Dios es el destinatario final de toda oración, incluso si recurrimos a la intercesión de la Virgen, de los ángeles o de los santos, toda oración tiene como destinatario a Dios. por lo que, siguiendo aquello que nos enseñó Jesús en el Padrenuestro, la oración debe expresar sentimientos de adoración, alabanza, gratitud,, confianza, suplica, glorificación.
Pero la actitud de Dios no es la quien espera, Él es quien sale al encuentro del ser humano, el el primero en buscarnos y el que nos pide de beber, "Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él" diría San Agustín.
2. ¿Qué papel juega el hombre en la oración?
El ser humano es, o mejor dicho debería ser, quien por amor a Dios, y en acción de alabanza y gratitud por todo el amor que de manera única y personal Él nos ha dado, busca con ansiedad momentos para poder orar, para conversar con Dios, como el novio busca a su novia, para sentir amor y entregar amor.
Por ello, para que la oración alcance su mayor expresión, el amor del hombre a Dios debe ser efectivo, no tan sólo afectivo,, es decir salir de lo tan sólo sensible para avanzar al punto en que se vive expresando ese amor, buscando agradar al amado, a Dios, con cada gesto, acción y palabra... además esta coherencia de vida hará que poco a poco el orar sea más sencillo y que el hombre logre aquello que anhela: comunicarse con Dios.
3. Menciona y explica 2 definiciones que los santos nos dan sobre la oración
- Santa Teresita del Niño Jesús: "Un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto en medio de la prueba como en la alegría".
- San Juan Damasceno: "Es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes".