Que la paz del Señor esté con todos ustedes.
Me permito entregar mi participación del tema 5.
1.- ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar seguros de que hay vida tras la muerte?
R: Creo que esta pregunta me la haría una persona sin o muy poca espiritualidad, alguien que está más en el camino de la razón materialista. Por lo que ahondaría con ella en tres vertientes: el intelecto humano, que va más allá de los instintos animales o la programación genética vegetal; el intelcto humano razona, el intelecto animal sólo reacioana. La voluntad; en las planas no hay una voluntad de crecer, sino una consecuencia de factores -internos: genes, y externos: condiciones adecuadas para desarrollarse-, y en los animales la voluntad está emparejada con el condicionamiento y la satifacción inmediata de factores biológicos: tienen miedo: huyen, tienen frío: buscan calor; habre, comen... En el ser humano hay una voluntad de libertad, de autoexigencia, autodeterminación (un gato no se define gato, un hombre se define libre o esclavo). Un claro ejemplo es un adicto, y aquí rozamos un tercer aspecto la auto-reflexión. No me quiero extender, pero he tendido diálogos, y mauchos, con personas altamente calificadas en ciencias médicas humanas, y entre más argumentos me dan de que somo sólo materia, más argumentos aportan para creer en el alma inmortal. Finalmente es cosa de abrir la mente (la mayoría de los científicos, sobre todo jóvenes, son soberbios) y no sólo las neuronas.
2.- ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
R: infierno: un lugar de eterno sufrimiento y tormento, elegido por la persona con plena voluntad.
purgatorio: expiación, purificación y limpieza que se da a las almas para que lleguen plenamente purificadas ante Dios.
cielo: la convivencia sin límites en la Santísima Trinidad, lugar de inmsenso amor donde todos amamos inmensamente a todos.
3.- ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
R: De esperanza, espectante y activa a la vez, ya que sí da algo de miedo, pero el amor debe ser más grande y fuerte: como quien espera que venga a quien ama, se sienten "mariposas en el estómago", pero se aquietarán cuando al fin sienta el abrazo de esa persona. Dan -como dirían en mi pueblo- cosquillas, pero al final voy no sólo a reír, sino a gozar el amor en toda su fuerza.
4.- ¿Has intentado como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?
R: Sí. Muy parecido a este mundo: pero sin necesidades, ni nada que lo manche; ahí, voy a estar muy diferente a como soy ahora, digo: me parecere en lo físico, pero no en lo demás, porque no habrá necesidad de nada, sólo amor, júbilo, compañía, luz y paz... Y muchas cosas divertidas que hacer.
Gracias. Es todo. Que el manto de la siempre virgen María de Guadalupe nos cubra en nuestras necesidades.