por jguerras100 » Mié Feb 01, 2012 3:20 pm
1. ¿Por qué la vocación es la realidad más profunda de la persona?
Porque por medio de ella nos realizamos como personas que encuentran el propósito por el cual fuimos creados y nos llena el corazón, la mente y el espíritu.
Efe 4:1-7 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.
2. ¿En qué se sitúa la comprensión de la Pastoral Vocacional?
La persona humana se realiza vocacionalmente en este movimiento que envuelve toda su vida y que es fundamento del camino de discernimiento vocacional.
2Pe 1:10-12 Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis.
Pues así se os dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Por esto, estaré siempre recordándoos estas cosas, aunque ya las sepáis y estéis firmes en la verdad que poseéis.
3. ¿Qué significa hablar de las vocaciones y qué debe procurar alcanzar?
Hablar de vocaciones significa hablar del llamado de Dios a descubrir y acoger el proyecto de Dios en la vida y debe alcanzarse transmitirlo porque en esto consiste la realización plena del ser humano.
1Ti 6:12 Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesión delante de muchos testigos.
4. ¿De quién es tarea la promoción vocacional? ¿Sólo de unos pocos?
De todos los bautizados, debido a que es un mandato de nuestro Señor Jesucristo, a cada uno en su lugar y en sus circunstancias.
Mat 28:19-20 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
5. ¿Por qué es importante buscar vocaciones?
El descuidar las vocaciones es descuidar el mandato de nuestro Señor Jesucristo, además de no contar con la sana doctrina que es necesaria para no caer en errores y pecados.
Rom 6:16-18 ¿No sabéis que al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle, os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis: bien del pecado, para la muerte, bien de obediencia, para la justicia?
Pero gracias a Dios, vosotros, que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados, y liberados del pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia. -
Rom 16:17-18 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos.
2Ts 2:13-15 Nosotros, en cambio, debemos dar gracias en todo tiempo a Dios por vosotros, hermanos, amados del Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad.
Para esto os ha llamado por medio de nuestro Evangelio, para que consigáis la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.
¿Qué le pasaría a la Iglesia y a las congregaciones si no se buscan vocaciones?
Se enfriaría, perdería ser la sal y la luz del mundo al no tener suficientes testigos, profetas, sacerdotes, que puedan denunciar el pecado del mundo y anunciar la buena nueva.
1Tim 1:3-11 Al partir yo para Macedonia te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas, ni dedicasen su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe.
El fin de este mandato es la caridad que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera.
Algunos, desviados de esta línea de conducta, han venido a caer en una vana palabrería; pretenden ser maestros de la Ley sin entender lo que dicen ni lo que tan rotundamente afirman.
Sí, ya sabemos que la Ley es buena, con tal que se la tome como ley, teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas, para los asesinos, adúlteros, homosexuales, traficantes de seres humanos, mentirosos, perjuros y para todo lo que se opone a la sana doctrina, según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que se me ha confiado.