1. ¿Cuál es el proceso espiritual del trabajo vocacional?“Situarse ministerial y evangelizadoramente en la Iglesia no es algo que dependa únicamente de la iniciativa personal. Es primordialmente llamada gratuita de Dios, vocación divina, que debe percibirse, a través de un discernimiento, escuchando al Espíritu Santo y situándose ante el Padre por Cristo y frente a la Comunidad concreta e histórica a la que hay que servir. Es también fruto y expresión de la vitalidad y madurez de toda la Comunidad eclesial.” (Discurso inaugural de Juan Pablo II en la III Conferencia del CELAM, Puebla 1979)
“No hay que olvidar que la pastoral vocacional sólo puede apoyarse en el cultivo de una vida espiritual sólida, de compromiso personal con Cristo y con la Iglesia, entre los jóvenes. El testimonio de vida y el cultivo espiritual acompañados de la oración de la Iglesia son medios indispensables.” (Orientación Pastoral JESUCRISTO: Camino, Verdad y Vida del Cardenal Francisco Robles Ortega, Febrero 2006, en ese entonces Arzobispo de Monterrey).
El agente de la Pastoral Vocacional debe permanecer en actitud continua de oración, acompañado por toda la comunidad eclesial y en una búsqueda de ser fiel a la Palabra de Dios y a la realidad que lo interpela e invita a un mayor compromiso.
Además de lo anterior, nuestros obispos nos han señalado la necesidad de incentivar una formación integral, gradual y permanente de los laicos, para que puedan responder a su vocación en la Iglesia y en el mundo; dado que el agente de la Pastoral Vocacional tiene una obligación en especial de ser un modelo de vocación, se puede decir que su formación permanente debe abarcar las dimensiones humana, espiritual, doctrinal/intelectual y pastoral/apostólica.
“La escasez actual de vocaciones produce tristeza, sobre todo por la conciencia clara de que el ministerio sacerdotal es insustituible en la Iglesia, pero la solución no se encuentra en una actitud estéril de lamentación pasiva. No podemos quedarnos en eso.
“El primer medio para cultivar las vocaciones es intensificar la vida de oración en todas nuestras comunidades siguiendo el consejo del Señor… Es un medio al alcance de toda la Iglesia… Para que nazcan y maduren estas vocaciones, para que las personas llamadas se mantengan siempre dignas de su vocación, es decisiva ante todo la oración, que no debe faltar nunca en cada una de las familias y en la comunidad cristiana.” (Orientación Pastoral JESUCRISTO: Camino, Verdad y Vida del Cardenal Francisco Robles Ortega)
“En el complejo problema vocacional es necesario, en todo momento y a todos los niveles, el recurso ininterrumpido a la oración personal y comunitaria. Es Dios quien llama; es Dios quien da eficacia a la evangelización. El mismo Cristo nos dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad al Dueño de la mies envíe obreros a su mies» (Lc 10,2)”
Recordando que toda vocación nace de la «in-vocación», hay que fomentar las campañas de oración a fin de que el pueblo tome conciencia de las necesidades existentes. “La vocación es la respuesta de Dios providente a la comunidad orante.” (Puebla 1979)
2. Encontrar los 10 puntos más importantes de nuestro propio CARISMA y explicarlos en el pleno.Yo soy miembro del Apostolado Serra. El Movimiento Serra Internacional es una organización apostólica de la Iglesia que está integrada por laicos.
Sus objetivos y propósitos son:
Promover y apoyar las vocaciones al sacerdocio ordenado, y acompañar en amistad a los sacerdotes en su ministerio.
Animar y afirmar las vocaciones a la vida consagrada.
Ayudar a sus miembros a escuchar y responder en su vida al llamado de Dios para alcanzar la santidad en Jesucristo, por medio de la acción del Espíritu Santo.
