por Pachelli 1991 » Dom Feb 26, 2012 10:10 am
Origen, formación, y consolidación de la independencia.
(mediados del siglo XI a 1385)
Castillo de Guimarães
Portugal tiene ocho siglos de historia como país independiente. Su nombre proviene de la antigua población de PORTUCALE situada en la desembocadura del río Duero, y de la cual ya había noticias en el siglo VII.
El Condado Portucalense. El Reino de Portugal
Principios del siglo XI, época de Cruzadas. La península Ibérica era un mosaico de reinos donde cristianos y musulmanes combatían.
La estrategia defensiva cristiana del rey de León y Castilla dio origen a la formación del Condado Portucalense, territorio comprendido entre los ríos Minho y Tejo.
Fue su primer gobernante, con un título hereditario y el deber de lealtad, el conde D. Henrique, un noble francés que llegó a la península en una misión de cruzada y se terminó casando con D. Teresa, una de las hijas del rey de León y Castilla.
D. Afonso Henriques
Circunstancias varias forjaron en el Condado tendencias autónomas a las que D. Alfonso Henriques, hijo del primer conde portugalense, dio una expresión práctica. En 1128 encabezó la revuelta contra el gobierno de su madre, ya viuda, influenciada por un noble gallego, y ganó. Prosiguió con la guerra para expulsar a los musulmanes de la península, amplió los límites del Condado, y luchó contra Castilla para liberarse de su dominio.
En 1140, se proclamó rey. Fue el primer rey de Portugal. El título le fue reconocido pocos años después, por el rey de Castilla y por la Santa Sede en 1179.
Expansión de las fronteras y desarrollo de Portugal
La ampliación de las fronteras de Portugal, que fue dada por el límite sur del Océano Atlántico, los reyes de Portugal lucharon contra los musulmanes durante un siglo, habiendo recibido ayuda de órdenes monástico-militares y de Cruzados de camino a Tierra Santa. Algarve fue conquistado en 1249. Entretanto, hubo que resolver los problemas de la guerra, la administración y el poblamiento del territorio; confrontándose con frecuencia con el clero y la nobleza para fortalecer el poder político real.
La segunda mitad del siglo XIII fue un período de paz que hizo posible el desarrollo de la agricultura, la silvicultura, el comercio y la construcción naval, así como una evolución cultural fecunda, propiciada por la creación de la primera Universidad de Portugal (1290). Socialmente, se dio una valorización de la burguesía, ligada al comercio, los artesanos y ascenso político del pueblo, por primera vez representado en las Cortes (1254).
La segunda mitad del siglo XIII fue un período de paz que hizo posible el desarrollo de la agricultura, la silvicultura, el comercio y la construcción naval, así como una evolución cultural fecunda, propiciada por la creación de la primera Universidad de Portugal (1290). Socialmente, se dio una valorización de la burguesía, ligada al comercio, los artesanos y ascenso político del pueblo, por primera vez representado en las Cortes (1254).
En el ámbito de la política exterior, la alianza de amistad y paz con Inglaterra (1373) marcó el futuro de las relaciones internacionales portuguesas.
La Peste Negra. Crisis de Sucesión Dinástica. La Revolución de 1383-1385
Casamiento de D. João I con D. Filipa de Lencastre, celebrado en 1387 en la ciudad de Porto
Portugal fue asolado, a mediados del siglo XIV, por la peste negra, que diezmó la población de forma sensible. Esto provocó perturbaciones en la economía, agitación social, y decisiones políticas que repercutirían en el futuro del país.
En esta coyuntura, la independencia portuguesa entró en crisis debido a problemas de sucesión dinástica (1383), porque no había ningún heredero varón y la hija del difunto monarca se casó con el rey de Castilla. Varios factores, combinados con la noticia de que Castilla haría prevalecer sus derechos al trono de Portugal, desencadenaron un movimiento nacionalista que sacudió al país.
D. João, Maestro de la Orden de Avis, encabezó la revuelta contra el poder institucionalizado. La revolución triunfó, habiendo sido importante la participación popular. Sólo en 1385 terminó la situación revolucionaria. El Maestro de Avis, reconocido por las cortes como un legítimo sucesor al trono, fue proclamado rey con el nombre de D. João I.
