77. Superioridad de la virginidad por el reino de los cielos

En esta tercera y cuarta partes se toca la teología del cuerpo, la
resurrección de los cuerpos, la virginidad, el celibato,la abstinencia en el
matrimonio, la doctrina paulina sobre virginidad y matrimonio .

Esta parte consta 23 lecciones que se enviarán todos los martes y viernes a
partir del 14 de enero de 2014 , la última será el 1 de abril del 2014
.Estas son la tercera y cuarta partes de seis partes que se darán de manera
consecutiva e ininterrumpida. El curso completo se dará a lo largo de un año
y consta de:

Parte I: Principios del amor humano (23 lecciones)

Parte II: La purificación del corazón (40 lecciones)

Parte III: La resurrección de la carne (9 lecciones)

Parte IV: La virginidad cristiana (14 lecciones)

Parte V: El sacramento del matrimonio (27 lecciones)

Parte VI: Amor y fecundidad (16 lecciones)

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano,
también conocida como Teología del Cuerpo.

Moderadores: raulalonso, tito, Catholic.net, gache, Moderadores Animadores

77. Superioridad de la virginidad por el reino de los cielos

Notapor pilar calva » Jue Ene 16, 2014 6:33 pm

77. Superioridad de la virginidad por el reino de los cielos

Con la mirada fija en Cristo redentor, continuamos ahora nuestras reflexiones sobre el celibato y la virginidad «por el reino de los cielos».

(7-IV-82/11-IV-82)

1. Con la mirada fija en Cristo redentor, continuamos ahora nuestras reflexiones sobre el celibato y la virginidad "por el reino de los cielos". Cristo acepta plenamente todo lo que desde el principio fue hecho he instituido por el Creador. Consiguientemente, por una parte, la continencia debe demostrar que el hombre, en su constitución más profunda, no sólo es "doble", sino que (en esta duplicidad) esta "solo" delante de Dios con Dios. Pero, por otra parte, lo que, en la llamada a la continencia por el reino de los cielos, es una invitación a la soledad por Dios, respeta, al mismo tiempo, tanto la "duplicidad de la humanidad" (esto es, su masculinidad y feminidad), como también la dimensión de la comunión de la existencia que es propia de la persona. El que, según las palabras de Cristo, "comprende" de modo adecuado la llamada a la continencia por el reino de los cielos, la sigue, y conserva así la verdad integral de la propia humanidad, sin perder, al caminar, ninguno de los elementos esenciales de la vocación de la persona creada "a imagen y semejanza de Dios".

Esto es importante para la idea misma, o mejor, para la idea de la continencia, esto es, para su contenido objetivo, que aparece en la enseñanza de Cristo como una novedad radical. Es igualmente importante para la realización de ese ideal, es decir, para que la decisión concreta, tomada por el hombre, de vivir en el celibato o en la virginidad por el reino de los cielos (el que "se hace" eunuco, para usar las palabras de Cristo) sea plenamente auténtica en su motivación.

2. Del contexto del Evangelio de Mateo (Mt 19, 10-12) se deduce de manera suficientemente clara que aquí no se trata de disminuir el valor del matrimonio en beneficio de la continencia, ni siquiera de ofuscar un valor con otro. En cambio, se trata de "salir" con plena conciencia de lo que en el hombre, por voluntad del mismo Creador, lleva al matrimonio, y de ir hacia la continencia, que se manifiesta ante el hombre concreto, varón o mujer, como llamada y don de elocuencia especial y de especial significado "por el reino de los cielos". Las palabras de Cristo (Mt 19, 11-12) parten de todo el realismo de la situación del hombre y lo llevan con el mismo realismo fuera, hacia la llamada en la que, aun permaneciendo, por su naturaleza, ser "doble" (esto es, inclinado como hombre hacia su mujer, y como mujer hacia el hombre), es capaz de descubrir en esta soledad suya, que no deja de ser una dimensión personal de la duplicidad de cada uno, una nueva e incluso aún más plena forma de comunión intersubjetiva con los otros. Esta orientación de la llamada explica de modo explícito la expresión: "por el reino de los cielos": efectivamente, la realización de este reino debe encontrarse en la línea del auténtico desarrollo de la imagen y semejanza de Dios, en su significado trinitario, esto es, propio "de comunión". Al elegir la continencia por el reino de los cielos, el hombre tiene conciencia de poder realizarse de este modo a sí mismo "diversamente" y, en cierto sentido, "más" que en el matrimonio, convirtiéndose en "don sincero para los demás" (Gaudium et spes, 24).

