"Todo lo que hay en lel mundo, concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida, no viene del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa y también sus concupiscencias; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre"
Estas palabras son importantes para la teología del cuerpo y explican la génesis de la triple concupiscencia, al indicar su proveniencia, no "del padre", ssino "del mundo".
La concupiscencia de la carne y, junto con ella, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida, está "en el mundo" y, a la vez, "viene del mundo", no como fruto del misterio de la creación, sino como fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal en el corazón del hombre. La triple concupiscencia fructifica la ruptura de la primera Alianza con el Creador. Esta Alianza se rompió en el corazón del hombre.
La formula según la cual, la concupiscencia "no viene del Padre, sino del mundo" parece dirigirse una vez más hacia el "principio" bíblico.
Cristo indica que el hombre "mira" a la mujer "deseandola" porque es un "hombre de deseo" y se encuentra en la dimensión de la triple concupiscencia.
La frase "Abrieronse los ojos de ambos, y viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higera y se hicieron unos cenidores" indica el comienzo de la concupiscencia en el corazón del hombre.