por semijuandedios » Dom Jun 24, 2012 9:24 pm
La Capilla Sixtina es la capilla más famosa del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, la residencia oficial del Papa. Se encuentra a la derecha de la Basílica de San Pedro y originalmente servía como capilla de la fortaleza vaticana. Es famosa por su arquitectura, evocadora del Templo de Salomón del Antiguo Testamento, y su decoración al fresco, obra de los más grandes artistas del Renacimiento, incluyendo a Miguel Ángel, Rafael y Botticelli. Por orden del papa Julio II, Miguel Ángel decoró la bóveda (1.100 m²) entre 1508 y 1512. A Miguel Ángel no le agradó este encargo, y pensó que su trabajo era sólo para satisfacer la necesidad de grandeza del Papa. Sin embargo, hoy la bóveda, y especialmente El Juicio Final, son considerados como los mayores logros de Miguel Ángel en la pintura.
Fue construida entre 1471 y 1484, por orden del papa Sixto IV, de quien toma su nombre, para restaurar la antigua Capilla Magna. Recién terminadas las obras, un grupo de pintores que incluía a Botticelli, Pietro Perugino, Luca Signorelli y Domenico Ghirlandaio pintaron una serie de paneles al fresco sobre la vida de Moisés (a la izquierda del altar, mirando hacia El Juicio Final) y la de Jesucristo (a la derecha del altar), acompañadas por retratos de los Papas que habían gobernado la Iglesia hasta entonces en la zona superior y por cortinas pintadas con trampantojo. Las pinturas fueron concluidas en 1482, y el 15 de agosto de 1483, Sixto IV consagró la primera misa celebrada en la capilla a la Asunción de María.
Desde la época de Sixto IV, la capilla ha servido como lugar de diversas actividades papales. Hoy es la sede del cónclave, la reunión en la que los cardenales eligen a un nuevo Papa.
UN POCO DE HISTORIA POR QUE NO...
La Capilla Sixtina es conocida especialmente por ser la sede de los cónclaves papales, sin embargo, es la capilla de la Casa Pontificia. En la época de Sixto IV, a finales del siglo XV, este cuerpo estaba formado por unas 200 personas, incluyendo clérigos, oficiales de la Santa Sede y laicos distinguidos. Había 50 ocasiones a lo largo del año establecidas por el calendario papal en las que la Capilla Pontificia al completo debía reunirse. De esas 50 ocasiones, 35 eran misas, de las cuales ocho eran celebradas en basílicas, generalmente en la Basílica de San Pedro, y a ellas asistían numerosos fieles. Estas misas incluían la de Navidad y la de Pascua, en las que el Papa era el celebrante. Las otras 27 misas podían ser celebradas en un espacio más pequeño e íntimo, para lo cual fue usada la Capella Maggiore, antes de ser reconstruida como Capilla Sixtina.
La Cappella Maggiore recibió su nombre, la Capilla Magna, del hecho de que existía otra capilla también usada por el Papa y su séquito para el culto diario. En la época de Sixto IV, ésta era la capilla del papa Nicolás V, que había sido decorada por Fra Angelico. Está documentado que la Cappella Maggiore existía en 1368. Según un comunicado de Andreas de Trebisonda a Sixto IV, en el momento de su demolición para dar paso a la capilla actual, la Cappella Maggiore estaba en estado de ruina, con las paredes inclinadas.
La capilla actual, en el lugar de la Cappella Maggiore, fue diseñada por Baccio Pontelli para Sixto IV, de quien toma su nombre, y construida bajo la supervisión del arquitecto Giovanni de Dolci entre 1473 y 1481. Las proporciones de la capilla actual parecen mantener estrechamente las de la original. Tras ser completada, fue decorada con frescos de algunos de los artistas más famosos del Alto Renacimiento, incluyendo a Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y Miguel Ángel.
La primera misa en la Capilla Sixtina fue celebrada el 15 de agosto de 1483, fiesta de la Asunción, y en la cual la capilla fue consagrada a la Virgen María.
La Capilla Sixtina ha mantenido sus funciones hasta el día de hoy, y continúa siendo la sede de los eventos importantes del calendario papal, a menos que el Papa esté de viaje. Hay un coro permanente, la Capilla musical pontificia, schola cantorum o escolanía de la Capilla Sixtina, para el cual han sido compuestas algunas piezas originales, la más famosa es el Miserere de Gregorio Allegri.
