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CHIOSOTO escribió:NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO
La imagen de la Virgen
La imagen actual no es la primitiva. Según el investigador Don José Alonso Morgado y González, es una bellísima escultura, de poco más de un metro de altura con el estilo de principios del siglo XV.
El estado de deterioro en el que se encontraba hizo obligada su restauración y esta se realizó atendiendo al gusto llamado gótico. La primitiva imagen está embutida en la actual; el rostro está prácticamente borrado, de sus hombros pende un manto azul, el vestido es verde, sujeto a la cintura por un cinturón lleno de estrellas doradas, en la parte baja se observa el calzado grana de forma puntiaguda. En el pecho, a la izquierda, está señalado el lugar que ocupó el Niño. Este Niño fue llevado a Ámerica, por un caballero, que donó el que tiene actualmente.
A mediados del XVII, se trató de nuevo de restaurar y sufrió una transformación radical, quedando oculta la imagen la Imagen primitiva, y resultando, una vez restaurada, tal como hoy se admira.
La imagen de Ntra. Sra. la Virgen del Rocío en su caracterización de Reina, utiliza rico vestido usado en la época barroca por las reinas y la nobleza. La falda está acampanada y adaptada a un armazón rígido.
El corpiño está cerrado en su cuello y las mangas de bello encaje están embutidas en otras del mismo tejido que el de la falda.
Se presenta con los atributos de corona real, diadema de rayos rematados en estrellas de seis puntas, rostrillo a manera de antigua gorguera de encaje, adornado con piedras preciosas; ráfagas lobulares en sus flancos, cetro, el Niño Dios en los brazos vestido también con atributos de realeza; a los pies, el creciente con sendas estrellas de ocho rayos en las puntas y un querubín alado en su mediación. El vestido de Pastora, es totalmente diferente al anterior siendo utilizado en las venidas de la Virgen a Almonte así como en su regreso de nuevo a la Aldea. En la actualidad, son cada siete años cuando se produce este acontecimiento. El vestido tiene una falda acampanada y una capa corta. Lleva un sombrero adornado con flores y unas cintas de seda que cubren una preciosa cabellera.
El Niño a su vez, también es vestido de "pastorcito".
La leyenda
«Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre (1) que, o apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la villa de Almonte, en el sitio llamado La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticable a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras, advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado Lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una imagen de la Reina de los Angeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina».
«Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontando parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto, Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes.
Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.
Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana.
Aforándose en aquel sitio con el nombre de la Virgen de las Rocinas».
(1) Alguna otra leyenda lo identifica como Gregorio ("Goro") Medina, natural de Villamanrique de la Condesa
El Santuario (ermita)
El lugar que hoy conocemos como el Rocío, da nombre no sólo a la Virgen, sino a una aldea y a un territorio concreto que no siempre se llamó así. La zona donde se erige el Santuario estuvo poblada en otras épocas; yacimientos y restos arqueológicos así lo demuestran: paleolítico, tartessos, romanos, visigodos y árabes. Alfonso X "El Sabio" conquista esta tierra a los árabes, cuya jurisdicción pertenecía al reino de Taifa de Niebla. En 1.582, el Concejo de Almonte adquiere las tierras denominadas Madre de las Marismas, junto a la ermita. A escasa distancia de ésta existían dos grandes cazaderos reales: Lomo de Grullo y la Rocina.
Toda esta tierra señorial, donde se enclava la Ermita, estaba atravesada por caminos muy transitados que se cruzan a escasos metros de ésta, convirtiéndola en lugar de encrucijada que será vital para que se propague con facilidad la devoción a la Blanca Paloma.
La primera Ermita fue levantada aproximadamente hacia los años 1295 - 1300 por Alfonso X. Tenía diez varas de larga y estaba orientada al sur, era de un sencillo mudéjar, con techumbre de madera a dos aguas y compás. A lo largo de la historia esta Ermita sufre ampliaciones y reformas importantes, no obstante permanece levantada hasta mediados del siglo XVIII en el terremoto de Lisboa (1.775) casi la destruye.
En 1.760 se bendice un nuevo Santuario con mayor dimensión y distinta planta orientado de Este a Oeste, inspirado también en el mudéjar con algunos elementos barrocos en su fachada y en su espléndido retablo atribuido a Cayetano d'Acosta.
En 1915 se cambió la techumbre y se modificaron algunas dependencias y en los años cuarenta se decoró a la fachada con azulejos. Esta ermita era de pequeñas dimensiones y en su interior, al fondo, se encontraba el antiguo retablo del siglo XVIII , destacando en su hornacina central la imagen de Ntra. Sra., protegida por un cristal.
Por fin la urgente necesidad de levantar un nuevo Santuario en el Rocío recibió el impulso definitivo del primer obispo de Huelva, monseñor Cantero Cuadrado según nos contaba Infante Galán al tratar de los Santuarios que han albergado a la Virgen del Rocío.
Monseñor Cantero manifestó su deseo de que Ntra. Sra. tuviera un nuevo templo, en la Misa de Medio Pontifical, celebrada en la Parroquia del Rocío de la barriada de Isla Chica de Huelva, con estas palabras:
" ... Y es llegada la hora de ofrecer a la Blanca Paloma un Templo más digno y en consonancia con la devoción rociera; que sea como un cortijo andaluz, con su cal, sus colores blancos y con la riqueza sencilla necesaria y conveniente para su culto y para la agradable estancia de cuantos acudan a implorarlos favores de la Santísima Virgen. ... "
La idea encontró ambiente propicio en pueblo almonteño, y en cabildo general celebrado por la Pontificia y Real Hermandad Matriz de Almonte el 31 de julio de 1961 se acordó levantar un nuevo y más amplio santuario a la Virgen.
Se convocó un concurso de anteproyectos, del cual salió elegido con el asesoramiento de un grupo de arquitectos, el anteproyecto presentado por los señores Balbontin de Orta y Delgado Roig.
La Virgen fue traída a Almonte el 16 de junio de 1963.
El 18 de Julio del mismo año a las diez de la mañana, oficiaba la última misa en el altar mayor del santuario Don Francisco Guevara Sánchez el inolvidable capellán de la virgen. Momento después de acabada la misa comenzaron los trabajos para desmontar el retablo.
El 31 de Julio se derribó la pared del camarín.
La primera piedra de la nueva iglesia basílica fue solemnemente bendecida y colocada por monseñor Cantero Cuadrado, primer obispo de Huelva con asistencia de las primeras autoridades regionales, el domingo 26 de enero de 1964 a las cinco de la tarde.
La solería fue donada por la Hdad. de Triana y la puerta metálica de entrada, por el Sr. Martín Cambra Quintero, que fue hermano Mayor de la hdad. de Huelva.
Mientras duraron los trabajos del nuevo templo, la Virgen fue situada en una pequeña capilla provisional, que se levantó en la parte izquierda de la fachada, esquina al Real. Su constructor fue el vecino de Almonte D. Isabelino Báñez Huelva.
La Hdad. Matriz solicita al Exmo. Ayuntamiento de Almonte, en carta de fecha 31 de octubre de 1962, una aportación económica. El ayuntamiento colabora en la construcción con un millón de pesetas, distribuidas entre 1962 y 1967.
Los actos de inauguración, previstos para los días 15 y 16 de marzo, tuvieron que ser suspendidos debido a las fuertes lluvias que dejaron la Aldea intransitable.
El 12 de abril de 1969 alrededor de las 12 y media entraría la Virgen del Rocío de nuevo en su Santuario
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