Saludos desde la Fraternidad Misionera Verbum Dei de Loeches Madrid!
Según el carisma y la espiritualidad Verbum Dei, yo seguiría los cuatro pasos siguientes para mi pastoral vocacional:
I. INICIACIÓN: En el ámbito espiritual
- En el encuentro interpersonal en cualquier circunstancia.
- Jornadas o encuentros nacionales e internacionales, congresos y otros eventos multitudinarios (JMJ)…
- Por medio de actividades en torno a la religiosidad popular y expresiones tradicionales religiosas: posadas, pastorelas, novenas…
- Evangelizando casa por casa.
- Peregrinaciones.
- Los signos visibles y el testimonio.
- Testimonios de personas recién convertidas.
- Exposición de Iconos o venta de manufacturados.
- Encuentros de Familia Misionera Verbum Dei, desde donde ésta evangeliza invitando a nuevas personas.
- Etc.
En el ámbito cultural y lúdico
- Pre-escuelas y escuelas de valores.
- Ciclos de cine, canción fórum, video forum, teatros, conciertos organizados…
- Internet y medios de comunicación social.
- Debates, seminarios, foros…
- Diálogos y charlas en institutos, colegios mayores, residencias…
- Fin de semana de estudios.
- Cuenta cuentos.
- Excursiones, paseos en bicicleta…
- Talleres de actividades manuales, de teatro, de música, etc.
- Intercambio de estudio de lenguas.
- Evangelizar en la ciudad (encuentros internacionales): actividades en centros comerciales, etc.
- Animación en institutos.
- Festividades profanas y tradiciones culturales.
- Etc.
En un ámbito social y humano
- El campo laboral o talentos profesionales como plataforma de misión; la incidencia social de la Palabra hecha caridad en ámbitos diversos: marginación, pobreza, injusticias; política, sociedad; en el ámbito de la cultura, arte, historia, diseño gráfico; ecología y medio ambiente.
- Rifas, yincana, kermés, cenas, encuestas…
- Rutas turísticas – espirituales.
- Visitas familiares.
- Jornadas y campos de trabajo.
- Actividades sociales: Cenas del hambre, ONGs, termo nocturno, ancianos, etc.
- Experiencias ecológicas.
- Experiencias comunitarias.
- Etc.
II. DESPUÉS DE ESTOS MEDIOS DE CAPTACIÓN, INVITAMOS LAS PERSONAS A UNA CONVIVENCIA VERBUM DEI.
Qué es una convivencia?
Es el medio a través del cual Dios se comunica al hombre. La Palabra, que es Dios mismo (Cfr. Jn. 1,1) entra al cor¬azón de la persona a través del lenguaje. Es el método de apostola¬do más apropiado que tenemos en el Verbum Dei para dicho fin. Después de un camino que puede ser más largo o más lento, se invita a las personas a participar en una CONVIVENCIA VERBUM DEI, momento fuerte de predicación desde el cual la persona puede iniciar en la escuela de la Palabra.
La convivencia es el primer paso o uno de los primeros pasos a través del cual la persona se introduce a una expe¬riencia de fe viva y práctica; a un proceso de crecimiento preparativo en la identificación con Cristo Jesús.
Es un medio intenso y eficaz para la conversión o recon¬versión de las personas a Dios.
Objetivo que se persigue.
La convivencia sirve para que la persona conozca viven¬cialmente a Dios, le experimente hasta el punto de anunciarle. En otras palabras, que conozca al auténtico Dios y su amor personal por él y a la vez que se conozca a si mismo. La identidad y el proyecto que Dios le tiene reservado en la persona ocupa un lugar preeminente el anunciarle a los otros como la mejor respuesta a la generosidad de Dios.
Desde la charla introductoria hasta el final hablamos en términos de CONVIVIR. Este es el fruto o fin que pretendemos en una convivencia (Acampada):
- Convivir con Dios.
- Convivir consigo mismo.
- Convivir con los demás.
Recordemos que nuestro punto de partida es un hombre desintegrado, bastante encerrado en si mismo, a consecuencia del secuestro de las tres grandes drogas que le asedian: el amor desordenado a los honores, a los placeres a y a las riquezas. Por ello, el que la CONVIVENCIA en los tres aspectos antes mencionados sea el medio más adecuado para que la Pala¬bra de Dios cumpla su cometido: formar otro Cristo.
En breve, la Convivencia es un medio clave en el método misionero Verbum Dei.
III. LOS SIGNOS DE LA VOCACIÓN APOSTÓLICA.Entendemos por signos de vocación aquellos indicativos o rasgos que nos hablan con claridad de una llamada de Dios para ser apóstoles o agentes de pastoral Verbum Dei.
Aunque pueden ser muchos y variados, entre los signos vocacionales más frecuentes suelen estar estos:
Una perseverancia estable y continua en el movimiento (grupo de pertenencia), además de la participación activa en el mismo (en la Escuela de la Palabra, las pautas, las eucaristías, convivencias y otras formas de participación).
Esta participación activa ha generado en la persona un deseo de seguir a Jesús y de identificarse con él. Esta ilusión es clara e intensa. Digamos que se siente atraído por Jesús , por su persona, por su amistad. Se ha encendido el fuego... un cierto enamoramiento de Cristo.
También se ha despertado el compromiso con el grupo al que pertenece, asumiendo algunas responsabilidades, invitando a mas personas a participar en el movimiento, etc. Y se ve que esto le hace feliz.