Dos importantes encuentros de artistas con el Papa tenían lugar en la Capilla Sixtina. El 7 de mayo de 1964, Pablo VI convocó allì la Misa con artistas. En su discurso al final, subrayó la íntima vinculación entre arte y religión, y ofreció a los artistas una alianza de amistad. El 21 de noviembre de 2009, en la Capilla Sixtina se reunieron más de 260 artistas con el Papa Benedicto XVI. Su alocución fue una profunda reflexión sobre la belleza poniendo el ejemplo del fresco del Juicio Final de Miguel Ángel.
EL CÓNCLAVE PAPAL
Una de las funciones principales de la Capilla Sixtina es la de sede de la elección de cada Papa en el cónclave del Colegio cardenalicio. Durante un cónclave, una chimenea es instalada en el tejado de la capilla, en la que el humo actúa como una señal. Si sale humo blanco, (fumata bianca), formado al quemarse las papeletas de la elección, significa que se ha elegido a un nuevo Papa.
Si ningún candidato obtiene la mayoría (dos tercios de los votos), sale humo negro (fumata nera), formado al quemarse las papeletas junto con paja húmeda y algunos productos químicos, que indica que todavía no ha habido una elección satisfactoria.
El cónclave también proporciona a los cardenales un lugar en el que pueden oír misa, comer, dormir y pasar el tiempo asistidos por sirvientes. Lós cónclaves han sido celebrados en la Capilla Sixtina desde 1455, y hasta el Cisma de Oriente fueron celebrados en la basílica dominica de Santa Maria sopra Minerva. Desde 1996, la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II establece que los cardenales se alojen en la Domus Sanctae Marthae durante el cónclave, pero que las votaciones se realicen en la Capilla Sixtina.
Antiguamente, todos los cardenales electores tenían un palio como signo de equivalente dignidad. Después de que el nuevo Papa aceptaba su elección, daba su nuevo nombre; en ese momento, los cardenales tiraban de una cuerda atada a sus asientos para bajar sus palios. Hasta las reformas establecidas por Pío X, los palios eran de diferentes colores para distinguir a los cardenales nombrados por cada Papa. Pablo VI abolió los palios completamente, ya que durante su papado, el Colegio de Cardenales había aumentado hasta el punto de que los cardenales tenían que sentarse en dos filas, haciendo que los palios obstruyeran la visión de los cardenales de la fila trasera.
ARQUITECTURA
Exterior
La Capilla es un edificio alto y rectangular de ladrillo, y su exterior no tiene adornos arquitectónicos ni escultóricos, como es común en muchas iglesias medievales y renacentistas de Italia. No tiene fachada principal ni entradas exteriores; sólo se puede acceder a través del interior del Palacio Apostólico, y el exterior sólo es visible desde las ventanas de alrededor y desde patios interiores del palacio. Los espacios internos están divididos en tres niveles, de los cuales el inferior es el más grande, con un sótano abovedado con varias ventanas utilitarias y un acceso al patio exterior.
Encima está el espacio principal, la Capilla Sixtina. El edificio tenía seis ventanas altas y arqueadas en cada lado y dos en cada extremo, pero algunas de ellas han sido tapadas. Encima de la bóveda hay otra planta con salones para la Guardia Suiza Pontificia. En esta planta se construyó un pasillo al aire libre que rodeaba el edificio, con una arcada en fachada. Este pasillo ha sido cubierto pues originaba goteras en la bóveda de la Capilla.
El hundimiento y agrietamiento de la mampostería también ha afectado a la Capilla, y ha requerido la construcción de grandes contrafuertes que refuercen las paredes exteriores. La construcción de otros edificios contiguos también ha alterado el aspecto exterior de la Capilla.
Interior
Las medidas interiores de la Capilla Sixtina son 40,9 metros de largo por 13,4 metros de ancho, las dimensiones del Templo de Salomón según el Antiguo Testamento. El techo abovedado se encuentra a 20,7 metros de altura.
La medida exacta es difícil de determinar, sin embargo, las proporciones generales de la Capilla son correctas con un margen de unos pocos centímetros. La longitud es la medida de referencia: dividida por tres da el ancho y dividida por dos da la altura.
Para matener la proporción, había seis ventanas a cada lado y dos en cada extremo. La mampara que divide la capilla se colocó inicialmente a medio camino desde el altar, pero esto ha cambiado. Proporciones claramente definidas fueron una característica de la arquitectura renacentista y reflejaban el creciente interés en la herencia Clásica de Roma.
