por AMunozF » Vie Oct 19, 2012 8:34 pm
2a. PARTE
LITERATURA DE PILATO Y OTROS APÓCRIFOS SOBRE CRISTO
Mientras la cristiandad luchaba contra las fuerzas del paganismo romano, había una tendencia natural a insistir en lo que los representantes del Imperio significaron en los más importantes sucesos de la vida de Nuestro Señor, dando forma al testimonio de Poncio Pilato, el Procurador de Judea, aun con exageraciones y ampliaciones, para usarlo cono arma de defensa apologética, haciendo que fuera testigo de milagros, crucifixión y resurrección de Cristo. De todo ello surgió una considerable literatura apócrifa sobre Pilatos, de la que forma parte el Evangelio de Gamaliel y como éste apócrifo, se caracteriza exagerando la débil defensa de Jesús que se convierte en fuerte simpatía y prácticamente en la aceptación de su divinidad.
Informe del Pilato al emperador
En el apócrifo Hechos de Pedro y Pablo se cuela una carta que dice ser del Poncio Pilato al Emperador Claudio. Relata brevemente el necio crimen de los judíos al perseguir al Santo prometido por su Dios. Enumera sus milagros y afirma que los judíos acusaron a Jesús de ser un mago. Pilato entonces creía esto y se lo entregó a ellos. Después de la resurrección, los soldados que el gobernador había puesto en la tumba fueron sobornados por sus líderes para que guardaran silencio, pero a pesar de ello, divulgaron el hecho. La misiva concluye con una advertencia sobre la mendacidad de los judíos. Esta carta es apócrifa claramente a pesar de su brevedad y contención.
Es natural intentar buscar los parecidos entre este pseudógrafo y ciertas referencias de escritores eclesiásticos en Los Hechos o Gesta de Pilato. Tertuliano (Apología, xxi) después de hacer un esquema de los Milagros u pasión de Cristo, concluye: Todas estas cosas Pilato…las anunció a Tiberio César”. Una comparación entre esta perícopa y el pseudo- Pilato revela una dependencia literaria entre ellos, aunque los críticos difieren respecto a la prioridad de estos documentos. En los capítulos 35, 38 y 48 de la Apología de Justino, éste apela confiadamente, como prueba de los milagros y pasión de Jesús, a los Hechos de Poncio Pilato que existían en los archivos imperiales. Mientras que es posible que Justino hubiera oído hablar de de tal informe y hasta probable que el procurador transmitiera a Roma algún informe de los sucesos de Jerusalén, es por otra parte a admisible que la afirmación de Justino se basara sólo en una hipótesis Esta es la opinión de la mayoría de los expertos. Durante la persecución de Maximino en el siglo cuarto se compusieron en Siria Hechos de Pilato anticristianos, como sabemos pro Eusebio. Es probable que la carta pseudográfica se fraguara en esa ambiente.
Hechos de Pilato (Evangelio de Nicodemos). Ver el artículo separado sobre este tema.
Los Apócrifos menores de Pilatos
Los apócrifos menores de Pilato, los Anaphora Pilati o “Relacion de Pilatos”, se encuentra frecuentemente como apéndice de textos de los Hechos. Presupone esta última obra y no podría haberse compuesto antes de mediado el siglo quinto. Se encuenta en manuscritos combinados con la Paradoseis , la “Rendición de Pilato” que representa la mas antigua forma de la leyenda que trata de la vida posterior de Pilato. Aún se encuentra otra ficción en la posterior Epistola Pilati ad Tiberium latina. Existe una correspondencia pueril que consiste en una pretendida Carta de Herodes a Pilato y “Carta de Pilato a Herodes. Se encuentran en griego y en siríaco en un manuscrito del siglo seis o siete. Estos seudógrafos pueden ser tan antiguos como los del siglo quinto.
La Narrativa de José de Arimatea
La Narrativa de José de Arimatea -- que proporciona detalles imaginarios de los dos ladrones que fueron crucificados con Cristo – y la petición del cuerpo a Pilato – parecen haber gozado de popularidad en el Medievo en el Este bizantino, a juzgar por el número de manuscritos griegos que permanecen. El más antiguo de los publicados pertenence al siglo doce. La relación va como apéndice a algunos textos latinos de los Hechos de Pilato, bajo erl título “Historia Josephi”. Se puede leer en inglés en el La colección de apócrifos de los Padres antenicenos.
La leyenda de AbgarLa forma más antigua de la Pseudos correspondencia entre Jesús y Abgar , rey de Edesa, se encuentra en Eusebio (Historia Ecclesiastica, I, xiii), quien afirma que él mismo la tradujo de de los documentos siríacos de los archivos de Edesa., la metrópolis de Siria oriental. Las cos cartas están acompañadas por una introducción que probablemente es un extracto de la misma fuente. Según esto, Abgar V, Toparch o King of Edessa, que sufría una enfermedad incurable, habiendo oido la fama de los milagros de Cristo, envió un correo a Jerusalén con una carta para Jesús, en la que le reconoce como dios o hijo de un dios y le invita a Edesa, justificando esta petición en parte por el deseo de ser curado y en parte para ofrecer una asilo a Jesús contra los malvados Judíos. Nuestro Señor replicó de la siguiente manera: Bendito eres tú porque has creído en mí sin verme. Porque está escrito que aquellos que me han visto, no creerán en mi; y aquellos que no me han visto me amarán. Pero respecto a tu petición de que vaya a ti, es necesario que cumpla aquí aquello para lo que he sido enviado, y después de haberlo cumplido, que sea llevado a Aquel que me envió. Pero después te enviaré uno de mis discípulos que curarán tus dolores, y mantendrán la vida para ti a para los tuyos.
Consecuentemente, después de la Ascensión, “Judas Tomás”, un Apóstol, envía a Edesa a Tadeo, uno de los setenta discípulos, que cura al rey de su enfermedad y predica a Cristo a la gente reunida en asamblea. Esto, añade Eusebio, sucedió en el año 340, i.e. de la era seleúcida, que corresponde al 28-29 dC. La agradable historia se repite con variaciones en fuentes posteriores. La “Enseñanza de Addai” un apócrifo sirio (ver abajo) reproduce la correspondencia con añadidos. La autenticidad del la supuesta carta de Cristo ha sido siempre dudosa o simplemente negada.
El Decreto de Gelasio, desde el siglo sexto, la llama espuria desde el siglo sexto. El legendario ambiente y el hecho de que la iglesia no transmitiera la pretendida carta de Nuestro Señor como documento sagrado, es concluyente contra ella. Respecto a la carta de Agbar, al principio muchos expertos en esta clase de literatura la consideraban positivamente, pero desde el descubrimiento la “Enseñanza de Addai”, publicada en 1876, la presunción contra el auténtico carácter de la epístola de Agbar, debido al mucho parecido de una parte de ella con los Evangelios, se ha convertido en una certeza establecida. Lipsius, una alta autoridad, es de la opinión que la correspondencia de Agbar se retrotrae al reino del primer gobernante cristiano de Edesa, Agbar IX (179- 216) y apareció por un deseo de forzar un lazo de unidad de aquella época con el tiempo de Cristo.
