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Angelopolis escribió:Rosa Mystica
Al final del segundo milenio de la era cristiana, mientras que la Iglesia sufre de dolorosos problemas internos y externos y el mundo parece estar abrumado por grandes olas del materialismo secular y marxista y el rechazo de María progresiva y persistente, de Dios, las caídas visiblemente en Montichiari y de la ciudad industrializada de Lombardía en el norte de Italia, a unos diez kilómetros de Brescia (Italia), la Rosa Mística poniendo sus pies en medio de la majestuosa Catedral (22 de noviembre de 1947) y luego en los escalones de la escala pequeña, rústica piedra, lo que conduce a la fuente de Fontanelle, el campo verde abierto (17 de abril, 1966).
Ella desciende a sus hijos como la Madre de la Iglesia y la humanidad redimida por su Hijo Jesús, una señal tangible de la misericordia del Señor, como la intercesión visible para la humanidad pecadora y pide la protección de renovación contra la acción del diablo más insidiosa, la defensa de la madre Iglesia, la salvación de los pobres y los humildes, los enfermos de cuerpo y espíritu, para aquellos a los que demuestra su voluntad de salvar con amor, dice: "El amor de mi Corazón abraza a toda la humanidad" (13 mayo 1966, 14 de febrero de 1970)
PEPITA GARCIA 2 escribió:BASILICA DE SAN ANTONIO.- ITALIA
La actual Basílica es en gran parte el resultado al que se ha llegado a través de 3 reconstrucciones, de 1238-1310.
En los tiempos de San Antonio aquí se encontraba la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini, más tarde englobada en la Basílica como Capilla de la Virgen Mora.Junto a ella, en 1229, surgió el convento de los frailes fundado probablemente por el mismo San Antonio.
Murio en 1231 en la Arcella, al norte de la ciudad, donde había un monasterio de clarisas, su cuerpo -según sus deseos- fue transportado y enterrado en la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini.
El primer núcleo de la Basílica, una iglesia franciscana de una sola nave con ábside corto, fue iniciado en 1238; posteriormente se añadieron las dos naves laterales y al final se transformó todo en la espléndida construcción que hoy admiramos.
En el iInterior de la Basílica de San Antonio, entramos a la nave central, su arquitectura, gótica en la parte exterior, es claramente diferente en dos partes: la de las naves y la del ábside, más allá del crucero. Esta última esta completamente pintada al fresco. El área de las naves es muy espaciosa, a los lados por dos tranquilas y solemnes naves. Sobre ellas, corre una galería, que acompaña a la nave central, para después encerrar todo el crucero.
Más que los restos de decoraciones y pinturas, impresionan los numerosos monumentos fúnebres, que revisten pilares y otros espacios y son de los siglos XV-XVII.
En la nave central, en la contrafachada el gran fresco de Pietro Annigoni, acabado en 1985, que representa a San Antonio que predica desde el nogal. El hecho tuvo lugar en Camposampiero, Padua, donde el Santo, antes de morir, transcurrió un breve periodo de descanso y de recogimiento, de mayo al 13 de junio de 1231.
En la primera columna de la nave izquierda se puede admirar la Virgen del Pilar. Pintada al fresco, algunos años después de la mitad del siglo XIV, por Stefano da Ferrara. Los ángeles que están encima y a los dos apóstoles de los lados, ya que se añadieron posteriormente. Las brillantes diademas en la cabeza de la Virgen y del Niño se remontan seguramente al Siglo XVII. Sobre el primer altar a la izquierda está el retablo de San Maximiliano Kolbe, pintado en 1981.
La Capilla del Santísimo, 1926-1936. Es la primera capilla de la nave derecha. Se conserva la Eucaristía. Antiguamente se llamaba Capilla de los Gattamelata construida por deseo de la familia del condottiere Erasmo da Narnio La capilla, en estilo gótico, fue acabada en 1458. Su planta es cuadrada, con 4 columnas en las esquinas y la bóveda baída con aristas.
Capilla de Santiago, vista general, 1374. Siguiendo por la nave derecha, se llega al crucero que termina con la Capilla de San Jaime, encargados los nobles de Padua. El ambiente gótico fue realizado a finales de los años 70 del Siglo XIV por uno de los mayores arquitectos y escultores venecianos de la época, Andriolo de Santi. La capilla se abre hacia abajo con cinco arcos trilobulados.
