Sesión 10. Curso Santuarios Marianos. 5 marzo 2012

Con este curso, se pretende realizar un viaje virtual por los santuarios marianos más importantes del catolicismo en base a un itinerario espiritual caracterizado por la devoción a María, así como conocer los diversos aspectos culturales, tradicionales y religiosos de la devoción a la Virgen.

Fecha de inicio del curso: 2 de enero de 2012

Fecha de finalización del curso: 2 de abril de 2012

Periodicidad de envió de las lecciones: semanal

Moderadores: Catholic.net, Gustavo d Apice, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor MERY9 » Mié Mar 07, 2012 1:49 pm

Madre de la esperanza, Aparición de Nuestra Señora en 1871 en Pontmain, Francia.

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A mediados de enero del 1871 el ejército pruso dominaba dos terceras partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (unos 500 habitantes). En la zona se desató una epidemia El 17 de enero, a eso de las 12:30, hubo un terremoto en Pontmain. Todo iba mal. La gente escondía sus pertenencias para evitar que cayesen en manos de los prusos. Decían desesperados: "Para qué rezar. Dios no nos oye".

El Padre Guerin, que había sido el párroco por 35 años y había reconstruido la iglesia destruida por la Revolución Francesa, pidió a los niños que oren a la Virgen por protección. Entre esos niños había dos hermanos muy piadosos. Ellos comenzaron el martes, 17 de enero, sirviendo de monaguillos en la Misa, recitando el rosario y haciendo las estaciones de la cruz por las intenciones del hermano mayor que había sido reclutado por el ejército francés.

Esa noche misma noche uno de los hermanos, Eugenio Barbadette, de 12 años de edad, salía del establo de su familia cuando vio en el cielo una hermosa señora, en el aire, unos 20 pies por encima de los techos. La señora tenía un vestido azul oscuro cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos extendidos como en la medalla milagrosa pero sin los rayos. Eugenio se quedó mirándola con asombro por unos 15 minutos. Cuando su padre y su hermano de 10 años, José, salieron del establo, Eugenio grito: "¡Miren allí! ¡Encima de la casa! ¿Qué ven?" José describió a la Señora tal cual como lo hizo Eugenio. Pero el padre no la vio y les ordenó con severidad que regresen al establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, un poco después, el padre les dijo que salgan y miren de nuevo. Otra vez la vieron. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!" La madre de los niños, Victoria Barbadette, vino entonces y le dijo a José que se callara porque estaba llamando la atención de los vecinos. Sabiendo que los niños eran honestos y no mentían, ella dijo: "Es quizás la Virgen Santísima quien se os aparece. Ya que la ven, recemos cinco padrenuestros y cinco avemarías en su honor".

Después de recitar las oraciones en el establo, para no llamar la atención, la Señora Barbadette preguntó a sus hijos si todavía veían a la Señora. Cuando dijeron que sí, ella fue a buscar sus lentes y regresó con su hermana Louise, pero ninguna de las dos vio a la Señora. Entonces la Sra. Barbadette acusó a sus hijos de mentirosos.

La Sra. Barbadette llamó a las hermanas religiosas y le advirtió a sus hijos: "Las hermanas son mejores que ustedes. Si ustedes ven, ellas ciertamente también verán." La hermana Vitaline no pudo ver a la Virgen pero ella sabía que los niños eran honestos. Entonces fue a la casa de un vecino y le pidió a dos niñas pequeñas, Francoise Richer (11 años) y Jeanne-Marie Lebosse (9) que fueran con ella. Las niñas vieron a la Virgen y la describieron igual que los niños.

Llega entonces la Hermana Marie Edouard y al escuchar lo que decían las niñas, fue a buscar al Padre Guerin y a otro niño, Eugenio Friteau (6 años y medio). Eugenio también vio a la Virgen. Para entonces había unas 50 personas reunidas. Agustín Boitin, un niño de sólo 25 meses quiso alcanzar la Virgen y dijo: "¡El Jesús! ¡El Jesús!" Sólo estos seis niños podían ver a la Virgen. Los adultos no podían ver a la Virgen pero sí las tres estrellas que aparecieron junto a la Virgen.

Descripción de la aparición

-Un halo se apareció alrededor de la Virgen.



-Cuatro velas aparecieron, dos a la altura del hombro y dos a la altura de la rodilla.

-Una pequeña cruz roja, del tamaño de un dedo apareció sobre el corazón de la Virgen.

La Virgen puso triste porque la gente no creía a los niños y estaban discutiendo. Entonces el padre Guerin les pidió que se callaran y rezaran. Dijo: "Si solo los niños la ven es porque ellos son mas dignos que nosotros" La gente se arrodilló y rezaron el rosario. La expresión de la Virgen demostraba que ella estaba atenta a las oraciones. Gradualmente esto causó que la Virgen apareciera mas alta y bella.

Rezaron el rosario y el Magnificat. Gradualmente apareció bajo los pies de la Virgen un mensaje en letras doradas que los niños deletrearon en voz alta: "Pero, Recen mis hijos"

La Hermana Marie Edouard entonces dirigió a los presentes en el canto de las letanías de la Santísima Virgen. El mensaje continuó: "Dios pronto os concederá lo que piden" Llegó la noticia de que el ejército enemigo estaba en Laval, muy cerca de Pontmain. El mensaje del cielo continuó: "Mi Hijo se deja conmover"

Cuando los niños anunciaron este mensaje, el Padre Guerin le pidió a todos que cantaran un himno de alabanza. La Hermana Marie Edouard dijo, "¡Madre de Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro país, ruega por nosotros, ruega por nosotros!" Los niños exclamaban: "¡Que bella es!!"

Al final del himno, el mensaje desapareció. La gente entonces cantó un himno de arrepentimiento y reparación a Jesús. Entonces lo niños exclamaron: "¡Miren, se está poniendo triste otra vez!"

Frente a la Virgen apareció un crucifijo color de sangre. Encima de este, una inscripción en letras mayúsculas y rojas con un fondo blanco: "JESUCRISTO". La Virgen miraba a la Cruz y sus labios temblaban de emoción. José recordó ese momento toda su vida y escribió: "Unos meses mas tarde vi a mi propia madre sobrecogida de dolor por la muerte de mi padre". Uno sabe cuanto esa escena puede afectar el corazón de un niño. Sin embargo, recuerdo que pensé que la angustia de mi madre no era nada en comparación con la de la Virgen María.

Mientras rezaban llegó un carretero con la noticia de que los prusos habían tomado la cercana ciudad de Laval. La gente respondió, "Aun si (los prusos) estuviesen a la entrada del pueblo, ya no debemos temer!" A las 8:30 p.m., la gente cantó, "Ave, Maris Stella," y el crucifijo desapareció. Ella de nuevo sonrió y dos pequeñas cruces aparecieron sobre sus hombros. Ella bajó sus manos y un velo blanco la fue cubriendo desde los pies hasta la corona.

Alrededor de las 8:45 p.m., los niños dijeron: "ha terminado". Durante el tiempo preciso de la aparición, el general pruso Von Schmidt, que estaba listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca se efectuó ya que el 28 de enero, 11 días después de la aparición, se firmó el armisticio entre Francia y Prusia.

La intercesión milagrosa de la Madre trajo la paz. Los 38 soldados de Pontmain regresaron sin un rasguño. Los dos niños, Eugenio, 12, y José, 10, se hicieron sacerdotes; una de las niñas Jean-Mary Lebossé se hizo monja, y la otra, Francisca, maestra. Los niños sufrieron agravios. Jeanne-Marie, el 10 de marzo de 1871 el general Charette fue a verla, desenvainó su espada y, presionándola contra el cuerpo de la niña, le dijo: "Si mientes, hija, te voy a matar. Tu no viste nada". Ella respondió: "Pero no puedo decir que no vi nada". Mas tarde un monseñor amenazó a los videntes y los impresionó haciéndoles creer que eran culpables de un sacrilegio. Pero la Iglesia reconoció la aparición.

Aprobación Eclesiástica

En la fiesta de la Purificación, 2 de febrero, 1872, el obispo Wicart de la diócesis de Laval, publicó una carta pastoral otorgando aprobación canónica a la aparición. El Papa Pío XI concedió la misa y el oficio en honor a Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain. La Virgen fue coronada solemnemente por el Cardenal Verdier, Arzobispo de París el 24 julio de 1934. En la actualidad hay una Basílica de Nuestra Señora de la Esperanza en Pontmain. Esta aparición demuestra el poder de la oración de intercesión hecha con la humildad y sencillez de los niños. Dirección del santuario: 53 Mayenne, Pontmain, France.

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Notapor MERY9 » Mié Mar 07, 2012 2:04 pm

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Issoudun, Francia.

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Cuando nuestro fundador, el Padre Jules Chevalier trabajaba como encargado en una parroquia en Issoudun, Francia, empezó a planear la fundación de una agrupación religiosa cuya misión sería combatir los males de su tiempo llevando el amor compasivo y misercordioso de Dios a todas las personas. En noviembre 30 de 1854, el Padre Chevalier y un compañero sacerdote empezaron una Novena para pedir a nuestra Señora que ilumine su camino y los ayude llevar a cabo su plan. A cambio el Padre Chevalier prometió a nuestra Señora venerarla de manera especial.

En diciembre 8 de 1854, en el último día de la Novena, el día en que se venera a la Inmaculada Concepción, el Padre Chevalier recibió un regalo de un donante anónimo que hizo posible la fundación de la congregación de Misioneros del Sagrado Corazón. El padre Chevalier cumplió su promesa a María honrándola con el título de: Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

El propósito de la devoción a nuestra Señora del Sagrado Corazón de acuerdo al Padre Chevalier es honrar a María “y al inefable vínculo de amor que existe entre ella y el Sagrado Corazón de Jesús”. Este es un misterio muy profundo y con muchas implicaciones, por cuanto María fue la madre de Cristo y también su compañera en la labor de redención.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor MERY9 » Mié Mar 07, 2012 2:33 pm

LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA, Paris, Francia.
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El 27 de noviembre de 1830. La Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera. La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz- Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".

Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o aureola con estas palabras: "OH María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a tí". Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una Medalla semejante a esta que estás viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.

LAS DOS APARICIONES ORIGEN DE LA ADVOCACIÓN DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA A SANTA CATALINA LABOURÉ EN PARIS (FRANCIA)


PRIMERA APARICIÓN

En la calle del Bac, número 140, en pleno centro de París, está la casa madre de la Compañía de las Religiosas Hijas de la Caridad, que fundaran san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillach.

En esta casa habitaba en 1830 una novicia llamada sor Catalina Labouré, a quien la Santísima Virgen confió un mensaje salvador para todos los que con confianza y fervor lo aceptaran y practicaran.

Leamos el mensaje escrito por la misma santa Catalina Labouré.

"La noche del 18 de julio de 1830, a eso de las 23'30, me oí llamar: "¡Sor Labouré, sor Labouré!" Desperté y miré el lado de donde venía la voz, y veo un niño vestido de blanco, de unos 4 a 5 años, que me dice: "VENGA A LA CAPILLA." Me levanté y guiada por el niño me fui a la capilla: la puerta se abrió apenas el niño la tocó con la mano. Sentada en un sillón, junto al altar, estaba la Virgen. Yo dudaba que fuese la Virgen. Pero el niño me dijo: "¡ESA ES LA SANTA VIRGEN!" Entonces la miré y di un salto hacia ella, arrodillándome a sus pies y poniendo las manos sobre sus rodillas. Me dijo:


"HIJA MíA, EL BUEN DIOS QUIERE ENCOMENDARTE UNA MISIÓN. TENDRÁS MUCHAS PENAS QUE SUPERARÁS, PENSANDO QUE LO HACES POR LA GLORIA DEL BUEN DIOS.

VENID A LOS PIES DE ESTE ALTAR: AQUÍ SE DISTRIBUIRÁN LAS GRACIAS A TODOS CUANTOS LAS PIDAN CON CONFIANZA Y FERVOR."

La Virgen mostró su deseo de que se fundara la Asociación de las Hijas de María, para celebrar el mes de mayo a ella dedicado, con gran solemnidad. Me dijo: "YO GUSTO MUCHO DE ESAS FIESTAS Y CONCEDO MUCHAS GRACIAS."

Dijo esto y desapareció por el lado de la tribuna.

Me alcé de las gradas del altar y observé al niño donde lo había dejado. Me dijo: "SE HA IDO."

Volví al lecho a las 2 de la mañana, oí dar la hora, pero ya no me dormí. "


SEGUNDA APARICIÓN

Leamos la aparición y el mensaje que en ella se nos comunica, escrito por la misma santa Catalina Labouré.

El día 27 de noviembre de 1830, a las 5'30 de la tarde, en medio de un profundo silencio, de nuevo la Virgen se le aparece a sor Catalina Labouré, al pie del mismo altar, de pie sobre la esfera del mundo a sus plantas con un globo en las manos, y le dijo:

""ESTE GLOBO QUE VES REPRESENTA EL MUNDO ENTERO Y CADA ALMA EN PARTICULAR."

La figura de la Santísima Virgen estaba llena de tanta belleza, que yo no podría describirla.

Advertí que sus dedos se llenaban de anillos y piedras preciosas, y los rayos de luz que de ellos salían se difundían por todas partes.

Se me dijo:

"ESTOS RAYOS DE LUZ SON EL SÍMBOLO DE LAS GRACIAS QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN CONCEDE A TODOS LOS QUE SE LAS PIDEN."


Se formó un cuadro un poco ovalado alrededor de la Santísima Virgen con una inscripción con letras de oro que decía:

iOH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!

"HAZ ACUÑAR UNA MEDALLA IGUAL A ESTE MODELO. TODAS LAS PERSONAS QUE LA LLEVEN CON CONFIANZA, COLGADA AL CUELLO, RECIBIRÁN GRANDES GRACIAS.""

En el reverso de la medalla debía colocarse la letra M y encima una cruz, añadiendo en la parte inferior dos corazones: uno coronado de espinas y otro traspasado por una espada. Símbolo de los corazones de Jesús y de María.

Una vez acuñada la medalla, y propagada profusamente, los acontecimientos dieron pruebas del origen divino de su mensaje.

A vista de los hechos extraordinarios, el Arzobispo de París Mons. de QUELEN mandó hacer una investigación oficial sobre el origen y los hechos de la Medalla de la Calle del Bac. He aquí la conclusión:

"La rapidez extraordinaria con la cual esta medalla se ha propagado, el número prodigioso de medallas que han sido acuñadas y distribuidas, los hechos maravillosos y las Gracias singulares que los fieles han obtenido con su confianza parecen verdaderamente los signos por los cuales el Cielo ha querido confirmar la realidad de las apariciones, veracidad del relato de la vidente y la difusión de la
medalla".

