitud por la vida humana, que se manifiesta tanto en la compasión por el sufrimiento físico y espiritual, como en el empeño por la justicia, la paz y la salvaguardia de la creación. En estos sectores serán sobre todo los Institutos de vida activa los que han de buscar un entendimiento con los miembros de otras religiones, en un « diálogo de las obras »que prepara el camino para una participación más profunda. Un ámbito particular de encuentro fructífero con otras tradiciones religiosas es el de la búsqueda y promoción de la dignidad de la mujer. En este punto las mujeres consagradas pueden prestar un precioso servicio, en la perspectiva de la igualdad y de la justa reciprocidad entre hombre y mujer.
La Iglesia espera de las mujeres consagradas una aportación original para promover la doctrina y las costumbres de la vida familiar y social. Las mujeres tienen, según se exhorta, un campo de pensamiento y de acción singular y sin duda determinante:
Correspondiéndoles ser promotoras de un "nuevo feminismo" que, sin caer en la tentación de seguir modelos "machistas", sepa reconocer y expresar el verdadero espíritu femenino en todas las manifestaciones de la convivencia ciudadana, trabajando por la superación de toda forma de discriminación, de violencia y de explotación.
No he logrado enviar imagenes a pesar de los intentos :cry:
hel
 
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor nanxdo » Sab Nov 08, 2014 7:20 am

EMPAREDADAS O MURADAS

La reclusión voluntaria de personas devotas entre cuatro paredes con el fin de hacer penitencia, mantenidas por la caridad pública, fue una de las formas adoptadas por el eremitismo antiguo. Esta práctica tenía un carácter voluntario y precisamente esta cualidad la diferenciaba del castigo homónimo del emparedamiento, con el que compartía el aspecto formal, consistiendo éste en encerrar al reo en un espacio estrecho, sin comunicación con el exterior, o a lo sumo un hueco o agujero, abierto a la altura del rostro, por el que se introducía algún alimento si se pretendía prolongar su agonía.

Trataremos de plantear una reflexión, quizá con más interrogantes que respuestas, sobre diversos aspectos relacionados con esta práctica.

En primer lugar, por qué las mujeres escogen esta fórmula de piedad y fervor religioso, asociada a un castigo que además de cruel, horrendo, etc. tiene una profunda connotación de represión sexual. Baste recordar que en la Antigua Roma se aplicaba un castigo similar a las Vestales que perdían su virginidad: eran enterradas vivas con una lámpara de aceite; y así podemos seguir poniendo ejemplos de otras etapas históricas relacionadas con castigos por adulterio. Cierto es que para la emparedada o murada era una práctica a la que se sometía voluntariamente, mediante una ceremonia pública en el que se reproducía un ritual de entierro sin que por ello la reclusa experimentara o expresara pena o dolor, muy al contrario, lo concebía como una alegría como nos lo muestra este poema de Gonzalo de Berceo a Santa Oria, mujer murada de Silos (Burgos)




“Una manceba era que avie nomne Oria

niña era de días como diz la historia

fazer a Dios servicio essa era su gloria…

Era esta manceba de Dios enamorada,

por otras vanidades non dava ella nada,

más querrie seer ciega que veerse casada….

fo end a pocos diás fecha emparedada,

ovo gran alegría cuando fo encerrada…”

Esto nos abre un segundo interrogante: ¿Qué hay detrás de esta reclusión voluntaria del mundo?

Quizás una religiosidad popular impregnada de fanatismo y temor al infierno que encontró en esta práctica penitencial un acto voluntario de aquellas que deseaban la mortificación del cuerpo, o bien la búsqueda de una vía para llegar a la santidad, caso de las más famosas emparedadas como nos relata Ferrer Cuñat 1 en su artículo sobre Santa Oria y Santa Potenciana. Está última, en la localidad de Villanueva de la Reina (Jaén) se emparedaría en tiempos del califato cordobés. Aunque posiblemente es más famoso el caso de la primera, Santa Oria, nacida Oria en la localidad riojana de Villavelayos. Junto con su madre, Amuña, se hacían aconsejar en la religión cristiana por un maestro espiritual llamado Don Munio, quien no dudaba en proponerles todas las maneras posibles para que tuvieran una vida de penitencia. Años después Gonzalo de Berceo vertió la obra de Don Munio en versos maravillosos, escritos en román paladino.




“Desemparó el mundo Oria, toca negrada,

en un rencón angosto entró emparedada,

sufrié Grant astinencia, vivié vida lazrada,

por ond gano en cabo de Dios rica soldada.