Crucifixión, detalle, 1444-49 Los mármoles y de los frescos, acabados de restaurar en el año 2000, que recubren toda la superficie interna de la capilla. La mirada se dirige inmediatamente a la grandiosa y dramática Crucifixión, obra maestra de Altichiero da Zevio (Verona), el mayor pintor italiano de la segunda mitad del siglo XIV, que lo realizó también en los años 70, cuando se estaba acabando la capilla.
Las ocho lunetas de la capilla y un compartimiento nos presentan algunos momentos de la historia de San Jaime, sacados de la Leyenda anctorum o aurea de Jacopo da Varazze (1255?). En aquel entonces era un texto muy difundido con intenciones devocionales y que daba mucho espacio a tradiciones y leyendas y al que muchos artistas acudieron abundantemente.
El apóstol es Santiago el Mayor, hermano de San Juan, cuyo santuario de Compostela, Galicia - España, era una de las grandes metas de peregrinación de la cristiandad, en los siglos X-XV. A la derecha la salida que lleva al Claustro de la Magnolia y, más adelante, la entrada a la Sacristía; a la izquierda, el conjunto presbiterio-coro cerrado por una magnífica cortina de mármol. Se llega así a la primera Capilla del deambulatorio.
Capilla de las Bendiciones. En esta capilla a los fieles se les bendicen objetos personales, como recuerdo permanente y visible del encuentro de gracia ocurrido en la Basílica. Otra de los frescos: la tragedia del pecado. El sermón a los peces, a la izquierda (1981). El episodio, según la fuente más antigua,
Crucifijo, 1981 El Santo se enfrenta al Tirano Ezzelino da Romano (1982). Según la Chronica del notario padovano Rolandino (1262), el hecho que narra el cuadro sucedió poco tiempo antes de que el Santo se retirara al Eremo de Camposampiero, por lo tanto en mayo de 1231.
La Crucifixión (1983). - Las proporciones, la separación y el resalte dado a la pared falsa con la que está representado el Crucifijo suscitan una inmediata y fuerte reacción. La mirada sigue temblorosa las piernas curvadas y desgarradas llenas de sangre de Cristo. El pecho está alargado hacia abajo y el abdomen hinchado, como sucede en estos condenados. Los brazos están cruelmente estirados y todo el cuerpo parece derrumbarse. El rostro es un tormento. Alrededor, la atmósfera húmeda y cargada está atravesada por un relámpago: única señal, para no dispersar la atención, del eco de la naturaleza. Arriba, en medio, una luz carmesí, de amor y de sangre, revela el sentido y exalta el sufrimiento del sacrificio de Cristo, que parece susurrar: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
Saliendo de la capilla, altas bóvedas de la parte del ábside de la Basílica. Proseguimos a través del deambulatorio, a la derecha la Capilla americana o de Santa Rosa de Lima (1586-1617) patrona de América, de Filipinas y de la India occidental; a la que sigue la Capilla alemana o de San Bonifacio (673-755), gran evangelizador de Alemania; finalmente la Capilla de San Esteban, primer mártir cristiano, que contiene claros y ágiles frescos hechos por el italiano Ludovico Seitz (1907), fecundo pintor del movimiento de los "Nazarenos".A la derecha, al centro del deambulatorio desde donde llegamos a la Capilla del Tesoro.
Capilla del Tesoro, panorámica, 1961 Esta capilla, iniciada en 1691, obra barroca de Parodi, alumno de Bernini, ha encontrado un espacio justo en la Basílica, gótica.La arquitectura se transforma delante de nosotros en un triunfo, que empieza en la balaustrada con sus seis estatuas de mármol, de Parodi. El 'tesoro' de la Basílica, que da el nombre a la capilla y que está recogido en tres nichos separados por pilares acoplados y sostenidos por parejas de ángeles.
En los nichos, se observan algunos recuerdos de San Antonio, que en 1981 fueron puestos en el área y en las paredes que están delante de la balaustrada.