Y en Roma, en 1846, como consecuencia de la ruidosa conversión del Judío Alfonso de Ratisbona, el Papa Gregorio XVI confirmaba con toda su autoridad las conclusiones del Arzobispo de París.


Llevar la santa medalla es proclamar nuestra fe en la súplica de la Santísima Virgen María, como medianera universal ante la presencia de Dios.
LOURDES Y LA MEDALLA MILAGROSA

La Medalla, Milagrosa es conocida en el mundo entero . Pero con frecuencia se ignora que las apariciones de la Capilla de la Calle del Bac prepararon los grandes acontecimientos de Lourdes.
"La Señora de la Gruta se me ha aparecido tal como está representada en la Medalla Milagrosa", declaró Santa Bernadita. que llevaba al cuello la Medalla de la Calle del Bac.

La invocación de la Medalla. . "OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS", difundida por todas partes por la Medalla Milagrosa, suscitó el gran movimiento de fe que "movió al Papa Pío IX en 1854, a definir el dogma de la Inmaculada Concepción. Cuatro años después,. la aparición de Massabielle confirmaba de manera inesperada la definición de Roma.

En 1954, con ocasión del centenario de esta definición, la Santa Sede hizo acuñar una medalla conmemorativa. En el reverso de la misma, la imagen de la Medalla Milagrosa y la de la gruta de Lourdes, asociadas estrechamente, ponían de relieve el lazo íntimo que une las dos apariciones de la Virgen con la definición de¡ dogma de la Inmaculada Concepción..

Lo, mismo que Lourdes es una fuente inagotable de Gracias, la Medalla Milagrosa es siempre el instrumento de la incansable bondad de la Santísima Virgen con todos los pecadores y desdichados de la tierra.

Los Cristianos que sepan meditar su significado encontrarán en ella el simbolismo de toda la doctrina de la Iglesia sobre el lugar providencia¡ que María ocupa en la Redención, y en particular su mediación universal.


El Arzobispo permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros.
MERY9
 
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Re: Sesión 10. Virgen de Lourdes

Notapor dianatg_90 » Mié Mar 07, 2012 3:36 pm

Hola mi nombre es Diana Teran y con respecto a la secion de esta semana, les quiero decir que la visita al santuario de nuestra Virgen de Lourdes en Francia es fantastico principalmente ver la devocion de las personas las actividades que se pueden hacer, cuando se reza el rosario, cuando es la prosesion de los enfermos, las personas voluntarios, ir tambein a escuchar al historia de Bernandita.

Les recomiendo que si algun dia pueden vsitan el Santuarios de Nuestra Virgen de Lourdes

Psdt: Si desean ver fotos de los poco que le eh escrito visiten mi facebook que estoy como Diana Teran y veran las fotos de la visita que tuve la oportunidad

Gracias
dianatg_90
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor J Julio Villarreal M » Mié Mar 07, 2012 4:01 pm

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“Notre Dame de Schauenberg”, Francia.


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“Notre Dame de Schauenberg”


Schauenberg se encuentra en Pfaffenheim, una comuna en el departamento del Alto Rhin, en la región de Alsacia.
Nuestra Señora de la Schauenberg es un lugar de peregrinación desde 1446 como resultado de la curación milagrosa de la esposa del Luis I, el Pacífico. Ella veneraba a una estatua de la Virgen y el Niño, y en un sueño Dios le pide que la lleve a Schauenberg para obtener su curación. Un mensajero llevó allí la estatua, un ermitaño la recibió y oró por la curación de la enferma y ella a sanó. El lugar se vendió durante la Revolución Francesa. Después de la tormenta, cuatro familias compraron todo con el fin de rehacer la peregrinación. Se necesitaron 20 años para reparar los lugares que habían sido saqueados.

Los orígenes de Pfaffenheim probablemente están relacionados con la presencia de los celtas en la región. La historia del lugar puede ser comprendido por la etimología de su nombre del alemán Pfaffen, sacerdote, y Heim, hogar. Lo que de hecho sería originalmente la residencia del sacerdote, que bien puede ser un druida, si nos basamos en la presencia del dolmen que se encuentra en la cima de la montaña que domina el pueblo Schauenberg.

Llamado la mesa de los druidas, este dolmen es natural en un primer momento, después los hombres han puesto una segunda plataforma de piedra más pequeña sobre la tabla original para aumentar la energía del lugar. La mesa de los druidas está protegida por una muralla triple de energía, que podemos adivinar por la presencia de puertas delimitadas por las rocas de arenisca, este antiguo lugar de culto es muy poderoso. El camino de acceso forma un laberinto, necesario para la puesta en funcionamiento de las piedras de dolmen. Un poco antes, una suerte de meseta a la que se llega por escalones tallados en la roca, aparentemente fue donde los druidas oficiaban. Por ello no es sorprendente que este lugar sagrado ha sido reclamado por la tradición cristiana.

La leyenda comenzó alrededor del año 1400, cuando los residentes de Pfaffenheim vieron aparecer en la montaña, una misteriosa luz, que desapareció rápidamente. Luego exclamaron: “Schau an Berg!”, es decir, “mira a la montaña!”. En lugar de la aparición, un ermitaño vino a establecerse, Uldaricus, que construyó una pequeña capilla y la dedicó a su santo patrón: el obispo Ulrico de Augsburgo (890-973), primer santo católico canonizado por el Papa Juan XV. Una segunda leyenda habla de un caballero que regresaba de la tierra santa y delante de la montaña, oyó una voz misteriosa decir, “Schau an Berg”. Curioso, fue allí y descubrió una estatua de la Virgen en la tierra, rodeada por llamas. Él construyó en este lugar la primera capilla.

Luego vino el milagro que lanzó la peregrinación. Según documentos del siglo XVIII, sobre la base de registros anteriores, en 1446, la condesa de Hesse, enferma, tuvo una visión que le indicaba a Schauenberg como un lugar de curación. Ella envió un emisario, y le confíó una estatua de la Virgen venerada por ella. La condesa se curó milagrosamente y la estatua fue colocada en la capilla. La tradición nos dice que era imposible desalojarla, un signo de la voluntad de María que se venera en Schauenberg.
Schauenberg se convirtió en un lugar de peregrinación, y muchos ex-votos demuestran la persistencia de este lugar de curación (una persona de Pfaffenheim fue curada en la misma capilla en 1823), y de milagros (como el que salvó a una joven Rouffach que había sufrido una grave caída de un acantilado y no resultó herido).

En 1590, un testimonio del obispo de Estrasburgo, Jean IV de Manderscheidt Blankenheim nos dice que le robaron la primera estatua. Otra escultura fue hecha y es colocada por los franciscanos en 1695 en el altar mayor en un nicho espléndidamente niquelado. El 15 de marzo de 1912, fue robada de nuevo, pero 2 días después fue encontrada por escolares. También fue robada en 1991 La estatua de la Virgen que da origen a esta peregrinación fue robada en 1991.

Tras la afluencia de peregrinos, se tuvo que ampliar la capilla, que se hizo en 1515. Orientada norte / sur y de estilo gótico, allí se encuentra la estatua milagrosa de la Virgen. Fue entonces que se injertó la leyenda de la roca del diablo.
El demonio, para impedir la construcción del Santuario y retornar su influencia sobre el bosque y las piedras druidas, lanzó una gran piedra en el sitio para destruir el edificio. Entonces sucedió un milagro, la piedra de repente se vuelve suave cuando levantó, no pudo enviarla, y sus garras dejaron una profunda huella en la roca, que puede hoy verse en el lugar. Según otra leyenda, el diablo quiere impedir la construcción de una carretera a Schauenberg e incesantemente hace rodar rocas para impedir que los peregrinos suban a la capilla para rezar.

El nombre de Schauenberg aparece por primera vez alrededor de 1334, pero la primera mención histórica de la capilla de la Virgen data de 1441 en un estado de la diócesis de Basilea. En 1483, una capellanía fue creada por el Obispo de Basilea, reconociendo la existencia de la peregrinación.
Después de la primera capilla de Uldaricus el ermitaño, y su expansión en 1515, el flujo de peregrinos siguió en aumento, una construcción más nueva se llevó a cabo en 1685. La orientación se ha cambiado de este a oeste a norte / sur debido a la inclinación del terreno.
Los franciscanos de Rouffach terminaron la nueva capilla y fue consagrada en 1695. Durante la Revolución fue saqueada y se vende como propiedad nacional. La capilla fue cerrada en 1791 y vendida como propiedad nacional, en 1793, la estatua de la peregrinación fue trasladada a Pfaffenheim. Los nuevos dueños se la ofrecieron a la comuna en 1810, siempre que se restauren.

El regreso de la estatua se celebró en 1811. En 1870, la capilla fue dañada por los combates entre la guerrilla y el ejército alemán. Se hace una restauración completa en 1911 y nuevamente en 1966 (supresión de la tribuna y el órgano). Renovación del edificio del convento en 1964 y en 1979 casa del peregrino.

La arquitectura se caracteriza por la presencia de dos arcos, uno gótico, el otro romano. El primero se encuentra en el eje de la actual capilla orientada sur-norte. Se abre sobre el coro en el altar principal de piedra arenisca coronada por un crucifijo de madera del siglo XVIII.
En el lado derecho del segundo arco, romano de medio punto se abre en una capilla lateral. Esta área corresponde al coro de la zona oeste de la capilla original orientada al este. La puerta de este antiguo edificio está situada enfrente.


Festividad 09 de marzo.


J. J. V. M.
“Notre Dame de Schauenberg, cúbrenos ante la maldad del maligno”.
J. J. V. M.
"Qué el Espíritu Santo nos ilumine el camino y la Santísima Virgen María nos cubra y proteja con su manto".
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Re: La Santissima Virgen de Lourdes Ses. 10. Curso Santuarios M

Notapor nicole_jesus2 » Mié Mar 07, 2012 4:07 pm

¿Por qué llama el autor al principio "supuesta aparición de la Virgen" cuando es una de las 3 aprobadas completamente por la Iglesia como reales?
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mié Mar 07, 2012 11:00 pm

Lourdes y el turismo religioso

La fe mueve montañas, pero lo que seguro mueve son millones de euros o de dólares y divisas varias, en todos los rincones del Planeta bajo lo que se conoce como turismo religioso. Los desplazamientos por motivos de devoción religiosa vienen de tiempos ancestrales y se siguen practicando en todas las culturas, independientemente de los credos o las clases sociales. En muchos casos, más allá del fenómeno religioso, se trata simplemente de seguir con una tradición o aprovechar los atractivos del lugar que se visita. Millones de peregrinos realizan anualmente este tipo de viajes a lugares considerados sagrados, ya sean ríos, montañas, cuevas, lagos, santuarios, monasterios, tumbas de santos, etc. Se me ocurren una infinidad de destinos religiosos repartidos por los cinco continentes, por poner algunos ejemplos: La ciudad del Vaticano, la Kaaba en la Meca, el Muro de los Lamentos en Jerusalén o la misma ciudad de Jerusalén que junto con Belén y Nazareth forman los principales escenarios de Tierra Santa, el río Ganges y Benarés en India y tantísimos más que podrían llenar páginas y páginas.

En la mayoría de destinos se ha desarrollado una potente industria turística que gira alrededor de este fenómeno religioso dejando suculentos beneficios.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Anahir » Mié Mar 07, 2012 11:24 pm

Notre Dame de Boulogne o del Grand Retour. Francia. (10 de Julio)

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Su origen se remonta al siglo VII. Por el año 636, en tiempos del rey Dagoberto, San Omer era obispo de esta región.
Un día, al caer la tarde, los habitantes de Boulogne-sur- Mer, en el extremo norte de Francia, estaban reunidos en una capilla cubierta de juncos y ramas, situada en la parte alta de la ciudad, cuando la Madre de Dios apareció y le dijo a los fieles que se dirigieran hacia la ribera donde les esperaba una visita maravillosa. Ellos fueron hacia el lugar señalado y ahí encontraron una barca sin velas, ni remos, ni mástiles, y sin marineros que la pudiesen haber traído, sobre la cual esta posada una piadosa imagen de la Virgen hecha en madera, aproximadamente de un metro de altura con el Niño Jesús el cual sostenía con el brazo izquierdo. Ambos destellaban una luz extraordinaria con una impresión de calma, de paz, y de felicidad.
La devoción que surgió alrededor de esta imagen fue transformando poco a poco aquel lugar en un centro de peregrinación. A él concurrían personajes como San Luis IX, rey de Francia, o San Bernardo de Claraval. En el S. XIII era un lugar de peregrinación del tamaño actual de Lourdes.
Por el año de 1.100, Santa Ilda, Condesa de Boulogne, empezó la construcción de un santuario que sólo fue concluido unos 200 años más tarde.
A partir de los siglos XII y XII, los peregrinos afluyen a Boulogne que se convierte en una etapa en el camino hacia Santiago de Compostela. En Boulogne se detienen cuando vienen de Inglaterra o de Bélgica, o cuando suben de España o de Italia. Hay numerosos testimonios del paso de célebres peregrinos: Lanfranc, arzobispo de Canterbury, San Bernardo, que vino del Medio Oriente, hacia 1050, el obispo de Antioquia y el del Monte Sinaí. Luego en el siglo XIII el rey Felipe Agusto, San Luis, Enrique III de Inglaterra, Francisco I y muchas curaciones se dieron por intermedio de Nuestra Señora de Boulogne.
Luego en 1553, el emperador Carlos V manda arrasar Thérouanne, a 20 km. de Boulogne, donde estaba el obispo de la región. El obispo viene a residir a Boulogne y la iglesia se convierte en catedral (sede de un obispo). Pero el siglo XVI es el siglo de las guerras de religión. En Boulogne, los Hugonotes se ensañan contra la catedral, quiebran los vitrales, queman los enmaderados y sobre todo tratan, en vano, de romper y de quemar la Imagen. Esta es finalmente lanzada entre un montón de estiércol y luego en un pozo. La esposa de Huguenot, que era muy piadosa, la saca secretamente del pozo y la esconde en su desván donde permanecerá más de 30 años antes de volver a la catedral. Estaba en muy mal estado, pero en seguida comienzan los milagros y prueba su autenticidad. En 1630, Monseñor Le Bouthiller reconstruye la catedral.
La catedral pasa por diversas vicisitudes hasta que durante la revolución francesa (1789), iglesias y conventos fueron declarados propiedades del Estado. El mobiliario fue vendido y destruido. La estatua fue quemada en 1793. La mano derecha, que se había desprendido antes, es el único vestigio de la estatua original. (se conserva un trocito en un relicario bajo el domo). La catedral sirvió de arsenal, de depósito, y después fué vendida a traficantes extranjeros en la ciudad, demolida y vendida piedra tras piedra.
A partir de 1820, el abad benedictino Haffreingue consagra su vida a la reconstrucción de la catedral, de la cual él mismo será el arquitecto, inspirándose en la Catedral de San Pablo de Londres y en las grandes basílicas romanas. Agathon Haffreingue, Benedictino, profesor en una escuela cerca de la Catedral, pasando por sus muros en ruinas, siente como una llamada a reunirse con ellos. Con el dinero donado por su familia, compró la tierra y los escombros de la catedral y construyó una pequeña capilla para su Colegio. Un generoso donante da una suma de 48.000 Francos, doblándolos unos pocos meses más tarde. A partir de este momento, la opinión pública se moviliza y los fondos procedentes de toda Francia e incluso Inglaterra comienzan a llegar. Las Peregrinaciones se reanudan. Las donaciones fluyen. El emperador Napoleon III donó 1000F. Una dama inglesa donó el altar de la capilla axial. La donación más notable es el altar mayor, una ofrenda Real de la Princesa Torlonia, con 147 diferentes tipos de mármol de todo el mundo. El costo, en 1860, era de medio millón de francos y los artistas trabajaron por más de 10 años. Su plantel de construcción emplea a 160 obreros a cuyos trabajos él se unía con el mayor gusto. Quería que la pudieran ver desde Inglaterra y que fuese como una oración permanente elevada hacia el cielo. En el exterior de la catedral, delante del atrio, se puede leer bajo el portal central “A domino factum est”: esta es la obra del Señor.

