por Javher » Vie Jul 22, 2011 10:50 am
Cristo nos dió un nuevo pacto que es superior en todas maneras sobre el viejo pacto de Moisés.
En el relato del Nuevo Testamento sobre la Monte de Transfiguración, Moisés y Elías aparecieron y hablaron con Jesús. Moisés era el gran legislador de los judíos; Elías era el más grande de los profetas. Pedro quiso construir tabernáculos o casas de adoración dedicadas a Cristo, Moisés y Elias. Pero Dios habló desde el cielo diciendo, “Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.” (Mateo 17:1-5). Es decir, hoy, los seguidores de Cristo tenemos la responsabilidad de obedecerle.
Colosenses 2:13-17
13 Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la circuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. 15 Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El. 16 Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo.
Leemos bien que La Ley de Moisés era solamente una sombra del Pacto del Nuevo Testamento, así que nadie puede juzgarnos con respecto al sábado porque, el sábado, al igual que todas las otras regulaciones del la Ley de Moisés, fue borrada por la muerte de Cristo.
Esto explica porque Cristo nos dió un día de adoración nuevo. El fue resucitado en el primer día (domingo) de la semana (Juan 20:1) y la iglesia comenzó en Pentecostés el cual siempre se celebraba en el primer día de la semana (Hechos 2:1-5; Levítico 23:15-21). Los primeros discípulos se reunían para participar en la Cena del Señor en el primer día de la semana (Hechos 20:7) y en ese día hicieron sus donaciones para apoyar al trabajo de la iglesia (1 Coríntios 16:1-2).
Cuando la ley del Antiguo Testamento fue cancelado, el mandamiento para observar el sábado también fue cancelado (Jeremías 31:31-34; Hebreos 1:1,2; 8:13).
O como lo dice Pablo en Romanos 7:6:
Romanos 7:6
6 Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra.
O la carta de Pablo a la iglesia en Corinto:
2 Corintios 3:12-18
12 Teniendo, por tanto, tal esperanza, hablamos con mucha franqueza, 13 y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerse. 14 Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en Cristo es quitado. 15 Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones; 16 pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado. 17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. 18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
Y cosa importante para terminar, que si alguno quisiera observar algún decreto de la ley antigua, se obliga a observar toda la ley mosaica, como nos lo dice bien claro el apostol en Gálatas 5:3-7 "3. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley."
Esto significa que si queremos observar una parte de la Ley (por ejemplo el día del sábado) entonces somos obligados a observarla por completo. Y quienes guardan la Ley de Moisés entonces son separados de Cristo.
[color=#400080[b[i]]]¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra![/i][/b][/color]