En enero de 1981, con ocasión de los 750 años de la muerte del Santo, intentando precisar el estado de los restos mortales de San Antonio, nominadas con tal fin una "comisión religiosa pontificia" y una "comisión técnico-científica", se abrió la tumba de San Antonio, por segunda vez en la historia. Se encontró: una gran caja de madera de abeto, recubierta por cuatro telas de lino y, sobre ellas, dos mantos dorados refinadamente bordados; en el interior de la gran caja, se encontró una segunda caja más pequeña con dos compartimientos desiguales y con la tapa cerrada por una cuerda con tres sellos; en el interior tres envoltorios de seda roja-carmesí refinadamente bordados y con ricos bordados aplicados, cada uno marcado por un escrito en pergamino cosido indicando el contenido, es decir: todo el esqueleto, excepto el mentón, el antebrazo izquierdo y alguna otra parte menor; los otros restos, en gran parte en estado de polvo; la túnica, en tejido de lana de color ceniza. en el exterior de la gran caja en el nicho que la contenía se encontró: una lápida con las fechas de la muerte del Santo, de su canonización y del traslado de sus restos de la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini a la nueva Basílica, 8 de abril de 1263, varios aros:10 blancos y 50 negros de un collar o una corona.
Relicario de la Lengua de San Antonio, detalle, 1436. Acabada la segunda fase de construcción de la Basílica, con ocasión del 'capítulo general' que reunía en Padua a los franciscanos, y siendo ministro general de la Orden San Buenaventura, se trasladó la tumba del Santo de la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini al centro de la Basílica, bajo la actual cúpula cónica. Se abrió por primera vez el ataúd que contenía los restos del Santo, sobre todo para extraer algunas reliquias que ofrecer a la devoción de los fieles también en otras iglesias.Grande fue la sorpresa al ver todavía incorrupta su lengua. Fue entonces que San Buenaventura, con el corazón lleno de admiración, rezó en voz alta: ¡Oh lengua bendita, que siempre bendijiste al Señor, e indujiste a los demás a bendecirlo; ahora vemos con claridad cuántos méritos adquiriste ante Dios! Se decidió conservar la lengua del Santo, el mentón, el antebrazo izquierdo y alguna otra reliquia menor. Todo lo demás se puso en los tres envoltorios de seda roja-carmesí, de los que ya hemos hablado, y se colocó en una pequeña caja y ésta, a su vez, en la caja más grande.
Capilla del Tesoro: Se encuentra la túnica del Santo, las dos cajas de madera, la cuerda de los dos sellos, las tres telas de seda roja-carmesí recompuestas en capa pluvial, las dos grandes telas doradas, la lápida, las monedas y los aros. Todo cosas que se pueden observar con devoción. Relicario del Mentón de San Antonio, 1349S. Han pasado más de 770 años de la muerte del Santo y su lengua constituye un milagro perenne, único en la historia y lleno de significado religioso, como sello de la obra de evangelización de la sociedad por obra del Santo.
La Capilla polaca o de San Estanislao († 1079), obispo y mártir, patrón de Polonia; después la Capilla austrohúngara o de San Leopoldo (1075-1136), margrave y patrón de Austria; a continuación la Capilla di San Francisco; y finalmente la Capilla di San José.
La Capilla de la Virgen Mora se encuentra La imagen de la Virgen Mora que domina el altar fue realizada en 1396 La gente de Padua la llamó 'Virgen Mora' por el rostro oscuro, pero el título demuestra sobre todo su relación de familiaridad. Al norte se abre la Capilla del beato Lucas Belludi, llamada también de los Santos Felipe y Santiago el Menor, apóstoles. Se añadió al conjunto de la Basílica en el siglo XIV, y se llama del Beato Lucas, compañero y sucesor de San Antonio, porque debajo de la mesa del altar se encuentra su tumba. Aquí, los estudiantes de Padua, que se encomiendan a la intercesión del beato en su difícil tarea en los estudios.
La Capilla fue al principio dedicada a los santos Felipe y Santiago. Muy interesantes son los frescos del florentino Giusto de' Menabuoi, que se remontan también a la segunda mitad del siglo XIV (1382). Perdidos a causa sobre todo de la humedad, fueron recuperados recientemente por una restauración de gran éxito que valorizó el notable nivel artístico.
El sarcófago colgante actualmente está vació. El altar es del siglo XIII y parece que de 1263 a 1310 fue el altar-tumba de San Antonio, colocado delante del presbiterio de la Basílica, debajo de la cúpula cónica.