Carta de Léntulos
Una breve carta que dice ser de Léntulo o Publio Lántulo, según algunos manuscritos, Presidente del pueblo de Jerusalén”, dirigida al “Senado y pueblo de Roma”, describe la apariencia de Nuestro Señor. Es evidentemente espuria y tanto el oficio y el nombre del presidente de Jerusalén no son históricos. Ningún escritor antiguo alude a este producto que sólo se encuentra en manuscritos latinos. Se ha conjeturado que se compuso para autenticar un pretendido retrato de Jesús, durante el medievo. Hay una versión inglesa en la obra de Cowper Apocryphal Gospels and Other Doeuments Relating to Christ (New York, 6th ed., 1897).
HECHOS DE LOS APOSTOLES APOCRIFOS
El primer motivo para la fabricación de Hechos de los Apóstoles espurios, es en general para dar validez apostólica a los sistemas heréticos, especialmente las muchas sectas que se comprenden bajo el nombre de Gnosticismo. La oscuridad en la que deja el Nuevo Testamento las carreras misioneras y el final de las vidas de los Apóstoles, los escasos datos trasmitidos por la tradición eclesiástica, dejaron un campo que invitaba al ejercicio de la imaginación y ofrecía un medio apto para la propagación de la herejía. La iglesia Judeo-Cristiana que desarrolló enseguida unas tendencias no-católicas en forma de Ebionitismo, parece ser la primera en producir historias apócrifas de los Apóstoles, aunque tenemos pocos restos fuera del voluminoso Pseudos-Clemente. Los Hechos de Pedro, Andrés, Juan, Tomás y quizá Mateo gnósticos datan de la primera parte del siglo tercero o quizás un poco antes. Abundan en maravillas extravagantes y muy coloridas y llevan intercalados pretendidos discursos de los Apóstoles que sirvieron para la predicación del gnosticismo. Aunque los pastores de la iglesia y los bien informados los repudiaron como escritos heréticos patentes, sin embargo eran una llamada a la imaginación y satisfacía la curiosidad de la gente común. No sólo fueron utilizados por los maniqueos en oriente y por los priscilianistas en occidente sino que encontraron el favor de muchos católicos poco informados.
Puesto que era imposible suprimir completamente esta circulación, se lograron convertir en poco dañosos editándolos de forma ortodoxa expurgando los errores palpables, especialmente en los discursos, dejando los elementos milagrosos que se notaran en so exuberancia. De ahí que la mayoría de los Hechos gnósticos hayan llegado a nosotros con más o menos purificación católica, que sin embargo era tan superficial que no borraba los rastros de su origen heterodoxo. Los Hechos apócrifos originariamente gnósticos fueron reunidos en colecciones que llevaban el nombre de periodoi (circuitos) o praxeis ( Hechos) de los Apóstoles. Y a los que se unía el nombre de Leucius Charinus, que puede haber sido el compilador. Los Hechos Apócrifos eran de varios autores. Otras colecciones se formaron en la iglesia Franca en el siglo sexto, probablemente por un monje. En estos se han conservado los Hechos católicos. No es uniforme en absoluto en los varios manuscritos representativos. Por equivocación se asignó a un tal Abdias, del que se dice que fue el primer obispo de Babilonia y discípulo de los Apóstoles, la autoría del conjunto llamado "Historia Certaminis Apostolorum".
El núcleo de estas colecciones lo formaban las Passiones latinas,o martirologios de aquellos Apóstoles que habían sido olvidados por los Hechos Gnósticos, como los dos Santiagos, Felipe (Mateo), Bartolomé , Simón y Judas. La literatura creció por añadidos de las fuentes heréticas y con el tiempo incluyó a todos los Apóstoles, incluyendo a S. Pablo. El motivo de todos esto apócrifos no heréticos era, en primer lugar, gratificas la piadosa curiosidad de los fieles respecto a los Apóstoles fundadores de la Iglesia. A veces la composición se promovía por intereses locales. Según los modelos de los Hechos gnósticos, de origen oriental, abundan en prodigios y como ellos toman como punto de partida la dispersión de los Doce de Jerusalén. Respecto al valor histórico de estas narraciones apócrifas, se requiere un criticismo muy cuidadoso para extraer de la masa de fábulas y leyendas cualquier grano de verdad histórica. Aunque respeten los campos de las misiones apostólicas, se contradicen a si mismos o son confusos. En general sus detalles no tienen valor científico, a no ser que se confirmen por autoridades independientes, lo que rara vez sucede. Mucha de la materia apócrifa se tomó de los oficios de los Apóstoles de los breviarios y leccionarios en latín, compuestos en los siglos séptimo u octavo en un período extremadamente carente de crítica.
Hechos de los Apóstoles Gnósticos
Hechos de S. Pedro.
Existe un Martirio griego y otro latino de Pedro, el último atribuido al papa Lino, que por las citas patrísticas se reconocen como la conclusión de una antigua narración griega titulada “Hechos o Circuitos de S. Pedro”. Otro manuscrito que lleva el nombre de “Hechos de Pedro con Simón”, contiene una traducción superior con algunos pasajes del relato original que precedió al Martirio. La obra transpira ciertas señales de gnosticismo aunque ha sido expurgada de los más groseros por un revisor católico. Describe el triunfo de S. pedro sobre Simón el mago en Roma y la subsiguiente crucifixión del Apóstol. Estos Hechos, tal como los tenemos, son de mucha antigüedad, aunque no es posible discernir siempre si los escritores patrísticos citan de ellos o de tradiciones anteriores. Sin duda Comodiano (ca 250) empleó los Hechos de Pedro que conservamos .
Hechos de S. Juan
El carácter herético que le atribuyen algunos Padres está completamente confirmado por los fragmentos que existen que indican un Docetismo grosero y una fantasía sin control. Sin duda el autor mezcló fábulas con tradiciones efesias valiosas. Hay razones de peso para pensar que el trabajo lo hizo una sola persona bajo el nombre de un discípulo de S. Juan llamado Leucius, junto con los Hechos de S. Pedro y probablemente los de Santiago, en la segunda mitad del siglo segundo. Clemente de Alejandría conocía al pseudógrafo. Los hechos de S. Juan del Pseudo-Prochorus (comparar con el canónico Hechos 6:5) son un trabajo católico sobre un material gnóstico.
Hechos de S. Andrés
Varios escritores eclesiásticos tempranos los advierten circulando entre las sectas gnósticas y maniqueas, La forma original ha desaparecido excepto en algunas citas patrísticas. Pero tenemos tres Hechos individuales bajo diferentes nombres que son versión ortodoxa de un original gnóstico en su totalidad. Son: "Los Hechos de Andrés y Matías (o Mateo según algunas autoridades) . "Hechos de Pedro y Andrés” (el lenguaje original e griego).
"El Martirio del Apóstol Andrés” ha llegado en recensiones griegas y latinas. El texto latino es el original y no puede ser anterior al siglo quinto. Se muestra como si fuera la relación de la muerte heroica de S. Andrés narrada por testigos oculares que son “presbíteros y diáconos de la iglesia de Acaya”. Ha tenido crédito antes historiadores pasados, pero no se puede confiar en sus datos.
(Ver IGLESIAS APOSTOLICAS ; ANDRES, S APOSTOL).
Los Hechos y Martirio de S. Mateo
Los Hechos y Martirio de S. Mateo tienen dependencia literaria de los Hechos de S. Andrés ( supra) y quizás la lectura de Mateo puede ser un error por Matías, puesto que se trata del compañero de Pedro y Andrés. La obra existe en griego y más tarde en latín, Hay también una leyenda copto-etiópica del martirio de S. Mateo ( er MATERO, S.APOSTOL, IGLESIAS APOSTOLICAS).