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La capilla axial es la 1ª que el padre Haffreingue construyó. Al fondo, Nuestra Señora, coronada, de pie en el barco, rodeada por 2 ángeles. Estos ángeles acompañan a la Imagen a su llegada a puerto. Los vitrales: a la izquierda, San Luis de rodillas en frente de Nuestra Señora, en el otro lado, Santa Ide y sus 3 hijos: Eustaquio III, Godefroy de Bouillon y Balduino de Jerusalén. La nave consta de 6 tramos, terminados en cúpulas, decoradas con frescos. En 1921, la nave se derrumbó y fue reconstruida, pero los frescos no fueron repintados. El mausoleo del obispo Haffreingue es el trabajo de un escultor regional, el señor Duthoit. El púlpito de roble tallado proviene de un convento de la parte baja de la ciudad. Fue donado por el Sr. Bouthors que lo compró durante la revolución.

Cinco años de misión popular
En 1938 se celebró en la ciudad un congreso mariano durante el cual Francia fue consagrada solemnemente al Corazón Inmaculado de María. En 1942, el Papa Pío XII consagró a Él la humanidad entera. Seguidamente, las autoridades eclesiásticas francesas renovaron la consagración de Francia, anteriormente realizada.
Tras el rastro de esas gracias, cuatro copias de la imagen de Boulogne-sur- Mer salieron de peregrinación por el país, en 1943, recorriendo durante cinco años todas las direcciones de la tierra de San Luis y avivando un movimiento de oraciones, de penitencia y de encendido fervor que sólo pudo haber sido inspirado por el Espíritu Santo.
Ese movimiento fue denominado Grand Retour , debido a sus objetivos inmediatos: obtener de la Medianera de todas las Gracias el retorno de los casi un millón de soldados franceses que continuaban como prisioneros de guerra, el retorno de la paz, el retorno de la libertad y, lo que más importaba, el retorno de la Fe. El sufrimiento hacía que las almas se volvieran hacia Dios, a la búsqueda de auxilio y consuelo.
Lo que en realidad se hizo fue una fervorosa y conmovedora misión popular de cinco años. Las cuatro imágenes recorrieron un total de 120 mil kilómetros, visitaron 16 mil parroquias de 88 diócesis francesas. Fueron años de extraordinarias manifestaciones de entusiasmo y de piedad mariana. En cualquier sitio a donde llegaba una de las imágenes, era acogida por una vibrante muchedumbre de Fe y devoción.
Y cuando salía dejaba como fruto de su paso conversiones, milagros y una alegría rebosante y generalizada.
El lema del “GRAN RETORNO”, de 1943 a 1948, fue la “RECONCILIACION ENTRE LOS PUEBLOS”.
Recordemos que en 1943 la tierra padecía las horribles consecuencias de la guerra mundial.
En Francia, invadida y humillada, miles de familias sufrían la angustia de tener algún pariente muerto, prisionero o desaparecido. Cabizbajos, los franceses veían a las tropas extranjeras marchar ufanas en medio de sus ciudades semidestruidas por los bombardeos enemigos. Aflicción y amargura imperaba en los espíritus.
Sin embargo, en medio de tanta desolación, surgió de improviso en el horizonte un luminoso rastro de esperanza. Una tras otra, varias ciudades comenzaron a engalanarse como para una gran fiesta: en las casas, cuelgaban de las ventanas tapices y arreglos florales de variados colores. Graciosas guirnaldas sostenidas por postes se levantan en las calles, sin hablar de las innumerables banderas blancas y azules que ondeaban, casi al ritmo de la música ejecutada por la banda local. Las costureras preparaban apresuradamente los últimos detalles de la ropa de ceremonias de los niños. En estos preparativos generales, ni los hombres se quedaban al margen: se ponían de acuerdo entre ellos para ir al bosque a traían pintorescos arbustos para adornar las esquinas de las calles.
Regocijo y expectativa reinaban en muchas ciudades francesas, presagiando algo grandioso… Pero, no nos olvidemos que esto pasa durante las tragedias de la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué es lo que habrá hecho que las personas olviden por unos momentos sus dolores? ¿Quién será objeto de tanto homenaje?
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Una celestial visitante
“¡Ella ya está llegando…! ¡Allí está!” —son los gritos que anunciaban el gran acontecimiento. Un aparatoso cortejo entró por las puertas de la ciudad.
Los fieles entonaban algunos cánticos a pleno pulmón. Todas las miradas se volvían hacia unas andas que se aproximaban… Por su formato, se parecía más a una barca. Una pequeñita barca sobre una carreta tirada por caballos adornados con cintas multicolores.
Sobre esta singular embarcación, que parecía navegar sobre el pavimento de las calles, se avistaba una sencilla, aunque conmovedora imagen de la Santísima Virgen. Tras haber recorrido el pueblo, fué recibida con grandes celebraciones en la iglesia parroquial, donde permaneció durante toda la noche en vigilia con los feligreses.
¿Qué Virgen es ésa? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué atrae tanto en torno suyo a las multitudes?
Es Nuestra Señora de Boulogne!!!!

Curaciones físicas y espirituales
Innumerables hechos marcaron esos cinco años de peregrinaciones.
Se cuenta, por ejemplo, que una niña, arrodillada y con los brazos abiertos en cruz, rezaba durante un largo tiempo ante la maternal imagen.
¿Qué era lo que tanto suplicaba?
Deseaba ardientemente volver a ver a su querido padre, que hacía varios años había ido a la guerra y nunca supo más de él. Y fue atendida: al llegar a su casa, allí estaba él recibiéndola cariñosamente.

Narran también el caso de un herrero que golpeaba vigorosamente su yunque durante la procesión con el objetivo de boicotear esa “estupidez”.
Bastó con que las andas de la Virgen se detuviera unos instantes delante de su casa para que, arrepentido, se uniese a la romería…

Asimismo, notaron que una persona que acompañaba el cortejo iba de mala gana. Malhumorado, con los puños cerrados, como si estuviera bajo el efecto de una misteriosa acción, decía para consigo mismo: “¡Esta Virgen es arrebatadora!¡Es arrebatadora!”
Y cuando la procesión llegó a la iglesia, se dirigió inmediatamente al confesionario.

También hubo curaciones físicas, pero eran superadas por las espirituales.

Por donde pasaba una imagen, las iglesias quedaban repletas; muchos acudían al sacramento de la Penitencia y regresaban a la práctica de la Religión, abandonada durante años. Un párroco relató que, antes de esa gracia, no veía a ningún hombre rezando en su iglesia; después de la peregrinación, afluían cuantiosamente.

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Nuestra Señora del “Grand Retour”
A raíz de esas gracias, Notre Dame de Boulogne pasó a ser conocida como Nuestra Señora del Grand Retour.
Y la renovación espiritual que Francia experimentó en aquellos cinco años, demostró muy bien cómo María jamás se olvida de nadie, velando por cada uno como si fuese su único hijo. Con su Sapiencial e Inmaculado Corazón latiendo de ansiedad y santa prisa, Ella aguarda nuestro retorno a la casa paterna para acogernos, purificarnos y llenarnos de dones.
A la Virgen Santísima bien pueden ser aplicadas estas palabras del libro de la Sabiduría: “La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan.
Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta”.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor anacerini » Jue Mar 08, 2012 10:01 am

Compañeros de viaje con María:
me emocionan todas las advocaciones marianas y sus apariciones y presentaciones a los elegidos, son verdaderamente maravillosas y muy tocantes. Pero siento una devoción especial por la Virgen de Lourdes. No olvidemos que me llamo Ana de Lourdes, por una promesa hecha por mi abuela a la Virgen Sma. Gracias a ella, la que era protestante(mi abuela) se convirtió católica y devota hasta el ultimo momento de vida aqui.Evidentemente la Virgen le concedió mil gracias en sus hijos y por ello mi nombre. La amo a María de Lourdes.
Mi hija menor tambien lleva su nombre: Ma. Florencia de Lourdes.La llena de gracia comparte con nosotros su amor por su hijo.Gracias a Dios, en estos tiempos tan compplejos y dificiles,la Virgen habla y llama a la conversión. Me pareec que la enividad ahora a abrir grandemente los caminos por los que tranasita Jesus, en cada corazón, los inicia María,por gracia de Dios. es la mujer del Apocalipsis, que enfrenta al demonio y termina pisandolo.
Me ha llenado el alma este periplo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! El Señor los colme de bendiciones por la excelente idea instrumentada.
Con todo cariño Ana Cerini
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Jue Mar 08, 2012 10:39 am

Nuestra Señora de Walsingham

La Capilla de Nuestra Señora de Walsingham, le es llamada la Capilla de la Nazaret de Inglaterra.

El Santuario de Nuestra Señora de Walsingham es de origen medieval, 1997 marca el centenario del retorno de la devoción en ese conocido centro mariano de Walsingham, en Norkfolk, Inglaterra.

El “Nazaret de Inglaterra” es un lugar santo que goza de gran estima entre los cristianos del país.

Historia.- Una viuda de la nobleza, es quien construyó el Santuario. Un manuscrito del siglo XV relata “la balada de Walsingham” y explica cómo la noble viuda deseaba honrar a Nuestra Señora: María le respondió pidiéndole que construyera una Capilla y la condujo “en espíritu” a Nazaret para mostrarle el lugar donde el Arcángel Gabriel la había saludado y después la hizo que tomara las medidas de la casa para que pudiera reproducirlas en Walsingham. La Virgen María le explica también que en ese lugar el pueblo celebraría la Anunciación, fuente de la Redención de la humanidad y que ella encontraría ayuda para todo lo que necesitaría. Tres veces Lady Richedis tuvo tal visión y escuchó esta petición. Confirmó su deseo de hacerle construir una Capilla. Las dimensiones de la construcción no le parecían claras ni a ella ni a los constructores. Viendo que estos no avanzaban en los trabajos, Lady Richedis pasó la noche en oración.
Sus súplicas recibieron una respuesta, Nuestra Señora hizo que los ángeles terminaran la construcción en el lugar que ella quería.

A través de los años, varios milagros fueron atribuidos a Virgen de Walsingham, incluido el que salva al rey Eduardo I de la caída de una pared de cemento.

En el siglo XIV, la Casa milagrosa de Norfolk fue sustituida por la Casa Santa de Loreto, en Italia, cerca de Ancona. La casa natal de la Virgen en Nazaret habría sido transportada por los ángeles de Palestina a Fiume, antes en Yugoslavia. Como no conseguían atraer atención y veneración, los ángeles la transportaron sin éxito a otros dos lugares, cerca de Recanati, en Italia. Finalmente, en 1295, la Casa Santa de María fue llevada a Loreto, cerca del Mar Adriático.
Finalmente, la Basílica de Walsingham fue erigida entre el siglo XV y XVI. Cuando la revuelta protestante se amplificó, el fervor y la devoción a María bajó en Inglaterra. Hasta ese momento Walsingham había sido un lugar de peregrinación popular.

En 1534, el prior y los canónigos de Walsingham firmaron el Acta de Supremacía convirtiéndose así en los primeros a someterse bajo la autoridad de Enrique VIII. El Santuario se deteriora por el tiempo y su gloria de antaño fue completamente olvidada.

En el siglo XIX, la devoción a Nuestra Señora de Walsingham vuelve a renacer. Ya que una rica señora inglesa, Charlotte Boyd, comienza la restauración del Santuario de la misma manera que antes. Para los peregrinos que viajan de Londres a Walsingham la última estación es una Capilla situada aproximadamente a una milla y conocida como la Slipper Chapel Capilla de la pantufla, ya que los peregrinos se quitaban los zapatos antes de caminar la última milla, y llegaban al santuario descalzos.

El pequeño edificio del siglo XIV servía de establo a los animales antes que lo restauraran. La señora se convirtió al catolicismo y hacia 1890 compra la Capilla y la regala a la Abadía de Downside.

La Cofradía Nuestra Señora de la Redención tomó a su cargo la restauración de una escultura esculpida de la Virgen con el Niño y fue colocada en su lugar de honor. Esta se encuentra hoy en King’s Lynn.

El 20 de agosto de 1897, una procesión de peregrinos, que va de King’s Lynn a la “capilla de la pantufla” marca el regreso de la devoción pública en Nuestra Señora de Walsingham. Durante más de una generación la Iglesia Católica muestra poco entusiasmo por el Santuario. Durante el siglo XIX muchos católicos de Inglaterra y de Irlanda no apoyaban las tentativas del Cardenal Manning y de otros para promover las devociones públicas, procesiones, etc. Los fieles estaban acostumbrados a ser más reservados en la manifestación de la oración y consideraban tales prácticas como importaciones extranjeras.

Un Santuario Mariano con vocación ecuménica.-
La amplitud del proyecto anglicano suscita un despertar de los Católicos y estos multiplican sus esfuerzos para animar la devoción a Nuestra Señora de la Pantufla. Actualmente el Santuario Católico se ha desarrollado mucho, después de la construcción de la Capilla de la Reconciliación.

Hoy los dos Santuarios con sus hoteles respectivos son muy populares y muy frecuentados.

Antes, anglicanos y católicos no reconocían públicamente su existencia respectiva en Walsingham. Las señales de la vieja ciudad indicaban “Santuario de Nuestra Señora de Walsingham". en una dirección y “Santuario de la Redención”, en otra.