Capilla de San Antonio, panorámica, siglo XVI.- La tumba del Santo fue llamada desde el principio 'Arca'. En esta capilla, debajo de la mesa del altar y a una altura de hombre, se encuentra la tumba del Santo, colocada ahí después de haber estado de 1231 a 1263 en la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini (hoy Capilla de la Virgen Mora) y desde 1263 a 1310 en el centro de la Basílica, delante del presbiterio, debajo de la actual cúpula cónica; es incierta, en cambio, la colocación de la tumba de 1310 a 1350 (que puede haber sido incluso la actual). Desde 1350 ha estado siempre en esta capilla.
Hasta principios del siglo XVI el estilo con el que estaba decorado la capilla era el gótico, pintada al fresco por Stefano da Ferrara, el mismo autor de la Virgen del Pilar. La decoración actual, del siglo XVI, muy unitaria del punto de vista arquitectónico y escultórico, parece que debe atribuirse a Tullio Lombardo.
El altar es más bien sobresaliente, pero el artista Tiziano Aspetti (que lo realizó hacia finales del siglo XVI) estaba condicionado por la altitud difícil de modificar de la tumba, seguramente precedente. Las estatuas del altar (San Antonio entre San Buenaventura y San Ludovico de Anjou) son del mismo artista, mientras que otros artistas realizaron los ángeles que llevan los cirios y los dos pequeños candelabros. Los más grandes y esbeltos, sobre soportes de ángeles de mármol, fueron creados por Filippo Parodi.
Altorrelieves que acompañan el itinerario alrededor de la tumba. - Con un poco de atención y de buen sentido se puede acordar, para quien los desee, una parada de recogimiento en la tumba del Santo con un vistazo general a los nueve altorrelieves que la capilla nos propone.
El conjunto coro-presbiterio-Presbiterio de la Basílica de San AntonioPara visitar este sector de la Basílica es necesario dirigirse a uno de los custodios.
La decoración de la parte del ábside de la Basílica. La decoración pictórica que recubre la parte del ábside de la Basílica fue realizada por el pintor de Bolonia Achille Casanova y otros, entre 1903 y 1939, basándose en un amplio proyecto iconográfico que no presentamos aquí. La intervención fue muy criticada, porque era demasiado escolástica y molestaba las líneas arquitectónicas que habría tenido que acompañar con simpleza y discreción. Pero sería reductivo ver sólo esto. La obra tiene efectivamente algo grandioso y es sin duda única. Cuando la Basílica está correctamente iluminada, nos quedamos fascinados por una viva e intrigante emoción.
El coro: con este término hablamos tanto del ambiente de detrás del altar mayor como de todo el conjunto de la sillería donde se colocan los religiosos para la celebración de la "Liturgia de las horas", que es la oración oficial de la Iglesia en el mundo, y durante la cual no falta nunca el recuerdo por todos aquellos que se encomiendan a la oración de los frailes.
Hasta el año 1649 el coro se encontraba delante del actual altar, en el presbiterio. Así fue hasta el Concilio de Trento en la mayor parte de la iglesias que tenían coro, como se puede ver todavía hoy en las iglesias anglicanas; posteriormente el coro se fue gradualmente llevando detrás del altar para permitir a los fieles ver mejor el altar y seguir con mayor atención la liturgia. La actual sillería del coro de la Basílica se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII. La anterior, obra maestra gótica de los hermanos Lorenzo y Cristoforo Canozzi y otros artistas (1462-69), fue destruida por el incendio de 1749.
El candelabro pascual: obra maestra de Andrea Briosco. En la parte norte del altar se puede observar el magnífico candelabro pascual en bronce de Andrea Briosco, llamado el 'Riccio', acabado en 1515. No sólo por sus dimensiones (3,92 metros más 1,44 metros de la parte baja de mármol), sino también por su complejidad y nivel de realización, es uno de los más importantes candelabros del Occidente cristiano.
El conjunto de Donatello: una grandiosa sinfonía a la vida y a la fe. Concluimos la visita a la Basílica, observando algunas de las treinta obras que el gran Donatello creó en Padua, de 1444 a 1450, y que constituyen unos de los acontecimientos fundamentales del Renacimiento y de las artes no sólo italianas.