Hechos de Tomás
Ningún apócrifos apostólico nos ha llegado tan completo como Los Hechos de Tomas. Se encuentran en griego, siríaco y en recensiones etiópicas. Los rasgos gnósticos se notan bajo correcciones católicas. De hacho el contenido muestra un propósito de exaltar la doctrina dualística de la abstención de relaciones conyugales. Los autores tienden a atribuir al original un origen sirio y a un autor seguidor de Bardesanes. Las señales apuntan fuertemente al tercer siglo de nuestra era. La traslación de los restos de Sto. Tomás a Edesa en el año 232 puede haber inspirado estas composiciones. Los Hechos relatan los prodigios realizados por el Apóstol en la India y su martirio allí. Tiene algunos himnos notables intercalados, algunos de verdadera belleza literaria pero de mucho color gnóstico. Investigaciones recientes han revelado elementos de verdad en el encuadre histórico de la narración. Los Hechos de Sto. Tomás son mencionados por Epifanio y Agustín como de uso en diferentes círculos heréticos. S. Efrén de Siria se refiere al apócrifo Hechos de Tomás como en circulación entre los Bardesanitas ( ver STO . TOMÁS APÓSTOL).
Hechos de S. Bartolomé
Tenemos un Martirio griego que en su forma presente data del siglo quinto o sexto, también una “Pasión de Bartolomé” latina. Ambos están coloreados por el nestorianismo y parece haber derivado de una única leyenda de Bartolomé. El texto griego narra las maravilles con las que el Apóstol derrotó a la Idolatría y convirtió a un rey en “India”. Todo es un tejido legendario ( ver BARTOLOME, S., APOSTOL).
Hechos de los Apostoles católicos apócrifos
Hechos S. Pedro y S. Pablo
Hay que distinguirlos de los Hechos de Pedro gnósticos y de los Hechos de Pablo ortodoxos. Los manuscritos que representan la leyenda se pueden clasificar en dos grupos: Todos menos uno de los textos griegos contiene una narración del viaje de S. Pablo a Roma y el martirio de los dos Apóstoles.
Un manuscrito griego y un gran número de latinos, que presentan sólo la historia de la passio. Lipsius cree que la sección del viaje es una adición del siglo mientras Bardenhewer cree que pertenece al documento original. Esta sección comienza con la salida de Pablo de la isla de Mileto y está basada claramente en la narración de los Hechos canónicos. Los judíos están alterados por la visita que Pablo intenta hacer e inducen a Nerón a que la prohíba. Pero el Apóstol entra secretamente en Italia. En Puteoli confunden a su compañero con Pablo y lo decapitan pero en retribución la ciudad es tragada por el mar. Pedro recibe a Pablo en Roma con alegría. La predicación de los Apóstoles convierte a multitudes y hasta a la emperatriz. Simón el Mago calumnia a los maestros cristianos y hay una prueba de la potencia de los milagros entre el Mago y los Apóstoles en presencia de Nerón. Simón intenta un vuelo al cielo, pero se cae en la Vía sacra y se reduce a trozos. Pero Nerón está inclinado a destruir a Pedro y Pablo. Ëlte es decapitado en el camino a Ostia y Pedro crucificado cabeza abajo a petición suya. Antes de su muerte relata al pueblo la historia del “Quo vadis?” Tres hombres orientales intentan llevarse por la fuerza los cuerpos de los Apóstoles pero son alcanzados. Pedro es enterrado “en el lugar llamado Vaticano” y Pablo en el Camino de Ostia. Estos Hechos son la principal fuente para los detalles del martirio de los dos grandes Apóstoles. También son notables por lo que enfatizan la intima concordia entre los fundadores apostólicos de la iglesia de Roma. La fecha 55 d.C. para la composición está envuelta en oscuridad. Lipsius encuentra pistas de estos Hechos tan temprano como Hipólito (ca. 235) pero no está claro que los Padres aducidos hayan empleado fuentes escritas parta la referencia a la victoria sobre Simón el Mago y el trabajo de los Apóstoles en Roma. Lipsius asigna a el meollo del Martirio al siglo segundo y Bardenhewer refiere todo a la primera mitad del tercero. Lso Hechos de Pedro y Pablo contiene sin duda alguna tradición genuina (ver S. PEDRO, S PABLO, SIMON MAGO).
Hechos de Pablo
Orígenes y Eusebio citan expresamente la praxeis Paulou; Tertuliano habla de escritos falsamente atribuidos a Pablo: "Quod si Pauli perperam inscripta legunt.". Advierte a sus lectores contra la fábula de que predicaba y se bautizó a si misma, por lo que se creía que hablaba de ¡Los Hechos de Pablo y Tecla”. Los "Acta Pauli", que se suponía una composición distinta, se creían perdidos, pero en 1899 un papiro manuscrito copto, muy deteriorado, reencontrado en Egipto contiene casi completo los idénticos Hechos de Pablo a los que aluden unos pocos escritores eclesiásticos. Este hallazgo ha establecido el hecho de que los largamente conocidos Hechos de Pablo y Tecla. Este descubrimiento ha establecido el hecho de que los Hechos de Pablo y Tecla conocidos de antiguo y la correspondencia apócrifa entre S. Pablo y la Iglesia de Corinto así como el Martirio de S. Pablo son en realidad extractos del original Hechos de Pablo. El documento descubierto contiene material desconocido hasta ahora así como las secciones anotadas arriba, que se conocen desde hace tiempo. Comienza con la pretendida fuga de S. pablo de Antioquía de Pisidia y termina con su martirio en Roma. La narración se basa en los datos de los libros canónicos pero abunda en maravillas y peonajes que no aparecen en ellos, además de que desfigura a algunos que si se mencionan en la Sagradas Escrituras. Los Hechos de Pablo no añade nada digno de confianza a los que ya sabemos del apóstol de los gentiles. Afortunadamente el pasaje de Tertuliano (De Baptismo, xvii) citado arriba nos informa de su autor y de su propósito. El escritor africano observa que la pseudos-.historia era el trabajo de un sacerdote de Asia Menor que al descubrirse el fraude fue depuesto de su cargo eclesiástico y confesó que había falsificado el libro por amor a S. Pablo. Los expertos asignan la composición al siglo segundo. Ya se conocía cuando Tertuliano escribió y durante los primeros siglos disfrutó de una popularidad notable en oriente y en occidente. De hecho, Eusebio lo clasifica entre los antilegomena, obras que tenían autoridad casi-canónica localmente.
