Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

En este curso, haremos un recorrido turístico-religioso por los Santos Lugares, conoceremos y comprenderemos cómo conviven las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa: Cristianismo Judaísmo e Islam, sus costumbres y tradiciones, visitaremos los lugares de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.

Conjuntamente al curso de turismo religioso, que se enviará cada semana por correo y se desarrollará en el foro como hacemos habitualmente, cada domingo nos uniremos a la plataforma de http://www.evangelizaciondigital.org/encuentros-on-line/tierra-santa/ Evangelización Online para peregrinar por los lugares que vayamos visitando y conocer la Tierra Santa, de primera mano, con guías conocedores de los lugares santos, y además con materiales de estudio y de formación.

Fecha de inicio
2 de septiembre de 2013

Fecha final:
22 diciembre 2013

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor ayga127 » Mié Sep 11, 2013 7:56 pm

Esto es parte del libro Fray Artemio Vítores: Los franciscanos amor al santo sepulcro


LA DIFÍCIL MISIÓN DE CONSERVAR
EL SANTO SEPULCRO


Conservar los Lugares de nuestra Redención, en especial el Santo Sepulcro, no fue una misión fácil para los franciscanos. Tuvieron que combatir en muchos frentes y recurrir a muchos apoyos. Por una parte estaban los musulmanes, mamelucos primero y otomanos después, que querían aprovecharse de la situación para sacar dinero y cuya voracidad nunca se satisfacía con los caudales provenientes de los católicos, especialmente los que venían de España y su Imperio. Tenían además muchas dificultades legales. Sí, los dueños de los Santuarios eran los franciscanos, pues los habían comprado, los cuidaban y oficiaban en ellos; pero los amos eran siempre los venales gobiernos musulmanes, que se servían de los Santuarios para sacar dinero a los cristianos. Los Santuarios son del Sultán, el cual los concede a quien le place.

Los apoyos políticos juegan un papel importante en esta disputa de las Iglesias. Si hasta bien entrado el siglo XVI Nápoles, Aragón, Castilla ayudan mucho a los franciscanos, después de la batalla de Lepanto (1573), España queda prácticamente al margen de la política en Oriente Medio y su influencia en Tierra Santa será nula. Francia y Venecia serán más activas, pero faltará esa relación que había existido en los siglos anteriores entre los franciscanos y los reyes cristianos. Los hijos de san Francisco se encuentran sin un respaldo internacional. A ello hay que añadir -como reacción a lo anterior- el acercamiento más estrecho entre Rusia y el Imperio Otomano, con lo cual los intereses de los católicos quedaban muy al margen. Hay dificultades para los franciscanos provenientes de la misma Iglesia, cuando otras instituciones católicas intentan romper ese trato de favor que la Santa Sede había dado a la Custodia franciscana sobre los Santos Lugares; todo terminó con la llamada «Sentencia de Mantua» (1420), en la que la Iglesia da la razón a los franciscanos. Finalmente, están las otras iglesias cristianas, especialmente la greco-ortodoxa, quienes, especialmente a partir del 1757, lograron eliminar el casi monopolio que tenían los franciscanos sobre el Santo Sepulcro y cambiarlo a su favor.

Todo lo que los hijos de san Francisco habían logrado recuperar y conservar durante siglos se perdió en una noche. La catástrofe tuvo lugar la víspera del Domingo de Ramos, el 2 de abril de 1757. Las cosas se complicaron aún más con el "misterioso" incendio del Santo Sepulcro el 12 de octubre de 1808 que destruyó casi todo el Santo Sepulcro. Se desplomó la cúpula de la Basílica, aunque permaneció incólume el interior de la Tumba de Cristo, lo cual fue considerado por todos como un milagro. Sufrió mucho el Calvario, pues se quemaron el altar de la Crucifixión y el de la Dolorosa; la estatua de la Virgen Dolorosa fue salvada gracias al coraje del sacristán franciscano Fr. Manuel Sabater, quien pasó, abrazado con ella, en medio de las llamas. Después de la expulsión del Cenáculo en 1551, la pérdida de gran parte del Sepulcro, de Belén y la Tumba de la Virgen, fue el golpe más duro en la historia, siempre difícil, de la conservación de los Santos Lugares por parte de los hijos de san Francisco. La situación quedó cristalizada en lo que se llama "Statu quo", con el firmán del Sultán Abdul Majid del 1852, en el que se bloquean todas las peticiones de los franciscanos y las cosas deben estar «en el estado en que están», es decir, como están ahora, sin cambiarse.

«Los hijos de san Francisco -según palabras de Juan Pablo II- han interpretado de un modo genuinamente evangélico el legítimo deseo cristiano de custodiar los lugares donde están nuestras raíces cristianas». La Iglesia Católica ha perdido gran parte del Santo Sepulcro por el que los hijos de san Francisco habían servido y sufrido tanto en los últimos siglos. Y, lo que es peor, las naciones cristianas, que durante siglos habían trabajado con tantos sufrimientos, pero también con tanto amor, por venerar el centro de la fe, que es el Santo Sepulcro, habían perdido completamente el interés por las raíces del cristianismo.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor soranamaria » Mié Sep 11, 2013 10:37 pm

Es para mi una Gran Bendición de Dios haber pisado esas tierras, desde que el avión aterriza se siente la vibra espiritual de esas hermosas tierras. Nunca imagine conocer, respirar y disfrutar la presencia de Dios Nuestro Creador en la persona de Jesús es muy muy y muy hermoso ir recordando esos grandes acontecimientos que marcan la vida misma ordinaria entre nosotros mismos como en la familia y comunidad.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor Mague » Jue Sep 12, 2013 12:45 am

La razón para peregrinar a Tierra Santa para mí, fue la poder pisar la tierra por donde caminó Nuestro Señor Jesucristo. Tuve la dicha de hacerlo el año pasado y fue una de las mejores experiencias de mi vida.
Pero también me causó una gran tristeza el ver tanta división religiosa en esos lugares donde Jesús predicó su evangelio. Si Él nos dice que seamos uno en Él como lo es con el Padre, debemos orar para que así sea.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor Di d mexico » Jue Sep 12, 2013 10:23 am

No sabía que existían tantas denominacines, me parece muy interesante, además d que me habla de tolerancia, pues todos conviven en una misma tierra con respeto unos de otros, y así se hace honor al lo que promueve una iglesia, que es precisamente el amor por el prójimo, por Dios y sobre todo el respeto.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor marthademorones » Jue Sep 12, 2013 11:18 am

El nos enseña lo bello y la tranquilidad que tienen los monjes Franciscanos que viven en Tierra Santa y sobre todo el privilegio de pasar por las calles donde vivió nuestro Señor, ver los mismos paisajes, poder leer la Biblia donde predicaba pero sobre todo el poder custodiar los lugares de importancia y no solo cuidarlos sino darles vida por medio de la Liturgia; aunque es un privilegio también tienen un peso muy grande ya que cuidan que todo esté bien, que no maltraten los lugares Sagrados.

