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Vcky escribió:
Hola. Con gusto de iniciar este curso. Citaré el Párr 8:
“Antes bien, esa civilización que choca de frente con las santas doctrinas y las leyes de la Iglesia, no es sino una falsa civilización, y debe considerársela como un nombre vano y vacío. Y prueba de esto bien manifiesta son los pueblos que no han visto brillar la luz del Evangelio; y en los que se han podido notar a veces falsas apariencias de civilización; mas ninguno de sus sólidos y verdaderos bienes ha podido arraigarse ni florecer en ellos. En manera alguna, pues, puede considerarse como un progreso de la vida civil, aquel que desprecia osadamente todo poder legítimo; ni puede llamarse libertad, la que torpe y miserablemente cunde por la propaganda desenfrenada de los errores, por el libre goce de perversas concupiscencias, la impunidad de crímenes y maldades, y la opresión de los buenos ciudadanos, cualquiera que sea la clase a la que pertenecen.”
Este párrafo llamó particularmente mi atención porque estas palabras son palabras que bien podríamos aplicar en nuestro contexto social y actual. La encíclica de León XIII fue escrita hace más de un siglo y sus palabras siguen calando en nuestras vidas. Ciento treinta y cuatro años han pasado y dentro de ellos cuántas innumerables cosas la humanidad ha vivido. He de mencionar principalmente el desarrollo tecnológico que nos pone en una plataforma muy elevada respecto a tiempos anteriores. Nos llamamos una sociedad civilizada, con tecnología de punta. Conocemos más de cerca el universo, las distancias se han acortado en el mundo, etc. Todo ello ha sido extraordinario, y lo podemos usar para el bien. Pero, lamentablemente esta civilización tan avanzada en ciencia, es sólo una apariencia de civilización. Pues, ¿de qué sirve el progreso exterior si el progreso interior, el espiritual, está retrocediendo? Y lo vemos en tantos países que sufren la guerra, que usan la ciencia para el mal; el poder corroe, el autoritarismo es visible, el hambre es inevitable, nuestro hogar, la Tierra, se debilita lentamente... Y cuando no hay valores en el corazón humano, cuando Dios no es el que rige nuestras vidas, entonces ¿hacia dónde vamos?
Mucha oración hermanos, y mucha esperanza en Cristo. Seamos fieles a Él. Saludos
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