3. Mediante las palabras referidas en Mateo (19, 11-12). Cristo hace comprender claramente que el "ir" hacia la continencia por el reino de los cielos está unido a una renuncia voluntaria al matrimonio, esto es, al estado en el que el hombre y la mujer (según el significado que el Creador dio "al principio" a su unidad) se convierten en don recíproco a través de su masculinidad y feminidad, también mediante la unión corporal. La continencia significa una renuncia consciente y voluntaria a esta unión y a todo lo que esté unido a ella en la amplia dimensión de la vida y de la convivencia humana. El hombre que renuncia al matrimonio, renuncia también a la generación, como fundamento de la comunidad familiar compuesta por los padres y los hijos. Las palabras de Cristo, a las que nos referimos, indican sin duda, toda esa esfera de renuncia y que la comprende no sólo respecto a las opiniones vigentes sobre este tema en la sociedad judía de entonces. Comprende la importancia de esta renuncia también con relación al bien que constituyen el matrimonio y la familia en sí mismos, en virtud de la institución divina. Por esto, mediante el modo de pronunciar las respectivas palabras, hace comprender que esa salida del círculo del bien, a la que El mismo llama "por el reino de los cielos", está vinculada con cierto sacrificio de sí mismos. Esa salida se convierte también en el comienzo de renuncias sucesivas y de sacrificios voluntarios de sí, que son indispensables, si la primera y fundamental opción ha de ser coherente a lo largo de toda la vida terrena y sólo gracias a esta coherencia, la opción es interiormente razonable y no contradictoria.

4. De este modo, en la llamada a la continencia, tal como ha sido pronunciada por Cristo -concisamente y a la vez con gran precisión- se delinean el perfil y al mismo tiempo el dinamismo del misterio de la redención, como hemos dicho anteriormente. Es el mismo perfil bajo el que Jesús, en el sermón de la montaña, pronunció las palabras acerca de la necesidad de vigilar sobre la concupiscencia del cuerpo, sobre el deseo que comienza por el "mirar" y se convierte ya, entonces en "adulterio de corazón".

Tras las palabras de Mateo, tanto en el capítulo 19 (vv. 11-12), como en el capítulo 5 (vv. 27-28), se encuentra la misma antropología y el mismo ethos . En la invitación a la continencia voluntaria por el reino de los cielos, las perspectivas de este ethos se amplían: en el horizonte de las palabras del sermón de la montaña se halla la antropología del hombre "histórico": en el horizonte de las palabras sobre la continencia voluntaria, permanece esencialmente la misma antropología, pero iluminada por la perspectiva del "reino de los cielos", o sea, iluminada también por la futura antropología de la resurrección. No obstante, en los caminos de esta continencia voluntaria durante la vida terrena, la antropología de la resurrección no sustituye a la antropología del hombre "histórico".

Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre "histórico", en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia "por el reino de los cielos": debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido.

5. ¿Pon acaso de relieve Cristo, en su enunciado, la superioridad de la continencia por el reino de los cielos sobre el matrimonio? Ciertamente dice que ésta es una vocación "excepcional", no "ordinaria". Además, afirma que es muy importante y necesaria para el reino de los cielos. Si entendemos la superioridad sobre el matrimonio en este sentido, debemos admitir que Cristo la señala implícitamente; sin embargo, no la expresa de modo directo. Sólo Pablo dirá de los que eligen el matrimonio que hacen "bien", y, de todos los que están dispuestos a vivir la continencia voluntaria, dirá que hacen "mejor" (cf. 1Cor 7, 38).

