por Alba Cristina 48 » Mar Oct 13, 2015 2:57 pm
1. ¿Cuál es la noción que da el Concilio Vaticano II de la liturgia?
Según el Concilio Vaticano II, especialmente la constitución Sacrosanctum Concilium, hablan de la liturgia como un elemento esencial de la vida de la Iglesia: «Con razón, entonces, se considera a la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Cristo, es decir, la Cabeza y sus miembros ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica por ser obra de Cristo Sacerdote y de su cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.» (SC 7).
El Concilio ha querido destacar, por una parte, la dimensión litúrgica de la redención efectuada por Cristo en su muerte y resurrección, y, por otra, la modalidad sacramental o simbólica-litúrgica en la que se ha de llevar a cabo la «obra de la salvación».
De esta manera, en la noción de liturgia que da el Vaticano II, destacan los siguientes aspectos:
a) es obra de Cristo total, Cristo primariamente, y de la Iglesia por asociación;
b) tiene como finalidad la santificación de los hombres y el culto al Padre, de modo que el sacerdocio de Cristo se realiza en los dos aspectos;
c) pertenece a todo el pueblo de Dios, que en virtud del Bautismo es sacerdocio real con el derecho y el deber de participar en las acciones litúrgicas;
d) en cuanto constituida por «gestos y palabras» que significan y realizan eficazmente la salvación, es ella misma un acontecimiento en el que se manifiesta la Iglesia, sacramento del Verbo encarnado;
e) configura y determina el tiempo de la Iglesia desde el punto de vista escatológico; f) por todo esto la liturgia es «fuente y cumbre de la vida de la Iglesia» (SC 10; LG 11).
Así pues, en la noción de liturgia que ofrece el Concilio podemos definir la como la función santificadora y cultual de la Iglesia, esposa y cuerpo sacerdotal del Verbo encarnado, para continuar en el tiempo la obra de Cristo por medio de los signos que lo hacen presentes hasta su venida.
2. ¿Qué es la liturgia?
La liturgia cristiana es una realidad muy rica y polivalente que puede ser analizada bajo numerosos aspectos.Se trata de una realidad unida a la fe y a la expresión personal y social de los miembros de la Iglesia. Por lo que la ciencia que tiene como objeto la liturgia, procure abarcar todos los aspectos del hecho litúrgico y de manera particular aquellos que se refiere a su realización actual.
La formación litúrgica es un proceso y nunca debe ser entendida tan sólo como un conjunto de conocimientos sobre la liturgia, sino que afecta también a la espiritualidad de los creyentes y a su participación en la vida litúrgica de la Iglesia. Por lo tanto, la formación litúrgica es una necesidad, situada entre la educación de la fe y la formación moral, y que tiene por finalidad introducir a los miembros de la Iglesia en la participación consciente, activa y fructuosa en la liturgia para una vida cristiana más plena (cf. GE 2, SC 14, 19, 48).
3. ¿Cuál es la diferencia entre acción Litúrgica y ejercicios piadosos o devoción?
Las acciones litúrgicas son aquellos actos sagrados, que por institución de Cristo y de la Iglesia y en su nombre, son realizados por personas legítimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a la Virgen, a los santos, a los beatos, el culto que les es debido, y para provecho y santificación de las almas de los que participan en esa acción litúrgica. Por ejemplo, una celebración eucarística, una celebración de la Palabra, una paraliturgia, una celebración para llevar la comunión a un enfermo, por parte de los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, y cualquier celebración de los sacramentos: confesión, matrimonio, confirmación, orden sagrado, etc.
Las demás acciones que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las dirija o presencie, se llaman ejercicios piadosos o devociones de la piedad popular. Por ejemplo, el Santo Rosario, el Vía Crucis, las procesiones por las calles, imposición de escapularios, medallas, etc.
Estos ejercicios piadosos, aunque no son propiamente actos litúrgicos, deben prepararnos a vivir mejor la liturgia.