Buenos días a todos.
Les escribo porque estoy en una situación delicada que puede enviar al traste mi relación sentimental y mi buen nombre junto con ella.
Verán: mi chico y yo tenemos Síndrome de Asperger. Los que sufrimos este trastorno autístico tendemos a no comprender o a malinterpretar las bromas y las ironías. Así que solemos desconcertarnos y confundirnos si alguien nos gasta una broma. Por supuesto, no todos los asperger interpretamos igual las cosas.
Anoche, otro chico de nuestra residencia me gastó una broma delante de mi chico: hizo un comentario y me interrumpió mientras hablaba por teléfono con mi madre. Yo, que no había escuchado el comentario, interpreté la broma como una llamada de atención por mi tendencia a involucrar a terceros en conversaciones en las que no están participando. Mi chico, que sí había escuchado el cometario y, además, ha sufrido engaños y decepciones con chicas anteriores, interpretó la broma como una burla a su persona y un indico descarado de que le estaba poniendo los cuernos.
Tuvimos una discusión espantosa. Y yo, que siempre he sido despreciada por todos los hombres excepto por él, me encontré temiendo que me dejara por esa razón. Todavía temo que mi chico ya no se fíe de mí... A Dios gracias, lo hemos arreglado todo, pero el siguiente paso es muy importante.
Así que les pregunto: ¿Qué se considera que debe hacer un católico cuando se expone a bromas ambiguas que pueden dar lugar a calumnias? ¿Le llamo la atención al otro chico al respecto, dejándole claro MUY SEVERAMENTE que sus bromitas ambiguas pueden salir muy caras? ¿O lo dejo correr? ¿Qué debería hacer?
Muchas gracias y queden con Dios.