por jcvelez » Vie Abr 29, 2016 1:41 am
La vida de los santos siempre es edificante, San Irineo fue un hombre letrado en las Sagradas escrituras, filosofía y literatura, adicionalmente tuvo la dicha de ser discípulo de San Policarpio, obispo de Esmirna, quien fue discípulo del apóstol San Juan, esta gran influencia de San Policarpio marco de forma profunda su vida, la calidad de maestro que tenía San irineo se lo puede observar a través de esta oración que hizo antes de ser quemado en hoguera que se hizo por no renunciar a Jesucristo y adorar al césar, cuando se le pregunto porque no hacerlo el indico los siguiente: "Dijo así: "Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y El nunca me ha fallado en nada. ¿Cómo le voy yo a fallar a El ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo".
"Policarpo, elevando los ojos hacia el cielo, oró así en alta voz: "Señor Dios, Todopoderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo: yo te bendigo porque me has permitido llegar a esta situación y me concedes la gracia de formar parte del grupo de tus mártires, y me das el gran honor de poder participar del cáliz de amargura que tu propio Hijo Jesús tuvo que tomar antes de llegar a su resurrección gloriosa. Concédeme la gracia de ser admitido entre el grupo de los que sacrifican su vida por Ti y haz que este sacrificio te sea totalmente agradable. Yo te alabo y te bendigo Padre Celestial por tu santísimo Hijo Jesucristo a quien sea dada la gloria junto al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos".
San Ireneo no dejo tratado de cinco libros en la primera parte hizo una exposición de las doctrinas internas de diversas sectas para luego contraponerlas con las enseñanzas de los Apóstoles y de las Sagradas Escrituras, su mayor preocupación fue la de convertir, se dice que fue martirizado y que sus restos fueron sacados de la tumba por los Calvinistas, solo quedan hoy unos restos de su cuerpo de fueron salvados.
Definitivamente el camino para la defensa de la fe es al preparación, por lo que debemos pedir a Dios nos ayude a perseverar en la búsqueda de luz de la Santísima Trinidad y la Virgen María.
Fuente consultada Aciprensa.