La reafirmación de la independencia
Batalla de Aljubarrota
Resuelta por la sucesión al trono, faltaba garantizar la independencia nacional. D. João, que era todavía gobernante del reino, preparó la resistencia contra el invasor castellano. Los ejércitos portugués y español se enfrentaron (1384-1385), pero Portugal casi siempre resultó vencedor. El 14 de agosto de 1385 se dio la confrontación final en la famosa batalla de Aljubarrota, con los portugueses como ganadores. Portugal fue auxiliado por los ingleses, basándose en el Tratado de Alianza firmado en Inglaterra(1386), el más antiguo entre naciones europeas, mientras que España fue ayudada por los franceses.
Portugal reafirmó su independencia cuando finalizaba el siglo XIV. El poder real, marcado por un espíritu centralizador, dio inicio a la expansión portuguesa más allá de sus fronteras, favoreciendo el ascenso político de la burguesía que le había ayudado a conquistar el trono.
La Expansión Portuguesa a la Interrupción de la Independência
(siglo XV hasta mediados del siglo XVII)
Murallas portuguesas de Ceuta
Portugal abrió, en el siglo XV, una nueva página en su historia nacional; un camino que desgarró los límites del mundo y dio al Occidente cristiano una dimensión universal.
La expansión territorial portuguesa más allá de la estrecha franja de territorio peninsular se basó en factores de orden geográfico, de tradición marítima, de carencias socioeconómicas como las de ocupar a una nobleza cuya situación económica se había agravado, de respuesta a las presiones de la burguesía, deseosa de desarrollar la actividad comercial, de alimentar la esperanza a la gente que quería una mejor nivel de vida, pero también tuvo fundamento en el espíritu de caballería y de Cruzada y en la existencia de hombres decididos que le dieran impulso y medios técnicos y humanos para llevarla a cabo.
La acción de los portugueses, en ese período de transición hacia la Edad Moderna, se efectuó en tres sentidos: la conquista del norte de África; el descubrimiento de las tierras occidentales y la exploración de la costa occidental de África, navegando por el Atlántico, siempre hacia el sur.
La expansión al Norte de África
Infante D. Henrique
La conquista de Ceuta (1415) marcó el inicio de la expansión portuguesa hacia el Norte de África, pero los beneficios económicos esperados no se materializaron. La acción continuó hasta principios del siglo XVI, tuvo interrupciones y a veces derrotas militares, pero sin embargo Portugal consiguió afianzarse en posiciones importantes como Arzila, Alcácer Seguer, Tanger y Azamor.
Mantener las conquistas africanas, y defenderlas de los ataques de los moros era, sin embargo, una tarea militar difícil y económicamente ruinosa. Portugal tuvo que abandonar algunas antes de mediados del siglo XVI, ya que el esfuerzo nacional se estaba concentrando en Oriente. La política de expansión en África, retomada en 1578 con el intento de conquista de Alcácer Quibir, fracasó, y en ese desastre militar el rey perdió la vida. Se abrió el camino para la caída de la independencia nacional.
Los Descubrimientos
Réplica de la carabela de Bartolomeu Dias
El pequeño Portugal se lanzó a descubrir nuevas tierras, una tarea que no fue el producto de la osadía o la casualidad; tuvo una preparación metódica, objetivos económicos bien definidos, y apoyado por el ideal de la evangelización.
La expansión marítima rumbo a Occidente condujo al descubrimiento de los archipiélagos, deshabitados, de Madeira (1418) y de las Azores (1430). La navegación hacia el sur a lo largo de la costa de África, llevó a Portugal a deshacer las leyendas del mar tenebroso. En 1460 entró en el Golfo de Guinea, a continuación, llegó a Angola, sufrió enormes dificultades para desplazarse desde el Atlántico hasta el Océano Índico, alcanzando Mozambique y navegando hasta la India (1498) para de allí traer los productos que Europa demandaba. Concretó un sueño y un proyecto, después de casi un siglo de trabajo constante. Después no se detuvo. Hasta principios del siglo XVII continuó reconociendo y descubriendo las costas del Índico y el Pacífico, se le ofreció Macao (1557), entró en Oceanía, se estableció en Timor y los portugueses fueron los primeros europeos que vieron los japoneses (1543).