Quiso seer la madre de más aspera vida,

entró emparedada, de celicio vestida,

martiriava sus carnes a la mayor medida,

que no fuesse la alma del diablo vencida.”

O tal vez, simplemente, buscaban una opción que les estaba siendo negada, la de poder llevar a cabo una práctica reconocida y admitida en el mundo masculino, la vida eremita. Si comparamos el caso masculino con el femenino los ejemplos que podemos citar son escasos, por no decir nulos, de mujeres que practican el eremitismo, entendiendo por éste la definición que da Fliche Martín en su obra Historia de la Iglesia, como herederos de los padres del desierto, que vivían en los bosques y en tierras despobladas, alojados en cabañas o grutas, alimentados con bellotas, raíces, etc.

Revisando la bibliografía hallamos el testimonio que relata Juan García Atienza en su libro Monjes y monasterios españoles en la Edad Media. Este autor nos muestra el ejemplo de una mujer gaditana llamada Benedicta, conocida por el testimonio que sobre ella hace Valerio, biógrafo de San Fructuoso, que se entregará a la vida transcendente en las cercanías de un monasterio fundado por dicho santo cuando este era obispo de Braga. Fructuoso supo de su presencia y, aunque no permitió que monje alguno se le acercara, hizo construir un recinto para ella y le procuro un sustento, haciéndole llegar la comida a través de los niños que a su vez hicieron de correo de la correspondencia espiritual que se intercambiaban. Este ejemplo que nos ilustraría sobre la presencia de mujeres en la práctica eremítica finalizará con el argumento contrario, es decir, Benedicta terminará en un convento, pues, habiéndose extendido su fama, muchas vírgenes y matronas deseosas de una vida ascética superior invadieron su celda, con lo que San Fructuoso se sintió obligado a reconocerlas y les hizo levantar un monasterio y puso de abadesa a Benedicta. No deja de ser curioso que alguien que buscaba la soledad termine viviendo en comunidad, y quizás la historia de esta mujer que intento llevar una vida de eremita ilustre el fenómeno de las mujeres emparedadas o muradas que se dio en España2 y en algunos países europeos más (Sirvan de ejemplo las cellane italianas)

El caso español abarcaría un marco cronológico amplio que iría desde la Edad Media hasta su prohibición en el Sínodo del Obispo Ayala, en 1693, como una nueva religiosidad que trasladaba, aunque a priori resulta contradictorio, la vida eremítica a las ciudades, ya que estas no exigían la “masculinidad” requerida para esa vida en el campo, o bien la reinterpretan en lo que el autor Fabio Figana 3 llama “ cella mentalle nell deserto interiore”. Esta vida murada hacía intocable e inviolable su cuerpo, ya que sólo se comunicaban con el exterior a través de una ventana. Quizás este emparedamiento no sólo las protegía de un peligro físico sino de algo más importante, ya que al permitirles comunicarse con la gente que venía a visitarlas, buscando el consejo que ellas daban, gratis et amore, estas paredes tal vez les impidiesen ser acusadas de herejes o brujas, pues hacemos nuestro el argumento de la profesora Rivera Ganetas cuando reflexiona en su artículo Las mujeres del Mediterráneo inventoras de prácticas de relación (siglos XIII-XV) que en las sociedades cristianas del Mediterráneo la palabra femenina era percibida como indecorosa en la iglesia, asamblea o lugar común. Por lo tanto quién sabe si tuvieron que recurrir a esta protección para realizar su magisterio, que tenía como recompensa su manutención por parte de la gente por piedad y misericordia. Podemos poner ejemplos de esto:

-Una señora andaluza, Leonor López de Córdoba, dejaba en su testamento en el siglo XIV diez maravedís a las emparedadas de Córdoba y de Santa María de las Huertas con el ruego de que rezaran por ella.

-Los Reyes Católicos proclamaron el privilegio de la exención del pago de alcabalas “a cualesquiera emparedadas de cualesquiera ciudades, villas y lugares de nuestros reinos”

-El rey Teobaldo II dedico en su testamento una cláusula especial “legando mandas a reclusos, ciegos… y a todas las emparedadas a cada 3 sueldos, que rueguen a Dios por nos”.