Hace quince años, cuando S.S.el Papa Juan Pablo II visitó Inglaterra, celebró la Misa en una Iglesia de Wembley donde un cuadro de la Virgen Walsingham estaba sobre el altar. El cuadro fue colocado por el director del Santuario católico y la administración del Santuario anglicano. Después de eso, anglicanos y católicos se reconocieron recíprocamente en sus publicaciones y en sus actividades.

Las relaciones ecuménicas, debido un poco a motivos de celos, fueron algo tensos durante un momento , pero ahora se vive un periodo de calma. Algunos católicos ingleses constatan una dificultad en lo que concierne a la doctrina y a la devoción marianas. Hoy, la Iglesia católica tiene una generación de sacerdotes y de profesores que ha recibido poca formación en mariología y practica sólo una devoción simbólica a Nuestra Señora, sin embargo, se espera que los profesores y sacerdotes yendo a Walsingham o a otros sitios marianos puedan hablar con fervor a los fieles cuyo corazón desborda de fe y de amor por la Madre de Dios.

Numerosas celebraciones han tenido lugar en el Santuario de Walsingham. Un nuevo vitral sobre la Anunciación, realizado por Alfred Fisher, ha sigo agregado en la “Capilla de las Pantuflas” . Otro ofrecido por la Cofradía de Nuestra Señora de la Redención.

Nuestra Señora del Mar, “Stella Maris

Para marcar esas donaciones impotartes, un año de liturgias especiales, conciertos, espectáculos fue inaugurado, algunos de tema mariano. Nuestra Señora de Walsingham es conocida bajo el nombre de “Virgen del Mar”. Una leyenda medieval cuenta que ella socorre a los marinos en peligro. La hostelería de los peregrinos anglicanos lleva el nombre de “Stella Maris”, Estrella del mar. Es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen.

Walsingham que está a algunas millas de la costa de Norkfolk, es un lugar de oración y de sanaciones, representa la salvación ante las tempestades y naufragios, y ofrece las aguas calmas de un puerto tranquilo frente a todas las pruebas.

Podríamos de nuevo hablar de Inglaterra de "Ours Lady’s Dowry", como herencia de Nuestra Señora.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor BlancaElena » Jue Mar 08, 2012 11:39 am

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Nuestra Señora de Knock, Reina de Irlanda: Tú diste esperanza a tu pueblo en un momento de aflicción y le consolaste en su tristeza. Tú has inspirado a innumerables peregrinos a rezar con confianza a tu Hijo, recordando su promesa: Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis

Ayúdame a recordar que todos somos peregrinos en el camino del Cielo.

Lléname de amor e interés hacia mis hermanos en Cristo, especialmente por aquellos que viven conmigo.
Confórtame cuando estoy enfermo, solo o deprimido.
Enséñame a participar con más reverencia en la Santa Misa.
Ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. Amén.
Nuestra Señora de Knock, ruega por nosotros“

Esta oración, dedicada a la Virgen María, en su advocación puramente irlandesa, de Knock, demanda a la Madre de Dios bienes espirituales y también bienes físicos (porque por eso los seres humanos estamos compuesto de cuerpo y alma)

Era el 21 de agosto de 1879 cuando María se apareció a un grupo de personas que acudieron cuando dos mujeres dijeron haber visto a la Virgen María. Llovía, pero aquellas 15 personas no dejaron de contemplar la escena que estaban viendo sus asombrados ojos de creyentes.


Como suele ser habitual, la Virgen María suele dirigirse a personas humildes o que están pasando por problemas de cualquiera tipo. Por eso escogió aquel rincón de Irlanda, pobre y sacudido por el hambre. Supuso, desde entonces, un toque de esperanza, consuelo y fortaleza en su maltrecha situación. Pero, a lo mejor, también fue por otra razón añadida que luego apuntaremos.

La Virgen María, como estamos pudiendo ver en esta serie sobre diversas advocaciones de las muchas que en el mundo son, se dirige a sus hijos a través de mensajes. Sin embargo, en este caso particular no se trata de un mensaje, digamos, de voz, sino de la aparición de una serie de símbolos de honda raíz cristiana apocalíptica los que determinan el resultado de la aparición acaecida aquel día en Irlanda.

Se aparecieron, junto a María, San José y San Juan Evangelista. Además apareció, también, un altar grande y sencillo sobre el que se podía ver el Cordero y tras el Cordero se erguía una gran cruz. Además, también acompañaban un grupo de ángeles.

Así, el Cordero representa a Jesús mientras que la Cruz es el lugar donde se sacrificó al Cordero. Por otra parte, el altar de la Santa Misa es el lugar donde el sacrificio se hace presente.

Por otra parte, María aparece junto a José, su esposo de la tierra y a Juan, su, digamos, el hijo que le dio por tal Jesús en la Cruz.

Sobre la interpretación de aparición tan extraña en la que no se pronunció palabra alguna y bastó con la simbología, dice Francisco Aguilar en su Blog “In Nomine Patris Et Filii et Spiritus Sancti” algo que no me resisto a ponerlo en conocimiento de quien no lo sepa:

“’Mira que estoy a la puerta y llamo’ (Ap 3,20). Tal vez no todos saben que el verbo en inglés ‘to knock’ significa ‘llamar’. ‘Si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo’, escribe San Juan en el Apocalipsis (Ap 3,20). Esto nos dice la Escritura, y esto nos sugiere también la lectura de los tiempos que estamos viviendo. Jesucristo llama a la puerta de nuestro corazón, llama al umbral de nuestra vida, y espera que lo dejemos entrar para poder cumplir sus promesas.

La llamada de la aparición de Knock es elocuente: los tiempos están maduros, la Madre nos invita a unirnos a su obra de corredención. Dejémosle a San Juan mostrarnos el libro que nos indica qué hacer para participar en la victoria final sobre el Dragón. Apresurémonos, y no dejemos escapar la ocasión de estar entre los que ‘le han vencido por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio y menospreciaron su vida hasta morir’ (Ap 12,11).”

Por otra parte, cuando se cumplían cien años de la aparición de María en Irlanda, Juan Pablo II Magno visitó aquella tierra y en la homilía de la Santa Misa celebrada en el Santuario Mariano de Knock (30 de septiembre de 1979) dijo que:

“Desde hace ahora un siglo habéis santificado este lugar de peregrinación con vuestras oraciones, sacrificios y penitencia. Todos cuantos han venido aquí han recibido bendiciones por intercesión de María. Desde aquel día de gracia del 21 de agosto de 1879 hasta hoy, enfermos y atribulados, minusválidos del cuerpo y de la mente, personas de fe atormentada o de conciencia turbada, todos han recibido remedio, consuelo y fuerza en la fe, porque han confiado en que la Madre de Dios los llevaría a su Hijo Jesús. Cada vez que un peregrino llega a lo que un día fue oscuro pueblo pantanoso del Condado de Mayo; cada vez que un hombre, mujer o niño vienen a la vieja iglesia que tiene el muro de la Aparición o al nuevo santuario de María Reina de Irlanda, llegan para renovar la fe en la salvación traída por Jesús que nos hizo hijos de Dios y herederos del reino de los cielos. Al entregaros a María recibís a Cristo. En María ‘el Verbo se hizo carne’; en Ella el Hijo de Dios se hizo hombre para que cada uno de nosotros sepa cuán grande es la dignidad humana. Al encontrarnos en este lugar santo, miramos a la Madre de Dios y decimos “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre“.

Nuestra Señora de Knock, Señora del silencio elocuente, ruega por nosotros
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor jaimealonso » Jue Mar 08, 2012 11:44 am

ESTRECHA RELACIÓN DE LA VIRGEN DE DON BOSCO (MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS) Y LAS APARICIONES DE LOURDES A BERNARDETTE DE SOUBIROUS
(Páginas tomadas del gran periodista y ensayista Vittorio Messori en su libro: HIPÓTESIS SOBRE MARÍA. Hechos, indicios y enigmas, Edit. Libros libres, Madrid, 2007; págs.. 286-293)

Ya envié en otra ocasión una curiosa aportación. Se trataba del célebre sueño de don Bosco sobre la Iglesia: el sueño de las dos columnas, al que alude aquí también Vittorio Messori hacia el final del artículo. Creo que puede ser muy interesante conocer esta estrecha relación que señala Vittorio Messori entre la advocación mariana de Lourdes y la advocación de María Auxiliadora. Ciertamente, las cosas no suceden “porque sí”, ni aisladas las unas de las otras. La conexión es la alucinante historia de salvación que nuestro Dios y Señor concibió para salvar a la humanidad caída y elevarnos a la categoría de “hijos de Dios”, haciéndonos hijos suyos muy queridos.

CAPÍTULO XXX
(…)
A propósito de documentos que se refieren precisamente a Lourdes: quisiera hablar ahora de uno que no es inaccesible pero que seguro que es conocido por po¬cos, por lo menos fuera del ambiente salesiano. En efecto, estoy pensando en don Juan Bosco.
Todos saben que la vida de este gran santo sería impensable sin una presencia mariana que fue, para él, mucho más que una devoción; fue una experiencia concreta, cotidiana. Pero de momento no queremos adentrarnos demasiado, puesto que nos proponemos dedicar todo el capítulo siguiente a este tema. Por ahora, es suficiente recordar que, antes de convertirse en apóstol de la devoción a la Virgen, que quiso invocada, sobre todo, como Auxilium christianorum (en medio está Lepanto, cuyo nombre se encuentra en la fachada de la basílica de Valdocco), don Bosco fue partidario tenacísimo de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, llegando a ofrecer su vida para que se llegara a su definición. Quizás, las últimas dudas de Pío IX, que tanto lo estimaba, fueron superadas precisamente por sus exhortaciones a concluir, finalmente, un itinerario milenario.
En lo que se refiere a Lourdes, hay que sorprenderse: según las larguísimas Memorie Biografiche escritas por su secretario Giovanni Battista Lemoyne, y aún hoy consideradas como la mayor fuente histórica sobre su vida, ya la novena de la Inmaculada de 1858 tuvo como tema de la predicación a sus jóvenes, esas apariciones, la última de las cuales se había verificado a mitad del mes de julio precedente. Si las cosas son así (y no hay por qué dudarlo), es bastante probable que el instituto de Valdocco haya sido el primer lugar, y no sólo de Italia, donde se inició el culto a Nuestra Señora de Lourdes.
El santo le dedicará a Ella, a lo largo de los años, muchos opúsculos, muchos artículos e infinitas homilías y «pensamientos de buenas noches». En cuanto al documento que decíamos y que está en el antepenúltimo volumen, el diecisiete, de las Memorie Biografiche, lo veremos en las páginas siguientes.


CAPÍTULO XXXI
LA «SOCIA» DE DON BOSCO
Al final del capítulo precedente hablábamos de un episodio singular, práctica¬mente desconocido, que implicó a grandes nombres de la aristocracia inglesa y que une aún más a san Juan Bosco con Lourdes. Si escribimos «aún más» es por¬que, como hemos visto, según las Memorie biogmfiche de don J. B. Leymone, des¬de la novena de la Inmaculada de 1858, en Valdocco, la predicación del santo tu¬vo como objeto las apariciones a la «piadosa Bernardetta», como la llamaba. Precocidad realmente extraordinaria del culto, puesto que sólo en 1862 se tuvo el reconocimiento de la Iglesia de la verdad de Massabielle. Pero así ocurrió también en 1846, cuando los acontecimientos de La Salette habían encontrado inmedia¬tamente eco en la catequesis del entonces poco más que treintañero sacerdote de Castelnuovo.
Además, el ambiente católico de Turín era especialmente receptivo a lo que ocurría en la Francia vecina. Por ejemplo, considerando Lourdes y el «giro» de don Bosco éste pudo permanecer en la capital de los Saboya (en lugar de ser rele¬gado como vicepárroco a un pueblecillo de la diócesis subalpina, donde ya estaba destinado) gracias a la intervención de su extraordinario director espiritual, don (Giuseppe Cafasso. Aquel santo, para el joven sacerdote del que había intuido sus capacidades y su extraordinario temple espiritual, obtuvo un puesto de capellán en una de las instituciones recién fundadas, precisamente en Valdocco, por la gran fi¬gura que, en algún tiempo podremos, parece, ver finalmente en los altares: Juliette de Colbert, aristocrática vandeana, esposa del hombre más rico del reino de Cer¬ina, el marqués Cario Tancredo Falletti di Barolo.
Al no tener hijos, la pareja, religiosísima, invirtió gran parte de sus riquezas en una serie impresionante de obras benéficas o sociales como, por ejemplo, el nuevo cementerio de Turín para cuya construcción el Ayuntamiento no tenía dinero.
Entre las obras del matrimonio Barolo está la construcción de la gran y hermosa iglesia parroquial para el nuevo barrio turinés de Vanchiglia que se estaba construyendo con un proyecto de Alessandro Antonelli, el de la Mole.
El templo de Vanchiglia se dedicó, por voluntad unánime, a santa Julia, en ho¬nor de la benéfica marquesa. Pues bien, en la capilla que se abre al lado del altar mayor, todavía se honra una copia de la famosa estatua de la Inmaculada que está en la gruta de los Pirineos. Según la Tradición, confirmada por los documentos, ésta es la primera imagen de Nuestra Señora de Lourdes llegada a Italia y expuesta en una iglesia a la veneración de los fieles.
Un primado al que los turineses añadieron un privilegio considerable: en 1958, durante los grandes trabajos para el centenario de las apariciones, tuvo lugar la liberación de la gruta de Massabielle de todo elemento ajeno, para devolverla en la medida de lo posible a su aspecto primitivo. Entre las cosas que se quitaron estaba la gran valla de hierro construida por artesanos locales poco después del comienzo de las peregrinaciones y que cerraba el acceso al interior de la gruta. A aquellas rejas se habían agarrado, durante muchas décadas, millones de manos imploran¬tes. Ese metal había sido testigo mudo de manifestaciones imponentes de fe y también de prodigios.
Pues bien, el obispo del centenario, monseñor Pierre Marie Théas, impresio¬nado por la grandiosidad y el fervor de las peregrinaciones anuales de los trabaja¬dores de Fiat, decidió regalarle, precisamente a Turín, esa reliquia tan significativa y ambicionada por todas las diócesis del mundo. Desde 1960, la valla rodea a una estatua de la Inmaculada fundida expresamente, expuesta en la plaza de la antigua iglesia de Santa María del Monte que domina el Po y que los turineses llaman «Monte de los Capuchinos».

