Tema 17.- El Sí a Dios… La llave de nuestra existencia.
Dios funciona, como un gran generador de energía, que está siempre buscando donde transmitirla. El hombre funciona como una batería, tiene su polo positivo: el corazón, y también su polo negativo: la razón. Mientras no activa su polo positivo, el hombre funciona ensimismado, sin conciencia del valor de su existencia, luchando contra las cosas negativas derivadas de la no concientización de su Ser.
El hombre es como un edificio, si tiene buenos cimientos, se podrá hacer un gran y sólido edificio, pero si no tiene ese buen cimiento, todo lo que le pongamos encima, no será más que parches sin solidez, que no le permitirán en verdad crecer.
El Sí a Dios nos ayuda a concientizar en el entendimiento de quiénes somos en realidad. Debe ayudarnos a descubrir lo verdaderamente valiosos que somos. Debe ayudarnos a descubrir todo ese inmenso poder que tenemos dentro de nosotros mismos.., poder que puede lograr todo lo que nuestra mente pueda imaginar. Pero ese poder aun surgiendo del corazón tiene muchísima más fuerza que el de la razón, pero tiene que estar conectado con Dios, y cuanto más conectado esté con Él, más fuerza y poder tendrá para que por medio de la contemplación y sobretodo de la acción, logre transformar, revolucionar y romper todo el Mal que aqueja a nuestro mundo y elevar por medio de la evolución de la humanidad, por medio de su redescubrimiento, la concientización del valor de su dignidad, recibida por su origen, para que así, ocupe el lugar que le corresponde.
Toda la oscuridad del Universo, no tiene la fuerza para apagar una pequeña luz, en el momento que se enciende. Pero la fuerza de esta luz depende del voltaje con el cual esté conectada a Dios: hay luz de 125 W, de 220 W, o de miles de Watts.
A Dios no se le puede engañar y la fuerza, la potencia que Él nos envíe dependerá del convencimiento que tengamos y de lo cercanos que estemos de Él.
El switch de la verdadera energía se activa en nosotros cuando damos un verdadero Sí a Dios al cual nadie gana en generosidad; y Dios está buscando permanentemente esas pocas almas "...porque muchos son los llamados y pocos los escogidos" que se atreven a dar ese verdadero Sí a Dios, y Dios que ama tanto al hombre que hasta mandó a su hijo para rescatarlo, empieza a través de ese Si, a enviarle toda una serie de bendiciones que van mucho mas allá de lo pudiéramos imaginar.
Dios es una fuente permanente de Gracias que está buscando siempre a quien distribuirlas para que el hombre crezca en unión con Él. En las cosas espirituales, cuanto más das, más tienes y cuando más amor y bendiciones repartes, más tienes y más recibes. Por eso Dios está siempre a la búsqueda de esas pocas almas, que se atreven a darle un Sí profundo, para enviar su Amor y bendiciones, y para que así crezca la cantidad de Amor que hay en el universo, pues es el amor de lo que se nutre.
La Revolución del Conocimiento es tan importante, es la más importante de todas porque debe acercar al hombre al conocimiento de sí mismo, para que de esta forma puedan más almas dar el Sí verdadero que tanto espera Dios.
El mundo Católico debe desterrar el Sí light, al que ha estado acostumbrado por tanto tiempo.
Es importante concienciar que ese Sí no es un Sí, si no nos volcamos en la búsqueda del conocimiento de lo que significa. Ese Sí, no es un Sí, si no se traduce en obras, en hechos, en acción.
Todo aquel que diga que Sí y no actúe es porque no ha dicho un verdadero Sí, "...por sus frutos los conoceréis". (Cfr. Mt 7,16)
El Sí a Dios es confiar en su providencia. Esto no elimina nuestra libertad, que cooperando con su gracia, podemos realizar buenas obras en este mundo. Su gracia es la causa principal de nuestras buenas obras, pero nuestra libertad cooperando con las mociones divinas es otra causa instrumental pero necesaria para que nosotros hagamos bien y tengamos buenas obras.
