Hermano querido Hesicasta, bien dices que «la guia de alguien experimentado es importante» mas, en pos de la perfeccion en la caridad (la santidad) es cosa que no se puede presindir, pues, el enemigo es ducho en trapacerias que en ocasiones el alma no acierta en comprender y esto te lo digo trayendo a sazon la regla número trece correspondiente a la primera semana de los ejercicios espiriuales de san Ignacio:
Asimismo, el enemigo se parece a un vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto. El hombre vano que intenta seducir a una hija o mujer casada quiere que sus palabras y sugerencias sean secretas, y le molesta mucho cuando la hija al padre o la mujer al marido descubren sus palabras engañosas y su intención depravada, porque deduce fácilmente que no podrá salirse con la suya. De igual manera, cuando el enemigo de la humana naturaleza trae astucias y sugerencias al alma justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto. Si se descubren al buen confesor o a otra persona espiritual que conozca sus engaños y malicias, le molesta mucho, porque sabe que al haber sido descubierto ya no podrá lograr su objetivo.
Pues recordemos que mistica y teologia se unen necesariamente para poder disernir lo que viene de Dios de lo que viene del enermigo.
Que Dios te bendiga y encomiendame en tus oraciones.