por danade » Mar Ene 31, 2012 6:30 am
Respuestas a las preguntas propuestas:
1. Creo que la vocación es la realidad más profundad de la persona porque, en definitiva, es "su verdad", es decir, aquello para lo que Dios la pensó amorosamente "antes de la creación del mundo". Antes yo entendía esto como algo más bien estático. Hoy, adhiriendo a lo que dice el curso y a la experiencia, lo entiendo como una relación dinámica de amor entre Dios y cada persona, que no se reduce al momento de la juventud, donde se suele hacer más fuerte la pregunta por la vocación y la búsqueda de la respuesta, sino que creo que conlleva toda la existencia en esta tierra. Durante toda la vida nos debemos preguntar sobre esa verdad profunda que Dios quiso poner en nuestro corazón y que quiere que podamos desarrollar.
2. La comprensión de la PV se sitúa, justamente, en la convicción de lo anterior. Cuando se sabe que la vocación es esa verdad profunda de la vida, se entiende que se debe ayudar a todos y todas a encontrar esa verdad. Decía el Cardenal Martini en su libro "El Evangelio para tu libertad" que aquel que ha descubierto la piedra preciosa de su vida debe tener pasión por que otros también descubran la propia.
3. Hablar de las vocaciones debe procurar hacer tomar conciencia a todos y todas de esta condición de llamados por Dios que todos tenemos. Creo que esto es lo primero y, en ese contexto, por supuesto, se debe ayudar a descubrir las vocaciones de especial consagración.
4. Es claro que si la Iglesia es comunión y misión, si es comunidad de llamados y llamadas, todos y todas tenemos un grado de participación en esta tarea, cada uno según su propia vocación, pero nadie debe quedar excento. Algunos tendrán una participación más directa y otros tal vez menos, pero todos deberíamos contribuir en la tarea de la PV. Sin lugar a dudas, habrá que disponer de agentes de PV y en este sentido creo que deberían formarse equipos compuestos por miembros de todas las vocaciones posibles; también me parece de vital importancia que el Obispo sepa iluminar esta tarea y le de gran importancia; los educadores y catequistas; y, de una manera especial, los padres y demás miembros de una familia: si se bebe esta verdad desde el seno familiar, el niño o niña crecerá con esta idea arraigada en su corazón y llegado el momento de las preguntas acerca del futuro de su vida, sabrá buscar respuesta preguntándole a Dios qué puso en su corazón. El resto de la comunidad irá siempre aportando lo suyo, sea con el ejemplo, sea con la oración.
5. Entiendo esta última pregunta como búsqueda de vocaciones a la vida sacerdotal o religiosa. Creo que es importante porque todas las vocaciones son importantes y la falta de alguna de ellas siempre será un daño o una dificultad para la Iglesia y para el mundo. La falta de sacerdotes, como sabemos, haría peligrar fundamentalmente la vida sacramental, pero también, la guía pastoral de la comunidad. La falta de religiosas o religiosos podría (y de hecho sucede) causar la desaparición de distintas congregaciones o institutos y con ellos sus carismas. En este último caso, no creo que sea siempre algo terrible, me parece que leyendo esto con mayor detenimiento, tal vez, Dios nos quiera decir que hay carismas o formas de vida que respondieron a un momento histórico de la Iglesia y de la sociedad y que hoy por hoy ya no responden de igual manera. Si bien no hay que dejar morir un carisma por negligencia, creo también que nos tendríamos que abrir más plenamente al Espíritu que tal vez está queriendo inspirar nuevas cosas en la Iglesia como lo hizo siempre a través de los distintos siglos de nuestra historia.
Desde ya muchas gracias por este espacio donde poder compartir, opinar y enriquecernos.