Los Hechos de Pablo y Tecla
La temprana separación de estos así como el Martirio de los Hechos de Pablo puede deberse al uso eclesiástico como lecciones festivas. A pesar del comentario de tertuliano sobre este pseudógrafo, disfrutó de una inmensa y persistente popularidad durante el período patrístico y el medievo, debido a su espíritu romántico y espiritual que colorea toda la narración. De forma excepcional entre los escritores apócrifos el autor mantiene su fértil imaginación bajo control y su producción se distingue por su simplicidad, claridad y vigor. Trata de las aventuras de Tecla, una joven de Iconium, que, convertida por la predicación de S. Pablo, dejó su noviazgo y vivó una vida de virginidad y actividad misionera llegando a ser compañera de S. Pablo y predicó el evangelio. Es perseguida pero escapa milagrosamente del fuego y de las bestias salvajes de la arena. El alivio con que se trata la abstención de la cama del matrimonio en estos Hechos hace difícil escapar de la conclusión de que está influido por las ideas encratitas. Sin embargo, la tesis de Lipsius, apoyada por Corssen, de que hay una base (Grundschrift) gnóstica en este documento, no es aceptada por Harnack, Zahn, Bardenhewer y otros. El apócrifo sigue los datos de la misión de Pablo muy libremente y está lleno de caracteres y sucesos no históricos. Por ejemplo, el escritor introduce un viaje de los Apóstoles, de que no se encuentra nada análogos en los Libros Sagrados. Sin embargo hay indicios de material histórico en la historia de Tecla. Una virgen cristiana de ese nombre puede haber sido convertida por S. pablo en Iconium y sufrió persecución. Gutschmid ha descubierto que una cierta reina Trifena fue un personaje histórico (Rheinisches Museum für Philologie, X, 1864). (ver TECLA.) .
Hechos de S. Felipe
Los fragmentos griegos conservados nos proporcionan todos menos cinco (10-14) de los Hechos que componen este trabajo. De ellos 1-7 son varias leyendas farragosas, cada uno con historias independientes al parecer. 8-4 es una unidad que es un aumento parasitario de algunas tradiciones algo confusas de la actividad misionera de un Apostol Felipe en Hierápolis de Frigia. El ponto de vista de Zahn de que este es el documento de un monje católico malñ informado del siglo cuarto es una hipótesis satisfactoria. El mayor fragmento fue primero publicado por Batiffol en "Analecta Bollandiana", IX (Paris, 1890). Un “Hechos de Felipe “copto existe también ( ver FELIPE , S. APOSTOL). Hay historias latinas coptas etiópicas y armenias de las misiones y muerte de Santiago el Mayor, el hijo del Zebedeo. Lipsius asigna las latinas al siglo tercero. Hechos coptos y armenios y el Martirio de Santiago el Menor depende sobre todo de la tradición de Hegesipo preservada por Eugenio (Hist. Eccl., IV, xxii).
Hechos de S. Mateo
Los Hechos Apostólicos del Pseudos-Abdías contienen una "Passio Sancti Matthæi", latina que preserva una leyenda Abisinia de S. Mateo posterior el Martirio copto relacionado con los Hechos gnósticos del santo. La ambientación histórica correcta indica que la recensión fue obra de un abisinio del siglo sexto que quería establecer las fechas de la iglesia Abisinia (siglo cuarto) con las tiempos apostólicos. Sin embargo el nudo de la narración se tomas de fuentes anteriores. La Passio de Abdías coloca el martirio de S. mateo en Abisinia (ver MATEO, S., APOSTOL) .
Enseñanzas de Addai (Tadeo)
En 1876 publicó por primera vez un antiguo documento siríaco titulado “Las enseñanzas de Addai, el Apóstol”. Resultó ser un muy parecido paralelo del material Abgar derivado por Eusebio de los archivos de Edesa. De hecho el autor dice que fue confiado a esos archivos que da su nombre como Labubna, el hijo de Senaak. Está lleno de material legendario pero interesante que describe las relaciones entre Jesús y el rey Agbar de Edesa. Tadeo o Addai, uno de los 70 discípulos, es enviado después de la resurrección, de acuerdo con la promesa de Cristo , a Agbar, cura al gobernante y cristianiza Odessa con un éxito inmediato y brillante. Es notable la historia de una pintura de Jesús hecho a petición del enviado de Agbar. Puesto que la narración de un peregrino celta que visitó Edesa en 390 no contiene ninguna alusión a tal retrato podemos concluir razonablemente las Enseñanzas de Addai es posterior: los críticos aceptan el período entre 399-430. La leyenda de Tadeo tiene muchas ramificaciones y ha sufrido variaciones. Hay un “Hechos de Tadeo “ griego que identifica a Addai con Tadeo o Lebbaeus, uno de los Doce ( ver ABGAR, EDESSA) .
Hechos de Simón y Judas
Una Passio latina que Lipsius atribuye al siglo cuarto o quinto, narra los milagros, conversiones y martirios de estos apóstoles. Se halla en la Colección de Abdías. La escena es Persia y Babilonia. Se ha reconocido que la presentación histórica de estos Hechos esta muy de acuerdo con lo que se conoce del imperio Parto en el primer siglo después de Cristo.
Los Hechos de S. Bernabé
Los Hechos de S. Bernabé parecen haber sido compuestos hacia final del siglo quinto por un chipriota. Se atribuyen a S. Marcos el Evangelista y no tienen valor desde el punto de vista histórico. La narración se basa en las relaciones mutuas y actividades de Bernabé, marcos y pablo como se reflejan en los Hechos de los Apóstoles.
Gesta Matthiæ
Este es el ultimo de los Pseudos-Hechos, compuesto por un monje de Treves, en el siglo doce, como preludio a un relato de la traslación de las sagradas reliquias y el cuerpo de S. Matías a esa ciudad y sus subsecuentes redescubrimientos. Pretende haberse inspirado en la historia de la carrera de los Apóstoles, tomada de un manuscrito hebreo. ( ver Matías, S. Apóstol) .
Hechos Cuasi-Apostolicos
Baste mencionar los “Hechos de S. Marcos” de origen alejandrino y escrito en el siglo cuarto o quinto, los “Hechos de S. Lucas”, copto, no anterior al fin del siglo cuarto; los “Hechos de S. Timoteo”, compuesto por un efesio después de 425, “Hechos de S. Tito” de origen de Creta, entre 400-700, los “Hechos de Jantipo y Polixena”, conectado con la leyenda de S. Pablo y S. Andrés.
OBRAS DOCTRINALES APOCRIFAS
Testamentum Domini Nostri Jesu
Se sabía que existía un abra siríaca de este nombre de la que se publicó un extracto en 1856. En 1899 Moneñor Rahmani, Patriarca de los Sirios Unidos, publicó el texto siríaco de un tardío manuscrito, con introducción y traducción latinas. La obra está en dos libros. Comienza con un apocalipsis de los días del Anticristo que se aproximan, supuestamente predichos por Nuestro Señor después de su resurrección. Entre esto y el cuerpo de la obra hay una conexión muy ligera, puesto que la parte principal representa a Cristo legislando hasta los más pequeños detalles las leyes y rituales para el gobierno de la iglesia. El escritor pone en labios del Señor las descripciones de las observancias litúrgicas de su tiempo y de épocas anteriores. Hay evidentes puntos de contacto entre el Testamento y los antiguos cánones eclesiástico – litúrgicos de Hipólito, las Constituciones Apostólicas y los Cánones Apostólicos. Monsegnor Rahmani asigna el testamento al siglo Segundo y dice que las obras arriba citadas dependen de él. Pero los críticos rechazan unánimemente asigna mucha antigüedad al Testamento, datándolo en los siglos cuarto o quinto e invierten la dependencia mencionada. Dr. A. Baumstark, sobre la base del desconocimiento del libro fuera de oriente, de que las recensiones árabes y coptas son conocidas piensa que es una compilación originada en círculos monofisitas y de uso corriente en las iglesias nacionales de esa secta en Siria y Egipto. El principio apocalíptico se ha encontrado en un manuscrito latino del siglo ocho publicado por M.R. James "Apocrypha Anecdota" (Cambridge, 1893).