Volviendo a don Bosco: referimos, como hemos preanunciado, el episodio a él dedicado y que está en el capítulo antepenúltimo de las Memorie biografiche, continuadas por otro salesiano, don Eugenio Ceria, tras la muerte de Giovanni Battista Lemoyne.
El hecho lo relató el padre Cyril Martindale que, hijo de un ilustre lord in¬glés, se convirtió al catolicismo y se hizo jesuita. La familia Martindale estaba unida por parentesco con la familia del duque de Norfolk, una de las más anti¬guas e ilustres de Inglaterra y que fue siempre católica, pese a las amenazas y las violencias de la dinastía anglicana a lo largo de los siglos. Henry, decimoquinto duque de aquella casa, se casó en 1877 con lady Flora, baronesa de Donnington: tuvieron un solo hijo, pero nacido con una gran malformación y, desgraciadamente, también completamente ciego. Para obtener la gracia de una curación o, por lo menos, de la resignación, el ilustre matrimonio fue en varias ocasiones a Valdocco, para ver a ese don Bosco que admiraban y del que eran generosos be-nefactores. Todo el catolicismo inglés estaba ansioso: si el único hijo del duque de Norfolk —gran protector de la Iglesia romana del reino anglicano— faltara y si el duque no tuviera otros herederos, tanto las riquezas como los títulos pasa¬ rían a una rama protestante, hostil hacia los despreciados «personas que obedecen al Papa».
El padre Martindale testificó, según las Memorie biographiche, que referimos aquí: «La duquesa de Newcastle, gran dama inglesa, pariente de mis padres e ín¬tima de la duquesa de Norfolk, fue a Lourdes en 1877 para implorar, ella tam¬bién, la curación de ese único hijo, tan desgraciado, de su amiga. Mujer nada fácil a las emociones ni dotada de fervorosa fantasía, allí le ocurrió un fenómeno que le hizo temer estar alucinando. Mientras rezaba en la gruta, le pareció oír una voz que le decía: "¡Reza por la madre, no reces por el hijo!". Se dio la vuelta, pero no vio a nadie. Pocos instantes después se le repitieron internamente esas mismas pa¬labras, de forma que quedó un poco impresionada y la impresión la acompañó hasta Turín, a donde fue para visitar a don Bosco».
Sigue el padre Martindale: «Llegada a la ciudad italiana, la duquesa de Newcastle obtuvo audiencia del santo. A su entrada en la habitación donde tra¬bajaba y recibía, el sacerdote escribía y siguió haciéndolo, sin atender a la visitan¬te, que no sabía explicarse semejante actitud en un hombre de Dios, tan estimado también por su exquisita cortesía hacia cualquiera que se acercara a él. Al final, don Bosco, dejando con calma la pluma, se dirigió a la noble y le dijo ex abrupto, pero en tono comedido: "Rece por la madre, no rece por el hijo". ¡Como en Lourdes! Asombrada y preocupada, la señora rezó en la iglesia adyacente de María Auxiliadora, como se le había aconsejado. Volvió a Londres y cuatro días después murió su amiga, la duquesa de Norfolk».
Como garantía de la veracidad del episodio, el padre Martindale se presentaba sencillamente a sí mismo y a su vocación. En efecto, el caso de los Norfolk fue, evidentemente, conocido y comentado en el ambiente aristocrático inglés y llegó a los oídos de la familia, anglicana, de lord Martindale. El joven Cyril quedó muy impresionado, hasta el punto de que ahí comenzó el esfuerzo que lo indujo a dejar la comunidad de Inglaterra y a hacerse, no sólo católico, sino también a entrar en la Compañía de Jesús. En ella, se encontró entre los miembros más activos y presti¬giosos, además de ser un religioso de obediencia impecable a la Regla.
Hay que estar agradecidos al padre Martindale por habernos conservado la memoria de un hecho que se presenta como mucho más que una anécdota edifi¬cante. En efecto, es como emerger de un misterio de «correspondencia» entre el Santo de los jóvenes y la Virgen que se apareció a la joven Bernadette; entre el santuario pirenaico y el subalpino de Valdocco. Una correspondencia que, lo sa-bemos, parece instaurarse inmediatamente: hemos visto cómo don Bosco no dudó en reconocer la verdad de Lourdes, hasta el punto de proponérsela a sus mucha¬chos poco más de cuatro meses tras el fin de las apariciones. Lo que hace que Valdocco haya sido ciertamente uno de los primeros lugares no sólo en Italia, sino en el mundo, donde, precediendo incluso al juicio de la Iglesia, se inició inmediata¬mente el culto de la Inmaculada «según Bernadette».

En todo caso, episodios como el «inglés» confirman lo que escribió su biógrafo, don Lemoyne: «Entre la Virgen y don Bosco había ciertamente un pacto...». Un «pacto» que (según el mismo interesado) lo llevó a ser instrumento de impulso de una devoción que se hizo, también, piedra y mármol.
«En efecto, el gran templo dedicado a María Auxiliadora y que se erige con sus cúpulas en las bajuras malsanas y mal afamadas de Valdocco no está ahí casual¬mente. En la zona en torno a una de las cúpulas ondean, en letras vistosas, las pa¬labras Hic domus mea, inde gloria mea, «aquí (está) mi casa, desde aquí (se difundi¬rá) mi gloria».
Son palabras que don Bosco atribuyó a la misma Virgen. En efecto, a partir de 1 844, una serie de sueños le habían preanunciado que tendría que edificar una igle¬sia «grandísima y altísima» en honor de María y cuyo incluso entrevio. Sólo más tarde comenzó a manifestarse un nuevo sueño, donde la Madre de Jesús, señalando precisamente ese terreno (que no casualmente, don Bosco llamó «el campo de los sueños») y marcando con un pie un lugar preciso, decía: «Aquí, donde los santos Avventore, Octavio y Solutore derramaron su sangre por la fe, quiero que mi nom¬bre sea venerado de forma especial». Después, el santo dirá haber divisado (y, esa vez, no en sueños, sino bien despierto y alerta) un globo luminoso que señalaba el lugar: vio surgir de la tierra la futura basílica con la cúpula encendida de luz.
Obviamente, don Bosco estaba de acuerdo con la etimología que quiere que Valdocco se derive del latín Vallis Occisomm, «valle de los asesinados»: los asesina¬dos eran los soldados huidos de la masacre de la Legión Tebea (compuesta por cristianos) y alcanzados, después, por los verdugos del emperador pagano. El lugar exacto del martirio — el señalado por la misma María, según la misteriosa vi¬sión — está marcado, en la basílica, con una cruz dorada sobre el suelo de la cripta de las reliquias, a la derecha para quien entra por la puerta principal.
También aquí hay una especie de nexo de unión con Lourdes: Massabielle y Valdocco no son elegidas por los hombres, sino por el Cielo mismo. Más aún, a vista humana, ambos lugares debían evitarse para la construcción de cualquier co¬sa: ¡imaginemos grandes santuarios!
En Lourdes, como se sabe, hubo que desviar el río y trabajar con dinamita para crear una base en la roca sobre la que posar el edificio de la primera iglesia. Pero también las que se siguieron —la del rosario y la subterránea excavada para el centenario— dieron grandes problemas a los arquitectos, por el agua que se filtra¬ba en profundidad desde el gave de Pau.
En Turín, las dificultades no eran menores: el terreno señalado por la Virgen no era de don Bosco y sus propietarios no pretendían cederlo. Además, precisa¬mente a mitad del edificio que la Virgen quería, pasaba una calle pública que la hostil y masónica administración municipal no tenía ninguna intención de cam¬biar de sitio. En todo caso, los técnicos advertían que la zona, igual que la de Lourdes, era pantanosa, por ser un depósito aluvial del cercano Dora. Por consi¬guiente, tanto la escasa estabilidad del terreno, como las continuas y grandes in¬filtraciones de agua, no permitían levantar un edificio, sobre todo de la mole gi¬gantesca querida por don Bosco.
Se interpusieron sus mismos discípulos, insistiendo para trasladarlo a un lugar cercano, donde no sólo el terreno era más adecuado sino donde, además, la basíli¬ca habría tenido mayor impacto y visibilidad. También habría tenido más fácil ac¬ceso para los habitantes de los barrios en construcción allí cerca, que no disponían de una iglesia para cumplir, por lo menos, el precepto dominical. Pero el santo fue inamovible: aquél era el lugar indicado por María; por tanto, era el lugar donde él debía construir la domus magna que Ella quería. Y al final, allí se empezó a excavar, encontrándose inmediatamente —como estaba previsto— la capa de agua que multiplicó no sólo las dificultades técnicas, sino también el costo, por la necesidad de construir cimientos dobles o triples respecto a los normales. No siendo esto suficiente, se recurrió, como en Venecia, al sistema de pilotes de encina. Por lo menos se aprovechó no para preparar trasteros, sino grandes estancias subterrá¬neas, con vastos salones.
Un siglo después, esto se reveló providencial, pues allí se estableció la sede del «Centro de documentación mariana», creado y atendido por el salesiano don Pietro Ceresa, recientemente desaparecido, que con un trabajo apasionado recogió los testimonios de devoción a la Virgen de todos los tiempos y de todos los países. Es una de las mayores colecciones públicas del mundo, una forma de demostrar la realización concreta de la profecía del Magníficat: «Me felicitarán todas las generaciones».
Naturalmente, según costumbre de los santos, las obras para la gran iglesia empezaron sin dinero (mejor, por precisión, con ocho monedas, cuarenta céntimos, como especificó don Bosco cuando todo hubo terminado). Además, natu¬ralmente, tal y como él se esperaba, el dinero comenzó a llegar como por encanto, precisamente cuando era necesario.
Aquel «cura loco» (como muchos lo consideraban, quizás en la misma Iglesia, y no faltó un intento de ingresarlo en un manicomio) lo había proclamado desde el principio, como visionario y, al mismo tiempo, realista que era: «Es la Virgen la que quiere la Iglesia, ella se encargará de los gastos. Yo soy sólo el cajero que paga a obreros y artistas». Su previsión, al principio, era de un gasto de 200 mil liras; arquitectos y jefes de obras estimaban necesarias 500 mil; al final, el costo superó la entonces astronómica cifra de un millón. Como él mismo precisó, al menos 800 mil liras habían llegado de devotos, en reconocimiento por las gracias recibi¬das de María Auxiliadora. Es decir, no se equivocaba cuando repetía que en aquel enorme, espléndido edificio no había ladrillo que no estuviera marcado por un milagro.
En la fachada de la basílica se lee, como todos sabemos, la gran frase: María Auxilium Christianorum ora pro nobis. Precisamente la simbología de la Auxiliado¬ra se encuentra en el cuadro enorme (más de siete metros de altura) que domina el altar mayor y que se pintó bajo indicación precisa del santo, que atormentó al ar¬tista no sólo para que respetara lo que se quería de él, sino para que añadiera otros símbolos. Tanto, que al final estalló: «Don Bosco, ¡para poner todo lo que usted querría, se necesitaría un cuadro tan grande como la plaza del Castillo!».
Pero en la cúpula mayor, a setenta metros del suelo, a doble tamaño respecto a la natural, no está la estatua de la Auxiliadora, sino de la Inmaculada. En efecto, un 8 de diciembre, en 1841, tuvo lugar en la sacristía de San Francisco de Asís el encuentro entre el joven sacerdote y el pequeño obrero vagabundo, Bartolomeo Garelli, que fue el comienzo de toda la obra a favor de la juventud.
Durante muchos años, el culto de María como Inmaculada parece predominante en él. Después, casi de repente, precisamente en los años en que se decide por la gran basílica, comienza a prevalecer la invocación a María como Auxilium Christianorum. Más aún, a partir de un determinado momento, el santo descubre un poco de su misteriosa vida íntima (a él mismo se le escapó una vez: «Nadie sabrá la mayor parte de las cosas que he hecho en mi vida»). Por tanto, se descubre un poco y con¬fía, primero a sus salesianos y, después, a todos los jóvenes, que «es María misma la que quiere ser invocada con este título». En la visión del 26 de mayo de 1862, co¬nocida como «sueño de las dos columnas», vio a los enemigos de Dios emprenderla lucha contra la Iglesia y el Papa en forma de una furibunda batalla naval. En medio del combate, dos columnas surgieron milagrosamente de las aguas para proteger la nave gobernada por el Vicario de Cristo. En la primera columna había una gran hostia; en la otra, la Virgen Inmaculada pero, a sus pies, llevaba un letrero con la inscripción: «Auxilium Christianorum».
A partir de ahí, de forma cada vez más exclusiva, se hizo apóstol de esta devo¬ción que, por otra parte, era ya antigua en la Iglesia: impulsada a lo grande por el Papa de Lepanto, san Pío V, hacía siglos que formaba parte de las invocaciones marianas.

¿Por qué esta predilección de don Bosco por María Auxiliadora de los cristianos?
En primer lugar, hay que precisar que, desde una perspectiva de fe y conocien¬do su vida extraordinaria, no debería hablarse de una elección suya, sino de Otros, de la que se hizo sólo instrumento.
Entonces, la pregunta cambia: ¿por qué se le pidió que impulsara precisamente ese título mariano y en aquel momento determinado? Como ha observado un estudioso salesiano: «Este título de Auxilium Christianorum destaca inmediata¬mente la forma pública y social de mediación que la Santa Virgen ejerce, no sólo a favor de esta o aquella persona, institución o nación, sino, sobre todo, a favor de toda la Iglesia católica y de su cabeza, el Papa, especialmente en los momentos más dramáticos, ante las necesidades más urgentes y ante los riesgos más insidiosos».
Por tanto, ésta no es una «devoción privada», sino un culto para toda la Iglesia. Esa Iglesia que, precisamente en el tiempo de don Bosco, se enfrentaba dramáti¬camente con la modernidad, con el asalto no sólo a la institución eclesial, sino también a la misma fe, con el deísmo masónico y con la libertad de culto y de propaganda dada a cualquiera, sobre todo si era hostil al catolicismo. Para el san¬to, dos eran los remedios y las defensas: las dos columnas vistas en la visión de 1862. Es decir, el culto a la Eucaristía y la devoción mariana. Pero no una devo¬ción intimista, como la que se había predicado en otras épocas de la cristiandad. Mientras ésta se disolvía, era necesario invocar a una Virgen materna y batalladora al mismo tiempo, la Madre de los momentos más difíciles: precisamente, el Auxi¬lio de los cristianos empeñados en la lucha.
También por esto, poco antes de morir, el santo dijo: «Vamos hacia tiempos en los que todo buen católico tendrá que descubrir por qué María quiere ser invocada, sobre todo, como Auxiliadora».
Tal vez estas palabras no hayan perdido actualidad ni siquiera hoy.



