1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
R/ Considero que al tomar la decisión de casarse por la Iglesia la persona debe ser absolutamente consciente de la indisolubilidad del matrimonio, del compromiso en libertad que se asume con Dios y la persona a la que se ha elegido. El divorcio nunca será solución ya que deja vacíos en el alma de ambos cónyuges, más aún si hay hijos fruto de la relación. Un divorcio desgasta, daña más; meses o años juntos no pueden tirarse a la basura por uno o varios momentos de enojo, fustración, desengaño o hasta miedo. Las soluciones pueden ser: el diálogo sincero, la apertura de corazón, la búsqueda de soluciones mediante consejería individual y luego matrimonial, el compartir en retiros o convivios de parejas, que ayuden a fortalecer los aspectos positivos de la relación y del amor, a descubrir el fin básico del amor: la donación, hacer feliz al otro, que ayuden a trabajar las áreas vulnerables o negativas e ir poco a poco sanando heridas.
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
R/ Precisamente por el punto de la indisolubilidad del matrimonio. No es un juego, es una elección libre, consciente, un compromiso adquirido para siempre, a pesar de todo, de todos, aún más de mí mismo(a). La potestad de decidir al respecto se nos da divinamente sólo una vez ( el día de nuestra boda, en el momento del consentimiento) de ahí en adelante el vínculo matrimonial es para toda la vida y nada de lo que yo o mi esposo(a) haga o deje de hacer lo cambiará. Igual que un hijo seguirá siendo mío a pesar de mí mismo(a).
3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
R/ Porque promueven la falta de compromiso, de respeto a mi propia palabra, a mis ideales, principios y hasta mi formación. Porque propician el dolor, el sufrimiento y el resentimiento tanto de los miembros de la pareja como de sus familias, especialmente los hijos. Porque hacen que se pierda de vista el fin último del amor y búscan satisfacer sólo los deseos egoístas e individualistas de quien recurre a él.
4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
R/ Al contrario,me parece hermoso poder tener espacios como este para aprender, retroalimentarnos y compartir con otros(as) que desean igual que yo hacer de nuestras familias y sociedades gente más sencible, con principios sólidos y que busquen agradar a Dios y cumplir en obediencia Su Voluntad para hacer del mundo un lugar mejor.
Gracias por este espacio compartido. Que el Señor les bendiga hoy y siempre.