6. Esta es también la opinión de toda la Tradición, tanto doctrinal, como pastoral. Esa "superioridad" de la continencia sobre el matrimonio no significa nunca en la auténtica Tradición de la Iglesia, una infravaloración del matrimonio o un menoscabo de su valor esencial. Tampoco significa una inclinación, aunque sea implícita, hacia las posiciones maniqueas, o a un apoyo a modos de valorar o de obrar que se fundan en la concepción maniquea del cuerpo y del sexo, del matrimonio y de la generación. La superioridad evangélica y auténticamente cristiana de la virginidad, de la continencia, está dictada consiguientemente por el reino de los cielos. En las palabras de Cristo referidas a Mateo (19, 11-12), encontramos una sólida base para admitir solamente esta superioridad: en cambio, no encontramos base alguna para cualquier desprecio del matrimonio, que podría haber estado presente en el reconocimiento de esa superioridad.
Sobre este problema volveremos en nuestra próxima reflexión.

Pregunta:
Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor garu » Sab Mar 08, 2014 9:54 pm

Es una renuncia consciente y voluntaria a la unión conyugal y todo lo que ella implica. Es una renuncia a la procreación, base de la comunidad familiar, constituyendo un gran sacrificio y que para que tenga sentido sobrenatural no debe perderse nunca el “por el reino de los Cielos”. Es también un llamado a la soledad por Dios, pero que respeta la doble versión de la humanidad (hombre y mujer), conservando su verdad integral, con las características esenciales de la persona creada a “imagen y semejanza de Dios, que lleva a experimentar una diferente comunión interpersonal.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor lindoro50 » Dom Mar 09, 2014 11:43 am

La continencia consiste en la capacidad de dominar, controlar y orientar los impulsos de carácter sexual (concupiscencia de la carne) y sus consecuencias, en la subjetividad psicosomática del hombre. Esta capacidad, en cuanto disposición constante de la voluntad, merece ser llamada virtud. La finalidad de la continencia, no está sólo en proteger la importancia y la dignidad del acto conyugal en relación con su significado potencialmente procreador, sino también en tutelar la importancia y la dignidad propias del acto conyugal en cuanto que es expresivo de la unión interpersonal, descubriendo en la conciencia y en la experiencia de los esposos todas las otras posibles manifestaciones de afecto, que expresen su profunda comunión.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Maria 2 » Lun Mar 10, 2014 5:13 pm

Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?

La continencia es la capacidad de dominar, controlar y orientar los impulsos sexuales (concupiscencia de la carne) y sus consecuencias. Esta capacidad, merece ser llamada virtud. Su finalidad no es sólo proteger la importancia y la dignidad del acto conyugal en relación con su significado procreador, sino también en ver la gran importancia y dignidad propia del acto conyugal en la expresión de la unión interpersonal.

COMENTARIO: Es una renuncia voluntaria y consciente a la unión conyugal y a la procreación que es la base de la familia, por lo que constituye un gran sacrificio, y para que tenga sentido sobrenatural no debe perderse nunca de vista el objetivo de que es “por el reino de los Cielos”. Es también un llamado a la soledad por y con Dios, respetando la doble versión de la humanidad es decir al hombre y a la mujer.

Un abrazo y hasta pronto.-
Maria 2
 
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor patricio » Mié Mar 12, 2014 1:05 pm

