Darebo escribió:AntiAcuario escribió:No obliga...pero tampoco prohibe...o acaso lo hace?
Si no obliga, ni prohibe significa que es una elección voluntaria que se debe respetar. Hay que respetar a la gente que ha encontrado motivaciones morales y espirituales para no comer productos animales que se obtengan explotando y mantando a un animal o provocando sufrimientos innecessarios.
Estimado en Cristo Darebo:
Si se trata de una mera decisión alimentaria Y YA, en efecto, hay libertad, y podrá uno pensar, con mejores o peores fundamentos, que es mejor o peor para la salud de la persona. Pero no es una decisión muy diferente a la de decidir acompañar la comida con agua pura o con agua de sandía. El agua de sandía tiene sus nutrientes que el agua pura no tiene, pero también tiene azúcar que no para todos es buena. Y, sin embargo, no es pecado ni involucra aspectos espirituales o morales una decisión o la otra (a menos, claro, que uno sepa que el azúcar u otro componente del agua de sandía es seriamente dañino para su propio cuerpo en la cantidad que se va a ingerir).
El problema NO está en la elección alimentaria propiamente dicha. Sino el problema está en "encntrar motivaciones morales y espirituales", porque, justamente, cuando el asunto NO invlucra aspectos morales y espirituales, y alguien prentende haberlos encontrado, de lo que eso es signo en realidad es de una
CONCEPCIÓN ERRONEA de la moral y de las realidades espirituales. Y ESA concepción erronea del espíritu y de la moral, que es mucho más cercana a la superstición que a una sana espiritualidad, es lo que en realidad se cuestiona y se critica.
Vamos, es como si alguien dice que prender un cerillo después de las 6 p.m. es pecado. En realidad NO ES pecado ni prender ni dejar de prender el cerillo, y nadie puede decirle a otro que está cometiendo un mal moral por NO querer prender cerillos después de esa hora, o por SI prenderlos. Pero lo que SI está mal es la concepción moral de la persona que piensa que tal cosa puede ser pecado. En eso mismo la persona DEMUESTRA no tener una claridad conceptual de la malicia que involucra real y necesariamente el pecado. Ni tampoco claridad respecto a los actos que de verdad involucran o no dicha malicia. Y, ciertamente sin tratar de enviar a la persona al Infierno por no querer prender cerillos después de las 6 p.m.; tampoco es correcto dejarla así, porque una conciencia que no tenga las cosas claras puede más fácilmente elegir el mal por equivocación, justo de la misma manera en que es más fácil que se pierda alguien que no conoce una ciudad y que no ha entendio bien el mapa que tiene para recorrerla; de modo que, sin condenar a la persona, a la vez hay que intentar explicarle que tampoco se va a ir al Infierno, ni va a dejar de hacer un bien, ni nada que lejanamente se parezca a eso, si decide SI prender el cerillo.
Y de la misma manera hay que intentar explicarle a quien cree haber "encontrado" "ventajas" morales y espirituales en una elección alimentaria que, de suyo, NO involucra ni ventajas ni desventajas en estos campos,
que simplemente NO ha entendido las cosas bien. Que Dios te bendiga.