La sensibilidad y captación del carisma Verbum Dei.. No solo quiere seguir a Jesús sino que lo quiere seguir desde el estilo peculiar que se le ha presentado en el Verbum Dei. La persona se siente atraída o identificada con el carisma VD, con nuestra espiritualidad y misión. A lo mejor no ha llegado a formular bien cual es el carisma especifico, pero el carisma lo siente suyo... lo conoce por experiencia y quiere darlo a otros.
Experiencias de encuentro con Dios con un claro contenido vocacional o misionero. En la oración personal y la meditación de la Palabra se entiende una llamada a más en el seguimiento de Cristo, en la misión, en el compromiso con el grupo, en el proceso de formación personal. Esta intuición la recibe la persona en su interior (es subjetiva), por lo que conviene hablar con ella para clarificar con precisión a qué le está llamando el Señor... “¿te sientes llamado a ser apóstol: padre, pastor y maestro?”.
Los modelos de identificación (testigos atrayentes). Al ver personas comprometidas en la misión Verbum Dei (sean misioneros o discípulos) se siente atraída por ellos. Le gustaría predicar como tal persona, o servir como aquella otra. Estos modelos son para la persona puntos de referencia.
Las cualidades personales especiales y significativas. No necesariamente debe la persona tener dotes naturales para el ejercicio de la misión Verbum Dei (por ejemplo facilidad de palabra, capacidad para llevar grupos, liderazgo), pero si los tiene puede ser un indicativo más... como una cierta preparación para el carisma.
Los contenidos y la dinámica de la pre-escuela pueden ayudar mucho para verificar la llamada de la persona y su idoneidad para responder (en dos meses o tres, con un ritmo de escuela de apóstoles, es posible comprobar si la persona puede y quiere responder a las exigencias del discipulado).
Estas y otras muchas señales suelen ser ambiguas, al menos al principio. No evidencian de una vez por todas la llamada. La vocación es siempre un misterio de fe y de amor que se despierta poco a poco... y la conciencia de la llamada avanza con el tiempo y la experiencia.
IV. PROPONEMOS A LOS ASPIRANTES O POSTULANTES UN PROYECTO DE VIDA CRISTIANA, COMPUESTO POR LOS SIGUIENTES ÁREAS FUNDAMENTALES: • DIMENSIÓN HUMANA. Física (salud, higiene y prevención, nutrición, deporte, etc.) Psíquica (situaciones de riesgo o salud mental) Intelectual (estudios, hábito de lectura, juicio crítico, capacidad creadora) Afectivo (madurez afectiva, no dependencia, no lucha de poder, estar dispuesto a ceder cuando no tengo la razón, saber escucharse, tolerancia a la frustración, no protagonismos, aceptación personal, autoestima sana, etc.) Voluntad (puntualidad, horario, disponibilidad de terminar trabajos, poder enfrentar las dificultades, dominio de sí) Civismo (elementos de inculturación, valorar tradiciones y hábitos, normas sociales universales) Urbanidad (presentación adecuada, modales y trato personal, higiene y orden) Moral (sinceridad, autoevaluarse de forma positiva, purificar motivaciones, recta formación de conciencia, crear o reforzar nueva escala de valores, crear los hábitos y personalizarlos, obediencia a las obligaciones morales propias de la vida matrimonial).
• DIMENSIÓN ESPIRITUAL. Identificar las propias imágenes de Dios que no me permiten conocerle a fondo; ejercitarse en la experiencia afectiva religiosa; la oración; praxis del discernimiento; pertenencia eclesial e inserción comunitaria en la Familia Verbum Dei. y en la Iglesia; opción fundamental por seguir a Cristo en medio de las dificultades, actitudes-virtudes y su praxis; la formación en el carisma, perseverancia y revisión de vida.
• DIMENSIÓN APOSTÓLICA. Celo apostólico con la conciencia EN AMBOS de ser apóstoles a tiempo completo. Formación y práctica del Ministerio de la Palabra. Aprender a acompañar distintos tipos de apostolado (niños, adolescentes, novios, matrimonios, etc.) Amor de promoción para que ambos crezcan apostólicamente.
• DIMENSIÓN SOCIAL- LABORAL. Relaciones personales sanas; integración del trabajo y la vida de seguimiento; adecuada información de los problemas políticos y sociales. Conciencia del trabajo profesional como misión social, compromiso de influir en la sociedad de manera clara y evidente. Testimonio y responsabilidad en el campo laboral. Etc.
• DIMENSIÓN FORMATIVA. Capacitación y formación permanente e integral, donde se busca crecer en todas las áreas: catequético-teológica, profesional, cultural, social y política. Tener como base del eje de vida su formación como APÓSTOL. Desarrollar hábitos de lectura personal y de disciplina para seguirse continuamente auto-formando. Contenidos de la escuela de apóstoles, filosofía, bases de teología, formación desde la espiritualidad y carisma, contenidos del sacramento del matrimonio y de formación para padres. Etc.
• DIMENSION DE CONSAGRACION. Tener claridad en la llamada, y en el carisma en el que Dios me ha llamado y el lugar dentro de ese carisma partiendo de la opción fundamental por seguir a Jesús. Poner medios para realizar un serio discernimiento de la llamada. Aprender a ejercitarse en los consejos que Jesús da a todos los que le quieren seguir: pobreza, castidad y obediencia. Quitar falsas imágenes del ejercicio de cruz para perder el miedo a entregar la vida por hacer la voluntad del Padre. Etc.
• DIMENSION FRATERNA. Relación con la eclesialidad, actitudes para dejarme ayudar por los demás, amor a la Iglesia, amor universal fraterno. Etc.
• DIMENSION ECONOMIA Y ADMINISTRACION.
UN ABRAZO A TODOS,
ATANGO.