El techo de la capilla es una bóveda de cañón rebajada que surge de una serie de lunetas que rodean las paredes donde surgen los arcos de las ventanas. La bóveda está cortada en sentido transversal por pequeñas bóvedas formadas sobre cada ventana, que la dividen en su nivel más bajo en una serie de grandes pechinas elevadas sobre pilastras poco profundas entre las ventanas. La bóveda de cañón fue pintada originalmente de color azul brillante con estrellas doradas, según el diseño de Piermatteo d'Amelia. El pavimento es de cosmatesco, un estilo decorativo que usa mármol y piedra coloreada en un diseño que refleja la proporción previa en la división del interior y también marca el camino procesional desde la puerta principal, utilizado por el Papa en ocasiones importantes, como el Domingo de Ramos.
La mampara o transenna de mármol, obra de Mino da Fiesole, Andrea Bregno y Giovanni Dalmata divide la capilla en dos partes. Originalmente había el mismo espacio para los miembros de la Capilla Pontificia, en el lado del altar, y para los peregrinos y los ciudadanos al otro lado. Sin embargo, al crecer el número de asistentes del Papa, la mampara fue movida reduciendo la zona de los fieles. La transenna esta coronada por una hilera de candeleros ornamentados, antiguamente dorados, y tiene una puerta de madera, donde antiguamente había una puerta de hierro forjado dorado, Los escultores de la transenna también crearon la cantoria o galería del coro.
TAPICES DE RAFAEL
En 1519 las paredes laterales son cubiertas con una serie de tapices, cuyos originales fueron diseñados para la capilla por Rafael y representan episodios de la Vida de San Pedro y la Vida de San Pablo tal y como las describen los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles: los cartones preparatorios de tamaño natural para siete de los diez tapices son conocidos como Cartones de Rafael y se conservan en el Museo de Victoria y Alberto de Londres. Los tapices de Rafael fueron saqueados durante el Saco de Roma de 1527 y fueron quemados por el metal precioso que contenían o distribuidos por toda Europa. A finales del siglo XX se reunió una colección (ya se habían realizado varias colecciones nuevas) y usados de nuevo en la Capilla Sixtina en 1983.
DECORACION
Las paredes están divididas en tres niveles principales. El más bajo está decorado en oro y plata pintado al fresco, imitando los pliegues de tapices o cortinajes. Esta decoración se pensó para embellecer las paredes vacías cuando los tapices de Rafael no estaban expuestos en ellas. El nivel central tiene dos ciclos de pinturas que se complementan, La Vida de Moisés y La Vida de Cristo. Fueron encargados en 1480 por Sixto IV y realizados por Ghirlandaio, Botticelli, Perugino y Cosimo Rosselli, junto a algunos de sus ayudantes, como Pinturicchio. El nivel más alto está dividido en dos zonas. En la zona baja, entre las ventanas, hay una Galería de Papas, pintadas al mismo tiempo que las Vidas. Sobre de los arcos de las ventanas están los lunetos, en donde se encuentran los Antepasados de Cristo, pintados por Miguel Ángel como parte de la decoración de la bóveda.
La decoración de la bóveda, encargada por Julio II y realizada por Miguel Ángel entre 1508 y 1512, tiene un conjunto de nueve pinturas que muestran escenas del Génesis, como: La Creación, La Relación de Dios con la Humanidad y La Caída del Hombre. En las pechinas que sustentan la bóveda, están pintados doce hombres y mujeres, los profetas y las sibilas, que profetizaron que Dios enviaría a Jesucristo para la salvación de la humanidad.
En 1515, Rafael recibió el encargo de León X de diseñar una serie de diez tapices para colgar en la zona inferior de las paredes. Rafael tenía 25 años entonces y era un artista reconocido en Florencia, con una serie de clientes adinerados, aunque era ambicioso, también deseaba trabajar para el Papa.Rafael se sentía atraído por la ambición, grandeza y energía de Roma.
Rafael vio el encargo como una oportunidad de poder llegar a ser comparable a Miguel Ángel, mientras el Papa lo vio como su respuesta a la bóveda encargada por su predecesor. El trabajo comenzó a mediados de 1515. Debido a su gran tamaño, los tapices fueron fabricados en Bruselas a lo largo de cuatro años, por los tejedores del taller de Pieter van Aelst.
