por Angela10 » Mar Jul 05, 2016 4:05 pm
Es reconfortante conocer sobre la fe Católica, la coherencia y perfección de la obra de Dios, su bondad, al buscar a los hombres, darles el perdón y hablarles en palabras humanas. En esta lección hemos podido ver como Dios con entrañable amor asume la frágil condición humana, y se hace semejante a los hombres para traernos la Salvación. Jesucristo es Dios Hijo, es la Salvación de los hombres. Vemos con claridad histórica que La Biblia nace en la única Iglesia de Jesucristo, Iglesia que Cristo adquirió en la cruz, con el precio de su sangre, y que fundó en la Roca que es Pedro, prometiéndole el Espíritu Santo. Es necesario realizar un resumen de esta importante lección: En la Iglesia nace la Escritura conformada de muchos libros, Dios y los hagiógrafos o escritores sagrados son sus autores. En ella encontramos la verdad en orden a nuestra salvación, en razón de que Dios la ha inspirado, enseñan fielmente y sin error las verdades salvíficas.
El Espíritu Santo ilumina y dicta a la Iglesia cuales son los Libros inspirados que deben incluirse en el Canon, es decir, los que deben estar dentro de la Biblia. Fue la Iglesia quien desde los primeros años (393) fue precisando la lista de los libros “canónico”, esto fue antes del cisma de Lutero, por lo tanto no había biblia protestante cuando nace la Biblia.
En resumen el “Cannon” que significa “Regla, medida” es la lista integrada por los libros Santos que la Tradición apostólica hiso discernir en la Iglesia. Los judíos consideraban dos cánones de los Libros Santos: el Canon Breve (palestinense) escrito en hebreo, con 39 libros y el Canon Largo (alejandrino) escrito en griego, con 46 libros. La versión griega de la Biblia, conocida como de los Setenta, cuenta con 7 libros más, conocidos como "deutero-canónicos". La Iglesia primitiva de los Apóstoles recibió el Canon Alejandrino, con 46 libros. Con relación al Nuevo testamento, fue escrito griego y arameo entre el año 50 y 150 d.C. Conformado por los Evangelios, las cartas Apostólicas, los Hechos de los Apóstoles, y el Apocalipsis. Siendo que Jesús no manda expresamente a escribir la Biblia, pero si manda a predicar el Evangelio, la Biblia como tal nace años después de haberse ido Jesús. En los orígenes de la Iglesia, la regla de fe se encontraba en la enseñanza oral de los Apóstoles y de los primeros evangelizadores. Fue después, con el pasar del tiempo, que se consignaron por escrito las enseñanzas de Jesús y los rasgos sobresalientes de su vida, este fue el origen de los Evangelios. Las Epístolas se originaron de la actividad pastoral de los Apóstoles, los cuales guiaban espiritualmente a las comunidades nacientes por medio de cartas. Otros escritos importantes que comenzaron a circular en el primer siglo fueron "Los Hechos de los Apóstoles" escrita por Lucas, y el "Apocalipsis", salido de la escuela de san Juan. En la Iglesia naciente, aún se estaba constituyendo el número de libros de la colección, por lo que naturalmente esta variaba de una Iglesia local a otra. Luego a mediados del siglo II, frente a corrientes heréticas como las de Marción y la de Montano, la Iglesia se vio en la necesidad de determinar el Canon del Nuevo Testamento, de manera que hacia el final del siglo II, la colección de este era casi la misma tanto en las Iglesias de Oriente, como en las de Occidente. En el siglo III comenzaron las dudas sobre la inclusión de los llamados "deuterocanónicos". Algunos Padres de la Iglesia como por ejemplo Basilio año 379, Agustín año 430, León Magno año 461, mantuvieron como inspirados los deuterocanónicos. A partir del año 393 diferentes concilios, primero regionales y luego ecuménicos, fueron precisando la lista de los Libros "canónicos" para la Iglesia. Pero fue en el Concilio de Trento en el año 1546 en donde se definió dogmáticamente el canon de los Libros Sagrados. Solo la Iglesia Católica tiene el Magisterio de la Fe, es la autoridad de la Iglesia, es decir, los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma, es custodio e intérprete para la auténtica y correcta transmisión de la Revelación, función que ejercita en nombre de Jesucristo y bajo la conducción e inspiración del Espíritu Santo. El Magisterio de la Iglesia, nos comunican la enseñanza recibida de Jesucristo, él dijo a sus apóstoles: "El que a vosotros escucha a mí me escucha" (Lc 10, 16; Cf. LG 20).
Pedro nos advertía sobre los riesgos de la interpretación errónea (2Pe 3:16). La Iglesia Católica fue la única responsable de la compilación de la Biblia, por tanto posee la autoridad de interpretación.
La Iglesia, conserva y lucha para que sus fieles se mantengan en la Verdad, en este sentido siempre que hay una propagación de alguna herejía, la Iglesia confirma lo que se ha creído desde la Iglesia primitiva, es entonces cuando emite dogmas, que son verdades de fe reveladas, que son confirmadas por la Iglesia, para la unión del pueblo de Dios. Lucas nos habla de la autoridad que Jesús da a la Iglesia y a sus Apóstoles, para hablar en su nombre (Lucas 10,16).
No toda la Revelación está escrita, la Biblia no es el único medio contenedor de la Palabra, eso ni es bíblico, ni es histórico. No hay duda de que la Biblia es Palabra de Dios, pero no quiere decir que sea toda la Palabra de Dios, es la Iglesia quien es la autoridad, pilar y fundamento de la Verdad, la Biblia tiene su validez en la Iglesia.
Hasta la compilación del Canon, la predicación de la Palabra de Dios se hacía de dos maneras, oral y escrita. En ningún versículo de la Biblia nos dice que solo la Palabra de Dios queda escrita, Pablo en sus cartas nos confirma que siempre se dio la transmisión oral y escrita, (1º Corintios 11, 2; 2º Tesalonicenses 3, 6; 2º Tesalonicenses 2, 15).
La Iglesia es pilar y fundamento de la Verdad: “pero si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad” (I Tim 3,15). Juan al final del Evangelio nos dice que hubo más cosas que hizo Jesús (Jn 21,24). Jesús nos dejó a su paráclito para llevarnos a la Verdad siempre (Juan 16,13). El Concilio Vaticano II (1962-1965) enseña que la Iglesia es, en Jesucristo, el Sacramento, es decir, el signo y el instrumento, de la salvación universal del hombre. Posemos decir que la Iglesia es Sacramento Universal de Salvación.
La iglesia es Sacramento de Salvación porque solo en ella el género humano encuentra los elementos salvíficos y la unión íntima con Dios. Los Sacramentos, en especial la Eucaristía, la oración y el alimento de la Palabra de Dios.
El Magisterio El Magisterio "recibió de los apóstoles este solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva" [73] "Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas".
El Magisterio está al servicio de la Palabra de Dios, para enseñar solamente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído" (DV 10).