Jornada metódica requirió la profundización de los conocimientos náuticos portugués, la creación de barcos (carabelas) capaces de navegar en alta mar, lejos de la costa y en condiciones climáticas difíciles, supuso elevados costos financieros y humanos.
Grandes Viajes de Navegantes Portugueses
Siglos XV a XVII
1418 Gonçalves Zarco y Tristão Vaz descubren la isla de Porto Santo.
1419 Los mismos navegantes y Bartolomeu Perestrelo llegan a la isla de Madeira.
1427 Diogo de Silves inicia el descubrimiento del archipiélago de las Açores.
1437 Gil Eanes pasa por cabo Bojador, en la costa africana, acabando con las leyendas sobre el mar tenebroso.
1482 Diogo Cão nave hasta la desembocadura del río Zaire.
1488 Bartolomeu Dias navega más allá del cabo da Buena Esperanza, abriendo el paso hacia el Océano Índico.
1495 Fernandes Labrador llega a la tierra de Labrador, en América del Norte.
1498 Vasco da Gama Llega a Calcuta, concretando así el proyecto nacional de llegar a la India por mar
1500 Descubrimiento oficial de Brasil, por Pedro Álvares Cabral.
1501 Gaspar Corte-Real descubre Terranova.
1514 Jorge Álvares llega a China.
1519 Fernnando de Magallanes inicia, al servicio de Castilla, el primer viaje de circunnavegación.
1542 Rodrigues Cabrilho explora la costa de Califórnia.
1543 António da Mota, Francisco Zeimoto y António Peixoto son los primeros navegantes occidentales en llegar a Japón.
1601 Godinho de Herédia llega a Austrália.
1606 Pedro Fernandes Queiroz navega por el Pacífico, donde descubre las Nuevas Hébridas, junto con otros archipiélagos de la Polinésia.
Ese enorme emprendimiento dio a Portugal el predominio sobre las costas occidental y oriental de África, creó el imperio portugués de Oriente (siglo XVI), cuya capital era Goa, levantó los hitos de los descubrimientos portugueses en cuatro continentes, transformó a Lisboa en el gran emporio de Europa, donde llegaban las especias, las sedas, y las piedras preciosas.
Astrolabio
Mientras tanto, los navegantes al servicio de los reyes de España llegaron a América Central (1492) lo que desató un conflicto de intereses entre los dos países ibéricos pioneros de los descubrimientos marítimos. Por la intervención de la Iglesia se firmó el Tratado de Tordesillas (1494), que dividió las tierras para descubrir en dos hemisferios de influencia, uno para Portugal y el otro para España. La exigencia del monarca portugués, D. João II, de asegurarse un meridiano de separación más para occidente permite admitir que los portugueses ya sabían de la existencia de Brasil, donde oficialmente llegaron en el año 1500.
En la época de los descubrimientos Portugal se concentró en el mar y olvidó la tierra. Fue navegante, mercader, guerrero, viajero, misionero. Los hombres que intervinieron en este emprendimiento náutico conocieron la riqueza, y el fisco llenó sus arcas con los beneficios iniciales de la comercialización de los productos provenientes de Oriente. Pero el esfuerzo de la colonización del país, lentamente llevado a cabo desde la independencia, no tuvo continuidad, y las estructuras productivas se atrofiaron, especialmente la agrícola.
En la historia de la cultura portuguesa del Renacimiento, el período de descubrimiento es brillante.
La colonización. El imperio de la India
La flota de Pedro Álvares Cabral
El descubrimiento de los archipiélagos atlánticos de Madeira y las Azores fue seguido por la colonización, con el objetivo obtener rentabilidad económica. Poco después, entre otros productos, Lisboa recibía de las islas la caña de azúcar (Madeirense), el trigo y el pastel (Azores).
En la costa africana la presencia portuguesa se basó principalmente en tratados de amistad y comercio con los jefes locales, la creación de fábricas, construcción de fortificaciones en puntos estratégicos. De ahí se extraían el oro, la pimienta y esclavos.