Pregunta:
Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género mismo del bien elegido.
¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación?
La situación del hombre y su heredades que mencionamos, lo llevan hacia la llamada en la que, aun permaneciendo, por su naturaleza, ser "doble" (esto es, inclinado como hombre hacia su mujer, y como mujer hacia el hombre), es capaz de descubrir en esta soledad suya, que no deja de ser una dimensión personal de la duplicidad de cada uno, una nueva e incluso aún más plena forma de comunión intersubjetiva con los otros. Esta orientación de la llamada explica de modo explícito la expresión: "por el reino de los cielos": efectivamente, la realización de este reino debe encontrarse en la línea del auténtico desarrollo de la imagen y semejanza de Dios, en su significado trinitario, esto es, propio "de comunión". Al elegir la continencia por el reino de los cielos, el hombre tiene conciencia de poder realizarse de este modo a sí mismo "diversamente" y, en cierto sentido, "más" que en el matrimonio, convirtiéndose en "don sincero para los demás".
¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?
La tensión en el célibe por la continencia significa una renuncia consciente y voluntaria a esta unión de pareja y a todo lo que esté unido a ella en la amplia dimensión de la vida y de la convivencia humana. El hombre que renuncia al matrimonio, renuncia también a la generación, como fundamento de la comunidad familiar compuesta por los padres y los hijos.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Jeanette Palacios » Mié Mar 12, 2014 5:01 pm

¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?

Cuando el hombre elige el celibato por el Reino de los cielos la continencia es elegida concientemente por motivos sobrenaturales es fecundidad Espiritual que viene del Espiritu Santo, Aqui el hombre por medio del Espiritu obtiene la virtud de una fe profunda y un determinado esfuerzo espiritual.
Por otro lado el hombre historico que es el estado del hombre terrenal es debil se siembra en corrupcion en flaquezas es el hombre de la concuspiscencia y por la heredad del pecado original de nuestros primeros padres por eso es importante lo que dice San Pablo hacerca de la importancia de la comprencion de una contraposicion entre el hombre que lucha y es corruptible y el hombre en Cristo para entender el Matrimonio y el celibato.
Jeanette Palacios
 
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Mié Mar 12, 2014 8:08 pm

La continencia significa una renuncia consciente y voluntaria a la unión hombre-mujer, y a todo lo que esté unido a ella en la amplia dimensión de la vida y de la convivencia humana. El hombre que renuncia al matrimonio, renuncia también a la generación, como fundamento de la comunidad familiar compuesta por los padres y los hijos. Las palabras de Cristo, hace comprender que esa salida del círculo del bien, a la que El mismo llama "por el reino de los cielos", está vinculada con cierto sacrificio de sí mismos, a lo largo de toda la vida terrena y sólo gracias a esta coherencia, la opción es interiormente razonable y no contradictoria. En la invitación a la continencia voluntaria por el reino de los cielos, las perspectivas de este ethos se amplían: en el horizonte de las palabras del sermón de la montaña se halla la antropología del hombre "histórico": en el horizonte de las palabras sobre la continencia voluntaria, permanece esencialmente la misma antropología, pero iluminada por la perspectiva del "reino de los cielos", iluminada también por la futura antropología de la resurrección.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Mary Jo » Jue Mar 13, 2014 11:48 pm

¿Qué significa la continencia?
La continencia significa:
• Una renuncia consciente y voluntaria a la unión matrimonial y a todo lo que esté unido a ella en la amplia dimensión de la vida y de la convivencia humana.
• El hombre que renuncia al matrimonio, renuncia también a la generación, como fundamento de la comunidad familiar compuesta por los padres y los hijos.
• La continencia, que se manifiesta ante el hombre concreto, varón o mujer, como llamada y don de elocuencia especial y de especial significado "por el reino de los cielos".
• La continencia es superior al matrimonio, sin que por ello haya una infravaloración o menoscabo de su valor esencial.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Silviamaria » Vie Mar 14, 2014 5:09 pm

Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido.

¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?
El hombre tiene la libertad de elegir llegar al reino de Dios a través del matrimonio o vivir célibe por el reino de los cielos. La última decisión implica sacrificio ante las debilidades del mundo, es voluntario renunciar a la procreación, es un don especial. Cabe indicar que cualquier decisión que el hombre tome en su vida, para gloria del reino de Dios, será valorada por Él.
Silviamaria
 
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor virginia castro » Dom Mar 16, 2014 7:55 pm

Virginia Castro # 77

La continencia es la capacidad de poder dominar, controlar y orientar nuestros impulsos sexuales ( concunpiscencia de la carne) y todo lo que trae despues; podriamos llamarla virtud. No es solo la finalidad proteger la importancia y la dignidad del acto conyugal en relacion con su significado procreador, sino tambien, en ver la importancia y dignidad del acto conyugal en la expression de la union interpersonal.
Renunciamos voluntariamente y con nuestra conciencia a la union conyugal y a la procreacion que es la base familiar, por lo que es un gran sacrificio y siempre teniendo en mente de que es por el Reino de los Cielos; es un llamado a la soledad por y con Dios pero respetando al hombre y la mujer.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor yaluz » Mar Mar 18, 2014 2:42 pm

Pregunta:
Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?

R
: El hombre histórico, caracterizado por llevar consigo el peso del pecado, la triple concupiscencia, también ha heredado, de Jesús la redención y quizás esto sea lo que le permite, someter al pecado con la fuerza de la redención, cuando decide voluntariamente la continencia, por el Reino de los Cielos,
Por lo tanto, esta decisión voluntaria, va cargada de sacrificios, como es el de renunciar al matrimonio y a formar una familia; todo lo contrario del que se decide por el matrimonio: su objetivo es casarse y formar una familia, sin embargo ambas decisiones requieren de sacrificios y sometimiento del pecado, por la fuerza de la redención del cuerpo.
Entonces, tanto el célibe como el casado, asumen su decisión voluntariamente. Uno por el Reino de los Cielos y el otro por la institución divina que representa el matrimonio y la familia.
La diferencia radica precisamente por la responsabilidad ante el bien elegido, en uno, el donarse por entero a los demás, en comunión, al pueblo de Dios a su Iglesia, de quien es responsable, por el Reino de los Cielos y en otro es la pareja, el hombre, mujer y la familia. Ésta es la otra gran diferencia:el bien elegido en si mismo : mientras en uno es la mujer y /o el hombre y la familia, como vía para llegar al Reino de Dios, en el otro es directo: es el mismo Reino de Dios, el bien elegido.
De esta manera, bien podríamos darnos cuenta de la tensión de cada uno, la magnitud depende, pues, del bien elegido. El hombre histórico, cargado con todo el peso de culpa heredada, enfrenta entonces, por su propia voluntad, el celibato por el Reino de los Cielos con toda la responsabilidad que esto implica, más su propia motivación, su miso, el Reino de los Cielos, siendo su fuerza el misterio de la redención. En este debatir transcurre la vida del hombre histórico cuyo bien elegido es el Reino de Dios, por quien se hace célibe.
Zulay R. de Álvarez (yaluz)
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor BlancaElena » Vie Mar 21, 2014 11:27 am

Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación?

Tenemos por herencia la triple concupiscencia (carne, vista, soberbia de la vida). el pecado, inclinados al mal que debemos someter sea que elijamos el matrimonio o la continencia en nuestra vida porque hemos recibido el misterio de la redención alcanzada por CRISTO para el hombre, donde el bien siempre supera el mal, en cada uno está que así sea. San Pablo lo expresa con claridad " si eligen el matrimonio esta bien, si eligen la continencia lo hacen mejor " Es un compromiso con responsabilidad plena.

¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?

En el célibe existe el hombre histórico con todo lo heredado, pero ya sometido por un bien mayor que es alcanzar " el Reino de los Cielos " desde la vida terrena que trasciende con renuncias sucesivas, sacrificios voluntarios e indispensables para la comunión intersubjetiva con los demás y en virtud de la institución divina.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor b. gabriel reyes reyes » Sab Mar 22, 2014 7:52 pm