La predicación de Pedro o Kerigna Petri
Clemente de Alejandría cita repetidamente del kerygma Petrou, y no duda de su credibilidad. Por otra parte Eusebio la clasifica como “apócrifa”. Una cierta “Doctrina de Pedro”, mencionada por un escritor más tardío, era probablemente idéntica a la “Predicación”. Por los escasos restos de su trabajo apenas podemos formarnos una idea imperfecta. Hablaba en nombre de S. Pedro y le representaba sobre todo como un maestro de los Gentiles. La parte doctrinal ocurre en un marco relacionado con los viajes misioneros. El pseudógrafo fue probablemente sugerido por el texto II Peter, i, 5., que era conocido por el “Gnóstico Heracleon” (c. 160-170), y debe tener una antigüedad casi apostólica. Los especialistas prefieren el primer cuarto de la segunda centuria. Los fragmentos que permanecen no muestran signo de origen heterodoxo. Hay una “Predicación de Simón pedro en la ciudad de Roma” en siríaco.
Dos caminos o Judicium Petri
Es un tratado moralizante atribuido a S. Pedro y puesto en el prefacio de la Didajé. No es de origen judeo –cristiano y probablemente se basaba el la llamada “Epístola de Bernabé”.
Predicación de Pablo
El único testigo de esta obra es el tratado "De Rebaptismo" en los escritos del pseudo –Cipriano. De acuerdo con esto, representaba a Cristo confesando pecados personales y obligado por Su madre a recibir el bautismo.
EPISTOLAS APOCRIFAS
Pseudo Epístolas de la Santísima Virgen
Todas compuestas en latín en fechas tardías
•La Epístola de la Santísima Virgen a S. Ignacio Martir , de apenas nueve líneas en la edición de de los Apócrifos de Fabricio. Exhorta a la ve y a la valentía. Hay una contestación de S. Ignacio.
•La Epístola a los Messinenses, i.e. habitantes de Messina, Sicilia, es también muy breve: exhorta a la paz.
•La Epístola a los Florentinos, expuesta en un sermón de Savonarola el 25 de octubre de 1495. No hay otro testimonio de ella. Tiene cuatro líneas.
Pseudo-Epistola de S. Pedro a Santiago el Menor .
La homilies Pseudos-Clementinas contiene como prefacio dos cartas, la primera afirma ser de S. pedro a Santiago el Menor, regándole que mantenga su predicación ( la de Pedro) en secreto ( ver Escritos Pseudo Clementinos).
Pseudo-Epistolas de S.Pablo , correspondencia con los corintios
La Antigua iglesia siria ( de Edesa) reveló como canócica la tercera epístola de S. pablo a los Corintios, que va acompañada por una carta de los pastores de esa iglesia, a los que contesta. Pero a principios del sigl0 quinto la iglesia siria cayó bajo la influencia de los griegos y en consecuencia la carta espuria perdió gradualmente su estado canónico. Fue aceptada por sus vecinos armenios y durante siglos ha asido parte de del Nuevo Testamento Armenio. Los escritores latinos y griegos no dicen nada absolutamente sobre este pseudógrafo, aunque se han encontrado copias latinas y griegas. La inspiración para escribir viene a, obviamente, por la genuina carta paulina perdida a la que se refiere en in I Cor. v, 9; vii, 1. Fue compuesta por un presbítero católico alrededor de 160-170 y es un ataque disimulado a algunos de los errores principales del gnosticismo. Esta correspondencia tuvo una larga circulación, pero recientemente se ha demostrado que el documento se incorporó a los Hechos de S. Pablo .
Pseudo-Epistola a los laocideos
El la genuina epístola a los Colosenses, Pablo, tras instruirles de que envíen su carta a Laocidea, añade: “leed esa que es de los Laodiceos. Esto muy probablemente hace mención de una carta circular, la canónica a los Efesios; pero se ha mantenido que es una carta perdida a los cristiano de Laodicea. La epístola apócrifa es un intento transparente de llenar este supuesto vacío por la pérdida del documento sagrado. Consiste en 20 líneas cortas y está formada por material tomado de los Filipenses y otras epístolas puestas juntas sin secuencia ni finalidad lógica. Nuestro apócrifo existe sólo en latín y traducciones del latín, aunque deja rastro del griego original. No puede ser la carta pseudo-laodicea que el Fragmento Muratoriano dice que se inventó Marción el heresiarca. A pesar de su insípido y sospechoso carácter, esta compilación fue copiada con frecuencia en el Medievo y gozó de un cierto grado de respeto, aunque S. Jerónimo escribió de ella: ab omnibus exploditur (ver LAODICEA). Los fragmentos muratorianos mencionan junto con una epístola espuria de pablo a los Laodiceos, una a los alejandrinos que fue falsificada bajo los auspicios de Marción. No tenemos otro conocimiento cierto de este apócrifo.
Pseudo Correspondencia entre S. Pablo y Séneca
Ocho supuestas cartas del filósofo estoico Séneca y seis contestaciones de S. pablo. Son idénticas a las que alude S. jerónimo (de Viris Illustr., xii), quien sin juzgar su valor, anota que son leídas por muchos. Estas catas, por consiguiente, no pudieron haberse compuesto después de la segunda mitad del siglo cuarto. Se basan en tradiciones anteriores de la inclinación de Séneca hacia el cristianismo y de la coincidencia de de ambos en Roma durante algún tiempo. Simplemente anotaremos de existencia de una carta espuria de S. Juan , el Apóstol, a un hombre hidrópico, curando su enfermedad, en los Hechos de S, Juan por el Pseudos Prochorus; una de Santiago , el obispo de Jerusalén, a Quadratus, en Armenia (Vetter, Litterarische Rundschau, 1896).
APOCALIPSIS CRISTIANOS APÓCRIFOS
Apocalipsis del Testamento de N.S. Jesucristo.
(ver arriba la sección sobre el Testamentum .)
El Apocalipsis de Maria . De origen medieval y probablemente el resultado de una devoción extravagante. Describe el descensote la Virgen al Limbo y existe en manuscritos griegos. Ha sido impreso en la colección de Tischendorf (Codex Apocryphus Novi Testamenti).
Apocalipsis de S. Pedro.
El Fragmento Muratoriano, escrito en Roma en l última parte del segundo siglo, nombra los apocalipsis de Juan y Pedro uno junto al otro como los únicos recibidos por la Iglesia, haciendo notar que algunos no admiten el de Pedro. Hay abundantes testimonios de que el apocalipsis cetrino se creyó auténtico en muchas partes de la iglesia primitiva y disfrutó de una cierta autoridad canónica. Clemente de Alejandría siempre crédulo respecto a los apócrifos hasta lo honró con un comentario; Eusebio (Hist. Eccl., VI, xiv, 1), lo coloca casi en plano de igualdad con los antilegomena , la clase mejor de los escritos disputados; Jerónimo simplemente lo rechaza. A pesar de todo ello, aún se leía en algunas iglesias de Palestina hacia mediados del siglo quinto. Las pocas citas de los escritores patrísticos no alcanzan a dar una idea de su contenido, pero afortunadamente se descubrió un amplio fragmente de este antiguo documento en Akhmîn, Egipto, junto con el Evangelio Pseudos-Petrino, en el griego original. Una cita de Clemente de Alejandría de las partes recuperadas nos permite identificar el manuscrito con certeza como parte del apocalipsis de antigüedad. El pasaje se relata una visión concedida por Cristo a los Doce, en una montaña, exhibiendo la gloria de dos hermanos que parten, el esplendor del cielo y una horrible visión del infierno. El lenguaje tiene un sabor judeo-cristiano. Los críticos lo asignan al primer cuarto del siglo segundo y es por consiguiente uno de los primeros ejemplares de la literatura no canónica. Existe bajo el nombre de Apocalipsis de S. Pedro y Apocalipsis de S. Pedro a través de Clemente, Liber Clementis, varias recensiones árabes y etiópicas de un apocalipsis que nada tiene en común con el antiguo griego .