En cuanto a Brasil, los primeros colonos se establecieron a lo largo de la costa y se dedicaron al cultivo de la caña de azúcar y la exportación de palo de brasil. La importancia creciente de la economía brasileña, beneficiada por la introducción de nuevos cultivos (algodón, tabaco) justificó, a mediados de siglo, la instalación de un Gobierno General (1549). A finales del siglo XVII, la población comenzó a ser atraída hacia el interior como consecuencia de la búsqueda y extracción de oro.
La colonización y evangelización de Brasil contó con el compromiso de las órdenes religiosas, especialmente la Compañía de Jesús.
Palacio de Hidalcão, o Palacio de los Virreyes, en Goa
El establecimiento de los portugueses en el Oriente tuvo características diferentes porque surgió de la necesidad de conquistar bases territoriales (centros de comercio y de control de las vías marítimas), ya que la presencia portuguesa en el Índico sufrió, desde el principio, el ataque de los intereses económicos ya establecidos allí. El Imperio de las Indias formó un espacio geográfico discontinuo, constituido por bases militares o navales y por un importante centro administrativo (Goa) desde donde se propagó la cultura occidental y la actividad misionera cristiana. Servíanle de soporte las armadas que Portugal enviaba periódicamente y la acción local de los virreyes; habían estrategas o jefes militares, algunos partidarios de la fusión de los residentes portugueses con la población nativa.
Portugal mantuvo el monopolio estatal del comercio con Oriente hasta tres cuartos del siglo XVI, pero no pudo continuar asegurándolo porque los encargos eran grandes y los beneficios comenzaron a disminuir debido a la competencia comercial de ingleses y holandeses, los ataques árabes, y los asaltos de piratas a los navíos que volvían de India.
El Interregno durante la Independência
(1580-1640)
D. Sebastião, retrato de Cristóvão de Morais
Crisis de sucesión dinástica (1578) provocada por la muerte del rey en la batalla de Alcácer Quivir, sin tener heredero. De los candidatos al trono el más poderoso era el monarca de España (Felipe II), que hizo valer sus derechos, por lo que las Cortes portuguesas lo proclamaron rey de Portugal (1581), con el nombre de Felipe I. El pretendiente portugués luchó sin condiciones para el éxito. Durante sesenta años la dinastía de los Felipes, de la Casa de Austria, ocupó el trono portugués.
En una situación de monarquía dual, como parte de la grandeza del Imperio español, Portugal se benefició durante cuatro décadas de una reorganización administrativa y una descompresión financiera. Más tarde, España absorbió políticamente a la nación portuguesa, la gravó con impuestos, reclutó tropas y barcos para las guerras que mantenía, descuidando los territorios portugueses más allá de sus fronteras. Y a principios del siglo XVII, Inglaterra y Holanda, envueltas en una guerra con España, atacaron Angola, poblaciones en Brasil, y posiciones del imperio portugués de Oriente.
Restauración de la Independência hasta el fin de la Monarquia Absoluta
(1640-1820)
Portugal Restaura la Independência
D. João IV
El desafío a la autoridad española profundizó revueltas, y hubo motines populares. Conspiradores portugueses, aprovechando la situación interna y las propicias coordenadas de la política europea, depusieron a los representantes del rey de España y proclamaron a D. João IV, rey de Portugal. Esto reanudó el conflicto entre los dos estados peninsulares.
La defensa de la dinastía nacional impuso actuar en dos frentes: la preparación de las estructuras militares para responder al ataque español e intensa actividad diplomática junto con las principales Cortes europeas para la obtención de ayuda militar y reconocimiento de la independencia de Portugal. La batalla diplomática fue larga y difícil, porque involucraba tomas de posición de las potencias participantes de la guerra de los Treinta Años, en la que se confrontaban la Casa de Austria (liderada por España) y la casa de Francia apoyada por Inglaterra. Duró más de veinte años la guerra por la restauración de la independencia portuguesa. Portugal ganó con la ayuda militar de Inglaterra, pero las condiciones de la ayuda fueron pesadas para los portugueses.