Fue esta búsqueda de magisterio, de expresión pública, de contacto social, lo que llevó a estas mujeres a separarse del orden establecido, renunciando a modelos que la sociedad les tenía asignados, en una muestra extrema de rebeldía o bien, y a modo de conclusión, fueron, citando las palabras de Milagros Rivera Garretas, “mujeres que quisieron una vida inventada por mujeres y para mujeres… Quisieron un papel espiritual, transcendente pero sin ser religiosas, quisieron ser cristianas pero ni en la Iglesia constituida ni en la herejía”.4






NOTAS

1 Ferrer Cuñat, Chema. “Las emperedadas ¿condena o penitencia?” Arroyo, Fernando (coord.) Hispania Incognita, Templespaña, Madrid, 2006 (Pág. 369-380)

2 García Atienza, Juan Monjes y monasterios españoles en la Edad Media. Ediciones Temas de hoy, 1994.

3 Figana, Fabio La Grande stazione dell´eremitismo in occidente

4 Rivera Garretas, María Milagros Voto de Tinieblas o emparedamiento de monjas. Centro Unesco de Andalucía.
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Adriana Espinoza » Mié Nov 12, 2014 2:55 pm

Comentario del Texto: “Las Instituciones Religiosas Femeninas”, por Ma. Isabel del Val Valdivieso.
Antes de comenzar con el resumen y comentario del texto me gustaría invitarles a la lectura del libro: “Un mundo sin fin” de Ken Follet, está ambientado en el SXII, y el personaje principal se llama Caris, quien entre muchas labores y después de muchas dificultades llegó a ser la Priora de esa ciudad medieval, es literatura histórica, por lo que la ambientación es fiel a las costumbres de la época. ¡Es una lectura maravillosa, se las recomiendo!
Con respecto al texto, uno de mis maestros de Catecismo, cuando surgen interrogantes sobre el pasado de la Iglesia nos responde que “no podemos juzgar los hechos pasados con nuestra mentalidad presente” Y tiene toda la razón, nunca antes hemos vivido en una sociedad tan “justa y equilibrada” al menos teóricamente, pues tenemos leyes, constitución, un orden social establecido, derechos humanos, etc, todas las herramientas de derecho de las que se carecían en la Edad Media, sin mencionar que vivimos en la Era del Conocimiento y de las Oportunidades. Así que juzgar los actos y situaciones de más de un milenio atrás es tener una concepción miope de lo que ha significado la historia, y que precisamente por esas acciones, actitudes y sociedades del pasado se ha construido la realidad presente.
Si en la Edad Media, para un adulto sólo habían dos caminos posibles, el matrimonio o el monacato, esto constituye una gran huella en el inconsciente colectivo de muchas generaciones posteriores, mi madre incluso me cuenta de una de sus compañeras de Colegio que al llegar el último día de la secundaria, sus padres le hicieron la pregunta: ¿Te vas a casar o te hacés monja?, y como su compañera no tenía novio, entró al noviciado, y fue mi profesora años después en el mismo Colegio, es decir su vocación se mantuvo aunque fuera casi obligada a elegirla entre dos opciones posibles, y estamos hablando de este siglo…
También con respecto a los escritos de Pablo sobre la mujer, mi profesor nos cuenta que debemos ser prudentes en su lectura y que sea el Espíritu Santo siempre quién guíe nuestra lectura y entendimiento de La Palabra, pues también son textos que se escribieron bajo normas tan rígidas en las cuales la mujer no tenía ningún derecho, confiabilidad, seguridad, por el contrario, más eran las connotaciones negativas asociadas a su papel, por lo que esto queda reflejado en muchos de los textos de la Biblia, es más bien de admirarse, la descripción y el espacio bíblico que tienen La Virgen María, Marta, su hermana María, y otras mujeres que es sorprendente para la época que hayan dedicado espacio en los escritos bíblicos a la figura y actitudes de las mujeres.
Es por esto que han tenido que pasar más de dos siglos después de Cristo, y todos los demás de la historia de la humanidad para que la mujer hasta ahora tenga un rol más protagónico, más digno y con mayor igualdad, aunque esto por supuesto no se manifiesta en todo el mundo ni con la frecuencia y aceptación deseables, pero en comparación, ¡estamos mucho mejor!
Otra de las cuestiones superadas en este siglo considero que es la accesibilidad, si bien, en el texto las mujeres para ingresar a la vida monacal dependían de su dote y por lo tanto mucho tiempo estuvo reservado para la alta sociedad, en la actualidad el único requisito solicitado es la dote del Padre Celestial: su vocación verdadera y su fe.
También los roles femeninos se han liberado, en mayor parte en las zonas urbanas; si en la Edad Media, entre los 3 y 5 años las niñas eran separadas de los niños para emprender su educación en el hogar y más específicamente en la cocina, vemos como esto se ha ido mejorando a lo largo de la historia, no siendo así para áreas rurales y de pobreza, quienes mantienen aun estos roles medievales designados a la mujer.
Y la dicotomía entre lo público y lo privado sigue siendo una concepción que es difícil de romper el paradigma, pues para la mujer sigue siendo lo “correcto y decoroso” que se mantenga en ámbitos cerrados y el hombre “es de la calle”. Sin embargo la educación y la inmersión de la mujer en el mundo laboral han cambiado esta concepción, aun hay mucha reticencia en el tema.
Vemos que la desigualdad entre varones y mujeres en el ámbito religioso ha sido constante durante la historia, sin embargo cada cual, y esto también es un argumento de mi profesor de Catecismo, cada cual tiene roles únicos, diferenciados e importantísimos dentro del Clero, sus espacios son bien delimitados y no riñen (o no deberían) reñir las funciones de unas con las de los otros.
El Papa Juan Pablo II y recientemente el Papa Francisco han cerrado la posibilidad de las mujeres como sacerdotes (o sacerdotisas), han explicado y fundamentado de manera conciliadora su justificación, y la maravillosa labor que tienen las mujeres de la Iglesia, sean religiosas o laicas, queda evidenciado y es una exhortación diaria a iluminar nuestro entorno con la misión personal que se nos ha encomendado.
¡Un saludo para todos!
Adriana Espinoza
 