Hasta aquí el artículo de Vittorio Messori, que se ha atrevido a entresacar el hilo conductor de la implicación de María en la Historia de la Salvación, como Madre, como Guía y Auxilio y como Maestra: cumpliendo así la voluntad de Dios de asociarla a la Obra de la Redención llevada a cabo por el Hijo de Dios encarnado en su seno, Jesucristo nuestro Dios y Señor.
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Notapor isadelscj » Jue Mar 08, 2012 11:56 am

jaimealonso escribió:ESTRECHA RELACIÓN DE LA VIRGEN DE DON BOSCO (MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS) Y LAS APARICIONES DE LOURDES A BERNARDETTE DE SOUBIROUS
(Páginas tomadas del gran periodista y ensayista Vittorio Messori en su libro: HIPÓTESIS SOBRE MARÍA. Hechos, indicios y enigmas, Edit. Libros libres, Madrid, 2007; págs.. 286-293)

Ya envié en otra ocasión una curiosa aportación. Se trataba del célebre sueño de don Bosco sobre la Iglesia: el sueño de las dos columnas, al que alude aquí también Vittorio Messori hacia el final del artículo. Creo que puede ser muy interesante conocer esta estrecha relación que señala Vittorio Messori entre la advocación mariana de Lourdes y la advocación de María Auxiliadora. Ciertamente, las cosas no suceden “porque sí”, ni aisladas las unas de las otras. La conexión es la alucinante historia de salvación que nuestro Dios y Señor concibió para salvar a la humanidad caída y elevarnos a la categoría de “hijos de Dios”, haciéndonos hijos suyos muy queridos.

CAPÍTULO XXX
(…)
A propósito de documentos que se refieren precisamente a Lourdes: quisiera hablar ahora de uno que no es inaccesible pero que seguro que es conocido por po¬cos, por lo menos fuera del ambiente salesiano. En efecto, estoy pensando en don Juan Bosco.
Todos saben que la vida de este gran santo sería impensable sin una presencia mariana que fue, para él, mucho más que una devoción; fue una experiencia concreta, cotidiana. Pero de momento no queremos adentrarnos demasiado, puesto que nos proponemos dedicar todo el capítulo siguiente a este tema. Por ahora, es suficiente recordar que, antes de convertirse en apóstol de la devoción a la Virgen, que quiso invocada, sobre todo, como Auxilium christianorum (en medio está Lepanto, cuyo nombre se encuentra en la fachada de la basílica de Valdocco), don Bosco fue partidario tenacísimo de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, llegando a ofrecer su vida para que se llegara a su definición. Quizás, las últimas dudas de Pío IX, que tanto lo estimaba, fueron superadas precisamente por sus exhortaciones a concluir, finalmente, un itinerario milenario.
En lo que se refiere a Lourdes, hay que sorprenderse: según las larguísimas Memorie Biografiche escritas por su secretario Giovanni Battista Lemoyne, y aún hoy consideradas como la mayor fuente histórica sobre su vida, ya la novena de la Inmaculada de 1858 tuvo como tema de la predicación a sus jóvenes, esas apariciones, la última de las cuales se había verificado a mitad del mes de julio precedente. Si las cosas son así (y no hay por qué dudarlo), es bastante probable que el instituto de Valdocco haya sido el primer lugar, y no sólo de Italia, donde se inició el culto a Nuestra Señora de Lourdes.
El santo le dedicará a Ella, a lo largo de los años, muchos opúsculos, muchos artículos e infinitas homilías y «pensamientos de buenas noches». En cuanto al documento que decíamos y que está en el antepenúltimo volumen, el diecisiete, de las Memorie Biografiche, lo veremos en las páginas siguientes.


CAPÍTULO XXXI
LA «SOCIA» DE DON BOSCO
Al final del capítulo precedente hablábamos de un episodio singular, práctica¬mente desconocido, que implicó a grandes nombres de la aristocracia inglesa y que une aún más a san Juan Bosco con Lourdes. Si escribimos «aún más» es por¬que, como hemos visto, según las Memorie biogmfiche de don J. B. Leymone, des¬de la novena de la Inmaculada de 1858, en Valdocco, la predicación del santo tu¬vo como objeto las apariciones a la «piadosa Bernardetta», como la llamaba. Precocidad realmente extraordinaria del culto, puesto que sólo en 1862 se tuvo el reconocimiento de la Iglesia de la verdad de Massabielle. Pero así ocurrió también en 1846, cuando los acontecimientos de La Salette habían encontrado inmedia¬tamente eco en la catequesis del entonces poco más que treintañero sacerdote de Castelnuovo.
Además, el ambiente católico de Turín era especialmente receptivo a lo que ocurría en la Francia vecina. Por ejemplo, considerando Lourdes y el «giro» de don Bosco éste pudo permanecer en la capital de los Saboya (en lugar de ser rele¬gado como vicepárroco a un pueblecillo de la diócesis subalpina, donde ya estaba destinado) gracias a la intervención de su extraordinario director espiritual, don (Giuseppe Cafasso. Aquel santo, para el joven sacerdote del que había intuido sus capacidades y su extraordinario temple espiritual, obtuvo un puesto de capellán en una de las instituciones recién fundadas, precisamente en Valdocco, por la gran fi¬gura que, en algún tiempo podremos, parece, ver finalmente en los altares: Juliette de Colbert, aristocrática vandeana, esposa del hombre más rico del reino de Cer¬ina, el marqués Cario Tancredo Falletti di Barolo.
Al no tener hijos, la pareja, religiosísima, invirtió gran parte de sus riquezas en una serie impresionante de obras benéficas o sociales como, por ejemplo, el nuevo cementerio de Turín para cuya construcción el Ayuntamiento no tenía dinero.
Entre las obras del matrimonio Barolo está la construcción de la gran y hermosa iglesia parroquial para el nuevo barrio turinés de Vanchiglia que se estaba construyendo con un proyecto de Alessandro Antonelli, el de la Mole.
El templo de Vanchiglia se dedicó, por voluntad unánime, a santa Julia, en ho¬nor de la benéfica marquesa. Pues bien, en la capilla que se abre al lado del altar mayor, todavía se honra una copia de la famosa estatua de la Inmaculada que está en la gruta de los Pirineos. Según la Tradición, confirmada por los documentos, ésta es la primera imagen de Nuestra Señora de Lourdes llegada a Italia y expuesta en una iglesia a la veneración de los fieles.
Un primado al que los turineses añadieron un privilegio considerable: en 1958, durante los grandes trabajos para el centenario de las apariciones, tuvo lugar la liberación de la gruta de Massabielle de todo elemento ajeno, para devolverla en la medida de lo posible a su aspecto primitivo. Entre las cosas que se quitaron estaba la gran valla de hierro construida por artesanos locales poco después del comienzo de las peregrinaciones y que cerraba el acceso al interior de la gruta. A aquellas rejas se habían agarrado, durante muchas décadas, millones de manos imploran¬tes. Ese metal había sido testigo mudo de manifestaciones imponentes de fe y también de prodigios.
Pues bien, el obispo del centenario, monseñor Pierre Marie Théas, impresio¬nado por la grandiosidad y el fervor de las peregrinaciones anuales de los trabaja¬dores de Fiat, decidió regalarle, precisamente a Turín, esa reliquia tan significativa y ambicionada por todas las diócesis del mundo. Desde 1960, la valla rodea a una estatua de la Inmaculada fundida expresamente, expuesta en la plaza de la antigua iglesia de Santa María del Monte que domina el Po y que los turineses llaman «Monte de los Capuchinos».

Volviendo a don Bosco: referimos, como hemos preanunciado, el episodio a él dedicado y que está en el capítulo antepenúltimo de las Memorie biografiche, continuadas por otro salesiano, don Eugenio Ceria, tras la muerte de Giovanni Battista Lemoyne.
El hecho lo relató el padre Cyril Martindale que, hijo de un ilustre lord in¬glés, se convirtió al catolicismo y se hizo jesuita. La familia Martindale estaba unida por parentesco con la familia del duque de Norfolk, una de las más anti¬guas e ilustres de Inglaterra y que fue siempre católica, pese a las amenazas y las violencias de la dinastía anglicana a lo largo de los siglos. Henry, decimoquinto duque de aquella casa, se casó en 1877 con lady Flora, baronesa de Donnington: tuvieron un solo hijo, pero nacido con una gran malformación y, desgraciadamente, también completamente ciego. Para obtener la gracia de una curación o, por lo menos, de la resignación, el ilustre matrimonio fue en varias ocasiones a Valdocco, para ver a ese don Bosco que admiraban y del que eran generosos be-nefactores. Todo el catolicismo inglés estaba ansioso: si el único hijo del duque de Norfolk —gran protector de la Iglesia romana del reino anglicano— faltara y si el duque no tuviera otros herederos, tanto las riquezas como los títulos pasa¬ rían a una rama protestante, hostil hacia los despreciados «personas que obedecen al Papa».
El padre Martindale testificó, según las Memorie biographiche, que referimos aquí: «La duquesa de Newcastle, gran dama inglesa, pariente de mis padres e ín¬tima de la duquesa de Norfolk, fue a Lourdes en 1877 para implorar, ella tam¬bién, la curación de ese único hijo, tan desgraciado, de su amiga. Mujer nada fácil a las emociones ni dotada de fervorosa fantasía, allí le ocurrió un fenómeno que le hizo temer estar alucinando. Mientras rezaba en la gruta, le pareció oír una voz que le decía: "¡Reza por la madre, no reces por el hijo!". Se dio la vuelta, pero no vio a nadie. Pocos instantes después se le repitieron internamente esas mismas pa¬labras, de forma que quedó un poco impresionada y la impresión la acompañó hasta Turín, a donde fue para visitar a don Bosco».
Sigue el padre Martindale: «Llegada a la ciudad italiana, la duquesa de Newcastle obtuvo audiencia del santo. A su entrada en la habitación donde tra¬bajaba y recibía, el sacerdote escribía y siguió haciéndolo, sin atender a la visitan¬te, que no sabía explicarse semejante actitud en un hombre de Dios, tan estimado también por su exquisita cortesía hacia cualquiera que se acercara a él. Al final, don Bosco, dejando con calma la pluma, se dirigió a la noble y le dijo ex abrupto, pero en tono comedido: "Rece por la madre, no rece por el hijo". ¡Como en Lourdes! Asombrada y preocupada, la señora rezó en la iglesia adyacente de María Auxiliadora, como se le había aconsejado. Volvió a Londres y cuatro días después murió su amiga, la duquesa de Norfolk».
Como garantía de la veracidad del episodio, el padre Martindale se presentaba sencillamente a sí mismo y a su vocación. En efecto, el caso de los Norfolk fue, evidentemente, conocido y comentado en el ambiente aristocrático inglés y llegó a los oídos de la familia, anglicana, de lord Martindale. El joven Cyril quedó muy impresionado, hasta el punto de que ahí comenzó el esfuerzo que lo indujo a dejar la comunidad de Inglaterra y a hacerse, no sólo católico, sino también a entrar en la Compañía de Jesús. En ella, se encontró entre los miembros más activos y presti¬giosos, además de ser un religioso de obediencia impecable a la Regla.
Hay que estar agradecidos al padre Martindale por habernos conservado la memoria de un hecho que se presenta como mucho más que una anécdota edifi¬cante. En efecto, es como emerger de un misterio de «correspondencia» entre el Santo de los jóvenes y la Virgen que se apareció a la joven Bernadette; entre el santuario pirenaico y el subalpino de Valdocco. Una correspondencia que, lo sa-bemos, parece instaurarse inmediatamente: hemos visto cómo don Bosco no dudó en reconocer la verdad de Lourdes, hasta el punto de proponérsela a sus mucha¬chos poco más de cuatro meses tras el fin de las apariciones. Lo que hace que Valdocco haya sido ciertamente uno de los primeros lugares no sólo en Italia, sino en el mundo, donde, precediendo incluso al juicio de la Iglesia, se inició inmediata¬mente el culto de la Inmaculada «según Bernadette».