Me gustó que dice aprendemos a convivir con las diferentes comunidades, como sabemos hay varias religiones que se encuentran en Tierra Santa y por lo tanto tenemos que respetarnos y no atacarnos ya que cuidamos lo mismo.

Me imagino que ha de ser un lugar de fantasía y donde se respira mucha tranquilidad, amor y oración.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor sorines » Jue Sep 12, 2013 12:32 pm

Rodolfo1971 escribió:Al reflexionar sobre las distintas denominaciones cristianas y su posesión sobre los lugares Santos, una de las que más me impresiona es la Basilica del Santo Sepulcro, allí creo que es una de las estructuras en sitio sagrado donde más se nota la convivencia plena entre La Iglesia Latina, Ortodoxa, Copta, Siriaca, entre otras. Un Plano del Santo Sepulcro sorprende por su multivariedad en las denominaciones, cada capilla o espacio pertenece a cada una de las diversas iglesias cristianas, no a todas, pero si a las más representativas en Tierra Santa, y saber como se logro tal distribución es algo que se supone no surgio en forma inmediata.

Investigando sobre el particular, consegui un concepto ya mencionado por el Padre Peter Madros en la conferencia del domingo 8 de septiembre y quise profundizar en el. Acá anexo lo que consegui.

Status Quo

"Status quo", o bien "Statu quo", como se suele decir en Tierra Santa o como aparece en muchas publicaciones- en su sentido amplio se refiere a la situación en que se encuentran las Comunidades cristianas de Tierra Santa en cuanto a sus relaciones con los gobiernos de la región.

Específicamente, el “Status quo” indica la situación en la que se encuentran las comunidades cristianas en los Santuarios de Tierra Santa: situaciones que se refieren tanto a la propiedad como a los derechos que tienen dichas comunidades, ya sea por sí solas, ya en relación con otros ritos, en el Santo Sepulcro, en la basílica de la Natividad de Belén o en la Tumba de la Virgen en Jerusalén.

La vida de los Santuarios es inseparable de los regímenes políticos de Tierra Santa que han conducido progresivamente a la situación en que nos encontramos hoy. Durante los siglos XVII y XVIII, griegos ortodoxos y católicos estuvieron en continua controversia por algunos santuarios (Santo Sepulcro, Tumba de la Virgen y Belén). Fue un período de “luchas fraternas e intervenciones políticas”. A través de estos sucesos dolorosos se llegó a la situación, ratificada con un firmán de fecha 8 de febrero de 1852, que se conoce con el nombre de “Statu quo”.

El “Statu quo” en los santuarios de Tierra Santa, especialmente en el Santo Sepulcro, determina los sujetos de la propiedad de los Santos Lugares, y más concretamente los espacios dentro del santuario, e incluso los horarios y tiempos de las funciones, colocaciones, recorridos y el modo de realizarlos, tanto en lo que atañe al canto como a la simple lectura.

Es necesario recordar que las comunidades que ofician en el Santo Sepulcro, además de los latinos, son los griegos, los armenios, los coptos y los siríacos y que para cambiar cualquier cosa es necesario contar con todas las comunidades.

Las comunidades del Sepulcro se regulan según el calendario propio de cada rito. En lo que se refiere a la comunidad católica, los franciscanos siguen las fiestas según el grado de solemnidad anterior a la reforma del Vaticano II, pues así lo determina el derecho alcanzado con el “Status quo”, con sus primeras vísperas solemnes, oficio matutino, misa y demás funciones ligadas a ellas (procesiones, incensaciones, etc.)

Para poder entender mejor la situación, es necesario hacer algunas consideraciones históricas. Inmediatamente después de entrar en Constantinopla, Mehmet II proclamó al Patriarca griego de Constantinopla como la autoridad religiosa y civil de todos los cristianos residentes en su imperio.

Desde entonces, las comunidades ortodoxas de Grecia, gracias a que se componían de súbditos del imperio otomano, pudieron llegar hasta Tierra Santa y ejercer una influencia cada vez más eficaz sobre los sultanes para obtener, en su favor, ventajas en los santuarios. El clero heleno fue progresivamente sustituyendo al clero nativo. Desde 1634 el Patriarca ortodoxo de Jerusalén será siempre un griego.

En este período empiezan las reivindicaciones por parte del clero heleno sobre los Santos Lugares. En 1666, el Patriarca ortodoxo germano reivindicó los derechos ortodoxos sobre la Basílica de Belén, como antes habían hecho ya los Patriarcas Sofronio IV (1579-1608) y Teofanio (1608-1644). Reivindicaciones similares se hicieron seguidamente también por el Santo Sepulcro de Jerusalén.

Tales tentativas se frenaron, sobre todo, gracias a la intervención de Venecia y Francia ante la Sublime Puerta (así se llamaba la instancia suprema en el imperio otomano). En 1633 el Patriarca Teofanio consiguió un firmán con efecto retroactivo al tiempo de Omar (638), que confería al Patriarcado griego ortodoxo los derechos exclusivos sobre la Gruta de la Natividad, el Calvario y la piedra de la Unción. Las potencias occidentales, por su parte, bajo la presión del Papa Urbano VII, lograron retirar dicho firmán. No obstante, el mismo firmán fue promulgado una segunda vez en 1637.

En aquel tiempo, Venecia, Austria y Polonia estaban en guerra contra el imperio y no consiguieron ejercer influencia alguna en favor de los franciscanos.La situación se volvió más drástica en 1676 cuando el Patriarca Dositeo (1669-1707) obtuvo otro firmán con el que se le otorgaba la posesión en exclusiva del Santo Sepulcro. Como consecuencia de las protestas occidentales, la Sublime Puerta nombró un tribunal especial para examinar los distintos documentos. En 1690, con otro firmán, el tribunal declaró que los franciscanos eran los legítimos propietarios de la Basílica. Desde entonces, las potencias occidentales fueron cada vez más activas ante el gobierno otomano para garantizar los derechos católicos en los Santos Lugares. Así ocurrió con la paz de Carlowitz (1699), Passarowitz (1718), Belgrado (1739) y Sistow (1791). No obstante, los resultados efectivos de tales intervenciones no fueron suficientes.