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Re: 11. Las abadesas. Semana del 27 de octubre

Notapor Monike Stephany » Mar Nov 25, 2014 4:55 pm

COMENTARIO PARRAFO:
Se ha dicho que el reparto de espacios entre varón y mujer significa que esta se desenvuelve en el ámbito privado, mientras el varón se reserva el público. Pero las cosas no son tan sencillas, porque como señala la antropología el elemento social más significativo es la familia, el reparto de poder entre ambos se realiza en el marco privado, en el hogar donde el varón es el que tiene el poder en realidad. Aunque esta dicotomía privado/público no exista tan exactamente, puede servir para entender la existencia y evolución del monacato femenino, pues el monasterio o convento es un espacio cerrado que materializa de alguna forma ese ámbito privado propio de las mujeres. El claustro podría ser considerado una especie de extensión del espacio femenino del hogar paterno sobre el que también intentan hacer valer su poder los varones, primero de la familia patriarcal y luego de la familia monástica o eclesiástica. Pero como las cosas no son tan sencillas a veces las mujeres intentas desligarse del yugo de monjes y clérigos. No triunfan en todo su empeño, el fortalecimiento de las estructuras eclesiásticas influyó negativamente en el monacato femenino que sufre un claro retroceso en el XI coincidiendo con la llamada reforma gregoriana. Más tarde, cuando en el XII vuelve a renacer, la Iglesia le había puesto ya unos límites muy estrechos.

En la historia de la Iglesia, el papel de la mujer en un monasterio ha variado, de un momento se tiene en cuenta el poder que puede ostentar sobre la Iglesia o para beneficio propio, aunque por otro lado también tiene que sufrir indiferencia y desigualdad por dar prioridad al papel del hombre o religioso, ha medida que pasa el tiempo se ha ido cambiando esta concepción, la mujer consagrada y quien tiene un cargo lo asume con el fin de prestar un servicio, acompañar y ayudar a que el carisma y la espiritualidad de una comunidad siga vigente.

LAS PRIMERAS ABADESAS.

Las comunidades monásticas para mujeres habrían aparecido en Oriente en un periodo muy antiguo. Después de su introducción en Europa, hacia el fin del cuarto siglo, empezaron a florecer, también, en Occidente, particularmente en Galia, donde la tradición le atribuye la fundación de muchas casas religiosas a San Martín de Tours. Cassian el gran organizador del monacato en Galia, fundó un famoso convento en Marsella, a principios del quinto siglo y de este convento, en un periodo posterior, San Cesario (muerto en el año 542) llamó a su hermana Cesaria, poniéndola a cargo de una casa religiosa que estaba fundando en Arles. También se dice que San Benito habría fundado una comunidad de vírgenes consagradas a Dios y puesto, bajo la dirección, a su hermana Santa Escolástica, pero ante la duda de si el gran Patriarca estableció un convento, es cierto que durante un breve tiempo él apareció como guía y Padre de los muchos conventos que ya existían. Sus reglas fueron adoptadas casi universalmente, y por ellas el título de Abadesa fue de uso general para designar a la superiora de un convento de monjas. Antes de este tiempo, el título Mater Monasterii, Mater Monacharum, y Praeposisa eran más comúnes. La designación de Abadesa aparece por primera vez en una inscripción sepulcral del año 514, encontrada en 1901 en el sitio de un antiguo convento de las virgines sacræ que se levantó en Roma cerca de la Basílica de San Agnes extra Muros. La inscripción conmemora a la Abadesa Serena que presidió este convento, hasta el momento de su muerte a la edad de ochenta y cinco años: "Hic requieescit in pace, Serena Abbatissa S. V. quae vixzit annos P. M. LXXXV."