En estos objetivos se encuentra implícito nuestro carisma, pero puedo explicitarlo con el siguiente texto tomado de
http://www.es.catholic.net/laicos/, que define muy claramente el pensamiento del Apostolado Serra:
Hacer apostolado significa compartir, significa guiar, significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su fin, que es Dios.
A todos nos ha sucedido alguna vez que, al asistir a un espectáculo muy bueno o ir de viaje a un lugar hermoso —o al conocer y platicar con alguien famoso—, inmediatamente surgen en nosotros deseos de platicárselo a los amigos, de compartir esa experiencia con aquellos que queremos.
Cuando estás emocionado con algo, quieres hablar de ello todo el día y con todas las personas que te encuentres. En eso consiste el apostolado: hablar de ese tesoro que has encontrado, de ese camino a la verdadera felicidad que has descubierto.
El apostolado es una señal de amistad. Sería muy egoísta guardarte el secreto para ti solo dejando que tus amigos se vayan por rutas incorrectas. Hacer apostolado significa compartir, significa guiar, significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su fin, que es Dios.
Sin embargo, tal vez en este momento te hagas una pregunta: ¿de qué manera puedo asumir mi llamado al apostolado?
Hay diversos tipos de apostolado:
El apostolado del testimonio: consiste en actuar siempre bien, en privado y en público; en convencer a los demás del camino a seguir, caminando tú primero. Que al verte feliz y realizado los demás deseen seguirte e imitarte.
El apostolado de la palabra: consiste en hablar de lo que has descubierto. Puedes realizarlo escribiendo libros, dando conferencias o en pláticas informales, durante un rato de convivencia o en la comida, en donde compartas con los demás tus experiencias y tus conocimientos sobre el camino a la felicidad.
El apostolado de la acción: consiste en organizar, dirigir o colaborar en alguna obra o acción específica de ayuda a los demás. Esto se puede realizar a través de la acción social, las misiones o cualquier otra acción que dé a conocer a Dios a los demás.
El apostolado de la oración y el sacrificio: consiste en orar, rezar y sacrificarse por los demás. Muchas veces te encontrarás con personas a las que es imposible convencer mediante las palabras o el testimonio. Con ellas, necesitas más que nunca el poder de Dios, recurrir a Él y pedirle su ayuda.
En cierta ocasión los discípulos de Jesús llegaron con Él muy desanimados por no poder sacar un demonio, y Cristo les contestó: "Ese tipo de demonios sólo pueden expulsarse con la oración y el sacrificio". (Mt. 17, 21)
3. Reflexionar sobre los primeros pasos del proceso que son conocer y entender-asimilar: ¿Cómo presentarlos? ¿Cuáles motivaciones se pueden ofrecer para vivirlos? ¿Peligros con los que nos podemos enfrentar respecto a estos puntos?Los diversos integrantes y miembros de la Iglesia comprometidos en la Pastoral Vocacional harán tanto más eficaz su trabajo, cuanto más estimulen a la comunidad eclesial como tal -empezando por la parroquia- para que sientan que el problema de las vocaciones sacerdotales no puede ser encomendado en exclusividad a unos "encargados" pues, por tratarse de "un problema vital que está en el corazón mismo de la Iglesia", debe hallarse en el centro del amor que todo cristiano tiene a la misma.
También los fieles laicos… cada uno con los medios y modalidades propios, tienen una gran importancia en la pastoral de las vocaciones sacerdotales. Cuanto más profundicen en el sentido de su propia vocación y misión en la Iglesia, tanto más podrán reconocer el valor y el carácter insustituible de la vocación y de la misión sacerdotal.
4. ¿Cómo asegurar la constancia en la espiritualidad del trabajo vocacional o cultura vocacional de una congregación o comunidad, para que no se decaiga en el espíritu?Por medio del conocimiento y compromiso que se tome personal y comunitariamente, para ello es necesario concientizar a todos los miembros de la comunidad de lo vital de vivir este compromiso.