Confiemos en las palabras del Señor a sus apóstoles tras la última cena: "Permaneced en mi amor, guardando los mandamientos... así vuestra alegría será completa". Como enseña la Virgen María, lo que importa es que seamos felices eternamente, aunque tengamos que pasar dificultades en esta vida. Confiemos totalmente en el Señor, que tiene palabras de vida eterna, infinitamente más que en los hombres que no confían en Dios.
El nuevo cristiano debe ser cristiano de Sí completo, debe ser cristiano de corazón, las veinticuatro horas del día. El nuevo cristiano debe Fusionar su Ser espiritual con su Ser material. Esta es la verdadera misión del Misionerismo.
Toda familia dividida contra sí misma, no sobrevivirá.
El mundo dividido contra sí mismo (Capitalismo y Socialismo), no sobrevivirá.
Todo hombre dividido contra sí mismo, espiritual y materialmente, no sobrevivirá.
El mundo no cambiará, el ser humano no cambiará, hasta que fusione su conciencia espiritual con su conciencia material.
Y cuando esto se dé, el mundo empezará a recibir tantas bendiciones como nunca imaginó.
"Cristianos de convicción, no cristianos de tradición".
El Misionerismo busca impulsar la Revolución del Conocimiento para que el conocimiento nos concientice de quiénes somos y descubramos la profundidad del significado de cristianos.
La gran mayoría de los cristianos se pierde en la forma del rito sin comprender verdaderamente el significado del fondo.
La gran mayoría de los Católicos somos católicos mientras no nos toquen el bolsillo.., somos cristianos mientras no nos exijan demasiado.., somos cristianos mientras no se nos exija esforzarnos demasiado.., somos cristianos mientras no tengamos demasiados problemas, somos cristianos mientras no tengamos que perdonar ofensas demasiado grandes. En realidad somos muy poco cristianos.
El Misionerismo, debe despertar la conciencia en la gente de lo que significa verdaderamente ser cristiano. No importa que no estemos actuando en este momento en consecuencia, pero sí importa que nos demos cuenta de cuál debe ser el actuar de un buen cristiano, para caminar en esa dirección.
El cristiano de hoy debe ser un cristiano de acción, un cristiano que a través de la formación concientice que en esta vida debemos de trabajar fuerte y profundamente para lo que verdaderamente importa: la eternidad.
El católico de hoy debe buscar esa formación permanente para descubrirse a sí mismo y darse cuenta de que si Cristo, siendo hijo de Dios, vino al mundo a entregarse por nosotros a través del sufrimiento, es porque ese sufrimiento es la clave de la existencia del hombre.
El sufrimiento espiritual, el sufrimiento en Dios, por Dios y para Dios, es la llave que diluye el velo del significado de esta vida.
El sufrimiento por Dios, eleva el espíritu, da la verdadera y profunda felicidad, es lo que nos ayudará a valorar todo lo que nos espera en la eternidad, y nos ayudará a valorar en profundidad el significado verdadero del amor de Dios.
El católico de hoy debe formarse integralmente para tener mejores herramientas para actuar a favor de sí mismo, a favor de su familia, y a favor de los demás.
"Obras son amores y no buenas razones". El católico contemplativo debe robustecer su alma para tener la fuerza suficiente para ponerse en acción.
Debe de concientizar que en el mundo de hoy se está librando una verdadera y gran batalla del Bien contra el Mal, o del Mal contra el Bien.
Debe ser consciente de lo mucho que hay en juego en nuestra sociedad.
No existe otra alternativa más que la lucha contra el Mal, a través de la acción. Si queremos seguir Sus pasos, debemos seguir Sus pasos. Debemos actuar como Cristo actuó.
La oración es importante, pero la oración nos debe llevar a la acción. A la acción por Amor, para el Amor, y desde el Amor. El Amor debe ser la fuerza interior que nos impulse a la Gran Revolución.
No nos importen todos y cada uno de los defectos que tengamos actualmente, ya que todos tenemos muchos; lo importante es haber descubierto el camino y levantarse setenta veces siete para continuar luchando por la perfección, por medio de esa búsqueda del verdadero significado de la palabra de Dios y de esa búsqueda del conocimiento del significado de ser hijo de Dios.
No es fácil entender la gran bendición de encontrarse en "Estado de Gracia", y sentir la presencia de Dios, pero ése es el objetivo permanente de todo buen cristiano.