Pregunta:
[b]Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación?[/b]
[i]El hombre creado a imagen y semejanza de Dios, en su constitución más profunda, es un ser doble (esto es, inclinado como hombre hacia su mujer, y como mujer hacia el hombre). Esta atracción, viciada por la triple concupiscencia, es iluminada por el llamado a la comunión de personas y purificada por el misterio de la redención. En esta realidad psicosomática el hombre, fortalecido por la gracias que brotan del misterio de la redención del cuerpo, está llamado a vivir el don recíproco, a través de su masculinidad y feminidad, mediante la unión corporal en el matrimonio, fundamento de la comunidad familiar. Algunos hombres y mujeres, en su duplicidad, reciben la llamada a la continencia “por el reino de los cielos”, invitación a la soledad por Dios, convirtiéndose en "don sincero para los demás". En esa soledad descubren y viven una nueva forma, incluso más plena, de comunión intersubjetiva con los demás, testimonio de la comunión trinitaria. Con su decisión consciente hacen objetiva la realización del reino de los cielos.[/i]

[b]¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?[/b]
[i]La tensión en el célibe se da en su misma naturaleza humana, llamada, por un lado a crecer y multiplicarse, y por otro, llamada también a la continencia “por el reino de los cielos”. Estados, ambos, propuestos y reconocidos por el mismo Cristo. Esta tensión sólo puede romperla el Espíritu Santo que da la “comprensión” del llamado.[/i]
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor maguie » Lun Mar 24, 2014 8:15 pm

El hombre que elige el camino de la continencia por el Reino de los Cielos, tiene en sí mismo como todos los otros, la disposición a la unidad de las personas, al amor esponsal de donación del cuerpo y de la persona; también la disposición a la concupiscencia y la heredad del pecado, pero es también al mismo tiempo heredero de la Redención: al elegir este camino confiando en esa Gracia, para poder, por el Reino de los Cielos, estar disponible para Dios, elige la no donación del cuerpo en el sentido carnal, pero sí una donación esponsal de sí mismo, a Cristo y a su Iglesia.

Es ésta la tensión que se da entre el célibe por el Reino de los Cielos que está llamado a la continencia, a la unión esponsal con Cristo que no incluye la unión esponsal carnal pero que lleva inscrita en su naturaleza de hombre histórico. El debe darse cuenta de que la gracia de la Redención lo posibilita para renunciar al bien que significa el matrimonio por un Bien superior que implica también una donación total de sí mismo y estar dispuesto a ello.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor maguie » Lun Mar 24, 2014 8:15 pm

El hombre que elige el camino de la continencia por el Reino de los Cielos, tiene en sí mismo como todos los otros, la disposición a la unidad de las personas, al amor esponsal de donación del cuerpo y de la persona; también la disposición a la concupiscencia y la heredad del pecado, pero es también al mismo tiempo heredero de la Redención: al elegir este camino confiando en esa Gracia, para poder, por el Reino de los Cielos, estar disponible para Dios, elige la no donación del cuerpo en el sentido carnal, pero sí una donación esponsal de sí mismo, a Cristo y a su Iglesia.

Es ésta la tensión que se da entre el célibe por el Reino de los Cielos que está llamado a la continencia, a la unión esponsal con Cristo que no incluye la unión esponsal carnal pero que lleva inscrita en su naturaleza de hombre histórico. El debe darse cuenta de que la gracia de la Redención lo posibilita para renunciar al bien que significa el matrimonio por un Bien superior que implica también una donación total de sí mismo y estar dispuesto a ello.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor antonio_7 » Mié Mar 26, 2014 5:57 pm

Solo es diverso, el genero de responsabilidad, por el bien elegido,como es diberso el genero mismo del bien elegido, Podrias explicar con tus propias palabras esta afirmacion?
En el hombre historico o la historisidad del hombre, hecho del polvo fragil, inperfecto, con devilidades, que desde el comienso de su estansia en este mundo a sido inpuro, pero que sienpre a buscado encontrar de una forma o otra atraves de su histori primero con la consigna de la union de hobre y mujer para la procreacion, siendo con esta consigna y biendo la nesecidad del hombre por no estar solo, es DIOS creador que nos asiste,con ese fin, pero que con el paso del tiempo esta accion de unidad con la benida del salbador, nos revela otra nueba forma de glorificar a DIOS pormedio de la abstinensia y la virginidad, siendo un regalo otravez de DIOS para el hombre, pero es eleccion propia libre y plena, de manera que Cristo nos dise que no todos comprenderemos este don regalo de DIOS no todos tenemos la capasidad de entender, pero que no debe ser para nosotros un obstaculo sino una luz que ilumine nuestra vida, no debe ser contradictoria una de la otra, sin que sea mayor el uno del otro pues si es institucion de DIOS es birtud el matrimonio y la abstinensia. por el reino de los cielos.
antonio_7
 