En 1767, después de algunos enfrentamientos violentos y hechos vandálicos que afectaron a la población local, los griegos ortodoxos y a los franciscanos, la Sublime Puerta dictó un firmán en el que se asignaba a los griegos ortodoxos la Basílica de Belén, la Tumba de la Virgen y casi toda la Basílica del Santo Sepulcro. A pesar de las repetidas llamadas del Papa Clemente XIII a las potencias occidentales, el firmán fue confirmado y fijó casi de manera definitiva, a excepción de algún pequeño detalle, la situación sobre los Santos Lugares hasta nuestros días.

En el siglo XIX, la cuestión de los Santos Lugares se convirtió en un contencioso político, especialmente entre Francia y Rusia. Francia obtuvo la protección exclusiva sobre los derechos de los católicos, mientras que Rusia lo era sobre los cristianos ortodoxos. En 1808 un gran incendio en la Basílica del Santo Sepulcro destruyó casi por completo el edículo cruzado del Sepulcro. Los griegos obtuvieron el permiso para reconstruir un nuevo edículo, que es el que hay actualmente. En 1829 se reconocen de manera definitiva los derechos de los armenios ortodoxos en la Basílica, que son los actuales.

En 1847 los griegos retiraron la estrella de plata situada sobre el lugar del nacimiento del Señor en la Gruta de Belén. De hecho, sobre la estrella había una inscripción en latín que atestiguaba la propiedad latina del lugar. En 1852 el embajador francés ante la Sublime Puerta, en nombre de las potencias católicas, exigió la devolución de los derechos de los franciscanos anteriores a 1767, y en particular la recolocación de dicha estrella.

El emperador otomano, bajo la presión del zar Nicolás, lo rechazó y publicó un firmán con el que se decretaba que el "Status quo" (es decir, la situación vigente en 1767) debía mantenerse.

Desde entonces, a pesar de los distintos intentos y las diversas guerras que se han sucedido, la situación ha permanecido inalterada, aunque la estrella fue recolocada en su lugar. Ni siquiera tras la caída del imperio otomano y el establecimiento del mandato británico el "Status Quo" ha vuelto a modificarse.

Tal situación se considera hoy como un derecho adquirido de facto.

•Las relaciones entre las distintas comunidades cristianas se regulan todavía por el {Status Quo}, pero son cordiales y amistosas.
•El diálogo ecuménico ha hecho olvidar de forma definitiva los conflictos históricos. No existe ya, al menos por la parte católica, la acusación de “usurpación” de los Santos Lugares.
•Al contrario, la presencia cristiana multiforme en estos lugares se considera como una preciosa riqueza a conservar y un derecho adquirido e irrenunciable.
•Los encuentros periódicos y las negociaciones entre las distintas comunidades hoy se concentran, sobre todo, en la restauración de las basílicas y sobre la posibilidad de una mejor coordinación de las diferentes liturgias.
•Las decisiones se adoptan de común acuerdo entre las distintas comunidades religiosas, sin intervención externa alguna, ni de carácter político ni civil.

Fuente: http://es.custodia.org/default.asp?id=500



Estimado Rodolfo1971

Quiero expresarle que soy de la opinión de que este artículo es de suma importancia leerlo y estudiarlo antes de entrar en cualquier otro tema. Por mi parte había desarrollado algo sobre el Ecumenismo cuando nos dieron en esta semana el segundo tema sobre los cristianos en Tierra Santa, pues me parece de vital importancia en toda la Iglesia y allí de forma especial. Pero con la lectura de este aporte he podido ampliar más mis conocimientos sobre el ecumenismo y la participación y el trasfondo de las distintas confesiones en Tierra Santa.

Tengo que confesar que había escuchado algunas veces el término “Status quo” pero no tenía ni la menor idea de lo que significaba y significa.

Agradezco sobremanera su aporte, me ha hecho mucho bien.
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE. SOLO DIOS BASTA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor klaus23 » Jue Sep 12, 2013 2:03 pm

El tema de esta semana me resultó muy nutritivo, sinceramente me ha generado sorpresa conocer los diversos cultos que convergen en Tierra Santa y cómo no solo para los católicos, sino para otras comunidades religiosas, resulta un lugar sagrado y que nos remonta a la forma más trascendente en que Dios nos demostró su amor, ofreciendo a su propio hijo.

Respecto a la custodia que a los Franciscanos se les confirió en ese lugar, comulgo con que es admirable y una de las más dichosas, pues qué otra cosa se puede decir de cuidar y vigilar lugares que marcaron la vida de Cristo y el nacimiento de nuestra religión? Debo aclarar que esta actividad también la desconocía.

Finalmente quiero comentar que como hasta ahora no he tenido oportunidad de viajar a Tierra Santa, la percepción o imagen de los peregrinos que tenía era muy diferente a la que se me ha explicado y he podido ver, debo reconocer que en la mayoría de los casos los veía como simples turistas, pero ahora me doy cuenta que los que han tenido la dicha de llegar a ese lugar, ya sea porque los visiten o los custodien, realmente lo han hecho como un acto de amor, fe y generosidad.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor tralalá » Jue Sep 12, 2013 5:53 pm

BEATA MARIA GABRIELA SAGHEDDU.

23 de abril beata María Gabriela Sagheddu, la niña rebelde que se hizo santa. Imagen

(1914-1939)

María Sagheddu (1914-1939) nació en Dorgali (Cerdeña), Italia; en el seno de una familia de pastores. Lo que la conocieron en su infancia y adolescencia, nos hablan de un carácter obstinado, crítico, contestatario, rebelde, pero con un fuerte sentido del deber, de la fidelidad, de la obediencia, a pesar de su apariencia contradictoria. "Obedecía refunfuñando, pero era dócil".

A los dieciocho años, ocurre una gran transformación en ella: poco a poco se fue haciendo más dulce, desaparecieron los estallidos de ira, adquirió un perfil pensativo y austero, dulce y reservado; crecieron en ella el espíritu de oración y la caridad; lo que desembocaría en su inscripción en el movimiento laical de la Acción Católica. Tres años más tarde, después de un buen discernimiento, pide ser admitida en el monasterio de clausura de Grottaferrata.

En el noviciado temía ser despedida, pero después de la profesión venció este temor inicial y se entregó con tranquilidad y seguridad a la vida a la que el Señor la había llamado. Sus hermanas recuerdan gestos que la pintan de cuerpo entero: su rapidez para reconocerse culpable y pedir perdón sin justificarse; su humildad; su disponibilidad para hacer voluntariamente cualquier trabajo, incluso los más difíciles, entre otros detalles.

Su abadesa, M. Pía Gullini, a petición del P. Couturier, abrazó con entusiasmo la causa ecuménica y pidió a sus hermanas que en adelante ofrezcan sus oraciones y sacrificios por la unidad de los cristianos. Pero para María Gabriela fue más que un entusiasmo, la joven religiosa experimentaba que Dios le pedía que ofreciera su vida entera por este importante asunto. "Siento que el Señor me lo pide" – le dijo a su superiora - me siento impulsada incluso cuando no quiero pensar en ello".