El Apocalipsis de s. Pablo
Una noticia introductoria pretende que esta obra se encontró en una caja de mármol bajo la casa de pablo en Tarso, durante el reinado de Teodosio (379-395 d.C.) y por indicación de un ángel. Estro indica la fecha de la fabricación del apócrifo. Intenta desvelar los secretos vistos por el apóstol cuando fue transportado al tercer cielo, como se alude en II Cor. xii, 2: fue compuesta en griego. No hay que confundir este apocalipsis con una obra gnóstica titulada la “Ascensión de Pablo” al que se refiere S. Epifanio pero del que no han sobrevivido restos. Hay un falso “Apocalipsis de Juan”, de origen comparativamente tardío. Respecto al llamado “Apocalipsis de S. Bartolomé” ver Evangelio de S. Bartolomé.
LOS APÓCRIFOS Y LA IGLESIA.
Desde muy temprano los escritores ortodoxos y presumiblemente las autoridades eclesiásticas creyeron necesario distinguir entre libros genuinamente inspirados y una multitud de libros falsos – un hecho que es un elemento muy importante en la formación del canon cristiano. Asi, ya hacia el año 170 d.C. el autor del catálogo latino descriptivo llamado “fragmento Muratoriano” mencionaba ciertas obras como ficticias o discutidas. Al mismo tiempo S. Ireneo llamaba la atención ante la gran masa herética de escritos pseudos-gráficos (inenarrabilis multitudo apocryphorum et perperam scripturarum, Adv., Hær., I, xx). Sin duda fue el uso que los círculos heréticos hacían, especialmente las sectas gnósticas, de esta literatura insinuante lo que atrajo la animadversión de los guardianes oficiales de la pureza doctrinal. Hasta en el oriente, que ya era el hogar de la literatura pseudográfica, Orígenes (muerto en 254) es cauto con respecto a los libros que están fuera del canon (Comment. in Matth., serm. 28). S Atanasio en 387 creyó necesario alertar a su rebaño con una carta pastoral contra los apócrifos judíos y heréticos (P. G., XXVI, 1438). Otro padre griego, Epifanio (312-403), en "Hæreses", 26, se quejaba de que las copias de los apócrifos gnósticos se corrían por miles. Sin embargo hay que confesar que los Padres primitivos y la iglesia, durante los tres primeros siglos, fueron más indulgentes hacia los pseudógrafos judíos que circulaban bajo venerables nombres del Antiguo Testamento. El libro de Esdras y la asunción de Moisés eran citados por la epístola canónica de Judas. Muchos Padres admitían la inspiración de IV Esdras por no mencionar El pastor de Hermas, los Hechos de S. Pablo (al menos la Parte de Tecla) y el Apocalipsis de S. Pedro fueron muy respetados en estos períodos más tardíos. Y con todo, ninguna obra apócrifa consiguió reconocimiento oficial en la iglesia occidental. En el años 447 el papa León el Magno escribió detenidamente sobre los escritos pseudo-apostólicos “que contienen el germen de tantos errores…que debieran no sólo ser prohibidos sino completamente suprimidos y quemados” " (Epist. xv, 15). El llamado “Decretum de recipiendis et no recipiendis libris” se atribuye el papa Gelasio (495) poer es en realidad una compilación que data de principios del siglo. Es un documento oficial, el primero de esta clase que poseemos, y contenía 39 obras además de las atribuidas a Leucius “discípulo del demonio”, y a todas las condena como apócrifas. Por este catálogo es evidente que en la Iglesia Latina, pro este tiempo, los apócrifos, hasta los provenientes de origen católica, tenían las condenas eclesiásticas, con una preocupación constante por el peligro de heterodoxia. El Sínodo de Braga, en Hispania, del año 563, anatematiza a cualquiera que “lea, apruebe o defienda las ficciones injuriosas puestas en circulación por los herejes”. Aunque en el Medievo estas condenas se olvidaron y muchos de los escritos pseuográficos gozaron de cierto favor tanto entre el clero como entre los laicos, sin embargo aun se encuentran mentes superiores como Alcuino, S. Bernardo, Sto. Tomás de Aquino que señalaban su falta de autoridad. Un eco de las antiguas condenas se ve en la obra De Festis B.M.V de Benedicto XIV, declarando que ciertos apócrifos populares eran la fuente no pura de tradición ( Ver Canon de la Sagrada Escritura)
Notas Bibliográficas.
Apócrifos (Notas)
APOCRIFOS DE ORIGEN JUDIO:
DRUMMOND, The Jewish Messiah (1877); PORTER, The Message of the Apocalyptic Writers (New York, 1905); CHARLES, Apocalyptic Literature, in HASTINGS, Dict. of the Bible; BAI.DENS-PERGER, Die messianisch-apokalyptischen Hoffnungen des Judenthums (Strasburg, 1903); BOUSSET, Die jüdische Apokalyptik (Berlin, 1903); VOLZ, Jüdische Eschatologie (Würtemburg, 1903). Además de las obras anotadas arriba: SCHÜRER, History of the Jewish People in the Time of Christ, (Edinburgh, 1886, tr. Del alemán), III, div. II. Especial para el libro de Enoch: CHARLES The Book of Enoch (Oxford, 1893; tr. Y comentario); SCHODDE, The Book of Enoch (1882). Especial para la Asunción de Moisés: CHARLES, The Assumption of Moses (London, 1897; Texto latino e inglés y prolegómenos críticos). BURKITT, en HAST., Dict. of the Bible; LAGRANGE, Notes sur le messianisme au temps de Jesus, en la Revue biblique, Oct., 1905. – Especial para el libro de los Secretos de Enoch: CHARLES AND MORFIL, Book of the Secrets of Enoch (Oxford, 1898; tr. e introducción); LOISY, art. en Revue d'histoire et de littérature religieuses, I, 29 sqq. (1896). – Especial para IV Esdras: El texto latino completo está mejor editado en JAMES AND BENSLY, Texts and Studies (Cambridge, 1895), I, 2d ed.: Las Biblias Latinas, el fragmento que falta en vii. Para traducciones inglesas: Revised Apocrypha of the English Bible (Oxford); CHURTON, Uncanonical and Apocryphal Scriptures (London, 1884). Para estudios: THACKERAY, en HAST., Dict. of the Bible; LAGRANGE, art. Con notas par alas Asunción de Moises, supra. PIFFARD, Le IV livre d'Esdras (Tournay, 1904; comentario). -- Especial para El Apocalipsis de Baruch; CHARLES, The Apocalypse of Baruch (London, 1896; texto, tr., y notas críticas). También en HAST., Dict. of the Bible; LAGRANGE, artículo anotado para la Asunción de Moisés, supra.—Especial para el Apocalipsis de Abraham BONWETSCH, texto alemán en Studien zur Geschichte der Theologie und der Kirche (Leipzig, 1897), I, 1; LAGRANGE, art. en Revue Biblique, Oct., 1905. – Especial para el Apocalipsis de Daniel: DARMESTETER, estudio en Mélanges Renier (Paris, 1887). SCHÜRER, History Of the Jewish People (Edinburgh, 1886) div. II, vol. II. -- Especial para el Libro de los Jubileos: CHARLES, The Book of Jubilees or Little Genesis (London, 1892: text, trans. and criticism); SCHODDE, The Book of Jubilees (Oberlin. O., 1888); HEADLAM, art. en HAST., Dict. of the Bible. -- Especial para el Libro de Jannes y Mambres: MARSHALL, artículos en HASTINGS, Dict. of the Bible. -- Especial for III Esdras; Old Testament in Greek, II (Cambridge, 1896, 2d ed., Greek text) (London, 1884, tr.); THACKERAY, First Book of Esdras; HAST., Dict. of the Bible. -- Especial para III Macabeos: Old Testament, in Greek (2d ed., Cambridge, 1899; Gr. text); CHURTON, The Uncanonical and Apocryphal Scriptures (London, 1884; tr.); FAIRWEATHER en HAST., Dict. Of the Bible. Old Testament, en griego (Cambridge, 2d ed., 1895-99); SCHÜRER, History of the Jewish People (Edinburgh, 1886) div. II, vol. III. – Especial para Salmos de Salomón: RYLE AND JAMES, Psalms of the Pharisees (Cambridge, 1891) introducción y texto inglés; JAMES in HAST., Dict. of the Bible; MOFFAT, The Righteousness of the Scribes and Pharisees, in Expository Times (1902), X, 201-206. -- Especial para 151 Salmos y Oracion de Mananses: CHURTON, Uncanonical and Apocryphal Scriptures, tr. (London, 1884); PORTER, art. Prayer of Manassees in HAST., Dict. of the Bible.
