por dianab » Mar Nov 10, 2015 2:55 pm
1. ¿Cuáles son los diferentes templos que hay dedicados a Dios?
Basílica: la basílicas mayores son siete y están en Roma; las menores, por todo el mundo, y ha sido el papa quien ha querido honrarlas con ese título.
Catedral: donde tiene la sede o cátedra el obispo.
Iglesia abacial: donde tiene su sede un abad mitrado.
Iglesias parroquiales: para atender espiritualmente a un grupo de fieles y a cargo del párroco y sus colaboradores sacerdotes, en una localidad o territorio delimitado.
Iglesia conventual: que pertenece a comunidades religiosas.
Capillas, oratorios públicos, semipúblicos o privados.
2. Menciona los elementos naturales de la liturgia
a) La luz: representa y rinde tributo a Jesucristo, "Luz del mundo”.
b) El fuego: anuncia la resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la Vigilia Pascual.
c) Agua:
Es uno de los elementos más indispensables para la vida.
d)Saliva:
Jesús la usó para curar a un sordomudo y al ciego de nacimiento. Dada la sensibilidad de los tiempos modernos, el nuevo ritual del bautismo suprimió el uso de la saliva.
e) Aire:
El soplo del Creador infundió vida al hombre. Y el de Jesús resucitado comunicó a los apóstoles el Espíritu Santo. Por siglos, ha figurado en el rito bautismal el soplo como signo de expulsión de Satanás, del alma del bautizado.
f) Aceite
: Para la vida corporal, es alimento, medicina y condimento. En la vida espiritual, simboliza también esto: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados. Se usa en algunos sacramentos:
En el bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la fortaleza y la agilidad espiritual.
El crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias.
Óleo de los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del alma.
g) Cera de abejas:
Se usa para el alumbrado propiamente litúrgico, es decir, para las Misas y demás sacramentos y sacramentales. La vela encendida sirve para simbolizar a Cristo-Luz del mundo y significar la fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.
h) Pan y vino:
Son la base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos los cristianos.
i) Sal:
Se dejó optativo en la fórmula ritual de la bendición del agua lustral como remedio para poner en fuga los demonios y ahuyentar enfermedades. También se usó en el bautismo, colocando unos granitos sobre la boca del bautizando.
j) Ceniza:
Es símbolo de la caducidad de la vida y de todo lo material, y, por lo mismo, símbolo del dolor, de la penitencia, del arrepentimiento, de una gran aflicción.
k) Incienso:
Nuestra vida se tiene que quemar en honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades se inciensa el altar y los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de respeto y veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a los fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son concelebrantes y no sólo espectadores. Además, purifica el templo y nos eleva a Dios.
l) Flores:
Las flores naturales que adornan el altar y los santos significan fiesta, alegría, exultación piadosa. En tiempo de cuaresma, tiempo fuerte de penitencia y austeridad, aunque se pueden poner algunas plantas, no debe haber, sin embargo, flores en las iglesias, exceptuando el tercer domingo de cuaresma, domingo del "Laetare”, y las solemnidades y fiestas que caen en cuaresma.
m) Campanilla:
Para la atención piadosa y unión de corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento de la consagración en las santas misas, para centrar la atención de los que participan en la celebración eucarística.
3. ¿Qué virtud regula y encauza todo lo relacionado con la liturgia?
Es la virtud de la religión, que procede de la virtud cardinal de la justicia que nos inclina a dar a Dios el culto debido.
Esta virtud de la religión presupone las virtudes teologales y demostramos esta virtud con actos, ya sea internos, ya sea externos.