S.S. Julio II, protector de artistas La figura de S.S. Julio II está asociada a Miguel Angel ya que fue este pontífice el que le encomendó la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina al polifacético artista. Comenzará en 1508 y la terminaría en 1512; poco tiempo pudo gozar el papa de la obra que estimuló a fuerza de gritos, arrebatos de ira, golpes -llegó a golpear con un bastón al artista- y dilaciones en los pagos, pues moría cuatro meses más tarde. Los continuos enfrentamientos entre dos almas casi gemelas han pasado a la posteridad, siendo uno de los suplicios de Buonarrotti la construcción del sepulcro para el papa, que se proyectó en 1505 como el mausoleo más grandioso de la cristiandad para la Basílica de San Pedro. Pero no llegó a terminarlo pues fue apartado, según la leyenda, por envidia de Bramante, el arquitecto de San Pedro, aunque el Papa alegó problemas de financiación. Luegó lo retomó pero las cuarenta figuras previstas en marmol de Carrara se quedaron en siete, de las que Miguel Angel solo hizo tres, y de San Pedro terminó en la iglesia de Pedro In Vincoli. Estas relaciones de amor-odio se reflejan en una película de Carol Reed (1965), protagonizada por Charlton Heston: "El tormento y el éxtasis"
La labor de mecenazgo de Julio II no se limita a Miguel Angel ya que ayudó a otros artistas como Bramante o Rafael a que encargó en 1508 que decorara sus aposentos en el Vaticano, los que hoy se conocen como Estancias del Vaticano. Allí pintaría el maestro de Urbino uno de los conjuntos de frescos más famosos de la historia de la pintura. De las cuatro estancias sólo concluyó la decoración de la Estancia de la Signatura, donde pintó las figuras de la Teología, la Filosofía, la Poesía y la Justicia en los cuatro medallones de la bóveda, y la Estancia de Heliodoro. Tras la muerte de su mecenas, y debido a las numerosos encargos del artista, sólo consiguió pintar parte de la tercera estancia, la del Incendio del Borgo. Para la cuarta, la Sala Constantina sólo realizó sus diseños.
Fue S. S. Julio II el impulsor de la construcción de la Basílica de San Pedro, sobre la tumba del primer papa, encargándosela a Bramante; fue este Papa quien puso la primera piedra el 18 abril de 1506; tan sólo pudo ver alzados sobre las columnas los arcos en los que tenía que erigirse la cúpula. Como buen amante del arte, fue el promotor de la creación del Museo Vaticano.
Era hombre de mucho ingenio, de refinado gusto, óptimo conocedor de artistas y obras de arte. Hizo construir, mientras era cardenal, magníficas fortalezas en Grottaferrata, Ostia y Chiaravalle.
Elegido Papa, protegió los estudios y a la universidad romana; fundó en Faenza la primera imprenta árabe. Fue amigo de los mejores literatos, como el Sadoleto y el Bembo. Inspiró a Miguel Ángel la representación en la bóveda de la Sixtina (otoño de 1508-31 oct. 1512) del poema del mundo antiguo hasta la llegada de Cristo; Rafael, que reprodujo en más de una ocasión las facciones del pontífice, representó por deseo del Papa, en las Salas vaticanas, el concepto del Medievo cristiano y la armonía entre la ciencia y fe, solemnizando la fe de Julio en diferentes episodios.
En cuanto a la Universidad de Sevilla, es fundamental su intervención al conceder en 1505 una bula a Maese Rodrigo Fernández de Santaella, arcediano de la catedral de Sevilla, por la que autorizaba erigir en la ciudad un Colegio y Universidad. En la Bula, entre otras disposiciones, se permitía la enseñanza de Artes, Lógica, Filosofía, Teología y Derecho Canónico y Civil. Otra Bula del mismo día confirmaba las prerrogativas y beneficios otorgados al Colegio Santa María de Jesús. Una nueva bula de Julio II, dada el 16 de junio de 1508, amplió los privilegios contenidos en la primera.
En el palacio del Vaticano comenzaban a surgir bajo su pontificado, sobre el plano de Bramante, los patios de S. Dámaso y del Belvedere. En este último comenzó a reunir una serie de espléndidas esculturas antiguas que constituirían el primer núcleo del Museo Vaticano, como la de Apolo y la de Laocoonte. La iglesia de Santa María del Popolo, tan querida de la familia de la Róvere, se embellecía con los frescos del Pinturicchio y las esculturas de Andrea Sansovino. Para financiar San Pedro publicó una Indulgencia en 1506, cosa no muy acertada por los tiempos que corrian; poco después este tema se volvería contra la Iglesia por la reforma luterana.
Nacía una nueva Roma con sus calles rectilíneas, flanqueadas de bellos palacios, como vía Julia. Por otra parte, se realizaron obras en Loreto con el pórtico de la basílica, el palacio Apostólico, el revestimiento marmóreo de la Santa Casa.
Murió con edificante piedad, en la noche del 20 al 21 feb. de 1513, rodeado de los cardenales, a los que pidió perdón por sus defectos, rogándoles la elección de un digno sucesor.
Recibió sepultura en San Pietro in Vincoli, donde está su mausoleo, pequeña parte de la colosal obra encargada por el pontífice y concebida por Miguel Ángel. Sobre la tumba se halla la figura simbólica del Moisés.