Para el texto del IV Macabeos: Old Testament in Greek, (Cambridge, 1894, 1899) III; Para una version inglesa: CHURTON, Uncanonical and Apocryphal Scriptures (London, 1884); Para la Introducción : SCHÜRER, History of the Jewish People (Edinburgh, 1886) div. II, vol. III; FAIRWEATHER in HAST., Dict. of the Bible.
SCHÜRER, History of the Jewish People (Edinburgh, 1886), div. II, vol. III. -- Especial para el Testamento de los Doce Patriarcas: SINKER, introduction and tr. in vol. VIII of The Ante-Nicene Fathers (New York, 1906; reprint of Edinburgh ed.); CHARLES, art. en Hibbert Journal (1905), III; también en HAST., Dict. of the Bible: SCHNAPP, Die Testamente der zwölf Patriarchen untersucht (Halle, 1884). -- Especial para la Ascensión de Isaías: DILLMAN, Ascensio Isaioe oethiopice et latine (Leipzig, 1877); ROBINSON en HAST., Dict. of the Bible. TASKER en el volumen extra de HAST., Dict. of the Bible; TAPPEHORN, Aüsserbiblische Nachrichten (Paderborn, 1885).
WALKER, Apocryphal Gospels, Acts, and Revelations (Edinburgh, 1873; tr.); The Ante-Nicene Fathers, VIII, edited by ROBERTS AND DONALDSON, tr.; BARDENHEWER, Geschichte der altkirchlichen Literatur (Freiburg, 1902), I; HARNACK, Geschichte der altchristlichen Literatur (Leipzig); 1893, I, 1897, II, 1, 1904, 2; ZAHN, Geschichte des Neutestamentlichen Kanon (Leipzig, 1890), II; HENNEKE UND MEYER, Neutestamentliche Apokryphen (Tübingen, 1904; textos alemanes con prolegómenos de especialistas); TASKER, Apocryphal Gospels; HAST., Dict. of the Bible, volumen extra (1904); LIPSIUS, art, Apocryphal Gospels in Dict. of Christ. Biog.
BARDENHEWER, Geschichte der altkirchlichen Literatur (Freiburg, 1902), I; HARNACK, Geschichte der altchristlichen Literatur (Leipzig) I, 1893; II, 1, 1897, II, 2, 1904; ZAHN, Geschichte des Neutestamentlichen Kanon (Leipzig, 1890), II; TASKER, Apocryphal Gospels; HAST., Dict. of the Bible, Volumen extra; LIPSIUS, Apocryphal Gospels, Dict. of Christ Biog. – Especial para los Evangelios según los Hebreos: todos los frgmentos se reproducen en NICHOLSON, The Gospel according to the Hebrews (London, 1897); ROSE, Etudes sur les Evangiles (Paris, 1902), 18 sqq. – Especial para Los Evangelios según los Egipcios: ROSE, Etudes sur les Evangiles (Paris, 1902) refuta los puntos de vista de HARNACK' sobre la prioridad de la aceptación del Evangelio de los Egipcios a la de los canónicos – Especial para el Evangelio de S. Pedro : RUTHERFORD, Ante-Nicene Fathers (introducción y tr.), IX; ROBINSON, The Gospel according to Peter and Revelation of Peter (London, 1892); ZAHN, Das Evangelium des Petrus (1893); SEMERIA, art. en Revue Biblique (1894), III, 522 ss. – Especial para el Evangelio de Sto. Tomás: WALKER, Apocryphal Gospels, etc. (Edinburgh, 1873, tr.); Ante-Nicene Fathers (New York, 1906). VIII; CONRADY, art en Theologische Studien und Kritiken (1903), LXXVI, 2. – Especial para el Evangelio de S. Bartolomé : LACAU, Fragments d'Apocryphes Coptes (Cairo, 1904; texto); BAUMSTARK, Revue Bibligue, April, 1906, 249-253-263. – Especial para el Evangelio de los Doce Apóstoles: REVEILLOUT, traducción francesa de supuestos fragmentos en Revue Biblique, (1904), 330, 336 ss.; Les Apocryphes Coptes, in Patrologia Orientalis (Paris, 1905) II, 43 ss., 156 ss.
Ver las historias de BARDENHEWER, HARNACK, PREUSCHEN y ZAHN, referents a la bibliografía anterior. Para el Informe de Pilatos al Emperador, HARNACK, Geschichte der altchristlichen Literatur (Leipzig, 1897), II, I, 604 ss., inserta los textos latino y griego. Los antiguos textos de estos apócrifos están editados en TISCHENDORF'S Evangelia Apocrypha (Leipzig, 1853, 1876); Traducciones de Anaphora, Report of Pilate, The Giving Up, de la Epistola ad Tiberium, The Letter of Pontius Pilate ,los proporciones WALKER y Ante-Nicene Fathers, ediciones de los apócrifos , previamente citados. La correspondencia Herodes-Pilato en inglés: Apocryphal Books of the New Testament, anon. (Philadelphia, 1890, 1901). – Especial para la correspondencia de Abgar: Ante-Nicene Fathers (New York, 1906; inglás), VIII; LIPSIUS, Die Edessenische Abgarsage kritisch untersucht (Brunswick, 1883); WRIGHT, Abgar, in Dict. of Chris. Biog; VIGOUROUX, Abgar, in Dict. de la Bible.