Aunque el complejo diseño de Miguel Ángel para la bóveda no era exactamente el que Julio II tenía en mente cuando le encargó pintar a los Apóstoles, el proyecto consistía en un programa iconográfico consecuente con el resto de la decoración. Sin embargo, esto fue alterado cuando posteriormente, Miguel Ángel recibió el encargo de decorar la pared del altar con el El Juicio Final, que realizó entre 1536 y 1541. Pintar este mural exigió que se eliminaran dos episodios de las Vidas, varios de los Papas y dos grupos de Ancestros. Dos ventanas fueron tapiadas y dos de los tapices de Rafael se hicieron innecesarios.
FRESCOS LATERALES
Cristo entregando las llaves a Pedro
Analizaremos, como ejemplo, uno de los más importantes frescos del ciclo, siendo los demás de gran calidad y complejidad iconográfica semejante. De entre los frescos pintados por Perugino en la Capilla Sixtina, el de Cristo entregando las Llaves a San Pedro es estilísticamente el más instructivo. La escena es una referencia a Mateo 16:18-19, donde las llaves del Reino de los Cielos son entregadas a San Pedro. Esas llaves rerpesentan el poder de perdonar los pecados y difundir la Palabra de Dios, permitiendo a otros de ese modo poder entrar en el Cielo. Las figuras principales están situadas en dos filas comprimidas cercanas a la superficie de la pintura y debajo del horizonte. El grupo principal, que muestra a Cristo entregando las llaves de oro y plata a San Pedro, que está arrodillado, está rodeado por los demás Apóstoles, incluyendo a Judas (quinta figura a la izquierda de Cristo), todos con aureolas, junto a retratos de contemporáneos incluyendo uno que parece ser un autorretrato (quinta figura desde el borde derecho, vestida de negro y contemplando al espectador). El suelo está formado por rectángulos rebajados divididos por líneas de piedra coloreada, aunque no son usados en la organización del espacio. Tampoco lo es la relación entre las figuras ni la invención del pórtico del Templo de Salomón lo que domina la pintura eficazmente resuelta. Los arcos triunfales en los extremos aparecen como referencias antiguas superfluas, apropiadas para una audiencia romana. Más alejadas están representadas dos escenas secundarias de la vida de Cristo: el Tributo de la Moneda a la izquierda y el Intento de Lapidación a la derecha.
El estilo de las figuras está inspirado por Andrea del Verrocchio. Los ropajes, con su gran complejidad, y las figuras, particularmente las de varios apóstoles, incluido San Juan Evangelista, con bellas características, con el pelo largo y suelto y el porte elegante y refinado recuerdan al Santo Tomás del grupo escultórico de Verrocchio en la Iglesia de Orsanmichele. Las poses de las figuras imitan una serie de actitudes básicas que se repiten constantemente, generalmente de forma inversa de un lado al otro, lo que significa que se ha usado el mismo tapiz. Son figuras gráciles y elegantes que están firmemente posadas en el suelo. Las cabezas son más bien pequeñas en proporción con el resto de los cuerpos, y los rasgos son tratados delicadamente con considerable atención a los detalles de menor importancia.
El templo octogonal de Jerusalén y sus porches, que dominan el eje central, pudieron haber sido inspirados por un proyecto arquitectónico, pero el tratamiento que le da Perugino es la representación de un modelo de madera, pintado con exactitud. El edificio, con sus arcos, sirve como telón de fondo frente al cual se desarrolla la acción. Perugino ha hecho una significativa contribución en la representación del paisaje. La sensación de un mundo infinito que se extiende por el horizonte es más marcado que en cualquier otra obra de sus contemporáneos, y los árboles de hojas alargadas sobre el cielo nublado y las colinas de color gris azulado en la distancia dan una solución que los pintores posteriores encontrarían instructiva, especialmente Rafael.
Se creía que el fresco era un buen augurio en los cónclaves: la superstición decía que el cardenal que (seleccionado por sorteo) se sentaba en el lugar que había bajo el fresco era el que tenía más probabilidades de ser elegido. Documentos de la época indican al menos tres cardenales que se sentaron bajo el fresco durante los cónclaves en los que fueron elegidos papas: Julio II, Clemente VII y Paulo III.
Pues asi damos un breve recorrido por la bella Capilla Sixtina, lugar donde se llevan a cabo los conclaves a la muerte de un Sumo Pontifice.
"La caridad no entra al cielo, hasta que la humildad le abra las puertas"
AFECTISIMO EN CRISTO Y MARIA
Sem Juan de Dios Castillo Encinas