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor RoxanaGomez25 » Mar Abr 08, 2014 12:13 pm

Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?
Primero es que Cristo acepta todo lo que ha sido desde el principio y constituido por el Creador, y todo lo que el hombre conlleva desde el pecado original que hereda a todo hombre histórico la triple concupiscencia, y también por la redención de Cristo todo hombre hereda la redención, el camino de todos según Dios es llegar al reino de los cielos, resucitando y hay varios caminos uno es en matrimonio bendecido por Dios, que es un bien elegido, pero otro camino es cuando alguien escucha su vocación al celibato o a la virginidad y responde con voluntad y libertad, elige ese camino de redención a semejanza de Cristo y lo elige por el reino de los cielos, pero como todo hombre histórico también tienen esa lucha de fuerzas interiores por la concupiscencia, la naturaleza permanece doble, en todo momento Dios respeta todo lo que es ser hombre, decidirse por el reino es un camino de desarrollo de la imagen y semejanza de Dios, en continencia, la persona renuncia voluntaria del matrimonio, y se convierte en un don para el Creador.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Carlos64 » Mar Abr 15, 2014 12:23 am

Pregunta: "Y es precisamente este hombre, en todo caso este hombre «histórico», en el que permanece a la vez la heredad de la triple concupiscencia, la heredad del pecado y al mismo tiempo la heredad de la redención, el que toma la decisión acerca de la continencia «por el reino de los cielos»: debe realizar esta decisión, sometiendo el estado pecaminoso de la propia humanidad a las fuerzas que brotan del misterio de la redención del cuerpo. Debe hacerlo como todo otro hombre, que no tome esta decisión y su camino sea el matrimonio. Sólo es diverso el género de responsabilidad por el bien elegido, como es diverso el género miso del bien elegido. ¿Podrías explicar con tus palabras esta afirmación? ¿Podrías explicar la tensión que se da en el célibe entre la llamada a vivir por el Reino de los cielos… y el hombre histórico?"

Sea cual sea el estado o la vocación a la que el Señor nos llame (ya sea el matrimonio como sacramento cuyas raíces más profundas se remontan al designio primigenio del Creador para con la humanidad en sus dos géneros, llamados a la comunión como don recíproco de sí a través de la unión procreativa entre el hombre y la mujer, o ya sea más bien la continencia o celibato por el reino de los cielos en tanto vocación extraordinaria que viene a constituir símbolo terreno de la realidad definitiva --escatológica-- y fuente de una nueva fecundidad y una nueva comunión en el Espíritu), hemos igualmente de optar por conservar nuestro cuerpo en santidad, esto es, en castidad y pureza, de modo que en nuestra realidad corporal se verifique la redención de Cristo que implica la derrota del pecado y la supremacía del espíritu. Así, pues, sea que nos casemos para constituir una familia cristiana, sea que optemos por el celibato consagrado al servicio de Dios ý de la Iglesia, en ambos casos se nos llama a la misma santidad del cuerpo; en ambos casos el significado esponsalicio del cuerpo ha de ser nuestro ideal o ethos.