LIPSIUS en Dict. of Christ. Biog.; SALMON, art. Leucius, en la misma obra; Historical Introduction to the New Testament (4th ed., 1889); DUCHESNE, Les anciens recueils de légendes apostoliques; Informe de Congreso católico científico de Bruselas (Bruselas , 1895). Consultar las obras de BARDENHEWER, HARNACK, y PREUSCHEN, también ZAHN, citadas en las biografías previas. Para los textos originales: LIPSIUS Y BONNET, Acta Apostolorum Apocrypha (Leipzig, 1891), Pars I; JAMES, Apocrypha Anecdota (Cambridge, 1897), perteneciente a las series de Cambridge sobre los Textos y Estudios; WRIGHT, Apocryphal Acts of the Apostles (London, 1871), contiene una edición y traducción de manuscritos siríacos; Traducciones inglesas en WALKER, Apocryphal Gospels, etc. (Edinburgh, 1873); Ante-Nicene Fathers (New York, 1906), VIII; la obra magistral sobre los apócrifos Hechos y leyendas es: LIPSIUS, Die apokryphen Apostelgeschichten und Apostellegenden (Brunswick, 1883, 1887, 1890), exhaustivo y critico en el espíritu liberal Protestante. El mismo autor ha contribuido con en Artículo al Dict. of Christ Biog. Para los puntos de contacto entre Los Hechos apócrifos y la historia profana: GUTSCHMID, Die Königsnamen in den apokryphen Apostelgeschichten, en el Rheinisches Museum für Philologie (1864), XIX, 161-183, 380-401. – Especial para los Hechos de S. pedro : CHASE, art. Peter (Simon) en HAST., Dict. of the Bible. – Especial para los Hechos de S. Juan : ZAHN. Die Wanderungen des Apostels Johannes in the Neue Kirchliche Zeit schrift (1899), X. – Especial para los Hechso de Sto Tomás: El texto etiópico, editado por MALAN, Conflicts of the Apostles (London, 1871), y traducido al vernacular por BRIDGE (London, 1899); LEVY, en Analecta Bollandiana (1899), XVIII, 275 sqq.; MEDLYCOTT, India and the Apostle Thomas; An Inquiry with a Critical Analysis of the Acta Thomoe (London, 1905).
Ver la literatura común a los Hechos Gnósticos arriba. -- Especial para los Hechos de Pedro y Pablo: CHASE, art. Peter (Simon) en HAST., Dict. of the Bible. -- Especial Para los Hechos de S Pablo: SCHMIDT, Acta Pauli (Leipzig, 1904), investigacions exhaustivas, texto copto y trad. alemana; DEIBER, en Revue Biblique, 1904, 443 ss., sumariza los contenidos; NAU, Revue de l'Orient chrétien (1898), III, publica un Martirio de S. Pablo siriaco. -- Especial para los Hechos de S. pablo y Tecla: GWINN, Thecla, en Dict. of Christ Biog.; REY, Etudes sur les Acta Pauli et Thecloe (Paris, 1890); RAMSEY, The Church in the Roman Empire before 170 A.D. (London, 1893), 375 ss.; HOLZHEY, Die Thekla-Akten. Ihre Verbreitung und Beurteilung in der Kirche (Munich, 1905). -- Especial para las enseñanzas de Addai: PHILLIPS, The Doctrine of Addai, the Apostle (London, 1876), textos siríacos e ingleses con notas; TIXERONT, Les origines de l'Église d'Edesse et la légende d'Abgar (Paris, 1888). -- Especial para Hechos de Simon y Judas: El texto de la Pasión está en FABRICIUS, Codex Apocryphus Novi Testamenti (Hamburg, 1703, 1719). -- Especial para los Hechos de Bernabé: BRAUNSBERGER, Der Apostel Barnabas (Mainz, 1876).
QUASI-APOSTOLIC ACTS: ver LIPSIUS, Die apokryphen Apostelgeschichten (Brunswick, 1884), II, 2; JAMES, Apocrypha Anecdota (Cambridge, 1893).
Además de las frecuentemente mencionadas de BARDENHEWER, etc.; VETTER, Der apokryphe dritte Korintherbrief (Vienna, 1894); HARNACK, Untersuchungen über den apokryphen Briefwechsel der Korinther mit dem Apostel Paulus (Berlin, 1905); ID., Die apokryphen Briefe des Paulus an die Laodicener und Korinther, Germ. trans. (Berlin, 1905); LIGHTFOOT, St. Paul's Epistles to the Colossians and Philemon (2d ed., London, 1876), contiene texto latino de Laodiceos . Para las cartas de Seneca Letters: KRAUS, Seneka, en Theologische Quartalschrift (1867), XLI; Apocryphal New Testament, anon. (Philadelphia, 1890, 1901); LIGHTFOOT, St. Paul's Epistle to the Philippians (3d ed., London, 1873).
Para el Testamentum: RAHMANI, Testamentum Domini Nostri Jesu Christi (Mainz, 1899); FUNK, articulos en Der Katholik (1900), I. 1-14; Theologische Quartalschrift (1900), LXXXII, 161-174; BATIFFOL, en Revue Biblique (1900), 253-260; HARNACK, Vorläufige Bemerkungen zu dem jüngst Syrisch und Lateinisch, publizierten "Testamentum D.N. Jesu Christi" (Berlin, 1899); BAUMSTARK, en Römische Quartalschrift (1900), 1-48; RICKABY, Ritual in the Reign of Maximin, en Am. Cath. Quar. Review (1900), XXV. Para la historia de la discusión: EHRHARD, Die altchristliche Literatur (Freiburg, 1900). Para la Predicación de Pedro: los fragmentos están recogidos en HILGENFELD, Novum Testamentum extra Canonem Receptum (Leipzig, 1884), fasc. IV; DOBSCHÜTZ, Das Kerygma Petri kritisch untersucht, being XI, 1, of HARNACK AND GEBHARDT'S Texte und Untersuchungen. Para estudios menores consultar las historias BARDENHEWER, HARNACK, y ver las historias de BARDENHEWER, HARNACH, ZAHN, citadas en las primeras bibliografías. Traducciones inglesas de los Pseudos-apocalipsis de pedro y Juan en Ante-Nicene Fathers (New York, 1906), VIII. -- Especial para el apocalipsis de Pedro: GEBHARDT, Das Evangelium und die Apokalypse des Petrus (Leipzig, 1893), texto de HARNACK y GEBHARDT'S Texte und Untersuchungen; DIETERICH, Nikyia, Beiträge Erklärung der neuentdeckten Petrusapokalypse (Leipzig); SIMMS, art. in Expositor, Dec., 1898, 460-471. -- Especial para el Apocalipsis de Pablo: TISCHENDORF, Apocalypses Apocryphoe (Leipzig, 1866), Greek y parte en Inglés; JAMES, Apocrypha Anecdota (Cambridge, 1893), latin e inglés. Traducciones inglesas de los Apocalipsis de S. Pablo y S. Juan se encuentran en WALKER, Apocryphal Gospels, Acts, and Revelations (Edinburgh, 1873); Ante-Nicene Fathers (New York, 1906), VIII.
IV. Los Apócrifos y la Iglesia: TAPPEHORN, Aüsserbiblische Nachrichten (Paderborn, 1885).
Escrito por George J. Reid.
Traducido por Pedro Royo.
AMuñozF