por mmilanez » Mié Oct 09, 2013 1:30 am
1) Me gustaron dos de los enfoques de Santo Tomas
EL primero: Dios como inteligencia creadora. Entendí, pude contemplar si se me permite usar este término, a un Dios que no está continuamente creando todo, sino que en una inteligencia creadora superior definió las reglas del juego (todas las leyes naturales, conocidas o desconocidas, visibles o no) y luego, por puro amor, puso en el mundo a su creación amada, el ser humano, para que disfrutara de la creación. Pude ver el ejemplo de cuando yo le dedico tiempo a ensamblar algún juguete para que mis hijos jueguen después con él, no estoy junto a ellos ensamblando mientras intentan jugar, más bien, armo todo para que puedan jugar a plenitud y de paso tengo tiempo para jugar con ellos.
El segundo: Que la libertad es una autodeterminación hacia el bien. Eso de que se pierde la libertad cuando me quitan la opción de hacer el bien fue muy revelador.
2) En relación con la libertad, veo al pecado como cualquier cosa que me impida optar por el bien. En tal caso, un vicio arraigado en el que caigo continuamente me ha quitado la libertad de auto determinarme al bien. Lo malo, o mejor dicho, lo peor es que en nuestro mundo actual, se entiende (o se nos ha querido hacer creer) que libertad es tener la opción de probar “todo”, muchas veces escudado en el consejo de Pablo en su carta a Timoteo “examínenlo todo y quédense con lo bueno”. El corazón humano y la mente humana quiere conocerlo todo, sobre todo los jóvenes, están muy abiertos a conocerlo todo. Pero en seguida hay que decir, que examinarlo todo significa estudiarlo todo, investigarlo todo, discernirlo, pero no significa pruébenlo todo. Se confunde tantas veces esta realidad de verlo todo, cuando al joven por ejemplo se le dice: prueba la droga, para que tú sepas si es buena o es mala, y entonces te quedarás con ella o no; o cuando se le dice: prueba el sexo, o prueba la homosexualidad, se invita tantas veces a los jóvenes que andan buscando examinarlo todo o probarlo todo, y por eso muchos se pierden. No confundamos el examinarlo todo con el probarlo todo. Todas las cosas que por “probarlas” inconscientemente nos atan a ellas son las que en realidad nos roban o limitan la libertad. La Gracia de Dios que ha sido infundida en nuestros corazones, reavivada constantemente con los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, nos permiten ver cuáles son las cosas que nos han atado para, al renunciar a ellas, volvamos a ser libres de optar por lo bueno. Solo en las opciones por lo bueno, lo más santo, lo mejor, encontraremos la liberad y la felicidad. No olvidemos que estamos en un mundo que no entendemos completamente, y menos olvidemos que Dios es el que tiene el manual de usuario, hay que hacerle caso.
3) Es interesante ver las repercusiones de las ideas casi herejes de Guillermo de Ockam: sus ideas influyeron en la formación teológica (o deformación) de Martin Lutero, con sus ideas quietistas y, a fin de cuentas, como todo depende sola y exclusivamente de Dios, no deja espacio para la libertad de la creatura, en contradicción con la Fe Católica que siempre ha sostenido que Dios hizo al hombre libre, no lo hizo una simple marioneta para usarla según sus caprichos. Por eso muchos cristianos no católicos se sienten cómodos con la idea luterana de la justificación por la fe, porque se “quitan” la responsabilidad de las obras buenas y de las consecuencias de las obras malas. Dios no quiere, a manera de capricho, que cometamos pecado, somos nosotros y las consecuencias de nuestras decisiones las que nos hacen optar por la bueno cuando somos libres y nada nos ata o por lo malo cuando las ataduras de los vicios-pecados nos han ocultado la opción por volver al bien. Coincido con el autor: cuando alguien inteligente se equivoca, muchos más se equivocan junto con el.