La Deposición. - La obra (que se encuentra detrás del altar mayor) es de piedra de Nanto (Colli Berici, Vicenza). Cuatro discípulos, angustiados por el dolor, colocan el desnudo e inerte cuerpo de Cristo en el sepulcro. Detrás estalla el dolor de las mujeres. En el centro María Magdalena: más que las otras 43 mujeres expresa el horror de haberse quedado sola, en la memoria de su pecado. Y, en la revelación cristiana, es la causa profunda de la muerte.
Detrás del altar, a la derecha, San Antonio que hace que hable un recién nacido (para que atestigüe la fidelidad de su madre, injustamente acusada por el marido). Abajo a la derecha: el buey (alado y nimbado para indicar que es el símbolo de un santo, en el caso del evangelista San Lucas); a la izquierda: el león (símbolo de San Marcos).
El altar mayor. El que ahora vemos fue realizado en 1895 por Camillo Boito (hermano del músico Arrigo) y último entre los distintos altares levantados en la Basílica a lo largo de los siglos. Estas variaciones se debieron al cambio de la sensibilidad y de la práxis litúrgica. En el actual se reunieron todas las obras maestras de Donatello, que antes estaban distribuidas en otros lugares de la Basílica. A continuación las describimos uno a uno.
Los 14 pequeños ángeles y el Difunto Jesús. Abajo, a lo largo del lado frontal y en los lados laterales del altar, se colocaron 10 originales ángeles músicos (en diez paneles) y 4 ángeles cantantes (en dos paneles, los del lado de Cristo muerto). Aunque no falta en ellos algo de torpe, porque en el arte de aquella época todavía no se había llegado a una buena representación del niño, estos angelitos suscitan en nosotros una inmediata simpatía por el tesón infantil con el que representan su papel.
La puertecita del Tabernáculo presenta a Cristo muerto sentado en el sepulcro(de 1496: no se conoce el escultor). A los lados: a nuestra izquierda, San Antonio reinjerta el pie a un joven (que se lo había cortado desesperado por haber dado una patada a su madre); a la derecha, El corazón del usurero (que no se encuentra en el pecho del usurero, sino en su caja fuerte).
Sobre el altar, a nuestra izquierda: Santa Justina (joven mártir paduana, cuyo culto se atesta desde fines del siglo V y a la que se le dedicó la gran Basílica en el cercano Prato della Valle); a la derecha, San Daniel (joven diácono de Padua, mártir a principios del siglo IV y cuyos restos descansan en la Catedral). El altar extiende a ambos lados dos alas más bajas sobre las cuales, a nuestra izquierda, tenemos: abajo, el ángel (símbolo de San Mateo) y, arriba, San Ludovico; a nuestra derecha: abajo, el águila (símbolo de San Juan evangelista) y, arriba, San Prosdócimo.
San Francisco y San Antonio. - A ambos lados de la Virgen, Donatello nos presenta a San Francisco y a San Antonio, grandes protagonistas de la vida religiosa y cultural del siglo XIII.
Madonna.- La Virgen y el Niño. El tema central. La Virgen es muy joven, también ella en muchas partes incompleta: recién salida de la obra del fundidor, tiene la frescura de la primera creación. Impresiona tanta belleza unida a tanta persistencia de dolorosos pensamientos. Recerda a las imagenes antiguas.
Detrás de la Virgen se levanta el Crucifijo, no fue realizado para el altar, sino para ser colocado en medio de la iglesia. El clavo hincha y endurece las venas transversales del pie derecho. El ojo recorre con gran dolor las piernas arqueadas e inclinadas hacia la derecha, pero todavía no están rígidas. Son impresionantes, de forma especial si les da la luz, el vientre y el pecho, que dejan ver el esqueleto. Los brazos están todavía recorridos por el escalofrío vivo de las venas y de los nervios. El rostro es el de un héroe que infunde belleza y coraje.
La sacristía está precedida por un atrio llenos de valiosos frescos. Se atribuyen a un seguidor de Girolamo Tessari (llamado también 'Dal Santo'). Representan dos milagros: San Antonio predica a los peces y el vaso lanzado a tierra que queda intacto (ambos de 1528).
En la luneta sobre la puerta, un bonito fresco de mitades del siglo XIII: La Virgen con el Niño entre los santos Francisco y Antonio. En la sacristía, se admira inmediatamente el arco vivísimo por lo frescos de Pietro Liberi que cantan, con creatividad y contenida fantasía, la gloria de San Antonio (1665).Por desgracia ahora quedan pocos restos de los frescos.
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