El mismo día que comunica a la madre Gullini su ofrecimiento, se enferma de tuberculosis. Serán en adelante quince meses de ofrecimiento y oraciones. La tarde del 23 de abril, Domingo del Buen Pastor en el cuál se proclama el Evangelio que dice: "Y habrá un solo rebaño y un solo pastor"; Gabriela concluyó su larga agonía y el Señor acepta la ofrende de su vida llevándola al cielo. Hermanos anglicanos y cristianos de otras denominaciones reconocen el sacrificio de esta joven religiosa. La gran cantidad de vocaciones que ha despertado su vida, ha sido un signo palpable de la intercesión de María Gabriela por su comunidad.

Su cuerpo, encontrado intacto con ocasión del reconocimiento en 1957, reposa ahora en una capilla adyacente del monasterio de Vitorchiano, donde se ha transferido la comunidad de Grottaferrata.

Sor María Gabriela fue beatificada por Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, a los cuarenta y cuatro años de su muerte, en la basílica de San Pablo Extramuros, el último día del Octavario de oración por la unidad de los cristianos.


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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor Silviamaria » Jue Sep 12, 2013 6:22 pm

Los cristianos en Tierra Santa, buen trabajo el de los Custodios Franciscanos, increíble que en un mismo lugar estén diferentes grupos religiosos y que sean más numerosos los miembros de las Iglesias Orientales en comparación con la Iglesia Romana.

Comparto el video http://es.custodia.org/default.asp?id=1119 “Narrar la historia de la Tierra Santa” está relacionado con el proyecto del Centro Museístico Cristiano moderno obra que está dirigida a los peregrinos, turistas, estudiosos y a la población en general para que conozcan más de la presencia cristiana en Tierra Santa.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor jaime a. mejía rosales » Jue Sep 12, 2013 7:10 pm

Hola a todos mis compañeros de curso: me gustaría compartirles que la Custodia de los Franciscanos en Tierra Santa tiene su orígen con el encuentro que San Francisco de Asís tuvo con el Sultán Al-Kamil allá por el año 1219. En su libro "El Mendigo Alegre" Louis de Wohl describe esta extraordinaria hazaña de San Francisco en su intento de llevar la paz a esa parte del mundo y rescatar el control de los lugares Sanatos en manos del Islam:

El encuentro de San Francisco de Asís con el sultán Al Kamil

En agosto de 1219, Francisco de Asís desembarcó en Egipto a pocos kilómetros de la desembocadura del Nilo. En la víspera, el ejército cristiano de la quinta cruzada –comandada por el cardenal Pelagio y Juan de Brienne, rey sin trono de Jerusalén- había intentado una vez más, y sin éxito, doblegar la fortaleza mameluca de Damieta, en poder del sultán Al Kamil, hijo y heredero del todopoderoso sultán de El Cairo, Al Adil.

Se encontró con el escenario de una inmensa tragedia. El campamento cristiano –o lo que quedaba de él- mostraba las huellas de un sin número de calamidades. Primero, una brutal inundación como consecuencia de la irrupción de la estación de las lluvias; luego la peste y el hostigamiento de los mamelucos. Apenas unas horas atrás, en un nuevo y desesperado intento por vencer aquellas murallas, casi cien de los mejores guerreros de la Orden del Temple y del Hospital habían dejado su vida bajo los pendones desafiantes de Al Kamil.

La noticia de la llegada de Francisco causó una profunda conmoción en el diezmado campamento. La moral de aquellos miles de miserables soldados, aturdidos por la guerra y la peste no podían recibir un bálsamo mejor: Uno de los hombres más santos de la cristiandad, un icono de la paz y la piedad llegaba al centro de la llaga cruel en la que se consumían musulmanes y cristianos.

Tal era el grado de aquella calamidad, que hasta el duque Leopoldo de Austria –uno de los grandes campeones de la cruzada- hastiado de tanta muerte como no había visto en toda su vida, había decidido regresar a Europa con sus tropas, debilitando aún más al ejercito de Pelagio.
Pero este otro hombre venido de Asís no traía consigo refuerzos ni víveres para estas tropas hambrientas. Su aspecto tampoco se diferenciaba mucho del de los sorprendidos cruzados que se apretujaban a su alrededor para escuchar al monje más famoso de la cristiandad.

Francisco no podía comprender esta guerra que ya llevaba más de un siglo y que se devoraba lo mejor de ambas culturas.

El primer problema se presentó con el legado papal. El cardenal Pelagio sentía una gran preocupación acerca de cómo podría afectar a su autoridad la presencia de un hombre tan virtuoso y respetado. Pero lo que lo dejó estupefacto fue que Francisco le demandara una inmediata autorización para reunirse con Al Kamil.

Los hombres del sultán tampoco estaban muy seguros de la conveniencia de tal petición, pero la mayoría de los historiadores coincide en que finalmente concluyeron en que un hombre tan sencillo, piadoso y extremadamente sucio –por decisión propia- debía estar completamente loco.
El cardenal Pelagio, a su vez, quería continuar su guerra lo antes posible, por lo que decidió despacharlo con embajada y bandera blanca a la corte de Al Kamil lo antes posible. El sultán recibió al monje y lo escuchó atentamente; estaba íntimamente convencido –al igual que su huésped- de que la paz era necesaria, convicción esta de la que daría muestras en el futuro. Pero el principal escollo para esa ansiada paz era Jerusalén.

Al Kamil y Francisco mantuvieron extensas conversaciones. A Francisco le impresionaba que un hombre sabio y refinado como el sultán repudiase, por considerarlo una herejía, al dogma trinitario; mientras que Al Kamil, subyugado por el carisma de su iluminado visitante, lidiaba por tolerar su maloliente suciedad.
Cuando las posiciones se tornaron inclaudicables, Francisco propuso al sultán someterse a una ordalía de fuego para demostrar la verdad de Jesucristo. Pero Al Kamil, encantado con su amigo cristiano, se negó a permitir semejante acto de fe, convencido del daño que esto le causaría al monje. Algunos historiadores afirman que la amabilidad del sultán fue la que el Islam impone a sus fieles para con los locos. Otros creen que, a sus ojos, Francisco era una suerte de “derviche” considerado un hombre santo en el mundo musulmán.

El destino y la trascendencia de estos dos hombres –paradójicamente unidos por sus anhelos de paz en medio de un mundo violento- siguió por senderos muy diferentes.
Francisco regresó a Italia, predicó hasta su muerte -acaecida en 1226- y fue elevado a los altares en 1228 para ser venerado entre los grandes santos de Occidente. [b]Solo un año después, en 1229, Al Kamil firmaba el tratado de Jaffa con Federico II, comandante de la sexta cruzada, y reconocía por diez años la soberanía de los francos sobre Jerusalén.[/b] Esta acción le valió la condena de todo el Islam por traición.


