1. ¿Qué relación hay, entre la Eucaristía y María Santísima?
María fue el primer Sagrario en el que Cristo puso su morada, recibiendo de su madre la primera adoración como Hijo de Dios que asume la naturaleza humana para redimir al hombre. María se dio toda entera. De ella, Jesús recibió la carne, la sangre, los genes humanos, la vida. Durante nueve meses fue portadora insustituible del cuerpo, sangre, alma y divinidad del Salvador.
2. ¿Por qué se dice que María llevó una vida eucaristizada?
El mismo cuerpo que recibimos en la Comunión es la misma carne que le dio María para que Jesús se encarnara y se hiciese hombre. Gustemos, valoremos, disfrutemos en la Comunión no sólo el Cuerpo de Cristo sino ese cuerpo que María le dio. Por tanto, tiene todo el encanto, el sabor, la pureza del cuerpo de María. Pero bajo las apariencias del pan y vino. ¡Es la fe, nuestra fe, que ve más allá de ese pan! María vivía en continua acción de gracias a Dios por haber sido elegida para ser la Madre de Dios, vivía intercediendo por nosotros, los hijos de Eva, que vivíamos en el exilio, esperando la venida del Mesías y la liberación verdadera. Y como dijo el papa en su encíclica sobre la eucaristía, María es mujer eucaristizada porque vivió las actitudes de toda eucaristía: es mujer de fe, es mujer sacrificada y su presencia reconforta.
3. ¿Es igual de fuerte la presencia de María que la de Cristo en la Eucaristía? Da una breve explicación.
No es ciertamente la presencia de María en la eucaristía una presencia como la de Cristo, real, sustancial. Es más bien una presencia espiritual que sentimos en el alma. Es María quien nos ofrece el Cuerpo de su Hijo, pues en cada misa nace, muere y resucita su Hijo por la salvación de los hombres y la glorificación de su Padre.
Así como María estuvo “de pie” junto a la cruz de Jesús… también en la Eucaristía está presente, como dice el papa Francisco: “María siempre está”
4. ¿Qué es lo que experimenta María durante la Eucaristía?
La presencia viva, real e Jesucristo, de la misma manera que estuvo en su vientre, al haberse “encarnado”
Aprovecho esta oportunidad para agradecer a Catholic.net por esta oportunidad. Fue muy enriquecedor participar. Dios los bendiga.