.Segundo Misterio de Gloria:
La Ascensión de Jesucristo nuestro Señor al Cielo(Hecho de los Apostoles1,3-11)
La Ascensión de Jesucristo nuestro Señor al Cielo.Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» Ellos lo rodearon preguntándole:- «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.»
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:- «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»Palabra de Dios
Estando en ese instante sobrecogidos con la gracia, bendecidos por la mano de quien había resucitado, esperando más palabras de su Maestro amado, miran como su cuerpo deja la humana tierra, se eleva en una nube, se pierde de todos sus ojos, asciende nuestro origen, parte pleno hacia Dios.
Ha vencido a la muerte, iniquidades sin término dejan de lado su vida; sube, encuentra, para llegar al Padre, vence para ilusionar el corazón de sus hijos; para que sepan, con certeza, que una vida nueva les espera, que nos preparará, para todos, espacio donde quedarse, para que gocemos, con Él, de la visión más admirable, para que sepamos que, por Él, perdonados hemos quedado.
Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.