LA MONARQUIA ABSOLUTA. EL FIN DEL ANTIGUO RÉGIMEN
D. João V
Aunque la tendencia hacia la centralización del poder del rey había progresado en Portugal desde el siglo XV, fue a partir de finales del siglo XVII (1698) que se implantó el absolutismo. La nación vivió en los primeros cincuenta años del siglo XVIII, en paz y abundancia. El desarrollo de la explotación de yacimientos de oro y diamantes de Brasil proporcionó grandes recursos a la tesorería y la nueva riqueza del Estado hizo posibles mejoras importantes en materia de defensa, y de engrandecimiento del patrimonio cultural y monumental. No creó, sin embargo, estructuras económicas reproductoras de riqueza, por lo que el dinero se desvanecía en las importaciones.
En el tercer cuarto del siglo, el país entró en la senda de la modernización. A la luz de dirigismo económico y del iluminismo cultural, las estructuras del Estado fueron reorganizadas; se reestructuraron sectores de la industria (textiles de lana y seda, cerámica, vidrio), se crearon las empresas monopolísticas para las relaciones con Brasil y la comercialización del vino, se reformó profundamente el sistema educativo, sustituyendo el pensamiento escolástico por el espíritu científico.
Políticamente se dio una violenta confrontación entre el poder absoluto real y la nobleza, se aplicaron leyes que restringían la influencia de la Iglesia, especialmente la Compañía de Jesús, que fue expulsada, se abolió la esclavitud en el reino, se liberaron a los indios de Brasil, etc. A pesar del posterior retroceso de la dirección económica, continuaron los avances en la órbita cultural y de reformas sociales.
Convento de Mafra, construido por D. João V
Transición al siglo XIX. Vientos de cambio soplan desde América y Francia, donde la Revolución (1789) sacudió los cimientos de la monarquía.
Portugal sintió el efecto y, junto con Inglaterra y España entró en la guerra (1794) contra la Francia revolucionaria.
La negativa de Portugal a unirse al bloqueo continental, rompiendo la alianza luso-británica, originó la guerra con la Francia napoleónica.
Batalla do Buçaco
Para salvar la soberanía de la nación, el rey D. João VI y la corte se trasladaron (1807) para Brasil. El territorio fue invadido por las tropas francesas (1807, 1809, 1810), pero fueron derrotadas por el ejército portugués, con la ayuda de los militares británicos. La guerra causó daños considerables en el país.
Sin embargo, en Brasil, hubo una suerte de desarrollo, especialmente en la economía, ya que la legislación real liberó a Brasil de la subordinación de la metrópolis.
En Portugal se vivía un clima tenso por la ausencia del rey, las dificultades económicas causadas por la apertura de los puertos brasileños al comercio internacional y por el tratado comercial con Inglaterra (1810), la influencia británica en el ejército portugués creaba descontento general. Las ideas de la Revolución Francesa eran la mecha de los levantamientos populares. Una revolución (1820) puso fin a la monarquía tradicional.
DE LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL A LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA
(1822-1910)
LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL
D. Pedro IV
La situación revolucionaria obligó al rey a regresar a Portugal y juró la Constitución (1822) liberal que separaba a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
En el mismo año, Brasil proclamó su independencia, por decisión del Príncipe Regente, el emperador del nuevo reino.
No fue pacífica la implantación de la monarquía constitucional, porque otro hijo de D. João VI, D. Miguel, lideró un movimiento contrarrevolucionario.
Debido a la muerte del monarca (1826), complicados problemas sucesorios conducirán a la restauración del absolutismo (1828) y luego la lucha entre los liberales, encabezados por el ex emperador del Brasil, D. Pedro, y los absolutistas.
La Guerra Civil (1832-1834) terminó con la victoria de los liberales que pusieron en práctica una política educativa progresista, mas no conseguirían establecer la paz. Enfrentamientos frecuentes entre facciones liberales, levantamientos populares crearon un prolongado clima de desorden.
Desembarco del ejército liberal en Pampelido, por Roque Gameiro
El retorno de la estabilidad política y la paz social en la segunda mitad del siglo XIX permitió el desarrollo económico, facilitado por la introducción de nuevos medios de transporte y comunicación, así como por nuevas técnicas industriales y agrícolas creadas por la revolución industrial, y el desarrollo de la educación pública que fomentó las ideas del liberalismo.