ALGUNAS ABADESAS VISTAS EN EL CURSO.

Santa Tecla
Santa Macrinala
Santa Escolastica

MONASTERIOS FEMENINOS RELEVANTES.

Monasterio Trapense
Monasterio de las Clarisas
Monasterio de la Encarnación (Agustinas Recoletas)
Monasterio Carmelita

ABADESAS EN EL DÍA DE HOY:

Comparto este escrito de una religiosa, al respecto de las ordenes monásticas de hoy:

Ser una Orden monástica de monjas, monjes y sacerdotes en los umbrales del tercer milenio es un desafío y una gracia. ¿Qué hacemos de nuestra parte para transformar la Iglesia, de forma que pase de una organización aún demasiado clerical a un organismo vivo de servicio, con autoridad divina, en la cual los mayores de entre nosotros son aquellos que se arrodillan para lavar nuestros pies sucios? Es un desafío para todos nosotros. ¿Cómo aprendemos a afirmar con amor la autoridad de los que se ponen por debajo de nosotros, en lugar de seguir el instinto humano que consiste en no querer hacer caso a aquellos que pensamos están por encima de nosotros? La humildad es la capacidad de establecer un compromiso total con Dios a través de la realidad imperfecta de la Iglesia y de nuestras comunidades. La experiencia de las dos ramas, monjes y monjas, nos enseña que si estamos abiertos a la vida, y si buscamos simplemente la unidad juntos, se producen cambios. Si continuamos abiertos al Espíritu, participaremos en una evolución de la vida y de las estructuras, como lo hemos hecho de manera fenomenal en estos últimos 30 años como Orden Mixta. Día vendrá en que las instituciones monásticas tendrán su lugar específico en las estructuras de la Iglesia. Los cambios de mañana se producirán por el sufrimiento de los problemas de hoy. La vida precede a la ley...
Somos comunidades centradas en la Eucaristía, centradas en Jesús. Aprendemos juntos la manera de relacionarnos entre nosotros de la forma como Jesús se relacionó con nosotros, con el grupo de hombres y mujeres que le siguieron de Galilea a Jerusalén. Él buscó una relación personal profunda con cada uno, trascendiendo cualquier categoría social y de sexo, y las costumbres de su tiempo. Tenía amistades muy íntimas con Juan y María Magdalena, que los otros aprendieron a apreciar y a respetar. Compartió su autoridad, y no lo hizo con los más brillantes ni los más instruidos del grupo. La suya fue una autoridad carismática y enseñaba, con las palabras y las acciones, a vivir en servicio.
Hemos pasado de las observancias exteriores a la interiorización de los valores monásticos. Pasemos ahora a las nuevas cualidades de la comunión cristiana, en nuestras relaciones interpersonales y en amistades en espíritu y verdad, aprendiendo a amar como Jesús ama. Alegrémonos de que existan sacerdotes entre nosotros en esta comunión. Esperemos que nuestros abades desearán ser sacerdotes, no porque su autoridad derive del sacerdocio, sino porque el sacerdocio les ayudará mucho más a servir a la comunidad como padres y madres, prontos a dar la vida por sus amigos. Todos nosotros, monjes y monjas, hemos sido seducidos por Dios, y esperamos, en la soledad y la oración, la aparición de su Gloria, porque nuestros corazones han sido heridos de su amor. Esta Gloria aparece, inesperadamente, no en la intimidad de nuestras celdas, sino en la comunión que ya compartimos. Si los huéspedes que vienen a nuestros monasterios experimentan esta comunión, celebrada con alegría en la Eucaristía y la liturgia, donde sacerdotes y no sacerdotes, hombres y mujeres, religiosos y laicos se pueden encontrar juntos en la unidad de Cristo, estaremos dando un testimonio muy importante a la Iglesia del siglo XXI. Convirtámonos en escuelas del servicio y del amor del Señor, donde el Pueblo sacerdotal de Dios pueda ver un símbolo de lo que está llamado a ser.
Martha Driscoll, ocso.

Mil gracias Hini y compañeros por su bondad.

Con mi oración ;) ;)
Monike Stephany
 
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