De una forma u otra, la originalidad del encuentro entre el santo y el sultán nos habla de una inmensa ausencia de diálogo entre ambas culturas que se combaten la una a la otra –con diferente suerte- desde que comenzó, hace catorce siglos, la expansión del Islam. Sin embargo, Maalouf coloca en el centro de la disputa al eje del conflicto: [b]La soberanía sobre la Ciudad Santa, el control sobre sus santuarios, particularmente el antiguo emplazamiento del Templo de Jerusalén, que es el símbolo máximo de la alegoría masónica y razón de ser de la Orden de los Caballeros Templarios.
Paradójicamente, pesa sobre los templarios la sospecha de haber estrechado vínculos con el Islam tan intensos como sus combates. [/b]

;) ;) ;)
jaime a. mejía rosales
 
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor sorines » Jue Sep 12, 2013 8:41 pm

ayga127 escribió:Esto es parte del libro Fray Artemio Vítores: Los franciscanos amor al santo sepulcro


LA DIFÍCIL MISIÓN DE CONSERVAR
EL SANTO SEPULCRO


Conservar los Lugares de nuestra Redención, en especial el Santo Sepulcro, no fue una misión fácil para los franciscanos. Tuvieron que combatir en muchos frentes y recurrir a muchos apoyos. Por una parte estaban los musulmanes, mamelucos primero y otomanos después, que querían aprovecharse de la situación para sacar dinero y cuya voracidad nunca se satisfacía con los caudales provenientes de los católicos, especialmente los que venían de España y su Imperio. Tenían además muchas dificultades legales. Sí, los dueños de los Santuarios eran los franciscanos, pues los habían comprado, los cuidaban y oficiaban en ellos; pero los amos eran siempre los venales gobiernos musulmanes, que se servían de los Santuarios para sacar dinero a los cristianos. Los Santuarios son del Sultán, el cual los concede a quien le place.

Los apoyos políticos juegan un papel importante en esta disputa de las Iglesias. Si hasta bien entrado el siglo XVI Nápoles, Aragón, Castilla ayudan mucho a los franciscanos, después de la batalla de Lepanto (1573), España queda prácticamente al margen de la política en Oriente Medio y su influencia en Tierra Santa será nula. Francia y Venecia serán más activas, pero faltará esa relación que había existido en los siglos anteriores entre los franciscanos y los reyes cristianos. Los hijos de san Francisco se encuentran sin un respaldo internacional. A ello hay que añadir -como reacción a lo anterior- el acercamiento más estrecho entre Rusia y el Imperio Otomano, con lo cual los intereses de los católicos quedaban muy al margen. Hay dificultades para los franciscanos provenientes de la misma Iglesia, cuando otras instituciones católicas intentan romper ese trato de favor que la Santa Sede había dado a la Custodia franciscana sobre los Santos Lugares; todo terminó con la llamada «Sentencia de Mantua» (1420), en la que la Iglesia da la razón a los franciscanos. Finalmente, están las otras iglesias cristianas, especialmente la greco-ortodoxa, quienes, especialmente a partir del 1757, lograron eliminar el casi monopolio que tenían los franciscanos sobre el Santo Sepulcro y cambiarlo a su favor.

Todo lo que los hijos de san Francisco habían logrado recuperar y conservar durante siglos se perdió en una noche. La catástrofe tuvo lugar la víspera del Domingo de Ramos, el 2 de abril de 1757. Las cosas se complicaron aún más con el "misterioso" incendio del Santo Sepulcro el 12 de octubre de 1808 que destruyó casi todo el Santo Sepulcro. Se desplomó la cúpula de la Basílica, aunque permaneció incólume el interior de la Tumba de Cristo, lo cual fue considerado por todos como un milagro. Sufrió mucho el Calvario, pues se quemaron el altar de la Crucifixión y el de la Dolorosa; la estatua de la Virgen Dolorosa fue salvada gracias al coraje del sacristán franciscano Fr. Manuel Sabater, quien pasó, abrazado con ella, en medio de las llamas. Después de la expulsión del Cenáculo en 1551, la pérdida de gran parte del Sepulcro, de Belén y la Tumba de la Virgen, fue el golpe más duro en la historia, siempre difícil, de la conservación de los Santos Lugares por parte de los hijos de san Francisco. La situación quedó cristalizada en lo que se llama "Statu quo", con el firmán del Sultán Abdul Majid del 1852, en el que se bloquean todas las peticiones de los franciscanos y las cosas deben estar «en el estado en que están», es decir, como están ahora, sin cambiarse.

«Los hijos de san Francisco -según palabras de Juan Pablo II- han interpretado de un modo genuinamente evangélico el legítimo deseo cristiano de custodiar los lugares donde están nuestras raíces cristianas». La Iglesia Católica ha perdido gran parte del Santo Sepulcro por el que los hijos de san Francisco habían servido y sufrido tanto en los últimos siglos. Y, lo que es peor, las naciones cristianas, que durante siglos habían trabajado con tantos sufrimientos, pero también con tanto amor, por venerar el centro de la fe, que es el Santo Sepulcro, habían perdido completamente el interés por las raíces del cristianismo.



Saludos ayga127

Gracias por este artículo. De verdad que mientras más leemos, más aprendemos y más nos damos cuenta de cómo ha sido durante la historia lograr la presencia franciscana en Tierra Santa y la conservación de los lugares santos.

Continuemos esta peregrinación que estamos disfrutando tanto.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor sorines » Jue Sep 12, 2013 8:47 pm

tralalá escribió:BEATA MARIA GABRIELA SAGHEDDU.

23 de abril beata María Gabriela Sagheddu, la niña rebelde que se hizo santa. Imagen

(1914-1939)

María Sagheddu (1914-1939) nació en Dorgali (Cerdeña), Italia; en el seno de una familia de pastores. Lo que la conocieron en su infancia y adolescencia, nos hablan de un carácter obstinado, crítico, contestatario, rebelde, pero con un fuerte sentido del deber, de la fidelidad, de la obediencia, a pesar de su apariencia contradictoria. "Obedecía refunfuñando, pero era dócil".

A los dieciocho años, ocurre una gran transformación en ella: poco a poco se fue haciendo más dulce, desaparecieron los estallidos de ira, adquirió un perfil pensativo y austero, dulce y reservado; crecieron en ella el espíritu de oración y la caridad; lo que desembocaría en su inscripción en el movimiento laical de la Acción Católica. Tres años más tarde, después de un buen discernimiento, pide ser admitida en el monasterio de clausura de Grottaferrata.