En la forma terrenal se dice que al que tiene dinero se le nota, que no es fácil ocultarlo.
En la forma espiritual, también se le debe notar al buen católico que es un buen católico.
Al católico que no se le note que es católico, es porque no es un buen católico. Es porque no ha permeado la parte espiritual, su parte material.
El buen católico debe distinguirse por su actuar. "Míralos como se aman", decían de los primeros cristianos. Por ese amor se les reconocía.
Cristo pasó su vida pública yendo de lugar en lugar, dando a conocer al Padre. Cómo podemos nosotros pensar que nuestro actuar debe ser sólo la meditación. El actuar contemplativo puede ser un actuar activo si se profundiza en la acción intensa de la contemplación y la oración.
Pero para los católicos que no sean contemplativos, la acción, apoyada y reforzada con la oración es la que debe marcar el actuar de sus vidas.
El mundo se encuentra al borde de un colapso. El mundo se encuentra en un punto, donde según el peso de las fuerzas que actúen se decidirá el nuevo rumbo a seguir de la humanidad.
Los católicos tenemos la opción de dejar que nos marquen el rumbo o marcar el rumbo de la Nueva Civilización. En estos tiempos se esta definiendo el Nuevo Orden Mundial -ateo- para la humanidad.
Estoy seguro que si no tomamos las riendas del destino de la humanidad, el precio que tendremos que pagar va ser tremendamente alto, y van a tener que pasar setenta veces siete nuevas generaciones para que el mundo tenga la posibilidad de regresar a Dios.
Sabemos que las puertas del infierno no prevalecerán sobre las del cielo. La pregunta es ¿cuánto dolor y sufrimiento más tiene que soportar la humanidad, o sea nosotros, antes de darnos cuenta, de que sólo hay un camino para la plena realización, por el cual el hombre debe transitar para llegar a su verdadero destino final?
Preguntas de reflexión que debes responder en los foros del curso
1. ¿Has analizado cuan intenso y profundo es tu Sí a Jesucristo?
Si lo he analizado y como decía Santa Teresa de los estadios del Alma, de la misma manera me sucede a mí, tengo momentos de mi vida que he declarado dichosamente un Sí a Jesús profundo y convencido pero tristemente en otras ocasiones no ha sido de esta forma, dándome cuenta de esto sigo perseverando día a día para no ser una católica tibia ante Dios.
2. El tamaño de tus frutos es proporcional a la profundidad de tu Sí, ¿Tu vida espiritual y apostólica, esta dando muchos frutos?
Creo que Dios actúa muy a pesar de nosotros mismos, quizá “mi Sí” en ocasiones no es nada profundo pero estoy convencida que mis apostolados si dan fruto y es cuando me convenzo que tan solo somos instrumentos y es Dios quien obra a través de mi.
3. ¿Eres consciente de que el mundo está como está porque nosotros los que nos decimos Católicos, hemos sido muy tibios y pasivos en todos los órdenes, en la mayoría de los casos?
Creo que ayudamos a esta situación con nuestro mal ejemplo pero no creo que todo recaiga en nosotros, somos una sociedad donde todos somos parte importante y cada uno debe adquirir la responsabilidad de ser ejemplo de vida, definitivamente nosotros los católicos no siempre damos buen ejemplo, pero siempre existen católicos comprometidos y a pesar de no ser mayoría también son inspiración en tiempos difíciles. Recordemos que un árbol que cae siempre hará más ruido que 1000 que crecen en silencio.
4. ¿Crees que eres culpable de Omisión, por la situación actual del mundo?
Sí en algunos casos.
5. ¿Crees que tú y otros como tú, y otros más como tú, pueden cambiar el mundo?
Por supuesto simplemente con nuestro ejemplo podemos cambiarle el mundo a personas cercanas.
6. ¿Y si tu respuesta es Si, porque no lo haces, porque no empiezas ahora?
Ya comencé!!!
7. ¿Y si tu respuesta es que ya lo haces, porque no buscas la forma de contagiar mucho más a los demás?
Trato día a día de llevar una vida congruente para ser ejemplo a seguir y que mis hechos arrastren.
Bendiciones!!!