En la transición al siglo XX, problemas internos desestabilizaron la vida política y la monarquía constitucional fue cuestionada.
VIAJES DE EXPLORACIÓN EN ÁFRICA. EL ULTIMATUM INGLÉS
El célebre Mapa Cor-de-Rosa.
En las últimas décadas del siglo XIX se intensificaron los viajes de los exploradores portugueses al interior de África. Portugal, que participó de la Conferencia de Berlín (1884-85), concibió el plan de unir a Angola y Mozambique, a través del interior.
Mientras tanto, el continente africano atraería a las naciones europeas industrializadas. Inglaterra, interesada en la región, el 11 de enero de 1890 intimó a Portugal a abandonar ese proyecto. La nación reaccionó, pero el gobierno tuvo que ceder, intensificando sin embargo la pacificación tribal y la ocupación de los territorios para delimitar las fronteras.
DIFUSIÓN DE LAS IDEAS REPUBLICANAS
La ideología republicana proliferó en el contexto de la política liberal, sumando adeptos entre intelectuales y políticos, y se infiltró en las fuerzas militares. Los republicanos, que aprovechaban cualquier pretexto para atacar al gobierno y agitar la opinión pública, desencadenaron la primera tentativa de implementación de la república (1891).
Luchando con los difíciles problemas financieros y políticos, la monarquía recurrió a la dictadura (1906-1908) para detener su caída, pero obtuvo resultados negativos. El rey fue asesinado (1908). El régimen sobrevivió un poco más de tiempo.
MONARQUÍA
Dinastia de Borgoña Dinastia Filipina
D. Afonso Henriques (1128) Filipe I (1580)
D. Sancho I (1185) Filipe II (1598)
D. Afonso II (1211) Filipe III (1621)
D. Sancho II (1223)
D. Afonso III (1248)
D. Dinis (1279) Dinastia de Bragança
D. Afonso IV (1325) D. João IV (1640)
D. Pedro I (1357) D. Afonso VI (1656)
D. Fernando I (1367) D. Pedro II (regente, 1667, rei, 1683)
D. João V (1706)
Dinastia de Avis D. José I (1750)
D. João I (1385) D. Maria I (1777)
D. Duarte (1433) D. João VI (regente, 1792, rei, 1816)
D. Pedro (regente, 1441) D. Pedro IV (1826)
D. Afonso V (1448) D. Miguel (1828)
D. João II (1481) D. Maria II (1834)
D. Manuel I (1495) D. Pedro V (1853)
D. João III (1521) D. Luís I (1861)
D. Sebastião (1557) D. Carlos I (1889)
Cardeal D. Henrique (1578) D. Manuel II (1908)
1ra REPÚBLICA
(1910-1926)
Barricadas del 5 de Octubre de 1910
Una revolución instauró la República (1910). El Gobierno provisorio definió un rumbo político para legislar sobre la familia, la separación de la iglesia y el estado, y la educación. La nueva Constitución que estableció el sistema parlamentario se aprobó (1911), y Manuel de Arriaga asumió la jefatura de la nación.
En la primer década del régimen, la actividad legislativa se centró en áreas fundamentales como la social, la educativa, y la financiera, pero esta labor constructiva se vio frustrada por la inestabilidad gubernamental causada por los partidos republicanos de la oposición y la vida nacional no siguió por el esperable camino del progreso.
A pesar de las dificultades internas, Portugal participó (1916) en la Primera Guerra Mundial, junto a los Aliados lucharon en África contra los alemanes que atacaron a Angola y Mozambique. La participación en el conflicto impidió la pérdida de aquellos territorios africanos.
El esfuerzo de guerra no detuvo el enfrentamiento entre los partidos republicanos y se instauró una dictadura (1917-1918). El malestar se agravó y la agitación política creció, generándose un clima propicio para la intervención militar.
2da REPÚBLICA
(1926-1974)
DERRUMBE DE LA DEMOCRACIA PARLAMENTARIA. EL GOBIERNO MILITAR
Gomes da Costa y sus tropas desfilan victoriosos por Lisboa (6 de Junio de 1926)
En 1926, las fuerzas militares desencadenaron un golpe de estado que no tuvo oposición armada. Sin embargo, los intereses políticos y económicos subyacentes quebraron la unidad inicial, y pocos días después, otro movimiento militar tomó el poder. La oposición democrática respondió las acciones revolucionarias (1927, 1928) sofocadas.
La situación económico-financiera del país era grave. En este contexto, Oliveira Salazar asumió el cargo de ministro de Finanzas (1928) impuso una política de austeridad para hacer frente a la disciplina fiscal de montaje y gestión financiera; en 1932 fue nombrado Jefe del Gobierno.
EL ESTADO NUEVO
(DE LA IMPLANTACIÓN A 1950)
António de Oliveira Salazar
Entre 1928-1930 se definieron los principios básicos del nuevo Estado: instauración de un estado fuerte, sustitución de los partidos políticos por la "Unión Nacional", la institucionalización del corporativismo; orientación de la política portuguesa africana por los principios del “acta colonial”.
En 1933 el país contaba con una nueva constitución, de características doctrinarias, que estableció el Estado Corporativo.
El régimen, basado en el orden administrativo y en el equilibrio presupuestal, mantuvo las medidas restrictivas sobre las libertades fundamentales; puso en marcha un amplio programa de reformas (tributaria, financiera, administrativa), realizó un plan de obras públicas en términos de infraestructura (red de carreteras, puertos y aeropuertos, edificios para la justicia, viviendas sociales); e implementó medidas para la repoblación forestal, etc.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno declaró la neutralidad de Portugal. La victoria de los Aliados no dio lugar a la apertura política que la oposición esperaba.
EL SISTEMA DE POSGUERRA
(1950-1968)
Tropas portuguesas se embarcan hacia la guerra colonial
La estabilidad del régimen fue perturbada por las elecciones presidenciales de 1958, sin embargo, el candidato oficial fue electo. A pesar de la política de desarrollo planificado que se inició en los 50 años, Portugal no dio, hasta el final de la década, el salto para salir de la situación de atraso que originó un aumento de la emigración (1960-1970) hacia los países europeos en recuperación económica.
En la década del 60, el desarrollo industrial aceleró (mediante la creación de sectores tecnológicamente avanzados) los progresos que las actividades primarias no consiguieron. Del punto de vista político, varios acontecimientos pusieron bajo la lupa al régimen (tentativas de golpes militares en 1961-1962, huelgas de estudiantes). Pero los acontecimientos más graves que acentuaron el aislamiento del régimen en el ámbito internacional se dieron (1961) en Angola (comienzo de la rebelión armada) y el Estado de la India (la ocupación por las tropas de la Unión India), poco después estallaron los movimientos de independencia en Guinea (1963) y Mozambique (1964).
El gobierno respondió militarmente a la guerrilla y promovió el desarrollo económico de aquellos territorios donde llegaban millares de colonos idos de la metrópoli. La situación de guerra en África impuso al país una pesada carga financiera y la oposición hizo de la protesta contra la guerra un fuerte motivo de presión política. Salazar, quien encabezó el gobierno durante 36 años, tuvo que ser removido de su cargo en 1968, debido a razones de salud.
RENOVACIÓN EN LA CONTINUIDAD. LA CAÍDA DEL RÉGIMEN
(1968-1974)
Marcelo Caetano
Marcelo Caetano fue el nuevo Jefe de Gobierno (1968). La oposición esperaba la implantación de un régimen pluripartidista. La apertura política tomó la forma de "renovación en la continuidad", sin cuestionar el supuesto de que Portugal continuaría defendiendo su presencia en África: el fomento a la industria continuó, y hubo una reorientación de la política social.
El prolongado esfuerzo de guerra y la falta de soluciones políticas y militares para el conflicto hicieron aumentar, a inicio de los años 70, el descontento de algunos sectores militares.
En 1974 (marzo) hubo un intento de golpe militar para derrocar al gobierno. El abril siguiente el régimen cayó como resultado de un movimiento militar que actuó prácticamente sin encontrar oposición.
