por pamgsdb » Mié Oct 20, 2010 3:57 pm
1. ¿Qué actitudes bloquean la construcción de la cultura vocacional no sólo en el mundo, sino también en la Iglesia y en las Congregaciones religiosas?
A demás de las que el autor ya ha escrito (derrotismo, abatimiento, excusa, edad, hora de los laicos) yo aumentaría otros dos, que a mi punto de vista están inmersos en nuestra cultura aunque no se hagan conscientes ni presentes tan objetivamente.
Primero, la ignorancia. Quiero detenerme un poco a explicar esta palabra en cómo se entiende y cómo la empleo para evitar malentendidos que puedan afectar la emotividad y el razonamiento de otras personas. Parto de una pequeña definición de ésta palabra.
La ignorancia proviene del verbo "ignorar", este verbo tiene su raíz del latín ignorare que significa "no saber", su derivado negativo de la raíz gnō- de (g)noscere, es decir, "saber". Por lo tanto, una definición muy general (dejándose la posibilidad de ser aumentada, ser corregida y/o ser cambiada en su totalidad) puede entenderse como ausencia de conocimiento.
Es así como la empleo yo, para mirar cómo esta ausencia de conocimiento, ignorancia, puede en algunos de los casos llevarnos a actuar inadecuadamente de como se tiene que actuar o en algunos casos a no actuar.
Podemos partir del presupuesto de que TODOS en la Iglesia somos animadores vocacionales, pero esto yo lo puedo ignorar y al no hacerlo presente en mi facultad conceptual no lo llevo a mi capacidad volitiva, por ello, le exijo al otro que objetivamente tiene el “cargo” explícito y que fue delegado por la autoridad competente.
A esto uno el segundo elemento, que en mi perspectiva, merma el crecimiento de una cultura vocacional en la vida humana y en la vida eclesial. La inconsciencia. Al igual que el término empelado anteriormente, quiero detenerme a definirla.
Parto primero de la definición de consciencia, que se deriva de la conciencia. La conciencia que proviene del latín conscientia que significa conocimiento compartido; se define en general, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior. "Conscientĭa" significa, literalmente, "con conocimiento" (del latín cum scientĭa). En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados. Es aquí donde yo quiero apoyarme para hacer mi juicio valorativo y apropiarlo a la cultura que estamos viviendo en la sociedad y en la Iglesia.
La inconsciencia que tengo a ciertos factores de la vida, que está unida en algunos casos a la ignorancia, me puede llevar a no ser congruente con mi ser en el aquí y en el ahora en mi relación conmigo mismo, con los demás y con mi ser trascendente.
Generalmente toda persona nace con una conciencia, que al ir evolucionando tiene que ir madurando la capacidad de hacer consciente ciertas acciones que en su proceso de crecimiento pueden ser, en algunas ocasiones, de forma irreflexiva. Como ya lo hemos visto en la pequeña definición que trato de dar, la persona humana tiene en sí mismo un conocimiento que adquirió o con el que nació. Su “meta-objetivo” es realizar un profundo ejercicio de traerlo en mente y hacer consciente este conocimiento ya que esta acción mental-volitiva te llevará a actuar social y comunitariamente mejor y más congruente con tu ser.
Por lo tanto, un factor importante que detiene la efectividad de una cultura vocacional en la sociedad, en la Iglesia y en las congregaciones es la falta de hacer consciente que yo, en primer lugar, soy constructor de esta cultura propiciando un ambiente que vaya cultivándose en la vivencia audaz y feliz de una vida de relación conmigo, con los demás y con Dios más auténtica y dinámica, en una experiencia que favorezca el acompañamiento personal en mi dimensión humano-espiritual que me conduzca a hacer una opción de vida en mi realidad concreta para bien de los demás y la construcción del Reino.
Si yo hago consciente esto procuraré esmerarme por vivir mejor y sabré, por ende, que en mí cae una responsabilidad grande.
No sólo es cuestión de cómo se vive en la sociedad. Sino cómo vivo yo en la sociedad y lo que aporto yo para que otros vivan mejor. Para esto se requiere el ejercicio de la consciencia, es decir, en la medida que soy consciente de como vivo y lograr evaluar que lo que yo hago es lo más justo, honesto y coherente (por mi estado de vida, sea cual sea) buscaré la forma vayan queriendo abrazarlo sin necesidad de imponérselo y/o decretárselo.
Estos dos elementos quise compartirlos porque se me hacer muy interesante. Cabe decir que es una reflexión personal sin que por ello todos tengan que estar de acuerdo.
2. Menciona los desafíos de la pastoral vocacional según Robinson González H
Según el autor, “el trabajo vocacional hoy exige de hombres y mujeres que, pertenecientes a una comunidad, tengan espíritu de aggiornamento y sepan lanzar las redes en nombre de Jesús, pastor supremo ya en la disponibilidad del hombre que responde al llamado y compromete toda su vida al seguimiento de Jesús.
La pastoral vocacional, continúa el autor, está siendo afectada por la crisis que padecen muchas comunidades religiosas, ya que muchas han perdido la etapa del enamoramiento, del encanto pasaron al desencanto y por ende se debe luchar por un re-encanto.
Un gran desafío, que puedo mirar en el autor es una “refundación”. Robinson la entiende la siguiente manera: “Volver seriamente a los fundamentos de la vida consagrada y a la raíz originaria y esencial de la misma...para vivir el carisma de modo significativo en los nuevos contextos culturales en los que vivimos y actuamos”.
Necesitamos hacer una revisión de la situación de las fuentes, del carisma y la espiritualidad, propiciando esfuerzos de inculturación. Analizando las relaciones, la formación, la espiritualidad y el carisma logrando discernir lo que el Espíritu de Dios está haciendo surgir entre nosotros para responder a los desafíos de nuestro tiempo y construir el Reino de Dios.
3. Según el mismo autor, ¿cuáles son las nuevas actitudes que hay que tomar para reactivar el compromiso vocacional? Las 4 actitudes que propone el autor son un talante testimonial, un compromiso coral, una actitud universal, carismática y personalizada.