Ahora bien, lo que distingue a ambas realidades es el tipo de responsabilidad específica que conllevan. En un caso, el significado esponsalicio del cuerpo, expresión del ethos de Cristo en nuestra realidad psicosomática, se ha de vivir en relación a la unión conyugal en fidelidad, respeto, castidad del corazón, entrega mutua, compromiso, pro creatividad, apertura a la vida y a la familia... en fin, todas las virtudes y contenidos axiológicos que han de caracterizar al matrimonio cristiano. En el otro caso, el ethos cristiano es más conspicuo por cuanto la persona consagrada a Dios en condición de celibato se compromete a renunciar al bien del matrimonio, que es un bien querido por Dios como vocación ordinaria para la humanidad, para servir más intensa y exclusivamente al reino de Dios, de manera que su disposición activa al servicio de la Iglesia sea mayor y se dé en una dinámica de comunión más abierta, si se quiere, con todos y todas los hermanos que la conforman, al tiempo que la condición en sí es símbolo terreno de la realidad definitiva que espera a la humanidad en el reino de los cielos, en la resurrección, cuando el matrimonio como tal ya no sea y Dios sea todo en todos. Es por ello, por esta semejanza entre la condición del célibe y el futuro escatológico de la humanidad redimida en Cristo , y también por la dimensión de consagración mayor el servicio del reino que esta condición implica, que el celibato por el reino de Dios ha de considerarse una vocación superior espiritualmente que el matrimonio, sin que ello signifique menoscabo de la importancia y santidad de éste a los ojos de Dios. El matrimonio es santo y querido por el Señor, pero la continencia por el reino de los cielos es más santa aún.

La tensión del célibe procede de su renuncia. El celibato conlleva una renuncia a un bien de relevancia vital como lo es el matrimonio y la paternidad-maternidad. Pero también implica una renuncia a una predisposición creada hacia ese bien. Como hombres y mujeres, y por designio de Dios dado en el Principio, estamos predispuestos a unirnos con nuestra pareja. Esta predisposición no sólo es evidente en nuestros cuerpos diferenciados, sino que afecta también nuestras distintas psicologías. La complementariedad entre el varón y la mujer viene a plasmar algo deseado por Dios mismo. Y el célibe ha de salir de esta predisposición creada, de esta realidad que nos determina, para abrazar una condición que no se sustenta en la realidad terrena sino en la esperanza de lo que ha de venir, de lo que siempre está en el futuro, de lo que sólo es plausible a la conciencia a través de la fe. Así, entonces, el celibato es un sacrificio de un bien palpable, que pertenece a la esfera de lo cotidiano, de lo histórico, por un bien trascendente, cuyo sustento es escatológico; viene a ser este celibato un testimonio elocuente de esperanza en la resurrección como realidad definitiva. Y esta predisposición no se agota una vez que la persona se consagra a Dios por el celibato: la tensión entre ella y la opción que se ha tomado por el reino de Dios ha de acompañar al célibe toda su vida, imponiéndole la necesidad del sacrificio constante por el bien mayor.

Bendiciones de Dios para usted, doctora Pilar.
Discípulo de Cristo por amor del Padre y unción del Espíritu. Miembro de la Iglesia por gracia divina. Amar a Jesús es mi mayor alegría.

Dios te salve, María, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Alejandra S » Lun Abr 21, 2014 9:45 am

Esto quiere decir que el célibe esta llamado por Dios para vivir una vocación y vida especial en la tierra; mientras tanto debe renovar sus sacrificios y compromisos con Dios, ya que sigue siendo un hombre pecador, debe rectificar, corregirse y confesarse para mantenerse en gracia de Dios, y buscar la pureza del corazón en toda su vida, sus miradas, sus actos, etc.
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Re: 77. Superioridad de la virginidad por el reino de los ci

Notapor Dolovalencia » Mié May 14, 2014 5:08 pm

Cristo acepta todo lo instituido por el Creador. El hombre en su constitución más profunda no solo es doble sino que esta solo delante de Dios con Dios. La continencia por el reino de los cielos es una invitación a la soledad por Dios. El hombre aún permaneciendo por naturaleza en ser doble es capaz de esta soledad suya. Al elegir la continencia por el reino de los cielos el hombre es consciente de poder realizarse de este modo así mismo. Por el reino de los cielos esta vinculado con ciertos sacrificios, es el comienzo de renuncias sucesivas y sacrificios voluntarios.
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