En el noviciado temía ser despedida, pero después de la profesión venció este temor inicial y se entregó con tranquilidad y seguridad a la vida a la que el Señor la había llamado. Sus hermanas recuerdan gestos que la pintan de cuerpo entero: su rapidez para reconocerse culpable y pedir perdón sin justificarse; su humildad; su disponibilidad para hacer voluntariamente cualquier trabajo, incluso los más difíciles, entre otros detalles.

Su abadesa, M. Pía Gullini, a petición del P. Couturier, abrazó con entusiasmo la causa ecuménica y pidió a sus hermanas que en adelante ofrezcan sus oraciones y sacrificios por la unidad de los cristianos. Pero para María Gabriela fue más que un entusiasmo, la joven religiosa experimentaba que Dios le pedía que ofreciera su vida entera por este importante asunto. "Siento que el Señor me lo pide" – le dijo a su superiora - me siento impulsada incluso cuando no quiero pensar en ello".

El mismo día que comunica a la madre Gullini su ofrecimiento, se enferma de tuberculosis. Serán en adelante quince meses de ofrecimiento y oraciones. La tarde del 23 de abril, Domingo del Buen Pastor en el cuál se proclama el Evangelio que dice: "Y habrá un solo rebaño y un solo pastor"; Gabriela concluyó su larga agonía y el Señor acepta la ofrende de su vida llevándola al cielo. Hermanos anglicanos y cristianos de otras denominaciones reconocen el sacrificio de esta joven religiosa. La gran cantidad de vocaciones que ha despertado su vida, ha sido un signo palpable de la intercesión de María Gabriela por su comunidad.

Su cuerpo, encontrado intacto con ocasión del reconocimiento en 1957, reposa ahora en una capilla adyacente del monasterio de Vitorchiano, donde se ha transferido la comunidad de Grottaferrata.

Sor María Gabriela fue beatificada por Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, a los cuarenta y cuatro años de su muerte, en la basílica de San Pablo Extramuros, el último día del Octavario de oración por la unidad de los cristianos.


DIOS los bendiga. Tralalá



Gracias por esta hermosa informacion. Ciertamente hay muchas personas santas que hacen mucho bien sin que se sepa. ¡Verdaderos cristianos!
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor sorines » Jue Sep 12, 2013 9:01 pm

jaime a. mejía rosales escribió:Hola a todos mis compañeros de curso: me gustaría compartirles que la Custodia de los Franciscanos en Tierra Santa tiene su orígen con el encuentro que San Francisco de Asís tuvo con el Sultán Al-Kamil allá por el año 1219. En su libro "El Mendigo Alegre" Louis de Wohl describe esta extraordinaria hazaña de San Francisco en su intento de llevar la paz a esa parte del mundo y rescatar el control de los lugares Sanatos en manos del Islam:

El encuentro de San Francisco de Asís con el sultán Al Kamil

En agosto de 1219, Francisco de Asís desembarcó en Egipto a pocos kilómetros de la desembocadura del Nilo. En la víspera, el ejército cristiano de la quinta cruzada –comandada por el cardenal Pelagio y Juan de Brienne, rey sin trono de Jerusalén- había intentado una vez más, y sin éxito, doblegar la fortaleza mameluca de Damieta, en poder del sultán Al Kamil, hijo y heredero del todopoderoso sultán de El Cairo, Al Adil.

Se encontró con el escenario de una inmensa tragedia. El campamento cristiano –o lo que quedaba de él- mostraba las huellas de un sin número de calamidades. Primero, una brutal inundación como consecuencia de la irrupción de la estación de las lluvias; luego la peste y el hostigamiento de los mamelucos. Apenas unas horas atrás, en un nuevo y desesperado intento por vencer aquellas murallas, casi cien de los mejores guerreros de la Orden del Temple y del Hospital habían dejado su vida bajo los pendones desafiantes de Al Kamil.

La noticia de la llegada de Francisco causó una profunda conmoción en el diezmado campamento. La moral de aquellos miles de miserables soldados, aturdidos por la guerra y la peste no podían recibir un bálsamo mejor: Uno de los hombres más santos de la cristiandad, un icono de la paz y la piedad llegaba al centro de la llaga cruel en la que se consumían musulmanes y cristianos.

Tal era el grado de aquella calamidad, que hasta el duque Leopoldo de Austria –uno de los grandes campeones de la cruzada- hastiado de tanta muerte como no había visto en toda su vida, había decidido regresar a Europa con sus tropas, debilitando aún más al ejercito de Pelagio.
Pero este otro hombre venido de Asís no traía consigo refuerzos ni víveres para estas tropas hambrientas. Su aspecto tampoco se diferenciaba mucho del de los sorprendidos cruzados que se apretujaban a su alrededor para escuchar al monje más famoso de la cristiandad.

Francisco no podía comprender esta guerra que ya llevaba más de un siglo y que se devoraba lo mejor de ambas culturas.

El primer problema se presentó con el legado papal. El cardenal Pelagio sentía una gran preocupación acerca de cómo podría afectar a su autoridad la presencia de un hombre tan virtuoso y respetado. Pero lo que lo dejó estupefacto fue que Francisco le demandara una inmediata autorización para reunirse con Al Kamil.

Los hombres del sultán tampoco estaban muy seguros de la conveniencia de tal petición, pero la mayoría de los historiadores coincide en que finalmente concluyeron en que un hombre tan sencillo, piadoso y extremadamente sucio –por decisión propia- debía estar completamente loco.
El cardenal Pelagio, a su vez, quería continuar su guerra lo antes posible, por lo que decidió despacharlo con embajada y bandera blanca a la corte de Al Kamil lo antes posible. El sultán recibió al monje y lo escuchó atentamente; estaba íntimamente convencido –al igual que su huésped- de que la paz era necesaria, convicción esta de la que daría muestras en el futuro. Pero el principal escollo para esa ansiada paz era Jerusalén.

Al Kamil y Francisco mantuvieron extensas conversaciones. A Francisco le impresionaba que un hombre sabio y refinado como el sultán repudiase, por considerarlo una herejía, al dogma trinitario; mientras que Al Kamil, subyugado por el carisma de su iluminado visitante, lidiaba por tolerar su maloliente suciedad.
Cuando las posiciones se tornaron inclaudicables, Francisco propuso al sultán someterse a una ordalía de fuego para demostrar la verdad de Jesucristo. Pero Al Kamil, encantado con su amigo cristiano, se negó a permitir semejante acto de fe, convencido del daño que esto le causaría al monje. Algunos historiadores afirman que la amabilidad del sultán fue la que el Islam impone a sus fieles para con los locos. Otros creen que, a sus ojos, Francisco era una suerte de “derviche” considerado un hombre santo en el mundo musulmán.

El destino y la trascendencia de estos dos hombres –paradójicamente unidos por sus anhelos de paz en medio de un mundo violento- siguió por senderos muy diferentes.
Francisco regresó a Italia, predicó hasta su muerte -acaecida en 1226- y fue elevado a los altares en 1228 para ser venerado entre los grandes santos de Occidente. Solo un año después, en 1229, Al Kamil firmaba el tratado de Jaffa con Federico II, comandante de la sexta cruzada, y reconocía por diez años la soberanía de los francos sobre Jerusalén. Esta acción le valió la condena de todo el Islam por traición.


De una forma u otra, la originalidad del encuentro entre el santo y el sultán nos habla de una inmensa ausencia de diálogo entre ambas culturas que se combaten la una a la otra –con diferente suerte- desde que comenzó, hace catorce siglos, la expansión del Islam. Sin embargo, Maalouf coloca en el centro de la disputa al eje del conflicto: La soberanía sobre la Ciudad Santa, el control sobre sus santuarios, particularmente el antiguo emplazamiento del Templo de Jerusalén, que es el símbolo máximo de la alegoría masónica y razón de ser de la Orden de los Caballeros Templarios.
Paradójicamente, pesa sobre los templarios la sospecha de haber estrechado vínculos con el Islam tan intensos como sus combates.


;) ;) ;)



Gracias Jaime A. por este artículo. Que interesante saber que San Francisco camino tanto y que también ya desde entonces hizo mucho por la paz y la presencia franciscana en Tierra Santa.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor tralalá » Jue Sep 12, 2013 9:19 pm

"Francisco regresó a Italia, predicó hasta su muerte -acaecida en 1226- y fue elevado a los altares en 1228 para ser venerado entre los grandes santos de Occidente".

Ahora hablamos de Santo súbito pero, qué velocidad para ser canonizado San Francisco.
Nunca lo había notado.
Bendiciones. Tralalá
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor rosita forero » Vie Sep 13, 2013 1:48 am

.
Guardianes de Tierra Santa

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La orden creada por Francisco de Asís, lleva 8 siglos manteniendo viva la llama de la fe cristina custudiando los lugares emblemáticos.


la Custodia de Tierra Santa
La vocación franciscana en Tierra Santa se articula hoy sobre tres ejes principales:

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* * La oración en los Lugares Santos
La oración cotidiana de los frailes en los Santos Lugares recuerda a todos que estos lugares no son museos. Cada uno de ellos conmemora un momento particular de la vida de Cristo o de sus discípulos. Rezar en ellos, hacer memoria de la Historia de la salvación, significa hacer presente a Cristo mismo.


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* La acogida de los peregrinos en Tierra Santa
La tarea de los franciscanos es ayudar los peregrinos de todo el mundo no sólo durante su visita en los Santos Lugares sino también a realizar un camino de fe.


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* El servicio a los más pobres y la tutela de la cristiandad en Tierra Santa
La Custodia se ha comprometido siempre a proteger no sólo los Santuarios en el sentido físico de la palabra, sino también a preservar las “piedras vivas” de la Tierra Santa, es decir las comunidades cristianas locales, que viven en condiciones difíciles .

En todos los Países del Cercano Oriente en los cuales está presente la Custodia, las comunidades cristianas se encuentran en un estado de fuerte minoría numérica (actualmente constituyen menos del 2% de la población) respecto a los musulmanes o a los judíos. Además, la específica situación política creada por el conflicto árabe-israelita ha provocado y provoca un éxodo consistente de la población local árabe-cristiana.
Todo esto genera problemas complejos, a los cuales los frailes intentan dar una respuesta concreta de la mejor forma posible, procurando mantener siempre comunidades cristianas cualificadas y motivadas.


fuentes http://www.proterrasancta.org/es/custodia-de-tierra-santa/
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=257817
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor rosita forero » Vie Sep 13, 2013 2:21 am

.investigando un poco encontre este articulo

¿Quienes son las piedras vivas de la Tierra del Señor?


La Tierra que el Señor pisó y recorrió, es hoy en día una gran desconocida por muchos católicos. También es cierto que para otro grupo de nosotros, la Tierra del Señor es un tesoro que valoramos e intentamos cuidar.


Tierra Santa está demasiado lejos del día a día y de las trifulcas internas que tanto nos motivan, al mismo tiempo que parece inaccesible por las tensiones que produce la eterna puja de los pueblos que la habitan. Parece sencillo olvidarla o dejarla “aparcada” como una bonita e innecesaria reliquia, dentro de nuestro “armario” de devociones e intereses lejanos.


Personalmente, lo que más me llama de Tierra Santa no son los monumentos, ni los lugares, sino lo que ha venido a llamar las piedras vivas que conforman la Iglesia Madre. Las piedras vivas son los cristianos que perviven y se afanan por no vivir en la Tierra donde Dios se manifestó.

Recordemos unas palabras, especialmente lúcidas, de Benedicto XVI:

Quizás ya no seamos capaces de comprender plenamente el significado que san Pablo y sus comunidades atribuyeron a la colecta para los pobres de Jerusalén. Se trató de una iniciativa totalmente nueva en el ámbito de las actividades religiosas: no fue obligatoria, sino libre y espontánea; tomaron parte todas las Iglesias fundadas por san Pablo en Occidente. La colecta expresaba la deuda de sus comunidades a la Iglesia madre de Palestina, de la que habían recibido el don inefable del Evangelio. Tan grande es el valor que Pablo atribuye a este gesto de participación que raramente la llama simplemente "colecta": para él es más bien "servicio", "bendición", "amor", "gracia", más aún, "liturgia" (2 Co 9). Sorprende, particularmente, este último término, que confiere a la colecta en dinero un valor incluso de culto: por una parte es un gesto litúrgico o "servicio", ofrecido por cada comunidad a Dios, y por otra es acción de amor cumplida a favor del pueblo. Amor a los pobres y liturgia divina van juntas, el amor a los pobres es liturgia. (Catequesis sobre El concilio de Jerusalén y la controversia de Antioquía. 1 de octubre de 2008)


La vida de estas piedras vivas es precaria. A veces carecen de derecho a tener una simple casa o para desarrollar su actividad comercial. Ven restringidos sus movimientos por las fronteras que rasgan la Tierra donde Cristo lloró y sufrió. Carecen de seguros de asistencia médica o deben de pagar, con sus precarios sueldos, la educación cristiana de sus hijos. Gracias a la Custodia franciscana y al Patriarcado Latino, estas piedras vivas no ha desaparecido.

Preguntémonos por un momento si somos conscientes de la importancia de estas piedras vivas. Sin ellos, la Tierra del Señor sería un bonito museo gestionado por israelíes y palestinos. Un museo lleno de maravillas desprovistas del alma y el Espíritu de la vivencia de nuestra Fe. ¿Queremos esto? Seguramente pensemos que ya otros se ocuparan de ello. Pero esos “otros” somos pocos y a duras penas hacemos posible que la Custodia Franciscana y el Patriarcado Latino permanezcan allí.

Las piedras vivas necesitan que les reconozcamos y les ayudemos en lo que necesiten. Recordemos la primera colecta que realizó San Pablo y entendamos la importancia que tenía la Iglesia Madre de Jerusalén desde el primer siglo de nuestra era.

¿Cómo ayudar a nuestros hermanos de Tierra Santa? Primero interesándose por ellos, haciéndoles llegar un poco de nuestra caridad en forma de donativo o haciendo una visita a la Tierra de Señor.

Visitar Tierra Santa es impactante, pero además de lo que nosotros vivamos y nos traigamos de allí, hacemos posible la vida a muchos cristianos, que sin las peregrinaciones hubiesen emigrado a lugares menos comprometido.


fuente
http://www.religionenlibertad.com/artic ... culo=19477
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor Carlos M L » Vie Sep 13, 2013 9:38 am

En el video de este tema nos dicen que peregrinación es sinónimo de viaje extraordinario o santo viaje, y a mi me gustaría complementar esto con lo que significa peregrino:
El término peregrino (del lat. peregrīnus) se refiere en su significado más clásico al viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas. Así, por el destino de su peregrinación, se lo diferencia de los caminantes que se dirigen a otros sitios de honda significación espiritual en el catolicismo: el romero, que lo hace a Roma, donde mora el papa, considerado sucesor de san Pedro, y el palmero, que se encamina a Jerusalén y en general a los Santos Lugares.

En el catolicismo de la Edad Media se distinguían tres clases de peregrinos:
Romeros, aquellos que iban a Roma.
Palmeros, aquellos que iban a Jerusalén.
Peregrinos propiamente dichos, aquellos que iban a Santiago de Compostela.
En general, implicaba una referencia a alguna forma de: penitencia, autoimpuesta o impuesta sacramentalmente; ampliación de una promesa; penitencia o promesa en nombre de otra persona impedida por alguna razón de realizar la peregrinación.
El penitente emprendía el viaje como forma de expiación de sus faltas. Algunos penitentes llevaban el pecado escrito en una cédula que depositaban en el altar del santuario.
Los peregrinos solían llevar una vestimenta especial, sobre todo en lo referido a complementos que llegaron a constituir símbolos: el zurrón (morral o anapola, bolsa grande de pellejo, que regularmente usan los pastores para guardar y llevar su comida u otras cosas), el bordón o bastón, un sombrero de ala ancha, una capa con esclavina y la calabaza para almacenar agua o vino. También solían llevar como distintivo la famosa concha de peregrino o venera.

El poeta León Felipe expresó como pocos la experiencia de la peregrinación en los siguientes versos de Romero solo:
Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos hacer justicia. Tan bien como el Rey hebreo
la hizo Sancho el escudero y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros

Hoy en día peregrinamos sin una vestimenta especial que nos identifique como tal, pero sí llevamos en lo profundo de nuestro ser la necesidad de vivir de cerca, aunque sea de manera virtual como en este curso, el inmenso amor de Dios a través de los sitios en, y por, los que transitó nuestro Señor Jesucristo y constatar que a pesar de todas las dificultades que han existido en esta zona geográfica, sigue habiendo una fe inmensa manteniendo viva la tradición y que Tierra Santa es santa y sagrada para las tres grandes religiones históricas...
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor ana fedez » Vie Sep 13, 2013 10:44 am

Buenas tardes, este como el anterior se me hace un curso muy interesante.
Mi viaje a Tierra Santa además de gozar, es intentar profundizar el máximo posible en la cultura del pueblo de Jesús, para poder entender el modo de actuar y el por qué de algunos capítulos tanto del nuevo como del antiguo testamento, ya que es una cultura tan diferente a nosotros que a veces te pierdes.
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor JAIME ALONSO LOPEZ » Vie Sep 13, 2013 12:20 pm

¿Cuál es tu razón para peregrinar a Tierra Santa?
Para mi, el peregrinar a Tierra Santa, significa ir al encuentro del Señor que me llama a seguirlo más de cerca. Cada día me encuentro con Él, es cierto, pero no me cabe duda que el hecho de peregrinar me pone en el camino de una actitud especial ante Dios. Una actitud de salir de mi mismo hacia el encuentro con Él en un lugar insólito, los lugares fundacionales de su Iglesia y de su Evangelio, tratando de hacer vida su Mensaje de Amor. El Evangelio ha quedado como carta de identidad del discípulo de Jesús que quiere seguirle más de cerca, viviendo en profundidad la misma vida de Cristo, conforme decía san Pablo: “Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mi”. Los lugares santos evocan de una manera física y palpable la realidad del Misterio de la Encarnación y de la Redención. Es la Historia de algo maravilloso que tiene un comienzo, un desarrollo y una finalidad hacia la que se dirige: la salvación de todos los hombres y mujeres del mundo de todos los tiempos. Un servidor ya hizo la peregrinación a Tierra Santa en el verano de 2010. Pero ahora y en el futuro, quiero seguir transitando el itinerario que inicié entonces para aprender a merecer el nombre de cristiano y así crecer como tal y como testigo, como apóstol en medio de la sociedad que me ha tocado vivir. De esta manera podré cumplir mejor la misión que El Señor me ha confiado al llamarme a ser su servidor en la Congregación Salesiana. Jaime Alonso
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Re: Taller tema 2: Los Cristianos en Tierra Santa

Notapor zbenedetti » Vie Sep 13, 2013 1:31 pm

Que responsabilidad tan grande es la de custodiar la Tierra Santa!!! Hay que agradecerle eternamente a los encargados de hacerlo!!!; son servidores y al mismo tiempo privilegiados por poder estar en esos lugares sagrados.

Estos custodios nos permiten hoy poder "tocar" las piedras de cemento y también poder vibrar con las "piedras vivas" de tantas religiones!!!

Me imagino que es muy emocionante el estar allí y darse cuenta que el Cielo es para todos sin importar los ritos de cada cual...; Jesús nos salvó a todos!!!

No obstante que peregrinar a Tierra Santa sea algo maravilloso, lo mas importante es custodiar a Jesús en el corazón de cada uno de nosotros!!! y estar atento de no sacarlo... para no desperdiciar la salvación que nos ha dado a todos sin distingo de nación ni de raza ni de credo...

La gran peregrinación es hacia la Tierra Prometida=Cielo y el gran valor es la Salvación!!!
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