En todo caso, episodios como el «inglés» confirman lo que escribió su biógrafo, don Lemoyne: «Entre la Virgen y don Bosco había ciertamente un pacto...». Un «pacto» que (según el mismo interesado) lo llevó a ser instrumento de impulso de una devoción que se hizo, también, piedra y mármol.
«En efecto, el gran templo dedicado a María Auxiliadora y que se erige con sus cúpulas en las bajuras malsanas y mal afamadas de Valdocco no está ahí casual¬mente. En la zona en torno a una de las cúpulas ondean, en letras vistosas, las pa¬labras Hic domus mea, inde gloria mea, «aquí (está) mi casa, desde aquí (se difundi¬rá) mi gloria».
Son palabras que don Bosco atribuyó a la misma Virgen. En efecto, a partir de 1 844, una serie de sueños le habían preanunciado que tendría que edificar una igle¬sia «grandísima y altísima» en honor de María y cuyo incluso entrevio. Sólo más tarde comenzó a manifestarse un nuevo sueño, donde la Madre de Jesús, señalando precisamente ese terreno (que no casualmente, don Bosco llamó «el campo de los sueños») y marcando con un pie un lugar preciso, decía: «Aquí, donde los santos Avventore, Octavio y Solutore derramaron su sangre por la fe, quiero que mi nom¬bre sea venerado de forma especial». Después, el santo dirá haber divisado (y, esa vez, no en sueños, sino bien despierto y alerta) un globo luminoso que señalaba el lugar: vio surgir de la tierra la futura basílica con la cúpula encendida de luz.
Obviamente, don Bosco estaba de acuerdo con la etimología que quiere que Valdocco se derive del latín Vallis Occisomm, «valle de los asesinados»: los asesina¬dos eran los soldados huidos de la masacre de la Legión Tebea (compuesta por cristianos) y alcanzados, después, por los verdugos del emperador pagano. El lugar exacto del martirio — el señalado por la misma María, según la misteriosa vi¬sión — está marcado, en la basílica, con una cruz dorada sobre el suelo de la cripta de las reliquias, a la derecha para quien entra por la puerta principal.
También aquí hay una especie de nexo de unión con Lourdes: Massabielle y Valdocco no son elegidas por los hombres, sino por el Cielo mismo. Más aún, a vista humana, ambos lugares debían evitarse para la construcción de cualquier co¬sa: ¡imaginemos grandes santuarios!
En Lourdes, como se sabe, hubo que desviar el río y trabajar con dinamita para crear una base en la roca sobre la que posar el edificio de la primera iglesia. Pero también las que se siguieron —la del rosario y la subterránea excavada para el centenario— dieron grandes problemas a los arquitectos, por el agua que se filtra¬ba en profundidad desde el gave de Pau.
En Turín, las dificultades no eran menores: el terreno señalado por la Virgen no era de don Bosco y sus propietarios no pretendían cederlo. Además, precisa¬mente a mitad del edificio que la Virgen quería, pasaba una calle pública que la hostil y masónica administración municipal no tenía ninguna intención de cam¬biar de sitio. En todo caso, los técnicos advertían que la zona, igual que la de Lourdes, era pantanosa, por ser un depósito aluvial del cercano Dora. Por consi¬guiente, tanto la escasa estabilidad del terreno, como las continuas y grandes in¬filtraciones de agua, no permitían levantar un edificio, sobre todo de la mole gi¬gantesca querida por don Bosco.
Se interpusieron sus mismos discípulos, insistiendo para trasladarlo a un lugar cercano, donde no sólo el terreno era más adecuado sino donde, además, la basíli¬ca habría tenido mayor impacto y visibilidad. También habría tenido más fácil ac¬ceso para los habitantes de los barrios en construcción allí cerca, que no disponían de una iglesia para cumplir, por lo menos, el precepto dominical. Pero el santo fue inamovible: aquél era el lugar indicado por María; por tanto, era el lugar donde él debía construir la domus magna que Ella quería. Y al final, allí se empezó a excavar, encontrándose inmediatamente —como estaba previsto— la capa de agua que multiplicó no sólo las dificultades técnicas, sino también el costo, por la necesidad de construir cimientos dobles o triples respecto a los normales. No siendo esto suficiente, se recurrió, como en Venecia, al sistema de pilotes de encina. Por lo menos se aprovechó no para preparar trasteros, sino grandes estancias subterrá¬neas, con vastos salones.
Un siglo después, esto se reveló providencial, pues allí se estableció la sede del «Centro de documentación mariana», creado y atendido por el salesiano don Pietro Ceresa, recientemente desaparecido, que con un trabajo apasionado recogió los testimonios de devoción a la Virgen de todos los tiempos y de todos los países. Es una de las mayores colecciones públicas del mundo, una forma de demostrar la realización concreta de la profecía del Magníficat: «Me felicitarán todas las generaciones».
Naturalmente, según costumbre de los santos, las obras para la gran iglesia empezaron sin dinero (mejor, por precisión, con ocho monedas, cuarenta céntimos, como especificó don Bosco cuando todo hubo terminado). Además, natu¬ralmente, tal y como él se esperaba, el dinero comenzó a llegar como por encanto, precisamente cuando era necesario.
Aquel «cura loco» (como muchos lo consideraban, quizás en la misma Iglesia, y no faltó un intento de ingresarlo en un manicomio) lo había proclamado desde el principio, como visionario y, al mismo tiempo, realista que era: «Es la Virgen la que quiere la Iglesia, ella se encargará de los gastos. Yo soy sólo el cajero que paga a obreros y artistas». Su previsión, al principio, era de un gasto de 200 mil liras; arquitectos y jefes de obras estimaban necesarias 500 mil; al final, el costo superó la entonces astronómica cifra de un millón. Como él mismo precisó, al menos 800 mil liras habían llegado de devotos, en reconocimiento por las gracias recibi¬das de María Auxiliadora. Es decir, no se equivocaba cuando repetía que en aquel enorme, espléndido edificio no había ladrillo que no estuviera marcado por un milagro.
En la fachada de la basílica se lee, como todos sabemos, la gran frase: María Auxilium Christianorum ora pro nobis. Precisamente la simbología de la Auxiliado¬ra se encuentra en el cuadro enorme (más de siete metros de altura) que domina el altar mayor y que se pintó bajo indicación precisa del santo, que atormentó al ar¬tista no sólo para que respetara lo que se quería de él, sino para que añadiera otros símbolos. Tanto, que al final estalló: «Don Bosco, ¡para poner todo lo que usted querría, se necesitaría un cuadro tan grande como la plaza del Castillo!».
Pero en la cúpula mayor, a setenta metros del suelo, a doble tamaño respecto a la natural, no está la estatua de la Auxiliadora, sino de la Inmaculada. En efecto, un 8 de diciembre, en 1841, tuvo lugar en la sacristía de San Francisco de Asís el encuentro entre el joven sacerdote y el pequeño obrero vagabundo, Bartolomeo Garelli, que fue el comienzo de toda la obra a favor de la juventud.
Durante muchos años, el culto de María como Inmaculada parece predominante en él. Después, casi de repente, precisamente en los años en que se decide por la gran basílica, comienza a prevalecer la invocación a María como Auxilium Christianorum. Más aún, a partir de un determinado momento, el santo descubre un poco de su misteriosa vida íntima (a él mismo se le escapó una vez: «Nadie sabrá la mayor parte de las cosas que he hecho en mi vida»). Por tanto, se descubre un poco y con¬fía, primero a sus salesianos y, después, a todos los jóvenes, que «es María misma la que quiere ser invocada con este título». En la visión del 26 de mayo de 1862, co¬nocida como «sueño de las dos columnas», vio a los enemigos de Dios emprenderla lucha contra la Iglesia y el Papa en forma de una furibunda batalla naval. En medio del combate, dos columnas surgieron milagrosamente de las aguas para proteger la nave gobernada por el Vicario de Cristo. En la primera columna había una gran hostia; en la otra, la Virgen Inmaculada pero, a sus pies, llevaba un letrero con la inscripción: «Auxilium Christianorum».
A partir de ahí, de forma cada vez más exclusiva, se hizo apóstol de esta devo¬ción que, por otra parte, era ya antigua en la Iglesia: impulsada a lo grande por el Papa de Lepanto, san Pío V, hacía siglos que formaba parte de las invocaciones marianas.

¿Por qué esta predilección de don Bosco por María Auxiliadora de los cristianos?
En primer lugar, hay que precisar que, desde una perspectiva de fe y conocien¬do su vida extraordinaria, no debería hablarse de una elección suya, sino de Otros, de la que se hizo sólo instrumento.
Entonces, la pregunta cambia: ¿por qué se le pidió que impulsara precisamente ese título mariano y en aquel momento determinado? Como ha observado un estudioso salesiano: «Este título de Auxilium Christianorum destaca inmediata¬mente la forma pública y social de mediación que la Santa Virgen ejerce, no sólo a favor de esta o aquella persona, institución o nación, sino, sobre todo, a favor de toda la Iglesia católica y de su cabeza, el Papa, especialmente en los momentos más dramáticos, ante las necesidades más urgentes y ante los riesgos más insidiosos».
Por tanto, ésta no es una «devoción privada», sino un culto para toda la Iglesia. Esa Iglesia que, precisamente en el tiempo de don Bosco, se enfrentaba dramáti¬camente con la modernidad, con el asalto no sólo a la institución eclesial, sino también a la misma fe, con el deísmo masónico y con la libertad de culto y de propaganda dada a cualquiera, sobre todo si era hostil al catolicismo. Para el san¬to, dos eran los remedios y las defensas: las dos columnas vistas en la visión de 1862. Es decir, el culto a la Eucaristía y la devoción mariana. Pero no una devo¬ción intimista, como la que se había predicado en otras épocas de la cristiandad. Mientras ésta se disolvía, era necesario invocar a una Virgen materna y batalladora al mismo tiempo, la Madre de los momentos más difíciles: precisamente, el Auxi¬lio de los cristianos empeñados en la lucha.
También por esto, poco antes de morir, el santo dijo: «Vamos hacia tiempos en los que todo buen católico tendrá que descubrir por qué María quiere ser invocada, sobre todo, como Auxiliadora».
Tal vez estas palabras no hayan perdido actualidad ni siquiera hoy.



Hasta aquí el artículo de Vittorio Messori, que se ha atrevido a entresacar el hilo conductor de la implicación de María en la Historia de la Salvación, como Madre, como Guía y Auxilio y como Maestra: cumpliendo así la voluntad de Dios de asociarla a la Obra de la Redención llevada a cabo por el Hijo de Dios encarnado en su seno, Jesucristo nuestro Dios y Señor.



Gracias Jaimealonso por tu aportación. Vittorio Messori es mi periodista y escritor favorito italiano. Sin duda una fuente excelente. Te felicito por la elección.
isadelscj
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor angie franco » Jue Mar 08, 2012 12:33 pm

Hola a todos que dios los bendiga yo quise poner la espiritualidad de esa niña por que ella nos demostró que todos podemos y nos enseño que siempre esta nuestra madre del cielo, y en estos tiempos que estamos tan preocupados no nos damos el tiempo para ser como ella
La espiritualidad de Bernardette
• La espiritualidad de Bernardette Soubirous se basó en una santidad cotidiana, carente de estructuras complicadas, sin ideologías ni discursos, evangélicamente serena y basada en la verdad.
• Siempre reconoció lo que de verdad decían sus detractores (ignorancia, falta de educación), pero jamás lo sobrecargó de significado. De ese modo logró, incluso en los momentos difíciles, mantener la serenidad interior. Su negativa a ser considerada un objeto que mostrar fue decidida y su límpida franqueza dejó sin habla hasta al más culto.
• Su repugnancia por el dinero era proverbial. El periodista Balech de Lagarde, del Courrier français, le prometió llevarla a París y hacerla rica. La respuesta de Bernadette fue un «no» rotundo.2
• En ella se conjugaron armoniosamente el realismo de una muchacha de campo y la conciencia de que, por encima de todo, vale la inteligencia de las acciones que se deben cumplir.
• Los cristianos católicos y anglicanos consideran a Bernadette un canal limpio, para que por ella pasara una revelación de la gracia de Dios, manifestada en María: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Los inesperados alcances teológicos de esa revelación excedían a Bernadette. Ella, por su fe y su humildad, siguió a la «Señora» más de lo que la entendió, limitándose a cumplir la misión encomendada de transmitir el mensaje.
• El rezo del rosario acompañó los irrepetibles momentos de su vida, los de las apariciones. Pobreza, oración y penitencia, amor y Dios son las palabras que conforman el mensaje del que Bernardita fue portavoz.
No olvidemos el rezo del santo rosario
angie franco
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor BlancaElena » Jue Mar 08, 2012 2:11 pm

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Nuestra Señora de Walsingham, la Nazaret de Inglaterra

Aunque el santuario de Nuestra Señora de Walsingham sea de origen medieval, 1997 marca el centenario del retorno de la devoción en ese conocido centro mariano de Walsingham, en Norkfolk, Inglaterra.El “Nazaret de Inglaterra” es un lugar santo que goza de gran estima entre los cristianos del país.

Según la leyenda, una viuda rica de la nobleza, Lady Richedis, es quien lo construyó. Un manuscrito del siglo XV relata “la balada de Walsingham” y explica cómo la noble viuda deseaba honrar a Nuestra Señora: María le respondió pidiéndole que construyera una capilla y la condujo “en espíritu” a Nazaret para mostrarle el lugar donde el arcángel Gabriel la había saludado y después la hizo que tomara las medidas de la casa para que pudiera reproducirlas en Walsingham. La Virgen María le explica también que en ese lugar el pueblo celebraría la Anunciación, fuente de la Redención de la humanidad y que ella encontraría ayuda para todo lo que necesitaría. Tres veces Lady Richedis tuvo tal visión y escuchó esta petición. Eso confirmó su deseo de hacerle construir una capilla. Sin embargo, las dimensiones relativas a la construcción no le parecían claras ni a ella ni a los constructores. Viendo que estos no avanzaban en los trabajos, Lady Richedis pasó la noche en oración. Los ángeles terminaron la construcción de la capilla de Walsingham

Sus súplicas recibieron una respuesta inmediata ya que Nuestra Señora hizo que los ángeles terminaran la construcción en el lugar que ella quería, aproximadamente a unos 200 pies de donde los obreros habían comenzado los trabajos. A través de los años, varios milagros fueron atribuidos a N.S. de Walsingham, incluido el que salva al rey Eduardo I de la caída de una pared de cemento.

En el siglo XIV, la Casa milagrosa de Norfolk fue sustituida por la Casa Santa de Loreto, en Italia, cerca de Ancona. Según una leyenda, la casa natal de la Virgen en Nazaret habría sido transportada por los ángeles de Palestina a Fiume (antes en Yugoslavia). Como no conseguían atraer atención y veneración, los ángeles la transportaron sin éxito a otros dos lugares, cerca de Recanati, en Italia. Finalmente, en 1295, la Casa Santa de María fue llevada a Loreto, cerca del Mar Adriático.

Finalmente, la basílica histórica de Walsingham fue erigida entre el siglo XV y XVI. Cuando la revuelta protestante se amplificó, el fervor y la devoción a María bajó en Inglaterra. Hasta ese momento Walsingham había sido un lugar de peregrinación popular. En 1534, el prior y los canónigos de Walsingham firmaron el Acta de Supremacía convirtiéndose así en los primeros a someterse bajo la autoridad de Enrique VIII. Durante los siglos venideros, el santuario se deteriora y su gloria de antaño fue completamente olvidada.


En el siglo XIX, la devoción a Nuestra Señora de Walsingham vuelve a renacer, una rica señora inglesa, Charlotte Boyd, comienza la restauración del santuario de la misma manera que antes, en el siglo XVI otra dama rica lo había hecho. Para los peregrinos que viajan de Londres a Walsingham la última estación es una capilla situada aproximadamente a una milla y conocida como la Slipper Chapel (capilla de la pantufla) porque los peregrinos se quitaban los zapatos antes de caminar la última milla, y llegaban al santuario descalzos. El pequeño edificio del siglo XIV servía de establo a los animales antes que Charlotte Boyd no hubiese tenido la idea de restaurarlo. Antes que su plan se concretizara, ella se convirtió al catolicismo y hacia 1890 compra la capilla y la regala a la Abadía de Downside.

La Cofradía Nuestra Señora de la Redención tomó a su cargo la restauración de una estatua esculpida de la Virgen con el Niño y fue colocada en su lugar de honor. Esta se encuentra hoy en King’s Lynn. Hace más de un siglo (el 20 de agosto de 1897) una procesión de peregrinos, que va de King’s Lynn a la “capilla de la pantufla” marca el regreso de la devoción pública en Nuestra Señora de Walsingham.


Sin embargo, durante más de una generación la Iglesia católica muestra poco entusiasmo por el santuario. Se da como razón que durante el siglo XIX muchos católicos de Inglaterra y de Irlanda no apoyaban las tentativas del Cardenal Manning y de otros para promover las devociones públicas, procesiones, etc. Los fieles estaban acostumbrados a ser más reservados en la manifestación de la oración y consideraban tales prácticas como importaciones extranjeras.

Un Santuario Mariano con vocación ecuménica

La amplitud del proyecto anglicano suscita un despertar de los Católicos y estos multiplican sus esfuerzos para animar la devoción a Nuestra Señora de la Pantufla. Actualmente el santuario católico se ha desarrollado mucho, sobre todo después de la construcción de la capilla de la Reconciliación.Hoy los dos Santuarios con sus hoteles respectivos son muy populares y muy frecuentados.Antes, anglicanos y católicos no reconocían públicamente su existencia respectiva en Walsingham. Las señales de la vieja ciudad indicaban “Santuario de N.S. de Walsingham., en una dirección y “Santuario de la Redención”, en otra. Después las cosas cambiaron y hace ya unos quince años, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Inglaterra, celebró la Misa en una iglesia de Wembley donde un cuadro de la Virgen Walsingham estaba sobre el altar. El cuadro fue colocado conjuntamente por el director del santuario católico y la administración del santuario anglicano. Después de eso, anglicanos y católicos se reconocieron recíprocamente en sus publicaciones y en sus actividades. Las relaciones ecuménicas, debido un poco a motivos de celos, fueron algo tensos durante un momento , pero ahora se vive un periodo de calma. El actual administrador anglicano, Martin Warner, considera el estado de las cosas actuales como “raíces que se hunden durante el invierno”. Es optimista y cree que se dará un entendimiento cordial entre las iglesias católicas y protestantes.