3ra REPÚBLICA
Primera página del períodico «República» sin censura
La acción militar desencadenada por el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), el 25 de abril de 1974, pretendía establecer una democracia pluripartidista. El Programa del MFA contenía las directrices de la vida nacional hasta que se promulgó la nueva Constitución de la República.
Soldados en las calles
La Junta de Salvación Nacional llegó al poder hasta que fue nombrado el Gobierno. Constituida por siete militares, de entre ellos se eligió al Presidente de la República, el general António de Spínola.
En mayo de 1974 asumió el 1er Gobierno Provisorio, encabezado por el Prof. Adelino da Palma Carlos.
A este le siguieron otros cinco gobiernos provisionales que condujeron al país a través de un camino agitado, durante el cual se registraron hechos profundamente modeladores de la presente realidad nacional: en 1974, la independencia de Guinea-Bissau fue reconocida; en abril de 1975 fue electa la Asamblea Constituyente; entre junio y noviembre de 1975, Mozambique, Cabo Verde, S. Tomé y Príncipe y Angola se convirtieron en países independientes.
Rendición de Marcelo Caetano en el Cuartel de Carmo
En el año 1976 se promulgó la Constitución, y se celebraron elecciones para la Asamblea de la República, para la presidencia de la República y los Municipios.
En las elecciones presidenciales de fue electo, por mayoría absoluta, el general Ramalho Eanes. Además, como consecuencia de los resultados de las elecciones para la Asamblea de la República, asumió la presidencia del 1er Gobierno Constitucional el Dr. Mário Soares, líder del Partido Socialista.
Desde entonces, el país ha experimentado un proceso político, común en las democracias occidentales, de variedad de opciones para la jefatura de Gobierno.
REPÚBLICA
I República
- Dr. Teófilo Braga (1) 1910
- Dr. Manuel de Arriaga 1911
- Dr. Teófilo Braga 1915
- Dr. Bernardino Machado 1915
- Dr. Sidónio Pais 1917
- Contra-almirante Canto e Castro 1918
- Dr. António José de Almeida 1919
- Manuel Teixeira Gomes 1923
- Dr. Bernardino Machado 1925
II República
- Comandante Mendes Cabeçadas 1926
- General Gomes da Costa 1926
- General Fragoso Carmona 1926
- General Craveiro Lopes 1951
- Contra-almirante Américo Tomás 1958
III República
PRESIDENTES DA REPÚBLICA
- General António de Spínola 1974
- General Francisco da Costa Gomes 1974-1976
- General António Ramalho Eanes 1976-1980
- General António Ramalho Eanes 1980-1986
- Dr. Mário Soares 1986
CHEFES DOS GOVERNOS PROVISÓRIOS
I - Prof. Adelino da Palma Carlos 74.05.16
II - General Vasco Gonçalves 74.07.18
III - General Vasco Gonçalves 74.10.01
IV - General Vasco Gonçalves 75.03.26
V - General Vasco Gonçalves 75.08.08
VI - Almirante Pinheiro de Azevedo 75.09.19
CHEFES DOS GOVERNOS CONSTITUCIONAIS
I - Dr. Mário Soares 76.07.23
II - Dr. Mário Soares 78.01.30
III - Eng. Nobre da Costa 78.08.29
IV - Prof. Mota Pinto 78.11.22
V - Eng.ª Maria de Lourdes Pintasilgo 79.08.01
VI - Dr. Francisco Sá Carneiro 80.01.03
VII - Dr. Pinto Balsemão 81.01.09
VIII - Dr. Pinto Balsemão 81.09.04
IX - Dr. Mário Soares 83.06.09
X - Prof. Aníbal Cavaco Silva 85.11.06
XI - Prof. Aníbal Cavaco Silva 87.08.17
XII - Prof. Aníbal Cavaco Silva 1991-1995
XIII - Eng. António Guterres 1995-1999
XIV - Eng. António Guterres 1999-2002
XV - Dr. Durão Barroso 2002-2004
XVI - Dr. Santana Lopes 2004-2005
XVII - Eng. José Sócrates 2005-2009
XVIII - Eng. José Sócrates 2009-
(1) Jefe de Gobierno Provisorio.