Algunos católicos ingleses constatan una dificultad en lo que concierne a la doctrina y a la devoción marianas.

Hoy, la Iglesia Católica tiene una generación de sacerdotes y de profesores que ha recibido poca formación en mariología y practica sólo una devoción simbólica a Nuestra Señora, sin embargo, se espera que los profesores y sacerdotes yendo a Walsingham o a otros sitios marianos puedan hablar con fervor a los fieles cuyo corazón desborda de fe y de amor por la Madre de Dios. Numerosas celebraciones han tenido lugar en el Santuario de Walsingham. Un nuevo vitral sobre la Anunciación, realizado por Alfred Fisher, ha sigo agregado en la “Capilla de las Pantuflas” . Otro fue ofrecido por la Cofradía de Nuestra Señora de la Redención.

Nuestra Señora del Mar, “Stella Maris”

Para marcar esas donaciones impotartes, un año de liturgias especiales, conciertos, espectáculos fue inaugurado, algunos de tema mariano.Nuestra Señora de Walsingham es conocida bajo el nombre de “Virgen del Mar”. Una leyenda medieval cuenta que ella socorre a los marinos en peligro. La hostelería de los peregrinos anglicanos lleva el nombre de “Stella Maris”, Estrella del mar. Es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen. Walsingham que está a algunas millas de la costa de Norkfolk, es un lugar de oración y de sanaciones, representa la salvación ante las tempestades y naufragios, y ofrece las aguas calmas de un puerto tranquilo frente a todas las pruebas.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Jue Mar 08, 2012 10:14 pm

EN EL MES DE FEBRERO SE CELEBRAN VARIAS ADVOCACIONES MARIANAS.

El 8 de Febrero se festeja en la Abadía de Nuestra Señora del Lirio, a la Santísima Virgen, esta advocacion la veneran en Melun, Francia, desde el Siglo XIII.

Al otro día 9 en Saintes se venera a Nuestra Señora de las Campanas, en Catedral de Saintes.

En Francia desde 1858 se festeja a Nuestra Señora de Lourdes, una advocación mariana de gran veneración en Lourdes.

El día 12 se festeja a Nuestra Señora de Argenteuil, Paris, construida por Clovis I, desde el año 101. Contiene una porción de la Túnica sin Costuras.

El 13 Nuestra Señora de Pellevoisin, Francia, venerada desde 1876.

En 14 febrero, en Francia, en la provincia de: Pellevoisin, se venera a Nuestra Señora de las Rosas desde 1876.
Este día 14 se llevo a cabo la 2° aparición en Lourdes, de Nuestra Señora de Lourdes. Ella antecede con mucho a todas las otras criaturas

En el año 522 en Paris, Francia se venera el 15 de febrero a Nuestra Señora de Paris. Al día siguiente, el 16 Nuestra Señora de la Espina, Chalons-sur-Marne, Francia, que inicia su celebración desde el Siglo IXX.

El 19 febrero en Lourdes, Francia continúan las apariciones, en este día es la 4a. aparición en Nuestra Señora de Lourdes. Siguen las apariciones en Pellevoisin en 1876. Este día 19 desde 1500 se festeja a Nuestra Señora de la Buena Noticia, Lempdes, Francia.

En el año 633, el 20 de febrero en Francia la festividad de Nuestra Señora de Bolougne sur Mer.

Nuestra Señora del Socorro, Rennes, Francia se festeja el día 22 y el 26 a Nuestra Señora de los Campos, Paris, Francia, consagrada por San Denis, en el año 250.

Finalizamos estas advocaciones con el festejo de la Anunciación que se lleva a cabo el día 28 en la Institución del Monasterio de la Anunciación, Bethune, Francia desde el año 1519.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor 16769 » Jue Mar 08, 2012 10:43 pm

LA VIRGEN DE KNOCK

La experiencia de un milagro

La noche del 21 de Agosto de 1879 fue la noche elegida por la Virgen para hacer su aparición en la iglesia San Juan Bautista de Knock, condado de Mayo en Irlanda.

Quince personas-hombres mujeres y niños-de edades comprendidas entre 6 y 75 años, contemplaron la aparición durante dos horas bajo una lluvia torrencial, al tiempo que rezaban el Santo Rosario. Si bien ellos estaban mojados, el suelo permanecía seco.

La Santísima Virgen Maria, vestida de blanco, con una hermosa rosa dorada sobre su frente y una corona resplandeciente sobre su cabeza, mostraba su primer milagro.

Vino acompañada, San José a su derecha y San Juan Evangelista a su izquierda. Detrás de ellos y sobre un altar se encontraban una cruz, el Cordero y 6 ángeles.

Su venida a este rincón de Irlanda golpeado por la pobreza y el hambre fue un símbolo de esperanza, consuelo y fortaleza en su desdicha para un lugar en donde el desempleo y la emigración eran moneda corriente.



Hoy Knock es un predio sagrado. Recé en el Santuario de la Aparición, lloré en la capilla de la Reconciliación al confesarme, recorrí el Albergue de los Peregrinos, disfruté de un museo folklórico. Y al cabo de dos meses acepte y comprobé que los Milagros son posibles. Desde que se tuvo conocimiento por primera vez de la aparición, los peregrinos han continuado viniendo al santuario y se han descrito cientos de curaciones entre enfermos e inválidos que realizaron este viaje de esperanza

En 1979, año del centenario, el Papa Juan Pablo II vino como peregrino .La visita del Santo Padre confirmo la condición del Santuario de Knock como uno de los principales santuarios marianos del mundo .Durante su visita, el Santo Padre se reunió con los enfermos y minusválidos en la Basílica de Nuestra Señora Reina de Irlanda, donde habló y bendijo a unas 2500 personas.

Así la fama de Knock, se ha extendido más allá de las costas de Irlanda. En la actualidad atrae a más de un millón de peregrinos al año.
abnegación y recogimiento.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Mar 09, 2012 9:33 am

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz del 8 de Octubre de 2009 IRLANDA

Hijos Míos, no han aprendido nada de todas las catástrofes acontecidas alrededor del mundo; desde terremotos, tsunamis, huracanes, deslices de tierra, inundaciones (muchas más inundaciones se aproximan especialmente por toda Europa). Hijos Míos, ¿por qué no pueden reconocer y ver los signos de su tiempo? Es la mano de su Salvador Jesús que viene acercándose a la Tierra.

Mientras más les permite Jesús el Salvador ver el enorme mal que está conquistando tu país, tu persona y el mundo, más te apartas de Él por tu maldad y oscuridad permaneciendo ciego y sordo.

El anti Cristo está con ustedes. Muchos serán tratados con menos dignidad que los animales. Las preparaciones están listas para deshacerse de muchos alrededor del mundo, especialmente de los pobres, los minusválidos, los viejos y los enfermos. ¡Oh Los gritos de dolor y hambre de muchos –todos ellos muy queridos de Mi Corazón Maternal y del Corazón de Jesús Mi Hijo! Un gobierno mundial está casi instalado.


Un solo banco mundial está instalado. Será un gran medio de control. Una sociedad sin dinero está siendo implementada.

Mis hijos, vienen días muy oscuros en su futuro.

El tiempo de oírme es AHORA. Si no Me escuchan ni responden y no toman de corazón Mi llamado, no les podré ayudar.


Mis hijos del continente americano, les imploro que entiendan y asistan a las Casas de Oración que He colocado para su protección. Oren y ayunen en ellas en reparación de todos los males que cubren al mundo. Le imploro a Dios por Su Misericordia para ustedes. Él será misericordioso con ustedes.

Irlanda se ha enegrecido y sus habitantes no son diferentes a los del resto del mundo. La ambición, lleva al mal y a la oscuridad, luego al hambre y a la muerte.

Hijos Míos, ¿porqué están tan ciegos y sordos? Son tan renuentes a responder. La verdad está alrededor de ustedes pero no quieren escuchar.


Aquellos de ustedes que han recibido gracias en abundancia y curaciones como signo para los demás y aún así han dado la espalda a la verdad de estas gracias recibirán aflicciones mayores –más de las que ya han tenido.

Hijos Míos, escuchen lo que les digo porque más tarde ya no tendrán oportunidad de hacerlo.

Muchas cosas muy malas están sucediendo en el mundo… no sólo la devastación a través de las catástrofes naturales, sino una devastación más grande y profunda a través del control que está planeado ejercer sobre ustedes. Les imploro como su Madre Celestial, por favor, escuchen Mi llamado y respondan. A través de su respuesta Yo los conduciré a la luz.


Lloro por ustedes. Muchísimos de ustedes tienen sus corazones cerrados a Mí. Yo los amo y deseo ayudarles, pero muchos de ustedes han olvidado a Mi Hijo; Jesús y Yo Su Madre los amamos.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”


Nota: Christina entrega este mensaje por su deber ante Dios aunque sabe muy bien del ridículo y sufrimiento que le podría acarrear. Nuestra Madre pide que Sus Hijos vayan a Sus Casas a rezar y a ayunar; pero Christina subraya, como siempre lo ha hecho, que la gente debe hacerlo por su propia y libre voluntad. Su libre decisión es exactamente comparable a la parábola del Evangelio cuando Jesús habla de las diez esposas, cinco de las cuales fueron sabias y estaban preparadas y las otras cinco fueron tontas y llegaron tarde.

Nuestra Madre le dijo a Christina “Hija Mía, ahora te puedes percatar de la necesidad de estar en un lugar de protección. Eres odiada y algunos estás deseosos de quitarte la vida. Dios desea que guíes a la gente a la seguridad. Tu director espiritual es odiado por muchos”.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Mar 09, 2012 9:46 am

IRLANDA


- NUESTRA SEÑORA DE LA ISLA – LADY’S ISLAND
- NUESTRA SEÑORA REINA DE IRLANDA – KNOCK

Son dos de los Santuarios mas vistados en Irlanda.

Los santuarios irlandeses visibles actualmente se remontan al Siglo XI. Las tierras irlandesas --las cuales, si bien situadas en los límites del mundo conocido, fueron de las más fértiles para la conversión luego de la evangelización iniciada el año 432 por san Patricio, originario de Bretaña--, sufrieron en el Siglo VIII las incursiones de las poblaciones vikingas, que saquearon y destruyeron los monasterios de todo el norte de Europa.

El reflorecimiento de la fe católica y de la devoción mariana, se debe al establecimiento en la isla de poblaciones normandas, a partir del Siglo XI, las cuales volvieron a dedicar a la Santísima Virgen muchos lugares que habían estado precedentemente dedicados a los santos locales.

NUESTRA SEÑORA DE LA ISLA – LADY’S ISLAND

La advocación de Nuestra Señora de la isla, localidad dedicada previamente a san Barry, ha sido un lugar muy importante y de gran devocion para Irelanda. La peregrinación a este lugar siguió siendo practicada incluso durante los períodos de mayor persecución por parte de los ingleses, durante el reino de Enrique VIII, con características fuertemente penitenciales: se recorría el perímetro de la isla varias veces, caminando descalzo por el agua. En estos periodos, el fervor católico irlandés se convirtió también en símbolo de la identidad nacional y cultural negada por mucho tiempo por la opresión inglesa. En los momentos de mayor persecución siempre la conciencia de la pertenencia a Cristo y el consecuente confiarse del hombre a su Creador se hacen más intensos y evidentes, no como consecuencia de la necesidad de una toma de posición en el conflicto, sino como un anhelo irreprimible de la verdad por parte del hombre ante la injustificable negación de la misma.
En 1647 la primera asamblea nacional del nuevo reino proclamó a María como su protectora. En 1641 el pueblo irlandés, guiado por el comandante Owen Roe O’Neill, adoptó como grito de guerra “Santa María” y como estandarte del ejército la figura de la Virgen con el Niño. Pero la resistencia fue vencida pronto por las tropas de Oliver Cromwell, el cual, habiendo recorrido toda la isla, destruyó todo vestigio de culto católico y demolió todas las iglesias y conventos.
Lo que permitió a los irlandeses custodiar su identidad católica y alimentar eficazmente la fe fue la recitación, personal o en el hogar doméstico, del Santo Rosario, el cual tuvo un papel tan importante que se convirtió en una característica nacional.
Las leyes penales contra los católicos fueron abolidas recién en 1828 y la rehabilitación social y económica tuvo que esperar un tiempo mayor. Los antiguos santuarios y conventos no fueron reedificados y hasta ahora las ruinas yacen solitarias en medio del campo. Por ello en Irlanda no es posible divisar la presencia de ningún santuario, a excepción del de Knock.

NUESTRA SEÑORA REINA DE IRLANDA – KNOCK

Santuario mariano nacional, constituye meta obligada para todo buen católico irlandés.

Este lugar se origina en una aparición de la Virgen acompañada de San José y de san Juan Evangelista, completada por un altar que tiene encima al Cordero Divino y la Cruz. La aparición se remonta al 21 de agosto de 1879 y se verificó en presencia de quince personas de diversas edades. El santuario goza de la presencia anual de cerca de un millón de peregrinos. El acontecimiento contribuyó a reducir la tensión social y el odio hacia los ingleses y fue interpretado como un signo de la ayuda celestial y un llamado a permanecer fieles a la Iglesia Católica y en particular a la Divina Eucaristía y al culto mariano. El mismo obispo del lugar, Monseñor John McHale, comentó con las siguientes palabras la respuesta favorable de la comisión que estudió los hechos de Knock: “Es un privilegio para la pobre gente del oeste, en su miseria y en su sufrimiento, que la Virgen se haya aparecido a ellos”.

A 1976 se remonta la construcción de una gran iglesia, que se unió al templo parroquial, y la localidad fue honrada con la visita del Siervo de Dios Juan Pablo II el 30 de setiembre de 1979, aniversario de la aparición.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Mar 09, 2012 10:45 am

NUESTRA SEÑORA DE IRLANDA

La advocación mariana de Nuestra Señora, en Irlanda, se le da veneración desde el año 1095 en que S.S. el Papa Urbano II instituyo el Oficio de Nuestra Señora de Irlanda.

El día 17 de marzo cada año se lleva acabo la celebraación de Nuestra Señora de Irlanda. que se venera en este día desde 1697.
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